lunes, 28 de junio de 2021

Lecturas recomendadas brevemente comentadas (2021)

Queridos amigos, como cada año aquí van mis recomendaciones literarias para este verano:

1. La bibliotecaria, by Salley Vickers. Empezamos con un homenaje a mi gremio. Inglaterra, 1958. La joven Sylvia Blackwell consigue un puesto en la biblioteca infantil de un pequeño pueblo. Allí encontrará el calor de algunos vecinos y de sus pequeños lectores pero también tendrá que enfrentarse a la incomprensión y la mezquindad de muchos de los lugareños. También conocerá el amor y sus sinsabores. Una novela a medio camino entre lo folletinesco y lo costumbrista. Vickers nos traslada a la Inglaterra rural de posguerra, a sus casitas con jardín, a las contradicciones morales de sus habitantes y al maravilloso mundo de los libros infantiles. Eso sí, tiene un toquecillo rosáceo que si no te gusta ese tipo de literatura mejor que pases.

2. El amor que te mereces, by Daria Bignardi. Alma y Antonia son madre e hija. Alma tiene una historia familiar trágica que Antonia intenta desentrañar, ahora que ella misma está a punto de ser madre también. Para ello viajará a Ferrara, la ciudad natal de Alma, donde descubrirá los secretos de familia que han marcado la vida de su madre. Advierto que es una historia un poco moñas y a ratos pelín flowerpower, pero tiene su intriga, y además la autora aprovecha para mostrarnos la ciudad de Ferrara, donde ella misma nació. Vamos, que de paso que lees haces un poquito de turismo. Qué más quieres?

3. El jardín vallado, by Catherine Dunne. Nos vamos a Irlanda. Ésta es otra relación maternofilial, pero totalmente distinta a la anterior. Alice es la madre y Beth la hija.  Alice se está muriendo y Beth viene a cuidarla en sus últimos días. Su relación siempre ha sido conflictiva y llena de malentendidos. Unas cartas que Alice ha estado escribiendo para sus hijos desde que comprendió que su muerte estaba cercana serán el camino de la reconciliación. Este relato intimista tiene un ritmo pausado, no suceden muchas cosas, sencillamente se nutre de los recuerdos de los personajes principales. Con la cercanía de la muerte el pasado cobra nueva dimensión, todo se relativiza, y cosas que en su momento tuvieron mucha importancia de repente se convierten en nimiedades.  De esto trata básicamente esta novela. Me ha gustado mucho el estilo elegante de esta escritora irlandesa. 

4. Las lealtades, by Delphine de Vigan. Ésta es una historia dura, incluso brutal, diría yo. En 200 páginas exactas experimentamos una intensa angustia vital. Helene es una profesora que sufrió malos tratos en su infancia. Ahora cree que uno de sus alumnos, Theo, los está padeciendo también. Ella percibe claramente un inmenso sufrimiento en ese niño de 12 años y lo identifica con el suyo de niña. La realidad es que Theo vive una tragedia personal diferente. Sus padres están separados y no se relacionan entre sí. Cada semana Theo se traslada de casa. En la de su madre sólo respira un odio inmenso hacia su padre; ella no quiere saber nada de esa otra semana que su hijo pasa en terreno enemigo. Por su parte, el padre padece una terrible depresión que le impide prácticamente salir de la cama. Theo tiene que bregar con esa dura realidad y busca escape en el alcohol, el único refugio que encuentra para olvidar a ratos esa pesada carga que, como un niño que es, es incapaz de sobrellevar. Es también una historia de angustiosos silencios que pueden tener consecuencias dramáticas. Muy muy dura, no apta para mentes delicadas y/o aprensivas.  Pero también terroríficamente lúcida. Una gran novela, difícil de olvidar.

5. Formas de estar lejos, by Edurne Portela. Y siguiendo con historias duras, ésta tampoco se queda corta. Supongo que la intención de Portela era la de abordar la novela como un caso de violencia machista.  Lo que pasa es que yo más que un tema propiamente de machismo creo que aquí hay algo más complejo. Veo una relación tóxica en la que desde el principio se establecen unos lazos de dependencia mutua enfermizos. A lo largo de la novela Matty se va mostrando como un tipo incapaz de dominar su ira y su frustración, mientras que Alicia se va empequeñeciendo cada vez más, abrumada por el control que su marido ejerce sobre ella pero incapaz de poner fin a la relación.  Una historia en la que la incomunicación y la soledad compartida arrasan con una pareja que estaba destinada al fracaso desde el minuto 0. Altamente recomendable y bastante reveladora de cómo puede el amor terminar convirtiéndose en algo perverso y terrorífico.

6. Un asunto demasiado familiar, by Rosa Ribas. Mateo tiene una agencia de detectives en un barrio de Barcelona. Toda la familia trabaja en la empresa, y los casos que investigan se entremezclan a menudo con lo personal. Pero no creáis que es una novela negra, aunque sí hay misterios que resolver. En realidad la trama va más de las relaciones familiares y amorosas de los Hernández, de la madre, que está como una cabra, la tía más cabra todavía, la hermana desaparecida, los secretos que todos guardan, sus frustraciones, sus filias y sus fobias. Mucho menos terrorífico e impactante que los dos anteriores, aunque también ahonda bastante en las contradicciones y tormentos del alma humana. 

7. Oculto sendero, by Elena Fortún. No sé si conocéis a Fortún. Es la creadora de un famoso personaje de la literatura infantil española, la niña Celia. Bueno, la conozcáis o no, esto es una biografía novelada de la propia autora. Para que os hagáis a la idea, Elena fue una mujer homosexual nacida en 1885 y muerta en 1952. Desde pequeña supo que era una niña diferente, la típica marimacho que no encajaba demasiado bien en lo que se esperaba de una señorita bien educada de la burguesía madrileña. Creativa, sensible, con tendencia al dramatismo y con una imaginación desbordada, tuvo que enfrentarse a sí misma y a la sociedad de su época, nada benévola con los que se salían de la norma. Un relato casi de terror sobre lo que es ser y sentirse bicho raro en una sociedad machista y conservadora que no acepta la diversidad. Da mucha alegría pensar en todo lo que hemos avanzado y, sobre todo, en la suerte que hemos tenido al nacer en estos tiempos. Para que luego digan que cualquier tiempo pasado fue mejor.

8. La primera mano que sostuvo la mía, by Maggie O'Farrell. Nos vamos a Londres. Ésta es la historia de Lexie, una chica de pueblo que se traslada al Londres de los años 50, al ambiente bohemio del Soho. Pero también es la historia de Elina, una muchacha finlandesa que vive en el Londres actual y que acaba de tener un hijo, tras un parto difícil y bastante traumático. Las vidas de ambas se van deslizando por las páginas de este libro de Maggie O'Farrell, lleno de emociones, de sentimiento trágico de la vida y de extrañas coincidencias. El vínculo que las une no lo sabremos hasta casi el final de la novela, y creo que sorprenderá a más de uno. Reconozco que lloré bastante con el desenlace, y yo no soy muy de llorar. Pero es que va justamente de eso, de las primeras manos que sostienen la nuestra. Imposible no echar alguna lagrimilla.

9. En ausencia de Blanca, by Antonio Muñoz Molina. Volvemos a España, concretamente a Jaén. Ésta es la historia de una fascinación. Mario es un gris funcionario de provincias enamorado hasta la médula de una mujer, la suya propia, Blanca. Por decirlo sutilmente Blanca es una petarda de mucho cuidado pero ejerce un encantamiento sobre su marido que sólo puede explicarse por la propia grisura del muchacho, que es bastante simploncillo e inexperto y, por tanto, fácilmente encandilable. Es una novela muy cortita, se lee en un pispás, pero se presta a la reflexión sobre el amor y su funcionamiento.  Por qué nos enamoramos o no nos enamoramos de una persona, cuál es la clave, en qué momento se produce ese click en nuestro cerebro. En fin, l'amour, ese gran misterio!

10. La perra, by Pilar Quintana. Nos vamos a Colombia. Una mujer madura, Damaris, adopta a una perrita y la cuida como si fuera la hija que no pudo tener. Empecé a leer esta novela justo el día del aniversario de la muerte de mi perrito Manolo, y me ha removido muchas cosas. El amor que se puede llegar a sentir por un animal, los sentimientos encontrados hacia él, lo indefensos que se encuentran frente a los humanos... En fin, es una novela triste, amarga y dura. Eso sí, muy cortita también, se lee en un ratillo. El final es impactante. Y dan muchas muchas muchas ganas de abrazar a tu perrito, si lo tienes.

11. Fin de temporada, by Ignacio Martínez de Pisón. En 1977 Juan y Rosa van camino de Portugal para que ella se someta a un aborto. Se retoma el relato muchos años después, en un camping de la Costa Dorada. Ésta es la historia de un amor maternofilial, el de Rosa y su hijo Iván, un amor de esos de tú para mí y yo para ti. Un amor que oscila entre lo idílico, lo dañino y lo decididamente enfermizo. En el transcurso de la novela la relación va dando unos giros bastante sorprendentes. Le pondría una pega: que se regodea demasiado en las descripciones. A ratos podría servir de guía de turismo, tanto de la costa catalana como de la Extremadura profunda.  De todas formas, aunque sea una buena historia, hay otras novelas de este autor que me han gustado más. Pero oye, para gustos, colores. Yo la recomiendo y ya vosotros decidís.

12. La trenza, by Laetitia Colombani. Tres mujeres: Smita, Giulia y Sarah. Tres países: India, Italia y Canadá. Tres vidas entrelazadas como cabos de una trenza. La suerte o la desgracia de nacer en un país, en una época, en una determinada familia... marcarán para siempre nuestro destino. Colombani nos va contando la historia de estas tres mujeres y sólo al final descubriremos la relación entre ellas. Un lazo que provoca en el lector una sensación agridulce. Por un lado vemos de qué modo nuestras vidas tienen un vínculo con las de otras personas de lugares muy lejanos a las que nunca conoceremos; pero por otro lado comprobaremos también hasta qué punto el mundo es injusto, cruel e implacable y cómo al final los países ricos siempre sacan beneficio de la pobreza, el analfabetismo y la desesperación de los desheredados del planeta. Un relato conmovedor que no puede dejar indiferente a nadie.

13. Un amor, by Sara Mesa. Nat llega a una aldea de la España profunda y se instala en una casita alquilada. Desde el principio tiene problemas con el casero, hasta el punto de que llega a obsesionarse enfermizamente con él. A partir de ahí establece una serie de relaciones con distintos personajes del pueblo que pondrán a prueba sus límites morales. A pesar de que cuesta entender a veces las motivaciones de la protagonista es inevitable no sentir cierta empatía hacia ella, o al menos piedad por sus múltiples desdichas. Una novela un tanto claustrofóbica que sin embargo atrapa intensamente desde la primera página. Mesa me ha parecido una autora muy interesante de la que pienso leer más cosas.

14. Infelices, by Javier Peña.  Santiago de Compostela. Un grupo de amigos se conocen en la Universidad y crean un grupo que llamarán Círculo de Viena, en homenaje al famoso círculo de intelectuales. Con el tiempo cada uno evoluciona de manera diferente. Hans es asesor político, Moritz escritor, y Rudolph periodista especializado en criminología. Está también Karl, una mujer con una hija superdotada que está relacionada con los tres. Y por último, hay una chica con cáncer. Sus historias se van cruzando a lo largo de la novela, pero si tienen algo en común es que todos ellos están más o menos insatisfechos con sus vidas. Una novela muy inteligente, muy bien escrita y bastante original en su estructura. Algunos capítulos se podrían leer como cuentos independientes, pero todos tienen un sentido dentro de la historia global. Me apunto también a Peña para seguir leyéndolo en el futuro.

15. Cara de pan, by Sara Mesa. Como ya advertí, regreso a Sara. Esta mujer nos enfrenta siempre a espinosos límites sociales, morales y psicológicos. Aquí tenemos una relación extraña, diríamos a priori que poco apropiada, entre una chica de 13 años y un señor en la cincuentena. Casi y el Viejo son nuestros protagonistas. Casi, una adolescente que pasa de ir al instituto porque se siente ajena a ese mundo, y el Viejo, un tipo peculiar, aficionado a la ornitología y fanático de Nina Simone, en el que la chica encuentra cierta afinidad a primera vista difícil de entender. La relación entre ellos sólo puede concebirse en la más absoluta clandestinidad, como una forma de refugio de un mundo hostil a ambos. Hay mucha ternura en esta historia pero también una gran dureza. La vida puede ser muy difícil para las personas que se salen de "la norma". Si es vuestro caso en algún sentido es muy probable que os sintáis un poquito identificados con estos entrañables personajes.

Y hasta aquí por este año. Felices vacaciones y que ustedes lo lean bien. 

sábado, 12 de junio de 2021

Va por esas criaturas que viven y mueren puras

Aquí estamos, por fin solos y a salvo! Ya estáis con papi, mis niñas, ya nunca más nadie os podrá hacer ningún daño. Yo voy a cuidaros y a protegeros, soy el único en el que podéis confiar.

Ya veréis qué bien vamos a estar ahí abajo los tres juntitos. Aquello es precioso, aunque yo nunca he llegado a bajar hasta el fondo. Ahora lo haremos los tres. 

Mi ilusión siempre fue enseñaros las profundidades del océano de otra manera. Soñaba con llevaros buceando por mis sitios favoritos y que pudiérais ver todas esas cosas que a mí siempre me fascinaron. Mostraros ese mundo submarino en el que el silencio se adueña de todo y no hay nada más que tú y un montón de seres igual de silenciosos que te rodean. He sido tan feliz ahí abajo! Me he sentido tan seguro, tan en paz, tan en mi medio natural! 

Por desgracia no ha podido ser así, como lo soñé. Qué lástima!

Ella lo ha jodido todo. Ella ha intentado separarnos. Y yo no lo podía consentir. Lo entendéis, verdad, mis niñas?

Desde que conoció a ese gilipollas, a ese viejo absurdo que sólo busca carne fresca. Que si no ahora, más adelante, se os querría llevar a su país con él. Y separarnos para siempre. A mis niñas, a lo que más quiero en el mundo, a lo único que quiero en el mundo!

Es ella la que lo ha jodido. Es ella la culpable de todo esto. Luego dirán que yo estaba loco, que era uno de esos machistas, que era un maltratador... Me da igual, que digan lo que quieran. Vosotras, mis niñas, sabéis que os quiero más que a nada en el mundo. Más que a mí mismo. Por eso he tenido que hacer esto. Porque no podía dejar que os alejaran de vuestro papá, que os llevaran a vivir con ese cerdo asqueroso que sólo busca carne fresca. Sí, carne fresca. Quién sabe si algún día vosotras mismas... no quiero ni pensarlo. No, vuestro padre nunca lo permitirá.

Ahora, dentro de un rato, cuando me asegure de que vosotras, mis cielos, mis ángeles, mis tesoros, estáis ya tranquilas ahí abajo, voy a llamarla. No, no le voy a decir ni dónde estamos ni lo que ha pasado ni lo que le espera. Ya tendrá tiempo de darse cuenta de que pudo evitarlo y no lo hizo. Y se va a enterar bien el resto de su vida de lo que nos ha hecho a los tres. Pero sí la voy a llamar para recordarle lo que hemos vivido, lo que yo la he querido, lo felices que éramos, y cómo ella lo ha destrozado todo.

No le importábamos nada. Ni yo ni vosotras. Sólo quería vivir la vida tutiplén con ese cerdo millonario. Anda que iba a tocarle ni de lejos si no tuviera la pasta que tiene! Y le daba igual si él le decía de llevaros a la otra punta del mundo. Se pensaba ir, lo sé. Nunca le ha importado esta familia; es egoísta, sólo piensa en ella, en ella y en ella. Y luego en ella.

Yo no podía permitirlo. Yo no soy un mierda, no puedes hacer conmigo lo que te dé la gana, no me vas a manejar, no me vas a quitar a mis niñas, hijadeputa! Te vas a enterar bien, no vas a saber en la vida dónde están, dónde estamos. Te vas a cagar. A ver qué hace el viejo contigo cuando seas una piltrafa humana incapaz de levantarte de la cama. A ver si entonces le gustas tanto!

Bueno, mis niñas, aquí estamos. Por fin solos, por fin en paz, por fin mías. Ella no nos va a separar ya nunca, papá lo ha impedido. Vais a dormir tranquilitas y nunca vais a sufrir más. Porque aunque no me lo dijérais yo sé que sufríais. Papá lo sabe todo, papá sólo piensa en vosotras, papá nunca os abandonará.

Os quiero, mis amores. Os quiero como nunca podríaís imaginar. Como nunca os iba a querer nadie. Por eso tengo que llevaros conmigo, y siempre estaremos en ese lugar maravilloso en el fondo del mar al que os quería llevar. Ese sitio que íbamos a conocer juntos, pero que ahora vamos a conocer de otra manera. Va a ser nuestro hogar. Allí nadie nos encontrará jamás. Nadie nos separará. Nadie nos hará daño. Palabrita de papá.

Ahora os dejo. Tengo que ir a cargar el móvil para hacer las últimas llamadas. No os preocupéis, estaré en un ratito ahí abajo con vosotras. Antes tengo que dejar unos recados a mamá.

Os adoro, pequeñinas mías. 

Ps. In memoriam de Ruth, Jose, Yaiza, Olivia, Anna, y tantos otros niños que tuvieron la desgracia de tener unos padres o unas madres a los que el odio les pudo más que el amor.

Ps2. Quiero aclarar que esto es un monólogo interior de un tarado explicando a sus hijas por qué cree él que tiene que matarlas. Es que he recibido algún mensaje un tanto inquietante en el que no parece que eso esté claro.

Ps3. Sé que no soy la mejor monologuista del mundo, pero por favor, no intento justificar un asesinato. Nunca pensé que alguien pudiera interpretar esto así.