- Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaarrrrrrrrrr!!!!!!!!
- Qué haces mamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa????
- Un bichoooooooooooooooooooooo!!!!!!! Me ha rozado el cuelloooooooooooo!!!!!!!!
Y dicho esto pego un bote de mi asiento y salgo a correr despavorida haciendo miles de aspavientos por todo el salón, hasta que llego a la puerta, salgo y la vuelvo a cerrar detrás de mí. A través de la puerta hablo con mi hijo. Bueno, más que hablar chillo:
- Lo has vistooooooooooooo???????
- Siiiiiiiiiiiiiii!
- Es un murciélagooooooooooo?????
- Tiene to la pintaaaaaaaaaaa!!!!!!!
- Pordiossssssss, mátaloooooooooooo!!!!!!
- Anda coño, que no es un murciélagoooooooo, que es un saltamonteeeeeeesssss!
- Y qué haceeeeeeeeeeeeeee?
- Está en el sofaaaaaaaaá! Lo matooooooooo??????
- Nooooooooo, en el sofá nooooooooooooo, que se queda espachurraoooooooooo!
- Túuuuuu, hijoputaaaaaaaa, ven pacaaaaaaaaaá que te voy a dar lo tuyooooooooo! Cabrónnnnnn!
- Y ahora qué haceeeeeeeeeee?
- Está volando el cabróoooooooooon!
- Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaarrrrrr!
- Mamáaaaaaaaa deja de chillaaaaaaaaaaaaar! Joputaaaaaaaa veeeeeeeeeeen!
- Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaarrrrrrr!!!!!!!! Qué hace ahoraaaaaaaaa?
- No sé, se ha escondidoooooooooooooooooooo!!!!!!!!!
- Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaarrrrrr!!!!!
- Mamaaaaaaa, por qué chillas si estás detrás de la puertaaaaaaaa?????
- Porque me da miedoooooooo! Ten cuidadoooooooooo!
- Joer mamá, que es un saltamonteeeeeeeeeeees!
Abro un segundo la puerta y asomo medio palmo de cabeza. Mi hijo está pegando revistazos de un lado a otro y la cosa negra revoloteando. Vuelvo a cerrar la puerta rápido.
- Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaarrrrrrrr! Qué hace ahoraaaaaaa????
- Lo tengo lo tengo lo tengoooooooooooooooooooooooo! Ven acá, bichoooooooooo! Te pilleeeeeeee!
- Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaarrrrrr!!!!!! Lo has mataooooooooooooooooooo??????
Se hace el silencio. Abro muy despacito la puerta y asomo la nariz. Mi hijo está agachado mirando el suelo comprobando si su obra ha sido definitiva.
- Trae la escoba que voy a tirarlo.
- Eso lo dejamos ahí y se lo come la Lola.
- Mamá, no seas guarra! Trae la escoba!
- Yo no lo toco, recógelo tú y échalo por la ventana. No quiero que esté en la casa, no sea que resucite.
- Bueno, vale, lo tiro por la ventana.
- Ay por Diossssss, has pasao mucho miedo?
- He pasao miedo de escucharte a ti chillar. Con el bicho lo que he pasao ha sido asco.
- Ayyyyyyyyy mi niño! Eres mi héroe! Smuackkkkkksssssss!
- Quita bishooooooooooooooooooo!!!!!!!!!
Los murciélagos están estrictamente protegidos y matar alguno penado. Y a los saltamontes no se les mata, se inmovilizan por las patas y por la ventana se dejan libres y solos se marchan con su vuelo corto. Muchas perritas y muchas tontería y, por en contrario, nulo sentido natural. Ahora bien, es cierto que muchos humanos sienten aversión a la mayoría de los insectos, entre los que me encuentro. Posiblemente atávico y evolutivo. Pero de ahí arriba montar un circo pues...
ResponderEliminarMartínez, si hubiéramos montado un circo habríamos domesticado al saltamontes para que saltara por aros de fuego y cosas así, que es lo que se hace en los circos.
EliminarEn lugar de eso montamos un manicomio con una loca chillando y otro loco persiguiendo a un bicho con un Pronto.
Para inmovilizar a un bicho por las patas mucho me temo que, salvo que exista un sistema que desconozco, hay que tocarlo. Y quién coño quiere tocar a un puto saltamontes?
Dicen que fritos y con un poco de miel están riquísimos y crujientes. ¿Te animas?
EliminarPor qué no? A mí los caracoles vivos me dan mucho asco pero muertos y bien condimentaítos me chupo los dedos.
EliminarPues Martínez, esa es Inma jajajaja
ResponderEliminarPozí. YO SOY ESA.
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