martes, 11 de septiembre de 2012

Matrimonio por amor o matrimonio de conveniencia?

Tengo que empezar esta disertación diciendo que yo soy una firme partidaria del matrimonio por conveniencia. De hecho, no entiendo ni nunca he entendido el matrimonio por amor, ni mucho menos el entusiasmo con el que la mayoría de la gente se acoge a semejante aberración. Y para muestra un botón: qué pasó en las monarquías europeas desde que sus miembros empezaron a empeñarse en casarse por amor? A la vista está: las de Mónaco, los Urdangarines, los Marichalares... Para qué decir más?

El matrimonio por amor está destinado al fracaso por fuerza. Una unión con ánimo de durabilidad no puede basarse en un sentimiento tan arbitrario y volátil como el amor, o si se lleva a cabo será fuente de tremendos sufrimientos vitales para los contrayentes. No hay más que ver la facilidad con la que la gente se enamora y se desenamora constantemente y la cantidad de conflictos sentimentales que padece el común de los mortales: que si he tenido un flechazo, que si estoy que no vivo, que si ya no sé si te quiero, que si se me cruza otro que me gusta, que si me aburro contigo, que si me pones los cuernos, que si te los pongo yo, que si me dejas, que si te dejo… Mira, qué coñazo! Si hay un sentimiento en el mundo realmente plasta es el amor. Y que no tengas una amiga o un amigo enamoradizo que te esté dando la vara todo el día, que ya puedes comprarte una pistola y suicidarte.

Claro, con tanto vaivén emocional no es de extrañar la cantidad de divorcios que se producen. Y esto no tendría la menor importancia si no fuera por la parafernalia que todo matrimonio lleva consigo, que si la hipoteca, que si los muebles, que si los coches, que si los libros, que si los amigos, que si el perro…, y sobre todo, el elemento más problemático, los hijos. Es una verdadera hecatombe vital, hecatombe que podría haberse evitado perfectamente con el sistema tradicional de toda la vida, el matrimonio de conveniencia.

Conste que cuando digo “conveniencia” no me refiero a conveniencia dictada por los padres o por intereses materiales de cualquier tipo, no. La conveniencia la tiene que determinar uno mismo de forma selectiva, esto es eligiendo a la persona que le parezca por sus cualidades idóneas para compartir la vida y para formar una familia con ciertas garantías de éxito y perdurabilidad. Lo fundamental para esto es que en ningún momento se mezcle el amor en el proceso selectivo; éste sería el mayor desastre.

La conveniencia económica tampoco es incompatible; es un factor a tener en cuenta en la elección, aunque no el único.  La persona idónea para formar una familia debe gozar de equibilibrio psicológico, estabilidad emocional, flexibilidad de carácter, apertura de mente, espíritu de trabajo y colaboración y por supuesto unos recursos económicos propios. Los vagos, los inestables, los pirados, los egocéntricos, los caraduras, los cascarrabias, los individualistas y los caóticos no son personas aptas para el matrimonio, lo que no significa que no lo sean para otras modalidades de relación extraconyugal, que yo ahí ni entro ni salgo.

También es importante compartir aficiones y tener personalidades compatibles. No es totalmente imprescindible tener en común todos los hobbies pero sí los fundamentales para una convivencia tranquila y pacífica. Hay aficiones que no son conflictivas. Por ejemplo, un matrimonio entre una persona aficionada a los viajes y otra básicamente sedentaria y poco amiga de la movilidad espacial puede ser un rotundo éxito siempre y cuando los cónyuges estén de acuerdo en pasar las vacaciones cada cual por su cuenta. Éste es uno de los casos en los que el factor amor puede ser radicalmente letal puesto que la mayoría de la gente cuando se encuentra en ese estado de enajenación pretende que la pareja le acompañe constantemente, incluso fuera de toda lógica.

El amor es, en definitiva, un elemento distorsionador de realidades que, en el mejor de los casos, deja a la gente profundamente incapacitada para los más elementales procesos racionales. Bajo su influjo las personas pierden muchas de sus habilidades mentales, y desde luego no es el sentimiento más indicado para tomar decisiones de calado importante o de envergadura vital, como las de contraer matrimonio, adquirir una vivienda en propiedad o tener un hijo.

Por tanto, el matrimonio para aquéllos que se lo tomen con seriedad y responsabilidad, tiene que regirse por otros criterios mucho más solventes y fiables. Sólo las personas que tengan estas sencillas recomendaciones en cuenta pueden afrontar la aventura matrimonial con ciertas garantías y con la tranquilidad de que se han puesto todos los medios a su alcance para la consecución de un final feliz.

lunes, 10 de septiembre de 2012

La España profunda al ataquerrrr

Supongo que a estas alturas ya todos conoceréis el culebrón mediático más famoso del verano (si exceptuamos, por supuesto, el episodio del famosísimo Ecce Homo de Borja). Me refiero a la celebradísima masturbación de la concejala socialista Olvido Hormigos.

Para los "raritos" que no tengan noticia del suceso, haré un breve resumen. Resulta que la concejal , una señora bastante mona y aparente, denunció ante la guardia civil que estaba circulando por Internet un vídeo privado suyo en actitud masturbatoria que había grabado en su móvil para enviárselo a su marido. Por lo visto el vídeo había circulado por todo su pueblo y la concejal estaba pensando en dimitir de su cargo. Inmediatamente el asunto se convierte en trending topic por la red y se suceden los tuits de apoyo a la muchacha animándola a seguir adelante con su trabajo sin hacer caso de las habladurías.

En esto que la concejal acusa directamente al partido gobernante en el ayuntamiento, que curiosamente no es el suyo, de haber sido los propagadores del ya famoso vídeo erótico. Al mismo tiempo decide hacer caso al apoyo popular recibido y no dimitir. En el siguiente pleno medio pueblo la está esperando en la puerta increpándola y llamándola de todo menos bonita: puta, zorra, guarra, fuera del pueblo, etc etc. En Internet sigue el apoyo mayoritario del pueblo soberano, indignado y escandalizado ante la lapidación pública a la que es sometida la concejal por sus paisanos.

A los pocos días se sabe que el famoso vídeo de la discordia no tenía como destinatario al marido (cosa que era más que poco probable porque nadie graba ese tipo de cosas  para un marido, qué ordinariez, por favor) sino un señor que juega al fútbol con el que la señora esta había mantenido una relación.  Pa qué queremos más? La lapidación se generaliza, se extiende a las redes y todo el mundo se pelea por agarrar la piedra más gorda para tirársela en la cabeza a la díscola, embustera e infiel concejala.

Que la tía se ha conducido de forma bastante torpe en todo este asunto no hace falta ser una lumbrera para verlo. Que muchas luces no parece tener también salta a la vista. Que efectivamente, el haber intentado colgarle el mochuelo al partido gobernante para quitarse ella el muerto de encima, ha sido además de una gilipollez por su parte, motivo más que suficiente para presentar su dimisión inmediata. Pero... curiosamente no es esto lo que más escándalo suscita; lo que a la mayoría de la gente más le indigna y le repugna es que esta mujer... es una adúltera!!!!!!! A qué suena esto????

En fin, como sé que sois escrupulositos y no os gusta pasearos por las cloacas internáuticas ni mezclaros con la España profunda, os traigo yo aquí un pequeño muestrario de las perlas que se pueden leer al respecto. Espero que disfrutéis de mi selecta fauna:

1. El rastreator.com. "Aquí la víctima no es la sra. Hormigos. Las víctimas son, en primer lugar, su marido y sus hijos, que seguramente se habrán llevado un buen disgusto (y lo que les queda a partir de ahora); en segundo lugar, el Partido Popular de Los Yébenes, a los que se ha acusado de difundir el vídeo (eso es delito por injurias); y en tercer lugar, los habitantes de ese pueblo toledano, que tienen en su ayuntamiento como concejal a esta tipeja"

2. El detector de confusiones. "¡Qué horror! Pretender hacer una heroína de una mujer que ha sido infiel y ha engañado a su marido, a sus hijos y al resto de su familia, con su amante, o amantes. ¡Qué inmensa confusión ética y moral! "

3. El modernofóbico. "Ésta es la España moderna, la que mola mazo, la que no importa si se miente, si se engaña, si se roba a quien se crea que se debe robar, y si es rico mejor, que son todos unos malvados, si se asesina, si se apalea o se viola. . Es moderna, mola, es amoral, laica."

4. El curiosillo. "¿CON QUE CARA MIRARÁ AHORA A SU MARIDO Y A SUS HIJOS? Si esta "señora" fuera mi esposa no le miraría nunca más a la cara y procuraría que mis hijos se enteraran la clase de madre que tienen. La decencia y la moralidad se están perdiendo en este país." 

5. El de la pregunta del millón. "Mandar vídeos a un amante estando casada no es adulterío ? Haber si dejamos d decir tonterías. Lo q me molesta es q los yébenes un pueblo más d la provincia toledana, tenga q ser conocido x la mujer d vida alegre olvido hormigos"

6. El PSOEadicto. " Lo mejor es pertenecer al PSOE, siempre saldrás bien librado porque ahí no hay ni ética ni vergüenza ni estética"

7. El metafísico. "El origen de todo está en que esta señora ha llevado por el peor camino posible la crisis de los 40. Esta cuarentona rubia y recauchutada ha perdido los papeles y la verguenza, se ha olvidado de marido, hijos y posicion social por un veinteañero."

8. La celosa compulsiva o La Todovale. "Si una tia sin escrupulos se encapricha y persigue a mi hombre no me voy a llorar a un rincon. Le intento sacar los ojos de la manera mas publica posible. Porque en el amor y en la guerra todo vale"

9. El experto en querencias. "Esta señora ha dado una imagen que no es la que un pueblo quiere para quien les representa. Que un hijo o una hija no quieren para su madre, que un marido no quiere para su esposa, que un hermano no quiere para su hermana, que un padre y una madre no quiere para su hija".

10. El buscador de adjetivos calificativos.  "Al final x los escándalos d una mujer, xq la llamo mujer, pero yo la diría otro calificativo d las q ejercen el oficio, hay un hombre detenido, hay q joderse". 

Posí, hay que joerse. Así somos y así se lo he contado.