viernes, 18 de agosto de 2017

Multiculturalismo. Todo vale?

Una de estas largas noches de verano discuto con una amiga sobre hasta qué punto determinadas actitudes humanas responden a la naturaleza idem o al componente cultural. Las charlas con mis amigas son altamente inspiradoras para mí. Como son bastante interesantes muchas veces me inspiran posts en los que explayarme sobre un tema.

Mi amiga y yo hablamos principalmente de sexo, de comportamientos que nos resultan aberrantes a nosotros pero que en otras culturas son perfectamente normales. Mi amiga opina que lo que no es normal no es normal y que hay cosas que son aberrantes per se; mi postura es que según la cultura a la que pertenezcas y en la que hayas sido educado hay cosas que son aberrantes y otras que son normales. Y a menudo de unas culturas a otras esto choca frontalmente.

Ejemplos, miles:

- Hay culturas en las que un hombre besando a otro puede ser motivo de repulsa social y familiar y hasta de condena a muerte; en la nuestra es perfectamente normal (bueno, se supone).

- Hay culturas en las que casar a una niña de 13 años con un señor mayor forma parte de la normalidad mientras que en la nuestra lo consideramos una barbaridad y el sexo con un menor es delito y motivo de repulsa social.

-  Hay culturas en las que maltratar a los animales es lícito y hasta encomiable y otras en las que está muy mal visto. (Esta última ambivalencia se da incluso sin salir de nuestra propia cultura. No se trata igual a un perro en el campo, donde se le considera un animal útil que si no realiza su trabajo no sirve ni se le necesita para nada que un perro de ciudad, un animal de compañía que forma parte de la familia).

- Hay culturas en las que agredir o violar a una mujer no es nada reprochable y sin embargo en la nuestra es delito. Es más, hace unos años en nuestra propia cultura follar con tu mujer aunque ella no quisiera era lo más normal, un derecho más del marido, y nadie se habría atrevido a denunciar un hecho así; hoy es motivo de cárcel.

- Hay culturas en las que las mujeres son propiedad del hombre y sin él no pueden hacer nada, no son nada, carecen de derechos, no pueden ni firmar un papel ni conducir, nada; en otras culturas las mujeres tienen los mismos derechos (o casi) que los hombres.

En fin, podríamos hablar de miles de aspectos del comportamiento de las personas que dependen fundamentalmente de la sociedad en la que se mueven,  que en unos sitios son aberraciones y en otros cosas perfectamente normales, y viceversa.

Por eso la inmigración es causa de tantos trastornos sociales y culturales. Hablamos con mucha alegría de multiculturalismo, de mezclas... sí, queda muy chulo cantar eso de

CONTAMÍNAME, MÉZCLATE CONMIGOOOOOO, QUE BAJO MI RAMA TENDRÁS ABRIGOOOOOO

Es muy chulo y muy bonito y todo. Ahora bien, yo planteo lo siguiente:

Hasta dónde somos capaces de aguantar ese multiculturalismo  que suena tan bien?

Por ejemplo:

- Estamos dispuestos a aceptar a la gente que es partidaria de seccionar el clítoris de las niñas?

- Estamos dispuestos a aceptar como iguales a los que creen que violar a una mujer es perfectamente lícito?

- Queremos convivir con gente que no respeta las normas de convivencia básicas? (Igual lo de la turismofobia tiene un poco que ver con esto. no?)

- Nos gusta que nuestros hijos vayan al colegio en nuestras escuelas laicas con muchachas que llevan la cabeza tapada por motivo de su religión?

- Si nuestra compañera de trabajo lleva burka o niqab porque ella así lo decide la aceptaremos igual que si  es francesa y viste pantalón y camiseta?

- Queremos tener de vecinos a tipos que consideran que a partir de los 13 años una niña es una mujer y por tanto perfectamente abordable, aunque ellos tengan 45?

- No te jode ni siquiera una mijillla que cuando tú llevas tu basura al contenedor perfectamente separada para ser reciclada venga alguien después con un gancho y la saque toda para llevarse lo que quiera, y lo que no le sirve lo deje tirado en la calle sin contemplaciones?

Y así podría seguir hasta pasao mañana sin parar. Pero mi tiempo, y también el vuestro, es limitado. No creo que haga falta mucho más.

Yo siempre he tenido una teoría: realmente nadie es racista (salvo unos cuantos muuuuuuuuy tarados como los del Ku-Klux-Klan o los supremacistas rancios esos americanos o los neonazis muuuuy nazis). A la gente no le molestan las otras razas; lo que le molesta principalmente es, sobre todo, los pobres de otras razas. Y si encima intentan imponernos cosas que culturalmente no podemos aceptar ya es cuando tenemos el lío. Eso sí, estamos dispuestos a aceptarlo casi todo siempre y cuando haya solvencia económica de por medio.

Ejemplo: en Marbella aceptan a los saudíes porque son ricos y hacen ricos a muchos negocios. Les importa una mierda si les rebanan el clítoris a sus mujeres y a sus hijas o si ellas no pueden salir a la calle si no es acompañadas por un ejército de guardaespaldas y sin enseñar ni un centímetro de piel.

Pero... si el inmigrante ilegal del piso de al lado es un  machista asqueroso como los saudíes, ése que se vaya a su puta casa!!!!!!!! Ahí el multiculturalismo... tch, como que no.

Otro caso interesante: a Lola Flores y a Camarón los quería todo el mundo. Eran personajes respetados socialmente e incluso adorados por su público.  Y siempre han llevado su condición de gitanos "con orgullo y satisfacción". Esos gitanos no han molestado nunca, igual que los moros ricos de Marbella.

Cuáles son los gitanos que molestan? Pues los que no se integran en la sociedad, los que siguen con su "cultura" de pruebas del pañuelo y de gitanas vírgenes y todo eso. Nos parece gente primitiva, indeseable, y no los queremos de vecinos. Pero si una familia gitana lleva una vida normal... se queja alguien?

Vamos a ver, planteo varias cuestiones:

1. Realmente en nombre del multiculturalismo estamos dispuestos a aceptar cualquier cosa?

2. Nos ponemos tiquismiquis con las costumbres ajenas solo cuando no hay pasta?

3. Existe el racismo o simplemente es puro clasismo?

4. Si un gitano es tu vecino y vive más o menos como tú y no enciende hogueras en el bloque para montar juergas flamencas... tú tienes algún problema con ese tío?

5. Es igual que se venga a vivir al piso de al lado el futbolista rumano Stropomescu que una familia rumana que se tire todo el día yendo y viniendo con la basura de todo el barrio? Si esto último no te hace del todo gracia... eso es que eres racista?

Y quien dice el futbolista rumano Stropomescu (no existe, me lo he inventado, no lo busquéis en el Google, vale?) dice la anticuaria rumana Caprinescu. O la estudiante rumana Svretlava, que viene de Erasmus. Vamos, alguien que lleve una vida más o menos normal, sin molestar a sus vecinos.

A lo mejor lo que rechazamos no es la raza propiamente, sino  que venga gente que traiga consigo costumbres que chocan frontalmente con las nuestras, y sobre todo, con algunos valores que creemos esenciales.

Todo esto independientemente de que, si hay dinero de por medio,  nos importa una mierda que se traigan su cultura o su incultura. Como mucho nos atreveremos a hablar de ellos a sus espaldas con una mijilla de asco y los llamaremos en la intimidad "putos moros de mierda".  Pero a ellos les regalaremos nuestras mejores sonrisas cuando entran en nuestros negocios a hincharse de comer o de comprar.

Y hasta aquí llegan mis reflexiones sobre el maravilloso mundo del multiculturalismo. Ahí lo dejo para que vosotros saquéis vuestras propias conclusiones.

3 comentarios:

  1. Y tú qué opinas? Tu exposición clarísima pero, aunque se intuye, te he notado algo tibia a la hora de aclarar más. Si te soy sincero no soporto el olor de los rumanos en el autobús, la prepotencia y ambigüedad de los musulmanes al hablar de ISIS. Por el contrario, me caen genial los negros y los ecuatorianos y peruanos.

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    1. Bueno, creo que mi posición se intuye claramente en el post. No creo en el multiculturalismo a costa de todo. Creo que cuando alguien pretende emigrar y ser aceptado en una sociedad es esa persona la que tiene que acostumbrarse a la cultura de ese lugar y no a la viceversa. Sobre todo cuando sus costumbres atentan gravemente contra los principios de esa sociedad.

      Mucha gente pensará que algunos de mis posts tienen un tufo racista pero la realidad es que yo no tengo absolutamente nada contra ninguna raza ni religión ni nada, siempre y cuando se respeten las normas básicas de convivencia en nuestra sociedad, lo que implica trato igualitario a las mujeres, protección de la infancia y respeto a opciones sexuales distintas.

      Sólo dudo sobre una cosa. Qué haría yo si tuviera un negocio y viniera un saudí con su señora o señoras, todas con sus correspondientes burkas, y se gastara un pastizal en mi negocio? Me gustaría decir que bajo ningún concepto lo aceptaría como cliente y que lo echaría inmediatamente. Pero no voy a ir de heroína por la vida. Probablemente tragaría como traga todo el mundo, me embolsaría su dinero y al irse mascullaría: "cerdo asqueroso".

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  2. Quién te tilde de racista es que no te conoce en lo más mínimo. Otra cosa es tu sempiterna sinceridad y que a veces eres muy bruta. Pero todos los múltiples seguidores de tu blog, entre los que me incluyo, te queremos mucho y sabemos de tu respeto por los demás. Incluso alguno se enamoró de ti y bien que tú también lo amas.

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