1. Raquel Bermúdez va en su bici como cada día a las 7 de la mañana y al pasar por Gran Vía Parque de repente se cruza con un grupo de señoras en chándal, vestimenta que aborrece desde que tiene uso de razón y capacidad de aborrecimiento. Inmediatamente siente una inmensa tentación de pedalear mucho más rápido y atropellar a una de esas señoras por interrumpir abruptamente su recorrido matinal. Decide que su víctima bien podría ser la del pantalón gris y la camiseta roja, tal vez porque le parece una verdadera ordinariez vestirse de rojo a las 7 de la mañana para pasear, tal vez porque la señora lleva un peinado infernal con mechas verdosas que la hacen merecedora del peor de los castigos. La señora tiene 68 años, es auxiliar de enfermería jubilada y se llama María Dolores Serrano.
2. María Dolores Serrano, a la que sus conocidos llaman Loli, se ha levantado de mal humor porque Pepe no ha parado de roncar en toda la noche, y encima cuando ha salido a pasear con sus amigas por aquello de controlar el colesterol, esa ciclista loca con pintas de perroflauta ha estado a punto de partirle una pierna. Bien que la ha maldecido cuando ha pasado a dos centímetros, que se le ha erizado y todo la piel. Pero eso no ha sido lo peor; lo peor es que llegando a Medina Azahara se han cruzado con un señor que llevaba atado a una correa a su perro, un bicho peludo asqueroso cuya mera visión casi ha estado a punto de hacer vomitar a Loli. Ellas iban andando tan tranquilas, pacíficamente, cuando el puto perro de los cojones ha levantado la pata y se ha meado justamente... en su pie!!!!!!!! A todo esto el dueño, un pederasta en potencia, mirando a una panda de chiquillas con uniforme, sin percatarse de la hazaña de su can. Loli se caga en su puta madre y en toda su nación. El dueño del perro responde al nombre de Paco González.
3. Paco González se caga en todo lo que se menea porque tiene una resaca de cojones y no tiene más remedio que sacar a Judas Iscariote a mear, que por algo le puso el nombre al puto perro. Paco se la pegó anoche con un compañero de trabajo y no sólo Marta no le dirige la palabra desde que llegó a cuatro patas y ella tuvo que abrirle la puerta porque no atinaba con la llave, sino que hoy, exactamente a las 6'45 ella le ha dado un codazo y le ha dicho escuetamente "El perro". Como ha podido se ha echado encima una chaqueta (ni siquiera se desnudó anoche) y se ha tirado al asfalto. Por el camino se cruza con unas niñas de cole de pago, menudos zorrones, si se cortan más las faldas se las pueden poner de felpas. Y en esto que está descuidado calculando cómo pueden esos padres dejar salir así a las niñas cuando cruza la calle y una moto está a punto de dejarlo hecho un felpudo en la calzada. Hijadeputaaaaaaaaa, es que no ves por dónde andas?????? En la moto va Esperanza Pérez.
4. Esperanza Pérez, Espe para los amigos, anda preocupada porque el casco le va a arruinar la obra de arte de peluquería que le costó ayer la impresionante suma de 75 euros. Tinte, corte y plancha, todo para qué. Pues para enchufarse hoy el artefacto y dejar el pelo hecho un asco. Tan embebida va en lo suyo que no ve al viejo ese que se le ha cruzado con un chucho más feo que pegarle a un padre. Será gilipollas el tío, cómo es que no mira antes de cruzar. Y encima parece que se ha puesto a chispear, lo que le faltaba para el pelo. En esto que le sale en una rotonda una furgoneta por la izquierda y está a punto de merendársela viva. Uysssss, por chiripa no lo cuento. Gilipollaaaaaaaaaaaaaaas, que vas por la izquierdaaaaaaaa! La furgoneta la conduce Andrés Jiménez.
5. Andrés Jiménez, a quien su madre llama Andresito para distinguirlo de Andrés padre, está cabreado porque el Madrid perdió ayer, y encima contra el Deportivo de La Coruña, cagoensusmuertos!!!! Lo que tenía que haber sido un paseíllo y un triunfo sin paliativos se convirtió en una pesadilla. A Cristiano Ronaldo lo tenía tan marcado un cabronazo que casi no podía moverse y el resto del equipo parecía una panda de aficionadillos de tres al cuarto. A Andrés algunos días le gustaría haber nacido del Barça pero le ha tocado en desgracia este sino. Reza todos los días para que Mourinho desaparezca de su vida y todo vuelva a la normalidad pero hasta ahora sus oraciones han caído en saco roto. Para colmo ha estado a punto de llevarse por delante a la motorista esa del casco rojo, que por cierto tiene pinta de estar muy buena. Menos mal que la semana que viene jugamos contra el Celta, que son unos mataos, aunque tal y como vamos capaces somos de perder también, laputaquelosparió. Pero qué hace ese imbécil vestido de fantoche con esas mallas corriendo y sin miraaaaaaaaarrrrrrr???? Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, túuuu, idiotaaaaa, que está en rojooooooooooooo!!! El corredor se llama Miguel Sánchez de los Santos.
6. Miguel Sánchez de los Santos corre para olvidar. No le gusta su trabajo ni su casa ni su mujer ni sus hijos ni su coche ni su pelo ni sus ojos ni su cuerpo ni nada de nada y para acordarse lo menos posible de todas las cosas que no le gustan de su vida corre como si le persiguieran 20.000 demonios. Y como cada vez que se para empieza a pensar y se le viene toda su desgracia a la cabeza, ni repara en semáforos ni en pasos de cebra ni en señales de peligro; él se los salta todos tan olímpicamente; tampoco es que le importara mucho que de repente viniera un camión y se lo llevara por delante; así le quitaría todos los problemas de un tirón. Ya hoy ha esquivado la muerte media docena de veces de puro milagro, pero todavía le falta encontrarse con este taxi que ha tenido que pegar un frenazo que debe haber destrozado el pedal de freno. El taxi lo conduce Carmela Carmona.
7. Carmela Carmona no tiene ni idea de los problemas del corredor al que ha estado a punto de atropellar, y a decir verdad tampoco le interesan demasiado. Bastante tiene con los suyos. Su marido en el paro desde hace tres años, y con 50 que tiene no parece que haya muchas esperanzas de que cambie la cosa; y ella cobrando una mierda conduciendo por las noches el taxi de su hermano, que menos mal que le hace este favor y al menos puede llevarse algo a la boca. Ya va de recogida, para entregarle el coche a Paco. Sólo le faltaba llevarse por delante a un capullo justo cuando está a punto de soltar el vehículo. A Carmela algunas veces se le llenan los ojos de lágrimas y le cuesta conducir, sobre todo cuando se acuerda de la notificación de desahucio que le llegó la semana pasada. No lo puede remediar, se imagina cogiendo sus cosas, metiéndolas en un camión y con los 3 niños de la mano saliendo para siempre de su casa, y eso y echarse a llorar es todo uno. Ahora mismo, sin ir más lejos, tiene la vista completamente nublada por un mar salado que no la deja ver a esa ciclista que tiene delante. La ciclista se llama Raquel Bermúdez.
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