- Niñooooooooos, mañana nos vamos todos al Primark a comprarnos ropa.
- Wawwwwwww, planazo!!!!! Y eso?
- Ea, porque nos hace falta, porque yo tengo un bono de regalo y porque deberíamos ir actualizando nuestro armario. Y porque una vez al año no hace daño.
- Pero mamá, podriamos ir hoy, que es el Black Friday y está todo mucho más barato.
- Paso de americanadas. Nosotros vamos a hacer algo mucho más español, el sábado sabadete.
Sábado morning, 12 de la mañana. Entramos triunfalmente en el Primark.
- Bueno, dispersémonos, que cada cual se busque la vida. Sincronicemos nuestros relojes, dentro de media hora nos vemos en la cola. No hay tiempo para probarse, nos probamos por encima de la ropa o en casa. Y solo cosas de necesidad, nada de lujerismos y caprichitos. Una dos y tres, yaaaaaaa!
Empiezo a dar vueltas como una mona, tropezándome con mogollón de gente, mirando para un lado y para otro, más mareá que una chiva en un baile y sin ver nada que me guste. Vaya mierda de ropa que hay esta temporada! Al final después de mucho tropezón, mucho pisotón y mucho "ay perdone", viendo que se me pasa la media hora y que no he consumido nada de nada, tiro de básicos: unos vaqueros (8 leuros, bendito low cost), una camiseta interior, unas medias y un sujetador) y corro para la cola, donde me encuentro con to mi patulea. Cargaditos los tres hasta las cejas; donde yo no he visto nada ellos lo han visto todo.
- Espero que todo sea de extrema necesidad. Lo que yo no vea claro lo echo para atrás en la caja.
- Vale, ma. Lo mío todo eran cosas necesarias.
- Bueno, ya veremos.
En la cola mi hija y yo nos enseñamos nuestras cosas.
- Mira, me he pillado este sujetador. Mola, eh?
- Mamá, eso es un sujetador push up. Tú no necesitas eso para nada.
- Qué es push up?
- Pos que sirve para rellenar las tetas y para levantarlas, y tus tetas son de agua y no necesitan ni más relleno ni levantarse más. Dónde te las quieres poner, por encima de la cabeza?
- Hummmmm! Pos a mí me gusta. Y las tetas nunca está de más levantarlas un poco más.
- Pero mamá, si ya las tienes casi en el pescuezo, qué coño vas a levantar más?
- Bueno, pos yo me lo llevo, y si no me gusta cómo se me queda te lo paso.
En la caja nos tiramos así como otra media hora porque la cajera no da abasto a sacar cosas. Yo más mosqueá que un pavo en Nochebuena.
- Pero qué pasa, que os habéis traído to el Primark? Mira que como sea muy caro echo la mitad patrás.
- 206, señora.
- Ah, bueno! Hasta ahí llego.
Lo bueno del low cost es que por 200 euros puedes comprar una tienda entera.
(Breve inciso político-reivindicativo: Y que nadie me venga con lo de la explotación infantil en países tercermundistas porque eso mismo lo hacen los grandes diseñadores y encima por 200 euros lo más que te venden es una laca de uñas, con muchísima suerte. Que la explotación infantil no la ha inventado el Primark, que Amancio Ortega lleva años forrándose a costa de lo mismo y su Inditex se estudia en las facultades de empresariales como la empresa más modélica del mundo. Punto y final.)
En el coche de camino a casa mi hija de repente espeta visiblemente molesta:
- Bueno, no me miréis así, joder. Que todo lo que me he comprado lo necesitaba. Quitando las botas, que las he cogido porque valían solo 10 euros, lo demás me hacía falta. Y los pijamas, en lugar de comprármelos conjuntados, que son más caros, me he cogido por un lado las camisetas y por el otro los pantalones, que sale más barato.
- Pero si nadie te está mirando.
- Sí, que he escuchao a los niños en la caja: "Hossssstia la Julia, qué pasote"
- Los niños son gilipollas, tú ni caso.
- Además, que cuando cobre te devuelvo el dinero.
- Qué coño me vas a devolver ni devolver. Yo he dicho que hoy la juerga corre a cuenta de mamá y eso vale para todos. Y además, de qué y de cuándo una familia entera se viste por 200 euros? Hay quien con eso no se compra ni unos calzoncillos. Venga ya!
Llegamos a casa y nos dispersamos ipso facto para probarnos nuestras compras. Cada uno se mete en su cuarto y vamos de uno a otro lado preguntándonos. Yo lo primero que me pruebo es mi sujetador push up. Me planto por encima una camiseta ajustada, recoloco cuidadosamente las tetas y voy a preguntarle a mi hija. La verdad es que parecen descomunales.
- Que te parece?
- Mamá, ya te lo dije. Eso es muy exagerao pa ti, que tú tienes ya bastantes tetas. A mí no me gusta.
- Bueno, voy a preguntar a los niños. Necesito un punto de vista masculino.
Voy al cuarto de los niños.
- Qué os parece?
- Estás muy guapa, mamá.
- Cómo que muy guapaaaaaaaa, imbécil? MAMÁ, TÚ ERES UNA MADREEEEEE!!!!
- Y qué pasa por que yo sea una madre?
- Que las madres no llevan esas tetas!!!!!
- Que a mí me da igual lo que a ti te parezca que tienen que llevar las madres. Yo lo que quiero saber es si se ve mu exagerao o no.
- Mamá, si fueras otra tía estaría bien. Pero es que eres una MADREEEEEE!
- Y dale con la madre de los cojones! Que si se queda mono, joeeeeer!
- Mamá, no le hagas ni caso al subnormal este, que te queda muy bien.
- No te queda bien!! Y parece que vas pidiendo guerra con tantas tetas.
- Y tú cuando vas vestío de viceverso no vas pidiendo guerra?
- Pero tú eres mi madreeeeeeeeeeeeeeeeee!
- Bueno, pos a partir de ahora voy a ser tu madre pero una madre con unas tetas impresionantes. Y punto pelota.
- Pos entonces no preguntes.
- Pos pregunto porque me da la gana. Y ya no voy contigo más al Primark!
- Pos bueno!
- Pos vale!
- Pos ya está!
- Niñato!
Ps. Esto, aunque no lo parezca, pretendía ser un alegato contra el consumismo. Pero al final creo que ha quedado otra cosa, no?