Veo el Salvados de anoche sobre la trata de blancas y me quedo completamente horrorizada.
Évole entrevista a una chica rumana que durante varios años se dedicó a la prostitución en unas condiciones de explotación, deshumanización y hacinamiento terribles. La chica habla con una claridad y una coherencia sorprendentes. Después de una experiencia así de traumática, su testimonio es escalofriante así como la serenidad con la que analiza todo lo que le ocurrió.
Una de las cosas que más me impresiona es la frialdad con la que habla de su clientela. Ella divide a los puteros en dos grupos básicos, a saber:
1. El putero "bueno", el empático, el que habla con ellas y les pregunta pero que no es mucho mejor que los demás porque al final lo que quiere es recibir su servicio y punto, aunque revista esa transacción comercial de un mínimo de humanidad.
2. El putero que lo que busca es sencillamente un vertedero en el que vaciarse y que pasa totalmente de la persona que le está practicando el servicio.
Hay un grupo más, que es precisamente el que decidió a esta chica a salir del infierno: el de los sádicos, los aficionados al sexo extremo, cuanto más brutal mejor, un grupo en principio minoritario pero cada vez más numeroso, que con sus prácticas suele realizar verdaderas carnicerías e incluso a veces llevar a las prostitutas a la muerte.
Varias veces he hablado en este blog sobre prostitución y siempre digo lo mismo. Soy partidaria de la regularización de esta actividad porque me parece la única forma de controlarla, garantizar las condiciones de trabajo de las prostitutas y sobre todo combatir la explotación y la trata. Las actividades opacas se prestan muchísimo al tráfico ilegal, lo mismo con drogas o cualquier otra mercancía que con las personas.
Por otro lado siempre he pensado que existen prostitutas que se dedican voluntariamente a ese trabajo y hasta asociaciones en las que reivindican eso precisamente, la regularización y dignificación de su actividad. Están dispuestas a ser unas trabajadoras normales, a pagar sus impuestos y a cotizar a la Seguridad Social a cambio de salir de la alegalidad en la que viven.
Siempre he creído que la prostitución se erradicará por completo no a base de prohibiciones ni de persecución sino con el cambio de valores de la sociedad, es decir, a base de educación. Cuando no haya tíos que conciban la idea de pagar a cambio de sexo porque valoren a la otra persona como tal y no como un mero agujero en el que desahogarse. Entonces simplemente el oficio desaparecerá porque no habrá demanda.
Sí que da un poco de miedo la deriva de la sociedad en este aspecto, que no va ni mucho menos encaminada en ese sentido que a mí me gustaría. El acceso fácil de los niños a la pornografía, y no a una pornografía normal sino a las más extremas y violentas, no augura nada bueno. Muchos chicos se inician en la sexualidad con la contemplación de imágenes muy fuertes e impactantes que a su edad son incapaces de asimilar y gestionar. Por eso, dicen los expertos, se dan esos espeluznantes casos de niños que violan a otros niños o que se sienten impelidos a imitar a grupos de violadores como la tristemente famosa "Manada". Es escalofriante que muchos de ellos puedan llegar a pensar que ese tipo de sexo es "normal", deshumanizando por completo a la otra persona y despojando de cualquier emoción la actividad sexual.
En fin, es un tema muy complicado, pero a mí la clave me sigue pareciendo que está en la figura del putero. Según Salvados, un 40% de los hombres han usado alguna vez los servicios de una prostituta. Es una cifra escandalosa. No me imagino la clase de hombre que acude a un club o que busca en un polígono a una chica para que le coma la polla, pero teniendo en cuenta la cantidad es obvio que a más de uno y más de dos tengo que conocer. Quiénes son? Son mis vecinos, o mis compañeros de trabajo? Son mis amigos? Son los mismos que ves sentados los domingos con sus mujeres e hijos en las terracitas de los bares tomando el vermú?
Según la chica rumana de la entrevista sí. De hecho ella trabajó después de camarera en un restaurante al que iban muchos de sus antiguos clientes, y no solo no se avergonzaban lo más mínimo al verla sino que algunos hasta le guiñaban el ojo con pretendida complicidad.
Esos tipos asquerosos a los que les importa una mierda lo que les pueda pasar a esas mujeres y que sólo las ven como un objeto de usar y tirar están disfrazados de personas normales, nos rodean, los vemos y muchos puede que hasta nos parezcan buenas personas. Es posible que llamen a los programas de radio para solidarizarse con los refugiados o para dar el pésame a los familiares de alguna víctima. Tal vez en su entorno les tienen por honrados padres de familia incapaces de hacer daño a una mosca. Igual van a misa todos los domingos y dan hasta lecciones de moral a sus allegados, no me extrañaría. Para mí no son más que bestias y me horroriza pensar que cientos de ellos están camuflados entre mis amigos y conocidos sin que yo sea capaz de distinguirlos.
Un taxista que llevaba a muchos a los clubs de carretera contaba que jamás hablaban de las chicas como de personas sino en función de sus "talentos": ésa tiene un buen culo, aquélla la chupa de puta madre... Ellos saben que muchas de esas chicas están ahí en contra de su voluntad y explotadas por un proxeneta, lo saben como lo sé yo y como lo sabemos todos, pero les da igual. Sólo quieren un sitio donde meter la polla sin que les molesten ni les coman la cabeza. Bestias, bazofia, basura, escoria, mierda.
No puedo evitar sentir hacia ellos un asco sin fin. Unas ganas inmensas de vomitar. Cerdos!
Estoy en desacuerdo contigo en algunas cosas. Por ejemplo, no creo que la existencia de la prostitución dependa de la educación. Hay mucha hombres que no tienen la facilidad de relacionarse con mujeres hasta llegar al sexo. Seguramente, parte de esos hombres verán asequible pagar por tener sexo. Y creo que por mucho que los eduques van a seguir ahí.
ResponderEliminarQue hay gente que acuden a sus servicios no por su personalidad, sino por sus "habilidades", pues claro. Nadie va a la cafetería donde te ponen las tostadas quemadas y el café malísimo por mucha simpatía que desplieguen sus camareros. Van a la cafetería donde les atienden rápido y lo que les ponen está bueno.
Por otra parte, sí que estoy de acuerdo (no podía ser de otra forma) en erradicar los abusos (secuestros, condiciones de casi esclavitud, ...) a los que se ven sometidas muchas prostitutas, como lo estoy con respecto a todos los abusos.
La prostitución debería ser una profesión totalmente regulada y controlada. Las prostitutas deberían ejercer voluntaria y libremente y pagar sus impuestos.
El problema es que la prostitución y la trata van tan de la mano y es muy difícil separar estos conceptos y entender la libertad de las mujeres de elegir su profesión, que a veces escogen "libremente" porque no ven otra oportunidad pero no porque quieran o porque no sean válidas para otro oficio.
ResponderEliminarHombre, válidas para otro oficio seguro que son; en un momento dado todo el mundo puede limpiar baños o cambiar pañales a un abuelo.
EliminarYa otra cosa es que quieras hacerlo para ganar una mierda o que prefieras este otro oficio. Yo soy mucho de dejar que la gente decida a qué quiere dedicarse.