domingo, 17 de diciembre de 2023

Conversación navideña pa entretener a mi peña

 - El vietnamita argentino me está tocando las narices, mamá.

- No es argentino, es del País Vasco.

- Del País Vasco mis cojones. Ese es argentino, solo le falta decir vos.

- Pos yo no lo veo tan mal. Es un tipo alternativo que además le va ideal a la petardilla asturleonesa.

- Como esto siga así yo me piro, que me está dando mucha grima este tío.

- Pos yo veo mucho peor al que dice que se come todos los días dos cabezas de ajo para quitarse los dolores. El pestazo que olerá el tío.

- No hay más que ver la cara de asco que ha puesto la pobre mujer.

- Además es un triste. Lleva todo el rato contándole sus desgracias a la señora, menuda cruz de cena estará pasando la criatura.

- Y qué me dices de la choni granaína que dice que no le gusta el que le han llevao porque lo ve mu poligonero? Hay que joerse con la peña.

- Yo es que creo que la gente no se ve a sí misma tal cual. Hay algunas autoestimas arrastrándose por el subsuelo y otras volando por la estratosfera. El First Date es sociológicamente hablando un perfecto retrato del mal estado de la salud mental patria y probablemente mundial.

- Otra vez el vietnamita argentino, hostiaaaas que me voy a la cama. No puedo con ese tío.

- Pos a mí me encanta su melena, la lleva perfectamente alisada. Eso tiene horas de peluquería, ahí donde lo ves. Los pelos vietnamitas son muy difíciles de alisar. Y quien dice vietnamitas dice orientales en general.

- Ya habló la experta en peluquería vietnamita. Mamá, no se puede ver nada contigo, eres mu friki.

- Pero y esta pava qué me dices? Que no le va mucho el sexo, solo un quiqui por la mañana, por la tarde y por la noche. 

- La gente está mu pasá de vueltas, mamá. Somos una anomalía social.   

- Los que me encantan son los dos gays malagueños. Me he enamorao de Carlos, qué pedazo de tío.

- Pero si parecen el punto y la i. El peluquero le llega por la cintura.

- Pos mejor. Menos se tiene que agachar.

- Mamá, por favoooooor! Que luego lo vas a pasar fatal porque estos son de los que se meten la lengua hasta el hígado en plano corto y te tienes que tapar los ojos.

- No creo, Carlos no es de esos. Pero por si acaso no miraré. Hostia, mira, la cena de los dos ositos! Pero si son idénticos.

- No te enteras, mamá. En el mundo gay los ositos buscan a gente igual que ellos. Se emparejan con sus clones. Peludos, barbudos, barrigudos y frikis.

- Pos ten cuidao, que con unas cuantas cervezas más te van a terminar tirando los tejos.

- Ya está. Ya me has echao. Entre el vietnamita argentino y tú me habéis dao la noche. Vaya madre.

- No tienes aguante ninguno. Pos peor pa ti porque te vas a perder el desenlace de los abuelos de 88 años que están loquitos por meterse mano.

- Bueno, avísame cuando salgan. Voy a escuchar un podcast de truculencias mientras.

- Cuando acabe esto nos echamos algún true crime superasqueroso?

- Pos fale. Mientras no salgan vietnamitas argentinos lo que sea.

- Qué delicaíto me has salío, hijo!! Qué pena!!

viernes, 15 de diciembre de 2023

Ya me tiene hasta el madroño la Rociito y su coño

Madre mía, no escarmientan con la Rociito. Después de cargarse prácticamente Mierdaset con sus dos docubodrios, el de poner verde a su ex y a sus hijos y el de poner verde a la familia de la madre, ahora se quiere cargar la tía la televisión pública, y encima le dan cancha los muy cenutrios.

Creo que ya he hablado aquí alguna vez de la maldición del Gusiluz. Esta es una teoría de la youtuber Maica Vasco, que defiende la tesis de que por donde pisan Rociito y su marido, el gusano luminoso Fidel (ser de luz, que lo llama ella) no vuelve a crecer la hierba. Como Atila, el famoso rey de los Hunos, os acordáis, no?

Pues es que es un hecho cierto que fue aparecer Rociito por Telecirco, la cadena amiga, y empezar aquello a hacer aguas por todas partes. Con su documental seriado para intentar demostrar que había sido maltratada psicológicamente, supuestamente para que algún juzgado reabriera su caso, no solo no consiguió convencer a casi nadie sino que de paso la gente empezó a sentir una repulsión absoluta por la cadena, que hasta entonces había sido líder absoluta de audiencias, y además para más inri consiguió también que la justicia archivara definitivamente sus demandas y la mandara al peo absoluto del que nunca debió haber salido.

Luego aprovechó el contrato multimillonario para montarse otro documental, este con el fin de abochornar al máximo a su familia materna, al marido de su madre y a sus hermanos de adopción. En definitiva, como muy bien rebautizó la docukaka Maica Vasco... "Rocío, contar mentiras para pagar a Hacienda". Porque no era ningún secreto que la tía tenía un montón de deudas con la Hacienda Pública y que con lo que Mierdaset le pagó por los dos seriales lacrimógenos se puso al día.

En fin, que la señora, con sus modales chulescos y prepotentes, consiguió echar a buena parte de la audiencia. Desde su paso por el canal la gente comenzó a darle al mando en cuanto aparecía su jeta por la pantalla, o la de algunos de los que más la habían apoyado en su cruzada cuasi pornográfica, gente como Carlota Corredera o Jorge Javier Vázquez. Tanto es así que en cuanto se comprobó el rechazo social y la fuga masiva de espectadores Corredera fue apartada de la cadena y Vázquez relegado a los depósitos de la cochambre a la espera de que apareciera algún producto de saldo que darle, puesto que tenía contrato blindado para otros dos años.

Desde entonces la cadena le echó la cruz a Rociito y a toda su familia. Veto absoluto. No se podía ni hablar de ellos ni poner imágenes. Y claro, la señora fue echando la caña por ahí, a ver quién picaba. Y mira tú por dónde quién la ha ido a recoger. Televisión Espantosa, como muy bien la definió en su día (fue un error, pero lo bordó) la propia Rosa María Mateo, a la sazón directora del ente público.

Televisión Espantosa recuperó a Rociito para un programa el día de la mujer, el 8 de marzo, para hablar del maltrato de género. A ella, una mujer que como no consiguió jamás que la justicia (ocho señoras juezas, con to su chocho por cierto) la reconociera como mujer maltratada, intentó colar la impostura usando la telebasura como aliada. No había mujeres maltratadas en el mundo, que había que llamar a Rociito como representante del colectivo. Fue Julia Otero la que la llevó a su programa para tratar del asunto. No es que hubiera tenido demasiado éxito Otero en esta nueva aventura televisiva, pero es que el día que fue Rociito hizo un 6% de audiencia. En prime time!!!!!! Vamos, en hora punta. Para los que no entendéis del tema, eso es en la práctica seis viejas pellejas despistadas viendo la tele.

En definitiva, fracaso absoluto. No hace falta ser ningún lince para darse cuenta del rechazo que esa mujer provoca en la gente. Lo que ha hecho con su propia familia, con sus hijos, con la familia de su madre, con todo el que no le ha llevado la corriente en su periplo vengativo, ha hecho que su cara, que de por sí siempre ha resultado antipática para el público, también por su pasado como nini hija de mamá que nunca había dado palo al agua... todo eso ha conseguido convertirla en una especie de amuleto de la desgracia. La tía es aparecer y la gente correr.  Los mandos a distancia vuelan en las manos del televidente. Muchos prefieren morir incluso antes que verla en sus pantallas desequilibrando la paz hogareña.

Y ahora la han vuelto a contratar para un talent culinario que va de hacer pasteles. A ella; a Ana Boyer, la hija de la Preysler; a Terelu, otra hija de; a Alba Carrillo, ex de varios ex... En fin, a otro montón de nininanas que por lo visto los nuevos directivos de la televisión pública consideran personajes muy edificantes. No sé con qué criterio han contratado a esta panda, pero sí sé que en su día Irene Montero, Ione Belarra, Ángela Rodríguez Pam y el propio presidente Sánchez se erigieron en valerosos defensores de la causa Rociitesca. Y en fin, todos sabemos quién designa a los directivos de la tele pública. Blanco y en botella. Que a Rociito la hayan recuperado en esta cadena, desgraciadamente pagada con nuestros impuestos, no es casualidad.

Por lo pronto ayer le hicieron un homenaje, de nuevo en prime time, a su madre (por cierto, desde aquí, pobre Rocío Jurado, para lo que ha quedado semejante gran artista con todos estos turbios tejemanejes). Rociito fue la única representante de la familia que acudió. Lógicamente, puesto que no se habla con el resto. O iba ella y nadie más, o iban los demás y no iba ella. Y de quién depende la fiscalía? Pues eso.

Un 8% hizo de audiencia. Vamos, 8 viejas. Y previamente ese mismo día hubo incendio en Torrespaña y tuvieron que cancelar varios programas en la cadena. La maldición del Gusiluz no descansa. Tutankamon a su lado es pura broma.

Y esto es lo que tenemos. Una cadena pública de televisión recogiendo excrecencias de este pelaje y nosotros tragando y tragando con las enormes tragaderas que hemos ido adquiriendo al cabo de años y años de ensanchamiento gargantil.  28 directores de RTVE que cobran 106.000 euros al año, 54 directores de área que cobran 86.000 y 88 subdirectores que cobran 70.000. Quién los pillara, eh? Esos estupendos impuestos que pagamos religiosamente para mantener la sanidad y la educación públicas, además de otros servicios necesarios, destinados a mantener a todos estos parásitos y a petardas como Rociito y demás troupe de nininanas. En torno a los 400.000 euros va a costar cada programita de los pastelitos.

Quién da más, amigos? Se abren las apuestas.

miércoles, 22 de noviembre de 2023

Esto es la España a gorrazos, mucha hostia y cero abrazos

No sé si tenéis la misma impresión que yo, pero últimamente detecto a mi alrededor un ambiente un tanto tóxico y enrarecido, bastante chungo, diría yo. Siento que vivo en esa España que tan bien representó Goya en su cuadro "Duelo a garrotazos", las archinombradas dos Españas siempre a la gresca. 

Ya sé que esto no es nada nuevo, que viene de largo, pero en los últimos tiempos las posiciones se han radicalizado tanto que los bandos están totalmente enfrentados. Y ocurre algo que me da bastante miedo, noto un ambiente casi prebélico, muy similar al que he visto en novelas y películas situadas en los tiempos previos a la Guerra civil. Veo algo muy peligroso, que es la despersonalización del otro. La gente sencillamente odia al contrario, no lo ve como una persona sino como el enemigo.

Es verdad que en redes sociales todo esto se muestra mucho más exageradamente, como es normal teniendo en cuenta el anonimato desde el que la mayoría se expresa. Pero es que lo noto también en la calle, en la gente que siente una necesidad imperiosa de posicionarse y dar a entender su desprecio hacia el de pensamiento contrario.

Me da rabia porque todo este ambiente lo han creado los políticos con la inestimable ayuda de sus medios afines. Cada vez hay más periodistas que practican el activismo y no la información. Dependiendo del canal de televisión o de radio que se sintonice te encuentras las arengas enloquecidas de unos y de otros. Los Jiménez Losantos deslenguados y febriles proliferan en ambos bandos.

Lo de la amnistía desde luego ha ayudado poco, ha encabronado a mucha gente y el lenguaje se ha vuelto aún más grueso y pesado. La hemeroteca en este aspecto es demoledora. El presidente asegurando y repitiendo una y mil veces que la amnistía era implanteable y que no cabía en la Constitución. Ministros juristas como Marlaska y Margarita Robles asegurando lo mismo, que no entraba en nuestro ordenamiento de ninguna manera. Carmen Calvo asegurando que una amnistía significaría suprimir literalmente el Poder Judicial. Negativas tajantes y taxativas. Como la clara intención expresada en innumerables ocasiones de traer de vuelta a Puigdemont para que fuera juzgado. Años de órdenes a distintas instituciones europeas para conseguir traerlo, intentando convencer a todos los países de que lo que había cometido era de extrema gravedad. Palabras que se ha llevado el viento en cuanto se han necesitado los votos del fugado para investir como presidente a Sánchez. No quiero ni pensar con qué cara los socialistas del Parlamento Europeo van a explicar a sus correligionarios de otros países que lo que antes era imposible y terrible ahora es perfectamente factible y además deseable. No sé hasta qué punto en esos otros países de la UE se ve con la misma naturalidad que aquí que la gente defienda una cosa y su contraria con el mismo ímpetu y convencimiento de un día para otro.

En fin, entiendo que esto ha sido la puntilla que a muchos les hacía falta para terminar de subirse a la parra y hacer peligrosos llamamientos a la sublevación. Las calles arden porque la gente está muy cabreada. Y no son cuatro fachas con la bandera del pollo, que nadie se equivoque, son personas de muy variado pelaje que se sienten estafadas. Hace mal el Gobierno en despreciarlos, como hizo mal Aznar en su momento cuando despreció la contestación en las calles a la guerra de Irak. Y hace mal en proclamar que toda esa gente representa al fascismo más rancio e involucionista, porque realmente lo que defienden es lo mismo que el Gobierno y sus medios defendían con ahínco hace muy poco tiempo. No puedes pretender tachar de fascistas a esas personas sin delatarte a ti mismo como tal cuando decías exactamente lo mismo.

En definitiva, toda esta historia ha enrarecido el ambiente hasta extremos difícilmente soportables. Y mientras nosotros andamos a gorrazos unos con otros como si no hubiera un mañana, ellos siguen a lo suyo, y cuando se apagan las cámaras y salen del hemiciclo o de las tertulias de radio y televisión se van a tomarse unas cañas, se cuentan chismes y chascarrillos y compadrean lo que haya que compadrear. Recuerdo el revuelo que se montó cuando salió una foto de la copa de Navidad o de no sé qué celebración en la que se veía a Pablo Iglesias riendo animadamente con Inés Arrimadas y con Espinosa de los Monteros. Muchos se escandalizaron porque no les cabía en la cabeza semejante colegueo que desde fuera podía considerarse indecente. Pero esa sensación la han creado ellos mismos, cuando se lanzan exabruptos de todo tipo desde el atril, calentando a sus huestes, y luego en cuanto bajan del estrado y cruzan la puerta cambian totalmente y se relacionan con absoluta normalidad con el contrario. Y además eso es lo natural, que independientemente de las ideas de la gente, te puedas llevar bien. Es algo que ocurre en todos los trabajos, a veces el compañero con quien mejor te entiendes es alguien opuesto a ti en lo ideológico, pero luego a la hora de currar es el más competente o el más simpático. No debería de extrañarnos que entre los políticos y los periodistas ocurriera igual, y sin embargo nos tienen tan acostumbrados a ese aparente belicismo que una sencilla foto tomando una cerveza y riendo nos hace subirnos por las paredes. A ese punto hemos llegado, o nos han llevado ellos y nosotros nos hemos dejado arrastrar.

En esa España a gorrazos, o a garrotazos como la pintó Goya, permanecer ajeno a ese ambiente de hostilidad constante es casi heroico. Resistirse a despersonalizar al contrario, facha o progre, es muy difícil. Y ya respetar al que piensa distinto e incluso reconocer que puede llevar en algunas cosas parte de razón es una verdadera hazaña.

Y me estoy temiendo que esto traspasa las fronteras patrias. Porque más o menos el mismo tono he estado viendo estos días por la victoria de Javier Milei en Argentina. Pocos hacen el esfuerzo de intentar entender el proceso que ha pasado en ese país para llegar a dar la presidencia de forma tan rotunda a un tipo como Milei. Yo no simpatizo en absoluto con las ideas de ese señor pero entiendo perfectamente que con una inflación del 140% y un índice de pobreza infantil del 60% la gente no tenga el chichi para farolillos ni esté para sutilezas. Puedo comprender que muchos lo hayan votado por pura desesperación, por el hastío provocado por los corruptos Kirchner y sus secuaces. Quién soy yo para juzgar al votante argentino angustiado por esa realidad que yo desde aquí no vivo? Pues así todo, la inmensa mayoría de la gente es incapaz de ponerse en el lugar del otro, y ya si hablamos de respetar sus razonamientos o su voto apaga y vámonos.

Me da mucho miedo todo esto. Porque hemos entrado en una dinámica visceral que tiene difícil vuelta atrás. Los ánimos están cada vez más caldeados y parece imposible poner algo de cordura entre tanta mala hostia. Estoy segura de que al leer esto más de dos se sentirán interpelados y hasta indignados, pero de verdad, no intento criticar a nadie. Lo que me gustaría es que al menos alguien se dé cuenta del camino tan peligroso que hemos tomado y que este post sirviera para reflexionar sobre la parte que nos toca a cada cual. Y mira, si a nadie le sirve de nada, por lo menos a mí me ha servido para desahogarme.

sábado, 21 de octubre de 2023

Ni estoy ni nunca estaré, y siempre me escaparé

En mi curro han hecho hace unos días un curso de liderazgo y habilidades sociales, al que yo, como es costumbre en mí no me he apuntado. 

Para empezar tengo mínimas intenciones de ejercer ningún liderazgo en nada, y para terminar, de habilidades sociales vengo sobrada de fábrica. Otra cosa es que me apetezca ejercitarlas o no, y últimamente cada vez me apetece menos.

Yo de pequeña fui una niña extrovertida, amable y expansiva. En el fondo creo que siempre he tenido cierta timidez, por ejemplo, nunca me ha gustado hablar en público ni participar en reuniones de mucha gente, pero luego en petit comité tengo desde muy chica mogollón de habilidades y creo que bastante encanto personal. No es por darme pisto, pero a estas alturas de la vida ya una sabe lo que tiene y lo que no. Así que realmente no fui al curso, aparte de porque ya no estoy interesada en tirarme tropecientas horas para aprender cosas que perfectamente me puede enseñar alguien en quince minutos de clase particular, porque el tema en cuestión me interesaba entre nada y menos nada.

Mis habilidades sociales hace tiempo que las uso para escaquearme de la gente sin parecer demasiado maleducada, aunque no sé si siempre lo consigo. Intento no ser desagradable pero asegurando que no invadan mi espacio, y ese equilibrio es muy complicado, palabrita.

Y los más curiosillos diréis: y por qué eres así de asocial, de rarita y de rancia? Pues mira, es muy sencillo, porque no me interesa casi nada de lo que habla la gente.

Por ejemplo, estos días de atrás he estado muy triste por el tema de Álvaro Prieto, el chaval cordobés que murió electrocutado en un tren. Como ya sabéis muchos, en mi familia ha habido bastantes muertes de personas jóvenes, Desde que este chico desapareció me impliqué muchísimo en la historia, me traía muchos recuerdos, momentos terribles vividos en mi familia. Cuando ya se supo definitivamente que había muerto de la manera más tonta posible no podía dejar de pensar en esos padres, sobre todo en ellos porque por experiencia sé que los padres son los que a menudo nunca levantan cabeza cuando pierden un hijo. Me acordaba constantemente de los míos propios, de mis tíos Pepe y Rafi, de mi hermana y mi cuñao, pensaba en el horror tan terrible que estaría viviendo esa familia y me partía el alma. Empatizo tanto con estas cosas que de algún modo es como revivir las mías propias. Y como es natural me interesa una mierda que venga nadie a contarme otras gilipolleces, porque yo estoy en ese momento viviendo intensamente una tragedia, que no me afecta directamente pero que de algún modo siento como mía propia.

Esto es sólo un ejemplo, pero hay muchos más. También me pasa cuando estoy muy embebida con algún libro, y la historia me absorbe, sobre todo si hay un trasfondo trágico, esos libros que te hacen llorar a ratos, que dejas de leer y te cuesta un buen rato recuperar la normalidad emocional... pues que alguien me hable de un pego que me importa otra mierda se me hace insoportable.  En general cuando estoy muy concentrada en alguna cosa me sobra todo el mundo. Vamos, hablando en plata, que no tengo el chichi pa farolillos.

Luego hay temas que sí me interesan muchísimo, que incluso me apasionan. Por ejemplo, la política. Soy una persona hiperinformada sobre política porque leo constantemente y escucho medios de todo pelaje. Como ya he dicho muchas veces tengo fuertes convicciones de izquierdas, pero actualmente, desde hace años, estoy huérfana de voto. Bueno, pues es que no quiero hablar con nadie de política, porque las pocas veces que lo he intentado me he encontrado con que es imposible sacar a la gente de su sectarismo. Si hablas con gente de izquierdas, que supuestamente son los míos, ves que realmente lo único que les importa es que de ninguna manera gobierne nunca la derecha. Si hablo con gente de derechas les doy la razón en muchas cosas pero no puedo comprar en absoluto su pack completo, porque soy atea, republicana, socialdemócrata, creo a cascoporro en la enseñanza pública, eso sí, lo más aséptica posible; aboliría por completo la concertada, el que quiera exquisiteces pedagógicas, biblias, coranes, talmudes o manifiestos comunistas que se los pague de su bolsillo. En fin... choque frontal. Y actualmente la derecha sólo tiene un objetivo: quitar a Sánchez del poder como sea. Cosa que, por cierto, yo también querría. Pero no para que lo sustituyan ellos, sino alguien de izquierdas con un poco de vergüenza, decencia y pundonor. Dicho esto, puedo hablar con alguien de política? Imposible.  En esta España a garrotazos que tan bien retrató Goya, tanto para un bando como para el otro yo soy un forúnculo extraño e incómodo porque no le compro el pack a ninguno.  De todas formas la gente que está en una posición no sectaria, o sea, tan horrorizada con unos como con los otros, es normalmente apolítica, no les interesa el tema. O sea, imposible encontrar un alma gemela con quien marcarme un debate medianamente sano.

Los deportes tampoco me interesan, sólo el fútbol cuando juega mi hijo. Son los únicos partidos que veo por la tele, y tampoco puedo comentarlos con nadie porque es 1ª REF y eso sólo lo vemos los de la familia y los fans de los equipos en cuestión. Por cierto, aprovecho para animar al equipo. Viva el Sanluqueño! 

Otra cosa que no me interesa ni un pimiento son los problemas laborales. No en general, claro, sino concretamente los de mi curro. Lo digo porque la gente se puede pasar horas y horas hablando de eso y yo huyo como de la peste bubónica. La verdad es que me considero una privilegiada en este aspecto. Tengo un curro que me gusta muchísimo, pero mucho mucho mucho. Mis condiciones de trabajo son envidiables, de hecho procuro ocultárselas por delicadeza a toda la gente que tiene menos suerte. Mi sueldo es bastante aceptable y me permite vivir sin apuros económicos, cosa que poca gente puede decir hoy en día. Las únicas personas de mi entorno laboral cuyos problemas me interesan son los que están en precario, contratados haciendo sustituciones, que las criaturas se pasan la vida opositando, trabajando y estudiando al mismo tiempo, muchos de ellos con cargas familiares. Yo también estuve ahí muchos años y siempre voy a solidarizarme con esa gente. 

Pero cuando veo a uno de los míos, los que estamos asentados, tenemos nuestros puestos y una serie de privilegios que no dejan de ser un agravio comparativo hacia toda esa otra gente que está en una situación de inestabilidad, cuando los veo quejarse, digo, de alguna gilipollez (y los que no vivís en este mundo, no os hacéis una idea de las chorradas de las que la gente privilegiada se puede llegar a quejar) es que me gustaría mandar a esas personas a tomar por culo. Me parece tan obsceno quejarnos de algunas cosas en este trabajo que cuando alguien lo hace, y encima delante de esas criaturitas que están acojonaítas, con el contrato pendiendo de un hilo, siento una necesidad imperiosa de gritar.  Además por experiencia sé que, para más escarnio, luego en los desayunos se pasan horas hablando de esas cosas, que es uno de los motivos por los que hace mil años decidí no volver a ir a desayunar con nadie.

Así que creo que se puede entender por qué luego, cuando me junto con mis amigos o con mi familia, parezco el loro la perla porque no paro de cascar. Los tengo fritos a los pobres, todo lo que no hablo en mi curro lo hablo luego con ellos. Mis hijos me dicen muchas veces: "anda que si la gente supiera que cuando abres la boca hay que ponerte un bozal pa callarte".

Pues bueno, éste es el tema. No tengo un problema de habilidades sociales; lo que tengo es una clara intención de no usarlas.  Por tanto no necesito cursos de sociabilidad en los que enseñan a la gente cosas tan interesantes como decir buenos días a los compañeros y preguntarles qué tal les ha ido el fin de semana. Lo que yo necesito más bien es un curso de estrategias infalibles de evasión para escapar de las conversaciones que me aburren. No me cuentes tu vida, yo prometo no contarte la mía. Cuéntame tus problemas laborales si eres un triste contratado por prejubilación al 75% y estás jodido; si te pasas la vida de oposición en oposición,  sacando el tiempo para estudiar de debajo de las piedras; si yo puedo aportarte algo por mi experiencia, o por supuesto si tienes un problema personal, o de salud, o de familia, o de lo que sea.  Para eso siempre he estado y siempre voy a estar. Ahora, para chorradas, chismorreos y nininanas, ni estoy ni nunca estaré y siempre me escaparé.

martes, 12 de septiembre de 2023

Me parece un gran exceso el rollo del rubibeso

Veo un tuit de un usuario de la red que se llama Dios tuitero. Dice tal que así: "malos tiempos para los calvos".

Es la respuesta a un vídeo en el que sale un chaval completamente calvo, muy compungido, tembloroso y asustado, disculpándose. Dice más o menos lo siguiente:

"Quiero pedir perdón a todo el que se haya sentido ofendido por mi acción. La verdad es que lo he visto después y no se corresponde con la educación que he recibido. Visto así en frío no lo habría hecho nunca. Ya sé que no es excusa pero no lo hice con mala intención ni iba dirigido a nadie. De todas formas vuelvo a pedir perdón."

Coño, qué habrá hecho este pollo?

Total, que bajo y me encuentro con el vídeo del delito en cuestión, que no es otro que el de haber celebrado un gol agarrándose los huevos. Vamos, que se marcó un Rubiales. Con la que está cayendo va el pobre incauto y no tiene nada mejor que hacer que echar mano a la zona industrial. Si será desgraciao!

Por lo visto el muchacho es delantero del Zaragoza y estaba muy entusiasmado con su gol. A ver, entiendo que el gesto en sí, como muchos otros gestos deportivos, fino no es. Entiendo también que está sancionado en el reglamento, y de hecho hace años ya sancionaron a Simeone por lo mismo. Y también entiendo que este tipo de aspavientos poco elegantes es bueno irlos erradicando de los campos. En mi opinión un castigo de algún partido sin jugar, mira, incluso hasta tres, acompañado de una multa pelín dolorosa, con aviso de que en caso de reincidencia no vuelve a pisar el campo en toda la temporada, sería un buen escarmiento. Por supuesto haciendo acto de contrición. Pero no, la policía de la moral, la Gestapo de las buenas maneras, está al acecho y, a pesar del sincero arrepentimiento del muchacho, han elevado denuncia formal a la Federación y piden máximo castigo por la gravedad del hecho en cuestión.

Yo, señores, qué queréis que os diga. En mi opinión ya nos estamos pasando 7 pueblos con tanto puritanismo, tanto cogérnoslo con papel de fumar y tanta puñeta. Porque si agarrarse los huevos es una falta de máxima gravedad no sé qué será darle una paliza al árbitro.

Es como el rubibeso, que es de donde viene toda esta movida. Que pretendían que fuera considerado como falta muy grave y al dejarla en "simplemente" grave se indignó muchísima gente. Y digo yo: si un beso es algo muuuuuy grave, una violación qué coño es?

Un poquito de proporcionalidad con las cosas, por favooooor!

Todo este sindiós empezó con la aberrante ley del "sí es sí", que tantas horas de tertulia está ocupando. El hecho de equiparar los delitos de abuso y agresión, además de conllevar la reducción de penas que ya conocemos y que han llevado a muchos delincuentes sexuales,incluso reincidentes, a rebajar sus condenas sustancialmente, es que termina equiparando cosas que no pueden ser equiparables de ninguna manera. No es lo mismo un hurto que un robo a mano armada. No es lo mismo un homicidio accidental que un asesinato múltiple. No es lo mismo un piquito de medio segundo que follarte a una tía a punta de navaja. No puede ser calificado como el mismo delito, nunca. 

Os cuento lo que yo pensé en su momento del rubibeso, que lo vi en directo, como mucha gente. Pues bien, recuerdo que comenté en mi casa: "Hay que ver tanto la reina como el Rubiales el sobeo que se traen con las jugadoras, achuchón va achuchón viene." Porque efectivamente pude comprobar que Rubiales estaba desatao, pero también me pareció que Letizia estaba como un poco más cariñosa de lo que se la ve normalmente. De todas formas no me extrañó lo más mínimo porque en una celebración de un gran triunfo deportivo la gente hace cosas bastante impensables. Yo misma, cuando ganamos el otro Mundial, le hice una peineta al Presidente de mi Comunidad de vecinos porque no quería abrir la piscina para celebrarlo, y además me metí totalmente vestida en el agua mientras se la hacía. Tres años después el tipo todavía andaba preguntándome que por qué lo hice. En fin, hay gente que es así, que no entiende estas cosas. Pero yo prometo que ese día podría haberle dado un pico hasta a mi suegra, si se me llega a poner delante. Y yo no era ni jugadora ni entrenadora ni directiva de fútbol, porque si lo llego a ser puede que me hubiera morreado con todo el equipo. No puedo asegurar que no lo hubiese hecho.

En definitiva, que no me pareció rara tanta efusividad general, si acaso me extrañó más en Letizia porque como siempre parece que tiene un palo metido en el culo, verla con ese ímpetu amoroso con las jugadoras sí era un tanto chocante. Pero vamos, lo del rubibeso es que no me extrañó en absoluto. Mayormente porque además en televisión es bastante frecuente eso de darse picos con la gente. De hecho se suele ver como una gracieta, sobre todo cuando lo hacen mujeres. Estos días han circulado por todas partes vídeos de Anabel Alonso, Tamara Falcó o Itziar Castro (una actriz muy gorda muy pelirroja y muy feminista) besando apasionadamente a varios presentadores. Curiosamente algunas de estas tías han liado tremendo pollo por el tema de Rubiales, pero lo de ellas no fueron precisamente piquitos de medio nanosegundo, sino que fueron morreos con todas las letras, supongo que bastante desagradables para el que los recibió.

En fin, que al ser algo relativamente normalizado en la tele, al estar en plena celebración de nada más y nada menos que un Mundial de fútbol, y al verse que aparentemente Rubiales tenía un buen rollo general con todas las jugadoras, a mí es que me pasó totalmente desapercibido el tema.

Luego, creo que al día siguiente, empezó a oírse algún ruidillo por ahí, pero escuché una entrevista a la propia Jenni Hermoso en la COPE en la que ella decía que la gente era muy mal pensada, que el beso no tenía ninguna importancia, que había sido una mera anécdota, que ella estaba superfeliz con su Copa del Mundo y que la dejaran de historias. Me pareció muy normal lo que decía, era poco más o menos lo que había visto yo. Más tarde aparecieron imágenes de las chicas en el vestuario, y luego en el autobús, en las que todas, con Jenni a la cabeza,  se estaban descojonando del beso, incluso lo comparaban con el de Iker y Sara Carbonero en el Mundial masculino, y jaleaban a Rubiales a gritos: "Presiiiii presiiiiii presiiiiii". Por eso todo el follón que vino después y la tipificación del acto en cuestión como agresión sexual me pareció completamente demencial. Porque si lo fuera también tendría que serlo, por la misma regla, lo de Anabel Alonso, lo de Tamara o lo de Itziar.

Fue como un tsunami. De ser al principio un ruidillo de fondo poco a poco se fue convirtiendo en un murmullo, luego un molesto jaleo, hasta convertirse en un clamor ensordecedor. Y así mucha gente que en un principio lo había visto como algo normal, igual que yo, igual que Jenni, igual que las otras chicas, de repente fueron asumiendo el nuevo discurso de una forma alucinante. Fue un ataque de histeria colectiva brutal, como yo no había visto cosa igual. Una hiperventilación en masa. Un pensamiento que había ido invadiendo a la gente como una ola gigante. Esto tiene que estudiarse alguna vez en las facultades de Sociología porque hemos podido ver periodistas, tertulianos, políticos y gente de todo pelaje decir primero una cosa y conforme pasaba el tiempo apuntándose a la teoría de la agresión de un modo acojonante. Joder, que en Twitter (que ahora se llama X porque a Elon Musk le ha salido de los cojones) se ha funado* más a Rubiales que al propio charcutero de Tailandia que se cargó a su sugar daddy y luego lo hizo cachos.

Ha circulado también estos días mucho un vídeo de una serie española, "Merlín", la escena de la carpeta verde. Por si no lo habéis visto os cuento. Es una profe en clase que les dice a sus alumnos que van a hacer un experimento. Si llega alguien tarde a clase ella va a sacar una carpeta verde y va a preguntar a todos de qué color la ven y ellos tienes que decir que es roja.  Pues bueno, entra un chaval, y la profesora saca la carpeta y le pregunta a uno de qué color es y le dice que roja, y luego a otro y a otro y así sucesivamente a unos cuantos. El chaval que ha llegado tarde está alucinado, porque evidentemente la carpeta es verde, pero cuando la profesora le pregunta directamente a él de qué color es no lo duda ni un momento, y dice "roja". Naturalmente todos se echan a reír.

La profesora explica el experimento sociológico. Ha intentado demostrar cómo la presión ambiental puede ser tan fuerte que una persona, pese a que pueda tener muy clara una cosa sin ningún género de dudas, puede sentirse tan fuera de lugar si dice algo que va contra la mayoría que termina mintiendo para no ser expulsado del grupo. Y claro, divide el mundo en las personas, la amplia mayoría, que dirán que la carpeta es roja a pesar de ver perfectamente que es verde, y una minoría que estará dispuesta a enfrentarse a todos los demás defendiendo que la carpeta la ve verde y punto.  

Bueno, pues yo soy de ésas. Yo la carpeta la veo verde.  Y no voy a dejar de verla verde.

Claro que veo perfectamente que Rubiales es un tipo impresentable, y muy posiblemente un delincuente que jamás debió estar al frente de la Federación. Me parece un tipo zafio, gañán y sin escrúpulos. Lo de llevarse la Supercopa a Arabia Saudí, sus chanchullos con Piqué que salieron a la luz por unas escuchas, lo de las fiestas con chicas a cargo de la Federación, que era un secreto a gritos porque lo había contado su tío... en fin, que lo que no me explico es que lo mantuvieran en el puesto a pesar de todas esas cosas, el grado de protección que tenía alrededor, por cierto con la connivencia del Gobierno, que pudo haber tomado medidas contra él y no lo hizo. En fin, son tantas cosas por las que este hombre no tenía que estar ahí que el escándalo que se ha montado por lo del beso me parece la gilipollez más grande del mundo. Incluso si me pongo, más impresentable me parece lo de agarrarse los huevos en el palco en plan gañán, da igual que fuera al lado de la Letizia, de la niña o del Papa de Roma. Eres un tío que estás ahí en representación de la Federación y no puedes hacer el burro delante de millones de personas. Todo eso lo entiendo perfectamente. Pero el rollo del rubibesooooooo??? Venga ya, hombre, por Diooooooos! Si eso es una agresión sexual yo soy el Pato Donald.

En definitiva, no he escrito antes sobre esto porque me parecía tan demencial que pensaba que en unos días estaría to el pescao vendío. Al estilo de las tetas de Amaral, vamos, flor de tres días y medio. Pero luego me he quedado toda patidifusa cuando he visto la deriva loquísima que ha tomado el tema. Lo de defenestrar al seleccionador, después de ganar un Mundial, por aplaudir el discurso de Rubiales. Lo de intentar también cargarse al otro seleccionador, que se ha librado de chiripa después de arrastrarse y enseñar el culo hasta el intestino. Lo de estar pasando lista de los deportistas que se pronunciaban claramente contra Rubiales y señalar con el dedo acusador a los que no decían nada, probablemente porque estaban flipando con el tema y no estaban dispuestos a decir que la carpeta era roja. Los que al final por la presión ambiental se rendían y decían que vale, que sí, que la carpeta era verde, como los capitanes de la selección, y entonces se les echaban encima también porque lo habían hecho tarde y mal, y sin convencimiento, y sólo en un minuto, y no habían condenado con la suficiente contundencia. Madre míiiiiiia, son la Santa Inquisición 3.0. 

Estoy tan horrorizada con todo este despropósito rubialesco que cuando he visto al pobre muchacho del Zaragoza, todo tembloroso, muerto de miedo, pidiendo perdón como si hubiera descuartizado a su propia madre, he sentido profunda indignación. Ya está bien, joder! Que hay gente que ha hecho una ley por la que un montón de delincuentes sexuales se han visto beneficiados y ni han pedido perdón ni nadie ha dimitido ni pollas en vinagre, y encima van por la vida dando lecciones de moral a todo el mundo. 

Bueno, ya me he desfogado. Necesitaba decirlo alto, claro y sin rodeos. La puta carpeta es verde, y por mucho que me repitan una vez y otra y otra que es roja la voy a seguir viendo verde. Coño yaaaaaa!

* Para los no iniciados en el mundo streaming "funar" es como se llama ahora a inflar a palos a alguien. Vamos, lo que viene siendo una lapidación pública, un linchamiento de toda la vida de Dios. 


domingo, 6 de agosto de 2023

No sé si es sano o insano este vicio de verano

Bueno, pues aquí está mi obligado post de todos los veranos, que es en mi vida lo más parecido al posado de la familia real en Palma.

Como sabéis soy poco aficionada a desplazamientos masivos y, por extraño que a mucha gente le pueda parecer, mi preferencia es pasar el verano en Córdoba a 47 grados, disfrutando del éxodo general, bajando a la piscina comunitaria a bañarme, leer y refocilarme en la hierba como gato panza arriba sin incordios vecinales, y pasando el resto del tiempo tan ricamente en casita con el aire acondicionado, leyendo, viendo series y dándole mimitos a mi perra, que en mi mes de vacaciones disfruta a tope de tenerme casi solita para ella. 

Entre mis aficiones veraniegas no está, como sabéis, hacinarme en ninguna playa rodeada de peña ni esperar largas colas en aeropuertos, estaciones y carreteras patrias o foráneas; ni hacer, deshacer y arrastrar maletas por esos mundos de Dios que prefiero visitar en momentos menos concurridos, si es que me da por visitarlos.

Sí están, en cambio, algunos pequeños vicios que poco a poco voy confesando por aquí a mis escasos pero selectos lectores. Y uno de esos placeres más o menos ocultos a los que puedo entregarme cuando me quedo sola en casa es ver episodios atrasados del First Date, que es uno de mis programas favoritos de la tele, pero que no puedo ver cuando están mis convivientes porque me ponen a parir, como un trapajo. Me dicen de todo menos bonita, que si vaya mierda, que si así tengo la cabeza, que si así va el país... En fin, que encima tengo que aguantar unas caras nada agradables cada vez que me han pillado in fraganti entregada a este vicio.  Bueno, algunos de mis hijos también comparten esta afición, y en ocasiones la practicamos en familia, pero como no quiero delatarlos no diré nombres. La cosa es que suelo aprovechar las ausencias de los críticos acérrimos (aférrimos, que diría mi madre) para tirarme al barro y consumir con fruición este producto televisivo que tantos buenos ratos me ha dado y me da.

Como buena romántica empedernida que soy yo disfruto muchííisimo con las parejas de todo pelaje que se encuentran en el First. Y como chismosa de pro las charlas que tienen también me apasionan. No todas, hay algunas que son un huevo sin sal y que piensas que antes de pasar un rato con esa pareja preferirías hacerte el harakiri, pero hay algunas conversaciones tan sustanciosas que ni en los mejores guiones de la época dorada del cine podrías encontrarlas. Y aunque yo a estas alturas haya apostado por el más estricto, cómodo y saludable celibato no puedo evitar sentirme fascinada por la cantidad de personas que buscan desesperadamente el amor, un compañero de camino, alguien con quien ir de vacaciones, no sé, lo que sea que busquen, que de todo te encuentras en la viña del First.

La verdad, creo que a veces putean a la gente adrede. Por ejemplo, decidí escribir este post la otra noche cuando juntaron en la cita a un estudiante de Filosofía de 21 años que hablaba como Sócrates con una camarera de 19 que desconocía la práctica totalidad del vocabulario del muchacho. Me supo mal por la chica, porque la pobre confesaba sin ambages que no se enteraba de nada pero que le encantaba cómo hablaba el chaval, aunque ella no lo entendiera. Estaba embobada, porque además de que el nene hablaba como el oráculo de Delfos encima era guapérrimo, ese hijo que todas las madres quisimos tener, ese nieto que todas las abuelas... En fin, ese. Yo, que juego siempre a adivinar si van a querer otra cita, tuve claro que el chaval diría que no, pero no sabía hasta qué punto ella se daba cuenta de que no pegaban ni con cola. Hice mi apuesta y perdí. La chica dijo que le encantaría tener otra cita con el filósofo. Yo creo que no había hablado con un tipo así en su vida, estaba alucinada. Y de verdad, el chaval no era nada pedante, procuraba no usar términos muy abstractos, pero solo los conceptos que manejaba sobre sus expectativas vitales se escapaban por completo a la muchacha. Era tan encantador que fue delicado hasta para rechazarla. Le dijo que le había parecido maravillosa, que se lo había pasado muy bien (obvia mentira piadosa) y que le veía muchas cualidades pero (lo típico) que no había sentido eso que...

Bueno, aparte de estos casos que, estoy segura, los escogen a mala leche, porque esos chicos tenían tanto que ver el uno con el otro como una nécora con una acelga, y me pareció fatal porque fue muy bochornoso para la chica, normalmente sí hacen un esfuerzo de juntar a gente que tiene cosas en común. Los guapísimos y las guapísimas son un puro spoiler en sí mismos, se hacen ojitos desde el primer momento y no hay intriga ninguna. Siempre se van juntos después de haberse babeado mutuamente hasta dar mucho asquito. Yo aprovecho las charlas de estos para ir a mear, a ponerme la cena o a lavar los platos.

Pero con los que más disfruto, lo reconozco, son con tres grupos de personas: los jubilados, los de género fluido y los muy frikis. Vamos, la gente que verdaderamente lo tiene muy difícil y que están bastante desesperados y hartos de buscar y estrellarse contra el desamor.

Los comentaré por grupos, porque merece la pena distinguirlos sociológicamente:

1. Jubilados. Pueden ser viudos, separados o solteros, y cuando llegan al First muchos llevan siglos sin tener pareja. A algunos los traen sus hijos, supongo que un poco hartos de ser su único entretenimiento. La mayoría son muy tiernos. Ya a esas alturas no están por jugar a la impostura y se muestran tal como son. Casi todos llevan dentadura postiza y se les nota bastante. Yo con ellos me lo paso muy bien, es fácil quererlos y me tiro todo el rato deseando que se gusten, sobre todo si alguno me ha encantado y quisiera adoptarlo yo misma.  El otro día había una señora que había sido pedagoga, muy timidita, llevaba años viuda, y nunca había tenido más relación que la de su marido. La llevaba su hija, que también buscaba novio, aprovechamiento máximo. El señor se enamoró nada más verla, estaba embobado con ella, pero yo tenía mis dudas a la viceversa, porque ella era muy educada y no daba muestras de nada. Su decisión era una incógnita, aunque yo estaba segura de que tenía que triunfar el amor. Al final cuando le dijo que sí, que quería otra cita, pegué un salto que ni en la final del Mundial que ganamos, oye. Siiiiiiiiiiiiii, esa es mi chicaaaaaaa! Eso le dije, y aplaudí con entusiasmo de fan entregada al máximo. Esas cosas que no puedo hacer libremente si la facción crítica del First pulula por la casa.

2. Los fluidos. También conocidos como no binarios. Esos que ni ellos saben lo que son ni mucho menos lo sabes tú. En realidad no quieren encasillarse en ningún sexo, hablan mucho con la e, y al verlos sería difícil adivinar qué clase de gente les gusta, si es que les gusta algo. Estos me apasionan porque para mí son todo un enigma. Incluyo aquí igualmente, aunque no sea exactamente lo mismo, a los que les da igual enrollarse con chico, chica o persona alternativa. Esa gente que dice: yo es que me enamoro de personas, me da igual el sexo. Ya digo, para mí son un enigma, porque nunca sabes qué les puede gustar. Y despistan un montón. Con éstos me equivoco muchísimo, pero bueno, es normal porque son equívocos en sí mismos. Al no poder clasificarlos claramente me pego unos palos que pa qué. Ayer sin ir más lejos llegó uno que tenía 19 años y era tal que Audrey Hepburn, con un vestido negro ajustado hasta las rodillas, un bolsito supermonísimo, maquillado perfectamente, como la Preysler en sus buenos tiempos. Le llevaron a un chaval también muy estilosillo, guapete, con bastante pluma, y parecía que tenían muchas cosas en común. Eran aficionados a lo esotérico, tenían gustos afines, se soltaron piropos mutuos a cascoporro, y hasta se besaron. Para alivio mío, fueron besos de lo más elegantes, bonitos y finos. Nada que ver con esos torniquetes que se suelen pegar muchas parejas gays en el First, que hacen que una sienta en la garganta hasta angustia como si te estuvieran metiendo la lengua a ti hasta la tráquea. Éstos no, estos se besaron como de peli no porno, de peli años 50 de ésas que los besos derriten sin dar repelús. Bueno, pues nada, al final Audrey dijo sí, y el otro dijo que buscaba algo más masculino. Planchazo nivel Dios que me pegué.

3. Frikis. Éstos son otros desfavorecidos del amor por antonomasia. Es muy difícil para un friki encontrar a otro friki como él, aunque tampoco me lo explico porque esta gente se mueve en redes muy cerradas y no sé cómo no encuentran a nadie que les guste en esos circuitos. La cosa es que me dan también mucha ternura porque entiendo que la mayoría han tenido que sufrir bullying en la escuela, como los de sexo fluido, y hasta bullying de los propios padres, que deben de pensar que tienen en casa a una especie extraterrestre que no sale de su habitación, de su play y de su portátil. Yo les cojo mucho cariño en el rato que los estoy viendo pero sinceramente no me gustaría que me hubiera tocado uno en gracia. Al revés que con los abuelos, que los quiero adoptar a casi todos, o a los fluidos, que también, a los frikis me gustaría darles un abracito pero no tenerlos en mi casa con sus colecciones invasivas de manga, de Disney o de Marvel. Ayer también hubo una cita de éstas. Él era un forofo del anime, no estaba dispuesto a relacionarse con nadie que a su vez no estuviera dispuesto a ver 25 horas al día de anime. Le deseé lo peor porque no se puede ir así por la vida. Pero luego llegó ella, friki de Disney, su peli favorita era "El rey León", y la chiquilla se enamoró de él con solo verlo.  Y eso que bonito no era precisamente. Pero bueno, ella vete a saber lo que vio. No había tenido nunca novio, ni besos ni nada.  Naturalmente quise adoptarla de momento, traérmela a casa y darle un cursillo acelerado de vida. Pero nada, ella estaba dispuesta a ver todo el anime que él quisiera y más todavía. Estaba dispuesta a embarrarse en anime por él. Sufrí mucho viendo esta cita porque me di cuenta de que a él ella le importaba una mierda y que sólo le interesaba si accedía amorosamente a sus exigencias. Me dio mucha penilla que la chica quisiera tener su primera experiencia amorosa con ese friki egoísta, egocéntrico y egocabrón que jamás iría a ver con ella una peli Disney. En este caso deseé fervientemente que él la rechazara, porque aunque pudiera dolerle, a la larga se iba a librar de un mierdecilla. Pero no, el tío cuando ella dijo que estaba dispuesta a ser cualquier cosa que él quisiera, con cierta displicencia dijo que bueno, igual podrían probar. Me quería comer la tele, palabrita.  Pero ella estaba tan feliz de haber encontrado al capullo este que... crucé los dedos y le deseé íntimamente lo mejor. 

En fin, y hasta aquí mis superaventuras de este verano, de momento. Pronto este vicio mío tendrá que volver a la clandestinidad, pero por ahora éstas son mis experiencias más apasionantes. Espero que vosotros estéis disfrutando de esos extraños gustos errantibundos que os llevan por esos mundos, maleta va y viene, y que volváis a casa sanos y salvos cuando os canséis de pasear vuestros culos compulsivamente por ahí como si no hubiera un mañana. Yo desfallezco sólo de pensarlo.

lunes, 3 de julio de 2023

Lecturas recomendadas brevemente comentadas (2022-2023)

Queridos amigos, como cada año aquí van mis recomendaciones literarias para este verano. Ya sabéis que todos estos libros pueden encontrarse en nuestra Biblioteca Universitaria.  Sin más dilación vamos allá:

1. Propios y extraños, by Anne Tyler.  Empezamos por los USA. Dos familias coinciden una noche en el aeropuerto de Baltimore. Ambas esperan impacientes la llegada de sus hijas adoptadas en Corea. Unos son americanos de pura cepa y los otros americanos de origen iraní. A partir de ese día un lazo de amistad se crea en torno a las dos familias, pero a lo largo de los años las diferencias culturales abrirán brechas en esa relación. Una historia sobre el desarraigo y las tradiciones, pero sobre todo sobre la superación de esas barreras invisibles que a menudo separan a las personas. Muy entrañable y con un sentido del humor bastante fino que me ha encantado. Me apunto a Tyler para más lecturas.

2. Cuatro hermanas, by Jetta Carleton. Esta novela se publicó en 1962 y es la única escrita por esta autora. Una especie de joya literaria del siglo pasado. Unas "Mujercitas" del siglo XX en Misuri, plena América profunda. La mayor, Jessica; la obediente y disciplinada Leonie; la rebelde Mathy y la benjamina Mary Jo crecen y se hacen adultas a medio camino entre la ciudad y la granja de sus padres. Una de esas historias que te transportan a otra época y te tienen embebida de principio a fin. Y que cuando se acaban te dejan indefectiblemente con el moquillo colgando. La novela está publicada por "Libros del Asteroide", una editorial que casi nunca defrauda.

3. A media luz, by Joyce Carol Oates. Regreso a esta fascinante escritora norteamericana, especialista en personajes superintensos y en relaciones humanas de extrema complejidad. Todo empieza con Adam Berendt, un hombre que muere mientras intenta salvar a unos niños de un ahogamiento. A partir de ahí la autora nos introduce en un mundo de relaciones sociales y amorosas que oscilan entre lo turbio y lo surrealista. Las emociones que el difunto despierta entre sus amistades tanto en vida como después de muerto llenan la novela de acciones y reacciones exacerbadas. Me ha encantado la estructura de la novela, son seis historias distintas que sólo tienen en común el entorno, la ciudad de Salthill-on-Hudson. Se puede leer de corrido, tal cual, o cada historia por separado. Cada capítulo corresponde a un personaje, aunque todos están interrelacionados. Si lees todos los capítulos 2 de cada parte, un suponer, te enteras de la historia de Camille Hoffmann, que para mí es la mejor de todas. Y así con cada personaje. Eterna candidata al Nobel, si sigo leyendo la obra de Oates a este ritmo, para cuando se lo den ya me la habré leído entera. Y espero que más pronto que tarde se lo concedan porque es una magnífica narradora.

4. El día de mañana, by Ignacio Martínez de Pisón. Otro de mis escritores fetiche. Sinceramente, y aunque algunos crean que estoy desbarrando, no creo que tenga mucho que envidiar a Oates, quitando que nadie se ha fijado en él para el Nobel. Ni siquiera para el Príncipe de Asturias ni para el Nacional de Literatura. Lástima, porque los merece todos como el que más.  He paseado mucho por Barcelona con Pisón, en la Barcelona de posguerra, en la del desarrollo de los 60-70, en la de la transición, y en la actual. Creo que Pisón es uno de esos autores que te hacen sentir parte de una ciudad, muy al estilo de Mendoza. En esta ocasión vamos tras la pista de Justo Gil, un personaje de las cloacas barcelonesas, al que iremos conociendo a través de una serie de secundarios que al mismo tiempo que nos van relatando sus propias vidas nos van adentrando en la Barcelona que va de los 60 hasta casi los 80, todo a través de su relación con ese oscuro protagonista que es el chivato Gil.  Un plus: para los amantes de los palíndromos esta novela es una joya. Palindromistas del mundo, no os la podéis perder. Podría decirlo más finamente con toda probabilidad, pero creo que Martínez de Pisón es la hostia. No dejéis de leer cualquier libro con su firma que os caiga entre las manos. Y no, no me paga comisión.

5. Antes de morirme, by Jenny Downham. Yo este libro no se lo recomendaría a todo el mundo pero lo he leído, me ha gustado y por ello creo que es de justicia consignarlo entre mis recomendaciones. He llorado muchísimo leyéndolo, como ya sabía que iba a pasar antes de empezarlo. Va de una chica de 16 años que va a morir y lo sabe. Lleva 4 años luchando contra la leucemia pero ha llegado el momento en el que ha sido desahuciada y va relatando sus últimos meses de vida. Hay mucho dolor y mucha rabia en esa chica con las hormonas revueltas, ávida de vida, deseosa de pasar por un montón de experiencias que sabe que nunca vivirá y muy cabreada con el mundo. Tessa elabora una lista de diez cosas que quiere hacer antes de morir y básicamente la novela es el relato de esa gran putada.  También me ha parecido un precioso homenaje a la vida. Ya digo, no es para todo el mundo, pero tengo que reconocer el valor literario de la autora, que se estrena como novelista con esta obra.  Y bueno, eso, que el que no tenga ganas de llorar se salte sin contemplaciones esta propuesta.

6. Mejillones para cenar, by Birgit Vanderbeke. Nos vamos a Alemania. Una familia espera al padre para cenar. Pasan los minutos y las horas y éste no llega. Mientras lo esperan se sientan a la mesa, descorchan una botella de vino y... resulta que la modélica familia que al principio parecía ser no era tan modélica. Con un lenguaje sencillo, casi infantil, la narradora va revelando poco a poco la verdadera realidad que se esconde bajo la apariencia de un hogar perfectamente respetable. Una novela muy cortita, poco más de cien páginas, se lee en nada, pero es bastante sustanciosa e impactante. Vanderbeke ha sido para mí un gran descubrimiento.

7. Mi querido Sebastián, by Olga Guirao. Barcelona, años 50. Guillermo India está secretamente enamorado de su amigo Sebastián, pero son los años que son y eso es pecado mortal. El enamoramiento queda en eso, en algo más o menos platónico. Guillermo termina casándose, un matrimonio fugaz del que nace una hija, Elena, de la que el padre se desentiende olímpicamente sin el menor atisbo de vergüenza. Años más tarde padre e hija se reencuentran y surge entre ellos un sentimiento no menos prohibido que el que en su día sintió por Sebastián. Esta novela supuso el debut de Guirao en la narrativa y para mí ha sido otro gran descubrimiento. No conocía a esta escritora pero me ha gustado mucho su estilo. Por supuesto me la apunto también para próximas lecturas.

8. Cuando éramos mayores, by Anne Tyler.  Volvemos a Tyler y a los USA. Ésta es una historia sobre nuevas oportunidades. Habéis sentido alguna vez que estáis viviendo una vida que no es la que os correspondía, la que habíais planeado? Como que en algún momento algo se cruzó en vuestro camino y lo cambió todo. Y si esa otra vida pudiera recuperarse o retomarse ya en plena madurez? Bueno, como planteamiento de una novela no está mal. Y Anne Tyler es una verdadera experta en relaciones personales y familiares, como ya ha demostrado en novelas anteriores. Nuestra protagonista, Rebecca, descubre, pasada la cincuentena, que la vida que en un momento dado eligió no es la que le hubiera gustado vivir, y un buen día, movida por la nostalgia de lo que pudo haber sido y no fue, decide retomar aquella otra que abandonó. La vida real frente a la vida imaginaria.  Sigue fascinándome cómo escribe esta mujer. No sé si os dije que también es la autora de "El  turista accidental", la novela en la que se basa aquella maravillosa película de Lawrence Kasdan, con William Hurt de protagonista. Garantía de calidad.

9. La felicidad de Emma, by Claudia Schreiber. Nos vamos a Alemania. Ésta es una pequeña delicatessen. Como el subtítulo muy acertadamente indica es una tragicómica historia de amor. Emma es una granjera solitaria que vive dedicada a sus cerditos y sus gallinas. Su principal objetivo en la vida es que sus animales tengan una vida feliz hasta que llegue el duro momento de sacrificarlos y convertirlos en filetes y salchichas. Max es un urbanita igualmente solitario que acaba de ser diagnosticado de cáncer. No ha visto un cerdo en su vida. De manera accidental estas dos personas cruzan sus caminos, y, cosas de la vida, encuentran en el otro el complemento ideal que siempre les había faltado. Una historia llena de ternura y humor con la que, aviso, muy probablemente terminarás llorando. 

10. La vida en titulares, by Catherine O'Flynn. Estamos en Inglaterra, concretamente en Birmingham. Frank es un presentador de televisión de noticias locales. Su personalidad está muy marcada por la memoria de su padre arquitecto y de los edificios que diseñó en la ciudad, que actualmente están siendo demolidos. Su madre es una depresiva crónica. Frank tiene una muy especial "afición": las personas que mueren en completa soledad, de las que él da noticia en su programa. Les lleva flores, asiste a sus funerales, intenta de algún modo ocuparse de ellas después de muertas. Michael es su último difunto solitario, pero cuando se pone a investigar sobre su vida descubre una misteriosa relación entre él y Phil, antiguo amigo y compañero en la televisión, que también murió en extrañas circunstancias. Me parece muy interesante la reflexión que hace la autora sobre el mundo de los medios, sobre la muerte, sobre la soledad, pero por encima de todo sobre la decrepitud. Una proeza de ingeniería literaria, describe esta novela "The Times". Ahí lo dejo.

11. Amy e Isabelle, by Elizabeth Strout. Cruzamos el charco y nos vamos a América, años 60. Amy es una estudiante de secundaria que se enamora de su profesor de matemáticas. A partir del momento en el que su madre, Isabelle, descubre la historia todo cambiará entre ellas. En el pequeño pueblo de Nueva Inglaterra en el que viven será difícil reconstruir la relación entre madre e hija.  Poco a poco iremos conociendo también fragmentos del pasado de Isabelle que explicarían muchas cosas de su extraña personalidad. Una historia que creo que gustará especialmente a mujeres. Pero bueno, si eres hombre y te atreves a adentrarte en un universo casi exclusivamente femenino, adelante.

12. Lugar seguro, by Isaac Rosa. Premio Biblioteca Breve 2022. Nos volvemos a España, siglo XXI. Segismundo García (mucho nombre para tan poco apellido) ha tenido una gran idea empresarial: la construcción de bunkers low-cost, lugares seguros asequibles a todos los bolsillos. El concepto es claro: los pobres quieren acceder a los lujos de los ricos, y uno de los mayores lujos es el de la seguridad, tener un sitio en el que protegerte en caso de catástrofe de cualquier tipo. Ése será su negocio. Pasamos un día entero dentro de la cabeza de Segismundo, siendo testigos privilegiados de un monólogo interior, especialmente dirigido a su padre, otro "genio" de los negocios que ha desconectado del mundo a causa de una demencia senil, y en ese monólogo íntimo descubrimos los anhelos, miserias y esperanzas de este tipo desengañado del mundo que sigue soñando con que un pelotazo sea el ascensor social definitivo que lo catapulte al universo de los ricos, si no a él al menos a su hijo, otro elemento digno de estudio. Isaac Rosa, como siempre, en su línea de ácida crítica social con toques de humor negro. Y también como siempre, subyugante a la par que inquietante. Las novelas de Rosa, sin excepción, no son... "lugar seguro".  Bueno, vale, me he marcado un "Matías Prats". A ver si no va a poder hacer una un chistecillo.

13.  Reunión en el restaurante Nostalgia, by Anne Tyler. Después de varias lecturas vacuas que me es imposible recomendar vuelvo a mis favoritos. Ésta es mi tercera novela este año de Anne Tyler, una apuesta que nunca falla. Os sitúo: Baltimore, de los años 40 a los 70. Ésta es la historia de una familia, Pearl y sus tres hijos, Cody, Ezra y Jenny. Pearl es abandonada por su marido y se ve obligada a criar a sus hijos ella sola en unos tiempos muy difíciles. La visión de cada uno de ellos sobre su madre es radicalmente distinta. Ezra la adora mientras que Cody siente un profundo odio hacia ella y unos celos enfermizos hacia su hermano menor.  Como ya he dicho otras veces, Tyler es una auténtica experta en melodramas familiares, en adentrarse en conflictos más o menos soterrados y en analizar el alma humana. Por eso nunca defrauda y siempre engancha con estas historias sencillas en las que es fácil ver un poco retratadas a nuestras propias familias. El título de la novela hace referencia al restaurante de Ezra, que es algo así como el centro neurálgico en el que transcurren la mayoría de las broncas entre Pearl y sus hijos. Para los que creáis que tenéis familias raras os diré que en ésta no hay reunión en la que no salte el conflicto en un momento u otro.  Y no precisamente por los cuñaos.   

14. Purgatorio, by Jon Sistiaga. El conocido periodista vasco, que durante años trabajó como reportero de guerra, debuta en la novela con este retrato creo que bastante exacto de lo que fue el terrorismo de ETA, y de lo que actualmente aún subyace en torno a la banda. Toca todos los palos: el fanatismo terrorista, el dolor de las víctimas, las torturas policiales, el perdón, el arrepentimiento, la traición, la extorsión, el fracaso de esos más de 300 casos aún no resueltos...  La historia parte de un terrorista arrepentido al que nunca consiguieron acusar y llevar a juicio, pese a las torturas que padeció durante los interrogatorios. Ahora, 35 años después, decide entregarse, confesar su crimen, y sobre todo tratar de compensar de algún modo a la hija de su única víctima, a la que le destrozó la vida. De paso delatar a sus ex compañeros de banda que siguen danzando impunemente por ahí y conseguir también la confesión como torturador del policía que le interrogó y casi lo mató a golpes.  Merece la pena leerla, además de por su valor testimonial, por el nivel de suspense, que no decae ni un momento. Y sobre, todo, quedan en la memoria esos más de 300 asesinatos sin resolver que nunca deberíamos olvidar.

15. Todo el bien y todo el mal, by Care Santos. Reina Gené es una mujer de éxito, tiene prácticamente todo lo que una podría desear en este mundo. Un día recibe una noticia que vuelve su vida del revés. Toda la acción transcurre en una jornada en la que Reina queda atrapada por una tormenta en el aeropuerto de Bucarest. Su ansiedad por no poder volver a casa, sus recuerdos, sus pensamientos más negros, harán que conozcamos a la verdadera Reina que se oculta tras esa mujer aparentemente de vida impecable. Ésta es una novela que atrapa desde el minuto uno, a pesar de que a mí el personaje protagonista me ha caído como el culo desde ese mismo minuto. Es una tía que cae mal, a pesar de lo cual puede una sentirse identificada plenamente en muchos de sus dilemas vitales. He leído otras cosas de Care Santos que no me han gustado lo bastante como para recomendarlas, creo que ésta es la primera vez que incluyo una de sus novelas en mis listados. Espero que no sea la última. Por lo visto ésta sería la primera de una trilogía, así que quedo a la espera.

16. Yo, gorda, by Meritxell Bosch. Voy a hacer una excepción y me atrevo por primera vez a recomendar una novela gráfica. Vamos, un cómic. Porque me ha encantado la forma en la que la protagonista, que es la misma autora, dibuja (nunca mejor dicho) sus conflictos con su cuerpo. Una niña que fue gorda, que creció siendo gorda y que llegó a la edad adulta intentando aceptar su imagen corporal, a duras penas. Sus conflictos con la comida, su falta de autoestima, la difícil relación con sus padres... Creo que muchos de vosotros, también los chicos aunque principalmente las chicas, os podéis sentir identificados con Meritxell. Esto sí que se lee en un ratillo (yo de hecho me lo leí en una hora en que se me fue la conexión de Internet y no podía trabajar).  También hay una bonita historia de amor, para los románticos empedernidos. Este libro me parece un regalo precioso para personas que sepáis que tienen problemas de autoaceptación. Ah, y no descarto volver de vez en cuando a la novela gráfica porque me parece un gran hallazgo.

17. Mucha talla, by Wendy Shanker. Pues ya puesta, seguimos con el tema. Ésta es también la autobiografía de una chica gorda. El subtítulo es el siguiente: "las aventuras de una mujer feliz con unos kilos de más". Va en la misma tónica que el cómic de Meritxell, aunque no se lee tan rápido. Pero no creáis, es un libro muy ameno, divertido y lleno de ingenio. El sentido del humor de Shanker, su forma de reírse de sí misma y de sus complejos, y su conclusión final de que va a aceptarse como es, a vivir la vida a tope y a dejar de machacarse creo que es muy edificante.  

18. Una cocina a prueba de ratones, by Saira Shah. Cuando Anna y Tobias tienen a su primera hija sienten que flotan de felicidad, pero la alegría les dura bien poco. A los pocos minutos la niña padece un ataque, los médicos le empiezan a hacer pruebas y la conclusión es que padece una parálisis cerebral profunda, que será dependiente toda la vida y que probablemente no podrá ni levantarse de la cama.  Esta brutal noticia les pilla mientras hacían planes para comprar una casa en la campiña francesa y vivir felizmente en ella por los siglos de los siglos. Esta novela tiene tintes autobiográficos puesto que en ella Saira Shah cuenta retazos de su propia experiencia vital con su hija Ailsa, paralítica cerebral al igual que la hija de la protagonista. Una historia que toca hasta lo más hondo, sobre el amor, la maternidad y en definitiva el sentido de la vida. Como atractivo adicional, los amantes de la buena cocina disfrutarán un montón con las lecciones de gastronomía, horticultura y dietética de la protagonista. 

19. La habitación, by Emma Donoghue. Jack es un niño de cinco años que vive en la Habitación. Jamás ha salido de ella y todo su mundo se encuentra entre esas paredes. Mamá lo mete a dormir en el Armario por las noches por si viene el Viejo Nick.  Ella lleva encerrada en esa habitación siete años, pero ha construido para su hijo un espacio seguro lleno de vida, situaciones apasionantes y diversión. Lo que ve por la Tele es el espacio exterior, algo tan ajeno a Jack como para nosotros podría ser la vida en otro planeta. La escritora se basó en un caso real, no sé si os acordaréis de esa chica austríaca que estuvo 25 años encerrada por su padre en un sótano, violada sistemáticamente, criando a siete hijos-hermanos que tuvo durante aquellos años. Del libro se hizo una magnífica película que vi hace tiempo y de la que escribí una crítica en mi blog de cine. Os copio el enlace, por si os interesa, pero aviso de que hay espoiler. http://malostiemposparalalrica.blogspot.com/2016/05/la-habitacion-room-by-lenny-abrahamson.html

20. Cicatriz, by Sara Mesa. Si mi recomendación anterior tenía un claro tinte claustrofóbico, aquí entramos en otra sensación también bastante desagradable: el agobio. La protagonista, Sonia, conoce a Knut en un foro literario de internet. Él la va seduciendo a base de hacerle regalos de gran valor que obtiene mediante el robo, como reconoce sin pudor. Lo que al principio resulta ser una relación intrigante, con cierto misterioso atractivo, con el tiempo comienza a convertirse en algo angustioso. Knut resulta ser, aparte de un tipo extravagante, extrañamente original y alejado de todo convencionalismo social, bastante obsesivo. Las idas y venidas en la relación, los intentos de Sonia de alejarse y las constantes recaídas muestran una historia de mutua dependencia que, al menos para mí, ha resultado un tanto asfixiante.  Las novelas de Sara Mesa, salvo alguna excepción, suelen ser muy desasosegantes. Los personajes tienen unos comportamientos muy extremos, yo diría que patológicos. No es una lectura cómoda pero sí da mucho que pensar. Esta mujer siempre sorprende, sortea todos los límites y te hace plantearte un montón de cosas. Así que a quien le guste este tipo de literatura que se adentra en lo más oscuro del ser humano, aquí tiene un buen ejemplar. Y lo mejor es cuando lo terminas y agarras rápido el próximo para que se te pase la paranoia. 

21. Hijos de la fábula, by Fernando Aramburu. Cambiamos totalmente de tercio, de la angustia máxima a la risa. Joseba y Asier se hacen militantes de ETA y se van al sur de Francia, a una granja de pollos, a esperar instrucciones. Allí se enteran de que la banda ha declarado el alto al fuego definitivo. Se quedan colgadísimos, sin saber qué hacer, pero en un alarde de entusiasmo revolucionario independentista deciden seguir ellos por su cuenta con la lucha armada creando otra organización y haciendo historia al conseguir la liberación de Euskal Herria. La novela es un cachondeo nivel Dios.  Las conversaciones de los protagonistas, para que os hagáis una idea, serían una mezcla de las de Don Quijote y Sancho Panza, Epi y Blas, o Faemino y Cansado. Aramburu usa en la narración un lenguaje muy sencillo, a base de oraciones simples, cortas, sin apenas subordinadas, todo como muy esquemático, vamos, haciendo honor a las escasas luces de los protagonistas. Las andanzas de nuestros aprendices de terroristas también tienen ciertas reminiscencias de la novela picaresca española, y aunque os pueda sorprender, son tan tarugos que a pesar de tratarse del tema que se trata, se les coge hasta cariño. De todas formas, aunque la recomiendo porque es una lectura amena, divertida y que seguro que os va a gustar, advierto que no tiene nada que ver con "Patria" ni con "Los vencejos", que para mí son palabras mayores.

22. La bibliotecaria de Auschwitz, by Salva Rubio y Loreto Aroca. Novela gráfica basada en la novela escrita de Antonio Iturbe. Lo dije y lo cumplo, vuelvo a recomendar otro cómic. Porque me ha encantado, porque creo que da una visión de lo que fue el Holocausto totalmente veraz y porque me parece una forma perfecta de acercarse a un drama tan terrible. Además en este mundo en el que la imagen prima sobre cualquier otro modo de comunicación, estos dibujos brutalmente impactantes lo dicen todo sin apenas necesidad de palabras. Y aunque este post vaya de lectura no me puedo resistir al formato visual cuando tiene estos niveles de calidad. Lo que cuenta está basado en hechos reales, la bibliotecaria de Auschwitz existió realmente y por supuesto esta historia no podía pasar desapercibida para una enamorada de la lectura como yo. Si tenéis adolescentes en casa y queréis mostrarles lo que fue el Holocausto no se me ocurre un libro mejor que éste.

23. La familia, by Sara Mesa. Volvemos a los inquietantes mundos de Sara. Una familia, padre, madre y tres hijos, más una sobrina adoptada. Una familia en la que aparentemente "no hay secretos". A través de la narración de los distintos miembros y de alguna vecina, Sara Mesa va diseccionando los entresijos de este grupo de personas que viven bajo un mismo techo pero que se encuentran a años luz unos de los otros. Una historia casi de terror en la que la figura autoritaria, intransigente y moralizadora del padre marca profundamente tanto a la madre como a cada uno de los hijos. Como de costumbre Sara nos atrapa por completo en un mundo cargado de tensiones, claroscuros y emociones turbias. Tan claustrofóbica como sus anteriores novelas, e igualmente apasionante. 

24. Escrito en el agua, by Paula Hawkins. Va tocando ya un thriller, no? Un poquito de suspense, de emoción, de entretenimiento sin más. No sé si os acordáis de una novela que recomendé hace tiempo, "La chica del tren", de la que luego se hizo una peli bastante famosa protagonizada por Emily Blunt. Bueno, pues se trata de la misma autora. En esta ocasión la trama va de una serie de muertes de mujeres ocurridas en un paraje paradisíaco llamado "La poza de las ahogadas". Ya nada más el nombre pone un poco de los nervios, no? Tenemos a unas cuantas muchachas muertas, unas cuantas familias bastante taradas en un pueblo perdido de la Gran Bretaña, y un policía un tanto rarito. Y con estos mimbres Hawkins se monta una historia de ésas que empiezas a leerla y ya tienes que ir cargando con el libro a todas partes porque no lo puedes soltar. Ideal para lectura veraniega, para noches insomnes de calor o para tardes de hamaca. También tengo que decir que, dentro de su intrascendencia, tiene su poquita carga moralizante. Y hasta aquí puedo contar.

25. La fotografía, by Penelope Lively. Glyn encuentra por casualidad una fotografía antigua de su difunta esposa. En la foto está cogida de la mano de otro hombre en un gesto furtivo que sólo ha captado el fotógrafo. A partir de ese momento emprende una investigación para conocer esa vida oculta de su mujer, de la que no tenía ni idea.  Iremos conociendo a distintos personajes que se relacionaron con Kath y a través de ellos poco a poco sabremos los secretos que Glyn jamás sospechó, siempre absorto en su trabajo de historiador del paisaje. Una novela muy visual, cinematográfica y caleidoscópica. El personaje de Kath se va construyendo a través de un montón de perspectivas, como si fuera un paisaje más de los que su marido ha estudiado a lo largo de su carrera. A pesar de estar muerta es la protagonista indiscutible de la novela. Una especie de Rebeca del siglo XXI. La difunta que llena todos los espacios, que se aparece constantemente a los demás personajes y que es el centro de la trama. Me ha encantado el estilo, la historia y lo bien hilado que está el argumento.

26. Pura pasión, by Annie Ernaux. Éste es un librito muy corto, apenas 75 páginas, que se lee en un rato. Creo que es el primero que recomiendo de la autora, flamante Nobel de Literatura 2022. Ernaux siempre escribe sobre sí misma, su obra es casi un diario íntimo de distintos episodios de su vida. Sus relaciones con sus padres, con sus hijos, su trabajo, un aborto al que se sometió en su juventud, amores varios... En esta ocasión cuenta una pasión desbordada que vivió pasada la cincuentena con un hombre bastante más joven que ella, una pasión que la enajena por completo, algo que la misma escritora confiesa que nunca pensó que le podría pasar y que le provoca incluso bastante vergüenza. Como en el resto de su obra se somete a un desnudo integral, sin concesiones, sin compasión, con una crudeza impactante. Os dejo el comienzo: "Desde el mes de septiembre del año pasado no he hecho más que esperar a un hombre".  Fuerte, eh? Pues si queréis saber más tendréis que leerla.

27. En la boca del lobo, by Elvira Lindo. Julieta y su madre llegan a un pueblo llamado La Sabina a pasar las vacaciones de verano. La relación entre madre e hija es complicada, por algo que ha ocurrido, algo terrible que Julieta no es capaz de verbalizar. La niña, con 11 años, lleva una carga insoportable encima, y su forma de defenderse de ese trauma es hablar con Emma, un personaje que encuentra en el bosque, una especie de fantasma que sólo ella puede ver y que se convierte en su amiga invisible, una madre imaginaria en la que encuentra el calor, la comprensión y el cariño que no halla en la suya propia. Mientras la madre desea fervientemente que el verano termine para volver a su vida en la ciudad, para Julieta el pueblo es un refugio del que no querría salir jamás. Con una mezcla de fábula, cuento de terror y realismo mágico Elvira Lindo relata una historia que, por desgracia, es mucho más frecuente de lo que pensamos. Me ha gustado mucho, aunque no sé si esa parte "mágica" será del agrado de todo el mundo.

Y bueno, amigos, con esto doy por finalizadas mis recomendaciones de este año. No os podréis quejar, van 27 y hay para todos los gustos. 

Me he dado cuenta de que el 95% de mis lecturas son de mujeres. No, si al final va a tener razón mi amiga la que dice que las mujeres casi siempre leemos cosas de mujeres. Voy a tener que hacerme un plan de lecturas cremallera, a ver si el año que viene me sale la lista un poco más paritaria.

Os deseo a todos unas muy felices vacaciones, y que nunca nos falte un buen libro al lado de la toalla, sobre la mesilla de noche o debajo del chopo.

martes, 27 de junio de 2023

Ecoansiedad galopante, soy la Ecoembes andante

Queridos lectores, ya otras veces he hablado en este blog de mis problemas de ecoansiedad. No sé si recordaréis aquel post del día en el que me equivoqué y tiré una botella al contenedor de orgánica y me dio tal angustia que me quería meter de cabeza en el contenedor a rescatar el vidrio para tirarlo a su sitio.

Pues bien, no sé si será una percepción mía o es la realidad, pero no habéis notado que últimamente las calles están mucho más sucias? No sabría decir desde cuándo, porque es algo que he ido notando poco a poco, y no sé si es una obsesión personal o es que los servicios municipales de limpieza han ido relajando su celo profesional o es que la gente está cada día más guarra, pero el caso es que voy por la calle y veo basura tirada por todas partes. Pañuelos, mascarillas, cascos de botellas, latas de cerveza o de refrescos, bolsas de patatas, papeles de todo tamaño, folletos de propaganda... ya de mierdas de perro para qué vamos a hablar? Es que pasear es tener que ir sorteando obstáculos asquerosos como si de una gincana se tratara.

La cuestión es que saco a mi perra y me paso el rato refunfuñando para mí con una mala hostia impresionante, más o menos así: "pero qué guarrísima que es la gente, quién coño habrá dejado ahí tirada la lata esa, con un contenedor al lado. Y la bolsita de gusanitos, otro guarro. Y blablablablabla". Así desde que salgo hasta que entro. Voy indignada, escandalizada y cabreada. Y en este estado ecoangustioso no puedo evitar ir recogiendo cosas por aquí y por allá para tirarlas a los contenedores. Intento pasar pero es que no puedo. A veces no me agacho porque me da vergüenza, cuando a quien debería dársela es a quien tira las cosas al suelo. Pero dudo mucho que la gente que lo hace tenga el más mínimo sentido del pundonor, me he quedado yo con el pack completo.

Total, que voy de paseo y me paso todo el tiempo recogiendo mierdas ajenas para tirarlas a los contenedores correspondientes. Bueno, todo el rato no, porque empiezo a hacerlo, pero al cabo del rato me doy cuenta de que son tantas cosas tiradas que prácticamente tendría que ir reptando para poder recogerlo todo, y ya me rindo y mando la tarea a tomar por culo. Pero además con un asquito que te cagas, porque desde que en la pandemia nos metieron el miedo en el cuerpo de no tocar nada porque podías pillar de todo, pues la verdad es que una coge las porquerías de la calle con cierta aprensión, no lo voy a negar.  Así como con las puntitas de los dedos y alejando el objeto en cuestión a una distancia prudencial. Mayormente porque ya sabéis que encima soy alérgica y voy siempre con un klinex en la mano, un klinex con el que me sueno la nariz constantemente, y esto después de haber cogido un montón de guarrerías tiradas a la buena de Dios por vete a saber qué clase de cerdícolas. Al final terminaré pillando algo, ya veréis.

No me puedo explicar cómo es posible que la gente sea tan rematadamente marrana. Hay papeleras por todas partes medio vacías, pero se ve que debe de ser mucho más cómodo tirar los desperdicios al suelo. Y claro, de perdidos al río, se produce un efecto imitación. Si tú no ves basura en el suelo, si la calle está limpia, te cortas un pelín de tirar tú la primera cosa que la ensucie. Pero si miras a tu alrededor y ves un estercolero qué más te da poner tu granito de arena tirando alguna cosita más? Cuanta más mierda, más gente tirando más mierda. Esto es un hecho.

En fin, necesitaba desahogarme un poco. Sé que algunos de los que lean esto serán unos de esos asquerosos que van tirando basura por la calle a cascoporro. Me conformaría con que sintieran un mínimo de vergüenza al verse retratados en mi post. Pero confío en que la mayoría sois gente normal que espera a llegar a una papelera o a un contenedor para tirar los desperdicios. Incluso podría haber alguno que sienta la misma repugnancia que yo al ver las calles hechas una pocilga por obra y gracia de la cantidad de desaprensivos que por ellas deambulan. Si es el caso, si eres así y me acompañas en el sentimiento de angustia, desesperación y profunda decepción con nuestros cochinos congéneres, querido amigo, te mando un enooooooorme abrazo.

Nos vemos por ahí recogiendo porquerías.

domingo, 18 de junio de 2023

Aunque esto levante ampollas, no hay ni consenso ni pollas

Leo toda espeluznada un artículo en el que se advierte a padres y educadores de las malas influencias que algunos youtubers ejercen sobre la gente joven en el tema de la violencia de género. Al parecer las estadísticas son alarmantes, hay un importante porcentaje de jóvenes que se apuntan al "negacionismo" en este asunto, y la causa podría ser la amplia difusión que tienen entre el colectivo juvenil los vídeos de estos streamers tachados por el autor del reportaje de todo tipo de calificativos no demasiado favorables, por decirlo finamente.

Entre esos youtubers está mi admirado UTBH (Un Tío Blanco Hetero), del que ya he hablado aquí en otras ocasiones. Un tipo al que sigo porque me parece que hace unos análisis muy lúcidos sobre cuestiones de actualidad que suelo compartir casi en su totalidad, con contadas discrepancias. Y la verdad es que me espanto de todas las cosas que se dicen en el artículo sobre estos youtubers, a los que no conozco en su mayoría, pero si todos ellos son como Sergio el articulista no tiene ni puta idea de lo que habla. Es más, yo creo que los vídeos de UTBH deberían ser de obligado visionado en las escuelas, para enfrentar al discurso oficial sobre la violencia de género con todas sus contradicciones. Y no me extraña que la chavalería guste de escuchar a estos muchachos porque probablemente ven en ellos mucha más coherencia que en los mantras con los que a diario nos bombardean desde los medios institucionales.

Paralelamente a todo esto surge un escándalo mayúsculo porque un tipo de Vox dice a las claras que la violencia machista no existe. Automáticamente saltan todas las alarmas y desde el PP se apresuran a negar ninguna clase de marcha atrás en lo que se refiere a políticas de género y bablablablabla. Por lo visto, según dicen, hay un consenso social en torno a este tema y aquí no hay ya nada más que discutir.

No sé si es que los políticos no se mueven o no hablan con otra gente que no sea de su cuerda o qué pasa, pero ese supuesto consenso social no existe ni ha existido nunca en la calle. En todo caso puede haber existido un consenso político, que tal vez por miedo a señalarse saliéndose de la corrección, no se ha atrevido a saltarse nada más que Vox, que son outsiders natos y les da igual siete que setenta.

Lo cierto es que hay mucha gente en la calle que es muy crítica con el discurso oficial, con la LIVG y con sus derivados. Por no hablar de las actuaciones del Ministerio de Igualdad, con las exaltadas declaraciones de sus dirigentes. No son sólo los jóvenes, ni es tampoco la ultraderecha. Es que yo me he cruzado en Twitter con mucha gente de izquierdas que no traga tampoco con este discurso. Entre ellos otro youtuber también señalado, Roma Gallardo, que es bastante gilipollas el tío pero que no es para nada sospechoso de voxero ni de rancio ni de forofo de la Virgen del Rocío. Es de hecho bastante más forofo del amor libre, de que cada cual haga con su cuerpo lo que le dé la gana y de la diversidad de todo pelaje.

En fin, que ese presunto consenso social no ha existido nunca. Alguien cogió un fenómeno multicausal, como es la violencia contra la mujer, y decidió simplificarlo centrándolo en una sola causa: el machismo.  Y la cosa triunfó, pasmosamente. De ahí salieron mantras del tipo "nos matan por ser mujeres", y la cosa siguió cuajando, para mí asombrosamente.  Coges algo que es supercomplejo, lo simplificas al máximo, se lo das masticado a la gente, y luego dices que hay un consenso social al respecto. 

Reducir a una sola causa la violencia contra las mujeres es como decir que la anorexia está motivada porque las niñas quieren ser delgadas para parecerse a las modelos. Joder, es el mismo reduccionismo caricaturesco. Lo que a mí me flipa es que haya podido calar en tanta gente algo tan absurdo. Bueno, me flipa y no me flipa al mismo tiempo, porque sé perfectamente la falta de sentido crítico de buena parte de la sociedad respecto a todos los sapos que nos quieran hacer tragar. Sólo hay que repetir las suficientes veces una cosa para convencer a la peña de que es la verdad absoluta, por muchas grietas que esa cosa pueda tener a poco que la analices mínimamente.

Cualquier persona que haya tenido pareja alguna vez sabe perfectamente la cantidad de sinergias que confluyen en las relaciones amorosas. Lo fácil que es pasar del amor más profundo al odio más visceral en cuestión de segundos, por ejemplo por algo tan frecuente como una simple infidelidad. Todos conocemos a personas que han pasado de ese amor que parecía indestructible al odio más feroz al enterarse de que les estaban poniendo los cuernos.  Y la infidelidad es sólo una causa, puede que la más común, pero en las parejas confluyen muchos otros factores que determinan conflictos que a menudo desembocan en situaciones de violencia extrema, sobre todo en las separaciones: temas de hijos, propiedades, dinero, no digamos ya si se mezcla con alguna adicción, con alcohol, drogas, juego...  O sea, a mí lo que me extraña es que no pasen más cosas, sabiendo la de gente que hay por ahí que odia a muerte a sus ex.

Yo he visto a muchas personas, después de enterarse de unos cuernos, decir: "se va a enterar, le voy a arruinar la vida, no va a volver a ver a sus hijos". Lo he visto yo y seguro que lo habéis visto todos. En los casos de agresiones con resultado de muerte puede haber trasfondos de todo pelaje, dentro de este maremagnum de posibles causas. Sin embargo es mucho más sencillo decir: otra muerte por violencia machista, es el número 15 en lo que va de año. Ea, y nos quedamos en la gloria haciendo el recuento!

Por supuesto que somos muchos los que ponemos en duda este discurso monolítico. No es normal que cada vez que una mujer asesina a su ex o a sus hijos se busquen toda clase de causas: estaba enferma, en tratamiento, padecía una terrible depresión tras la ruptura... Y que no se mencionen ni de pasada los posibles problemas psicológicos que pueda tener un hombre en la misma situación. Qué pasa, que los hombres no se deprimen, no se medican, no sufren tras las rupturas?

Como digo, son tantos los conflictos de fondo que puede haber en una relación de pareja que simplificarlo de esa forma reduciendo todo al machismo como la única causa es algo que no ha colado en buena parte de la sociedad. Pero desde el primer momento.  Nadie mata a nadie por ser mujer; si eso fuera así irían matando a todas las mujeres con las que se encuentran. Los crímenes de parejas se gestan durante mucho tiempo, y a veces son bastante previsibles, por cierto. O nunca habéis pensado, si habéis tenido unos amigos con una relación tóxica, que iban a terminar como el rosario de la aurora saliendo en los periódicos? Si es que no os ha pasado a vosotros mismos. 

En fin, mi drama personal es que políticamente sólo un partido como Vox haya sido capaz de señalar al dinosaurio que hay en la habitación. Y me da pena porque realmente no tengo nada más en común con ellos y me es imposible votarlos. Tampoco votaría al PP, que conste, si mañana se apuntaran a las críticas a ese discurso oficialista. Pero me sorprende mucho que no se den cuenta de que buena parte de sus votantes no tragan tampoco con la LIVG ni con el mismo concepto de violencia machista. De hecho, casi todos los votantes del PP que conozco están hasta los cojones de este montaje. A ver si al final van a pasarse en masa a Vox. Presiento que el PP, por intentar agenciarse a algunos despistadillos de la izquierda descontentos con el Gobierno, se aleja en estos temas tan sensibles de su electorado.

Bueno, a mí me da igual porque como soy huérfana de voto que hagan lo que quieran. A mí lo que realmente me molesta es que se simplifiquen tanto los temas complejos, que la gente sea tan acrítica y que puedan colarnos lo que les dé la gana, por estúpido que sea. Y que se persiga a tipos como UTBH sencillamente por poner en entredicho sus contradicciones.

En realidad no se enteran de nada. Mis hijos se mueven en redes, como la mayoría de la gente de su edad, y estos youtubers que han sido señalados desde el oficialismo mediático son referentes de muchos de esos jóvenes. Y me alegro muchísimo, porque prefiero mil veces que mis hijos y sus coetáneos escuchen a Sergio UTBH y otros como él que a los que repiten como loros las consignas viogen, la verdad. Si alguien despierta su espíritu crítico bienvenido sea. Todo menos este borreguismo insoportable que algunos llaman consenso.

lunes, 24 de abril de 2023

Me cago, llueva o no llueva, en la virgen de la Cueva

No sé vosotros pero yo ya estoy un poco hasta el sisilisco del tema de la sequía.

Todo el puto día que si no llueve, que si tiene que llover, que tiene que llover tiene que llover tiene que llover, tiene que llover a cántaros. Qué angustia, joder! No se puede vivir con esta ansiedad!

Los del tiempo poniéndonos el cuerpo malo. 

"Esta semana tampoco va a caer ni una gota.  Las previsiones no son optimistas. Tendría que llover durante un mes entero para que se llenen los pantanos"

Un mes enterooooo? Qué mes, mayoooooo? Otra vez nos quieren joder las cruces, los patios y la feria los malafollá estos???

Es que alucino, de verdad. Pero qué necesidad hay de esto, por favor?

La sequía es un fenómeno recurrente. No es un hecho extraordinario al que hay que poner soluciones de emergencia, como por ejemplo una pandemia. O un terremoto.

Éste es un país seco, quitando la cornisa cantábrica esto es puro secano. Recuerdo sequías terribles en mi niñez, prácticamente cada cinco o siete años caía uno de ésos en los que no llovía ni gota. Y había restricciones en el suministro de agua. Hubo un verano en nuestra casa del Muriano en el que sólo había agua una hora al día, la recogíamos en barreños y nos lavábamos con la regadera, como floripondios. 

Ya de mayor, recuerdo otro año que viajamos en verano a Asturias, y todo el paisaje era un desierto, daba pena verlo. Cuando cruzamos el túnel ese larguísimo que sale a la cuenca minera asturiana de repente era como si hubiéramos pasado a otro mundo, con una niebla de tres pares de cojones y lloviznando. Mi hija, que por entonces tendría unos cinco años, estaba toda flipada porque no había visto nunca llover. Nos pasamos todas las vacaciones disfrutando como monos del chiribiri, levantábamos las caras al cielo para que nos cayera el agua en la cara y nos lo pasábamos como los indios. Se decía que nunca antes había habido una sequía igual. Eran los 90, pero estoy segura de que exactamente lo mismo había pasado muchos años atrás, como está pasando ahora. 

Es que hasta las canciones tradicionales infantiles lo dicen, que ésas sí que no engañan. Que llueva que llueva, la virgen de la Cueva. Y esta coplilla es de mucho antes del cambio climático de los cojones.

Esto de la sequía es un déjà vu, es el puto día de la marmota. Y oye, ya se cansa una de que le den la misma matraca año tras año, como si esto no hubiera ocurrido nunca antes, cuando tú sabes perfectamente que sí ha ocurrido, que es un mal endémico. Y de repente le entran las prisas por hacer algo a todos los políticos, y por echarse mierda unos a otros.

Pero qué coño habéis estado haciendo toda la vida? Si esto es un problema que viene desde el principio de los tiempos! Por qué no se han tomado medidas contundentes y en cambio no dejan de acojonarnos todo el tiempo con que si llueve o deja de llover? 

Señores, las sequías no se pueden evitar pero sus efectos sí. Creo recordar que hubo en su día algo llamado Plan Hidrológico Nacional, que precisamente tenía esa función, solucionar el problema de un modo permanente, de una vez y para siempre. El Plan incluía trasvases de ríos, plantas potabilizadoras, embalses...

Pero luego resultó que los intereses políticos, como de costumbre, entraron en la ecuación.  Y los pantanos se volvieron fachas, porque el dictador había hecho un montón, y si los había hecho él buenos no podían ser. Ahora incluso se están planteando cargarse algunos, pese a las protestas iracundas de los vecinos que se benefician de ellos. Alcaldes de toda condición, signo y pelaje intentan defender con uñas y dientes su embalse, porque además se juegan el voto de sus paisanos, pero desde sus formaciones políticas toman otras decisiones por ellos.

Y de los trasvases que me dices? Tiene algún sentido que haya cauces de ríos llenos de agua que va a ir a morir al mar y que a pocos kilómetros los agricultores pierdan año tras año cosechas enteras por falta de esa misma agua que podría perfectamente ser derivada? A quién beneficia que ese agua se pierda? 

Estoy harta de escuchar en los medios a expertos que proponen soluciones a largo plazo para solucionar algo que está ahí y que va a estar siempre, y que nadie les haga ni puto caso. Todo es llevarse las manos a la cabeza cada vez que no llueve, rezar a los santos, sacarlos en procesión y acojonarnos a los ciudadanos con que no nos vamos a poder remojar las ingles en las piscinas en verano o con que nos vamos a tener que lavar el pelo con champú en seco. Y venga a mirar al cielo y a arruinarnos la primavera, porque te sientes encima como una hijadeputa, porque te encantan los días de sol y ponerte  sandalias y te jode un montón que llueva.

Ya está bien, joder! Que llueva que llueva la virgen de la cueva, y que si no llueve que inventen algo y dejen de dar por culo, coño yaaaaaaaa!

viernes, 31 de marzo de 2023

De heroína a villana pasó en un minuto Ana

Arden las redes. Como siempre, pero esta vez arden al unísono de las cafeterías, los gimnasios y los parques de perros. Hasta el Gobierno se pronuncia por una portada del Hola en la que sale una señora en silla de ruedas con un bebé en brazos. 

La verdad es que no pensaba hacer un post sobre este asunto porque me dan pereza los temas que están tan saturados, pero luego he pensado que es la típica cosa sobre la que todo el mundo te pregunta tu opinión, y al final voy a tener que repetirme más que un loro, así que mejor me pronuncio aquí y me sacudo el marrón de encima.

A mí sinceramente me parece genial lo que ha hecho Ana Obregón, qué quieres que te diga. Yo soy de toda la vida del club de las de "nosotras parimos nosotras decidimos".  Y esto vale igual para abortar, para gestar o no gestar, para cambiarnos de sexo, para pedir la eutanasia, para tirarnos a un pozo, para prestar servicios sexuales a cambio de dinero, para fregar escaleras o para lo que decidamos libremente hacer. Por tanto difícilmente puedo criticar a esta señora.

De todas formas reconozco que este caso concreto tiene muchas aristas: vientres de alquiler, edad de la madre, salud mental... Así que casi mejor vayamos por partes.

La gestación subrogada, desde mi punto de vista, debe regularse precisamente para evitar abusos. En Estados Unidos, que es el caso que nos ocupa, la normativa exige que la gestante tenga solvencia económica y un patrimonio personal, lo cual excluye a gente socialmente vulnerable. Me parece una buena medida. También se exige que la mujer tenga hijos propios previamente y que no haya carga genética de la gestante en el embrión. Vamos, que el óvulo no puede ser suyo. Que quede claro desde el minuto uno que sencillamente estás prestando un servicio de incubadora y que ahí no hay nada tuyo.

Para mí es perfectamente lícito que una mujer tome libremente la decisión de tirarse unos años sin trabajar en su casa cuidando de sus hijos  a cambio de gestar durante nueve meses un hijo para otras personas. Es una decisión totalmente respetable que concierne únicamente a la persona que elige hacerlo. Nadie más debe de meterse en eso.  La gente que habla de esclavitud o no sé qué más historias no sé qué pensarán entonces de esas mujeres que trabajan limpiando baños o culos de abuelos de sol a sol a cambio de sueldos miserables. Eso sí es esclavitud, esto no. 

Otro aspecto de la cuestión es el tema de las razones de Obregón. Todos sabemos la triste historia de su hijo y de lo que ha supuesto para ella, su derrumbe personal y su desesperación, ya que Alex era su único hijo y probablemente su principal motivación vital. Muchos padres que pierden un hijo con el tiempo deciden tener otro. Es verdad que no son intercambiables ni sustituibles pero claro que es un consuelo. Y yo creo que, aunque el dolor nunca se irá, sí se puede paliar. Y es muy humano intentar sobrevivir, sobre todo cuando no se hace daño a nadie.

Sin ir más lejos, yo misma tuve a mi hija, lo he contado muchas veces, porque tras la muerte de mi hermano estábamos toda la familia hundida en la miseria. Y yo estaba segura de que sólo un niño podría sacarnos de ese estado de abatimiento letal. Y no me equivoqué. Mis padres volvieron a sonreír después de mucho tiempo, y fue una maravillosa terapia para todos. Olvidamos a mi hermano? No, de ninguna manera. Pero que la niña curó muchas heridas de eso no cabe ninguna duda. Luego he visto ese mismo fenómeno en otras familias destrozadas. La llegada de otro hijo o de un nieto es lo único que alivia ese dolor. Por eso veo de puta madre que esta mujer haya decidido salir de la oscuridad en la que estaba sumida y volcar todo ese amor que se truncó con la muerte de su hijo en esta hija-nieta que ha luchado por tener.  Alguien es capaz de levantar un dedo contra ella? Pues como mínimo intentad poneros en su piel por un solo momento. En su piel y en su dolor.

La gente opina muy alegremente: Tiene a esta niña por egoísmo? La tiene a modo de terapia ocupacional? La tiene como antídoto contra la depresión? Ay, cómo nos gusta juzgar al prójimo!

Vamos, como que todos nosotros hemos tenido a nuestros hijos por motivos totalmente altruistas, para garantizar el futuro de las pensiones, por ejemplo.  

Venga hombre, todos hemos tenido a nuestros hijos porque nos apetecía tenerlos. Le pareciera o no buena idea al resto del mundo.  Ya he contado qué me movió a mí a tener a la mía. Y quién es nadie para decir si fue o no una razón apropiada? Cuáles son las razones adecuadas para ser madres o padres? Ahí dejo esos interrogantes para la reflexión.

En fin, otra de las aristas del asunto: la edad. Obregón es vieja. La niña es más nieta que otra cosa. Bueno, y qué? Es la primera abuela que cría a un nieto? De los que estáis leyendo esto a cuántos os ha criado los niños la abuela?

Además no sé desde cuándo nos preocupan tanto estas cosas.  Hay muchísimos tíos en la sesentena, y hasta aún más viejos, que son padres con tías mucho más jóvenes. Vale que si ellos la palman ahí queda la madre, pero es que yo estoy segura de que Obregón antes de tomar esta decisión habrá contado con un tutor o tutores de su plena confianza que se harían cargo de su hija si ella faltara. Es más, yo creo que en una regulación legal de este asunto eso tendría que ser requisito indispensable. Nombrar a una persona del entorno cercano al menor, un hermano, un tío, en definitiva, un padrino. Os acordáis del padrino de "La gran familia"? Ése sí que tenía un problemón gordo si a los padres les hubiera pasado algo.

Y por último, otro asunto peliagudo. Se dice, se rumorea, se comenta, que el esperma usado para la fecundación podría ser el de su hijo. No sé si es cierto, pero si lo fuera ni yo ni nadie tenemos derecho a condenarlo. Porque no sabemos qué pudieron hablar esa madre y ese hijo en los tiempos en los que se estaba muriendo. No sabemos si el chico congeló su semen por si los tratamientos le impedían en un futuro ser padre, cosa que ocurre con frecuencia con esas quimios tan duras que por desgracia tienen que sufrir los pacientes de cáncer.  Es muy probable que lo hiciera. Como también lo es que cuando ya sabía que iba a morir se lamentara de no haber podido tener un hijo, de no haberle dado un nieto a su madre. Cuántas conversaciones de esas no tendrían? Si con el tiempo ella ha decidido prolongar de esta manera la vida de su hijo me parece perfectamente respetable, de la misma forma que algunas mujeres han hecho eso mismo con el esperma congelado de sus maridos muertos.  Quién está en condiciones de condenar a esa madre? Yo desde luego no me atrevería jamás.

En definitiva, todo esto ha levantado polvos, lodos y arenas movedizas. Y está bien que lo haga, aunque es triste que sea una portada de revista del corazón la que consiga llevar un tema tan importante a debate. Resulta curioso que esto esté en la calle y sin embargo ningún partido político lleve en su programa nada con respecto a algo tan sensible. Que es un tema minoritario? Sí, como la transexualidad, o como las violaciones, o como la pesca del cangrejo de río. Pero hasta del tema más nimio habrá que legislar para aclarar los términos, no? Cómo es posible que haya en este país casi tres mil chiquillos nacidos por esta técnica en el extranjero y que legalmente estén en el limbo? Os acordáis de cuando la gente iba a abortar a Londres porque aquí no se podía?

Ay, cómo hemos cambiado para unas cosas y qué poco para otras! 

Si yo fuera Obregón me quedaría para siempre a vivir en Miami, me montaría un Julio Iglesias. Allí nadie cuestionará a su hija ni la señalará con el dedo, porque hay miles de niños nacidos por este método. Aquí se nos llena la boca hablando de familias alternativas, en las que hay cabida para todo. Para todo menos para esto, claro.

Somos así de guays. Nosotras parimos, nosotras decidimos... salvo si decidimos gestar para otra persona. Óvulos sí podemos donar,  y hasta nos pueden pagar por hacerlo. Pero ya lo del útero... ahí se pone el semáforo en rojo. Quieta pará hermana! Dispones de tu cuerpo hasta donde a mí me salga de la punta la p. Y esto es lo que hay.

De verdad, respeto todas las opiniones y entiendo perfectamente que haya personas que tengan reservas morales respecto a la gestación subrogada. Pero la lapidación pública hacia Obregón que estos días he visto en todas partes, redes, medios varios, etc., me parece repugnante. Y ya cuando se ponen a dar lecciones las del Ministerio de Igualdad con su moralina de saldo es que me subo por las paredes. No estaría de más recordarles que Ana también es mujer. O al menos así se autopercibe.

Hasta hace unos días Obregón era una especie de mártir nacional que cargaba con su sufrimiento de madre con un estoicismo encomiable. Hoy es la villana mayor del reino. Así somos en este país, tan pronto elevamos a alguien a los altares como le arrastramos por el barrizal y le tiramos piedras hasta en el paladar. Muy random todo. No damos pa más.