El pasado 20 de marzo se celebró el Día Internacional de la Felicidad (sí, lo sé, ya hay días de todo, qué le vamos a hacer), y ese gran acontecimiento me ha llevado a meditar sobre eso de la felicidad. Pero qué invento es ése, que diría nuestra inolvidable Sara Montiel. Y así, pensando pensando (que ya sabéis que yo pienso un montón) he decidido elaborar un catálogo de las cosas que me hacen feliz. Para qué? Se preguntará más de uno. Pues para nada, por catalogar cosas, por deformación profesional, yo qué sé. Queréis dejar de preguntar chorradas?
1. MI TERRAZA
Pues sí, por patético que pueda parecer, a mí dos tristes metros cuadrados de terraza me hacen superfeliz. En mi terraza, tomando el sol en invierno o en verano a la sombra del toldo, cervecita en una mano y librito en la otra, y los niños abajo jugando al tenis o al fútbol, o en la piscina, juro y perjuro que ni la baronesa Thyssen ni la Shakira ni la jequesa de Qatar; que soy yo la tía más feliz del mundo. Esos pequevándalos chillando a grito pelao en el patio "Fullerooooooooo", "Mamáaaaaaa, mira ésteeeeeeeeeeeeeeee, dile aaaaaalgoooooo"... Y yo: "Juaaaaaan y Luissssss, ahora mismo subiendo parriba que os vais a enterar los dos de lo que vale un peine!". Posí, así soy yo feliz. Y sí, tengo el síndrome de la gallina clueca, lo sé, me gusta tener pululando a mi alrededor donde yo los vea a mis polluelos y a mi polluela, a mi prole al completo, qué passssa.
2. MI MARÍO EN LA COCINA.
Sé que esto suena muy pero que muy heavy y asquerosamente feministoide, pero es lo que hay. A mí un hombre me tiene que ganar por el estómago. Porque ni me gusta cocinar ni sé pero en cambio sí que me gusta comer, y mucho. Tener la buena suerte de dar con alguien que flipa pelando patatas, tirándose horas en la cocina, preparando delicatessens, y... lo mejor de todo y más increíble... lavando los cacharros a la par que los ensucia... eso... Pues sí, eso me hace muy feliz, lo confieso sin pudor. Porque además de que me resuelve la intendencia infantil y juvenil, lo cual es fundamental, a mí me tiene como una rosa rosae, lo que creo que influye bastante en mi estado de efervescente felicidad general. No en vano cuando mi cocinero me dice: "Qué wena questás" yo invariablemente le respondo "No es mérito mío; es que tú me tienes mu bien alimentá". Si algún día me abandona, lo cual podría llegar a ocurrir por muy agradecida que yo sea con sus propuestas gastronómicas, me veréis fenecer cual jardín abandonado por su jardinero. Aunque espero que tenga el detallazo de seguir dándome de comer.
3. MI MANOLO.
Mi Manolo es mi perro y me hace inmensamente feliz por muchísimas cosas, aunque aquí sólo apuntaré algunas de ellas: los saltos imposibles hasta el techo que pega cuando me ve entrar; cuando se me acurruca en el regazo por las noches mientras veo una peli; cuando vamos al veterinario y de puro pánico escala hasta mi hombro como si fuera un mono; cuando se tira un día malito escondido debajo de las sillas y de repente le tiro un hueso y corre a por él y sé que se ha curado. Pero lo que más me gusta de todo es... verlo cagar. Sí, amigos, así es; cuando lo saco de paseo y llega a su matorral (que él siempre caga en matorral y abona la tierra, que es un perro muy ecológico) e invariablemente practica su ritual defecatorio: da tres vueltas a velocidad ultrasónica sobre sí mismo, se agacha, levanta las patas traseras y, apoyado sobre las delanteras, no te lo pierdassssss, se echa a andar y caga. Que caga andando el figura, lo prometo!!!! Y yo disfruto que no veas, qué feliz soy viendo cagar a mi Manolo y con qué orgullo lo miro!!!!! Y cómo lo animo íntimamente, venga, campeón!!! Ayyyyy Manolo, qué grande eres!
4. MI BICI.
Os sitúo. Rabanales Beach. 7'30 de la mañana. Rampa que baja a la biblioteca. Dejar que pase todo el mundo, que la cuesta se quede libre y entonces... dejarte caer, y volaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaar! Pura adrenalina, wawwwwwwwwwwwwww! Y que luego me cuenten a mí historias del surfing y del skate y del parapente. Venga yaaaaaaaa! Esssa Inma libre como el viento en su bici bajando esa cuesta! Cada vez que pienso que los politicuchos de mierda estos me quieren obligar a ponerme casco para joderme uno de mis mejores momentos del día me cago en su puta madre y en to su nación! Cabrones!!!
5. MI CLUB DE FANS DE LA RENFE.
Pos sí, tengo también un pequeño pero entusiasta club de fans de conductores de tren que para sí lo quisiera más de una y más de dos, y que me tienen la autoestima a la altura de la estratosfera. Puede parecer una gilipollez, y posiblemente lo sea, pero teniendo en cuenta que tengo 47 tacos y la invisibilidad me acecha con sus garras implacables, el hecho de que haya cuatro o cinco señores que me regalan la oreja con cierta regularidad me produce muchísima satisfacción y no poco ensanchamiento de cintura. Si fuera sólo uno también me haría ilu, pero oye, es que encima son un puñaíto muy apañao. Que si el chiquitillo, que me dice que soy lo más bonito que pisa Rabanales; que si el del bigote, que me sube a la cabina pa enseñarme cómo se lleva el tren; que si el bizco, que me dice que soy la que más mejor anda del mundo mundial; que si el mañico, que me regala las cosas chulas que la gente se deja en el tren... Joder, que trabajo en un campus universitario y cada día se montan en ese tren algo así como 25.000 pibones de 20 años!!!! Que lo de mi club de fans tiene mérito, qué coññño!!! (Aunque también es verdad que parte del mérito es de mi marío, que me tiene muy bien alimentá). En fin, que mis treneros me dan vidilla, lo reconozco. Y si puedo mover un pelín más el culo por el andén en honor a ellos, pos lo muevo y punto, qué passssssa? Una, que es agradecía!
6. MIS CRÍTICAS DEMOLEDORAS.
Que me gusta a mí hacer críticas cinematográficas demoledoras! Y cuanto más pretenciosas las pelis y más de culto y más Palmas de Oro en Cannes más me gusta ponerlas a parir. Conste que a veces, con todo el dolor de mi corazón, me tengo que joder y hacer una crítica buena de alguna de ellas, pero afortunadamente son las menos y siempre consigo vengarme de su director. Últimamente me ha ocurrido con un japo, Yasujirô Ozu, que el cabrón me gustaba, y de verdad que no he parado hasta no encontrarle una peli con la que pudiera darle estopa y vengarme por mi debilidad con él.
7. NENA, TÚ VALES MUCHO.
Que mi jefa me diga: "nena, tú vales mucho". No es por pelotilleo pero he tenido que dar con ella para oirlo. Que yo de toda la vida de dios he valido lo mismo y he trabajado igual pero oye, que gusta que te lo reconozcan y te lo digan. Desde aquí hago un llamamiento a los jefes que puedan leer esto: que sepáis que a los subordinados también nos gusta que nos pelotilleen de vez en en cuando a poder ser profusamente y sin paliativos.
8. MI MOMENTO "CERVECITA EN LAS CRISTALERAS".
Invariablemente (salvo causa mayor, claro está) todos los días a eso de las 14'30 chapo el chiringuito, le digo hastaluegolucas a mi ordenador y a mi compi y me bajo a la cafetería de las Cristaleras a echar mi cervecita. Allí es donde recibo si alguien tiene ganas de charlar conmigo, porque el resto de la mañana me hermetizo en mí misma y hago uso de mi derecho a la asociabilidad. A esa hora es cuando empiezo a ser persona social, humana y comunicativa a la par que cervecera y aunque yo voy con mi libro y la sana intención de dedicar ese rato a la lectura mientras me refresco el gaznate también es verdad que si alguien busca mi compañía es una hora propicia y me muestro todo lo amable, grata y risueña de lo que soy capaz... en horario laboral.
9. REIRME DE LOS FACHAS.
Descojonarme de los fachas por la Internés es una de mis mayores y más gratificantes aficiones. Para mí meterme con la caverna en sus ciberantros es un placer como hay pocos. Me recorro cada día sus sitios favoritos: en prensa mi periódico de cabecera es El Mundo, en radio Herrera en la Onda y en la tele siempre que puedo 13TV e Intereconomía son mis cadenas de referencia. Lo reconozco, me apasiona el mundo facha y disfruto como una enana. Y si encima son meapilas mejor todavía, más escarnio y más regodeo. Porque si hay una cosa que a los fachas les repatea es que te chotees de ellos y que además se note que te lo estás pasando bomba. Bueno, he recibido amenazas de muerte y todo; algunos hasta me han hecho vudú, y me consta que muchos me odian casi tanto como a Zapatero o a Rubalcaba, que eso es un nivelazo, tú. Pero mira, yo me lo paso como los indios viéndolos despotricar y lanzarme sus dardos envenenados, que obviamente dan en piedra pómez y tal como llegan rebotan y se vuelven contra ellos. En fin, cada cual tiene sus vicios y sus perversiones, y ésta es la mía.
Y bueno, éstas son básicamente las cosas que me hacen feliz. La felicidad sería para mí un compendio de todas ellas. Si os dais cuenta al final la felicidad consiste en pequeñas chorradillas pero que a lo tonto a lo tonto, tacita a tacita, hacen un completo. Y así, habiendo hecho mi catálogo, el año que viene cuando llegue el Día Internacional de la Felicidad, si todavía estoy vivita y coleando, podré hacer recuento y comprobar matemáticamente mi grado exacto de happiness. Este post será algo así como mi FELICÍMETRO. Con lo que me gusta a mí tomar medidas! Otro día, si eso, os hablo de mi falómetro.
Comparto casi todas y algunas más! El casi es porque aún no tengo ni marío ni Manolo, los tendré, Manolo prioritario.
ResponderEliminarY en estos diez años que tengo por delante mi meta es conseguir la número 7 y 8!!!!
Pero sin duda alguna mi número favorito siempre fue el 9.
La hija de LOLIÁN, ja ja.
Pues mira, hijadelolián, si compartes aunque sólo sea una parte de esas pequeñas cosas que a mí me dan tanta felicidad, tienes un montón de posibilidades de conseguir todas las demás. Y te felicito por darte cuenta de que un Manolo es factor fundamental. Lo del marío... bueeeeeno, en un momento dado se puede prescindir, pero de un Manolo nunca.
ResponderEliminarTn cuidado cuándo vayas en bici a las 7 de la mañana, que hay por ahí una tal Inma Ruiz de Julián, que odia a las mujeres que están en la calle a las 7 de la mañana en vez de estar en la cama. Te transcribo lo que dice: "A mí me iba a ver nadie de paseíto a esa hora si no me obligara el mandato divino de ganarme el pan con el sudor de mi mente! Señoras, son ustedes unas degeneradas, unas inductoras al crimen, unas verdaderas máquinas de tocar pelotas. VAYÁNSE A LA CAMA , JODER, Y VUELVAN A LEVANTARSE A UNA HORA DECENTE, COÑÑÑÑÑÑO!" Un saludo. Sin acritud
ResponderEliminarTú lo de la comprensión lectora como que no, no? Has leído bien, con las gafas y eso, lo que odia la tal Inma Ruiz de Julián? Porque transcribirlo, lo has transcrito estupendamente pero enterarte, nanay de la china. Anda, ponte los prismáticos y vuelve a leer, Grijander.
EliminarEntrañables episodios.
ResponderEliminarNo te gusta ni cocinar ni tampoco sabes... pues ya somos dos. Pero me temo que tarde o temprano tendré que aprender, pues por lo que veo es la nueva moda que impera entre el sexo femenino... tener al hombre todo el día en la cocina para vuestro deleite particular. No es machismo ni nada, ni estoy pretendiendo hacer apología de ideas tradicionales, sencillamente no me gusta nada pasar tiempo en la cocina... Así no hay manera.
Y difícil es hallar a un varón no demasiado vetusto al que le encante dárselas de Ferrán Adriá sin conocer tregua.
Pero tú no eras cocinero?
EliminarEso antes. Y estuve un mes de prácticas. El otro chico de prácticas estaba de camarero y a él le cogieron y a mí no. Entonces era cuando me daba cabezazos contra la pared preguntándome por qué coño me había metido de cocinero, y no de camarero, cuando cocinar, ¡no había cocinado en mi puta vida!
ResponderEliminarAhora mismo soy mensajero de a pié por Madrid y hasta hace cuatro días, los fines de semana era dependiente en FNAC. Lo cierto es que me ha venido genial que me echaran, pues de lo contrario no tendría vida los fines de semana.
Yo soy un tipo honrado y trabajador. En un trabajo estoy dispuesto a hacer lo que haga falta, y aprender todo lo que pueda. Es más, así lo quiero, pues sin saber hacer nada no llegas a ninguna parte. Cuando estaba en la cocina lo daba todo y más para hacerlo lo mejor que pudiese, me esforzaba al máximo. Y disfrutaba cuando sentía que algo me salía bien. Otra cosa muy diferente es cocinar en casa... no me gusta. Pero ahora que me he echado novia (justo el fin de semana en el que me echaron, de ahí que no sienta ninguna lástima, aunque ahora vaya a tener menos dinero al mes) cuando me toque cocinar me voy a tragar toda mi pereza y seguro que lo haré fenomenal, aunque me tenga que tirar todo el día en la cocina.
Lo que son las cosas... jamás me imaginé a mí mismo teniendo que cocinar para alguien en horario extralaboral, pero ahora estoy dispuesto a eso y a todo lo que haga falta y más. xD
ResponderEliminarPero tú no eras gay?
EliminarJajajajajajajajajajajajajaja.
EliminarDe haberlo visto unos días antes, me hubiera hecho más gracia aún, porque el caso es que a día de hoy me temo que tendré que empezar a empezar a contemplar seriamente esa posibilidad. Las tías están taradas en el 99% de su totalidad. Es imposible entenderlas. Será que se me ponen a tiro solo niñatas inmaduras (que teniendo en cuenta la edad en la que estoy, sería lo más natural, pero bueno), pero es que diosss, que martirio. Por un lado apetece y tal, pero luego cuando ves que son tontas del culo y tienen poca cultura y tal, entran ganas de mandarlas bien lejos. De seguir esto así voy a acabar por ponerme a Steve Buscemi en el perfil de mi whattsap y de estado: Si quieres ligar conmigo y no sabes quién es este tío, ni te molestes en hablarme. jajajajajaja Sería épico.
PD: No, no soy homosexual. Ya lo deberías de saber por mi 'crítica' a Brockback Mountain, pero sí, nunca está de más despejar dudas.
Jo, pues habría jurado que fuiste tú quien me lo dijo una vez que yo te pregunté algo así como "a ver, qué pensarías tú si un tío te metiera mano blablabla...?" y entonces tú me dijiste "Yo soy gay". Claro que igual fue una coña.
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