jueves, 11 de mayo de 2017

Bimba y Lola, progresando adecuadamente

Bueno, amigos, hace ya tiempo que no os pongo al día de los avatares de mis perrillas y ya va siendo hora de actualizar el tema.

La última vez que escribí estaba bastante deprimida porque Lola se me había escapado y yo me sentía incapaz de dominar sus tirones de ninguna manera. No sé si recordaréis que había tomado la decisión de pedir ayuda profesional porque me había dado cuenta de que sola no podía. Pues bien, la pedí y paso a contaros cómo nos ha ido.

Contacté con una adiestradora profesional llamada Marta bastante experimentada. Me la había recomendado un amigo al que le ayudó en su día.

Marta vino a casa en principio a ver la situación valorarla y darme unos consejos para intentar solucionar mis problemas.

Nada más salir a la calle con Lola se percató rápido del tema. Algunas de las cosas que me dijo ya las sabía yo, por ejemplo, que Lola era una perra de campo y que probablemente no había pisado la ciudad en la vida, que era evidente que no sabía lo que era pasear con correa y que su instinto cazador era más poderoso que ninguna otra cosa. Todo eso no era nuevo para mí, pero Marta también me dijo cosas que yo no sabía. Por ejemplo, que no podía convertir a Lola en lo que no era. Nunca sería la perra perfecta para salir de paseo, ni se comportaría como Bimba, porque en su idiosincrasia el instinto cazador estaba por encima de cualquier cosa. Por tanto, a lo más que podía aspirar es a dominar los tirones, conseguir que obedeciera mis órdenes y acostumbrarla a la vida de ciudad.

Para los tirones me dijo que había varias soluciones, incluído el halter que ya había probado yo y que Lola se comió en un descuido una de las veces que se escapó. La verdad es que yo no lo había usado bien, el halter es algo que solo se puede usar para llevar al perro de un sitio a otro pero no para dejárselo puesto, como yo había hecho. Y además hay que ir acostumbrándolo poco a poco porque si no se vuelve loco. Yo ahí fui un poco bestia, y así me salió la cosa.

De todas formas me gustó más otra alternativa que me dio, aunque ésta me dijo que funcionaba con unos perros pero con otros no, que no era apuesta segura. Con todo y con eso decidí intentarlo y compré un arnés anti-tirones que se llama Easy Walk. Es un artilugio que presiona al animal en el diafragma y le resulta incómodo tirar. Y la verdad es que ha funcionado bastante bien porque Lola está mucho más tranquila, apenas tira de la correa y además no tiene el estrés que tenía antes, así que incluso se relaciona bien con otros perrillos.

También influye otra cosa. Marta me dijo que no podía llevar a Lola pegada a mí, nunca será una perra de ir junto a mi costado como sí va Bimba. Necesita espacio, necesita ir un poco a su bola y necesita cansarse. Por eso me recomendó una correa larga de más de 5 metros que yo debía ir alargando o acortando según las circunstancias pero que era ideal para dejarla correr en espacios abiertos, siempre sin soltarla del todo porque soltar a Lola es un peligro, ya que su instinto cazador le puede y en cualquier momento puede salir dispará a por una pieza y me quedo sin perra, como de hecho ya me pasó aquella vez. De momento no le he comprado la correa larga que me recomendó pero he engarzado varias y ahora tiene unos tres metros para moverse, y desde que lo hice y además va con el Easy Walk, pasear con ella ha dejado de ser la pesadilla que era. Ahora tengo la sensación de que va tranquila y a gusto y que está contenta de salir. Y yo no digamos.

Jo, esto parece un anuncio promocional del Easy, pero es que es la verdad.

Ése era el principal problema pero también había otras cosillas sobre las que me dio muy buenos consejos:

1.  El espíritu destructivo de Lola. Para esto no hay otra solución que tenerla entretenida con juguetes adecuados. Mientras esté royendo juguetes no está royendo muebles, cables ni paredes. Así que le he comprado un montón de huesitos para que se entretengan con ellos y de momento la cosa funciona bastante bien, aunque la verdad es que Lola se aburre rápido de ellos y es Bimba la que más se entusiasma.

2. La ansiedad por depresión. Lo mismo, entretenimiento. Juguetes sacachuches, huesitos, su hábitat lleno de cosas que les llamen la atención, sobre todo que les saquen jugo, porque a los perros no les gusta jugar si no obtienen algún tipo de recompensa, sobre todo culinaria. Si hay comida dentro de los juguetes pueden tirarse horas hasta que consiguen sacarla, y los huesitos especiales para perros les gustan también porque para ellas están ricos.

3. Celos y peleas entre ellas. Sobre todo no intervenir cuando haya rifirrafes porque normalmente son por establecer el dominio y si no lo tienen muy claro entre ellas lo peor es que intervenga yo. Sólo separarlas si la cosa se pone fea y nunca tomando partido ni por una ni por otra. También es importante que cuando acaricie a una aparte a la otra sin malos modos pero firmemente y cuando se aparte darle un premio.  Para que vean que el hecho de que yo le haga mimos a la otra puede ser beneficioso para ellas.

En fin, en una sola sesión, aunque fue bastante larga, todas estas cosas saqué en positivo. Y como además he visto que funcionan y que las perras van a mejor estoy muy contenta.  Estaba bastante desesperada e incluso había empezado a pensar que Lola no era feliz en casa y que a lo mejor debía buscarle algún sitio en el campo más acorde a su carácter o algo así. Pero Marta me hizo ver que si yo no la hubiera recogido probablemente la habrían sacrificado, porque aunque sea buena cazadora, al no ser obediente y estar bastante locuela ningún cazador la habría querido. Puede que ésa sea la causa por la que la abandonaron, porque nadie quiere un animal que va a su bola y no le hace ni puto caso.

Ahora he cambiado el chip totalmente porque pienso que aunque no sea nunca una perra sumisa y tranquila como Bimba sí puede ser una perra feliz y hasta cierto punto puedo dominar sus instintos. Tampoco debo pretender hacer de ella lo que no es porque eso me generaría muchas frustraciones y a ella también. Darme cuenta de eso ha sido muy importante porque creo que era lo que me tenía más deprimida, el pensar que un animal tiene que actuar de una determinada forma y que eso vale para todos.

Y bueno, hasta aquí he llegado de momento. Ya sé que no está todo ni mucho menos conseguido y que seguro que tendré estos mismos u otros problemas en el futuro. Puede que más adelante incluso tenga que volver a recurrir a Marta, pero ver lo que ha dado de sí una sola sesión me ha animado un montón, y ahora sí que creo que lo conseguiremos.

Seguiré informando.


1 comentario:

  1. Pues sigo informando. Cada vez que hablo sube el pan.

    Ayer con lo contenta que estaba por los avances de Lola la saco de paseo tan feliz de la vida y con esto de que ahora tiene tres metros de independencia, se abalanzó sobre un pajarillo muerto, se lo metió en la boca y no hubo forma humana de arrancárselo. La hijaputa no abría la boca ni muerta. Tres horas ahí mi hijo y yo para quitárselo, y al final tuvimos que esperar a que dejara ella por propia voluntad su presa en el sofá para quitársela y tirarla por la terraza.

    Últimamente de mi balcón no dejan de salir volando bichos muertos.

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