martes, 25 de abril de 2017

Ay Lola Lolita Lola!

Hoy he tenido una experiencia traumática, me he quedado nuevamente en estado de shock.

Lola se ha escapado, la he perdido.

Durante un buen rato no me lo podía creer, se había idooooooooo!!!!!! Mi perrillaaaaaaa!!!!

Estaba toda conmocionada. Pero ha llegado un momento en el que he sido consciente de que no la podía encontrar, imposible.

Me puse a dar vueltas por nuestros lugares de paseo,  convencida de que la vería en cualquier momento corriendo hacia mí. Pero el tiempo pasaba y pasaba... y no aparecía. Al cabo de una hora me rendí y volví a casa. Cansada, derrotada, muerta.

No me pilló por sorpresa; se escapaba constantemente. Ya lo conté el otro día: rompía correas, collares, bozales... No es perra para estar atada. No creo ni que Borja Capponi pudiera hacer nada para solucionar eso.

Hasta el día de hoy se iba y volvía al momento, como mucho tardaba un minuto en aparecer. Pero esta vez no, esta vez se había ido de verdad.

Cuando llegué a casa estaba derrotada, hecha unos zorros, con la moral por los suelos... pero algo me decía que iba a volver. Sé que a posteriori es fácil decirlo pero es que es verdad, lo sabía!!!!!!

Varias veces me asomé al balcón pensando que estaría allí. Pero no. No volvió a casa; volvió al lugar justo desde el que se fue. Yo la dejé atada en la puerta del supermercado y allí volvió. Justo al sitio en el que me vio por última vez. Es un crack de perra, hossstia!

Me llamaron a casa cuando ya casi casi casi estaba por darla por perdida.

- Inma?

- Sí.

- Soy Margarita.

Margarita es una amiga de mi hija del barrio. Lo supe de momento.

-  Es por mi perra?

- Sí, bueno, yo no lo tengo, pero alguien la ha cogido y está aquí.

- Bajo enseguida.

Volvió!!!!!!! Volvió al sitio desde el que partió!!!! La encontraron tranquilamente sentada en la puerta del super. Y yo lo sabía!!!!! Juro que sabía que la encontraría, lo tenía más que claro.

La había visto desaparecer tantas veces antes que no tenía dudas. Tenía un poco de miedo, por si se iba a la carretera o algo así, pero estaba segura de que no, de que solo se había ido a pegarse un garbeo por ahí, a su bola.

Cada día lo veo más claro con Lola; tengo que dejarla libre. Ella no puede estar atada. No puedo estar sentada en un bar y quedarse quieta a mi lado. Lo he intentado de todas las maneras pero es imposible, se escapa, se siente atrapada, no quiere. No quiere caminar atada, no quiere correas; quiere correr, quiere volar!!!!!!!

Bimba no es así; ella es muy tranquila; es una perra ideal para pasear, para sentarse con ella en un bar, para tenerla en el regazo hecha un ovillo.

Nunca conseguiré eso de Lola, haga lo que haga. Porque ella no es así. Creo que los perros, como las personas, diga lo que diga Borja Capponi, también tienen su forma de ser, su temperamento, su carácter. Lola no es Bimba ni Bimba es Lola. Ni yo puedo pretender que sean iguales, que actúen lo mismo, que sean las perras ideales de mis sueños.

Yo puedo educar a Lola para que sea una perra sociable, para que conviva con nosotras y para que se comporte con los otros perrillos, pero nunca podré domar su temperamento libre. Lo he ido viendo claro cada día, pero lo de hoy ha sido la revelación absoluta.

Tengo una amiga que siempre lleva suelto a su perro.  Ella se sienta en un bar, se toma un café o una cerveza y deja que el perro corretee. Y él va como las balas de aquí para allá, pero siempre vuelve al lado de su dueña. Se puede ir al quinto carajo pero siempre aparece. Yo creo que Lola es igual. Y comprenderlo y aceptarlo ha sido un verdadero alivio.

Es como cuando aceptas que un hijo es como es, y dejas de presionarlo para que sea como tú quieres. O un novio, o un marido.

Es esa tranquilidad que entra cuando asumes que no está en tu mano cambiar las cosas, sino asumirlas, aceptarlas e intentar vivir con ellas tal y como son.

Lola es un espíritu libre. Sencillamente. No puedo mantenerla atada.

Pero le gusta su hogar. Sabe dónde está y ha decidido volver siempre a casa.

Ahora sí siento de verdad que es MI PERRA.

2 comentarios:

  1. Por mucho espíritu libre que sea, es obligación del propietario tener al perro controlado en todo momento. No puedes permitir que la perra ande pululando sola por ahí, por la que pueda liar.
    Te recomiendo que pidas ayuda a un profesional si no puedes entrenar a la perra tú misma o, en su defecto...¡que contrates un buen seguro de responsabilidad civil!.

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