Estos días, en los que está de palpitante actualidad la figura del expresidente José María Aznar debido a su polémica entrevista en Antena 3 en la que prácticamente pone a parir al actual gobierno de su propio partido y se ofrece como quien no quiere la cosa a desfacer entuertos en el futuro, hay una pregunta que flota en el aire: queda alguien sin imputar de entre los asistentes a aquella memorable boda Agar-Aznar en el Monasterio de El Escorial?
Ay, el Escorial, qué hermoso lugar!!!!! Allí, en ese emblemático Monasterio, se celebró el 5 de septiembre de 2002 la madre de todas las bodas. Recordáis, queridos lectores presentes y futuros? Ana, hija del entonces presidente del Gobierno José María Aznar, se casó con Alejandro Agar ante más de mil invitados un jueves por la tarde. Y alguno dirá: por qué un jueves por la tarde???? Ése es día para casarse???? Ahhhh, pues vete tú a saber, tal vez porque la inmensa mayoría de invitados no tenía que fichar al día siguiente en su trabajo; igual porque la gente de bien demuestra lo de bien que es casándose en jueves, día completamente inaccesible para el vil vulgo al que ellos ni pertenecen ni jamás pertenecerán. El caso es que se casaron un jueves, dejad ya de preguntar tonterías, coññññño.
Ay, el Escorial, qué hermoso lugar!!!!! Allí, en ese emblemático Monasterio, se celebró el 5 de septiembre de 2002 la madre de todas las bodas. Recordáis, queridos lectores presentes y futuros? Ana, hija del entonces presidente del Gobierno José María Aznar, se casó con Alejandro Agar ante más de mil invitados un jueves por la tarde. Y alguno dirá: por qué un jueves por la tarde???? Ése es día para casarse???? Ahhhh, pues vete tú a saber, tal vez porque la inmensa mayoría de invitados no tenía que fichar al día siguiente en su trabajo; igual porque la gente de bien demuestra lo de bien que es casándose en jueves, día completamente inaccesible para el vil vulgo al que ellos ni pertenecen ni jamás pertenecerán. El caso es que se casaron un jueves, dejad ya de preguntar tonterías, coññññño.
Reyes, ex presidentes de Gobierno, primeros ministros de Italia, Reino Unido y Portugal, y altísimos representantes de todas las instituciones del Estado encabezaban la lista de invitados. Toda la prensa se hizo eco del gran evento. Miles de periodistas acudieron a inmortalizar lo que en su momento se llamó "La boda del siglo" y que, por la trayectoria que lleva, es muy probable que también termine siendo el desfile de imputados del siglo. O presuntos, que también se les llama así.
Por allí pasó don Francisco Correa, Paco para los amigos, de la mano de su señora, muy rubia y muy mona y muy acicaladitos los dos, como buenos amigos del padre de la novia que eran. Sí, hombre, Correa, ese señor que salió de la cárcel de Soto del Real en junio de 2012 gracias a una fianza de 200.000 leuros que pagó su señora madre. No obstante sigue imputado por cohecho, tráfico de influencias, blanqueo de capitales, fraude fiscal, asociación ilícita y falsedad documental. Una joya de muchacho, vamos.
Tampoco faltó don Luis Bárcenas, Luis el cabrón para los amigos, que a la sazón era gerente del PP y a lo tonto a lo tonto estaba acumulando desde su despacho en Génova una inmensa fortuna, que fue llevando poco a poco a varios paraísos fiscales entre viajecito y viajecito para practicar el saludable deporte del esquí. Bueno, Bárcenas es sin duda el puto amo, the fucking master of the Universe, porque no sólo ha interpuesto una demanda por despido improcedente a su partido, portolmorro, sino que él y sólo él fue el muso que inspiró aquellas inolvidables palabras de Cospedal sobre el despido en diferido. Eso no tiene precio. Desde aquí, gracias Bárcenas por tus inestimables servicios al mundo del humor, pero anda, chavalote, devuelve los millones, no te hagas de rogar.
Por cierto, que hay una demanda por ahí a cuenta de los famosos papeles de Bárcenas en la que figuran otros nombres importantes del Partido Popular, como Rodrigo Rato (Rodri), Ángel Acebes (Angelote) o Federico Trillo (Fede), por cierto, también todos ellos asistentes al inolvidable bodorrio escuarialense.
Bueno, y qué decir de Álvaro Pérez, el Bigotes. Sí, hombre, el amiguito del alma de Camps. Aquél al que el ex-presidente valenciano le decía: "qué bonito que es lo nuestro" y que tan buenos ratos nos hizo pasar con sus charletas telefónicas (bueno, con una mijilla de vergüenza ajena, reconozcámoslo sin pudor). Con sus enormes mostachos entró al patio de los Reyes de El Escorial y con enormes barbas salió de la cárcel recientemente, tras pagar también la oportuna fianza. Ayyyy, el Bigotes, qué gran personaje de vodevil! Y cuánto le gustaba hacer regalos caros y vistosos! Bolsos de Prada, relojes de oro, tra-tra-tra-tra....trajes, joder, que no me salía. Hay que ver lo que cuesta decir algunas palabras.
Por supuesto tampoco faltaba por allí la parejita Sepúlveda-Mato, que entró juntita y acaramelada aunque luego hemos sabido que a duras penas se podían ver y que estaban en la práctica casi casi separados. Estos fachas ultras, cuánto les cuesta eso de divorciarse!!!! Ahora, que cuando se divorcian es para siempre, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los vuelva a unir.
Os sonarán sus nombres de ciertas fiestas de cumpleaños en las que había confeti por siete tubos y por valor de varios miles de euros. Y por cierto coche deportivo valorado en un pastizal que un día apareció en el jardín de su casa sin que Mato se inmutara ni preguntase siquiera de dónde había salido. Por si aún no caéis recordaros que Mato es actualmente ministra de Sanidad; sí, la de los recortes en idem. Y Jesús Sepúlveda es ese señor de coronilla distraída que hasta hace poco estaba a sueldo del PP, también en diferido tipo Bárcenas, y ni González Pons ni Rajoy ni Alonso ni Floriano ni Sáenz de Santamaría eran capaces de explicar porqué ni a qué se dedicaba.
También estuvieron en la boda los Reyes de España, que ellos en sí mismos no están imputados pero le han contagiado la epidemia a su yerno Urdangarín y a su hija pequeña Cristina. Bueno, lo de Cristina es caso aparte porque primero fue imputada y luego, en un acto judicial sin precedentes, desimputada. Claro que con un abogado como Miquel Roca y con la fiscalía y la abogacía del estado como defensores de oficio tampoco tiene tanto mérito eso de crear jurisprudencia y salir de rositas. Bueno, y si eso ya otro día hablamos de Corinna, la otra.
Y se me olvidaba otro ilustre, don Rodrigo Rato, aunque lo he nombrado brevemente antes. Rodri, illo tempore (en tiempos de la boda), aún era vicepresi del gobierno de Mr. Aznar y principal aspirante a la sucesión; era el delfín, delfín que luego derivó en sardinilla. De Rato recordaréis su magistral actuación en Bankia, institución de la que salió por pies muy poco antes de que la entidad fuera nacio-nacio-nacio-nacionalizada, coññño, que tampoco me salía!!!! Es que cuando me sale la vena facha hay palabras que se me atraganten que no veas. Rato está imputado por la Audiencia Nacional por su gestión de Bankia, junto con toda la cúpula directiva. Se ve que no quería ser menos que el resto de ilustres invitados.
Y no podía faltar tampoco Silvio el Incansable, otro imputado de postín. Éste, por no faltarle ni un detalle, está hasta imputado por corrupción de menores, aunque en la de mayores tampoco se queda corto. Como recordaréis, tras llevar a Italia a la ruina más ruinosa, Berlusconi tuvo que salir con el rabo entre las piernas y dejar el gobierno en manos del tecnócrata puesto a dedo por Bruselas Mario Monti. En octubre de 2012 don Silvio fue condenado a 4 años de cárcel por el caso "Mediaset", o sea, que éste ya incluso ha trascendido la condición de imputado como el auténtico campeón que es. Machote, que eres un machote!
Eso sí, de todo este ramillete en flor no hay ni uno solo en la cárcel; y de los Gurtelitos ni un condenado. Bueno, sí, de todos los protagonistas de la trama hay uno, el juez Baltasar Garzón, instructor del caso, que fue condenado en 2012 por el Supremo por un delito de prevaricación. El delito consistió en efectuar una serie de escuchas, que el tribunal consideró ilegales, a los miembros de la trama y sus abogados. La pena? 11 años de inhabilitación especial para el cargo de juez o magistrado con pérdida definitiva del cargo que ostentaba en la Audiencia Nacional. Él y sólo él.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. Los contrayentes comieron hasta hartarse, no se sabe si perdices o qué, y fueron muy felices, tuvieron cuatro hijos y siguieron haciendo buenas amistades con ese ojo clínico que Dios les ha dado para las relaciones sociales. Y el Hola siguió retransmitiendo, naturalmente "en diferido", sus avatares vitales. Como no podía ser de otra manera.
Por allí pasó don Francisco Correa, Paco para los amigos, de la mano de su señora, muy rubia y muy mona y muy acicaladitos los dos, como buenos amigos del padre de la novia que eran. Sí, hombre, Correa, ese señor que salió de la cárcel de Soto del Real en junio de 2012 gracias a una fianza de 200.000 leuros que pagó su señora madre. No obstante sigue imputado por cohecho, tráfico de influencias, blanqueo de capitales, fraude fiscal, asociación ilícita y falsedad documental. Una joya de muchacho, vamos.
Tampoco faltó don Luis Bárcenas, Luis el cabrón para los amigos, que a la sazón era gerente del PP y a lo tonto a lo tonto estaba acumulando desde su despacho en Génova una inmensa fortuna, que fue llevando poco a poco a varios paraísos fiscales entre viajecito y viajecito para practicar el saludable deporte del esquí. Bueno, Bárcenas es sin duda el puto amo, the fucking master of the Universe, porque no sólo ha interpuesto una demanda por despido improcedente a su partido, portolmorro, sino que él y sólo él fue el muso que inspiró aquellas inolvidables palabras de Cospedal sobre el despido en diferido. Eso no tiene precio. Desde aquí, gracias Bárcenas por tus inestimables servicios al mundo del humor, pero anda, chavalote, devuelve los millones, no te hagas de rogar.
Por cierto, que hay una demanda por ahí a cuenta de los famosos papeles de Bárcenas en la que figuran otros nombres importantes del Partido Popular, como Rodrigo Rato (Rodri), Ángel Acebes (Angelote) o Federico Trillo (Fede), por cierto, también todos ellos asistentes al inolvidable bodorrio escuarialense.
Bueno, y qué decir de Álvaro Pérez, el Bigotes. Sí, hombre, el amiguito del alma de Camps. Aquél al que el ex-presidente valenciano le decía: "qué bonito que es lo nuestro" y que tan buenos ratos nos hizo pasar con sus charletas telefónicas (bueno, con una mijilla de vergüenza ajena, reconozcámoslo sin pudor). Con sus enormes mostachos entró al patio de los Reyes de El Escorial y con enormes barbas salió de la cárcel recientemente, tras pagar también la oportuna fianza. Ayyyy, el Bigotes, qué gran personaje de vodevil! Y cuánto le gustaba hacer regalos caros y vistosos! Bolsos de Prada, relojes de oro, tra-tra-tra-tra....trajes, joder, que no me salía. Hay que ver lo que cuesta decir algunas palabras.
Por supuesto tampoco faltaba por allí la parejita Sepúlveda-Mato, que entró juntita y acaramelada aunque luego hemos sabido que a duras penas se podían ver y que estaban en la práctica casi casi separados. Estos fachas ultras, cuánto les cuesta eso de divorciarse!!!! Ahora, que cuando se divorcian es para siempre, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los vuelva a unir.
Os sonarán sus nombres de ciertas fiestas de cumpleaños en las que había confeti por siete tubos y por valor de varios miles de euros. Y por cierto coche deportivo valorado en un pastizal que un día apareció en el jardín de su casa sin que Mato se inmutara ni preguntase siquiera de dónde había salido. Por si aún no caéis recordaros que Mato es actualmente ministra de Sanidad; sí, la de los recortes en idem. Y Jesús Sepúlveda es ese señor de coronilla distraída que hasta hace poco estaba a sueldo del PP, también en diferido tipo Bárcenas, y ni González Pons ni Rajoy ni Alonso ni Floriano ni Sáenz de Santamaría eran capaces de explicar porqué ni a qué se dedicaba.
También estuvieron en la boda los Reyes de España, que ellos en sí mismos no están imputados pero le han contagiado la epidemia a su yerno Urdangarín y a su hija pequeña Cristina. Bueno, lo de Cristina es caso aparte porque primero fue imputada y luego, en un acto judicial sin precedentes, desimputada. Claro que con un abogado como Miquel Roca y con la fiscalía y la abogacía del estado como defensores de oficio tampoco tiene tanto mérito eso de crear jurisprudencia y salir de rositas. Bueno, y si eso ya otro día hablamos de Corinna, la otra.
Y se me olvidaba otro ilustre, don Rodrigo Rato, aunque lo he nombrado brevemente antes. Rodri, illo tempore (en tiempos de la boda), aún era vicepresi del gobierno de Mr. Aznar y principal aspirante a la sucesión; era el delfín, delfín que luego derivó en sardinilla. De Rato recordaréis su magistral actuación en Bankia, institución de la que salió por pies muy poco antes de que la entidad fuera nacio-nacio-nacio-nacionalizada, coññño, que tampoco me salía!!!! Es que cuando me sale la vena facha hay palabras que se me atraganten que no veas. Rato está imputado por la Audiencia Nacional por su gestión de Bankia, junto con toda la cúpula directiva. Se ve que no quería ser menos que el resto de ilustres invitados.
Y no podía faltar tampoco Silvio el Incansable, otro imputado de postín. Éste, por no faltarle ni un detalle, está hasta imputado por corrupción de menores, aunque en la de mayores tampoco se queda corto. Como recordaréis, tras llevar a Italia a la ruina más ruinosa, Berlusconi tuvo que salir con el rabo entre las piernas y dejar el gobierno en manos del tecnócrata puesto a dedo por Bruselas Mario Monti. En octubre de 2012 don Silvio fue condenado a 4 años de cárcel por el caso "Mediaset", o sea, que éste ya incluso ha trascendido la condición de imputado como el auténtico campeón que es. Machote, que eres un machote!
Eso sí, de todo este ramillete en flor no hay ni uno solo en la cárcel; y de los Gurtelitos ni un condenado. Bueno, sí, de todos los protagonistas de la trama hay uno, el juez Baltasar Garzón, instructor del caso, que fue condenado en 2012 por el Supremo por un delito de prevaricación. El delito consistió en efectuar una serie de escuchas, que el tribunal consideró ilegales, a los miembros de la trama y sus abogados. La pena? 11 años de inhabilitación especial para el cargo de juez o magistrado con pérdida definitiva del cargo que ostentaba en la Audiencia Nacional. Él y sólo él.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. Los contrayentes comieron hasta hartarse, no se sabe si perdices o qué, y fueron muy felices, tuvieron cuatro hijos y siguieron haciendo buenas amistades con ese ojo clínico que Dios les ha dado para las relaciones sociales. Y el Hola siguió retransmitiendo, naturalmente "en diferido", sus avatares vitales. Como no podía ser de otra manera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario