Ya lo he dicho un montón de veces: si por mí fuera yo le daría la independencia a Cataluña mañana mismo. Y al País Vasco también. No haría falta ni que la pidieran, se la ofrecería sin más:
- Quieren ustedes la independencia? Pues tomen, ahí la tienen.
Yo le daría la independencia a cualquier pueblo a poco que manifestaran sus habitantes el más mínimo interés por ella. Con que hubiera un partido nacionalista al que votaran más de 4 ya le estaba yo ofreciendo la secesión sin contraprestaciones ni nada, gratis, hala, venga, pafuera ya.
Y lo haría por puro sentido común y por instinto de supervivencia.
Llevamos más de dos años hablando sin parar de Cataluña. Toooooodo el tiempo y a tooooooodas horas. La prensa ocupa buena parte de sus páginas con este asunto, los programas de la tele le dedican horas y horas, siempre tratando los mismos temas y todo el mundo repitiendo las mismas cosas. Oye, que dos años son muchos años. Y los dos anteriores también le dimos vueltas por activa y por pasiva pero al menos entonces también hablábamos de vez en cuando de otras cosas, de corrupción, de crisis, de paro, de vivienda... Ahora ya no, ahora sólo hablamos de Cataluña y punto. Es muuuuuuuy cansino, de verdad.
Yo tengo muchísimas ganas de que en este país empecemos de una vez a preocuparnos de las cosas realmente importantes, y eso no pasará hasta que no nos dejemos de debates territoriales y chorradas de ésas. Está claro que la inmensa mayoría de las regiones no tienen el menor problema con el Estado de las Autonomías. En todo caso puede haber un problema con la financiación que habría que resolver y zanjar de una vez por todas dejando bien claro cómo y en qué condiciones se repartirá el dinero. Pero eso es todo, nadie discute nada más. Salvo los mismos de siempre.
Llevamos desde el principio de los tiempos luchando contra el sentimiento nacionalista en Cataluña y País Vasco, contra el chantaje de sus representantes políticos, contra sus extorsiones constantes. Como todos los gobiernos en minoría han tenido que echar mano de ellos para aprobar investiduras, presupuestos y leyes varias, ellos venga a pedir y los gobiernos venga a dar. Y está claro que cuando se ponían a pedir no estaban interesados en el bien común ni en mejorar las condiciones de todos; no, ni de coña, ellos pedían para su terruño y si el gobierno de turno quería su apoyo tenía que ceder y conceder en un círculo vicioso sin fin. Porque además en el momento en que se le cruzaban los cables a un partido nacionalista se dedicaba a arengar a sus masas y a movilizarlas contra el Estado.
Siempre lo he dicho y cada vez me reafirmo más: los nacionalismos son un cáncer social, al mismo nivel que las religiones. No traen más que radicalismo, irracionalidad, conflictos y desgracias. Los nacionalistas son tan fanáticos como los fundamentalistas religiosos; no ven más que a través de su fe, unos a través de su dios y los otros de su patria. Dos cánceres malignos y destructivos a más no poder.
Nos pasamos la vida hablando de estas gilipolleces y nos olvidamos de grandes y acuciantes problemas que se nos vienen encima y de los que no hacemos ni puto caso. Por ejemplo, por poner un suponer, para mí el más gordo y uno de los más ignorados: el envejecimiento de la población. Ésta es desde mi punto de vista la amenaza mayor para nuestra sociedad.
Digan lo que digan los políticos, las pensiones son insostenibles; llegará un momento en el que habrá 8 viejos por cada trabajador. Ni aunque ganemos cientos de miles de euros podríamos costear eso.Y no son solo las pensiones; es que la gente llega casi a los 100 años, sí, pero la inmensa mayoría en condiciones penosas; el que no tiene Alzheimer o cualquier otra enfermedad degenerativa que precisa atención permanente es porque tiene 40 achaques que requieren constantes pruebas médicas y decenas de medicamentos. Huesos que se rompen, prótesis, camas especiales, sillas de ruedas, grúas para moverlos, pañales... Cómo se sostiene una Sanidad así? Y quién la sostiene? Cómo se van a costear las necesidades interminables de estas personas dependientes que para seguir respirando precisa cada una el equivalente a los sueldos de 20 trabajadores de los de antes, los de los buenos tiempos?
Pues bien, mientras se nos viene este problema encima con todas sus implicaciones de orden económico, social, ético y político, nosotros seguimos dándole vueltas como gilipollas a cómo conseguir que Cataluña "encaje" mejor en España, que se sienta más cómoda, que los catalanes estén contentos y felices en un nuevo modelo territorial diseñado específicamente para ellos.
Hossssstia, tenemos un cataclismo en ciernes y nosotros preocupados de que los catalanes se vayan o se dejen de ir. Es como si te diagnostican una enfermedad mortal, te quedan 4 meses de vida, y tú te pegas un sofocón porque te ha salido una espinilla en la nariz.
Mientras esta gente no se vaya y sigamos dedicando todo nuestro tiempo y nuestras energías a contentarlos a ellos (siempre infructuosamente, por supuesto) no empezaremos a preocuparnos de las cosas importantes. No sería ideal que se les diera la independencia, a ellos y a todo el que levante el dedito, y que nos quedemos exactamente los que queremos estar, los que no tenemos el menor problema en ser de aquí o ser de allá, los que estamos interesados en vivir mejor, en buscar soluciones para los problemas acuciantes, en encontrar una fórmula para hacer sostenible este mundo? Que nos quedemos pocos pero bien avenidos, que el país se reduzca a la mitad si hace falta pero que no nos pasemos la vida luchando unos con otros y poniéndonos a parir. O soportando extorsiones y amenazas de los chulos de la clase.
Que se vaya quien se quiera ir. Y si Cataluña se va estupendo, que le vaya bien. Y si Tabarnia se quiere quedar que se quede. Y lo mismo con todos y cada uno de los pueblos de este país. Pero que se vayan yaaaaaaaaaa por favoooooooor! Dos años más así y empezará a haber suicidios en masa; la gente no podrá soportarlo; es inhumano, es inmoral.
CATALANEEEEEEES, SI NOS QUERÉIS IRSEEEEEEEEEEEEE!!
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