Un poco de compasión

Andan los partidos estos días en discusiones sobre la nueva campaña electoral; reducir gastos, prescindir de la cartelería, del buzoneo, de los mítines, de esto y de lo otro.

Si por mí fuera sencillamente no habría ninguna campaña, porque llevamos en ella un año entero, con especial intensidad la que venimos soportando desde el 20-D. No veo ninguna necesidad de volver  a pasar otra vez por el trance doloroso de tragarnos a los líderes haciendo el ganso por las televisiones, demostrando que saben cocinar, barrer, tocar la guitarra, dar besos a sus esposas o cantar en esperanto. Ya sabemos de todas sus habilidades y competencias, y también de sus incompetencias, sobre todo para ponerse de acuerdo entre ellos, así que nos lo pueden ahorrar tranquilamente.

Sus caretos también nos los conocemos  de pe a pa en todas sus variantes, así que la cartelería se la pueden ahorrar igualmente sin problemas. Y el buzoneo, que tampoco hace falta porque en los colegios electorales ya hay papeletas de sobra. Y el pasearse por toda la geografía española vociferando sus arengas es un gasto totalmente innecesario porque solo van a verlos sus adeptos y los demás ya tenemos bastante con ver sus jetas a todas horas en la tele tanto si queremos como si no. Si quieren que convoquen una conferencia de prensa todos los días y vayan soltando el rollo así en fascículos para que los saquen en titulares en los telediarios y se queden contentos.

Pero una cosa que me sorprende es que todos (bueno, casi todos, el PP no está muy por la labor), están de acuerdo en que lo fundamental es que haya muchos debates. Debates a dos, a tres, a cuatro, a veinte, a lo que encarte. Y los medios… bueno, los medios es normal; ése es su pan, de eso comen. Los medios quieren tener cada cual su debate, que será con el mejor formato, con los periodistas más incisivos, y con la audiencia más entregada. En fin, que amenazan con recortar lo que haga falta la campaña tradicional pero a cambio de que tengamos un día sí y otro también un debate.

Y digo yo: cuántas veces necesitamos escuchar las mismas batallitas dialécticas entre las prendas lerendas estas? Alguien ha visto algún debate en el que alguien haya dicho algo nuevo que no haya dicho en los 120 debates restantes? De verdad hay que escucharlos mil veces decir las mismas gilipolleces para decidir nuestro voto? 

Si hay un formato de debate que consiga que todos expongan sus posturas sobre cada asunto y que éstas queden convenientemente claras, por qué no hacer únicamente ese debate, y ya el que quiera verlo repetido mil veces que se lo grabe o que lo vea luego en el YouTube?

Y luego están las entrevistas. También tenemos que tragarnos 200 entrevistas per capita? Si hay un solo periodista en el mundo capaz de sonsacarles algo nuevo, algo distinto a sus repetitivos discursos habituales, que ya nos conocemos de memoria, por qué no dejan que sea ese periodista el que los entreviste a todos y así nos ahorramos las 199 entrevistas restantes?

Además, los que tienen su voto o su no voto clarísimo ésos no necesitan campaña para nada. Y los que estamos en la duda, lo único que pueden conseguir si nos hartamos de verles soltando gilipolleces y haciendo el canelo todo el tiempo es terminar de disuadirnos y que nos quedemos en casita el día de marras. De verdad, que alguien de confianza se lo diga a ellos, que cuanto más los veamos va a ser peor, que no por mucho escucharlos a todas horas nos van a convencer más. Que esto no va así, que va al revés, tonnntos!

Por favooooooor, una entrevista por candidato. Porfavoooooooor, un solo debate. Un buen entrevistador, un buen debate. Y ya luego cada cual que los vea tantas veces como le dé la gana;  que quien quiera que se lo aprenda de memoria; que lo vaya escuchando con los cascos cuando salga a caminar o a hacer deporte; que se lo imprima y si lo desea lo enmarque y lo cuelgue en su dormitorio. Pero no más tortura, pordioooooossss!  Que falta más de un mes, un poco de compasión!!