martes, 15 de diciembre de 2020

Luces

Este año me he vuelto loca. He puesto mi casa que parece una feria. Luces por aquí, luces por allá, no queda un rincón sin decorar y sin iluminar. Tal ha sido mi obsesión por el alumbrado navideño que he contagiado a toda la familia, que se ha lanzado en tropel a la caza y captura de luces de todos los colores, formas y tamaños.

No sé, no sabría explicar qué bicho me ha picado. Pero de repente cuando salgo a la calle, esa calle vacía por la noche, sin luces de bares y comercios, que da hasta miedo pasear por ella, voy dando gracias íntimamente a todos aquellos que se han molestado en poner alumbrado exterior en sus casas y contribuyen con ello a alegrar esas vías tristes y solitarias que me recuerdan que ésta no es una Navidad como cualquier otra. La falta de ambiente navideño en el barrio necesito suplirla con el del calor de los hogares.

Voy mirando las ventanas de mis vecinos buscando desesperadamente esas luces, y me hago amiga del alma de todos los que han decorado sus balcones y terrazas. Me confortan, alegran mis paseos perrunos,  esa rutina de obligado cumplimiento para los que tenemos mascotas caninas. Me siento como la cerillera del cuento, que miraba por las ventanas para sentir el calor de las chimeneas y estufas desde el frío asfalto. La ruta meatoria de mi perra está marcada por esas luces, que son como mi estrella de Oriente. Las voy siguiendo en mi paseo y la Bimba se va meando en todos los arbolitos que encontramos en nuestro recorrido. Y mientras ella va dejando su correspondiente rastro yo miro obnubilada las bombillas de colores, que se encienden y se apagan formando diferentes dibujos luminosos. Y sí, le doy gracias a quien las haya puesto, con el convencimiento de que lo ha hecho para alegrarme la vida.

Ése es el motivo por el que yo también he decorado mi casa en un estilo a medio camino entre el Corte Inglés, el Mouline Rouge y el puticlub Las Vegas. Intento contribuir a esa fiesta de color y al mismo tiempo devolver el favor. Me hace ilusión pensar que cuando otras personas pasean y ven a lo lejos las luces de mi casa es un poco como si las invitara a pasar, a sentarse en mi sofá y a tomar algo calentito. Siento que algunas se quedarán, igual que hago yo, mirando e intentando adivinar quién vive ahí, cuántos somos, qué estaremos haciendo.

En realidad mi faceta de pequeña cerillera viene de lejos; siempre me ha gustado mucho curiosear los interiores de las casas. Pero ha sido ahora, con la pandemia, cuando esa afición se ha convertido en pasión. Y es ahora, en Navidad, cuando esa pasión se ha traducido en una locura psicodélica. Quiero luces luces luces por todas partes, quiero noches rabiosas de guiños luminosos.

No termino de entender el pastizal que se han gastado muchos ayuntamientos en iluminar las calles del centro. No se trataba este año de evitar al máximo las aglomeraciones? No se trataba de no incitar a la gente a que se concentrara en los mismos sitios? A qué viene ese derroche lumínico demencial, esa invitación al desenfreno comercial? Mucho limitar los horarios y los aforos de bares y restaurantes hasta extremos insoportables para los hosteleros,  pero luego venga luces y luces para que la gente vaya a amogollonarse en tres calles del centro. Pero en manos de qué capullos estamos?

Yo, en lugar de ese gasto gilipollesco e inútil, este año habría invitado a que fueran los propios ciudadanos los que se encargaran de engalanar sus ventanas, balcones y terrazas. Que el alumbrado navideño fuera de dentro afuera por una vez. Os imagináis cada edificio iluminado por los vecinos que viven en él? Con la personalidad de cada cual, unas de colores varios, otras azules, otras blancas, unas fijas, otras intermitentes, unas con forma de árbol, otras de estrella, otras de cortina, de portal de Belén.... un decorado multiforme, multicolor, multidimensional. Toda la ciudad vestida de Navidad por sus habitantes, cada uno poniendo su granito de arena, su bombillita, su punto de luz.

Éste no ha sido un año normal para nadie; ha sido un año inolvidable (aunque muchos quisieran olvidarlo). Hemos vivido una experiencia que nunca habíamos imaginado. Me parece una locura que en un año así haya quien quiera que todo se haga igual que siempre. Y del mismo modo que durante el confinamiento convertimos nuestros balcones en lugares de encuentro, que bailábamos y cantábamos en ellos, y aplaudíamos cada tarde a los sanitarios, ahora, en Navidad, deberíamos hacer que todo el protagonismo volviera a ellos.

Lástima que no se le haya ocurrido esta idea a ninguno de nuestros próceres. Triste que se me haya ocurrido a mí, que tengo el mismo ámbito de influencia que una pulga. Pero no sería lo más lógico? Incluso lo más bonito? Que por una vez recayera sobre nosotros ese esfuerzo por alegrarnos la vida mutuamente? No os gustaría pasear por vuestro barrio y ver unas luces que, para variar, no tuvieran el propósito de animarnos al consumo y al jolgorio, sino al recogimiento y a buscar el calor de hogar?

No sé, puede que yo sea muy friki (bueno, vale, lo soy), pero creo que este año era lo que pegaba. Es lo que pega. Pega que nos animemos a nosotros mismos y que nos comuniquemos a través de nuestro alumbrado hogareño. Que chillemos, lloremos o cantemos mediante nuestros juegos de luces.

Venga, no os cortéis! En Internet encontraréis todo tipo de artilugios que se encienden y se apagan. Con baterías, con energía solar, con enchufes. Resistentes a la lluvia, a la nieve, a huracanes, tsunamis y pandemias. Por favor, llenad las calles de luz. Entregaos al frikismo navideño. Sin pudor, a saco. La ciudad es vuestra.

miércoles, 25 de noviembre de 2020

Mi madre

Pienso mucho en mi madre últimamente. No en vano estoy a un año de cumplir la edad en la que ella murió.

Cuesta pensar en superar la edad a la que murió tu madre. Ella permanece ahí intacta en el tiempo, sin envejecer, mientras que yo, si consigo sobrevivir, me iré haciendo mayor, mucho mayor que ella, al punto de que la madre muerta será siempre más joven que la hija. Son esas cosas extrañas que tiene la vida. 

Pienso en qué pensaría de mí, de mi vida, de cómo he hecho las cosas, de la persona en la que me he convertido. Creo que le gustaría. Creo que se sentiría orgullosa. De mí, de mi hermana, de sus nietos, de nuestros logros, de las familias que hemos creado.

Creo que le gustaría mi casa. Le encantaría el sitio, fijo. Otra cosa ya sería la cuestión decorativa. Ahí... ufffffff! Estoy segura de que me daría la vara todo el tiempo para que pusiera las cosas a su gusto. Que mi estilo un tanto naif, despreocupado, poco elegante, no le gustaría nada. Se horrorizaría de la falta de cortinas, de que no haya pintado la casa desde que me mudé hace 15 años, de los pañuelos que tengo colgados por todas partes para tapar desconchones y desaguisados varios, de mi escaso interés por rodearme de objetos bonitos, de mi clara preferencia por la utilidad y la comodidad... No me cabe la menor duda de que ahí chocaríamos seguro. 

Pero también creo que envidiaría mi vida. Mi libertad, los tiempos en los que he tenido la suerte de nacer.  En los suyos si te equivocabas era muy difícil rectificar. Si te casabas y no te iba bien estabas jodida. Si te quedabas embarazada y no querías estabas igualmente jodida. Si alguno de tus hijos no era "normal" estabas destinada a sufrir y a llorar lágrimas de sangre por él. Estoy segura de que le hubieran encantado estos tiempos en los que vivir de forma diferente es posible y la diversidad en todos los aspectos es hasta celebrada, aplaudida y fomentada. Saber que su hijo hoy hubiera sido considerado alguien normal, que hubiera podido casarse, formar una familia, vivir sin tener que ocultarse... sé que le habría reconfortado.

No le hubiera gustado en cambio que mi medio de transporte sea la bici, seguro que eso la tendría en un sinvivir. Tampoco le gustaría mi perra. A mi madre no le gustaban los animales, jamás quiso que tuviéramos mascotas en casa. Y le daba muchísimo asco que la gente tocara a sus perros y luego comiera tranquilamente sin lavarse las manos frenéticamente. Ya ni hablemos de dormir con ellos, de dejar que se suban al sofá, de darles besitos. Se moriría si me viera abrazar a mi perra y dormir la siesta con ella pegada. Le daría un síncope. Estaría todo el tiempo advirtiéndome de la cantidad de enfermedades que transmiten los animales. Me apuesto la cabeza.

Si hay algo de lo que sí me alegro enormemente es de que no haya podido ver enfermar y morir a una de sus nietas. Eso habría sido letal para ella. Bastante le costó superar la muerte de su propio hijo, pero ya lo de Helena la habría matado.

De todas formas cuando mi madre llegó a mi edad ya estaba bastante tocada. Apenas veía, estaba prácticamente ciega por su degeneración macular. Las sucesivas quimios la habían dejado muy deteriorada, no le quedaba un órgano sano. Estaba jubilada por enfermedad, y creo que su único disfrute era ver a sus nietas crecer. 

En fin, son reflexiones que me hago. No puedo evitar pensar en ese momento cercano del que hablaba al principio, en el que llegaré a su edad. Yo tampoco pensé nunca que llegaría. Teniendo en cuenta que desde que tuve cáncer a los 35 años siempre he creído que vivo de prestado, como que todo este tiempo es una prórroga del partido. Soy la primera sorprendida de haber llegado hasta aquí. Ya si consigo superar la edad de mi madre me parecerá una auténtica hazaña.

Bueno, no os doy más la chapa. En definitiva es eso, que me acuerdo de mi madre.

LOMLOE nainonainonainona

Menudo follón con la LOMLOE, eh? Que no tenéis ni idea de lo que hablo? Bueno, es que igual la conocéis mejor por Ley Celaà. Ahora sí, no?

Para empezar el nombrecito de marras.

Ley Orgánica de Modificación de la LOE. Me parto y me troncho. Os imagináis cuando éstos se vayan y vengan los siguientes y modifiquen ésta también y la llamen LOMLOMLOE? Y luego cuando vuelvan éstos hagan la subsiguiente LOMLOMLOMLOE? O mejor, la LOM3LOE. O mejor aún, la Lole Tercera.

En fin, qué puedo decir sobre las leyes educativas que no se haya dicho ya? Que esto es un cachondeo, que duren una media de 5 años, que así nos va, que con razón nuestros niños están a la cola-que-está-sola en todos los parámetros internacionales, que menuda panda de inútiles, incapaces de consensuar una ley que dure por lo menos 3 legislaturas seguidas... Podría empezar a rajar y no parar.

Podría empezar por decir que esto es un puto bucle. Este país es tan cutre que en lugar de discutir de programas de estudios, de métodos de enseñanza, de formación de docentes y de todas las cosas que realmente determinan la calidad del sistema educativo siempre estamos a vueltas con la religión de los cojones.  Bueno, y con el castellano, el otro conflicto endémico. Los grandes problemas de la educación en España, manda huevos. Qué pereza!

Hasta cuándo vamos a tener que estar bregando con estos despropósitos? 

A estas alturas debería quedar claro que la escuela es un lugar al que los niños van a ser instruidos en conocimientos varios; no a ser adoctrinados en ideologías o creencias. Eso es labor de los padres. La religión no es conocimiento; la religión es creencia, es dogma, es doctrina. Señores, por qué no les enseñan a sus hijos esas cosas en casa y dejan la escuela para lo que es, para formarse en las materias del conocimiento humano?

Si lo que se estudiara fuera una Historia de las Religiones podría tener un sentido. Pero no, es pura y dura doctrina católica. Eso no debería ser nunca objeto de estudio en una escuela abierta, porque en ella es inadmisible enseñar como ciertos dogmas que para otros alumnos no creyentes o creyentes de otra religión son ajenos. 

Necesitamos colegios islámicos, budistas, o de Testigos de Jehovah? No, verdad? Entonces por qué tenemos cientos de colegios católicos? Por qué todo lo relativo a la religión los niños no lo aprenden en sus casas? O en las parroquias, o en las mezquitas, o en la sinagoga, o en los lugares habilitados para ello? Tiene que ser en la escuela, que es un sitio para todos?

Por eso no me gustan las escuelas concertadas, porque un 95% son escuelas religiosas que se dedican a adoctrinar. No me importa que salgan más baratas al Estado ni que sean las favoritas de muchos padres. Yo creo que hay que luchar por la excelencia de la escuela pública. Como ocurre en algunos países escandinavos, en los que el nivel es tan alto que apenas nadie lleva a sus hijos a escuelas privadas. La escuela pública tiene que garantizar esa asepsia ideológica, que por cierto, hoy en día tampoco está garantizada en absoluto. Aquí todo el mundo quiere meter mano en las mentes inocentes de nuestros niños. Y ahí tengo que darles la razón en parte a muchos padres de la concertada que desconfían del adoctrinamiento ideológico de los programas de estudios en la enseñanza pública.

Si no deseamos adoctrinamientos religiosos tampoco debemos admitir ninguno de tipo político. Nadie debe decir a los niños qué pensar sobre las cosas. Los únicos valores humanos que la escuela tiene que enseñar son los consensuados en la sociedad. O sea, los derechos y deberes que existen en un país democrático como el nuestro, los recogidos en la Constitución que están obligados a conocer y respetar. Todo lo demás sobra. Por eso en la elaboración de los programas de estudios tiene que haber un acuerdo social amplio, y si en algún punto no lo hay mejor omitir ese aspecto concreto que no imponerlo por la fuerza.

Por poner un suponer: los valores del feminismo que proclaman la igualdad de hombres y mujeres están recogidos en nuestra Constitución y por supuesto deben estar incluidos en los programas. Ahora bien, otros asuntos complejos y polémicos como los temas de género, la ideología queer, la gestación subrogada, la eutanasia, el aborto, etc.... eso, por favor, dejemos que sean las familias las que se encarguen de darles respuestas. Que yo sea partidaria del aborto o la eutanasia no quiere decir que tengan que serlo todas las personas, independientemente de lo que digan las leyes, así que dejemos esas cuestiones fuera de la escuela. En todo caso, se pueden plantear seminarios fuera de las horas lectivas a los que los padres podrían o no apuntar a sus hijos, de forma totalmente voluntaria. Pero nunca intentar imponer un criterio contrario a las familias.

Ésa es la escuela en la que yo creo. Libre y de calidad, ajena a ideologías de todo pelaje, en la que nadie imponga a nadie sus creencias, sus dogmas de fe, su ideología política. Una escuela a la que pueda asistir por igual un niño de padres ateos, católicos, judíos, musulmanes o budistas, sin sentirse aislado o juzgado o cuestionado porque nadie va a discutirle los valores de su familia. Una escuela en la que da igual que seas votante de Podemos, del PP o de Vox, que tu lengua materna sea el castellano, el catalán o el vasco, que te vas a sentir igualmente cómodo en ella. Que los niños van a aprender y a formarse para ser personas preparadas, capaces de vivir en sociedad respetando a todo el mundo, con los conocimientos precisos para pasar a la Universidad o a algún ciclo de Formación Profesional, y punto.

Bueno, pues al parecer esto es un imposible en este país. Entre los curas y las monjas que llevan siglos viviendo del chollo de la concertada y antes muertos que perder esos privilegios, y entre nacionalistas e indepes y sus neuras con el castellano, de este bucle no salimos en la vida. 

Éste es el cuento de nunca acabar nonainonainonainona.

miércoles, 28 de octubre de 2020

Mí no comprender

Llevo unos días discutiendo en Twitter, como de costumbre, a cuenta de una noticia aparecida en los medios que no ha llamado mucho la atención, supongo que ahogada por la catarata de novedades diarias sobre la pandemia que todo lo llena y todo lo absorbe. La noticia en cuestión iba sobre una profesora de Religión (Católica, por supuesto) que había sido expulsada de su puesto por haberse casado con otra señora.

Como no podía ser menos, guerrilla tuitera entre fans del obispo que la ha echado y partidarios a muerte de la profesora. Lo de siempre, unos defendiendo los sagrados principios de la fe católica y otros despotricando de la cúpula eclesial. Al más puro estilo Twitter, matices cero patatero.

Y mira tú por dónde, siendo yo atea y anticlerical hasta la médula, esta vez me ha tocado ponerme de parte episcopaliana, que manda huevos.

Vamos a ver. Partiendo de la base de que yo siempre he sido contraria a la clase de Religión en la escuela, porque me parece una aberración adoctrinar a los niños en los centros educativos ni en religiones ni en ideologías ni en nada, dado que de momento mi sueño de una escuela totalmente laica alejada de dioses y supersticiones magufas no se ha hecho realidad, me parece completamente lógico que si hay que dar clase de Religión la dé gente que comparta los valores y principios éticos y vitales de la confesión a la que representa.

Vamos, que si la Iglesia Católica es contraria al matrimonio homosexual, al divorcio, a la gestación subrogada o al aborto, por poner algunas de las miles de cosas a las que se opone, me parece complemente normal que no admita entre los docentes de su causa a personas que defiendan e incluso practiquen activamente cualquiera de esas cosas para ellos prohibidas. 

Y esto es tan de perogrullo que los profesores de Religión no pasan por una oposición, como el resto del profesorado de la enseñanza pública, sino que son elegidos a dedo directamente por el obispo correspondiente. Pos qué quieres, criatura? Que te cagues en los principios sagrados del obispo y te mantenga en el puesto?

Y llega una listilla y me dice: pos deberían informarse mejor los obispos porque su jefe ha dejado bien clara la nueva postura de la iglesia sobre la homosexualidad y blablablabla...

Pero alma de cántaro, qué nueva postura ni qué ocho cuartos? El Papa lo que ha dicho hace unos días es poco más o menos lo que viene diciendo el PP desde que se empezó a hablar por estos lares del matrimonio homosexual, hace más de una década. A saber, que los homosexuales son "personas humanas", sí, y que las criaturas tienen derecho a respirar y a vivir, incluso a juntarse en uniones civiles, pero que lo que viene siendo el matrimonio, es y seguirá siendo per secula seculorum cuando se casan un señor y una señora cada uno con sus cosas correspondientes entre las piernas.

El Papa en ningún momento ha dado el beneplácito a la celebración de matrimonios homosexuales, y por tanto ni él ni ninguno de sus obispos puede ver con buenos ojos que esta señora que se ha casado con otra señora vaya por ahí propagando la palabra de Dios, que ellos consideran que dice bien alto y bien claro que eso no es matrimonio ni es nada que se le pueda parecer.

Hay que ser un poquito coherente. Se puede o no estar de acuerdo con los preceptos de la Iglesia Católica pero si no lo estás... qué coño haces enseñando esos preceptos en un colegio?? Y por qué se indigna la gente de que te echen de un trabajo en el que te han puesto a dedo, y por tanto, el mismo que te ha puesto tiene todo el derecho a quitarte de ahí y poner a otro? Por qué esa señora no coge y se presenta a unas oposiciones en las que se tenga en cuenta sus conocimientos y sus méritos y así no podrán echarla nunca por no estar de acuerdo con unas teorías o con otras?

En fin, ya sabéis, me meto en todos los fregaos, pero es que no termino de entender cómo razona la gente y la manera en que las personas se apuntan a un bando y ya de ahí no se mueven ni aunque les pongan un cohete en el culo. Joder, que yo soy atea, pero vamos, que no sé qué coño hace una lesbiana dando clases de religión. Más aún, es que no sé ni cómo pueden existir lesbianas católicas. Cómo puede pertenecer la gente a un credo que le considera una especie de aberración de la naturaleza??

Ésta es una de esas cosas que hace que tenga muy poca fe en el futuro de la humanidad. Somos una especie realmente absurda, por no decir completamente idiota.

Qué coño! Somos una especie completamente idiota.

lunes, 19 de octubre de 2020

Tatuaje

Mi hija se ha hecho un tatu. Es un columpio colgado del signo infinito, y en él hay dos muchachas de espaldas, una agarrando a la otra por la cintura. Las muchachas representan a su prima Helena y a ella. Era un proyecto que tenían las dos. Hablaban mucho de él los días anteriores a su muerte, a Helena le hacía mucha ilusión. Ahora Julia ha hecho realidad ese deseo, y a mí me ha inspirado este post. 

Vamos a hablar de tatuajes. Sé que hay gente que no les ve sentido.  Conste que yo, cuando se hacen por mera estética, tampoco entiendo muy bien dónde está la gracia. Vamos, que no soy una forofa incondicional del tatu como objeto decorativo. Tengo sólo dos, y ambos tienen todo el sentido del mundo para mí. Llevo en la espalda, a modo de cadena, los nombres de mis hijos. No hace falta que diga lo que eso significa. Los llevo grabados en la piel como los llevo grabados en la vida. Simplemente.

Mi otro tatu es el de Helena. Ya conté el año pasado por qué me lo había hecho. Tenía una necesidad imperiosa de grabarme su nombre, y de que ella lo viera antes de morir. Lo conseguí por chiripa. Se fue dos días después, pero al menos me dio tiempo a enseñárselo, y de alguna manera eso me reconfortó después de su marcha. 

Los que no somos creyentes y no tenemos el consuelo de un más allá en el que todos nos reencontraremos felices y comeremos perdices sabemos que las personas perduran mientras perduren en nosotros. Puede que mueran, pero ninguna muerte es definitiva mientras las recordemos y las mantengamos presentes en nuestro día a día, en nuestros pensamientos, en nuestras vidas.

Helena vive en mí de muchas maneras pero una de ellas es ese tatu. No sólo lo veo cada día y le dedico mi pensamiento; es que también lo ven los demás. Y la gente que no sabe quién es me pregunta, y entonces yo hablo de ella, la devuelvo a la vida durante un rato. Es una resucitación temporal, es el modo de vivir que tienen los muertos. El tatu de Helena es un recuerdo suyo en mi piel, y a la vez un homenaje. Me acompañará siempre y morirá solo cuando yo muera.

Mi hija también ha decidido grabársela y así ha hecho realidad ese sueño que las dos compartían. Helena ya vive también en su piel. Y siempre estará ahí. Ella también le devolverá la vida cada vez que le cuente a alguien el significado de esas dos muchachas que se abrazan en el columpio. 

Helena no puede ya ver ese tatu, pero cuánto le hubiera gustado!

Mi preciosa Helena, por siempre y para siempre vives en nosotras. 

jueves, 3 de septiembre de 2020

Negacionistas

Ultimamente se ha puesto de moda hablar sobre el negacionismo del Covid-19. 

Lo hacen en todos los medios. Tele, radio, prensa escrita, digitales.... Sacan vídeos de Miguel Bosé a todas horas y hablan de él como del gurú del negacionismo. Hay secciones en los distintos programas dedicados a los "irresponsables", con presentadores que con cara de absoluta indignación presentan reportajes en los que cientos y cientos de personas se pasean sin mascarilla por todas partes. 

Curiosamente ninguno de estos presentadores ni tertulianos que luego comentan esos vídeos lleva mascarilla en los platós. Pero de momento obviemos esta paradoja. 

En todos esos medios se habla del negacionismo como de una teoría conspiranoica en la que se recogen desde los que niegan que exista el virus del Covid-19 (a ver, que éstos serían los auténticos negacionistas propiamente dichos) a los que venden crecepelo o lejía para curar el virus que los otros decían que no existe. Pasando por:

1.  Los que creen que el virus es un producto importado de laboratorios chinos.

2. Los antivacunas que creen que nos van a utilizar para probar un nuevo producto farmacéutico.

3. Los partidarios de medicinas alternativas que reniegan de la industria farmacéutica en general.

4. Los que piensan que Bill Gates nos quiere controlar a todos con el 5G, algunos de los cuales enlazan con los antivacunas que opinan que con la posible vacuna se nos inocularía un chip para tenernos controlados tutiplén. (Éste es el tipo Bosé) 

5. La ultraderecha, que aprovecharía esta corriente para hacer una campaña antisistema. Plan "todos os mienten, todos intentan controlaros, pero aquí estamos nosotros para salvaros".

6. Por último estarían los que ponen en duda cualquier medida oficial que ponga en funcionamiento cualquier administración.

Entre estos últimos hay también muchas variedades. 

1. Los que ponen en duda el uso obligatorio de la mascarilla en espacios abiertos y poco transitados (desde aquí advierto de que pertenezco a este colectivo).

2. Los que, aunque crean en el uso de mascarillas como medida preventiva, no ven claro que los niños tengan que usarla durante más de 6 horas en clase (también pertenezco a este colectivo, para mí esto clama al cielo).

3. Los que discuten los horarios de apertura de locales de hostelería, o los aforos, o cualquier otra medida no suficientemente razonada sobre el tema. (Me apunto también).

4. Los que no entienden en general por qué somos el país con las medidas restrictivas más duras de todo nuestro entorno y en cambio somos los campeones de la Champions Covid League. (Aquí no podía faltar yo tampoco).

Curiosamente, cuando se habla de negacionismo, se sacan constantemente vídeos de Bosé un tanto desquiciado y con la voz horriblemente chamuscada, o de cualquier otro personaje igualmente más pallá que pacá. Pero casi siempre para ilustrar alguna noticia sobre el grupo de los que ponen/ponemos en duda alguna medida oficial. Vamos, de los que no terminamos de ver clara la arbitrariedad de muchas medidas que nos parecen absurdas, inexplicables, contradictorias o directamente improvisadas a golpe de telediario.

Trabajo en una biblioteca en la que de momento no hay usuarios. Nos obligan a usar mascarilla aunque mantengas la distancia de seguridad máxima con tus compañeros  y tengas las ventanas de par en par abiertas todo el tiempo. En cambio todos los días en platós de televisión vemos a cuatro, seis, ocho, diez personas en espacios totalmente cerrados con el aire acondicionado a toda pastilla y sin mascarilla. Nadie se ha cuestionado esto?? Soy yo la única que lo he visto??

Mis compañeros casi en su totalidad respetan a rajatabla la normativa sin el menor ejercicio de crítica, sin cuestionarla, con absoluta docilidad y resignación. Que tienen que trabajar durante horas con la mascarilla puesta sin clientela ninguna y manteniendo intachablemente la distancia de seguridad entre ellos?? Pues lo hacen y punto.  

Creo que ni se plantean que somos el único país que ha tomado medidas tan brutales. Creo que han asimilado el mensaje de que si te rebelas a algunas de ellas, las más absurdas y arbitrarias, eres un negacionista. O sea, lo peor de lo peor.

Este puto virus ha hecho mucho más daño del que aparentemente ha hecho. Ha convertido a la mayoría de la sociedad en un rebaño dispuesto a admitir cualquier cosa, cualquier restricción, cualquier reducción de su libertad.... a convertirla en algo admisible y hasta deseable. Mira, cuidan de nosotros. 

La puta pandemia es la coartada perfecta para convertirnos en robots capaces de obedecer ciegamente cualquier orden. No te puedes negar a nada, porque entonces pasas a formar parte del selecto club de.... LOS NEGACIONISTAS.

Y ya eres como Miguel Bosé, el chalado.

O como ese friki que vende crecepelo para el virus.

O como Abascal, que nunca ha dicho el hombre que sea negacionista, pero da igual. Eres tan ultra como él.

O como Trump, que cree que esto es un invento de los chinos.

Da igual, niega la utilidad o la practicidad de alguna de las medidas que tome tu Gobierno o tu Comunidad o tu Ayuntamiento o tu empresa.... Y bienvenido al club de LOS NEGACIONISTAS.

Y es lo que hay, guys.

Es que todo esto da mucha pena. Esta docilidad,  esta indolencia, esta obedicencia ciega, este acriticismo.... Ésta es la peor pandemia.

Uffffff, me voy a vomitar. 

domingo, 23 de agosto de 2020

Y con los niños qué hacemos?

Llevo varias horas discutiendo por Twitter sobre el asunto de la incorporación de los niños a la escuela.  Se acerca la apertura del curso escolar y todavía a estas alturas anda toda la comunidad educativa, padres, niños, profesores, responsables de comedores escolares, etc., sin tener ni puta idea de qué va a ser de ellos.

La Ministra de Educación, con su diligencia habitual, ha convocado para este jueves una reunión con las Comunidades, a 4 días de la apertura del curso. Para qué correr? Qué prisas tenemos? Cada Autonomía se ha ido buscando la vida a su manera, unas dicen que las clases serán presenciales, otras que semipresenciales, otras que imposible, otras que no saben, que a ver qué pasa. Al final nadie tiene ni idea de lo que va a hacer, ni de lo que va a pasar, la planificación ha sido nula, todo son improvisaciones, ideas locas a salto de mata, ocurrencias de todo pelaje... en fin, resumiendo.... España. 

Por su parte hay padres que se niegan rotundamente a mandar a sus hijos a la escuela si no se les puede garantizar seguridad total. Que obviamente nadie se la puede garantizar. Otros padres plantean que para ellos la virtualidad o la semipresencialidad es imposible porque tienen que trabajar. O porque tienen varios hijos y no tienen ordenadores para cada uno. 

Yo he hecho una propuesta tuitera que traslado aquí, junto con las respuestas que he obtenido, sólo por abrir el debate y que cada cual opine lo que quiera. Copipego tuits tal cual:

MI PROPUESTA

Se podría dar a elegir a los padres si prefieren clases presenciales o virtuales. Claro, esto último si tienen posibilidades tecnológicas y al menos algún adulto en casa que se responsabilice. Si los padres de unos colegios optan por las clases virtuales y esas aulas quedan libres podrían redistribuirse los alumnos de otras escuelas en las que se opte mayoritariamente por la presencialidad. Es una forma de solucionar el problema de ratio.

NOMAH

Creo que estamos muchos de acuerdo en ello. Facilitar la distancia social y darle a todos las herramientas para su estudio. Pero en su discurso hay una carga ideológica y una contradicción. Deja que se la jueguen unos y da privilegios a otros

YO

No sé a qué discurso te refieres. Yo veo que las circunstancias de las familias son diferentes y que hay algunas que pueden afrontar las dificultades que supone no llevar a los niños a clase. Por desgracia pocas. Pero eso permitiría redistribuir a los niños con la ratio adecuada.

NOMAH

Estamos de acuerdo, pero seguimos diferenciando las clases sociales y no dándole facilidades a todos los niños por igual. Telefónica podría dotar de internet, las empresas que dan tablets y movíles a los políticos y renuevan cada año, podría dotar a tales familias.

YO

No sólo hablamos de cuestiones tecnológicas. Hablamos de posibilidades de conciliación, de padres que no puedan teletrabajar porque sus trabajos no lo permiten (sanitarios, logística, etc.), familias numerosas.... Cada familia es un mundo.

JARRY

No tienes hijos,verdad? Ya elegimos. A ver si te crees que porque tengo una tablet voy a sustituir la sociabilidad del colegio o el consejo de un profesor. Eso sí pagando el concertado,no? Pura lógica.

YO

Bueno, tú has elegido presencialidad pero hay padres que no quieren ni oír hablar de ello. Deberían tener esa opción. Nadie puede obligarles a llevar a sus hijos al colegio si tienen miedo.

PILAR

Y qué se contagien los pobres!!

YO

Por qué?? Si se consigue una ratio de 10 o 14 niños por aula esos niños no van a contagiarse. Hay espacio de sobra para ellos, y sin mascarilla incluso. Así se soluciona el problema y sin gastos públicos adicionales ni gastos para las familias.

PILAR

Será mucho más fácil que se contagien esos q los q están en casa.

YO

El riesgo 0 no existe para nadie. Los niños que están en casa también irán al parque a jugar y se relacionarán con otros niños. Pero la cuestión es que se reduciría ostensiblemente el riesgo de todos. Y se trata de eso, no?

OSCAR

La enseñanza online no tiene nada que ver con la presencial. Ni siquiera los profesores están preparados ni con material ni con aptitudes para hacerlo.

YO

Cuando hablo de enseñanza online hablo de asistir virtualmente a la clase presencial del profesor. Es decir, éste haría lo mismo de siempre. Sólo que una parte del alumnado asistiría a la clase desde su casa

ELIVAR

Pues si sólo van unos pocos, para que ponerlos en riesgo, todo semipresencial.

M.F.

Creo que se supone que los alumnos con más recursos tienen, cómo decirlo, más recursos, así que su formación no estaría tan afectada como la de una familia con un ordenador para 4, por ejemplo.

YO

Exacto. O las familias que de ninguna manera los padres puedan teletrabajar por su tipo de trabajo. Para esos es imposible plantearse la virtualidad.


Bueno, pues hasta aquí la discusión. He obviado los tuits insultantes o pretendidamente ofensivos. La polémica está ahí y yo os la dejo para que penséis sobre ello y lleguéis a vuestras propias conclusiones.

Y si alguien quiere participar y dar su opinión aquí, bienvenida sea.

jueves, 13 de agosto de 2020

Historia Real

Leyendo historias por ahí me encuentro en eldiario.es con un relato ficticio bastante gracioso de un tipo que se llama José A. Pérez Ledo sobre un hipotético final de la monarquía borbónica allá por el año 2040. 

Cuelgo el enlace por si alguien tiene interés en leerlo:

https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/monarquia-espanola-2040-humor-ficcion-satira_129_6159232.html#click=https://t.co/hu1gBkLCQV

Después de echarme unas risas con el amigo Ledo, dándole vueltas al asunto y pensando que veinte años es demasiado para una persona como yo, que procede de familia poco longeva, como ya sabéis que mi imaginación da para mucho, he decidido acortar los plazos y proponer un final feliz mucho más cercano. Pongamos que podría ser... para dentro de 4 años??

Os pongo en situación. Año 2024. La infanta Sofía, hermana de la heredera al trono, da el bombazo. Hace años que lo sabe, aunque ha mantenido en silencio su tortura psicológica para no perjudicar a su hermana y por ende a la Institución Monárquica, pero ya no puede más y decide salir del armario. Confiesa en Instagram que es un hombre encerrado en el cuerpo de una mujer y que va a empezar un tratamiento de reasignación de sexo para sentirse por fin en paz y conforme a su naturaleza masculina. 

Tremendo problema institucional, puesto que la Constitución recoge muy claramente que en la sucesión a la Corona prima el varón sobre la mujer, y por otra parte en las leyes sobre transexualidad también se explicita que en una reasignación de género la persona pasa automáticamente a tener legalmente la nueva identidad elegida. Por tanto, el heredero a la Corona ahora tendría que ser el príncipe Sofío en detrimento de la hasta ahora heredera, la infanta Leonor. Además debería traspasarle el título que por tradición le corresponde al heredero, que volvería a ser Príncipe de Asturias en lugar de Princesa. Para más inri la niña, ahora niño, cuelga una foto en Instagram presentando a su pareja, que no es otra que Jorge Javier Vázquez. Cágate lorito.

Os podéis imaginar la que se lía. El Gobierno to loco, la Casa Real al borde de un ataque de nervios. Para evitar el desastre hay que cambiar a toda prisa la Constitución, algo que no se habían atrevido a hacer hasta ahora para no abrir el melón monárquico. Con las hordas republicanas tocando el tamtam y salivando cual perrito de Pavlov, con los monárquicos de toda la vida echándose las manos a la cabeza de pensar en un transexual como rey y en Jorge Javier como rey consorte.... los de Podemos, ERC, PNV y Bildu diciendo que si se va a cambiar el capítulo de la Corona ya de paso quieren referéndum sobre la Monarquía y sobre la independencia de Cataluña y el País Vasco, que qué coño es eso de cambiar lo que a los poderosos les sale de los cojones cuando les interesa y no tocar lo demás.

Total, que el rey Felipe, harto de coles, entre los disgustos que le ha dado el crápula de su padre toda la vida, luego haber tenido que aguantar las jetas de Letizia los últimos 20 años, y ahora la niña, que le sale niño y encima se echa el novio que se echa.... viendo venir que al final sus propios súbditos lo lanzan a gorrazos y va a tener que salir por pies al estilo de sus antepasados Borbones, llevándose lo puesto y con la dignidad real por los subsuelos, en un alarde de sensatez sólo imaginable en alguien tan estupendamente preparado como él, decide libremente pactar la derogación de la Monarquía y la proclamación de la República, siempre y cuando le dejen un par de palacios o cuatro, el yate real, una pensión vitalicia millonaria, el tratamiento también vitalicio de Majestad y la posibilidad de divorciarse de Letizia y marcarse un enriqueponce con una amiga de su hija Leonor de la que está profundamente enamorado.

Y así será, queridos amigos, como el país vivirá dentro de 4 años otra transición aún más modélica que la anterior, totalmente pacífica e incruenta, que nos traerá por lo menos otros 40 años de felicidad y prosperidad en el seno de una hermosa República Democrática Española.

The end. 

miércoles, 12 de agosto de 2020

Mi República

 Se me están yendo los seguidores de Twitter a puñaos.

En todos estos meses criticando tutiplén a Pedro Sánchez y al Gobierno por la gestión de la pandemia me había hecho con un lindo ramillete en flor de seguidores de Vox que ya sabía yo que no me iban a durar mucho.

Efectivamente, ha sido empezar todo este follón del Emérito y ponerme yo a despotricar de la Monarquía y a defender la noble causa republicana, y salir ellos huyendo, renegando horrorizados de mi amistad virtual.

En fin, era de prever. Ahora se me están apuntado un montón de podemitas y de socialistas republicanos, que me regalan entusiastas likes y me retuitean con fervor. Ellos también volarán en el momento en el que escriba alguna crítica a Sánchez, a Iglesias, al profesor Don Simón o a cualquiera de sus muchos fetiches. Es mi sino. Tal como me llegan se me van. 

Yo, como republicana convencida y apasionada, lamento profundamente que mi causa haya sido monopolizada por las locas del coño de Podemos. Bien es verdad que no es por su culpa, sino por la de otros partidos que, teniendo raíces republicanas, con el tiempo han ido renunciando a ellas y dejándonos huérfanos a los que no nos identificamos para nada con el club Iglesias-Montero pero seguimos creyendo en una forma de estado que no se rija por las reglas obsoletas y anacrónicas de la sangre azul.

Que a estas alturas aún quede una institución que se herede de padres a hijos por vía sanguínea y que esto lo veamos con normalidad me produce profundo estupor. Una institución opaca a más no poder, de la que sólo se sabe lo que su organismo gestor, Casa Real,  quiere que sepamos, y que se caracteriza por la inviolabilidad judicial de la persona que está al frente. Que la gente admita sin escándalo aparente que haya una persona en este país que podría asesinar a su mujer y sus hijos delante de toda España en vivo y en directo y seguiría sin poder ser juzgada por ello, me parece completamente demencial. 

Toda la gente que me defiende la monarquía española, tanto mis ex-seguidores de Vox como muchos socialistas, reconvertidos por la fuerza de la vergüenza del mítico juancarlismo a la practicidad del felipismo, del cortesanismo del campechano al de su preparadísimo sucesor.... pues bien, toda esa gente, tiene un argumento común: el miedo. Todos repiten lo mismo: "Este país no puede permitirse cuestionar la forma del estado en un momento como éste, con una pandemia del copón (qué bien viene el Covid para algunas cosas), una crisis económica mundial sin igual, un Gobierno bipolar en el que coexisten constitucionalistas con antisistemas que quieren destruir el régimen del 78, una crisis territorial provocada por el independentismo catalán que no se sabe cómo puede terminar.... cómo coño nos vamos a plantear ahora abrir el melón de la Monarquía con todo ese panorama?"

Y conste que en buena parte llevan razón. Hay motivos de sobra para tener miedo en un país como éste, con esa historia demencial, madre mía, que parece que no se nos puede dejar solos porque la liamos parda fijo.  Para todas esas personas no se puede abrir el debate Monarquía-República porque, parafraseando el famoso tema de Amaral, sin el Rey no somos nada. El Rey es el garante de la unidad de España y de que toda la estabilidad y bonanza conseguidas en los últimos 40 años no se vayan al carajo. 

Da igual que nos hayamos enterado a posteriori de que el Señor que ostentaba el cargo durante todo este tiempo era un caradura impresionante, que recibía regalos más que cuestionables de regímenes no precisamente democráticos, que tenía cuentas multimillonarias no declaradas en Suiza y una amante comisionista que hacía y deshacía a su antojo, y que se ha hecho con un patrimonio de oscuro origen del que hasta su propio hijo ha renegado públicamente, renunciando a la herencia paterna, eso sí, sin contar dentro de la herencia el cargo. Que a ése no renuncia ni loco. Ni importa que el Rey junior haya enviado a su descocado papá a tomar viento a la Conchinchina para intentar salvar su real culo y el de su heredera. Da igual, sin él no somos nada.

Y yo me pregunto qué hubiera sido de este país si aquellos otros gobernantes que consiguieron todo lo que ahora tenemos se hubieran dejado llevar por el mismo miedo a no tocar lo intocable, a no pisar callos fachas, por si acaso. Se habría legalizado alguna vez el Partido Comunista, por ejemplo? Se habrían aprobado leyes como la del divorcio o la del aborto? 

La Monarquía, que iba en el pack completo de la Constitución, y que por tanto tenía que ser aprobada sí o sí al aprobar la Carta Magna, es intocable?? Vale que se encargaron en el texto constitucional de blindarla bien, a prueba de bombas, pero es que esas bombas ya han caído. De hecho, hemos sabido que todos estos años han estado cayendo, sólo que no nos enterábamos de nada por ese pacto vergonzante de silencio que había en torno a la Familia Real. Ese pacto de silencio por el que, aún ahora que se ha abierto la veda contra ellos, hay que seguir usando eufemismos como "amiga entrañable" para referirnos a la famosa amante comisionista.

Sé perfectamente que todo esto es hablar por hablar, porque hoy por hoy en el Parlamento la correlación de fuerzas no permite aprobar un cambio constitucional de esa envergadura. Pero eso no es óbice para que en el marco teórico, y a la espera de que la causa republicana sea adoptada por otras fuerzas aparte de las podemitas e independentistas, el debate esté abierto, y desde luego no nos tachen poco menos que de criminales a los que creemos en una república moderna y adaptada a los tiempos, en la que la transparencia de la jefatura del estado esté garantizada por ley. 

Mi República no es como esa II República de los años previos a la Guerra Civil, no. Ni una República Popular como la china o la venezolana, que con eso también nos intentan meter el canguelo en el cuerpo a los pobres republicanos que no tenemos nada que ver con esa gente. Por qué no soñar con una República Federal a la alemana, o presidencialista a la francesa?? Por qué no soñar con un día en el que no tendremos que tragarnos a todas horas el vomitivo empalago de la prensa cortesana mostrándonos minuto a minuto el día a día de esta familia cuyo principal mérito en la vida es su ADN? Que si las niñas van al cole, que si comen sopa, que si son veganas, que si Letizia repite vestido, que si el Rey se corta la barba, que si se la deja larga, que si la Reina está muy delgada, que si se ha operado la quijada, la nariz, los pómulos o las tetas.... Socorrooooooooo!!!!

En fin, no estoy dispuesta a rendirme al miedo que intentan insuflar los defensores de la monarquía por precaución. Esto es como los niños chicos, si nunca los dejas solos porque te da miedo lo que les pueda pasar, nunca crecerán y siempre serán unos timoratos y unos inmaduros y te necesitarán hasta para ir al baño. Si siempre vamos a necesitar a los Borbones para que nos tutelen y nos protejan de nosotros mismos, nunca seremos capaces de hacernos mayores y de caminar por nosotros mismos.

Seguiré peleándome en Twitter con monárquicos convencidos y con neofelipistas (antiguos juancarlistas), luchando por esa República moderna y europeísta en la que creo, y arreándole estopa a los podemitas que pretenden apropiarse de ella y convertirla en una fantochada populista tan cutre como todo lo que tocan.

Y seguiré perdiendo seguidores voxeros a espuertas, qué le vamos a hacer. Pero bueno, ya volverán en cuanto cambie de tercio y le suelte un par de coces a Irene Montero o al inefable muñecote Don Simón. Siempre vuelven, como los turrones El Almendro en Navidad.

 

lunes, 20 de julio de 2020

Mi ático

Hoy me apetece hablaros de mi ático.

Poca gente sabe que tengo un ático. Probablemente porque mío, mío, lo que se dice mío sólo lo es en mi imaginación. Pero la realidad es que en el fondo es mucho más mío que de sus legítimos propietarios, quienes quiera que sean.

Mi ático ocupa prácticamente todo el edificio en el que está asentado. He mirado los porterillos. Hay cuatro pisos por planta, excepto en el ático, que hay dos. Los pisos son bastante grandes, cada uno tiene al menos cuatro grandes ventanales, que se vean desde la calle. Las de los del ático no se ven porque dan a la enorme terraza que rodea todo el edificio, una terraza con abundante vegetación, una especie de jardín de las delicias en medio de la ciudad.

Paseo cada día por los alrededores de mi ático, mirándolo desde mi minúscula peatonalidad. Paseo con la cabeza levantada, lo rodeo, lo miro y lo remiro, y sueño con que estoy ahí arriba, mirándome a mí misma desde las alturas. Pienso qué pensaría si estuviera allí realmente. Me daría pena esa mujer que lleva de la correa un perrillo y que admira mi precioso y florido ático?

He decidido que los dos pisos del ático forman uno solo. A fin de cuentas, como en mi mente es mío, puedo diseñarlo como me dé la gana. Es un enorme doble piso rodeado de plantas por todos lados. Lo tengo pefectamente distribuído y amueblado, no le falta un detalle.

De momento no lo conozco, pero sé que lo conoceré algún día. Hay distintas variantes en la forma en que lo conozco. Mi favorita es la siguiente:

Un día voy paseando por la calle con mi perra y se me acerca un señor, mayor y muy elegante, y me dice que lleva mucho tiempo observando mi interés por el ático.  Me informa de que es el propietario y me pregunta si quiero subir a verlo. Como no me fío de él le digo que no suelo ir a casas de desconocidos, pero me dice que no importa, que cuando quiera puedo subir a visitarlo con alguien de mi confianza. Me da su teléfono y, efectivamente, subo un día con mi hija. Resumiendo, este señor es homosexual (no estoy interesada en mantener una relación erótica) y hace poco perdió a su marido. Se siente solo y le gustaría vivir con alguien. No es muy hablador ni le gusta la gente muy habladora (lo contrario sería implanteable en mi fantasía); sólo quiere alguien que le haga compañía. Le gustan las pelis y series en versión original, le encanta Woody Allen, es muy culto y refinado, cocina genial, y es un magnífico gourmet.  La casa es muy grande, os recuerdo que son dos pisos unidos; él ocupa un ala y la otra sería entera para mí. Por supuesto puedo salir y entrar todo lo que quiera, él sólo necesita una compañera de piso, y ya que ha visto que estoy tan enamorada de su ático cree que soy la persona ideal para ese puesto. Y así es como me instalo en el ático.

Este sueño tiene distintas variantes. Al señor lo conozco en distintas circunstancias, a veces en la calle, otras en el trabajo, etc..., pero el final es el mismo. Yo me mudo al ático. Y con el tiempo parte de mi familia se va instalando en el mismo edificio. Da la casualidad de que el constructor es su hermano y por eso le regaló toda la parte superior. Cuando en la segunda planta una pareja decide vender su piso la compradora preferente es mi hija, que para entonces tiene un buen trabajo estable y no tiene problemas para conseguir una hipoteca, porque además se lo dejan a precio de ganga. Los locales de abajo están todos libres y ésos se los quedan mis hijos para montar un gimnasio enorme que ocupa toda la parte inferior del edificio. Ea, pues ya estamos en mi sueño todos instalados. Yo en los altos, mi hija en los medios y los niños en los bajos.

Tengo que reconocer que mi amigo, el señor encantador y maravilloso gourmet, nos ha ayudado un poco. Con el tiempo prácticamente nos ha adoptado a todos y como está forrado y no tiene herederos directos no le importa invertir parte de su inmensa fortuna en su nueva familia.

Yo cada mañana me levanto y hago gimnasia en la terraza de mi ático mientras veo amanecer. Como el jardín rodea el edificio veo amanecer y atardecer, porque por un lado veo la Sierra y por el otro el río y la campiña. Veo prácticamente toda Córdoba desde mi terraza.

A veces invito a mis amigos y a mi familia al ático a comer o a tomar algo. En verano lo hacemos por la noche, que corre un fresquito increíble. En invierno quedamos a almorzar en una especie de invernadero que hemos habilitado, en el que se está muy calentito sin necesidad de calefacción ni nada.

El señor encantador es, como su propio nombre indica, encantador. Habla poquísimo y le encantan estas visitas porque le sirven para hacer un poco de vida social. Además como le gusta tanto cocinar delicatessen siempre nos prepara unos menús degustación que nos chupamos los dedos. Tiene además una bodega de vinos superbuenos, no le falta un detalle.

En fin, somos todos tan asquerosamente felices que realmente damos ganas de vomitar. Pero nadie nos envidia porque a todo el mundo le gusta visitarnos y se lo pasan genial en nuestra terraza.

Por supuesto, en cuanto todo esto haya ocurrido estáis todos invitados a mi ático. El señor encantador, al que todavía no le he puesto nombre, os va a caer genial. Y ya veréis las croquetas de boletus que hace. Mmmmmmmm!!

Ps. Podría llamarse Beltrán. Es un nombre que le va muy bien a un bon vivant, no os parece?

jueves, 16 de julio de 2020

Mascarillas

MARZO Y ABRIL

Fernando Simón: La mascarilla no sólo no es necesaria, es incluso contraproducente. Crea falsa sensación de seguridad, la gente deja de respetar la distancia social, que es la mejor medida de prevención posible contra el virus. Y además las personas que no están acostumbradas a usarla se tocan constantemente la cara y es peor el remedio que la enfermedad. Es absurdo hacer acopio de mascarillas porque únicamente son útiles para las personas ya contagiadas. El resto no las necesitan. Distancia de seguridad de 2 metros e higiene de manos. Ésas son las dos claves para evitar contagios.

MAYO

Fernando Simón: La mascarilla puede ser útil cuando no se pueda mantener la distancia de seguridad.  Es conveniente su uso en transportes públicos y en general en lugares cerrados. En absoluto tiene la menor utilidad en espacios abiertos porque está demostrado que el virus pierde su poder de contagio al contacto con el aire en cuestión de segundos.

JUNIO

Fernando Simón: La mascarilla es obligatoria en sitios cerrados y en espacios abiertos en los que no se pueda mantener la distancia social mínima de 2 metros.

JULIO

Decretos autonómicos: Mascarilla obligatoria incluso en lugares abiertos y aunque haya distancia de seguridad.

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Creí a pies juntillas a Fernando Simón cuando al principio de la pandemia hizo aquellas primeras  declaraciones sobre la inutilidad de la mascarilla. Además me parecía lógico y totalmente razonable. Era verdad, la gente podía sentirse demasiado segura y empezar a desbarrar, a juntarse, a acercarse demasiado, a sobarse, etc. Aparte de que es evidente que los que no tenemos costumbre de usarla nos pasamos todo el rato subiendo y bajando la mascarilla, asomando la nariz un poco para poder respirar, ajustándola, comprobando que está bien puesta.... al final te tocas mucho más la cara que cuando no la llevas.

Total, que me lo creí. Y durante el confinamiento, sólo en plan entretenimiento, me hice unas cuantas mascarillas superfashion con pañuelos del pelo de distintos colores, para estar mona y segura cuando iba al super o a la panadería. Por supuesto la llevaba en la muñeca y sólo me la ponía a la hora de entrar. El resto del tiempo, distancia de seguridad y punto.

Entre tanto aprendíamos sobre mascarillas y demás artilugios protectores como si estuviéramos haciendo un máster en Epidemiología. En la tele, en la radio, en las redes, en todos los medios nos informaban diariamente de las ventajas de unos modelos u otros. Se establecieron clasificaciones varias, descubrimos que había mascarillas solidarias e insolidarias, según sirvieran para proteger a todo el mundo o sólo a ti, jodido egoísta. Incluso algunas empezaron a tener muy mala prensa porque al parecer tenían una válvula por la que si tú tenías el bichito lo ibas propagando como si llevaras un aspersor incorporado. Ésta era sólo apta para malos muy malos.

Eso sí, todos los que nos informaban puntualmente lo hacían a cara descubierta. En la tele los tertulianos, los opinadores, los expertos, los sanitarios, nos ilustraban sobre todos los aspectos de la pandemia. Sentados tan ricamente en los platós (lugares cerrados), respetando (o no) la distancia de seguridad de 2 metros, iban desfilando por la pantalla contándonos los beneficios de la mascarilla...  sin ponerse jamás una puta mascarilla.

Ferreras de lunes a viernes se levantaba de su sempiterna silla y pedía a un experto que le explicara el uso correcto de la mascarilla. Cristina Pardo el finde llevaba a su experta correspondiente, una señora muy simpática con el pelo morado, que volvía a explicar en riguroso directo todos los pasos a seguir para ponerse y quitarse la mascarilla. Las noches de los sábados Iñaki López en la Sexta Noche juntaba a un grupo de 8 expertos sentados en círculo (por supuesto sin mascarilla) mientras él de pie en el centro (también sin mascarilla) iba lanzando pequeñas gotículas de saliva a diestro y siniestro a la par que todos ellos nos iban explicando las múltiples ventajas, incluso la conveniencia, de usar la mascarilla en espacios cerrados.

Poco a poco la necesidad de la mascarilla se iba haciendo más imperiosa. En cada una de sus comparecencias el doctor Simón iba subiendo progresivamente el grado de utilidad de la mascarilla, en relación directamente proporcional al abastecimiento en farmacias y otros establecimientos de venta. Finalmente, a preguntas de la prensa, terminó por reconocer que si desaconsejó con fervor el artilugio en los principios de la pandemia no fue por razones sanitarias sino logísticas. Porque como no había, lo mejor era decir que no servían para nada. Vamos, que los que creímos ciegamente en sus consejos y los llevamos escrupulosamente a la práctica fuimos unos pardillos, porque la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, es la de ahora. Alguna gente le ha premiado haciéndose camisetas con su cara y hasta hay quien se la ha tatuado en la piel. En fin....

Lo de la mascarilla de uso obligatorio en todo lugar público, abierto o cerrado, se le ocurrió una buena mañana al presidente catalán, el iluminado señor Joaquim Torra i Pla. En ningún otro lugar de Europa nadie se había atrevido a una medida tan extrema, además de discutible en cuanto a eficacia real, pero el señor Torra, visionario donde los haya, vio claro que la mejor medida para luchar contra el virus era ésa. Inmediatamente comenzó una carrera entre todos los demás presidentes de Comunidades Autónomas por no quedarse atrás. Dándose patadas en el culo, maricón el último, unos y otras anunciaron su propósito de seguir los pasos del señor Torra, y así en pocos días más de la mitad del país se apuntó a la enloquecida carrera, por más que ninguna autoridad haya sido capaz de explicar hasta la fecha la utilidad de llevar mascarilla en medio del campo si en dos kilómetros a la redonda no hay otro ser vivo al que poder contagiar o del que poder contagiarse.

Y así, mientras las noticias de recientes rebrotes nos hablan de contagios producidos en tumultos y aglomeraciones varias (Ojo al dato, un 60% en celebraciones familiares!!!!), la medida estrella para evitar contagios es obligarte a ti, que desde el minuto 0 has respetado escrupulosamente la distancia social, y has evitado cruzarte o acercarte a otras personas... repito, la medida estrella es obligarte a ti a llevar perennemente la puta mascarilla en la cara, aunque vayas a las 4 de la tarde a 44 grados solo por la calle.

Que la mascarilla es de chichinabo y te la has elaborado tú en casa con un tetrabrik de Don Simón??  Que te pasas el rato subiéndotela y bajándotela y tocándote la cara porque no puedes respirar o porque le quieres dar una calada a tu cigarro?? Da igual, lo importante es que la lleves puesta tapándote la nariz y la boca, porque si no te puede caer un multazo de 100 pavos por la parte más corta.

Eso sí, desde la pantalla de tu tele pasarán cada día un montón de presentadores, políticos,  tertulianos y expertos de todo pelaje, cómodamente sentados en platós cerrados y sin rastro de mascarilla,  recoméndandote con entusiasmo y ardor guerrero que tú no te quites la tuya ni para cagar, por si acaso el virus traspasa las tuberías del inodoro y te contagia al tirar de la cisterna.

Y eso es lo que hay. Tanto si te gusta como si no.

Ps. Me consta que este post no será muy popular porque, no sé cómo, la mayoría de la gente está superconvencida de que la mascarilla es útil hasta en mitad del desierto sin más compañía que tu camello. Increíble pero cierto. El poder de convicción de los medios es alucinante.

Ps2. Pero si eres de los que crees que todo esto de la mascarilla obligatoria es una soberana majadería, bienvenido a la Resistencia.

lunes, 13 de julio de 2020

Lecturas recomendadas 2020

Queridos amigos, como ya es tradición veraniega aquí va un listado con breve crítica de los libros que más me han gustado entre los que he leído a lo largo del año. Como veréis hay para todos los gustos y de géneros variados. Tenéis donde elegir:

1.  Cuando éramos ángeles, by Beatriz Rodríguez. En un pequeño pueblo cercano a la costa aparece asesinado un hombre. A partir de este suceso nos sumergimos en la vida de los vecinos del lugar, un microcosmos en el que las relaciones personales muchas veces no son lo que parecen o parecen lo que no son. Las redes subterráneas entre los distintos personajes van tejiendo un relato del pasado que explica los hechos presentes. Los capítulos que se sitúan en la actualidad vienen presentados por recetas de cocina y los capítulos alternos, que se remontan a la juventud de los protagonistas, son los que van dando las claves para resolver el enigma del crimen. La autora consigue mantener un denso suspense hasta el final. Salvo el sonrojo que provocan algunos episodios eróticos narrados de una forma bastante chusca, el conjunto está bastante bien. Una buena lectura de verano.

2. El baile del reloj, by Anne Tyler. Viajamos a Estados Unidos, a un pueblecito de Pennsylvania. En la vida de Willa hay 3 momentos clave: 1967, cuando es aún una niña y su madre desaparece una noche; 1977, cuando su novio le pide en matrimonio; y 1997, cuando súbitamente se queda viuda. Willa reaparece en 2017 convertida en una señora mayor encantadora cuya principal misión es hacer agradable la vida a los demás.  Un inesperado viaje a Baltimore le hará replantearse sus objetivos vitales. Una novela amable, de ésas que se leen con una sonrisa en los labios, que no cuentan aventuras apasionantes, sino que se limitan a relatar vidas sencillas. En realidad es una historia de crecimiento personal.  Willa irá transformándose poco a poco y saldrá de Baltimore convertida en una mujer distinta a la que llegó. Muy tierna.

3. El rayo dormido, by Carmen Amoraga.  Volvemos a España.  Natalia está escribiendo un libro sobre memoria histórica. Pretende contraponer las vidas de  José Emilio y Antonio, el primero sacerdote asesinado durante la guerra civil, el otro un exiliado que luchó en el bando perdedor y luego en la Guerra Mundial contra Hitler, como miembro de la famosa división Nueve. Nacieron en el mismo pueblo aunque sus ideas fueran distintas, hombres de bien que lucharon por una vida mejor para su gente, y sufrieron por ello. Uno y otro representan lo mejor del ser humano y su recuerdo sirve para reconciliar a esas Españas siempre en eterna confrontación. Al mismo tiempo que investiga el pasado,  Natalia retoma a través de Facebook una vieja amistad con su mejor amiga de la adolescencia, Carmen, por cierto, bibliotecaria. El pasado y el presente se mezclan en esta historia conmovedora, no apta para sectarios.  El que crea que es imposible que hubiera buenas personas en uno y otro bando que se abstenga. Ah, el título hace referencia a los rayos dormidos, que son unos rayos que queman los árboles por dentro sin que se note por fuera, y el día menos pensado despiertan y provocan un incendio. No tenía ni idea de que tal cosa existiera, pero ahí lo dejo.

4.  Flores sobre el infierno, by Ilaria Tuti. Nos trasladamos a un pueblecito italiano en el que aparece un cadáver en extrañas circunstancias. La comisaria Battaglia se hará cargo del caso, acompañada por el inspector Massimo Marini. No, no os equivoquéis, no habrá historia de amor ni tensión sexual no resuelta. La comisaria es una señora a punto de jubilarse y con una mala leche impresionante, y además empieza a tener síntomas de enfermedad neurodegenerativa. En estas tristes circunstancias se enfrentará a la mente obsesiva de un asesino en serie. Novela negra, llena de personajes carismáticos y con intriga a raudales. Engancha bastante.

5. Una casa en el fin del mundo, by Michael Cunningham. Estados Unidos, Ohio, años 70. Allí se conocen en el instituto unos jóvenes bastante perdidos, Bobby y Jonathan. Ésta es la historia de una amistad de adolescencia que con los años y la incorporación de la excéntrica Clare se convierte en algo parecido a una familia triangular. Cunningham explora la posibilidad de una relación a tres bandas, formada por personas muy diferentes pero con una curiosa capacidad de complementarse. Bobby y Jonathan forman conjuntamente el hombre ideal para Clare; ésta a su vez forma junto con Jonathan la familia perfecta para Bobby; y Jonathan está perdidamente enamorado de la persona que resulta de la unión de Bobby y Clare. Existe vida fuera de la pareja?  Bueno, por qué no? Esta historia de amor demuestra que hay otros mundos posibles, para quien esté dispuesto a explorarlos. Aunque sea en el fin del mundo. Ah, por cierto, me declaro enamorada del personaje de Bobby.

6. Ahora que te vas, by Eva Blanch. Ésta es una historia de mujeres para mujeres. Pero se admiten chicos, si se atreven cuando les cuente. Lo que se va no es una persona ni una cosa tangible, sino... la regla. Sí, queridas, a través de un recorrido por la regla de la protagonista, que toca a su fin por la llegada de la menopausia, la autora da un repaso a una intensa historia de amistad entre mujeres. Ruth y Andrea, diseñadoras gráficas y compañeras de vida, se conocen en la infancia, cuando ninguna de ellas ha empezado a menstruar pero están a punto de caramelo. A lo largo de los años su relación pasará por distintas fases pero el vínculo que crearon durante su adolescencia será más fuerte que todas las vicisitudes. Una novela sencilla, cortita, de agradable lectura, que a muchas mujeres les resultará claramente evocadora. Quién no podría contar mil historias de su regla?

7. Los asquerosos, by Santiago Lorenzo. Manuel es nuestro protagonista y "los asquerosos" son el resto del mundo. De cómo llegan a serlo es de lo que va esta historia. Al pobre Manuel nada en la vida le sale bien. Para colmo, aparte de su infortunio personal tiene la desgracia de salir al mundo laboral en plena crisis: trabajos precarios, sueldos miserables, pisos-contenedores donde malvivir... Un buen día un policía antidisturbios se cruza accidentalmente en su camino y Manuel en un arrebato de terror le clava un destornillador. A partir de ese momento comienza una huida desesperada que le llevará a una aldea perdida de la España vacía en la que nuestro héroe descubrirá que se puede vivir con muy poco y que la mejor compañía que se puede tener es la de uno mismo y la de un buen puñado de libros. Los demás son... los asquerosos, esa gente que sólo ha nacido para incordiar y complicar la vida del prójimo. Divertidísima. Desde ya la declaro una de mis novelas favoritas del año.

8. Lluvia fina, by Luis Landero. Ésta es una historia de secretos de familia y de rencores eternos, de ésos que se enquistan y poco a poco van convirtiéndose en cancerígenos y mortales de necesidad. Aurora es nuestra protagonista, la mujer de Gabriel y la confidente de toda su familia: sus cuñadas Andrea y Sonia, su suegra, el propio Gabriel. Cada uno le cuenta a su manera las viejas cuitas que guardan en sus memorias, adornadas con sus fantasías personales, y del relato de todos ellos va extrayendo ella, la paciente escuchadora, una historia hecha de retazos y de versiones a menudo contrapuestas que se convierte en una pesada carga que añadir a sus propios conflictos personales. En un momento dado Gabriel decide organizar una fiesta para celebrar el 80 cumpleaños de su madre y de paso reunir a toda la familia. Os podréis imaginar la que se lía. Es una novela absorbente que te atrapa sin remedio. Me ha encantado.

9. Amnesia, by Fernando Lalana. Imaginad que os despertáis en una habitación de hospital y no os acordáis absolutamente de nada. No sabéis qué hacéis allí, ni quién sois, ni a qué os dedicáis ni qué edad tenéis ni de dónde venís ni a dónde vais, cero patatero. Así comienza la historia de Sebastián Valverde, que es como el muchacho resulta que se llama. Una aventura llena de suspense e intriga, porque de repente Sebastián se verá envuelto sin comerlo ni beberlo en un inquietante episodio terrorista que transcurre en entorno ferroviario. Un thriller trepidante al que no le falta un detalle dentro del género: chica guapa, sicarios, servicios secretos, corruptelas, y por supuesto el irresistible atractivo de la condición amnésica del protagonista. Nada especialmente memorable pero ideal como lectura de relax veraniego.

10. Jauja, by Use Lahoz. Este escritor es ya un clásico en mis recomendaciones, no falla nunca. Me leo prácticamente todo lo que publica porque me tiene enamoradita, tanto él como el pueblo de Valdecádiar, de donde salen muchos de sus protagonistas. La carrera literaria de Use es una especie de "Crónicas de un pueblo". Muchos de los personajes secundarios de sus novelas con el tiempo se convierten en protagonistas de otras, y viceversa, los protagonistas de novelas pasadas pasan a ser secundarios en las nuevas. En este caso nos cuenta la historia de Teodoro Brotto y su hija María, con una estructura dual que va cabalgando entre el presente y los años 60-70. De la infancia de María en Valdecádiar retrocedemos a la de Teodoro, y de ahí pasamos a la vida actual de María en Barcelona como exitosa actriz de teatro, la juventud de Teodoro, su salto a la capital de la mano de su mentor Pablo Peñalver... Bueno, y ya no cuento más porque se trata de que lo leáis. Y merece la pena, Use Lahoz siempre merece la pena.

11. Tres maneras de inducir un coma, by Alba Carballal. De las crónicas de un pueblo pasamos directamente a la picaresca madrileña 4.0. Muy en la línea del realismo gamberro de Eduardo Mendoza, Alba nos presenta a Federico, lo peor de lo peor en vago cuarentón cuyo principal objetivo en la vida es no dar golpe y vivir de gorra. Las referencias a Mendoza son muy claras pero también hay cierta locura almodovariana en esta historia. Parodia, humor negro, farsa burlesca, sátira social.... todas esas cosas se han dicho de esta opera prima de Carballal, y ayuda bastante a hacerse una idea de ella. Aunque para mi gusto se queda a años luz de Mendoza, la recomiendo porque es una lectura entretenida y ligera, muy de tumbona y varguitas.

12. El silencio de los goteros, by Héctor Castiñeira (alias Enfermera Saturada). Un libro más vendido que el Ibuprofeno. Así se autopromociona este divertimento escrito por un tuitero que bajo el seudónimo de Enfermera Saturada narra con sentido del humor los entresijos de la profesión. La protagonista es una enfermera sin plaza, o sea, sujeta a los vaivenes y sinsabores de las suplencias. Frases como "un día eres joven y al siguiente te tienes que comprar unas medias de compresión para trabajar" o "pulso de acero para las venas, pulso de mierda para el eyeliner", os pueden hacer una idea del talante de nuestra protagonista. Divertido y ligero. Se lee del tirón y se echan unas risas. Qué más queréis?

13. Los testamentos, by Margaret Atwood. Muchos de los que leímos "El cuento de la Criada"  imaginamos nuestro propio final para el reino de Gilead, ese mundo distópico en el que las mujeres han perdido todos sus derechos como ciudadanas y son meras servidoras de los hombres. Con esos distintos grupos que nos estremecieron: las Criadas, las Marthas, las Esposas, las Econoesposas, las Perlas, las Tías. Margaret Atwood acepta el reto de continuar la historia y a través del testimonio de dos jóvenes, una nacida en Gilead y otra en Canadá, y el diario personal de aquella malvada Tía Lydia que ponía los pelos de punta, nos traslada de nuevo a ese universo oscuro que inventó. Si te quedaste con el alma en vilo por el desenlace de la historia de la Criada Defred ahora podrás salir de dudas. Lo mejor la historia de cómo Tía Lydia llegó a ser una de las Fundadoras de Gilead.

14. Listas, guapas, limpias, by Anna Pacheco. Para terminar mi lista de recomendaciones para este verano otra novela ligerita y refrescante, que no todo van a ser distopías y dramones. Chicas que salen, estudian, se divierten, se enamoran, se desenamoran, no saben lo que quieren, se equivocan, se vuelven a equivocar.... en fin, un relato sobre la generación milenial esa de la que tanto se habla. He incluido esta recomendación porque me ha parecido una lectura fresca y fácil, pero también por los que tenéis hijas o sobrinas jóvenes, porque seguro que se van a sentir representadas de alguna manera.

Y ya sin más, clausuro esta lista y os deseo feliz verano y felices lecturas.

viernes, 10 de julio de 2020

El grupo

GRUPO DE WHATSAPP

- Oyeeeeeee, la liendres va a la fiesta?

- Quién es la liendres?

- Coño, P. la liendres, no sabes quién es?

- No sabía que la llamábais la liendres! Qué brujas jajajajajajaja!!!!

CHAT PRIVADO DE WHATSAPP

- Tíaaaaaaaa, que la liendres está en el grupo!

- Qué diceeeeeees? Cómo va a estar? Pero si nunca habla!

- Que siiiiiiií, que está! Coño, correeee, borra los mensajeeeees!

- Voyyyyyyy!!!!

...............................................................................................................................

- Ya los he borrado, pero quedan los de J.

- Pos dile que los borreeeeeee, correeeeeee!!!!!!

OTRO CHAT

- Eeeeeeeeh, borra tus mensajeeeeees, que la liendres está en el grupooooo!

- Venga yaaaaaaa!!!!

- Que sí, coñooooo, correeeeee!!!!

- Voyyyyyyyy!!!!

.......................................................................................................................

- Ya los he borrado.

- Cómo que los has borrado???? Yo los sigo viendooooo.

- Pos a mí no me salen.

- Ay mi madre, que los has borrado para ti sola pero no para el grupoooooo.

- Hosssstia, y ahora qué hacemos?

- Vamos a hablar con E., que es la administradora.

........................................................................................................................

- Que dice que los ha borrado, pero para ella sola también.

- Hosssstia, vaya dos! Habéis hecho como las avestruces. Yo no lo veo, no está. Pos qué bien!

- Y ahora qué hacemos?

- Por qué no borramos el grupo y luego hacemos otro?

- Que dice E. que antes nos tenemos que salir todas.

- Pero cómo le vamos a decir a la liendres que se salga porque estamos hablando de ella?

- Bueno, yo ya me he salido.

- Y E. también.

- La madre que os parióooooo!!!! Me habéis dejado sola en el grupo con la liendreeeees!!!! Y ahora pone que la administradora soy yoooooo.

- Elimínalaaaaaa!!!!!!

- Cómooooooo???????

- Pincha el grupo, pincha su nombre y la eliminas.

- Voyyyyyyyyy!!!!!

...................................................................

- Uffffffff!! Ya.

- Bueno, pues ahora salte tú y borra el grupo.

- Cómo voy a borrar el grupo si me salgo?

- Sí, porque cuando te salgas te dirá que si quieres eliminar el grupo y dices que sí.

..........................................................................................................

NUEVO GRUPO

- Chicas, he creado este grupo nuevo. Estáis ahí??

- Sí.

- Y yo.

- Seguro que no has metido aquí a la liendres?

- Coño, seguro.

- Hosssstiaaaaaa!! Me siento como si hubiera corrido una maratón, he sudao lo más grande.

- Yo he aprendido en un rato de whatsapp más que en años.

- Sí, hemos hecho un máster acelerado.

- Pero bueno, al final lo hemos conseguido. Bien está lo que bien acaba.

- Anda que ya te vale la que has liado, hijaputa.

- La que he liado yo, y la que habéis liado vosotras borrando los mensajes sólo para vuestros ojitos. Yo los míos los borré bien, joder!

- Es verdad. Pero bueno, lo hemos conseguido.

- A todo esto, os habéis fijado si las dos rayitas se habían puesto azules?? Que con los nervios no me he dado ni cuenta.

- No, no estaban azules.

- Segurooooo??

- Que siiiiiiií. Yo también me he fijado.

- Vale. Ufffffffff, nos hemos librao de chiripa!!

DOS HORAS MÁS TARDE.

- Hossssssstia, creo que todo lo que hemos hecho ha sido en balde!

- Por qué?

- Mi hija ha hecho un experimento conmigo creando un grupo y luego me ha eliminado y borrado el grupo pero yo he podido entrar a posteriori.

- Hossssssssstia!

- Cómo es eso?

- Dice que a ella le ha pasado, que a veces la han sacado de un grupo pero que ha podido entrar y leer lo último que se había escrito antes de borrarlo. Aunque se elimine el grupo.

- Hosssstia, to pa na!

- Vamos a quedar como el puto culo, después del tute de sudar que nos hemos pegao.

- Yo creo que lo mejor es hacer como que aquí no ha pasado nada. Correr un tupido velo. Si ella no dice nada, nosotras tampoco.

- Hombre, tía, eso es un clásico. Pero vamos, que nos hemos cubierto de gloria. Yo habré quedao mal pero anda que cuando las dos habéis salido espantás como dos viejas y me habéis dejao sola con la liendres. Cobardeeeeeees!!!!

- Es que somos torpes de cojones.

- Pos yo qué queréis que os diga, que me he pegao una jartá reír que pa qué.

- Coño, y yo. Menudo vodevil! Me he reído casi tanto como he sudao.

- Oye, crees que la liendres nos volverá a hablar alguna vez?

- Ufffff, está complicao.

- Bueno, igual le sirve pa empezar a lavarse el pelo un día de éstos.

- Japuta eres!!!!

jueves, 7 de mayo de 2020

Coronavireando

A ver cómo cuento yo esto para que no suene fatal.

Sabéis esa gente que en mitad de una guerra o una pandemia o un desastre nuclear o una catástrofe de cualquier tipo va y se enamora, y resulta que pasa los mejores momentos de su vida mientras a su alrededor el mundo entero se derrumba? Hay un montón de películas con historias así. Os acordáis de Titanic? Ese barco hundiéndose con un montón de gente dentro, y Kate Winslet y Leo Di Caprio a su bola ellos, dando vueltas por el barco corriendo uno detrás del otro, metiéndose mano, y luego ella recordando ese día con carita de no haber pasado uno más guay en su vida.... Bueno, pues yo me siento un poco así con esto del Coronavirus, y me da un poco palo decirlo, pero es que es verdad.  Lo tengo que confesar sin tapujos: yo estoy disfrutando con el confinamiento como una mona.

Claro, tiene su explicación. Para empezar, hay dos cosas en el mundo que odio: madrugar y los mogollones de gente. Pues bien, el confinamiento me ha venido a librar repentinamente de las dos.  De repente puedo vivir siguiendo mis propios ritmos naturales. Levantarme a la hora que el cuerpo me pide y acostarme igual. Sin prisas, sin estrés, sin despertador, sin remordimientos. Y luego las calles, prácticamente vacías. Ufff, lo que he disfrutado cuando sacaba a mi perrilla y no había absolutamente nadie más en el mundo. Como mucho, algún vecino paseando también a su can por la acera de enfrente. Silencio total. Lo más parecido que había vivido nunca era el éxodo masivo de agosto,  pero incluso entonces los chinos estaban abiertos, no estaba sola del todo. Esto de la soledad completa ha sido sencillamente orgásmico.  Sé que mucha gente no lo entenderá, la mayoría probablemente, pero igual hay algún rarito por ahí como yo que me entiende perfectamente.

Tengo que reconocer también que he tenido otro golpe de suerte: he podido pasar el confinamiento con mis hijos en casa.  Y estoy disfrutando muchísimo, de verdad. Con lo mamá gallina que soy, si hay algo que me gusta en el mundo es tener a mi prole, por muy crecidita que esté ya, pululando a mi alrededor. Tal vez si esto me hubiera pillado siendo pequeños estaría más jodida. O en plena edad del pavo, qué horrooor!!!! Pero es que ya son grandes y su capacidad de dar por culo ha menguado bastante. Así que... cuándo iba yo a pillar una oportunidad como ésta de tenerlos a tiempo completo para mí?? De desarrollar mi faceta gallinácea a tutiplén?? Jamás.

Hombre, si fuera para toda la vida igual me agobiaba un poco. Confinados para siempre como que no mola. Pero esto del confinamiento temporal da para mucho: charlas nocturnas, juegos, diversión,  risas.... en fin, hogar dulce hogar.

Entiendo que las familias que estén separadas lo tienen que estar pasando fatal.  Aparte, otras viven esta situación con angustia por varios motivos: económicos, de salud, etc. En fin, que de todas las casuísticas posibles yo me he topado con la mejor: todos mis polluelos en el nido, y en buenas condiciones. No puedo quejarme, las cosas como son. Ellos estarán hasta los huevos/pipilla del confinamiento pero yo estoy encantada.

Se da la circunstancia también de que estoy viendo estos días una serie sobre la historia de una familia: This is us. Está muy bien, os la recomiendo. Tiene una estructura narrativa como de puzzle. Son piezas que poco a poco van encajando hasta reconstruir el retrato entero, con constantes saltos a distintas etapas del pasado y del futuro.  Los recuerdos están muy presentes  porque muchas cosas de la vida actual de los protagonistas están directamente relacionadas con acontecimientos del pasado, y hasta te van dando pistas de por dónde irá la cosa 20 años después. Eso sí, es un poco moñas; bueno, un poco bastante moñas. Y los personajes son muy intensitos. Pero está muy bien porque, como decía Tolstói en Ana Karenina "Todas las familias felices se parecen, pero las infelices lo son cada una a su manera", y esta familia tiene una manera muy curiosa de ser infeliz.

La cuestión es que viendo la serie muchas veces pienso que probablemente estos días también quedarán en la memoria de todos nosotros. Algunos los recordarán con tristeza, otros con horror... en fin, cada cual según lo haya vivido.  Quien haya perdido a alguien por el virus pensará en todo esto como en un infierno. Pero tal vez otras personas no tengan un recuerdo negativo. Yo sé que probablemente los recordaré con nostalgia, como una oportunidad única que la vida me ha dado, que me ha permitido disfrutar de los míos de una manera que, en condiciones normales, nunca habría sido posible.

De todas formas esto aún no ha terminado, queda partido. Aquí no está nadie libre de pillar el bicho, y si eso ocurre en cualquier momento todo puede dar un vuelco. Pero pase lo que pase a partir de ahora, que nos quiten lo bailao estos dos meses. Lo bailao, lo reído, lo jugado, lo charlado... en definitiva, lo vivido.

miércoles, 6 de mayo de 2020

Yo o el caos, el caos o yo

Me manda una amiga una petición de Change.org para presionar por la prórroga del estado de alarma durante dos semanas más. Hasta ahora se había venido renovando sin problemas en el Parlamento con el apoyo de la mayoría de los grupos, pero llegados a este punto algunos han dicho claramente que se niegan a seguir dando ese apoyo mientras que otros remolonean, dudan y ponen ciertas condiciones para darlo.

Le digo a mi amiga que antes de firmar esa petición prefiero informarme porque la verdad es que he leído y oído cosas contradictorias y quiero formarme mi propia opinión sobre el asunto. Además hay otra cosa que me ha disgustado bastante, y es la actitud de parte del Gobierno, encabezada por el propio Presidente, de plantear el asunto en términos asquerosamente fatalistas, en plan "O yo o el caos". De hecho, han usado esa palabra exactamente, caos. Y sinceramente, ese tipo de actitudes me ponen rápido a la defensiva. Una cosa es que yo piense que la oposición es una mierda y otra muy distinta es estar dispuesta a tragarme los mensajes catastrofistas que puedan venir del Gobierno para conseguir sus propósitos.

Para empezar me alerta que sean tantos los grupos que se niegan a seguir manteniendo la alarma, incluídos los socios preferentes del Gobierno. Y más me alerta todavía escuchar a miembros del Gobierno acusar directamente a la derecha responsabilizándola del posible repunte de contagios y muertes que pudieran producirse.

Alto ahí! Alerta máxima!! Si convenimos en que es infame y miserable atribuir al Gobierno la responsabilidad de las muertes que se han producido por Coronavirus, que son bastantes, cómo voy a aceptar que se responsabilice a la oposición de las posibles muertes del futuro?? Esto qué coño es, el deporte nacional favorito?? Lanzamiento de muertos?? Y está feo cuando tú lo haces pero mola cuando el que lanzo los difuntos contra ti soy yo?? Venga ya!!

Eso me raya. Pero más me raya todavía que el reproche vaya directamente al Partido Popular y no a los socios nacionalistas, que de hecho han remoloneado todo el tiempo para apoyar la alarma y algunos de ellos ya directamente han dejado claro que con ellos no se cuente. Si hubiera que achacar responsabilidades de lo que pueda pasar a alguien, con éstos qué pasa, que tienen bula papal o qué?

Pero es que además me pongo a leer cosas y veo que varios juristas no precisamente sospechosos de simpatizar con la derecha ponen en duda la constitucionalidad de algunas de las medidas que se están tomando aprovechando el estado de alarma, que limitan peligrosamente con el estado de excepción.  Escucho además en la radio al mismísimo Baltasar Garzón explicando que el estado de alarma, pese a ser el más práctico, no es el único mecanismo legal que permite al Gobierno limitar el movimiento de los ciudadanos.  También desmonta de paso otro bulo gubernamental: que el mantenimiento de los ERTES y de las ayudas sociales relacionadas con la pandemia vayan ligados inexcusablemente al estado de alarma, un argumento que el Gobierno ha usado repetidamente para defender la prórroga. De hecho el mismo Gobierno renunció ayer mismo a ese argumento falaz al pactar con Arrimadas la desvinculación de ambas cosas a cambio del Sí de Ciudadanos. Ahora tendrán que tirar de la fábrica de argumentarios para explicar por qué lo que hasta ayer no era posible de ninguna manera ahora ya sí lo es. En fin, ellos y sus líos.

Me molesta mucho que me mientan, y más todavía que me intenten manipular con esas mentiras. Es por esto por lo que no firmaría esa petición. No porque no piense que sería bueno que se prolongara un poco más la alarma, al menos otras dos semanas, sino porque en lugar de usar argumentos veraces y honestos intentan convencerme con falsedades, además bastante burdas. Eso me cabrea un montón. Que no cuenten conmigo para esos juegos.

De todas formas estoy bastante convencida de que el PP se hubiera abstenido para facilitar una última prórroga, aunque ya no será necesario porque tanto Ciudadanos como el PNV han pactado el SI. Esta prórroga saldrá adelante pero creo que el Gobierno debe empezar a plantear otras opciones para cuando termine porque no le van a dar más cuartelillo para alargar esto indefinidamente. Salvo en caso de que se diera un retroceso o un repunte de contagios, cosa que ni creo ni espero que ocurra,  ésta será la última prórroga del estado de alarma, así que no estaría de más que fueran ingeniando la forma de colaborar con las Comunidades Autónomas para gestionar conjuntamente el desconfinamiento y la transición a la "nueva anormalidad".

Y aunque sea mucho pedir, tampoco estaría de más que dejaran de intentar manipularnos persistentemente con planteamientos catastrofistas y asustaviejas. O yo o el caos. O yo o la muerte.

O tú o tu tía la de Burgos.  Vete a meterle miedo a tu abuela, capullo!!

lunes, 27 de abril de 2020

Coronaviradas

Cuando llevamos ya algo así como 44 días de confinamiento siento la necesidad de compartir algunas de  mis reflexiones acerca de estos tiempos tan raros que nos ha tocado vivir.

Continúo paseando a diario por Twitter y alucinando con las batallas que el Coronavirus provoca entre las hordas de simpatizantes de los unos y los otros. Como era de prever cualquier crítica a la gestión de la pandemia es tachada automáticamente de fascista y/o antipatriótica.  La adhesión tiene que ser total o si no de cabeza al otro bando. Veo todo lo que pasa como mera observadora, con cierta fascinación, porque tengo bastante claro que si en lugar de gobernar éstos gobernaran los otros las cosas serían exactamente igual pero al revés. Los progubernamentales defenderían a muerte la gestión de los suyos, sin importarles realmente si es buena o mala, sólo porque son los suyos, y la oposición estaría poniendo igual a parir al Gobierno, convocando caceroladas o protestas y culpándole de todos los desastres, de las muertes, de los contagios de sanitarios, de las chapuzas en las compras de materiales, de los giros argumentales, de los errores de comunicación.... Como no tengo ninguna confianza en los políticos actuales, ni de un lado ni del otro, no me hago ilusiones, estoy segura de que sería así. Conmigo que no cuenten ni para ataques cruentos ni para defensas numantinas.

Flipo también con la resiliencia de la gente. La mayoría de las personas con las que hablo llevan el confinamiento bastante bien. De mí misma no me sorprende porque soy una persona casera, estoy en mi zona de confort y no echo de menos prácticamente nada. Al revés, agradezco el no tener que madrugar, que es lo que peor llevo en la vida. Como tengo costumbre de comunicarme con mi familia y amigos por mensajería y además no soy aficionada a eventos ni a desplazamientos vacacionales masivos no echaré de menos playas empetadas ni atascos en carreteras ni colas en aeropuertos ni interminables documentos gráficos ante portadas de Iglesias y catedrales. Si acaso extraño algo son los restaurantes, las terracitas...., en fin, nada que no se pueda sobrellevar dignamente sin tirarse de los pelos.  Pero conozco a mucha gente que en condiciones normales su vida es un no parar, siempre de un lado para otro, y sorprendentemente no están agobiados, incluso te dicen que el enclaustramiento les está viniendo bien. La capacidad de adaptación de esta especie supongo que explica que todavía, a estas alturas y después de haber cometido miles de gilipolleces y barbaridades, aún sigamos aquí.

Otra cosa que me llama la atención es la cantidad de gente que ve todo esto como una especie de castigo de la naturaleza por nuestra mala vida. Algo así como las plagas bíblicas esas que Dios mandaba a la gente por sus pecados.  Es increíble la de personas que piensan que hay un sentido, una relación causa-efecto detrás de esta pandemia. Yo sinceramente soy bastante escéptica al respecto. Creo que esto ha pasado porque los virus existen, están ahí, y en un mundo globalizado su expansión acelerada es inevitable. No creo en conspiraciones ni en castigos divinos, ni en la naturaleza rebelándose contra el hombre en forma de bicho invisible. La naturaleza tiene formas mejores de vengarse por medio de huracanes, inundaciones, sequías, tsunamis, terremotos, etc. Los virus están ahí desde el principio de los tiempos; lo que pasa es que nos creemos a salvo de todo y éste ha venido a recordarnos que seguimos siendo vulnerables, que no somos ni mucho menos invencibles ni tenemos superpoderes. Ha venido a darnos un baño de humildad. Somos mortales, nuestro bienestar tan duramente conquistado está sujeto con pinzas y cualquier cosa en un momento dado puede derrumbarlo todo. Es una buena lección pero no una venganza planetaria.

Otros piensan también que de esto vamos a salir mucho mejores, que vamos a cambiar nuestro modo de vida y seremos mucho más respetuosos con el medio ambiente y blablablabla... En fin, también soy escéptica con respecto a esto. Yo no creo que de esto vayamos a salir ni mejores ni peores.  Vamos a seguir siendo exactamente igual. Saldremos un poco más acojonados y durante algún tiempo tomaremos un montón de precauciones porque las cagaleras nos mantendrán físicamente alejados a unos de otros y durante una temporada igual la gente rehuye las aglomeraciones y los desplazamientos masivos ésos que tanto gustan. Pero poco más. En cuanto se nos pase un poquito el canguelo volveremos a consumir como locos todo lo que se nos ponga por delante (bueno, los que puedan), las carreteras se llenarán de coches que formarán interminables caravanas para escapar en masa a la costa cada finde, los aeropuertos estarán petados de personas con decenas de bultos en un éxodo sin fin, volveremos a ver por la tele esas imágenes dantescas de playas atestadas con la gente hacinándose una encima de otra... en fin, seremos los de siempre, y esto pasará a ser un recuerdo de un tiempo extraño que conseguimos superar.

Puede que quien saque más beneficio sean los Gobiernos de todo pelaje, que probablemente aprovecharán la coyuntura para controlarnos un poquito más y recortarnos unas cuantas de esas libertades tan arduamente conquistadas. Nos resignaremos a ser un poquito menos libres, a que nos tengan localizados constantemente y sacrificaremos nuestro derecho a la privacidad en beneficio de una causa mayor como es la Salud Pública.  Tal vez tengamos que llevar un microchip o algo así en el que nuestro historial clínico determinará dónde podemos o no ir, en qué ciudades o países seremos bien recibidos y en cuáles no nos dejarán ni asomar la nariz.

Y poco más.  No me hago muchas ilusiones. Creo que el ser humano es bastante pertinaz en sus usos y costumbres. Y del mismo modo que tenemos una capacidad de adaptación al medio prodigiosa y que nuestro instinto de supervivencia es enormemente poderoso, también nos aferramos a nuestras filias y fobias con uñas y dientes.

Todo esto pasará y el Corte Inglés y Zara volverán a abrir sus puertas, para quien aún tenga la tarjeta de crédito en disposición de seguir echando humo. Eso sí, para muchísima gente lo que de verdad quedará serán las terribles secuelas económicas, que eso sí es para echarse a temblar. Al final recordaremos el confinamiento casi como una etapa tranquila y feliz, al menos los que no hayamos perdido a ningún ser querido en la batalla.  Puede que incluso lo echemos de menos cuando tengamos que enfrentarnos a esa otra pandemia que nos acecha y que sí que devora todo lo que toca: la pobreza.

Pero eso ya si eso lo dejo para otro post.

sábado, 18 de abril de 2020

Lolitas y Lolitos: juegos del Coronavirus

- Dromedario.

- Cómo que dromedario?????

- Dromedario. Dromedario, mamá.

- Dromedario como vehículo?

- El dromedario es un vehículo en muchos países.

- Ya, como pulpo animal de compañía, no?

- El dromedario es el medio de transporte de muchísimas personas.

- Ya, y el burro también, pero no es un vehículo.

- Es un vehículo. Busca en el diccionario la palabra vehículo.

- Por esa misma regla yo puedo ser un vehículo si te cojo en brazos.

- Venga mamá, que hay muy pocos vehículos con la D, vamos a dejárselo.

- Huuummmmm!! En fin, vale, te lo apuntas. Pero vamos, que está muy cogido por los pelos.

- Vale. Pero me lo apunto.

- Bueno, seguimos. Personajes con la L. Yo tengo Lolita, de Nabokov.

- Esa quién es?

- Esa es un personaje de una novela muy famosa que escribió un tipo que se llamaba Nabokov. Y además es una película.

- Pues a mí no me suena.

- Ni a mí.

- Ni a mí tampoco.

- Anda que vaya nivel cultural de mierda tenéis.  Bueno, qué tenéis vosotros?

- Yo he puesto Lolito Fernández.

- Ese quién coño eeeeees?

- Es un youtuber. Manolito Fernández, pero le llaman Lolito.

- No me lo creo, te lo has inventado.

- Que sí mamá, joder, que existe, búscalo.

- Sí, mamá, yo también lo conozco.

- O sea, que no sabéis quién es la Lolita de Nabokov pero sí conocéis a un capullo que se llama Lolito Fernández y hace gilipolleces en un canal. Vaya nivelazo!

- A ti te hemos pasado como personaje con la A al Ángel de la guarda.

- El ángel de la guarda es un personaje bíblico, como la Virgen María o San José.

- Pues yo no sé quién es.

- Claro, a ti sacándote de  "Los hombres de Paco"....  que te vale para todas las letras. Paco el de Los hombres de Paco, Mariano el de Los hombres de Paco... Y encima vas y te inventas a una Natalia de Los hombres de Paco. No tienes tú morro ni na!

- Qué quieres? Me sonaba que había una Natalia.

- Claro, si por probar nombres a ver si cuela! Y no hay ningún Dromedario en los hombres de Paco??

- Jo, mamá, qué borde eres!! Tienes muy mal perder.

- Y tú un morro que te lo pisas.

- Bueno, venga, mueble con la P.

- Puerta.

- Puertaaaaaaaaa??????????