lunes, 9 de mayo de 2016

Érase una vez... Romano

Me quedé impresionadísima viendo anoche el programa de Jordi Évole, que iba sobre la marranada judicial que le hicieron al ciudadano holandés Romano Van der Dussen, que pasó más de diez años en la cárcel condenado por tres intentos de violación después de haber aparecido pruebas de ADN de que el culpable era otro. No sé si sabéis de qué va el tema. Por si acaso os lo cuento, porque tiene tela marinera.

Van der Dussen era un prenda. En su país había tenido problemas de drogas, incluso había ingresado en alguna clínica de desintoxicación. Un buen día decidió venirse a un clima más benigno y se instaló en Fuengirola. Estaba fichado por la policía por un par de incidentes: una acusación de proxenetismo por parte de una exnovia suya y una denuncia por haber destrozado en el transcurso de una borrachera una marquesina del autobus.

Por aquellas fechas había una neura bastante gorda por la Costa del Sol; eran los tiempos de las violaciones y muertes de varias chicas por la zona. Recordaréis el caso de Rocío  Wanninkhof, por cuyo asesinato fue condenada por un jurado popular Dolores Vázquez, una  exnovia de su madre, que más tarde fue liberada por falta de pruebas concluyentes y totalmente exculpada cuando se descubrió que el ADN que aparecía cerca del cuerpo de Rocío era de un tipejo al que habían detenido por otra violación, Tony Alexander King. Os acordáis de todo aquello?

En fin, que había una paranoia importante por aquellos lares. La noche de autos se produjeron 3 ataques distintos en la misma zona de Fuengirola. Las violaciones no llegaron a consumarse por distintas causas, pero la policía llegó a la conclusión de que el atacante tenía que haber sido el mismo puesto que el modus operandi se repetía en los tres casos y las descripciones de las víctimas eran bastante parecidas, aunque diferían en algunos detalles: color de la camisa, color de pelo, etc.

En fin, basándose en las descripciones de dos de las víctimas (la tercera entró en shock postraumático y no recordaba nada, amnesia total), la policía elaboró un retrato robot del individuo, retrato que por cierto no se parece en nada a Van der Dussen.

Unos días después una patrulla policial detiene a Romano en una playa, se lo llevan a comisaría y allí le interrogan. Comprueban que tiene antecedentes (lo del proxenetismo y la marquesina rota), que el muchacho es un personaje, y deciden que es sospechoso. Lo someten a una rueda de reconocimiento en la que era el único extranjero y también el único que se parecía mínimamente a la descripción de las víctimas. El muchacho tenía coartada porque esa noche estaba a la hora de los hechos en el cumpleaños de un amigo y había un montón de testigos pero la policía, el instructor y todo el mundo pasaron olímpicamente de citar a esos testigos. En una de las víctimas fueron encontradas muestras de ADN  que no coincidían tampoco con el suyo, pero nada de eso aparecía en la sentencia condenatoria.  El tribunal lo condenó a 15 años basándose únicamente en el reconocimiento de una de las víctimas, porque la otra dudó en la rueda y la tercera era la amnésica.

Bueno, hasta aquí un injusticia más de las muchas que se cometen. Una investigación policial llena de errores, una instrucción negligente y un tribunal que pasa de indagar más. Unes eso al hecho de que el chaval no era un santo y a la paranoia que se vivía por la zona a cuenta de las violaciones y asesinatos de Tony King, y ya están todos los ingredientes para condenar al primer chivo expiatorio que pasara por allí.

Pero todo esto es pecata minuta comparado con lo que vendría después. Cuando Van der Dussen llevaba ya cuatro años de reclusión, con paliza incluida de los otros presos por violador y un par de años en aislamiento (23 horas al día encerrado y una de paseo por el patio) para evitar que lo mataran, resulta que en Reino Unido es violada y asesinada una chica y el ADN de su agresor coincide con el ADN aparecido en una de las víctimas de Fuengirola. Por lo visto existe un registro de ADNs y la INTERPOL tiene el tema controlado, así que de pronto llega al juzgado donde había sido visto el caso de Romano la información de que ha aparecido el culpable. Y qué creéis que hace ese juzgado? Soltar inmediatamente al tío que está en la cárcel condenado por esa violación que evidentemente no ha cometido? Pues no; se dedica a pedir más información y a pasar la bola a otro juzgado, y así el caso va pasando durante años de tribunal en tribunal y de oficina en oficina en una telaraña sin fin mientras que esta persona se estaba pudriendo en la cárcel.

Entretanto Romano pudo haber salido con libertad condicional al cumplirse la parte correspondiente de la pena o haber gozado de beneficios penitenciarios varios, pero eso no sucedió porque se negó a someterse a cursos de rehabilitación para violadores, puesto que seguía manteniendo su inocencia y él no necesitaba rehabilitarse de nada. Además periódicamente pasaba por un tribunal para concederle la condicional pero lo primero que le pedían era arrepentimiento de su delito y él no podía arrepentirse de algo que no había hecho. Otro quizás lo hubiera hecho para salir de la cárcel pero él tenía muy claro que jamás iba a confesar un delito de violación, que además le repugnaba especialmente puesto que su madre había sido violada a los 14 años, de resultas de lo cual quedó embarazada y tuvo una hija de su agresor, y la mujer ya estuvo traumatizada el resto de su vida, como es natural.  

Cuando Van der Dussen supo que había aparecido el ADN del verdadero agresor, otros tantos años después de saberlo el juzgado, contrató a un abogado que le ha estado llevando el caso desde entonces a pesar de que el hombre no ha cobrado absolutamente nada hasta el día de hoy puesto que su cliente es insolvente, no tiene ni un duro. Su defensor ha hecho centenares de escritos y ha acudido a todos los tribunales habidos y por haber, y así ha estado durante años hasta que en enero de 2016 Romano por fin salió de la cárcel, más de diez años después de conocerse las pruebas de ADN. Eso sí, exculpado solo de la agresión a esa víctima pero no a las otras dos. Aunque la sentencia condenatoria que lo ha tenido casi 14 años en la cárcel era bastante explícita en cuanto a que el agresor de las tres víctimas tenía que ser por fuerza la misma persona. Por lo visto eso valía para condenarlo pero no ha estado tan claro a la hora de exculparlo. Es pa cagarse en la madre que parió a to su nación.

Hace un par de años una periodista de El País sacó este caso a la luz, además en portada, y por lo visto eso sirvió para que en algunos despachos empezaran por fin a mover el culo y se acelerara el proceso; con todo y con eso Romano ha tenido que esperar dos años más para poner sus pies en la calle. Si esto no es para coger un Kalashnikov y ponerse a pegar tiros a todos los hijosdeputa responsables de esta barbaridad judicial que venga Dios y lo vea.

A todo esto durante la reclusión de Van der Dussen su madre, la única que creyó todo el tiempo en la inocencia de su hijo porque sabía lo que él sentía hacia los violadores, que además estuvo durante todo el tiempo escribiéndole diariamente cartas, la persona más importante en el mundo para este muchacho, su único apoyo … pues bien, la madre murió y a Romano la dirección de la prisión no le permitió ni siquiera despedirse de ella mediante videoconferencia cuando ya le quedaba poco tiempo de vida. Aun así Romano siguió negándose a firmar los papeles que le hubieran permitido salir de prisión. Jamás reconocería ser un violador porque, bastante lúcidamente, se daba cuenta de que una vez que firmara reconociendo esos hechos ya lo sería para toda la vida.

La verdad es que no sé cuántos responsables hay de esta retahíla de errores funestos pero lo mínimo es que todos ellos fueran destituidos inmediatamente de sus puestos. Esto no es un simple error, ni siquiera una simple cadena de errores. Esto es desidia, esto es indiferencia, esto es un crimen en toda regla; esto es gente que sabía que un inocente estaba en la cárcel y seguían pasándose la pelota durante meses y años, y seguro que se iban a sus casas a jugar con sus niños y a dormir tan tranquilos mientras este muchacho se moría de asco en una cárcel de un estado supuestamente democrático y garantista y esperaba en vano que un día alguien llamara a la puerta de su celda para decirle que por fin todo se había aclarado.

Qué indemnización merece Romano? Existe algún tipo de compensación por todos esos años perdidos? Por todo ese sufrimiento. Por no haberse podido ni despedir de la persona a la que más quería en el mundo. Quién le devuelve a ese hombre todo ese tiempo y le quita todo ese dolor?

Romano dice que no perdona. Natural. Además sigue en la lucha por demostrar su inocencia de las otras dos violaciones, así que su pesadilla no ha terminado todavía ni mucho menos. De momento lo tiene acogido en su casa el párroco de la cárcel. Tiene serios problemas para controlar sus emociones. El paso por la cárcel sabiéndose inocente y sabiéndolo todos los juzgados de España le ha dejado secuelas psicológicas dificiles de curar.

Y la cuestión es… quién va a pagar por todo este despropósito? O bueno… creéis que alguien lo va a pagar?

1 comentario:

  1. Esa es otra. Las élites profesionales siempre se van de rositas en casos de mala práctica. Estoy totalmente de acuerdo contigo sobre que en casos como estos debían pagar todas la personas que por acción u omisión han consentido tamaña injusticia, a sabiendas.
    Y menos mal que aquí no hay pena de muerte. He visto varios programas sobre estos casos en EE.UU. y es para temerle a ir allí.

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