- A. Comon. Espero y deseo que ojalá el chaval tenga algún día las ganas y fuerzas de denunciar hasta al apuntador por la tremenda vulneración del derecho al honor al que se le está sometiendo públicamente por algo de su terreno privado sin que cometiera ninguna ilegalidad.
- Yo. Aquí la frontera entre lo público y privado es muy fina. Él mismo se anunciaba en redes, eso ya no es privado, creo yo.
- Bubu. Otra que no ha entendido nada. Que la gente se exponga voluntariamente en sus perfiles no otorga derecho ajeno a que te apropies de esas imágenes y mercadees, saques réditos o destruyas a alguien. Es delito difundir imágenes ajenas sin consentimiento aunque estén en Twitter.
- Yo. Creo que he entendido un poco mejor que tú que las fronteras en las redes son bastante finas. Este chico ha expuesto su intimidad de una forma peligrosa y se ha encontrado con lo que era previsible.
Traigo a mi blog otro debate tuitero que me parece interesante. La cosa viene a cuento de una noticia que probablemente no hayáis oído:
"El concejal socialista de juventud en la localidad de Illescas en Toledo ha sido cazado en redes sociales ofreciéndose para comer heces. El joven del municipio toledano se mostraba también en redes sociales y páginas de sexo degustando sus propias heces."
Vaya por delante que a mí lo que haga este muchacho para pasárselo bien me trae totalmente sin cuidado, siempre que no atente contra nadie y sea legal. La cuestión es que la noticia salió cuando el chaval se vio obligado a dimitir por las imágenes que se habían difundido y habían llegado hasta el alcalde del pueblo.
Es evidente que si tú practicas sexo en cualquiera de sus modalidades y te grabas, siempre y cuando tú mismo no lo difundas, sí es delito difundirlo. Obviemos por un momento que el chaval disfruta comiendo caca, pongamos que se graba haciendo un sexo más normativo, y se lo pasa a sus ligues. Este fue el famoso caso de Olvido Hormigos, y ya en su día el Constitucional estableció claramente que era delito difundir ese tipo de imágenes.
Otra cosa es que tú te grabes y uses esos vídeos para promocionarte, a modo de anuncio. Pongamos que una puta se anuncia para captar clientes. Hasta qué punto es delictivo que esos vídeos se difundan??
La cuestión es que en realidad los gustos sexuales del chaval en principio no tienen por qué interferir en su trabajo como concejal. De hecho ninguno de nosotros sabemos ni tenemos por qué saber lo que les gusta a los políticos que rigen los designios patrios. Y siempre y cuando lo que hagan en su intimidad no se salte la legalidad a mí personalmente no me interesa. Si te gusta comer mierda o colgarte de una lámpara es asunto tuyo.
Ahora bien, si eso sale de tu círculo íntimo y exhibes tus aficiones, sexuales o no sexuales, en redes sociales yo ahí tengo bastantes dudas de que difundir eso sea delito. Incluso éticamente no sé hasta qué punto está mal, teniendo en cuenta que la persona interesada no ha tenido inconveniente en publicar esas imágenes.
A mí el chaval me da penilla, la verdad. Y también su familia. No quiero ni imaginar lo que habrá supuesto para sus pobres padres encontrarse con semejante pastel, nunca mejor dicho. Yo desde luego no quisiera verme en su lugar. Pero por otro lado pienso que muy bien del todo no debe de estar de la cabeza alguien que se dedica a la política y cuelga ese tipo de vídeos en redes sociales, a la vista de todo el que pase por allí.
En fin, dejo aquí el debate abierto para que cada cual reflexione y decida. Personalmente no tengo una opinión clara al respecto, porque como ya he dicho no me interesa la vida sexual de la gente. Ahora bien, creéis que en el momento en el que uno exhibe su intimidad públicamente eso ya deja de ser privado y pasa a otra esfera en la que se te puede, por ejemplo, despedir de un trabajo por ese motivo??
O dicho de otra manera, si comer mierda es legal se puede ser concejal? Ahí os lo dejo.
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