domingo, 28 de febrero de 2016

Todo apunta

- Mira, aquí dice que el caos fomenta la genialidad. Los grandes científicos y pensadores de la humanidad por lo visto eran superdesordenados.

- Lo ves, mamá? Te lo tengo dicho. Todo apunta a lo mismo; indiscutiblemente soy un genio.

- Y aparte de esto, qué es todo lo demás que apunta?

- Hace un tiempo me dijiste que casi todos los superdotados tenían unas notas malísimas porque se aburrían en las clases. Lo ves?

- Ya. Hombre, mirándolo así tú tienes que ser un superdotadísimo.

- Te lo llevo diciendo un montón de tiempo y nunca te lo crees. Deberías de llevarme a algún sitio de esos en los que hacen tests para comprobar lo superdotado que es uno.

- Pues mira, otro dato que apunta en la misma dirección: según un estudio de la Universidad de Ohio escuchar música estimula el lóbulo frontal del cerebro incrementando la creatividad. Efectivamente todo apunta.

- Lo ves, lo ves? Y qué es lo que a mí más me gusta hacer del mundo, aparte de tocarme los huevos? O no aparte, sino a la misma vez. Pues sí, escuchar música a to pastilla con mi superaltavoz politónico de máxima frecuencia. Cosa por la que tú además estás todo el tiempo echándome la bronca. Y ahora resulta que se demuestra científicamente que estoy fomentando mi creatividad, como superdotado que probablemente soy. Y tú ahí intentando reprimir mi más que probable genialidad.

- No, si estoy por mandarte a Ohio para que te estudien los científicos esos y te aporten como prueba documental de creatividad extrema.

- Lo que pasa es que no me valoras lo suficiente. No hago más que dar señales de ser un ser superior y tú ahí, pasando. Y no será que no te estoy dando oportunidades para que te des cuenta.  Cada cosa que lees en tus revistas de fin de semana reafirman mi teoría.

- Ya, ya. Entonces, según tú sacar unas notas calamitosas, ser un desastre doméstico y tirar todo por ahí y escuchar música a toda pastilla debería ser motivo de satisfacción para los padres porque eso es signo de que tienes en casa un superdotado.

- No lo digo yo, mamá, lo dicen los expertos. Yo me limito a ser un superdotado incomprendido por su madre.

- Oye... estoooooo... Y no podrías ser un poco menos superdotado y recoger tus cosas de vez en cuando y, si pudiera ser, aprobar algo alguna vez?

- Mamá, algún día te arrepentirás de lo cruel que estás siendo conmigo durante mi adolescencia, que es una edad muy mala.  Pero bueno, por lo visto a Einstein le pasaba igual.

- Y para cuándo podemos esperar que inventes algo parecido a la teoría de la relatividad? Te queda mucho que pensar todavía? Y mientras piensas, no podrías quitar esos calcetines de la mesa y ponerlos en el cubo de la ropa sucia, o eso te va a suponer mucho incordio en tus reflexiones?

- Yo sinceramente como tú sigas en este plan exigente, mamá, no creo que llegue a inventar nunca nada. Me siento constreñido en mi capacidad creativa.

- Ah bueno, pues nada. Igual cuando los calcetines críen hongos en la mesa descubres alguna propiedad de la madera que hasta ahora nadie había descubierto. No sé, igual inventas un nuevo tipo de agricultura doméstica. Lo mismo empezamos a plantar patatas encima del colchón. Desde luego por la cantidad de abono que tiene tu cama no me extrañaría que cualquier día saliera algún tipo de tubérculo.

- Mamá, no me presiones. La creatividad tiene sus tiempos.

- No, hijo, tú no te sientas presionado. Tú sigue fomentando tu creatividad con tu musiquita y no te agobies ordenando tus cosas, no sea que esa gran idea que estás gestando sea lamentablemente abortada antes de ver la luz.

- Gracias, mamá, eres una gran madre. Y el Pronto una gran revista.

- Ya ves, por un euro a la semana el partido que tú le estás sacando.

- Siempre te he considerado una buena inversora. Invertir en cultura y en sabiduría es importante, mamá.

- No, si ya... A ver, qué le vamos a hacer? No todo el mundo tiene la inmensa suerte y el gran honor de tener un Einstein en potencia en su casa. Mis amigas se van a morir de envidia cuando se lo cuente.

- Ya te digo, ma. No veas cómo van a arrastrar los colmillos por el parqué.

- Parqué? Te refieres a esa cosa que hay debajo de tu ropa?

- Mamá, no seas mordaz. Recuerda que tienes un genio en casa.

- No, si... como para no acordarse.

martes, 16 de febrero de 2016

La guerra climática

No me gusta el invierno. Lo odio.

No me gusta el frío. La gente está fea y gorda. Todo el mundo va con la cara congestionada, la nariz roja, y con tanta ropa encima que no parecen personas sino elefantes. O mamuts. O focas. O ballenas.

Cuando voy con mi bici y me enfrento a uno de estos enormes y siniestros especimenes embutidos en kilos y kilos de trapos tengo que hacer auténticas virguerías para no chocar con ellos. Porque además con tanto forraje se mueven torpemente y apenas son capaces de reaccionar a las alertas del exterior. Entre gorros, bufandas, orejeras y pasamontañas no oyen un pijo, ya puedes pitar hasta dejarte el dedo o desgañitarte chillando.

Tengo muchas discusiones con una amiga por esto del invierno y del frío. A ella le encanta; al revés que yo, lo que ella odia es el verano y el calor.

Yo os voy a dar los argumentos de las dos y ya cada cual que decida con quién va en esta guerra. Nuestras peloteras por la cuestión climática transcurren más o menos así:

Yo: Qué assssssssco de invierno. Qué mierda de fríoooo. Llevo tanta ropa encima que debo de pesar cien kilos.

Ella: Pos yo estoy encantá. La ropa de invierno es mucho más bonita que la de verano.

Yo: Estás loca o quéeeeee? La ropa de invierno es horrible. Es toda negra, o gris, o marrón, o de ese color difuso que está entre la mierda de gato y el vómito de borracho. Pa que te encuentres a alguien de rojo o de amarillo o de verde o de rosa tiene que ser carnaval por lo menos.

Ella: Pero va todo el mundo mucho más tapadito y no hay tanto chichote al viento.

Yo: Tú me vas a comparar a mí un floreado vestidito veraniego de manguita corta y unas sandalias fresquitas con los doscientos kilos de ropa que yo llevo encima ahora mismo, que incluyen leotardos, pantalones, calcetines A y calcetines B, camiseta interior térmica, camiseta exterior, jersey A, jersey B térmico, abrigo, bufanda, orejeras, guantes y botas? Vamos, estoy pa un “aquítepilloaquítemato”. Sabes el rato que me tiro yo vistiéndome todas las mañanas? Dieeeeeeez minutos! Y porque voy como las balas y me pongo las cosas de dos en dos. Y sabes cuánto tardo en verano en vestirme? Diez segundos! Diezzzz! Tú me vas a comparar?

Ella: Pero así vas mucho más mona. Más completita, que no te falta un detalle.

Yo: Cielooooosssssss! Así lo que parezco es una mesa camilla! Una cama mueble!! Un balón gigante de pilates!!!! Ocupo el doble de espacio de lo que ocupo yo por mí misma. Y me muevo con la misma gracia y la misma soltura que un astronauta.

Ella: Que no, mujer, que la gente está mucho más guapa en invierno. O si no fíjate. Cuándo alguien quiere conservar algo en buenas condiciones qué hace? Exacto, congelarlo! La piel está mucho más estiradita y más tersa.

Yo: Y una mierda!!! Tú has visto a los esquimales? Te parecen muy guapos? Compara a una esquimal del Polo Norte con una brasileña de Ipanema. Qué me dices a eso?

Ella: Pues ahí tienes a las rusas, que son guapísimas.

Yo: No, son guapísimas las que traen aquí las mafias para prostituirlas. Esos no se van a traer a los callos malayos que andan por Siberia forradas y embutidas en su propia grasa, y  de vodka hasta las cejas para poder sobrevivir a los duros inviernos esteparios. Se traen a lo mejorcito. Además, que haya unas cuantas personas tan guapas tan guapas que aunque estén muertas de frío sigan estando guapas no quiere decir que la mayoría de la gente no esté mucho más fea con la cara helada.

Ella: Pero si es que el frío es muy bueno para la piel, mujer. De verdad. Casi todos los tratamientos de belleza van a base de frío.

Yo: No si ya. No hay más que ver lo bonitos que son los sabañones que le salen a la gente del frío. Estéticamente impecables.

Ella: Está visto que nunca nos vamos a poner de acuerdo.

Yo: Yo creo que sí, que nos ponemos de acuerdo rápido. A ver, qué prefieres un mes de vacaciones en Siberia tomando el fresquito y estirándote el cutis o el mismo mes en una playita caribeña tomando el sol y poniéndote hasta el culo de mojitos con el cutis bañado en molesto sudor?

Ella: Hombre, planteado así…

Yo: Lo ves cómo no era tan difícil ponerse de acuerdo?

Bueno, queridos lectores, y vosotros con quién vais? Frío o calor?

lunes, 15 de febrero de 2016

Si la cosa funciona...

Parafraseando el afortunado título de la película de Woody Allen, me hago eco de la filosofía que en ella se plantea: si algo funciona y va realmente bien por qué hay que comerse la cabeza intentando buscar otras opciones, muchas de las cuales resultan ser verdaderos fiascos?

Un ejemplo: desde hace años venimos oyendo hablar horrorizados de los desastrosos resultados que dan para nuestro país los informes sobre competencia educativa que hacen distintos organismos internacionales. El informe PISA, por ejemplo. Distintos gobiernos han ido pasando por el ejecutivo y a cada uno se le ha ocurrido una idea diferente para mejorar estos resultados. Unos ponen esto, otros quitan aquello… Aquí el que no corre vuela, y al final todos dejan claro que en el momento en el que lleguen al poder derogarán inmediatamente la última reforma del anterior. Normalmente el problema principal es la aparición de alguna asignatura “ofensiva” para algunos, como fue en su día “Educación para la ciudadanía”, que se convirtió en piedra de lanza y principal responsable del calamitoso estado de la educación en nuestro país. O el inconmensurable poder de la Iglesia Católica en la elaboración de las leyes educativas, que no tiene parangón en ningún otro país del mundo, a excepción tal vez de Polonia o Irlanda.

En fin, pues yo siempre me he planteado por qué extraña razón no se copia directamente el sistema educativo de los países en los que funciona bien, que son los que obtienen mejores resultados en esos mismos informes en los que a nosotros nos va como el culo. Que hay que hacer una inversión fuerte? Bueno, pero si la cosa funciona no compensa con creces la obtención de resultados satisfactorios esa inversión?

Otro ejemplo: el acoso escolar. Por lo visto en algunos países nórdicos este problema ha sido erradicado de las aulas por el sencillo sistema de implicar a todos los alumnos en la detección temprana del conflicto y la defensa colectiva inmediata de la probable víctima. Resultado? 0 víctimas. Todos a una a proteger al más frágil ante el menor atisbo de violencia verbal o física. Y aquí, vistos los resultados y la gravedad del problema en nuestras escuelas, en lugar de copiar ipso facto el sistema escandinavo que tan bien les ha ido, nos dedicamos a elucubrar sesudamente sobre qué se podría hacer para acabar con este tema. Hay que ser gilipollas, vamos!

Problemas que en países vecinos han dejado de existir y se han solucionado eficazmente no se ponen en práctica en el nuestro… por qué? Porque a nadie se le ha ocurrido? Porque copiar está feo y es mejor experimentar con soluciones originales y de producción patria?

Sinceramente no lo entiendo. Tan difícil es imitar a los países más avanzados en cuestiones básicas? Tan complicado es pedirles asesoramiento y seguir sus pasos? De verdad a ninguno de esos políticos a los que les pagamos para que piensen y solucionen nuestros problemas se le ha ocurrido sencillamente copiar lo que ya se sabe y se ha comprobado que funciona?

A que al final va a ser cierta esa percepción que yo siempre he tenido, aunque la lleve en secreto para no parecer poco modesta, de de que soy la más lista del mundo?

Titiritero alehop, de feria en feria

Leo en El País este sábado el artículo de Elvira Lindo titulado “Para la libertad” sobre el lamentable caso de los titiriteros encarcelados durante cuatro días por supuesto enaltecimiento del terrorismo, y lo suscribo tan de punta a cabo que he decidido colgar el enlace en mi blog para que mis lectores también lo puedan leer. 


Extraigo algunas reflexiones interesantes que hace Lindo:

“Son tiempos preocupantes para la libertad de expresión. Los mismos a los que se les llenaba la boca defendiendo el derecho de los dibujantes de Charlie Hebdo a hacer chistes soeces sobre Mahoma ahora se rasgan las vestiduras por una obrita sobre la que les gusta exagerar y mal informar. Ellos son Charlie unas veces sí, y otras pues no. Unas veces exhiben una piel muy fina y otras son como galápagos. Como no tienen ni puta idea de lo que ocurre en la calle han logrado que su acusación constante de que cualquiera es filoetarra haya calado hasta el punto de que el “todo es ETA” se ha convertido en el chiste juvenil más celebrado. Y es lógico que esa ironía haya calado como respuesta descarada a los que utilizan abusivamente a las víctimas. Qué pena todo”.
“A veces pienso, en estos días en que con tanta facilidad nos batimos el cobre por bobadas, que fui afortunada por ser joven en esos años ochenta en los que se respiraba una especie de celebración de la libertad. En la calle, en los medios de comunicación, en esa radio pública en la que trabajé. Si hubiera habido que llamar a la policía cada vez que un artista exponía algo inapropiado o se decía algo salvaje al micrófono no habría habido agentes para tanto despropósito. Luego vinieron nuestros hijos y heredaron, en justa correspondencia, esa libertad que nosotros habíamos disfrutado. Los oíamos tararear a Extremoduro o a Albert Pla. El padre, que les llevó a algún concierto, se quedaba estupefacto al escuchar en boca de un crío de 11 años aquello de “me estoy quitando, me estoy quitando, solamente me pongo de vez en cuando”. Y no ha pasado nada. Nada. Los niños no precisan de esta insoportable y cursi sobreprotección.”

En verdad yo también alucino con todo lo que ha pasado; creo que somos muchos los que no podemos entender cómo se ha llegado a este estado de cosas.

Y yo también me planteo como Elvira qué clase de padre está viendo un espectáculo con sus hijos y si no le gusta lo que ve, en lugar de coger a los críos y largarse y hacer lo propio en estos casos, protestar al Ayuntamiento o en un periódico, se va directamente a un teléfono a llamar a la policía para que intervenga.

Y lo que es peor: qué clase de niños pueden salir de un padre de esas características.

Serán niños que cuando vean, lean o escuchen algo que no les gusta recurrirán sistemáticamente al expeditivo método de llamar a las autoridades o de ir a la comisaría más próxima para poner una denuncia? Lo harán si van al cine y no les gusta la película?

Por ejemplo, en la película “Ocho apellidos vascos”, que batió récords de taquilla en su momento, y en la que el protagonista se hace pasar por batasuno y se mueve en un entorno de kale borroka, gritando proclamas proetarras y quemando contenedores… estos niños o sus  padres podrían haberse sentido ofendidos por la parodia filoterrorista y haber hecho cerrar los cines?

No solo me parece preocupante; me parece demencial.  Y si lo del padre del niño es aterrador, ya es de poner los pelos como escarpias lo del juez que considera eso exaltación del terrorismo y no solo detiene y encierra sin fianza e incomunicados a los dos titiriteros sino que además les confisca los muñecos y la pancarta supuestamente ETARRA como si de un arsenal de bombas y pistolas se tratara. Cómo se le puede ir tanto a la gente la pinza?

En fin, creo que necesitamos urgentemente un giro radical en esta sociedad hiperexcitada y extremadamente pusilánime (fusilánime, que diría mi madre) en la que los ofendidos se cuentan por legión hasta el punto de que es casi milagroso encontrar a alguien que no se sienta agredido por nada.

Y en esto incluyo a todo tipo de gente y de ideologías. O no es ridículo el cabreo monumental que se pillaron los diputados de Podemos por aquello de haberlos mandado a los escaños de las últimas filas, al “gallinero” del Congreso? No habría sido mucho más lógico y más inteligente, incluso mucho más efectivo, habérselo tomado a coña y haberse choteado ampliamente y con regocijo y humor de aquellos que vieron en esa burda estrategia visual la posibilidad de ningunear a su grupo?

Vamos a dejarnos ya de tanto pego y tanta tontería, que va a llegar el momento en el que tengamos que salir a la calle acorazados no vaya a ser que a alguien le moleste o le indigne algo que hagamos o digamos y decida llamar al ejército y a la legión para que acuda presta a poner orden. Por favor!

Mi foto de Julia Roberts

Hace poco he recuperado una foto mía que me encanta, una que yo llamo “Mi foto de Julia Roberts”. Esa foto ha formado parte de mi vida un montón de años, la he tenido diez años en el pasaporte, en el carnet de conducir, en el carnet de identidad, en la tarjeta universitaria... La foto tiene una gran historia pero hacía tiempo que la había perdido digitalmente hasta que hace poco un amigo la recuperó y me la mandó.

En fin, esa foto, como digo, tiene historia. Me la hice una mañana en la que todos íbamos a la piscina pero al día siguiente teníamos cita para sacarnos los pasaportes. En fin, que llevábamos las pintas típicas de ir a la piscina: los pelos de aquella manera, sin pintar, de trapillo..., lo normal. Nadie se viste de gala ni va a la peluquería para ir a la piscina.

De repente mi marío se para en una tienda de fotos y dice:

-  Mira, 40 fotos a 10 euros. Venga, vamos a aprovechar para hacernos las fotos del pasaporte.

- Pero qué diceeeeees? Estás locoooooo? Cómo vamos a hacernos las fotos con estas pintaaaaas? Que tiene que durar diez años, hossstia!!!!

- Tú tienes otra foto? Pos nada, ahora que estamos aquí todos nos las hacemos y punto.

- Hosssstia, una foto de pasaporte que tiene que durarme diez años y yo hecha un adefesio!!!!Y na menos que 40, pa tener fotos hasta el día del juicio final.

En fin, como tengo pocas opciones y todos parecen estar de acuerdo, cedo y vamos entrando uno por uno y luego esperamos diez minutillos el resultado final. Yo me voy al coche con un cabreo descomunal y me miro espantada en el retrovisor, qué horror, diosssss, totalmente dispuesta a tirar mi foto en cuanto me la den y a pedir cita para otro día para lo del pasaporte.

Aparecen con las fotos.

- La mía no la pienso mirar. La puedes tirar desde ya. Yo no voy a hacerme el pasaporte con estas pintas.

- Pero si has salido muy guapa. Coño, mira la foto por lo menos antes de tirarla.

- Sí sí, muy guapa muy guapa. Estoy pa irme de fiesta, vamos. Bueno, venga, dame que la mire pero que esto va a la basura ya. Menuda mierrrrrda, vaya putada que me hayas obligado a hacerme unas fotos con estas pin... Hosssssssstia!!!!! Esta soy yooooooo?

- Ya te he dicho que estás muy guapa.

- Hossssstia, pero si parezco Julia Roberts!!!!!

- A ver... Joder, es verdad! Pareces Julia Roberts!!!!

- Coññññño, trae pacá todas las fotos. Cuántas dices que eran la oferta?

- 40.

- Y no puedo hacerme 80?

En fin, así empezó la historia. Como digo, a la foto le saqué todo el partido del mundo y durante años la he estado paseando por todas partes y usándola sistemáticamente para todo tipo de carnets, tarjetas y documentos varios.

Mi felicidad alcanza dimensiones estratosféricas cuando hablo con mi hermana contándole lo de la foto.

- Nena, no te lo vas a creer!!!! Que me he hecho un foto que parezco Julia Roberts.

- No me extraña. Yo siempre te he visto mucho parecido.

- Queeeeeeeeeé?

- Jo, que sí, que tienes gestillos y cosas que se le parecen. En Notting Hill, por ejemplo, siempre me ha recordado un montón a ti.

- Que sabías que me parezco a Julia Roberts y tú nunca me lo has dichoooooo? Pero en qué estabas pensandooooooo? Qué clase de hermana oculta una información como esa????

- Hombre, tampoco es que seáis idénticas. Es un aire, un algo... No sabía que para ti eso era importante.

- Pero tú sabes lo que puede subir la autoestima saber que una se parece, aunque sea vagamente, a Julia Roberts?????

- Pos la verdad, no lo había pensado. Bueno, pues ya lo sabes, que tienes un airecillo a Julia Roberts. Pero que no se te vaya a subir ahora a la cabeza.

- Cómo que noooooo? Que se suba y que de ahí no se baje ni muerta. Yo a partir de ahora pienso tener siempre muuuuuu presente desde que me levante hasta que me acueste que me parezco a Julia Roberts. Y sin arreglar y sin pintar. A pelo. Toma yaaaaaaa!

Además milagrosamente no solo me parecía a Julia Roberts sino que a pesar de que ya tenía casi 40 años parecía tener como unos veintipocos. Vamos, que encima me había quitado más de diez años de encima. Bendita la hora en la que nos paramos en aquel fotógrafo y bendita la mano mágica del tío.

Pero volvamos al presente. Ahora que la he recuperado digitalmente, he decidido ponerla como perfil de guasap por unos días. Para que quien no la hubiera visto nunca antes sea consciente de mi impresionante parecido con la guapérrima actriz. Vamos, pa seguir sacándole partido a la foto, qué coño.

Y las reacciones han sido las que era de esperar: Ay qué guapa! Si pareces una nena! En fin, justamente para lo que la colgué. Objetivo cumplido.

Pero de todas las reacciones, la más inesperada y la más mejor, sin duda la de mi Juanillo.

- Mamá, por diosssssss, por qué has puesto en tu perfil esa birria de foto?

- Qué birria ni birria? Birria mi foto de Julia Roberts! Pos poco guapa que estoy!

- Anda ya guapa ni guapa! Tú ahora estás mucho más guapa.

Oleeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!

Ése es mi niño!

Al final poner la foto de perfil del guasap fue una pedazo de idea.

Si no la hubiera colgado a estas alturas no sabría que AHORA ESTOY MUCHO MÁS GUAPAAAAAAAAA!!!!! WAWWWWWWW!

lunes, 8 de febrero de 2016

Guasap, historia de una rarita

Hoy he pasado por un trance superduro. Os cuento:

Me levanto tarde, he salido la noche anterior y tengo pelín resaca.

Cojo el móvil para ver si tengo algún mensaje y... Horreaurrrrrr! Se ha hecho realidad una de mis mayores pesadillas:

ME HAN METIDO EN UN GRUPO DE GUASAP!!!!!!

Jodeeeeer, y no ha sido cualquiera. No. Me han metido mis primas!!!!!!

Es verdad que antes otras personas lo habían intentado pero no me preocupaba mucho porque no eran de la familia y los grupos eran amplios y yo me salía automáticamente sin dar explicaciones ni nada.

Pero claro, estas son mis primas. Y las quiero mucho pero ellas no saben que siento una profundísima aversión hacia los grupos de guasap. La verdad es que nos vemos poco y nunca hemos hablado de este tema. Ufffff, qué forma horrible de empezar una mañana!

Me tiro un rato mirando el móvil toda horrorizada, probablemente con la cara desencajada y ojiplática total. Aunque no puedo verme sé que la tengo. Y entro en modo “pánico”

Dios mío, qué hagooooooo? Cómo le explicas tú a la gente que eres alérgica a los grupos de guasap? Si todo el mundo está metido en tropecientos grupos y se pasan la vida chateando con cientos de personas y además les gusta y se lo pasan hasta bien.

Es muy difícil explicarle a alguien que tú el guasap lo tienes básicamente para mandarte recados y punto. Que ni siquiera tienes un Facebook operativo porque tampoco te interesa. Eso hoy en día es casi una aberración que puede condenarte al ostracismo.

Lo primero que hago es mandarle toda horrorizada un guasap a mi hermana:

- Tíaaaaaaaa,  hay alguna manera de salirse del grupo sin que se den cuenta?????

Porque tengo claro que no quiero estar pero tampoco quiero que mis primas se mosqueen conmigo por una gilipollez como esta.

Diosssss míooooo, qué tesitura más complicada! Qué difícil lo tenemos en la vida los raritos!

Mi hermana me contesta que no hay forma humana. Que ella lo que hace es silenciar los grupos y no echarles muchas cuentas. Pero es que yo no quiero tener todo el rato en mi móvil el icono de que tengo mensajes nuevos por el grupo este. Empiezo a pensar que lo mejor sería prescindir del móvil, como hace alguna poca gente, y así no tendría que pasar estos malos ratos.

Total, que después de diez minutos de pensar y comerme la cabeza atormentándome con el tema decido que oye, que tengo ya 50 tacos y no es edad de ir por la vida teniendo reparos en decir las cosas claras ni de andarse con rodeos.

Así que pensado y hecho. Mando un primer y último mensaje al grupo en el que vengo a decir más o menos que asumo mi condición de prima rarita pero que me salgo. Que no me gustan los grupos de guasap, que me marean y que soy incapaz de seguir las conversaciones. Que espero que no se lo tomen a mal pero que me voy. Y muchos besos. Ah, y que me apunto a todos los eventos familiares que organicen si no me guardan rencor y me avisan personalmente.

Considero esto un acto de valentía social de alcance mayor. Estoy segurísima de que hay mucha más gente a la que, igual que a mí, le aterrorizan este tipo de contactos pero que son incapaces de decirlo claramente. Y de hecho a mí me ha costado diez larguiiiiiiiisimos minutos tomar la difícil decisión.

Mi primera intención, como he dicho, fue desaparecer discretamente sin que se enteraran. Pero cuando me di cuenta de que era imposible pensé en la maldad intrínseca de estos artefactos, que pueden convertirse en un arma de destrucción social masiva de personas alérgicas a la hipercomunicación virtual.

En fin, espero sinceramente que mis primas acepten estoicamente mi rareza y no se lo hayan tomado a mal. Ya saben de toda la vida que soy una tía peculiar y un tanto asocial, así que no creo que les extrañe mucho. Es más, me sorprende  bastante que me hayan incluido en el grupo, sabiendo que soy un cardo.

Igual a partir de ahora debería ir dejando caer por ahí a toda la gente que conozco que odio los grupos de guasap. No me imagino mi vida charlando constantemente con todo el mundo, dado que en mi entorno hago auténticos malabares para evitar hacerlo en vivo y en directo con la gente con la que me cruzo a diario.

En mi blog me da igual que sepáis estas cosas que me pasan porque todo el mundo que me visita sabe ya de mis filias y fobias. Soy yo la primera sorprendida de que me haya costado diez minutos mandar ese mensaje al grupo cuando la Inma normal y corriente que yo creo ser habría reaccionado de inmediato sin comerse la cabeza un solo segundo.

Pero hoy, a lo largo de todo el día, de vez en cuando me ha venido a la cabeza cómo he empezado la jornada y que a lo mejor mis primas están pelín cabreadas conmigo. No es que esté arrepentida, en absoluto. Sé que mi calidad de vida, que es bastante alta, habría descendido varios niveles si hubiera seguido en el grupo, al igual que mi salud mental. Eso no admite réplica, no podía seguir y punto. Pero... no sé, igual debía de haberme quedado un ratillo más para ver cómo se lo tomaban y haberles dado un poco de cuartelillo o algo.

Jo, pero estaba tan loca por salir corriendo que ni me lo planteé. Me fui to escopetá.

En fin, primas, si alguna de vosotras lee esto, de verdad que espero que me entendáis. Los raritos somos así, raritos. Y solo hay dos opciones: o aceptarnos como somos o mandarnos a la mierda. No somos mala gente, de verdad. De hecho, no hacemos daño a nadie, por lo menos los raritos como yo. Solo que... pues eso, tenemos nuestras rarezas.


sábado, 6 de febrero de 2016

Una hostia a tiempo vale más que mil palabras

QUIÉN HA COMIDO SALCHICHAS Y HA DEJADO LA COCINA LLENA DE TOMATEEEEEEEE?

Silencio absoluto.

QUIÉN HA DEJADO ESTOS CALCETINES ASQUEROSOS ENCIMA DE LA MESAAAAAAAA?

Silencio absoluto.

QUIÉN HA DEJADO TIRADAS EN MEDIO DEL SALÓN ESTAS ZAPATILLAS EN LAS QUE EL MANOLO SE ESTÁ MEANDOOOOOOOOO?

Silencio absoluto.

QUIÉN HA CAGADO Y NO HA TIRADO DE LA CADENAAAAAAAA?

Silencio absoluto.

En realidad todas estas preguntas son retóricas. No necesitan respuesta porque yo sé quien ha sido el que ha hecho todo eso. Si chillo preguntándolo es por desfogarme más que nada.

Pero de repente...

MAMAAAAAAAAAÁ, SOCORROOOOOOOOO!!! QUE ESTE ME ESTÁ PEGANDOOOOOOOO! DILE ALGOOOOOOOOOO!!!!!

Ajajá, esta es la mía!

Quieres que le diga algo?

SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, POR FAVOR, MAMAAAAAAAA, QUE ME MATAAAAAAA!

Vale, le diré algo.

DALE OTRA HOSSSTIA!!!!!

QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE?????

QUE LE DES OTRA HOSTIAAAAAAAA!

PERO MAMAAAAAAAAAAAAAAAAA!

Dale una hostia por las salchichas y el tomate derramado.

PLASSSSSSSSSSS!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Y ahora dale otra hostia por los calcetines encima de la mesa.

PLAAASSSSSSSSSS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Y ahora dale otra hostia por las zapatillas, aunque ahí ya el Manolo haya actuado.

PLAAAAAAASSSSSS!!!!!!!!!!!!!!!

Y ahora la última hostia por el truño que me he encontrado en el váter y que me apuesto la cabeza a que es suyo!

ALTO AHÍIIIIIIIIII! QUÉ TRUÑOOOOOOO????

El truño que había en el váter hace un rato antes de que yo tirara de la cadena haciendo de tripas corazón.

Imposible, no es mío. Yo hoy no he cagado. Todavía.

Cómo que no es tuyo??????? Un truño en el váter y no es tuyooooooo?

Ejem ejem... estoooooo, mamá, me parece que va a ser mío. Es que no me he dado cuenta y no he tirado de la cadena.

Silencio.

Más silencio.

Más silencio.

Silencio muy tennnnnso.

Vale.

Luis, devuélvele la última hostia a tu hermano.

PERO MAMAAAAAAAAAAAÁ

Ni mamá ni leches. Si has cagado y te has olvidado de tirar de la cadena tú también necesitas una buena hostia. Luis, procede.

PLAAAAAAASSSSSS!

Ser madre en estos tiempos es muy duro. Es absurdo pegarles a tus hijos cuando te sacan una cuarta o dos y de un empujón mal dado te podrían estrellar contra la pared.

Pero quién ha dicho que no se pueden utilizar las hostias que se cascan entre ellos para darles su merecido? Por qué no usar las armas a nuestro alcance para educar a nuestros hijos aunque tengan pelos en los huevos y huevos como castillos?