lunes, 30 de diciembre de 2013

A vueltas con el aborto

Ya, ya sé que no es la primera vez que hablo de este asunto en mi blog, pero como últimamente los acontecimientos se han precipitado y el Proyecto de ley del ministro Gallardón ha sido finalmente presentado, a falta de su tramitación en las Cortes me permito hacer algunas reflexiones que considero novedosas con respecto a otras de mis argumentaciones anteriores.

En esta ocasión tengo un par de preguntas nuevas que hacer:

1. Si para los Pro-Vida (lo digo con todo el recochineo del mundo, porque su denominación implica tácitamente que los demás seríamos Anti-vida) y para los fachas recalcitrantes el aborto es un asesinato en toda regla, exactamente igual que si se agarrara un cuchillo y se troceara a un niño ya nacido... cómo pueden estar tan encantados con esta ley, que justifica esos asesinatos en algunos casos. Con la que le liaron a González en su día por la ley del 85, que es que se les salían los ojos de las órbitas a algunos de la misma indignación porque... virgen santísimaaaa, se iba a legalizar lo de matar chiquillos!!!!! Y ahora, oye, qué guay.

La coherencia es la coherencia, aunque pedir coherencia a esta panda ya sé que es una pretensión esquizofrénica. Pero si tú piensas que abortar es matar a un niño, tú no puedes justificar eso de ninguna de las maneras, ni por violación, ni por peligro para la salud de la madre, ni por nada. Ya proveerá Dios, pero a ese chiquillo no se le puede asesinar a sangre fría. Es obvio, no? Nadie mata a un niño ya nacido porque fuera fruto de una violación, ergo... tampoco puede matarlo antes de nacer. Entonces... qué coño hacen que no están en la calle montando pollos un día sí y otro también porque Gallardón va a permitir matar niños en según qué circunstancias. Dónde se han metido todos. Alguien los ha visto??

2. Es razonable pensar que abortar no es un plato de gusto y que es algo muy íntimo y personal, por lo que ninguna mujer que lo haya hecho lo va contando alegremente por ahí en las tertulias. A estos mamarrachos que sueltan auténticas barbaridades (más de uno ha comparado a las mujeres que abortan con el psicópata Bretón, el padre de Ruth y José,  los niños asesinados en Córdoba) no se les pasa por la cabeza que pueden estar diciendo sus majaderías delante de una mujer que haya abortado?

Porque a esas mujeres no se les nota en la cara su aborto ni llevan su condición inscrita a fuego en la piel como las víctimas del Holocausto. Son seres anónimos, que en algún momento de su vida han tenido que pasar por ese desagradable trance pero que están ahí, a nuestro alrededor. Hace unos días Elvira Lindo lo decía en un artículo: puede que algunos de estos anormales crean que eso no puede pasar en su entorno, que es imposible, que eso sólo ocurre entre degenerados con los que ellos no tratan, pero si pudieran destapar algunas cabecitas femeninas cuando hablan como hablan... ay madre, cuántas sorpresas se llevarían. Es más, si se molestaran en mirar con un poco de atención a la cara de algunas de las mujeres que los escuchan, se quedarían de piedra.

No nos engañemos, esta ley no va a hacer que aborten más ni menos mujeres. Todos esos gilipollas que cuentan escenas apocalípticas de aviones llenos de mujeres que irán en masa a abortar a Londres o de carniceras que desangrarán a nuestras jóvenes en un cuchitril inmundo por 20 euros saben perfectamente que con esta ley eso no va a pasar. Abortarán exactamente las mismas mujeres que iban a abortar con la ley de plazos, sólo que se les alargará dolorosa e innecesariamente el proceso y tendrán que pasar inevitablemente por el psicólogo A y el psicólogo B, que darán su consentimiento, como lo han dado siempre desde la ley del 85, antes de proceder a la intervención.

Cuál será la diferencia. Pues básicamente ésa, putearlas todavía más de lo que lo están, porque como van a hacer algo feo y malo lo tienen que pagar en especies, a ser posible en dolor, cuanto más intenso, largo y punzante mejor.  Y que en lugar de considerarlas personas adultas y responsables capaces de decidir sobre su vida se las volverá a considerar unas enfermas mentales (porque todas abortarán bajo el famoso supuesto con el que se han tirado años abortando, el riesgo para la salud psíquica) que tendrán que pasar por el trance de explicarle a dos psiquiatras o psicólogos (lo mismo me da que me da lo mismo) el primer cuento chino que se les ocurra.

Porque encima dicen algunos de esos lumbreras que con esto se evitarán los abortos "frívolos", los de la gente que por ejemplo decide no tener un niño porque no le gusta el sexo, que no quiere niña, que quiere niño. Hay que ser subnormal, de verdad. Yo no dudo de que haya gente que aborta por ese tipo de razones "alegrillas", pero en serio alguien cree que una tía le va a contar al psicólogo que le toque en suerte que quiere abortar por eso? Nos toman por tontos a nosotros o toman por tontas a las tías o es que los tontos del culo son ellos? Una tía va a ir al psicólogo que le tiene que dar el visto bueno para abortar y le va a decir tal que así: "Hola, vengo a abortar porque me sale del coño"? Que a fin de cuentas es por lo que van a abortar casi todas, excepto las pocas que lo harán por una razón poderosísima que las obliga a ello sí o sí.

En definitiva, sus razones son tan pueriles, tan cínicas, tan hipócritas, y su moral tan estrecha y tan asquerosa que si no fuera por lo que esta cutre-ley supone en retroceso de garantías sociales, darían risa. Es una moral, el otro día lo leía en alguna parte, que desprende una halitosis a sotana, a confesionario de los años 50 con cura preguntando "tú te tocas, niño?" Es que dan taaaaaaanto repelús..., lavirrrrgen.

Es tan fuerte la cosa que hasta The Times, el periódico conservador británico, concluye: "Llevar al rango penal una cuestión que afecta a la salud de las mujeres  y que es una cuestión de conciencia es un abuso del poder del Gobierno. Una sociedad constitucional no se inmiscuye en zonas de criterio personal que la mayoría de ciudadanos consideran que se deben resolver dentro de las familias. La ingeniería social es propia de gobiernos autocráticos. Los amigos y aliados de España en Europa deberían convencer al señor Rajoy de que se lo vuelva a pensar".

La suerte es que ésta, igual que le impresentable ley Wert de destrozo y progresivo desmantelamiento de la escuela pública, serán derogadas ipso facto en cuanto tome las riendas cualquier otro gobierno. Que sí, que habrá que joderse probablemente cuatro o cinco años más, o como sigan en este plan de vuelta a la cavernas puede que incluso menos, pero que... tarde o temprano está claro que volveremos a convertirnos en un país civilizado a la altura de la mayoría de los países de nuestro entorno.

Esperemos que sea el mínimo tiempo posible. En nuestro voto está la respuesta.


jueves, 26 de diciembre de 2013

Chicas en comida navideña

A menudo los hombres me han preguntado de qué hablamos las mujeres cuando nos juntamos y ningún tío nos oye.

Vale, pues os transcribo casi literal una conversación de la que hace unos días fui testigo entre cuatro amigas, a las que llamaré haciendo gala de mi habitual discreción, A, B, R y S. Ahí va, para sacaros de vuestra ignorancia, muchachos. Aviso de que puede no gustaros:

S: Neeeeeena, cuánto tiempo! Qué guaaaaapa!

A: Gracias, una que se cuida y que se quiere.

S: Y cómo es que no vienes colgá del brazo de tremendo maromo, como siempre??

A: Cómo que no? Es ése (Y señala a un punto donde un heavy metal habla con un congénere).

S. Cuál de ellos?

A. El más guapo, jajajajajaja! Se llama Q.

S. Pero desde cuándo estás con él?

A. Pos ya llevamos 8 años, pero intermitentes. Te cojo, te dejo, te cojo, te dejo y así. Pero está loquito por mí. Me lo pedí un año pa los Reyes Magos y me lo trajeron. Bueno, y tú?

B. Ésta como siempre, con su maromo.

S. Hombre, yo ya que he encontrado a un tío con el que puedo tirarme tranquilamente peos no lo cambio por na del mundo.

A. Madre míiiiiia, eso sí que es suerte. Eso me pasa a mí también con Q, por eso será que volvemos tantas veces. Yo es que cuando me pongo soy una auténtica metralleta, no te lo puedes ni imaginar.

S. A mí me vas a contar, que te llevo aguantando toda la vida.

B. Es que hay que ver lo mal que se pasa cuando conoces a alguien y no puedes, todo el día reprimiéndote. Es un sinvivir.

S. Hombre, es que lo de tener novios nuevos tiene su morbo pero mogollón de inconvenientes, que si los celos, que si no puedes peerte. Vaya mierda! Donde se ponga un marío de años...

A. Diiiiiiiiiiigo! Yo eso con Q lo llevo de puta madre.

R. Qué guarras, por diosssssssss!

A. Pero qué pasa, tú es que no te pees?

R. Pues sí pero siempre en la intimidad.

S, A y B: Jajajajajajajajajajaja! Petaaaaaaaaaarrrrrrda!!!!!!

B. Pos yo lo que más valoro es el tema del folleteo, qué quieres que te diga.

A. Ah, pos yo no tengo problema porque Q está todo el día palote el cabrón, que me va buscando por todas las esquinas. Es que es un agobio.

S. A mí como es que de nunca me ha gustao lo de follar... Yo soy más de morrearme.

A. Y yooooooooooooooooooooooo! Es que lo de follar es un auténtico coñazo, pero bueno, hay que hacerlo de vez en cuando pa disimular y eso.

R. Oye, pos a mí me gusta.

S. Ya pero tú es que siempre has sido una anormal y una rarita para todo.

A. Pos yo qué quieres que te diga. Donde se ponga esa tranquilidad pa tirarse peos que se quiten tos los polvos de la tierra.

R. Ya, pero luego te tendrás que tragar también los de él. O sólo te vas a peer tú?

A. En absoluto. Como yo soy metralleta de nacimiento tampoco soy delicá con mi pareja. Si quiere peerse que se pea. Faltaría más. De hecho Q es un campeón.

R.  Q es que lo tiene todo, hija. Que si se pee con alegría y desparpajo, que si to el día palote.

S. Y pa qué lo quiere to el día palote? Pos menudo coñazo.

A. Pos yo lo de follar lo veo muy bien aunque sea sin ganas, porque hay que ver la de cosas de la vida cotidiana que una resuelve mientras se folla. Y no hablo sólo de la lista de la compra.

S. Dímelo a mí, que mientras follo he decorao todas las habitaciones de mi casa.

R. Yo incluso cuando estudiaba la carrera a veces aprovechaba para ir memorizando temas.

S. Pues yo hasta me he llegado a hacer un rosco del Pasapalabra, que estaba de fondo.

B. Qué vicio, no??????

R. Hombre, eso se llama optimizar el tiempo.

A. Pero tú eres una artistaza, tía.

S.  Si yo te contara, que he resuelto el 80% de mis problemáticas vitales mientras follaba y decía "Ayyyyyyy, ayyyyyyyy" echándole más cuento que Calleja.

B. Qué engañaítas que nos tenías! Y yo que pensaba que eras una fiera en la cama!

S. Y lo soy. Soy tan fiera que en la cama follo, estudio y trabajo. Se puede ser más fiera?

B. Glupssssss. Posno.

S. Oyesssss, ése no es Pepón Nieto el actor?????

A. Síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii Voy a decirle algo!!!!!! Hooooola, tú eres Pepón Nieto, no????

Pepón: Glupssssss! Pozí.

A. Hace una fotillo?

Pepón (con inmensa cara fastidio posando): Bueeeeeeeeeno!

A. No, si es que si nos haces una foto a nosotras. Mira, tienes que darle aquí. Neeeeeeeenas, todas a uuuuuuuna: CLI-TO-RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIS

Juro que en algún lugar del cibermundo, en el Facebook de alguien... esa foto existe.

Palabrita.

lunes, 9 de diciembre de 2013

La titi Toñi

Una de las frases favoritas de la titi Toñi era "Cuando tú vas a mear yo vengo de cagar". La decía con frecuencia cuando alguien le soltaba algún rollo, y venía a significar algo así como "No me cuentes películas que te tengo muy calao". La decía con una mirada muy propia de la titi, una mirada de inteligencia innata que hacía que si efectivamente le estabas soltando un rollo, a no ser que fueras muy tonto muy tonto, te sintieras tremendamente imbécil. Porque te dabas cuenta en seguida de que estabas intentando colarle una trola a alguien mucho más inteligente que tú, o al menos mucho más sabio. Y si no eras muy tonto muy tonto te entraba una vergüenza que pa qué.

La titi Toñi era redonda y blandita y por eso abrazarla era como abrazar a la madre Naturaleza, a la madre Patria, a la madre Tierra, a la madre de todas las madres, y también por eso todo el mundo sentía que la titi era como una madre inmensa y universal.

También tenía el alma negra, o más bien alma de negra. Si la titi hubiera nacido en Alabama habría sido sin lugar a dudas una de esas negras redondas y blanditas que cantan góspel como si fueran ángeles. Su alma muy probablemente tendría la cara y la voz de Aretha Franklin. Y su canción sería "I say a little prayer".

La titi Toñi sufría mucho; sufría por todo y por todos. Por lo suyo, por lo tuyo y por lo de cualquiera que viniera a contarle sus dolores y pesares. Llevaba tatuado en el alma el lema "Nasía pa sufrí". Cargaba con tantas penas encima que su peso al final tenía que acabar por aplastarla.

Durante buena parte de su vida fue la infatigable cuidadora de Rafa. Rafa era su hermano pero también su compañero, su amigo, su hijo, su confidente y su más ferviente admirador. Era quien más la quería en el mundo y a quien ella más quería.

Por eso cuando hace nueve años murió, buena parte de la titi se fue con él. Y la parte que quedó hizo un ejercicio supremo de supervivencia, se reseteó y se reinventó a sí misma. Y pasó de auxiliar cuponera de la ONCE a gerente de restaurante playero marbellí.

Se desprendió de sus viejos vaqueros, sus zapatillas y su anorak y descubrió los complementos a juego (bolso y zapatos rosas; zapatos y pañuelo dorados; bolso, pañuelo, pendientes y sortija turquesas; pulsera, zapatos, bolso y colgante étnicos...)

Nadie es ni ha sido capaz nunca de reinventarse como lo hizo ella, y de camuflarse con su medio ambiente de esa forma magistral. A muchos los engañó pero yo siempre supe que la Antonia auténtica se quedó en Córdoba, entre el bar Rosales y el quiosco de la ONCE de la Viñuela, y que nunca llegó a salir de allí.

Era famosa la carademalaleche de la titi Toñi. Era una cara capaz de acojonar a un tigre de Malasia, a una pitón y a un oso polar juntos. Hay sólo dos personas en el mundo capaces de helar la sangre hasta al psicópata más despiadado: la titi con su carademalaleche y el increíble Hulk.

Otra particularidad suya era que tenía muy mal despertar, probablemente era la persona con más mala hostia del mundo cuando se acababa de despertar. Y qué cara, virgen santa! Tanto es así que, a Dios pongo por testigo, más de un grito y más de dos se oyeron muchas madrugadas cuando algún desgraciado en mitad de la noche se encontraba con la titi en el pasillo, el baño o la cocina. Y a continuación, "Joder, titi, qué susto". Hablo con propiedad y con conocimiento de causa porque, sin ir más lejos, yo fui una de sus víctimas.

La titi mentía más que hablaba. Era una embaucadora nata. Por poner un ejemplo, en los últimos años intentó engañar a todo el mundo con la falacia de que era rubia. Ahora que ya no está creo que puedo revelar su gran secreto: NO ERA RUBIA. Era morena hasta la médula. De hecho, ya lo he dicho, en realidad era una gospelera negra, pero por alguna extraña razón ella quería hacerse pasar por rubia. Tal vez por mimetizarse con mamasita (que, por cierto, ya que estamos, tampoco es rubia) o quizás para alejarse de la morenaza que fue, de cuya historia no quería acordarse.

La titi tenía varios vicios, uno de los peores eran las chuches...  Consumía chuches a destajo, puede que buena parte de su contorno redondo y maternal tuviera que ver con esta afición que ella misma no ocultaba.  A algunos les llegó a confesar que a veces incluso comía chuches mientras dormía, una cualidad admirable que la ensalzaba a mis ojos aún más, si eso era posible. Tenía en su cuarto un auténtico arsenal de porquerías de colorines bañadas en azúcar que la hacían feliz y que masticaba con fruición cuando nadie la veía. Bueno, qué coño, y cuando la veían también.

Otra frase típica de la titi era: "Ahí os quedáis, que os den por culo". Ésta la decía sobre todo cuando se iba a la cama. Porque ella era de sueño tempranero y a las diez invariablemente estaba en el catre, a menudo mucho antes. En verano se prodigaba una mijilla más y a veces nos regalaba generosamente su presencia hasta las once, pero su famosa carademalaleche en esas ocasiones podía adquirir proporciones antológicas.

Otra de sus sentencias favoritas era: "Me tenéis hasta er coño". Doy fe de que jamás nombró su coño en vano y de que hubo razones a puñados para mentarlo. Y sin embargo... siempre, siempre, hasta el último día, estuvo ahí para todo el mundo, dando y compartiendo lo que tenia, mucho o poco, lo que fuera.

Acogía y daba calor a los que venían de fuera, cuidaba de todos los suyos como la madre universal que era y se dejaba la piel como gerente de restaurante playero marbellí como antes, en su otra vida, se la dejó como auxiliar cuponera de la ONCE.

Era una máquina de vivir y de querer y yo creo que por eso la muerte la respetó y cuando llegó para llevársela se quitó el sombrero y le dijo tal que así: "Señora Antonia, le voy a dar a usted la mejor muerte que traigo en la mochila".

Dicen los médicos que la atendieron que al morir no sintió nada y que fue tan fulminante que no pudo darse cuenta, pero si le hubiera dado tiempo a decir algo estoy segura de que hubiera sido: "Me tenéis hasta er coño, ahí os quedáis".

Ps. Hijaputa, no tienes ni idea de cómo te voy a echar de menos.






viernes, 1 de noviembre de 2013

Manolo y yo

Manolo es pequeño, peludo, suave, tan blando por fuera que se diría todo de algodón, que no tiene huesos.

Bueeeeeeeno, sí, vaaaaaale, esto es un burdo plagio, pero es que aunque no sea un burro se adapta tan exactamente a mi Manolo que sencillamente, no he podido evitarlo. :(

Cómo explicarlo?

Manolo es ese individuo que viene conmigo a andar el tiempo que yo quiera y al ritmo que yo decida. Caminamos y caminamos sin que se produzcan silencios incómodos ni preguntas coñazo. Él nunca se queja si estoy poco comunicativa, ni me pregunta gilipolleces del tipo: "En qué piensas" ni hace comentarios vacuos para llenar el silencio. Respeta mis tiempos y mis estados de ánimo sin interferencias ni cuestionamientos.

El respeto es mutuo; yo también respeto sus tiempos. Por ejemplo, cuando salimos a andar vamos a mi ritmo, sí, pero yo voy pendiente de sus necesidades y de cuando en cuando me paro en un arbolito para que levante su pata y marque su territorio. Y como sé que tiene costumbre de cagar tres veces tres durante nuestros paseos estoy atenta para que lo haga con sosiego y sin prisas cuando noto sus inquietudes intestinales. Repito, son un respeto, una preocupación y una complicidad mutuos.

Manolo es ese individuo que me hace gracia cuando caga. Es, de hecho, el único ser vivo que me hace gracia cuando caga. Como ya he contado alguna vez es muy divertido. Él da tres vueltas sobre sí mismo y entonces se agacha y caga, ése es su ritual, y a mí me encanta. Y además no huele, por lo menos yo no lo huelo. Nunca antes nadie me había hecho gracia cagando, la verdad. Puede que haya quien al leer esto quiera imitarlo y dar tres vueltas antes de cagar para caerme en gracia, pero desde aquí ya aviso: NO VA A FUNCIONAR. Si lo haces de forma artificial, para resultar gracioso, no lo conseguirás. Eso o sale del alma de forma natural o siempre resultará forzado y poco espontáneo. Mejor que ni lo intentes.

Manolo es también ese individuo que se apalanca conmigo a ver una peli y no se queja porque sea un coñazo ni porque no sea graciosa ni porque se aburre. Le da igual, sólo quiere estar ahí calentito, acurrucado y tranquilo. No da por culo protestando: "Joder, vaya mierda de peli", o "Y esto era una comedia?", o "Pordiossss, qué truño, por qué no vemos Aída".  No, Manolo se acomoda y respeta mis deseos, mis elecciones e incluso mis decisiones erróneas. Respeta incluso cuando elijo una película de culto, que son casi todas auténticos piñazos, pero él no dice ni pío ni guau; se limita a meterse debajo de su manta y pasa total. Eso no tiene precio porque no sabéis la de descalificaciones personales que a veces tengo que escuchar por mis elecciones cinematográficas más desgraciadas.

Que sí, que ya lo sé, que él lo único que quiere es estar calentito, que le den de comer y beber y que lo saquen de paseo. Y que el suyo no es un amor incondicional y desinteresado ni muchísimo menos. Lo sé, no soy una inconsciente ni una ingenua.

Pero oye, hay hechos incuestionables. Ahí está Hachiko, el perro japonés que después de morir su dueño fue puntualmente durante 10 años a la estación para recibirlo, hasta que él mismo murió una madrugada en ese mismo lugar. Incluso le hicieron una estatua en la puerta de la estación de aquel pueblito nipón.

Y ahí está aquel otro can que a la muerte de su amo se quedó a vivir en el cementerio y de allí no se volvió a mover nunca hasta que le llegó su propia muerte. Allí encontró su nuevo hogar y era alimentado por los trabajadores del cementerio y por los deudos de los difuntos.

Y como estos casos, a miles. Todos ellos sólo querían estar calentitos y comer y salir de paseo, pero cuando sus dueños murieron la vida siguió para el resto de la gente, el muerto al hoyo y el vivo al bollo; es ley de vida, es lo natural, es así y así tiene que ser.  No podemos morirnos todos cuando se nos muere alguien querido, nuestra especie hace siglos que se habría extinguido.

Y sin embargo... ellos siguieron hasta el final esperando a sus dueños. Sin entender que nunca volverían, que se habían ido para siempre y que no los verían nunca más. Hay algo más precioso y menos práctico, racional y humano en este mundo?

Para quien tenga la menor duda, hay una peli sobre Hachiko, que se llama así "Siempre a tu lado (Hachiko)". La protagoniza Richard Gere. La peli como tal peli es una mierda sin paliativos, pero es que aquí lo cinematográfico es lo de menos; lo único importante es la historia de Hachiko, el perrito que fue capaz de recorrer miles de kilómetros para reunirse con su dueño. Bajársela es fácil.

Si alguien es capaz de verla sin derramar hasta el último moco de su nariz es que no tiene corazón ni sentimientos ni alma... ni perrito que le ladre.

Manolo, mi pequeño, peludo y suave Manolo, va por ti.

domingo, 27 de octubre de 2013

Mamá, quiero ser princesa

Escucho en la radio (Onda Cero, radio poco sospechosa de sectarismo progreta) a la madre de una niña transexual de 6 años que va a un colegio concertado malagueño en el que no están dispuestos a cumplir con los protocolos establecidos por la Junta de Andalucía (por cierto, protocolos similares a los de casi todos los países europeos) con respecto al trato a estos niños.

La verdad es que desconocía casi todo sobre el tema de los niños transexuales, no tengo ningún caso cercano. Por suerte son casos muy minoritarios. Junto con la madre de la niña, Isabel Gemio entrevista a un endocrino especializado en estos asuntos. Ambos hablan de forma muy esclarecedora sobre un tema que por distintos motivos conocen muy bien.

El endocrino comenta que lo que es la identidad sexual de las personas suele coincidir en la mayoría de los casos con los genitales, pero que se da un porcentaje, como digo bastante pequeño, de personas en las que no se corresponde una cosa con la otra. El doctor no habla de personas encerradas en un cuerpo equivocado, como se había tratado siempre este tema, sino de niños o niñas con los genitales equivocados. Es decir, prevalece la identidad sexual sobre la genitalidad. El problema no es de ellos sino de sus genitales, que son los que están mal. Es una diferencia importante

La madre de la niña con genitales de niño cuenta la historia de su hija. Desde muy pequeña, uno o dos años, la chiquilla daba signos de una identidad sexual muy clara que no se correspondía con su pequeño pene. Además, por lo visto, estos niños tienen muy exacerbada su sexualidad. Vamos, que aunque las niñas "normales" pueden usar pantalones o jugar al fútbol, ellas no quieren ni oír hablar de prendas ni aficiones tradicionalmente masculinas. Son auténticas "princesitas". Todo lo quieren rosa, sólo se ponen faldas, vestidos, bolsitos y bailarinas y no se reconocen cuando se dirigen a ellas con el género masculino.

La mujer comenta lo difícil que fue para ella asimilar todo esto, siendo como era una persona muy religiosa y de ideología conservadora. Al principio procuraba no darle mayor importancia y lo consideraba una especie de capricho infantil que ya se le pasaría. Hasta que a los 5 años entró en el baño y se encontró a la cría con unas tijeras dispuesta a cortarse el pito porque esa cosa no era de niñas. Ahí fue donde se dio cuenta del problema y empezó a comprender que no se trataba de ninguna tontería. La señora esta se puso a estudiar, a investigar y a informarse y así supo que su hija no era un caso único y que había bastantes más por el mundo.

También contactó con el endocrinólogo que fue entrevistado con ella. Y supo que en muchos países este tipo de conflictos estaban ya resueltos mediante un sencillo protocolo que intenta respetar sobre todo la identidad del crío. Porque claro, tú en tu casa puedes tratar a tu hija como niña y referirte a ella en femenino siempre, pero cuando esa chiquilla sale a la calle y va al colegio y le dicen "Manolito" y tiene que entrar al baño de chicos todo su mundo se hunde. Y hablo de niños con cuatro o cinco años, niños que sufren muchísimo y que lo pasan fatal en la escuela.

Luego llamaron otras madres de niños en situación similar; en el caso de los varones es igual. Están hipersexualizados también, son muy machotes muy machotes. Nada de muñecas ni de colores rosas ni de vestiditos; desde que son unos mocosos sólo usan pantalones, balones y cosas de chico y todo lo que suene a niña les produce urticaria y rechazo inmediato.

En fin, el asunto es que la Junta ha establecido, como dije antes, un protocolo escolar para estos niños que coincide básicamente con el establecido en el resto de Europa y del mundo civilizado. En la escuela se respetará el sentir del niño, se le dejará que se vista conforme al sexo con el que se identifica, se le nombrará como desee ser nombrado y entrará en los servicios correspondientes a ese sexo. Así de simple y así de sencillo es paliar el sufrimiento de estos críos y conseguir que se sientan fuera de casa igual de niñas o de niños que se sienten dentro. También se desdramatiza el asunto y se consigue que no se sientan bichos raros o enfermos.

Pues bien, en Andalucía hay varios casos de niños con este problema y hasta ahora no había habido ningún conflicto. Bien es verdad que todos esos niños acudían a escuelas públicas en las que se ha respetado sin dudarlo el protocolo establecido. Hasta que llegamos a la niña de Málaga y a su colegio concertado.

Hablo de un colegio en el que se niegan a hablarle a la niña en femenino o a dejarla que use el uniforme escolar para niñas. Y lo más heavy es que cien familias de ese colegio han firmado un escrito en el que avalan la decisión del centro negándose a aceptar que la niña sea tratada como tal. Lo consideran un capricho infantil que podría perjudicar muy seriamente la disciplina del colegio y, por tanto, de sus hijos.

La verdad es que no puedo concebir qué clase de gente es capaz de firmar un escrito como ése. Qué clase de gente considera un perjuicio para sus hijos que una niña acuda al servicio de niñas o sea llamada Carmencita y no Ramón si eso es lo que ella siente que es. No entiendo a esos padres, no puedo respetar sus razones. Qué más les da a ellos cómo se llame a esa niña o con qué uniforme asista al cole? En qué perjudica eso a sus hijos?

Pero bueno, sin entender a estos padres ni respetar mínimamente su postura intolerante hacia lo diferente, menos aún entiendo que los padres de la niña no la hayan sacado inmediatamente de ese antro de mierda. Que son conservadores y muy religiosos y les gusta mucho ese colegio? Y qué? Tu hija está sufriendo ahí, está rodeada de niños cuyos padres no la quieren, que la rechazan y hacen que sus hijos la rechacen también.

Puede que se hayan tomado esto como una cruzada personal, que quieran conseguir a toda costa que en ese colegio, como en todos los demás, se respete el reglamento establecido por la Junta. Pero hablamos del dolor de su propia hija, están sacrificando en su intento a lo que más quieren en el mundo.

Sacad a esa chiquilla de ese sitio asqueroso ya, joderrrrr! No es justo para ella estar ahí ni un día más, es una tortura. Sería muy sencillo llevarla a cualquier otro cole en el que desde el primer día la llamaran Carmencita o Mariloli o Pilarín, como ella quiere, y respetaran sus vestidos de princesa y sus carpetas rosas. Y luego demandáis al colegio concertado y le pedís daños y perjuicios por lo que ha sufrido vuestra hija en él, y les sacáis hasta las higadillas. Pero lo primero es poner a esa niña a salvo de semejantes becerros, pordiosssssss.

En fin, tan indignada estoy con los padres que firmaron ese siniestro manifiesto tachando de capricho infantil el problema de esa cría como con los propios padres de la criatura, que la mantienen en ese repugnante lugar en el que su hija sólo encontrará dolor, rechazo y muy probablemente burlas.

Y si algo tengo claro en este mundo es que si alguno de mis hijos hoy, mañana o pasado se quiere llamar Maricarmen y ponerse lacitos rosas o si mi hija se quiere llamar Curro y dejarse barba y bigote, me cago en la puta madre de todo el que se lo pretenda impedir, y mi guerra será a muerte contra todos los que pretendan hacerle el más mínimo daño con sus hechos, con sus palabras o con sus gestos. Sí, qué pasa, yo también POR MIS HIJOS MAAAAA-TOOOOO.

Ps. Aprovecho para decirles a los padres que firmaron ese manifiesto contra la chiquilla cerdos mamarrrrrrrrachos hijos de puta cabrones de mierda. Ojalá les salieran a vuestros hijos tetas como carretas y a vuestras hijas cojones como melones. Uffffffffff, qué biennnnn!

sábado, 26 de octubre de 2013

La doctrina Parot y el sindiós del TDT Party.

Como sin duda ya sabéis anda todo el mundo revuelto ante la noticia de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (en adelante TEDH) ha tumbado la doctrina Parot al rechazar el recurso de España contra la condena impuesta a la etarra Inés del Río en aplicación de esta norma.  

Por si alguien no lo sabe, la doctrina Parot, que consiste en descontar los beneficios penitenciarios de cada una de las penas y no del máximo de cumplimiento efectivo, es decir, 30 años establecidos por el Código Pena in illo tempore, fue avalada por el Tribunal Supremo en 2006 para alargar al máximo el tiempo legal de estancia en prisión de estos presos.

Pues bien, la sentencia del TEDH establece que la doctrina Parot, con la que se ha alargado la permanencia en prisión de decenas de etarras y demás bazofia carcelaria, no se puede aplicar por hechos cometidos antes de 1995, puesto que lo contrario supondría una aplicación retroactiva de la Ley, y por tanto, vulneraría los derechos fundamentales de los presos.

La sentencia además abre la puerta a la posibilidad de que otros presos con graves delitos se acojan a ella, y en consecuencia, sean liberados próximamente.

Como no podía ser menos esta decisión ha sentado como un tiro a las asociaciones de víctimas, que consideran, con toda la razón, una injusticia que a los asesinos múltiples les salga igual de barato un muerto que 40. Y naturalmente ante este estímulo pavloviano nuestra querida TDT patria no ha dejado la ocasión de montar el penúltimo cirio, una vez superadas, olvidadas y al parecer resueltas las controversias gibraltareñas del mes de agosto, que tanta vidilla dieron.

Por supuesto los de la TDT  han convertido al TEDH en una panda de filibusteros insensibles que no entienden el dolor de nuestras víctimas ni la trascendencia del problema terrorista en España. Naturalmente todo esto ha sido obra del funesto gobierno de Zapatero, que en sus negociaciones políticas con ETA prometió la anulación de la doctrina Parot y a estos fines colocó en las filas del tribunal de Estrasburgo a uno de sus secuaces para convencer a todos los pobres ingenuos magistrados que componen el TEDH de la maldad de esta doctrina.

En fin, queridos fachas, querida coaudiencia del TDT Party, queridos niños, que diría el Gran Wyoming: El TEDH, por mucho que os cueste entenderlo, no está compuesto por una panda de hombres malos y/o casi subnormales que se dejan embaucar por el primer juez puesto a dedo por los fanáticos socialistas, amigos de los terroristas, con el único fin de fastidiar a los españoles de bien, y muy concretamente a las víctimas del terrorismo etarra.

Esta visión queda muy bonita y superchachi para cuentos infantiles, pero la realidad triste y cierta para adultos es que el Supremo y el Constitucional avalaron en su día una doctrina totalmente ilegal, inconstitucional y fuera de derecho. Las condenas retroactivas están prohibidas en la Constitución y en el Convenio de Derechos Humanos. Lástima que este asunto afecte precisamente a terroristas y a abominables personajes de igual o peor calaña que dan casi el mismo miedo o aún más.

La sentencia de Estrasburgo no es más que el resultado de la chapuza que fue en su día la doctrina Parot. Si por intentar mantener a toda costa durante más tiempo a los etarras en la cárcel se saltaron la legalidad y se sacaron de la manga una estrategia tramposa, de aquellos polvos vienen ahora estos lodos. 

Si Inés del Río cuando cometió sus delitos fue juzgada con un código penal y condenada a X años con los beneficios que le correspondieran según ese código... eso es lo que hay. Protestar ahora porque no se cambiaron las leyes a tiempo es absurdo. 

Si aceptamos que nos regimos por la Ley, tanto para lo que nos gusta como para lo que no, tenemos que aceptar que esta señora ahora salga en libertad. Igual que hace unos años el mismo Tribunal, el mismito TEDH que ahora es tan insensible y tan ajeno a nuestros problemas, sentenció que Batasuna era ilegal y entonces nos pareció a todos menos a los asesinos un tribunal estupendo.

De todas formas la asesina Inés del Río debía estar según la legislación con la que fue juzgada hace ya cinco años en la calle así que todos los que se ha tirado de más bienvenidos sean.

Queridos niños, las sentencias no siempre son a nuestro gusto. Pero del mismo modo que exigimos que se acaten cuando nos molan y nos parecen la hostia de buenas, cuando nos caen como una patada en los huevos-ovarios tenemos también que acatarlas.

Nos regimos por las leyes para lo bueno y para lo malo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza.... Espera, esto no iba aquí, no? 

Joder, cuando me sale la vena casamentera me pierdo.

martes, 15 de octubre de 2013

Si bebes... no conduzcas, ni andes, ni te muevas.

No sé si os habréis enterado de que el Consejo de Ministros ha aprobado ya el proyecto de reforma de la ley de Tráfico y Seguridad Vial, que incluye pruebas de drogas y alcohol a los peatones que infrinjan normas de circulación y no sólo a aquellos que sean víctimas o copartícipes de un siniestro, como sucedía hasta ahora.

Bastará que se cometa una infracción para que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado puedan someter a los peatones a los test de detección de drogas, mediante la prueba de saliva, y de alcohol, según aseguró el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.

Quiere esto decir que si cruzas caminando por un paso de peatones, si el muñequito está en rojo, aunque no venga ningún coche ni provoques accidente ninguno, y pasa por allí un agente de tráfico te puede perfectamente exigir que te sometas a un test de alcoholemia y, si sale positivo, plantarte una multa de hasta 1.000 euros por todo el morro.

Que te bajas del autobús, donde te has montado porque has bebido y no quieres conducir, y cruzas por detrás, después de mirar cuidadosamente para asegurarte de que no viene ningún coche, en lugar de hacerlo por el paso de cebra que está 30 metros más allá? Infracción, otros 1.000 eurazos.

Que te has tomado unas cervezas con los compis al salir del trabajo y tu verticalidad está en entredicho? Ni se te ocurra cruzar al otro lado de la cera, mantente por el que vas y asegúrate muy bien de que no te acecha ningún agente mirando hacia todas partes antes de atravesar la calzada si no lo haces por un paso de cebra o un semáforo.

Desde luego para los amantes de la cerveza, del vino o de los destilados la cosa se está poniendo verdaderamente fea. Hasta ahora la solución era no llevarse el coche cuando uno sabía que iba a tomar unas copas, o ir con un amigo abstemio, esa rara especie solicitadísima hoy en día por cuya compañía todos nos damos tortas. Pero a partir de esta nueva reforma no servirá de nada no llevar coche o llevar amigo sobrio porque el agente al acecho sacará su test y os hará soplar a los dos, y tu amigo se librará pero tú pagarás.

Esto puede ser trágico para los amigos abstemios, un bien tan preciado últimamente y que con tanto mimo cuidamos, pero que con la nueva Ley perderá todo su encanto y utilidad. La gente volverá a pasar de ellos como de la mierda porque sólo despertarán animadversión y recelos, al estar libres por completo de las sanciones casi seguras a las que todos los demás estaremos expuestos. Terminaremos odiando a los abstemios, sin duda, tanto como ahora los queremos.

Por otra parte será la perdición también de los negocios de hostelería. Si hasta ahora la ruina había llegado tan solo a los bares y restaurantes de carretera, ya se extenderá a los locales de la ciudad que estén situados en zonas a las que para acceder no haya más remedio que cruzar alguna calzada, es decir, todos.

Eso sí, con medidas como éstas puede que el déficit se convierta en poco más de un año en claro superávit. A costa de multas a ciudadanos que osen tomarse un par de cervezas y cruzar a continuación la calzada dos metros más allá del paso de peatones, pronto este país se pondrá a la cabeza del mundo en recaudación por vía punitiva.

Curioso que haya tomado estas medidas el gobierno de un partido que cuando estaba en la oposición se quejaba de la insoportable injerencia del anterior ejecutivo en las vidas privadas de los ciudadanos. Esto no es injerencia, no; esto es directamente un atraco a mano armada. Armada con el talonario de multas.

Qué hacer, pues? Tan solo se me ocurren tres opciones: o no beber nada de alcohol y pasarnos todos al lado oscuro de la abstinencia; o beber solos en casa, a oscuras y en secreto, cuando nadie nos pueda ver, y sobre todo multar; o, llegado el caso, salir corriendo cuando el agente nos pida que soplemos, y confiar en que la falta de matrícula identificativa nos salve.

Eso hasta que se den cuenta y nos obliguen también a matricularnos.

lunes, 14 de octubre de 2013

La "desinformada" (II parte). Y ahora además pija, progre alternativa y glamourosa. Toma ya!!!

Bueno, pues parece que mi amiga la que me llamó desinformada está pelín enfadada porque dice que falto a la verdad, así que para ser lo más exacta posible le he pedido permiso para copipegar sus  mensajes y me lo ha dado.  En fin, aquí van, por riguroso orden de llegada.

MENSAJE 1.
 
En esta ocasión como en tantas otras no te enteras de nada.. te lo tenía que decir...

MENSAJE 2
                                
En todos los países.. la ley del mar recoger y auxiliar SIEMPRE... las leyes de todas las costas (de todas) es que solo se atraca con permisos y en situación legal... acceden por "diplomacia" o más bien por dinero.. mucho dinero, otra mafia más pero entre estados... Es decir, quédatelos tu que según tus leyes los puedes largar cuando quieras, matar o lo que te de la gana (Libia, Mauritania, etc..) y yo te pago un pastón para quitarme el problema (España, Portugal, Italia, etc.. SIEMPRE.. con todos los gobiernos)

Mientras el barco que realiza la ayuda se muere de pena y de hambre en alta mar (perdiendo su trabajo de días..) esperado a que fijen la transacción.. monetaria, eso no lo dudes

En 2009. Italia y Malta
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/04/19/internacional/1240141662.html

En 2007 en España. Se negocia con Libia pero de entrar a España nada de nada.
http://www.cadenaser.com/espana/articulo/inmigrantes-corisco-desembarcan-libia/csrcsrpor/20071015csrcsrnac_2/Tes

2007, a 450 millas de puerto español pero prefieren pagar a otro pais para largarle el marrón... El problema para el barco que auxilia
http://blogs.periodistadigital.com/emigrantes.php/2007/02/05/mauritania_impide_atracar_a_un_barco_neg

En 2006.. otro barco español
http://www.eldiariomontanes.es/prensa/20060721/nacional/contraorden-impide-pesquero-rescato_20060721.html

Y maś, y más y más...

MENSAJE 3

Faltas a la verdad.. se te está pegando de "la ser" y de "El país" y eso que los sigues poco..

MENSAJE 4

Cuando dices que no recogen a los inmigrantes porque se les pudre el pescado faltas a la verdad.. o al menos le das la vuelta según te interesa.. si que digo que pierden el trabajo de días, pero ya te explico que el problema es que pierden la vida ellos y los inmigrantes.. la mayoría de las personas que recogen están tan mal que en muchas ocasiones mueren... otras necesitan atención sanitaria urgente.. además de comida, agua, mantas, etc..

Los barcos ofrecen la ayuda que pueden, los multen o no, la multa después se puede no pagar, o recurrir.. en fin no es ese el problema.

Ya te he intentado explicar, los motivos reales.. y me parece fatal que trates de asesinos a los pescadores... que es lo que haces..

Hay foros de gente del mar, y en algunos hay hilos abiertos sobre el tema.. la mayoría aconsejan 1. obligatoria la ayuda (ley del mar, escrita o no). 2. Avisar a las autoridades, echar los botes y bajar a dar la ayuda que se pueda y esperar a que llegue salvamento, pero siempre evitar subir al barco... casi todos hablan de la imposibilidad de atracar y otros de motines a bordo, etc...

En fin, que hablas de ellos muy a la ligera, los llamas asesinos, etc... pero que todo eso desde la terracita al solecito de tu casa es muy fácil. Sal alguna vez de tu condición de pija-progre-alternativa y glamurosa para ponerte en el lugar de los otros...

FIN

Y ahora mi comentario final:

Pues sí, seré una pija progre alternativa y glamourosa, no te digo yo que no. Puede que todos los que consideramos una barbaridad y una vergüenza lo que pasó en Lampedusa seamos unos pijos progres alternativos. Pero ver ahogarse a tu alrededor a un montón de personas y no acudir en su ayuda me parece, por muchas justificaciones que me quieras dar y por muchos foros de pescadores que visites, una absoluta, rotunda y monumental aberración de la naturaleza humana. Sin paliativos. Y menos mal que hubo barcos de pesca que afortunadamente hicieron caso omiso a todas las recomendaciones; gracias a ellos se salvó la poca gente que salió con vida de la tragedia.

Firmado: Pijaprogrealternativaglamourosasuperdesinformadaamuchahonra.

domingo, 13 de octubre de 2013

La "desinformada" (Post con una mijilla de retranca)

Después de leer mi último post sobre los 300 inmigrantes muertos en Lampedusa me escribe una amiga un email en el que me dice tal que así: "Como de costumbre escribes sin informarte, lee un poco antes de ponerte a escribir".

?????????????????... Pienso yo, claro, un poco confusa y pillada por sorpresa.

Luego se explica y me "informa" ella de que lo de los pescadores es algo inevitable. No pueden recoger a los inmigrantes que se están ahogando porque con ellos en sus embarcaciones no los dejarian atracar en ningún puerto y se tendrían que quedar en alta mar y el pescado se les pudriría. Es normal y comprensible que no los recojan. Sí, lo prometo, palabrita, eso me dice. Y me manda unos cuantos enlaces para certificarlo. Conste que lo cuento aquí porque ella intenta responderme en el blog y no lo consigue así que me manda los comentarios a mí en privado; por lo tanto doy por sentado que no le importa que yo transcriba sus opiniones y que si pudiera lo haría ella misma.

En fin, le contesto yo a esta muchacha poco más o menos lo siguiente: Pues no, mira, no me parece normal. No es normal de ninguna de las maneras que nadie deje morir a nadie ni por una multa ni porque te dejen o no te dejen atracar en el puerto ni porque el pescado se te pueda pudrir. Es instintivo, como la propia supervivencia. Si estás viendo ahogarse a una persona (no ya digamos a decenas) simplemente no te planteas qué te puede pasar después, no creo que ninguna persona normal se ponga a pensar en eso. O sí, no sé, en mi cabeza no cabe. Es una vergüenza. Lo dijo el Papa, lo dijo la alcaldesa de Lampedusa, lo dijo el fiscal anticorrupción de Italia, lo dice espantado el mundo entero y ahora lo digo también yo.

Pero una vez superado el momento inicial de desconcierto y aclarados los términos de mi post, la verdad es que lo que me dice esta amiga sobre que me informe me hace pensar. Oye,igual hablo más de la cuenta sobre cosas de las que no sé nada. Igual escribo muy alegremente sin tener datos suficientes, no sé. Su comentario consigue que me autocuestione. Y dedico un buen rato a meditar sobre este asunto. He aquí el resultado de mis profundas meditaciones:

Conozco a muchas personas de izquierdas, a unas pocas menos de derechas y a unas cuantas por desgracia indiferentes con respecto a todo lo que pase a su alrededor. Digo por desgracia porque prefiero mil veces a gente que se pringue, por muy contraria que sea a mi cuerda, que a esa gente a la que todo le da igual o que nunca se forma una opinión sobre nada. O lo que es peor, que no le interesa nada de lo que pasa, salvo lo que le concierne directamente. En fin, a lo que voy, que conozco gente de todo pelaje.

Los de izquierdas suelen informarse leyendo "El País", escuchando "La Ser" y viendo "La Sexta". Los de derechas tienen un espectro de nutrición informativa mucho más amplio: Intereconomía, 13 TV, la nueva TVE; en prensa El Mundo, La Razón, ABC, La Gaceta, Libertad Digital; en radio Onda Cero, la Cope, etc.

Es muy raro, muy muy rarito encontrarte a uno de izquierdas que escuche la Cope o que vea Intereconomía o a uno de derechas que se aventure a poner "El Intermedio" o a escuchar La Ser. No hablemos ya de leer El País. Todos te dicen lo mismo: no pueden soportarlo, algunos incluso se ponen enfermos físicamente.

Me precio de ser la única persona de mi entorno que, a pesar de reivindicar sin complejos mi ideología de izquierdas, no tengo el menor reparo en tragarme todo e informarme en todas partes, por pestilentes y vomitivas que me resulten algunas de ellas, que a Dios pongo por testigo, muchas bien que me lo resultan.

Los fines de semana leo El País; el resto de la semana mi periódico de cabecera es El Mundo digital, en cuyos foros famoseo al más alto nivel y me peleo con fachas de toda procedencia y pelaje. Tengo 24 seguidores incluso, que se dice pronto, lo cual es algo casi heróico en un periódico en el que lo más bonito que te dicen si defiendes que el derecho a decidir es algo que podría estudiarse es "fanática separatista de mierda, vete a tomar por culo".

Luego pasamos a la radio. En mi casa se escucha La Ser; a mí me aburre muchísimo, por lo mismo que me aburre El País. No concibo informarme donde todos piensan más o menos como yo, eso de darnos todos la razón como a los tontos me parece deprimente. A pesar de que, por lo visto,  es lo que más le reconforta a todo el mundo, a juzgar por lo poco que se mueve la peña por los territorios del enemigo.

En fin, a mí lo que me va es la vidilla y el chusneo. Por ese motivo mi radio de cabecera es Onda Cero, y cada mañana escucho con verdadero fervor, como la fósfora más fósfora, "Herrera en la Onda", programa en el que además participo con bastante frecuencia como oyente cibernauta. Si alguno oye a Beatriz Ramos Puente, de los Ramos Puente de toda la vida, decir "Inma nos escribe que..." esa Inma casi siempre soy yo. Llevo contabilizadas mis intervenciones en ese programa y son más de 100. A veces pienso que una de dos, o no les escribe ni Dios o es que mis emails les parecen la mar de interesantes, a pesar de estar superdesinformada. Quizás un día de éstos les pida que me paguen algo por mis inestimables colaboraciones.

Curiosamente nadie de izquierdas que conozco escucha ese programa porque no puede soportar el facherismo obvio y confeso de Carlos Herrera y su troupe, que efectivamente, a ratos es un verdadero purgante y para escucharlos hay que tener el estómago de un tiburón blanco, que le cabe todo. En cambio este programa es el favorito de la persona que me llamó "desinformada", persona que pertenece al club de los que antes de sintonizar La Ser se harían el harakiri o se tirarían por un puente a las aguas más procelosas y turbulentas. Sí, no digas que no, que sabes que lo harías.

Y de la tele qué os voy a contar. En cuanto que en mi casa me dejan sola una noche, sin testigos, lo primero que hago es meterme subrepticia y clandestinamente en Intereconomía y 13-TV. Pervertida me llaman los que saben de este vicio secreto. Qué passssa? Otros se meten a ver porno o la teletienda, que pervertidos los hay de todas las especies, gustos y colores. Pues bien, mi perversión es Intereconomía y la 13, a mucha honra.

Y los sábados por la noche mi programa de cabecera es "La Sexta Noche", que sí, que es en La Sexta, peeeeeeeero... por qué lo veo? Pues lo veo porque no me pierdo ni muerta a mi Paquito Marhuenda, el auténtico gurú del facherismo patrio. Sí, Marhuenda, el famoso director de La Razón, el mismo que cuando todos los demás periódicos abrieron con Bárcenas entrando en prisión, él abrió el suyo con una foto en portada de Felipe y Letizia llevando a las niñas al cole.

Sí, Marhuenda, el mismo que viste y calza. En mi casa cuando Marhuenda aparece en pantalla unos dicen que se van a la cama, otros que se van a mear y otros que se van a fumar. Sin embargo todos respetan mi devoción por Paquito y se retiran discretamente para dejarme disfrutar a gusto de su sapiencia, su peculiar estilo torero, y por qué no decirlo, de su hipnótica carita de lechuza beoda.

En fin, a lo que voy. Yo, yoooooooo, que me lo trago todo, que me lo como todo, que me meto en antros pestilentes en los que nadie con un mínimo de escrúpulos jamás se metería; que, en mi afán de informarme, sobreinformarme y requeteinformarme, he tenido que escuchar cosas que a un oído algo menos endurecido y curtido que el mío le habrían hecho ensordecer de puro espanto.

Yooooooooo, la colaboradora secreta de Carlos Herrera, la que atesora 24 fieles seguidores en los foros de El Mundo, la que ha estado a punto de destrozar su paz hogareña por esa rara afición hacia el indescriptible Paco Marhuenda... Yo... desinformada!!!!! Desinformada yooooooooo????????

jueves, 10 de octubre de 2013

La vergüenza de Lampedusa

Casi 300 muertos en Lampedusa. Inmigrantes que huían de la miseria en sus países de origen y pretendían acceder a la "Tierra prometida" de Europa. El Papa Francisco (sí, ese Papa que nos gusta mucho más a los ateos que a los de su propia cuerda) califica el hecho de "Vergüenza". Una palabra exacta, adecuada, justa. Simplemente es eso, una vergüenza.

Es una vergüenza que la riqueza del planeta esté concentrada en unos cuantos países del Norte, mientras que la pobreza más ominosa se cierne sobre la inmensa mayoría del Sur. Pero mucha más vergüenza es lo que pasó la semana pasada en las orillas de la isla italiana.

Sangran las noticias que nos llegan de personas ahogándose en el agua pidiendo socorro desesperadamente mientras varios pesqueros que navegaban por el lugar se daban media vuelta y los dejaban morir a sus espaldas.

O los servicios de rescate que tardaron casi una hora en llegar, cuando ya prácticamente todos los que corrían peligro de ahogarse habían sido tragados por las aguas del Mediterráneo.

Y digo que es vergüenza porque ni siquiera se puede explicar este comportamiento atendiendo a la funesta ley Berlusconi que amenazaba a cualquiera que auxiliara a un inmigrante ilegal con ingentes multas e incluso con penas de cárcel. Esto no exonera a nadie de su culpa. Qué clase de mamarracho se pone a pensar en una posible multa mientras decenas de personas están muriendo delante de sus narices. Estamos enfermos o qué?

En España aún no hemos llegado a esos niveles en nuestro trato a los inmigrantes, aunque buen camino llevamos. Si no hemos llegado es porque competir con un campeón mundial como Berlusconi en nivel de abyección es muy difícil, pero ya digo que nuestras autoridades hacen lo que pueden.

Como ejemplo de leyes vergonzantes tenemos ésa que expulsa a los inmigrantes sin papeles de nuestro sistema público de salud, algo que les parece estupendo a muchos votantes del partido en el poder, y lo que es aún más sangrante, incluso a bastantes votantes de otros partidos, para oprobio de todos sus demás compatriotas.

Para los gobiernos las personas no existen, sólo existen los números. En eso poco se diferencian nuestros dirigentes del delincuente Berlusconi. Ellos hacen sus cuentas: hay X inmigrantes y nos podemos ahorrar Y si no los atendemos en nuestros hospitales o si los dejamos morir en las orillas de nuestras costas. Pues está claro lo que hay que hacer.

Pero los que no somos el gobierno sabemos que no son números, que son personas, como tú y como yo. No eran números los que murieron esta semana en las costas de Lampedusa. Tenían caras y nombres. Ni son números los que acuden a nuestra sanidad para salvar su vida.

En qué cabeza cabe que un médico o un enfermero que han estado asistiendo a un inmigrante con cara, nombre y apellido, un paciente, que le han estado administrando diálisis por sus problemas renales, o quimioterapia para curarle un cáncer, en qué cabeza cabe que un buen día, porque a un político desalmado se le ponga en la punta de la polla, manden a esa persona a morir a la calle negándole la medicación que le está dando la vida. Qué clase de persona es capaz de negarle la diálisis a un enfermo de riñón porque no tiene papeles?

Tal vez el mismo tipo de persona que es capaz de no auxiliar a un inmigrante que se está ahogando a veinte metros porque tiene miedo de una multa.

No sé vosotros pero yo definitivamente me apunto al club "Cuanto más conozco a las personas, más me gustan los animales".

miércoles, 9 de octubre de 2013

Fascitis plantar: Historia de una breve carrera deportiva

Algunos ya lo sabéis, para otros será novedoso; en fin, para unos y para otros ahí va la historia tal y como ocurrió, con todo lujo de detalles.

Érase que se era que estaba yo un buen día, un sábado de septiembre, paseando al Manolo (mi perro) y me encontré de sopetón con una carrera, sólo de mujeres. Qué guay, vamos a verla.

En fin, el caso es que yo, que siempre había sido del nutrido club de los "Correr es de cobardes", tuve de pronto una visión de mí misma con deportivas, leggins y camiseta sintiendo el viento en mi cara mientras mis pies volaban sobre el asfalto, y allí mismo, en ese instante preciso, tomé la decisión: yo también voy a correr. Y dicho y hecho, todo el que me conoce sabe que, como dice la copla, mi palabra es la ley.

El primer día le birlé las zapatillas a mi hija porque yo no tenía, pero al siguiente moví los hilos domésticos adecuados y conseguí mis propias zapatillas. Yo, la reina del tacón, la cuña y la plataforma, en zapatillas de deporte!!! Pues sí, ver es creer.

El resto de la equipación la tenía en casa; sólo tuve que adquirir un pequeño bolsito riñonera para llevar mis llaves, mi móvil y mi inevitable paquete de klínex de alérgica crónica. Lista para machacar el suelo bajo mis pies. Pobre ilusa!

Ni corta ni perezosa al día siguiente, sin más dilación, perfectamente equipada, salí a correr. Mi primera intención había sido hacerlo con mi Manolo porque el día de la carrera vi a algunas atletas que corrían con sus perros y me pareció una bonita actividad para compartir con tu mascota. Claro que esos otros canes tenían una envergadura importante; el pobre Manolo (os recuerdo, un mix entre chihuahua y salchicha, en definitiva, una menudencia canina), cuando habíamos recorrido cien metros, empezó a arrastrar la lengua, a lloriquear y a ponerse a dos patas para que lo cogiera en brazos. Total, que lo cogí, la lengua toda fuera, sin resuello, y lo llevé de esta guisa a casa, donde lo dejé bebiendo agua de su cuenco como un poseso, mientras yo me volvía a la calle para seguir en solitario con mi carrera deportiva recién inaugurada.

En la esquina me encontré a un vecino mío que también corre haciendo sus ejercicios de calentamiento y pensé para mis adentros: "Menuda gilipollez, tanta pose y tanto pego, si esto es supersencillo. No hay más que poner un pie delante y otro detrás y ya estás corriendo. Lo que le gusta a la gente gilipollear". Sí, éstos fueron mis pensamientos, lo confieso. Menudo castigo me esperaba por chulilla y por imbécil.

Yo nada, a lo mío; ni calentamientos ni pollas, que una no es de Bilbao pero como si lo fuera. Eso sí, me iba parando a ratitos, tampoco estoy tan loca. Y de todas formas es que me asfixiaba, no tenía más remedio que ir parándome. Hacía series como de 300 metros, 200 corriendo y 100 andando y resoplando. Así tres o cuatro, vamos, una vuelta y media a las pistas deportivas del Fontanar, para que os hagáis una idea.

Pero a todos los efectos como si hubiera hecho la maratón de Nueva York, llegué a casa sudando como un pollo pero toda satisfecha conmigo misma, y me pegué una ducha fría que me hizo sentirme una auténtica atleta olímpica. Estaba feliz, pletórica;  por fin había encontrado mi lugar en el mundo. En el mundo del deporte, se entiende.

Repetí la secuencia dos o tres días más, ya completamente en soledad porque había comprendido que el Manolo no era buena compañía para esto. Yo supercontenta, aunque en mi casa los degenerados de mis hijos se cachondearan de mí. "Mamá, cuántas vueltas has dado hoy? Uyssss, pero si has corrido 15 minutos, campeona, juasssssss".

En fin, a palabras necias oídos sordos; yo seguía a lo mío, dispuesta a demostrar al mundo mis dotes y mi capacidad de entrega y sacrificio deportivos. Me sentía una Rafa Nadal amateur, una sufridora nata. Descubrí que sudar y meterse bajo el agua después era un goce casi orgásmico y por primera vez en mi vida entendí el enganche de los miles de personas que por el mundo corren como si les persiguiera el mismísimo diablo. Yo ya formaba parte del club, era una de ellos. Poquito a poco pero con paso firme pensaba ir aumentando cada día mi dosis de asfalto hasta convertirme en una auténtica corredora de pro.

A los pocos días decidí que iba a aumentar a 3 vueltas y que iba a intentar ir andando lo menos posible. Por descontado en la esquina de mi calle volví a encontrar a mi vecino haciendo sus ejercicios de calentamiento y, cómo no, volví a pensar: "Cuánta gilipollez, déjate de chorradas y ponte a correr, coñññññño. Mírame a mí, que corro sin tanta tontería y tanto pego". Ese día di las 3 vueltas y mi satisfacción iba en aumento.

Al siguiente era festivo y decidí correr por duplicado, mañana y tarde. Dicho y hecho, hice doblete, aunque cuando volví a casa después del turno de tarde iba un poco tocaílla. Agujetas, pensé. Ja, otra vez pobre ilusa!

Cuando me levanté al día siguiente y apoyé los pies en el suelo vi las estrellas de todas las galaxias del firmamento juntas. Ayssssssssss, qué agujetas, volví a pensar en mi ignorancia. Pero como pude conseguí ponerme en marcha y cumplir con mis deberes laborales, familiares y deportivos.

Al llegar la tarde, como siempre, saqué a mi perro de paseo y luego me puse mi equipación para correr, pero cuando intenté dar la primera zancada me di cuenta de que era imposible. Lo atribuí a las temidas agujetas y decidí parar un poco el ritmo; durante unos días me limitaría a andar rápido y pegar una carrerilla de vez en cuando.

Sí sí sí. Ni carrerilla ni andar ni pollas en vinagre. Ese fin de semana prácticamente no podía moverme, las agujetas me estaban matando. Conseguí arrastrarme dos días más hasta el trabajo; la bici era mi salvación porque cuando me montaba en ella el dolor desaparecía automáticamente y volvía a sentirme persona de nuevo. Al bajarme me temblaban las canillas de puro terror: dios míiiiiio, otra vez a andar. Me moría sólo de pensar en dar un solo paso.

Al tercer día sucumbí y me quedé en casa. No tuve más remedio que darme cuenta de que aquel dolor ya sobrepasaba lo que eran unas agujetas normales y corrientes de las de toda la vida de Dios.

Y ahora viene lo mejor, lo que de verdad creo que me define como persona y como tarada auténticamente vocacional.

Procedí a identificar con todo cuidado aquel dolor y decidí que provenía del talón. Inmediatamente me fui al Google y tecleé: "dolor talón". Tropecientas entradas. Vale, estudiémoslas concienzudamente. Me fui metiendo una por una, y tras visitar las cinco primeras por fin llegué a mi conclusión y a mi diagnóstico clínico:  "Fascitis plantar". Paradojas de la vida, una rojilla de toda la vida al final termina padeciendo una enfermedad con nombre facha. "Fascismo plantar, mamá?" Me dijo mi propia hija con bastante cachondeo.

La fascitis plantar es una lesión en el talón muy frecuente entre deportistas y sobre todo entre atletas. Naturalmente me sentí identificada de inmediato, como atleta en ciernes que era. Sin más dilación informé a algunos amigos por guasap: "Tengo fascitis plantar". Y eso qué es, preguntaron todos. Menudo nombrecito, comentaron otros. Les puse al corriente en pocas palabras: es una lesión frecuente entre deportistas y se cura con reposo absoluto, hielo y antiinflamatorios.

Zafarrancho de combate en mi casa. Sacamos el arsenal químico para estas ocasiones: Voltarén en crema y en pastillas, Ibuprofeno y bolsas de hielo. Ah, y unas muletas que conservamos desde que alguien nos las prestó para el último tullido, uno de mis hijos, creo.

Con todos estos preparativos, una vez hecho el diagnóstico y comenzado el tratamiento, me informo por Internet de que el médico adecuado para esta dolencia es el podólogo. Yo nunca he ido al podólogo, pensaba que era el médico de los callos, pero llamo a mi seguro (por razones de salud que ya conocéis tengo seguro médico privado) y pido cita para el susodicho. El jueves por la tarde, guay.

No es podólogo; es podóloga.

- Hola, buenas tardes.

- Buenas tardes. Usted me dirá.

- Pues nada, que tengo fascitis plantar y me duele muchísimo. No puedo dar un paso, estoy paralizada por completo.

La podóloga me pide que me descalce, coge mi pie como si fuera el zapatito de Cenicienta y lo mira con interés.

- Uysss, pie cavo. La fascitis es muy típica en personas con el pie cavo. Y si encima hacen deporte sin calentamiento previo es fatal. (Glups)

Y dicho esto me da una lección magistral sobre las causas de la fascitis plantar, el modo de prevenirla, sus síntomas y el tratamiento. Todo lo que yo ya sabía: reposo, hielo y antiinflamatorios. Me receta una pomada, me dice que con ella me sentiré mucho mejor y que en menos de quince días se me habrá pasado. Si no, tendré que ir al traumatólogo y lo mismo hay que hacer infiltraciones de corticoides. Pero vamos, que seguro que no, que se me pasa antes. Muy bien, gracias, hasta luego, adiós.

Mi pomada, mi hielo, mis pastillas, mi reposo... los días que me he cogido en el trabajo, que se acaban, y yo sigo dando muletazos al más puro estilo House, drogándome como una yonki y sin ser capaz de dar un paso sin gritar. Si me doy de baja me tocan la nómina y entre las congelaciones salariales y la subida del puto IPC estoy más tiesa que una estaca; nada, tengo que ir a trabajar sí o sí, aunque sea minusválida perdida. El rato que vaya montada en la bici genial; el resto, a apretar los dientes, a hacer de tripas corazón y a arrastrarme por esa biblioteca mastodóntica en la que para llegar de un lado a otro hay que atravesar distancias semejantes a las dimensiones de Groenlandia.

Madre mía, qué lejos está todo y qué poquita cuenta nos damos cuando podemos andar con normalidad. Cómo es posible que yo considerara un agradable paseíto el que va desde el aparcamiento de bicis, la zona de ticaje y mi puesto de trabajo. Cómo esos cientos de miles de kilómetros me pudieron parecer un día unos pocos metros ideales para hacer algo de ejercicio matutino. Cómo conseguía llegar tan fresca y tan lozana hasta mi mesa cuando ahora es casi como atravesar el desierto del Gobi ida y vuelta con una tormenta de arena y vientos en contra de 300 kilómetros por hora.

Y lo que es peor, cómo conseguir caminar con mi habitual estilazo, glamour y movimiento sexi, sin que se note la puuuuuta cojera, mientras los lagrimones se me caen como puños del puuuuuto dolor y me estoy cagando en el jodido cabrón hijodeperra que diseñó esa puuuuuuta biblioteca.

No puedo esperar los 15 días que me ha dado de plazo la podóloga. Ni de coña. Aparte de que su autoridad profesional me resulta más que discutible, sobre todo porque mi dolor no remite e incluso diría que cada día va a más, o al menos, yo así lo siento.

Oiga, me da cita para el traumatólogo? El lunes por la tarde? Vale, gracias.

- Hola, buenas tardes.

- Buenas tardes, siéntese. Cómo se llama, yo Eduardo. Usted dirá.

- Pues verá, Eduardo, tengo fascitis plantar y estuve la semana pasada en la podóloga, que me mandó una pomada específica y me dijo que iría mejorando, pero cada vez estoy peor y he decidido pedir una segunda opinión.

- Muy bien, veamos ese pie.

Coge mi pie con tremenda delicadeza de traumatólogo conocedor de las miserias y dolores humanos y empieza a pulsar teclitas. Duele aquí? No, ahí no. Aquí? No, tampoco. Aquí? No, es por aquí. Aquí? No, un poco más arriba. Aquí? Un poquito más. Y a la izquierda. Ahí ahí ahiiiiiiiiiiií. Aaaaaaaarrrrrggggg!

(Es sólo un traumatólogo tocando un pie. Deja de sobarte, coññño! Compórtate!!! Pero por qué no me leerán nada más que salidos???)

En fin, que Eduardo tira mi diagnóstico por tierra: "Esto no es fascitis, esto es tendinitis. A ti lo que te duele es el tendón de Aquiles. La tendinitis es una lesión muy frecuente sobre todo si se hace deporte sin el suficiente calentamiento" (Glups)

Diossssssss, San Google me ha fallado una vez más. Llevo una semana pregonando mi fascitis plantar a diestra y siniestra, incluso recabando información de mis compañeros de trabajo que también han sufrido la dolorosa experiencia, entrando en foros sobre fascitis plantar, dando mi opinión, sentando cátedra en función de mi propio dolor y de su evolución hacia la cronificación, y... todo lo que tengo es una vulgar tendinitis de mierrrrda????

En fin, termino porque me deprimo aún más. Sigo padeciendo horrores: mi vida deportiva ha terminado y no sé si alguna vez seré capaz de reanudarla. Recorrer los 1000 metros desde mi bici a mi mesa de trabajo y viceversa es una tortura similar a que me arrancaran las uñas de los pies con unas tenazas de los chinos. Para colmo la dirección, carente por completo de un mínimo de sensibilidad, ha cerrado la puerta de proveedores, que me ahorraba 350 pasos contabilizados hasta llegar a la bici.

Mi mundo se ha hundido. Sólo pensar en bajar con la bici a cuestas las escaleras del tren tengo que apretar los dientes y pedir fuerzas a todo el santoral, en el que encima ni creo. Mantener la dignidad de mi antológico andar sexi y glamouroso me cuesta Dios y ayuda. A veces el sudor chorrea por mi cuello mientras bajo cada escalón haciendo malabarismos para no dar ese paso fatal que... ayyyyyyyy... me mata.

Y como no he tenido bastante con el Google, ayer volví a teclear: "cuánto dura dolor tendinitis aquiles?" Y desde que leí las respuestas ahora encima no puedo dormir.

Pues sí. Cegata, medio sorda, ahora tullida, y encima... insomne. Quién da más.

Y por si fuera poco, otro castigo del señor: hoy he vuelto a ver a mi vecino haciendo ejercicios de calentamiento.

Esto no es vida.

Postdata. A fecha 21-10-2013 apostillo: He ido a hacerme una ecografía del talón y el radiólogo me ha vuelto a cambiar el diagnóstico; no tengo tendinitis, ahora tengo una cosa que se llama bursitis. Creo que he batido todos los récords: he corrido 500 metros y ya llevo tres lesiones. No quiero ni pensar si llego a correr una maratón.

(Probablemente continuará con nuevos diagnósticos)

jueves, 12 de septiembre de 2013

Y seguimos con el aborto

Gallardón, cómo no, ataca de nuevo. Lo último es que "El PSOE se opone a la reforma del aborto como hizo en 1931 al votar en contra de que se reconociese el derecho al voto de las mujeres". Ahora toca tirar de Clara Campoamor para justificar la nueva ley. Vaya por diosssss, y qué más chorradas no tendremos que soportar de aquí a que se decidan a aprobar la dichosa reforma de los cojones!  

http://www.elmundo.es/elmundo/2013/09/11/espana/1378893031.html?cid=CM0803

Menos mal que todos sabemos que la nueva ley será derogada ipso facto en cuanto consigamos echar a esta gente y por fin volvamos a formar parte de la civilización  

La civilización, ese lugar del que nunca debimos salir y del que los tipos estos siempre terminan sacándonos a tirones.

La civilización, ese sitio maravilloso en el que las personas son personas, los fetos son fetos, los embriones son embriones y los espermatozoides son espermatozoides y nadie tiene problemas para distinguir una cosa de la otra. 

La civilización, ese lugar mítico en el que están legalizados hasta los matrimonios entre personas que no se quieren.

Pero si algo llevo yo fatal de los fundamentalistas antiaborto son ésos que te espetan y te esputan tal que así: "Y tú qué sentirías si tu madre te hubiera abortado?"

????????? Dios mío, qué clase de pregunta es ésa, por favorrrrr? Yo ya no puedo ser abortada precisamente porque no soy un feto sino una persona. Eso es precisamente lo que intento explicarles a estos tarugos: que los fetos no son personas, y por tanto ellos pueden ser abortados y nosotros no. 

Además qué coño, que no tengo el menor recuerdo de mi etapa fetal así que no puedo decir cómo me hubiera sentido si mi madre me hubiese abortado, si es que me hubiera sentido de alguna manera. 

No sé, igual cuando era un feto de cinco meses podría haber dirigido un periódico online. Por qué no? Y entonces me hubiera sentado fatal que mi madre me abortara.

O podría haber sido una becaria sustituta de vacaciones veraniegas, tremenda oportunidad profesional. Y claro, un aborto de mi madre me hubiera venido muy inoportunamente para una posible renovación..A fin de cuentas la esperanza es lo último que te roban.

Yo qué sé qué hubiera sentido. Igual si hubiera sido un feto pitoniso y hubiera podido ver el mundo que me esperaba podría haber sentido hasta alivio por no tener que formar parte de esta absurda humanidad. Yo qué sé. Joer con los antiabortistas, qué coñazo!

Chaves y Griñán, imputados en diferido

La figura del Preimputado, o el Futuro imputado o el Imputado "in pectore" o como quiera que se llame esta cosa la acaba de inventar la inefable juez Alaya, una mujer obsesionada por ir a por los de arriba pero sin soltar ella las riendas ni de los de arriba ni de los de abajo en el escandaloso caso de los ERE falsos. El problema es que buena parte de sus posibles presas, las más jugosas, son aforados.

http://www.elmundo.es/elmundo/2013/09/10/andalucia/1378811269.html

Mucho me temo que ese empecinamiento de la juez nos va a costar un sobreseimiento o una anulación de la causa. O incluso peor, como lo siga alargando hasta el infinito y más allá, lo que habrá sin remedio es una prescripción de todos los posibles delitos, al menos de los aforados, que aún no han sido imputados. Y ahí se acabará la historia.

Como Alaya siga sacándose de la manga peligrosas figuras de ingeniería legal como el "imputado en diferido" tengo serias dudas de que al final no terminen recusándola y anulando toda la instrucción. Por lo pronto ya varios juristas de prestigio han asegurado que su último auto bordea la prevaricación. Por no hablar de que sus autos van a terminar pareciendo chistes de Gila: "Alguien está investigando a alguieeeen! Alguien va a ser imputado! Alguien debería buscarse un abogado!".  

Creo que no hay duda de que todas las personas de bien, entre las que me incluyo, deseamos que esta instrucción llegue a buen puerto y que las personas implicadas sean juzgadas cuanto antes mejor, por lo menos antes de que prescriban sus delitos. Y si pudiera ser antes de los juegos olímpicos Madrid 2020 que se celebrarán en Tokio mucho mejor.

Ahora bien, cualquier fallo en la instrucción puede ser fatal, y esta señora lleva tiempo bordeando la legalidad y haciendo malabarismos más que cuestionables. Y con este tipo de cosas hace un flaquísimo favor a la causa, pese al coro de fans incondicionales que constantemente le hacen la ola. A mí me parece bastante peligroso este último auto y las posibilidades a que da lugar. 

En todo caso a nadie puede escapar que la juez se contradice, porque si no tiene pruebas suficientemente inculpatorias contra los aforados, su último auto no tiene sentido, y si las tiene, ya debiera haberse inhibido de la causa pasándola al tribunal correspondiente. Mientras lo hace o no el tiempo va pasando y los delitos van prescribiendo. Puede que a este paso hasta se termine legalizando el matrimonio entre hombres heterosexuales.

Y una vez dicho esto, para terminar sólo añadir que me parece una mamarrachada refugiarse en el Senado para seguir siendo aforado. Completamente impresentable, ominoso y vomitivo lo de Griñán. No hay bótox en el mundo para tapar tanta desvergüenza. Como diría Aida: Si me queréis... irse todos a la puta mierrrrrrrda!!!!

Qué pasada de Diada!

Supongo que estaréis al tanto de la famosa cadena humana formada en Cataluña para celebrar la Diada en reivindicación de la consulta independentista que vienen reclamando los líderes de esta Comunidad y buena parte del pueblo catalán.

http://www.elmundo.es/elmundo/2013/09/12/espana/1378972792.html

En respuesta a esta iniciativa, el gobierno de la nación insiste a través de nuestra encantadora vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría en la idea de la "mayoría silenciosa" que no se manifiesta y que, según ellos, podría representar a los ciudadanos que no son partidarios de la independencia catalana.

Pues bien, señores, no es tan complicado saber qué piensa esa mayoría silenciosa que ayer no participó en la cadena humana y se quedó en su casa. Sólo habría que hacer ese referendum soberanista que ellos quieren y ya podríamos saber a ciencia cierta cuántos catalanes quieren la independencia y cuántos no. Sencillo, no? Si Apple puede añadirle pendientes de aro al IPhone 5 por qué no se va a poder autorizar esa consulta?.

Afortunadamente no todo el Gobierno sigue esta línea de "Aquí no pasa nada, miremos para otro lado". Por ejemplo, el ministro de Asuntos Exteriores, señor Margallo, opina que no estaría de más dedicarle a este tema "algo de reflexión", ya que la participación en la cadena fue bastante importante y nada despreciable. 

Sorpresa! Alguien en el PP que pide reflexionar! Alguien que se ha dado cuenta de que esto es un poquito más complicado que aludir constantemente a la "mayoría sllenciosa", que por otra parte es silenciosa porque como no les dejan hacer su referendum no se puede saber lo que piensan. Chapeau Margallo.

Lástima que sea el Ministro de Asuntos Exteriores y en este asunto "interior" no pinte absolutamente nada. En el PP estas cosas suelen ocurrir: normalmente el único que opina razonablemente sobre algo es el que menos manda. Qué se le va a hacer! Tal vez si alguien hubiera reflexionado antes en el partido el encarcelamiento de Bárcenas no hubiera llevado a los pobres suizos a la quiebra.

Pero bueno, casi mejor que no reflexionen. Igual si se ponen a reflexionar llegan a acuerdos del tipo: Cataluña será independiente todos los domingos de los meses impares. No me extrañaría.

jueves, 8 de agosto de 2013

Desarrollo sostenible? Cuándo, cómo, es posible?


Habéis visto un documental ittulado "Comprar, tirar, comprar"? Pues tenéis que verlo. Trata de la obsolescencia programada, ese fenómeno por el cual se programa o se planifica el fin de la vida útil de una máquina o de un producto para obligar a los consumidores a adquirir uno nuevo en cuanto el que poseen deje de funcionar. La historia es la siguiente: si no consumimos compulsivamente la economía se va al carajo.

Hemos creado un mundo que sólo puede sobrevivir si compramos constantemente cosas tanto si las necesitamos como si no. La economía crece cuando compramos y se estrella cuando nos quedamos en casita y consumimos lo justo.

Si ahora estamos en crisis es justamente por eso; la gente no tiene trabajo, los bancos no prestan dinero, luego no podemos comprar a destajo, luego la economía hace plof. La pregunta es: HASTA CUÁNDO SE PUEDE SOSTENER ESTA SITUACIÓN?

Y la respuesta es: NO SE PUEDE.

Tal vez deberíamos empezar a plantearnos que otra forma de vida con otro sistema económico puede ser posible. No, no es que sea posible, es que es vital.

Se trata de no comprar? No, se trata de comprar con cabeza, de consumir con mesura y de obligar a la economía a que se sustente en otros principios. Que hay que fabricar menos? Pues se fabrica menos pero a cambio se reparará más, y habrá más ocio, y lo mismo es posible una economía que se sustente más que en la producción a destajo en cosas como la investigación, el ocio, la cultura, las artes, la educación, el cuidado a los mayores, etc.

Si tenemos que reciclarnos todos pues nos reciclamos y punto. Lo que está claro es que esto así se va al cuerno fijo.

Como dice uno de los expertos en el documental: "Vamos en un bólido sin piloto que más tarde o más temprano tendrá que estrellarse contra un muro".

Pos eso.

martes, 6 de agosto de 2013

Nadie hablará de mi historia cuando yo haya muerto: tragedia griega en tres actos ambientada en la actualidad laboral

INTRODUCCIÓN.

Esta historia va de la suerte, de la buena y de la mala suerte. O de la suerte cambiante, que viene y va y va y viene, y nunca se sabe hasta el último día de la vida en qué va a quedar.

También es una especie de tragedia griega en la que los aparentes éxitos pueden terminar siendo fracasos y los fracasos éxitos inesperados.

Y sobre todo va de un drama personal relacionado con el trabajo que guardo desde hace muchos años, y que estaba ahí, apaciblemente dormido, pero que ahora, con la crisis, con la precariedad y con el miedo, pues ha vuelto a salir. Aunque sea un poco largo, por favor, leedlo y pensad sobre esa cosa tan caprichosa y juguetona que se llama destino:


ACTO 1º.  OPOSICIONES DE AYUDANTE DE BIBLIOTECAS

Os sitúo: 1997, 31 años. La oposición consistía en  cuatro exámenes, los tres primeros eliminatorios y el cuarto voluntario y de mérito. Aprobé los dos primeros y el tercero no lo tenía demasiado claro. Coincidió con el nacimiento de mi segundo hijo y le estaba dando el pecho.

Lo cierto es que el tercer examen fue muy largo; era práctico y había que catalogar varios documentos, y en la mitad de la prueba, de mis pechos empezó a manar leche a raudales y mientras intentaba cortar el chorro con una mano, escribía con la otra. Cuando, a las cuatro horas salí de allí, parecía que salía de un concurso de camisetas mojadas y en lo único que era capaz de pensar era en ponerle al puñetero niño la teta en la boca y que me sacara toda aquella sobredosis láctea que amenazaba con explotar de un momento a otro.

Aquello me supuso un sofocón muy gordo y unas fiebres considerables. El crío efectivamente, cuando la pilló, se agarró a mi teta como un jabato, pero tanta era la leche acumulada que en dos chupetones se hizo con su dosis, se quedó como un lirón, y el resto de la leche ahí se quedó, haciendo amago de reventar y jodiéndome durante días. En fin, que no tenía yo demasiadas esperanzas puestas en aquel examen que hice en esas condiciones, y efectivamente no me sorprendió en absoluto cuando a los pocos días salieron los resultados y yo no estaba en la lista de aprobados.

Cuando sí me sorprendí es cuando una semana después recibí una carta certificada de la Universidad en la que se me comunicaba que había habido un error en las correcciones y que sí que había aprobado. Yo no daba crédito; me había hecho a la idea de que no, y de repente era que sí. Además eso planteaba un problema: las plazas eran cinco y con aquel error los aprobados éramos seis (yo era la cuarta en orden de nota), en una oposición cuyas bases especificaban que no podía haber aprobados sin plaza. Y sólo quedaba un examen voluntario y de méritos.

En fin, abrevio, porque aunque todo aquello fue muy duro y muy traumático para mí, reconozco que resulta un poco pesado. Resumo:

1. Los del Tribunal me reconocen que efectivamente el error ha sido de ellos y que creen que no habrá problemas y que nos darán plaza a los seis. Compro una botella de cava y lo celebro, craso error que no recomiendo a nadie. Nunca celebres nada hasta que no tengas un papel firmado en la mano.

2. Carta colectiva de los seis aprobados a la Universidad para que, teniendo en cuenta que el error ha sido suyo, hagan una ampliación de plazas, contemplada en la convocatoria en determinados casos.

3. Examen de méritos. Búsqueda en bases de datos. Me preparo como puedo pero no es mi fuerte. Voy supernerviosa, el niño con una amiga en la puerta por si me da otra subida de leche (Gracias, Vi). El caso es que la cago y lo hago fatal. Con la puntuación de ese examen ya sí, me quedo la sexta y última de la lista.

4. El tribunal finalmente saca una lista de cinco aprobados y yo no estoy en ella. En los siguientes días no recibo ninguna carta de error. Punto y final.

5. Pongo un contencioso a la Universidad porque considero que yo no he suspendido en ningún momento, que el cuarto examen no era eliminatorio y sólo servía para disponer el orden de aprobados. Yo tenía que estar en la lista final de aprobados sí o sí.

6. La sentencia da la razón a la Universidad. Me releva de pagar los costes porque efectivamente el error ha sido de ellos. Echa una pequeña bronca de procedimiento a la empresa pero considera que al no sacarme en la lista final consto como no aprobada y que eso se ajusta a la legalidad. Se acabó. Gracias, Mari, lo hiciste muy bien pero eras David contra Goliat.

7. Me jodo.

Después de eso me quedo tan hecha polvo que decido no volver a presentarme más nunca a unas oposiciones. Puedo soportar, como todo el mundo, suspender, pero no puedo soportar que me quiten una plaza por un error que no fue mío. Por tanto tiro la toalla para siempre y decido que mi futuro está por otro lado. Oposiciones nunca mais.

ACTO 2º. FUNCIONARIA SUSTITUTA E INTERINA.

Pasado un tiempo empiezan, muy poquito a poco, a llamarme de la bolsa de trabajo en la que me he quedado en la pole position por lo sucedido en las oposiciones. Fue una etapa en la Biblioteca Universitaria de envidiable buena salud del personal funcionario y de anticoncepción militante. Una pequeña sustitución de una semana, quince días por aquí, veinte por allá, un contratito por obra y servicio... nada importante, pero bueno, de vez en cuando trabajaba y ganaba algo, eso sí, con mi pena negra dentro y mi convencimiento de que tenía que buscarme las habichuelas en otra parte.

Finalmente, sorpresa!!!! Una jubilación (un beso desde aquí a la gran Doña Julia, ya tristemente fallecida, pero pedazo de bibliotecaria y pedazo de señora). Su jubilación además fue mi oportunidad. Por fin una interinidad!!! (Curiosamente a partir de la jubilación de Julia se produjo un súbito baby-boom entre el personal bibliotecario (hasta 4 embarazos seguidos) del que se pudieron beneficiar intensamente las compañeras que me seguían en la bolsa de trabajo)

Quieras o no, tener un trabajo más o menos estable (aunque no definitivo) y un sueldecito muy apañado ayudaron bastante a mi recuperación. Decidí echar borrón y cuenta nueva y aprovechar el momento. Carpe diem, baby. La vida me sonreía. En ese tiempo había tenido mi tercer hijo y las angustias económicas por fin desaparecían.

Llevo escasamente dos meses en mi nuevo puesto, con mi respetable sueldo y mi trabajo en la Biblioteca de Filosofía, que me encanta. Me encanta el sitio, me encanta el ambiente de trabajo, me encantan mis compañeros...

En fin, me encanta todo, pero en esto que convocan oposiciones para Auxiliar de Bibliotecas. Qué hago, qué no hago? Bueno, no tengo más remedio que presentarme porque si no parecería que no quiero un puesto fijo, pero como tengo claro que las oposiciones no son lo mío paso de estudiar. Me miro el temario por encima para no hacer demasiado el ridículo y voy a las pruebas como el que va de excursión al zoo.

Hosssstiassssss. Y voy y apruebo. Inesperadamente... sin desearlo, sin comerlo ni beberlo. Apruebo, sí, y de momento me da muchísima alegría. Wawwwww, plaza fija!!!!!

Desde luego si hubiera podido ver por una bola de cristal mi futuro no hubiera dado tantos saltos. Es más, ni siquiera me hubiera presentado nunca a esas oposiciones.

Porque en realidad fue el peor golpe de mala suerte que he podido tener en mi vida laboral, incluso peor que lo de mis frustradas oposiciones de Ayudante. Empieza mi desgracia.

ACTO 3º. LA PLAZA

Vale, ya tengo mi plaza. Por si acaso, lo intento y pregunto a los de personal si puedo seguir ocupando mi interinidad, donde gano bastante más, y mi plaza fija de laboral la puede ocupar otra persona temporalmente. Me dicen que ni pensarlo, que me vaya para mi sitio ya, cagando leches.

- Mi destino es la Biblioteca de Rabanales. Más concretamente el mostrador de la Biblioteca de Rabanales. El mostrador de Rabanales por aquellos días significa esperar sentada a que te lleguen los clientes, pasar el código de barras por los libros y de vez en cuando colocar un carrito de libros en las estanterías. No pretendo en absoluto denostar este trabajo, pero nada que ver con el que dejé en Filosofía. Ni los libros ni el ambiente ni el tipo de trabajo acompañaban, pero si ya mirabas la nómina a fin de mes te podías echar a llorar. Casi la mitad de lo que ganaba con mi interinidad, que sólo pude disfrutar escasamente cinco meses. Porca miseria! Pero bueno, me consolaba de todo esto pensando en que por fin tenía un puesto fijo.

- Con el tiempo me presento a pruebas internas para ascender a Técnico Especialista y, bueno, el trabajo no mejora demasiado pero el sueldo sube ostensiblemente. De todas formas se queda a bastante distancia de lo que ganaba de Ayudante y podría seguir ganando de no haber aprobado las oposiciones de laboral. Aun así sigo agradecida y contenta por mi puesto fijo y no me planteo que haya podido tener mala suerte.

- Me ofrecen un puesto en otro Servicio y acepto. Sigo ganando lo mismo pero tengo turno fijo de mañana y se supone que el trabajo será más interesante. Se supone, pero no. Mi jefa resulta ser una persona poco propensa a valorar la preparación y mucho a valorar la categoría laboral, y decide destinarme a dar de alta en el sistema a los alumnos y a hacer carnets. De vez en cuando de otros servicios me encargan trabajos un poco más elaborados pero el 50% de mi tiempo lo paso buscándome entretenimientos o inventándome yo misma trabajos. Decido hacer mantenimiento del catálogo por mi cuenta, ya que aunque nadie me lo pida, el catálogo está hecho unos zorros y al parecer no hay personal para mantenerlo. Lo hago en secreto por si me lo prohíben por ser laboral. Mientras, mi compañera en el servicio, que es ayudante interina, no da abasto la pobre y está sobrecargada de trabajos en los que yo podría ayudarla pero no me dejan por mi categoría inferior. Con todo y con eso sigo conformándome y no me quejo de mi fortuna.

- Convocan oposiciones para Ayudantes con objeto de consolidar las plazas de los interinos. La antigüedad será el elemento clave. De haber seguido con mi interinidad yo tendría la antigüedad máxima. Me alegro por mis compañeros interinos, pero me siento triste por mí. Ya sí empiezo a darme cuenta de que he tenido verdadera mala suerte. Podría haber estado todos esos años haciendo un trabajo que me gustaba, en un sitio que me gustaba, con una gente que me gustaba... y con un sueldo que me encantaba. Y a su debido tiempo obtener mi plaza fija. En lugar de eso he estado languideciendo lentamente, haciendo trabajos muy por debajo de mis posibilidades, soportando situaciones bastante humillantes y encima cobrando una mierda. En fin, me da pena por mí pero prefiero no comerme demasiado la cabeza con lo que pudo haber sido y no fue.

- Llega la crisis y de repente ocurre lo que nunca pudimos pensar que podría ocurrir: nuestro ocurrente gobierno, en su afán por detener la destrucción de empleo y acabar con el paro, hace una reforma laboral en la que por primera vez se contempla la posibilidad de hacer Expedientes de Regulación de Empleo (los famosos ERE) en la administración, por supuesto sólo para personal laboral. Tanto si te han puesto a dedo por ser cuñada del gerente como si has pasado por una dura y difícil oposición contra 500.000 contrincantes. Ya ni siquiera puedo decir que tengo un trabajo fijo, en cualquier momento puedo ir a la puta calle y es perfectamente legal. Y aquí sí, aquí ya sí que me mosqueo de verdad. Porque pienso... menudo negocio hiciste, tía.

A ver cómo lo explico. Aprobar aquellas oposiciones fue un castigo para mí a todos los niveles: económico, profesional, moral... En todos perdí, y aún está por ver qué más puedo perder. Ya sé que la culpa no es de nadie, que es simple y llanamente la vida, pero que hay que tener muuuuuuy mala follá. La gente que piensa que no existe la suerte y que la fortuna se la labra uno a base de méritos, debería leer esta historia. Paradójicamente si yo hubiera sido un poquito menos lista y talentosa en aquellos exámenes hoy en día tendría una situación laboral y económica bastante mejor. Ya lo decía Sabina en "El blues de lo que pasa en mi escalera": "El superclase de mi clase, qué pardillo, se pudre en el banquillo". Suele ocurrir.

FIN

Y ahora sí, ahora ya sí soy plenamente consciente de que lo mío fue dura y pura mala suerte sin paliativos. La única vez que pareció que me había sonreído la fortuna, cuando obtuve mi plaza, al final resultó que era una de esas trampas del destino de las que hablan las tragedias griegas. Ya sabéis, cargando las tintas un poco, el que se libra de una muerte rápida en un naufragio para morir dos años más tarde lentamente de un cáncer terrible. O el único superviviente en un accidente de aviación, que al mes siguiente se estrella con su camión y mata a decenas de personas. El sino, el destino, el terrible e inexorable fatum. No en vano, la palabra fatídico viene precisamente de ahí, de fatum. Por no hablar de "fatal".

De todas formas hoy por hoy, de momento, sigo trabajando, además en un puesto en el que estoy contenta y me siento valorada, y tal como está el panorama con eso ya me doy con un canto en los dientes. Que las cosas pudieron haber sido de otra manera? Pues sí. Que si no hubiera aprobado aquellas oposiciones hoy en día ganaría más, viviría mejor, y sobre todo, mucho más tranquila con respecto a mi futuro y el de mi familia? Total. Que no hubiera tenido que soportar durante años tantos desprecios por mi bajada de categoría, muchos de ellos procedentes de personas cuya valía profesional está bastante menos acreditada que la mía? Sin duda.

Con todo, nada de eso es lo peor. Lo peor son los hijos. La cantidad de cosas que en estos años no he podido darles a mis hijos porque no me lo he podido permitir. Y no hablo de viajes a Disneyland Paris ni de campamentos de verano en el Pirineo, no. Nada de eso me interesa ni me quita el sueño. Hablo de cosas importantes de verdad para su desarrollo y su formación; hablo, por ejemplo, de que mi hija podía haber pedido una beca Erasmus para practicar inglés durante su carrera, y no ha podido. O poder costearle un par de meses en la Gran Bretaña para lo mismo, y no he podido. O simple y llanamente que mis hijos pudieran elegir la carrera que quisiesen porque yo pudiera costearles la estancia en otra ciudad; y no puedo. Nada de eso he podido darles, y sin embargo, de no ser por mi mala suerte, pude habérselo dado todo.

Pero la cuestión es: no sabía lo que iba a pasar. No podía ver el futuro. Y las cosas son como son. Y lo que pasó ya no lo puedo cambiar. Así que... pase lo que pase, a joerse y punto. No queda otra. C'est la vie!

Como rezaba el título de aquella película: "Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto". Y tampoco nadie hablará de mi historia cuando me haya ido. O cuando me hayan echado, que eso ya sí es una posibilidad. A fin de cuentas mi historia es mía, y a quien le duele es a mí. Por eso tengo que ser yo quien la cuente. Y aquí está.