miércoles, 28 de febrero de 2018

Viejos

Últimamente me peleo un montón por el Twitter con viejos. Bueno, en realidad me peleo poco pero con muchos porque casi todos se retiran cabizbajos al cabo de un par de tuits, así los dejo de hechos polvo a los pobres.

A ver, yo entiendo perfectamente que los pensionistas salgan a la calle a protestar por lo exiguo de las subidas de sus pensiones. Es normal, quien no llora no mama y es su obligación. Además saben que son un colectivo fuerte porque todos los partidos quieren atraerse su voto. El pensionista es votante casi seguro, es un grupo poco abstencionista y por eso le hacen ojitos todos los políticos de todas las tendencias. Hacen bien en protestar, algo sacarán seguro.

Hacen bien pero a mí me cuesta empatizar con su protesta. La pura verdad es que desde la crisis los que menos poder adquisitivo han perdido han sido ellos. Si sus pensiones suben poco los sueldos de los trabajadores no te cuento. No sólo no han subido sino que a muchos se los han bajado, por no hablar de los nuevos contratos, con remuneraciones irrisorias. Que en ese contexto alguien proteste porque le suben poco y la subida no se ajusta al IPC es casi de chiste. Si no fuera porque la realidad que viven muchos trabajadores tiene poca gracia.

Es un hecho que mucha gente ha sobrevivido durante estos años de crisis gracias a la pensión de los abuelos. Eso da una idea de que hasta qué punto las cosas les han ido mucho peor a otros colectivos que a ellos.

Aunque decir esto sea muy impopular y me pueda caer algún que otro rapapolvo, a mí sinceramente me cuesta solidarizarme en estos momentos con los pensionistas cuando hay jóvenes currando mogollón de horas por salarios miserables y trabajadores padres y madres de familia que viven en riesgo de pobreza, cuando no directamente en la pobreza, a pesar de madrugar cada día y salir a la calle a ganarse el pan en trabajos de mierda. Por no hablar de los parados de toda edad y pelaje. Teniendo en cuenta además que esta generación de viejos será la única que cobre unas pensiones más o menos dignas, vamos, que han tenido una suerte increíble porque ni sus predecesores las cobraron ni las cobraremos sus descendientes.

Una de las cosas de las que más se quejan los abuelos es de que ellos han cotizado durante muchos años a la Seguridad Social para pagar las pensiones de otros y ahora poder cobrar las suyas. Me parece bien, están en su derecho. Pero a mí lo que me parece verdaderamente demoledor es que los que trabajamos hoy en día también cotizamos para pagar las pensiones de ellos, pero sin ninguna esperanza de que algún día otros paguen las nuestras. Es decir, lo hacemos porque no tenemos más remedio pero sabemos que nosotros nunca cobraremos una pensión, y mucho menos medianamente digna.

Algo, por cierto, que ningún partido político se atreve a decir, aunque todos lo saben perfectamente. Juro que el primero que lo diga abiertamente tendrá mi voto, aunque sólo sea por premiar la honestidad de la que todos los demás carecen. Si fueran capaces de reconocer un hecho que es vox populi, por más que muchos sigan queriendo engañarse, ganarían muchos puntos porque de verdad podrían ponerse a buscar soluciones reales y factibles. Pero a ver quién es el guapo que abre el pico el primero.

Todos ellos saben que de aquí a unos años, pocos, habrá 80 pensionistas por cada 20 trabajadores. Eso es en sí mismo insostenible, y lo peor es que no tiene solución ninguna. Los hijos del baby boom, cuando nos llegue la edad de jubilarnos, no podremos hacerlo, sencillamente porque no habrá pensiones para nosotros. Antes estarán los más viejos, que seguirán viviendo hasta los 90 o 100 años, y a esos no los vas a poner a trabajar para poder jubilarte tú, no? La realidad es obstinada, queríamos vivir eternamente pero también queríamos jubilarnos a los 60. Queridos, todo no puede ser, teta y sopa no caben en la boca.

Y no es cuestión de que suba la natalidad porque tampoco habrá trabajo para la gente joven. El problema no es la falta de recambio generacional porque en ese caso podríamos tirar de emigrantes. La cuestión es que no hay trabajo para todos porque la automatización en todos los sectores ha ido cargándose el mercado de trabajo. Y tampoco se solucionaría la cosa, como algunos ingenuos apuntan, subiendo los sueldos y pagando salarios dignos. Eso estaría muy bien y por supuesto es una lucha justa, pero tampoco es la panacea para el tema de las pensiones. Por muy dignos que sean los salarios y por mucho que se cotice a la SS, 20 trabajadores para 80 pensionistas dan para lo que dan. Aunque cobres 20.000 euros al mes, no existen los milagros y lo del pan y los peces pasó  una vez y ya no ha vuelto a pasar nunca más.

Hay quien apunta a impuestos por la productividad o a que las máquinas que sustituyen a trabajadores coticen. Vale, me parece genial que se busquen alternativas, pero antes de eso alguien tendrá que empezar reconociendo que no se podrán seguir pagando las pensiones con las rentas del trabajo. Que ese sistema se acabó, finito. Y quién va a ser el primero?

Ahí están todos echándose mierda unos a otros pero callados como putas sobre la verdad. Unos echándole la culpa al gobierno por haberse cargado la famosa hucha de las pensiones (como si ellos no se la hubieran cargado igual); el gobierno asegurando que con los únicos que están garantizadas las pensiones es con ellos, ya ves tú qué pena; los otros sacándose parches de debajo de las piedras, que si impuestos extra a la banca, que si luchar contra el fraude fiscal... Parches, como si la cosa se pudiera solucionar así, como si fuera cuestión de sacar unos cuantos milloncejos más, como si no se tratara de un problema estructural bastante más complicado.

Desde la demagogia insoportable de Podemos hasta las soluciones basura del PSOE pasando por el cinismo descarado de PP y Ciudadanos, nadie tiene cojones para abordar el tema de las pensiones. Y mientras los viejos protestan por su subida para este año el sistema se hunde sin remedio y todos mirando para Pamplona.

A ver, no me peleo por Twitter con los jubilados porque me parezca mal su lucha. Me peleo por su cortedad de miras, porque no se dan cuenta de que el problema es bastante más gordo que la dichosa hucha o que una subida mayor o menor. Coññññño, que van a desapareceeeeeeer! Que se acabooooooooó! Que el problema ya no es que suban o bajen, es que siga habiendo pensiones.  Es como si alguien que se está ahogando protestara porque el agua está demasiado fría.

En fin, lo dicho, el día que algún político, uno sólo, le eche huevos y diga lo que muchos ya sabemos,  tiene mi voto seguro. A estas alturas me importa una mierda que sea de izquierdas, de derechas o del coño su madre; ya sólo valoro la honestidad y la valentía. Y cada día me da más asquito la demagogia y los eslóganes vacuos.

Les den por culo a todos, la primera a mí, que no voy a cobrar pensión en la vida y que probablemente tendré que trabajar hasta que se me caiga el pellejo a pedazos. O igual tengo suerte y muero mucho antes, en mi familia no solemos llegar a viejos, mis padres no llegaron ninguno de los dos. En fin, tal y como está el patio llegar a vieja no es que me haga mucha ilusión. Y encima hasta el último día de mi vida laboral tendré que seguir cotizando para pagar las pensiones de los que llegaron antes que yo y tuvieron más suerte.  Porca miseria!

viernes, 23 de febrero de 2018

Forges

Malos tiempos para la risa. Hace poco se nos fue el gran Chiquito, el mayor fistro pecadorrrrr de la pradera que en el mundo ha sido, y ahora el enorme Forges, el de la historia forgesporánea, el del muslamen y el bocata, el de Concha y Mariano, el de las viñetas reconocibles a kilómetros.

Ambos fueron ingeniosos inventores de historias y de palabras y crearon mundos paralelos en los que nos dejaron entrar a todos con agrado y generosidad. A Chiquito es difícil homenajearlo en un blog porque sencillamente había que verlo y oirlo, pero a Forges no me quiero quedar con las ganas de dedicarle este modesto reconocimiento recogiendo algunos de sus más emblemáticos chistes. Faltan los dibujos pero queda su filosofía:

- Hija mía, no te cases nunca con un marido.

- Mariano, las 7. - Que pasen.

- De momento vamos a firmar un contrato de cinco minutos y luego ya veremos.

- Buenas, vengo a entregarme. - De qué se acusa? - De votarles.

 - La piedra es el único objeto inanimado capaz de tropezar dos veces con el mismo hombre.

- No hay duda: es tortícolis de mirar para otro lado (Gabinete médico de la Comisión Anticorrupción del PP) .

- Qué haces? - Estoy pensando. - Por dios Mariano, no hagas locuras!

- El sol: pero cómo se os ocurre hacer pagar a la gente por usarme para obtener energía gratis? - Contente Mariano, no entres en las provocaciones de los radicales.

- O nosotros o el caos! (En un mítin) - El caoooooooosssss!

- He tenido una pesadilla horrible: me perdían el equipaje los de Iberia y tenía que recuperarlo llamando al Servicio de Atención al Cliente de Telefónica. -  Dremíadelamorhermoso!

- Tienes la tele apagada. - Es que si la enciendo salen.

- Cómo saludamos? - Pues nada, decimos buenos días. - Ni pensarlo, si decimos eso nos van a acusar de manipuladores. - Cierto.

- Me voy a a la feria del libro, te vienes? - Quién juega?

- Pienso, luego estorbo.

- Dejate de "la herencia recibida"; esto se llama "gatillazo".

- Es inútil, Fernández, sal del archivador. Benidorm, agosto y tu familia te esperan.

- Nos vamos de puente, becario. Luego no digas que no te damos responsabilidades.

- Vicente, estás loco? Quítate esa medusa de la cabeza! - Sí, hombre, pa algo que es gratis en la costa!


- Señor, si existes dame una prueba. - 2 + 2 = 18. - Cielosanto, o es de letras o somos idiotas!

- Buenas, que si tienen un empleo para mí. - Claro, tenemos uno de directivo, 28 millones al año, 2 horas de jornada y Claudia Schiffer de adjunta. - Oiga, me está vacilando? - Ha empezado usted.

Bueno, podría poner docenas de chistes más pero creo que en esta selección recojo algunos de los más significativos. Así, con una sonrisa le digo adiós.

Descansa en paz, amigo. Y gracias por los buenos ratos que me has hecho pasar.





miércoles, 14 de febrero de 2018

El corazón en un puño y en el puño cuatro truños

Aviso de que este post va de mierdas de perros y de que es un poco guarro, por si alguien prefiere ahorrarse la lectura y pasar directamente a otra cosa mariposa.

Los sucesos que relato ocurrieron anoche, mientras iba paseando a Miss Bimba, mi perrilla, como de  costumbre. Normalmente aprovecho este paseo nocturno para hacer mis compras de diario pero procuro antes de entregarme al vil consumismo que la perra vaya bien meada y cagada como corresponde.

Pues bien, efectivamente a los dos minutos de estar en la calle me dirijo al sitio favorito de Miss Bimba para cagar, que son los matorrales de la avenida. También es mi sitio favorito para que ella cague porque así no tengo que recoger sus cacas, ya que al ser materia orgánica donde mejor pueden estar es en  los matorrales sirviendo de abono a la tierra... En fin, que la perra da sus cuatro vueltas pertinentes, preludio del acto defecatorio (recordaréis que el Manolo daba dos, pero claro, ella es el doble de grande así que necesitará centrifugar un poco más, digo yo) y procede al acto en sí.

Una vez satisfechas las necesidades excretatorias de mi perrita ya me quedo yo tranquila y decido hacer mis compras.  Total, que salgo de la zona de confort cagatorio y me dirijo hacia la tienda en cuestión, la vinacoteca. Estoy allí un ratito, charlo con el tendero, selecciono la mercancía y la compro, concretamente un par de vinos de mi gusto, y salgo toda feliz con la satisfacción del deber cumplido (perra meada y cagada, vinos comprados), ya para casa directamente.

En éstas que a mitad de la calle Miss Bimba da ostensibles muestras de nerviosismo y comienza a dar vueltas.

Oh, no, cielosssss, otra vez noooooooo! Aquí nooooooooo!

Pues sí, aquí. La perra da sus cuatro vueltas de rigor, se agacha en posición expulsiva y allí que suelta en mitad de la acera cuatro truños cuatro (tantos como vueltas) de considerables proporciones; increíble que de un cuerpecillo de 8 kilos pueda salir esa cantidad de mierda.

Momento pánico. Obviamente tengo que recoger los truños y tirarlos a una papelera porque donde están no los puedo dejar para que cualquier pobre incauto los pise y se lleve la mierda a su casa. Pero es que la hijaputa la perra ha cagado en el lugar estratégicamente situado más lejos de una papelera de todo el barrio.

Hago cálculos mentales puesto que me conozco todas las papeleras de la zona, y la más cercana puede estar perfectamente a unos 200 metros de donde me encuentro. La madre que parió a la puta perra! No había sitios pa cagar! Y además... si ya había cagao, coñññño! Esto ha sido a pura traición. Y encima CUATROOOOOO! Toma yaaaaaa!

Tooooootaaaaaaá! Que agarro los cuatro truños dentro de un pañuelo de papel porque paso de usar las bolsitas de plástico que se venden a tales efectos puesto que bastante plástico hay ya guarreando el mundo como para que yo añada más para recoger las mierdas de mi perra. Y agarrando con mucho asquito el klínex por las puntas a modo de paquetito con los cuatro truños dentro me debato sobre la dirección a tomar. Al final opto por ir hacia la zona más oscura porque no es plato de gusto que la pillen a una con una bolsa de exquisitos vinos en una mano y en la otra con un pañuelo lleno de mojones. Y de todas formas las papeleras están igual de lejos para un lado que para otro.

Y de esta guisa, con la nariz arrugada y la mano portadora de las cuatro cacas lo más alejada posible del cuerpo me dirijo hacia la zona más discreta pensando que es poco probable cruzarme con alguien por ese camino. Y una mierdaaaaaaaa! Otra más pa la colección. Por lo menos me crucé con 10 personas,  yo creo que por ahí no ha pasado más gente jamás en la vida a esa hora. Y para esquivar a la peña yo venga a tirar pa un lado y pa otro, plan Chiquito de la Calzada,  alargando así cada vez más el momento de soltar los ñordos, que ya se estaban petrificando en mi mano.

La puta perra más feliz que una perdiz moviendo alegremente su culito vaciado y yo haciendo el gilipollas por to el barrio con el brazo estirado, jaaaaarl no puedoooooooor, con las cuatro mierdas.

ME CAGO EN TO SU NACIÓN! JAPUTA!

domingo, 11 de febrero de 2018

Montero versus Marías

Hoy, queridos amigos, os traigo una doble lectura sobre una misma realidad. En el número de hoy de El País Semanal aparece en una página la columna de Rosa Montero y en la siguiente la de Javier Marías, ambas dedicadas al mismo tema aunque desde perspectivas muy distintas. Se trata de esta nueva corriente feminista que viene empujando con el movimiento Metoo y otras iniciativas por el estilo.

Como siempre digo, me parece un ejercicio mentalmente saludable leer opiniones variopintas sobre todos los temas, así que aquí os traigo los enlaces a sus artículos junto con un par de copipegas de cada uno para los más perezosos que no quieran molestarse en leerlos enteros. Primero va Montero y después Marías:

https://elpais.com/elpais/2018/02/02/eps/1517574544_713786.html

Un perfecto ejemplo de respuesta reaccionaria es la carta de las intelectules francesas; primero, porque está firmada por mujeres, demostrando lo que siempre digo, que el machismo es una ideología en la que se nos educa a todos y que también nosotras lo practicamos; pero, sobre todo, por su falacia al intentar confundir la agresión y la humillación con el cortejo amoroso. Seguro que hay denuncias exageradas o falsas dentro del aluvión de los últimos meses, ¡segurísimo! Los humanos somos así. Pero ya están los jueces para dirimir eso. 

Y por cierto: todo esto no es un tema de mujeres, no es algo que nos interese sólo a nosotras. La deconstrucción del sexismo cambia profundamente el modelo social y por tanto las vidas de los hombres y de las mujeres. Es una causa que nos implica a todos. Apoyemos y empujemos, para que los dos malditos pasos sean hacia delante. 


https://elpais.com/elpais/2018/02/02/eps/1517571327_169234.html

Dar crédito a las víctimas por el hecho de presentarse como tales es abrir la puerta a las venganzas, las revanchas, las calumnias, las difamaciones y los ajustes de cuentas. Las mujeres mienten tanto como los hombres, es decir, unas sí y otras no. Si se les da crédito a todas por principio, se está entregando un arma mortífera a las envidiosas, a las despechadas, a las malvadas, a las misándricas y a las que simplemente se la guardan a alguien. Podrían inventar, retorcer, distorsionar, tergiversar impunemente y con éxito.

El resultado de esta “barra libre” es que las acusaciones fundadas y verdaderas —y a fe mía que las hay a millares— serán objeto de sospecha y a lo peor caerán en saco roto, haya o no pruebas. Eso sería lo más grave y pernicioso. 


Os invito a que os toméis la molestia de leerlos para tomar vuestra propia conclusión sobre cuál de ellos os convence más, porque a mi entender lo que plantean los dos escritores son visiones bastante contrapuestas sobre este fenómeno.

Yo ya habréis adivinado que estoy mucho más con Marías. Hace muy poco escribí un post al respecto que viene a decir poco más o menos lo mismo que él. A mí lo de olvidarnos con tanta alegría de la presunción de inocencia cuando se trata de este tipo de acusaciones me preocupa tanto como a Javier. Por si alguien se perdió mi post copio también el enlace:

http://arfondoalaizquierda.blogspot.com.es/2018/01/woody-nuestro-que-estas-en-los-infiernos.html

Por el contrario a Montero la veo últimamente bastante fanatizada con este asunto, al modo de esas corrientes hiperfeministas representadas por blogueras como la inefable Barbijaputa y otras por el estilo. En definitiva, tías que tienen una visión totalmente ortodoxa del feminismo, que no admiten  matices ni tampoco la menor objeción y que o les compras el pack completo o inmediatamente te tachan de machista heteropatriarcal, que es lo más bonito que te pueden decir. Más o menos como se refiere Montero a las intelectuales francesas que ponían en tela de juicio algunos de los principios del Movimiento Metoo.

Hace unos días me decía una amiga hablando sobre estos temas que casi le da miedo opinar sobre ellos porque en seguida la gente, en cuanto le llevas mínimamente la contraria, te tacha de reaccionaria. Y efectivamente así es. Lo que pasa es que yo a estas alturas de mi vida paso por veintemil tubos de que me tachen de lo que les dé la gana. Ya estoy muy granaíta para saber bien lo que pienso y lo que soy, y de qué lado estoy en cada contencioso vital.

Y yo tengo muy claro que estoy del lado de las mujeres si de lo que se trata es de reivindicar la igualdad total de derechos y oportunidades. Que estoy por el reparto igualitario de tareas del hogar y de cuidado de hijos y dependientes. Que estoy por valorar nuestro trabajo al mismo nivel, y esto requiere empezar a educar a las propias mujeres para que no sean las primeras en tirar sus carreras por la borda en cuanto son madres y la conciliación se convierte en una cuesta arriba muy dura de sobrellevar. Y también por que ellas mismas consideren sus trabajos igual de importantes que los de sus maridos y no un mero complemento, un aporte secundario del que en un momento dado se puede prescindir y no pasa nada. Mientras todo esto no ocurra todos los pasos adelante que demos no servirán una mierda.

Pero es cierto que en el momento en el que pones en duda esta corriente, que es una especie de cajón de sastre, al más puro estilo del de la violencia de género, donde todo se mezcla y todo cabe por igual, desde la mutilación genital a que un señor se meta contigo por la calle, desde una violación a que te toquen el culo en la feria, que siempre te puedes volver y soltarle una hostia al tipo o por lo menos ponerlo a parir; y donde en todas las acusaciones sin excepción la presunción de inocencia brilla por su ausencia... pues nada, si objetas algo de todo esto ya eres una reaccionaria de tomo y lomo, una facha y una machista del copón. Otra pena pa mi coño. Yo, desde que hay independentistas catalanes que llaman facha a Serrat estoy de vuelta de todo.

En fin, hasta aquí mi opinión, que es sólo eso, una opinión, espero que tan respetable como cualquier otra. Yo os dejo ahí ambos artículos y que cada cual sopese y practique el sano  ejercicio del razonamiento. Y si luego os echáis una carrerita o un buen paseíto campestre para ejercitar el cuerpo mejor que mejor.

Mens sana in corpore sano.

miércoles, 7 de febrero de 2018

Soledad

Mucha gente le tiene un miedo atroz a la soledad. Es algo que me deja perpleja por completo, para mí es de todo punto incomprensible ese gregarismo compulsivo.

Ya lo he contado otras veces: en el tren hay gente que se sube y no se sienta hasta que no ha encontrado a alguien con quien pegar la hebra. Joder, que son cuatro minutos de viaje! Pues nada, ni ese ratillo son capaces de estar solos. Como yo soy todo lo contrario y busco la soledad con constancia y ahínco me sobrepasa esa actitud, no consigo entenderla. Cuando veo a alguien recorriendo los vagones con la parabólica puesta a la caza desesperada de compañía no puedo evitar sentir un escalofrío de terror.

Puede que mi amor a la soledad sea enfermizo, es posible. Pero para mí esto lo es muchísimo más. Esa incapacidad de quedarse a solas con uno mismo durante un período de tiempo mínimo es patológica.

También conozco gente que es incapaz de ir a desayunar sola. Antes prefiere no desayunar. No me explico la necesidad que tiene la gente de estar hablando todo el rato, incluso cuando están comiendo. Bocao a la tostada y blablablabla... Así tiene la mayoría el estómago, que ni mastican la comida en condiciones ni nada. Cómo van a masticar si no paran de rajar?

Con lo agusto que se desayuna tranquilamente leyendo la prensa o un libro, sin tener que abrir la boca más que para morder la tostada o darle un sorbo al café. Pues no.

Esas personas que se recorren tooooooooodo el tren buscando al desgraciao de turno con el que apalancarse tienen que tener un vacío vital de dimensiones mastodónticas. Cómo si no se explica ese terror a pasar el corto trayecto sin hablar con nadie?

No sé, tal vez si dedican un par de  minutos a reflexionar sobre algo entren en una profunda depresión y por eso prefieren cascar sin parar, porque mientras hablan o escuchan a otro hablar no tienen que pensar ni deprimirse.

Puede que tengan infinidad de problemas y la única manera de no darles vueltas sea entrar en esa vorágine papagallil sin fin. No dejar un resquicio para que el silencio entre en sus vidas porque podría ser terriblemente peligroso para su integridad emocional.

Mi teoría es que mucha gente busca pareja o se aguanta con una relación horrible con el único objeto de no estar solos. Porque claro, si no son capaces de aguantar ni los cuatro minutos esos hasta el trabajo o el rato del desayuno cómo van a poder soportar horas y horas en sus casas?


Luego es curioso, porque muchos cuando por fin encuentran a alguien con quien sentarse después de buscar arduamente lo que hacen es sentarse y sacar el móvil para escribirle a otra persona. Es decir, se buscan entre sí para no estar solos pero luego se comunican por el móvil como si lo estuvieran. Pero qué coño le pasa a todo el mundo?

Mi perplejidad cuando observo las absurdas costumbres de esta extraña especie no tiene fin. No salgo de mi asombro y cada día me siento más alejada de mis congéneres. Mi misantropía, tengo que reconocerlo, va en aumento. Me gustan mucho más los animales, ellos tienen a su dueño que es con quien quieren estar y el resto de la gente y los otros bichos se la traen al pairo porque ni les dan de comer ni les sacan de paseo ni nada. No necesitan relacionarse tontamente con quien no les aporta ningún beneficio.

Por eso estoy completamente convencida de que la especie humana se irá a tomar por culo tarde o temprano, dada su imbecilidad manifiesta. Unos seres que son incapaces de quedarse a solas consigo mismos dos minutos seguidos sólo pueden estar destinados a desaparecer. A poco que funcione la evolución de las especies no duramos ni medio siglo.

sábado, 3 de febrero de 2018

Puigdemoníaca perdía

Pues sí, amigos, reconozco sin rubor (bueno, con un poquillo sí, la verdad) que estoy superenganchada al culebrón puigdemoníaco.

No lo puedo remediar. Ya sé que el asunto catalán, esa pasión de catalanes que nunca he entendido muy bien, es bastante pesado y jartible. Pero desde que se ha centrado argumentalmente en la huída-exilio de Carles yo estoy encantadísima. Me gusta, me engancha, me encocora, me trajina.

Desde el primer día me encantó Puigdemont por su peinado imposible. Alguien que se peina así no puede defraudar nunca en una intriga política. Y toda la historia del President a la fuga, saliendo clandestinamente del país, refugiándose en Bruselas y paseando plañideramente su pena y su indignación por la capital belga al ritmo de mejillones y de chinchines de cerveza belga... todo eso me parecía insuperable a nivel literario.

Pero no, qué va, aún se podía superar. A las pruebas me remito. Ya el último episodio ha sido... la hostia no, la rehosssssstia.

Nada más y nada menos que... WATERLOO!!!!!!

Joder, qué otro lugar más emblemático y con más glamour podía haber elegido nuestro Puchi como refugio?

Waterloo, la ciudad en la que el mismísimo Napoleón fue derrotado para siempre. El final de un gran imperio!!

Waterloo, la canción con la que Abba, el grupo popero más grande de la historia, ganó el festival de Eurovisión!!

Ni yo misma, que soy imaginativa y peliculera a más no poder, hubiera sido capaz de inventar en la vida un final mejor para una historia tan apasionante como la puigdemoníaca.

Carles escribiendo, tal vez un pelín pasadillo de copas (ayyyyyy, los vapores etílicos y el wasap, qué mezcla más peligrosa!), a su amigo Comín frases apocalípticas como: "Esto ha terminado, todos me han traicionado, a partir de ahora me dedicaré a luchar por mi honor y por mi vida ".

Desde la mismísima Waterlooooooooo. Cielooooooos!!!!!! Quién da más?

WATERLOOOOOO, NANANANANANNANANANAAAAAAAAA
WATERLOOOOOO, NANANANANANANAAAAAAAAAAAAAA
WOWOWOWOOOOOO WATERLOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
NANANANANANAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

Qué pasada de canción, por favor! Era cuando todavía ganaban Eurovisión canciones inolvidables que pasaban a la posteridad y que eran coreadas por cientos de miles de personas.

Si yo fuera Puchi no dejaría pasar este momento para acabar por todo lo alto con esta historia de amor, odio e intriga. Ya sé que Carles es de los que gusta de estirar el guión al máximo, pero es que... por mucho que se lo curre, dudo que encuentre un final mejor. No hay lugar en el mundo más romántico y definitivo para un bello canto de cisne que Waterloo.

Por favor, Puchi, desde aquí te lo pido, como fan incondicional puigdemoníaca que soy:  pase lo que pase no salgas de Waterloo. Que el final, sea el que sea y cuando sea, te pille allí. En ese pedazo casoplón maravilloso de 600 metros cuadrados diseñado especialmente para historias inolvidables. Como la Tara de "Lo que el viento se llevó".

Hasta para morir o para triunfar hay que saber elegir el lugar y el momento. Y rendirte en Waterloo te hará pasar a la historia como un gran personaje. No es igual que terminar en Bruselas comiendo mejillones a punta pala.

Primero el gran Napoleón, luego Abba, ahora Carles... qué ciudad, madre mía! Un nombre que nació para pasar a la posteridad.

Lo siento amigos, no lo puedo remediar:

WATERLOOOOOO, NANANANANANNANANANAAAAAAAAA
WATERLOOOOOO, NANANANANANANAAAAAAAAAAAAAA
WOWOWOWOOOOOO WATERLOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
NANANANANANAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

Ay que me vuelvo to loca.

Carles, qué grande eres!

jueves, 1 de febrero de 2018

Zorroridad versus sororidad

- Yo no he estudiado porque mi novio no me dejaba.

Esta demoledora sentencia la soltó anoche así como quien no quiere la cosa una muchacha en el First Dates. Y se quedó tan fresca.

Inmediatamente en mi intrépida mente, siempre alerta, saltaron todas las alarmas.

Comooooooooorrrrrr?

Es evidente que, según se extrae de esta frase, la responsabilidad única de que esta chica no tenga formación es de su novio. Ella naturalmente no ha tenido nada que ver. No ha estudiado porque él no quería y punto.

Cada día alucino más con esa tendencia que tiene la gente a intentar eludir sus propias responsabilidades achacando a otros la culpa de sus actos o de sus no-actos.

Fijaos bien que no dice algo como :

- No he estudiado porque fui una pedazo de gilipollas y mi novio no quería y en lugar de mandarlo a la mierda y hacer lo que me diera la gana me quedé con él y le obedecí.

No, ella se ha autoeximido de toda culpa. Es la simple víctima inocente de un tío posesivo y manipulador, de una relación tóxica.

Este tipo de discurso autoexculpatorio, que normalmente despierta amplias simpatías en quien lo escucha porque lo primero que la gente piensa es "ay pobrecilla", es muy frecuente entre la gente que ha padecido eso que se ha dado en llamar "Violencia de género" aunque no tenga nada que ver con el género. No hice esto porque él no me dejaba o hice aquello porque él me obligó.

Y ya digo, la gente simpatiza muchísimo con estas coartadas que sirven para todo. Pocos aplican su espíritu crítico para preguntarse por la responsabilidad personal de la tía en el hecho de haber seguido indefinidamente con esa pareja o de no haber intentado hacer su voluntad por encima de la de él.

Recordemos que no hablamos de niños pequeños que dependen de sus padres y que están obligados a obedecerles (aunque a estas alturas muchos se pasan este deber por el forro los cojones o por la pipilla). No, estamos hablando de tías hechas y derechas que, lejos de asumir su libre albedrío para tomar decisiones, deciden ponerse en manos de otras personas que las toman por ellas, y así, si la decisión resulta tener consecuencias negativas ellas nunca serán culpables y siempre tendrán a quién señalar como responsables últimos.

Ya sé que la mayoría no estará de acuerdo conmigo pero a mí este comportamiento me resulta francamente repulsivo. Las mujeres somos personas adultas, no somos ni chiquillas ni minusválidas. Y en lugar de ir por ahí haciendo gala de ese repugnante victimismo deberíamos defender nuestro derecho a tomar decisiones, para bien y para mal, y hacernos responsables al cien por cien de cada una de ellas. Nada de echarle el muerto a las parejas o a los hijos o a esto o a lo otro.

Si esa tía no estudió es porque no le salió del coño. Porque en un momento dado prefirió no estudiar a discutir o a dejar al novio. Es decir, tomó una decisión. Probablemente ni siquiera tenía demasiado interés, porque si lo hubiera tenido ni novio ni novia, habría estudiado por encima de todo. Lo que pasa es que es muy sencillo y ya digo, despierta penilla y empatía en los demás, sobre todo en la gente sin criterio, colgarle el bacalao a otro. Y si puede ser un ex-novio malvado que la hizo sufrir mucho mucho mucho mucho... pues mejor.

Luego hablan de feminismo, de sororidad, de esto y de lo otro. Una mierda sororidad! Yo nunca voy a sentirme solidaria con este tipo de tías, nunca voy a hermanarme emocional ni socialmente con ellas. Antes me hermano con un piojo.

Por cierto, hablando de "sororidad", hoy he leído una palabra que me ha encantado y con la que me identifico mucho más: "Zorroridad". Es un grito de guerra de las putas para defender sus derechos.  Un feliz hallazgo, sin duda. Porque aunque la vida no me haya guiado por esos derroteros siempre he sentido una gran simpatía por las trabajadoras de este oficio tan antiguo y tan poco reconocido.

Amigas, más zorroridad y menos sororidad.

Y más apechugar con nuestros actos, que pa eso son nuestros. Coño ya!