Me pregunta un compañero de trabajo que ha empezado a leer mi blog que qué pasa con Rociito, que se lo cuente. Me quedo ojiplática, no me puedo creer que en todo este año haya alguien en este país que no se haya enterado de lo del docutruño de Rociito. Es como si me dices que alguien no se ha enterado de la pandemia. Perdonaaaaa????
Cuando me lo dijo me acordé de un día que nos quedamos todas de piedra pómez cuando la directora de mi biblioteca preguntó que quién era Belén Esteban. Lo juro, palabrita. La tía lo soltó así a saco y todo el mundo se quedó helado. Vamos, es imposible que haya una sola persona en este país que no sepa quién es Belén Esteban. Claro, tú no sabes quién es Belén Esteban y yo, como no me gusta el tenis, no sé quién es Rafa Nadal. Tía, por favor, que no hace falta tener todo el día el botón del mando en Telecirco para saber quién es Belén Esteban! Eso se aprende por ciencia infusa.
Por supuesto ninguna nos lo creímos, pero hicimos como que sí, para disimular. No conviene ponerse a mal tontamente con las altas instancias.
Bueno, al lío. Que mi compañero parece que no tiene ni idea de nada de lo que ha pasado este año en Mierdaset, y voy a hacer un acto de fe al respecto. Y tanto para él como para cualquier lector despistado que haya vivido el último año en Júpiter voy a hacer un resumen de los hechos. Intentaré ser breve, pero ya sabéis que es complicado porque tiendo a enrollarme en plan persianístico, y la historia es larga.
El año pasado por estas mismas fechas Telecirco anunció a bombo y platillo el gran documental del año, "Rocío, hablar para seguir viva" o algo así. Se trataba de un docudrama o docuserie, como lo denominaron ellos, en el que Rociito, la Rociito de toda la vida de Dios que conoce todo el mundo menos probablemente la directora de mi biblioteca, iba a contar cómo han sido los últimos 20 años de su vida, iba a poner a caer de un burro a su ex marido, al que ella se refiere con palabros tan normales como "El ser" o "El padre impío", y, en definitiva, en el que se declaraba públicamente como mujer maltratada psicológicamente, víctima de violencia machista y de algo que empezó a hacerse muy popular con la docufake: violencia vicaria. Que no es otra cosa que usar a los hijos para dañar a la pareja. Por cierto, algo que procede directamente de otro término, "alienación parental", que acuñaron las asociaciones de padres separados para referirse a las mujeres que manipulaban emocionalmente a los hijos para ponerlos en contra de los padres. Pero bueno, ésa es otra historia. La cuestión es que Rociito, que desde la documierda ha pasado a ser Rocío Carrasco, afirmaba ser víctima de esa alienación parental, que ahora se llama violencia vicaria.
Ya, ya sé que es muy rollo, pero es que hay que explicarlo todo para que se entienda bien.
La cuestión es que se emite el episodio piloto y ahí se crea el cisma en España. El episodio ese lo vieron algo así como 800 millones de personas, incluso puede ser que hasta mi directora lo viera, tal fue el bombo y platillo que le dieron durante semanas. Lo vio prácticamente toda España; y si alguien no lo vio fijo que se lo contó su primo o su vecino.
A todo esto, el ex marido de Rociito, Antonio David Flores (en lo sucesivo AD) llevaba bastante tiempo de colaborador en Telecirco. Colaborador, para quien no sepa de qué va esa cadena, es alguien que va allí los días que le tocan para rajar de los demás a cascoporro. AD rajaba especialmente de Rociito, al igual que Belén Esteban lo hacía de Jesulín, o que Mila Ximénez lo hacía de la Pantoja. En fin, cada loco con su tema, cada cual tenía su favorito para rajar. La cosa es que en las semanas previas a la emisión de la docucaca empiezan a ponerle diversas trampas a AD para ir preparando el terreno. Es que es difícil explicar cómo funciona ese nido de víboras, pero básicamente se trata de canibalismo televisivo. Vamos, de devorarse entre ellos. Y esos días fueron a saco a por él con distintas estrategias de desgaste.
No, amigos, no os equivoquéis, yo no soy usuaria de este tipo de programas (aunque hubo un tiempo que reconozco que sí lo fui), pero en esta vida, a poco informado que estés, te enteras de las cosas. Bueno, menos mi directora, claro. Si escuchas la radio o te mueves un poco en las redes, o sigues a algún youtuber o lees algo de prensa es de todo punto imposible que no sepas nada de esto.
En fin, que a AD se la jugaron. Lo despidieron en vivo y en directo de la cadena tras la emisión del episodio piloto. En realidad no creo que pensaran hacerlo. Mi opinión es que se les fue de las manos. Ellos probablemente habían pensado en llenar de contenidos con la docufake semanas y semanas, teniendo a uno en unos programas y a la otra respondiendo en otros, y así la audiencia enganchada. Así es como funcionan. Pero no sé si contaban con que entrara la política en el asunto. Y ese episodio piloto (y posteriormente el docutruño completo) al final se convirtió en paradigma de la lucha feminista contra la violencia de género. Llevaron a varias expertas en el tema, a activistas, a políticas, y hasta la mismísima Irene Montero entró en directo a solidarizarse con Rociito. Y ahí fue donde Telecirco cometió su mayor error, en mi opinión, al politizar el asunto.
Porque de pronto Rociito se convirtió en el icono pop de la violencia de género. Hasta Pedro Sánchez, que se apunta a un bombardeo, la llamó personalmente. Mátame camión! Y eso sin que nadie le hubiera puesto una mano encima. Y sin una mínima sentencia condenatoria contra su ex. Es más, con 6 jueces que habían archivado la causa, puesto que no había por dónde cogerla desde el punto de vista jurídico. Porque ella llevaba años intentando encarcelar a AD por maltrato psicológico. Años y años batallando en los juzgados intentando demostrar que la depresión que padece, que la hace estar empastillada hasta las cejas, es a causa de este señor.
Y claro, no hay juez en el mundo capaz de achacar la depresión de una persona al hecho de que alguien hable mal de ti. Y aunque así fuera, si se abre ese melón, cómo tendría que estar Jesulín de Ubrique? O la Pantoja? O la Campanario? En definitiva, cualquiera de quien se haya rajado en Mierdaset hasta extremos horripilantes. O sea, media España. Vamos, que ningún juez del mundo va a decir que sí, que eso es violencia de género. Todo lo más podrá condenar por injurias o por delitos contra el honor, pero jamás se va a meter en ese berenjenal. Sería demencial.
Y como Rociito no consiguió una condena a su ex a través de la justicia, pues lo intentó en la tele. Y ahí se monta el pollo. Porque lo que Mierdaset creyó en un principio que había sido un exitazo, dado que los índices de audiencia de la docupfffff fueron bastante importantes, a la larga se convirtió en su mayor pesadilla. La gente se dividió entre los que se creyeron a pies juntillas la historia y los que se espantaron completamente de lo que habían visto y oído.
Ya he dicho que a Antonio David lo despidieron en vivo y en directo. La cosa es que un tipo al que la justicia nunca había condenado y que por tanto era inocente legalmente fue despedido y tachado públicamente de maltratador. Un delito muy grave, como todos sabéis. De paso Rociito contó también que su hija de adolescente la había agredido físicamente y que por ello tenía antecedentes penales, aunque era menor. Según ella era el padre el que manipulaba a la hija. En fin, que todo esto llevó a la condena mediática tanto del padre como de la hija.
Y así fue como una muchacha de veintipocos años se convirtió de la noche a la mañana en monstruo nacional, por obra y gracia de su propia madre. No sé si sabéis que los antecedentes penales de los menores son borrados. Incluso los de asesinato. Incluso los crímenes más terribles del mundo. Incluso el del niñato ese que se ha cargado a sus padres y a su hermano en Elche. Se borran para que cuando esos chicos sean adultos no tengan que padecer señalamiento social por lo que hicieron en su adolescencia y se puedan reinsertar en la sociedad. Pues bien, esta chica fue señalada por su propia madre en vivo y en directo, en prime time, y ya absolutamente toda España (menos mi directora y mi compañero de trabajo) saben que cometió un acto de violencia filial contra su madre. Ahora se refieren a ella en la cadena como "la pegamadres". Ole tu coño, Rociito. Te has vengado bien de tu hija. De aquí directa al cielo de las madres.
En fin, a ver si consigo ir al grano sin indignarme demasiado. La cuestión es que la gente que había visto el docuvómito se dividió. Como Rociito iba vestida de fucsia durante la grabación de la serie (no quiero ni pensar cómo olería el traje, puesto que la grabación duró meses) sus partidarios se convirtieron en los fucsias. Si entráis en Twitter veréis decenas de perfiles que tienen el fondo fucsia. Vale, pues esos son sus fans. Pero por contra surgió un fuerte movimiento de indignados por todo este sindiós que formaron lo que se dio en llamar "la marea azul". Gente que no entendía cómo se podía vulnerar la presunción de inocencia de una persona, como se hizo con AD, cuando la justicia le había exonerado de esa acusación; gente que no podía entender ese señalamiento a una chica joven que en su adolescencia cometió X errores pero que hoy es una persona perfectamente integrada en la sociedad, señalamiento auspiciado por su propia madre en su afán de venganza; gente que había sido consumidora habitual de las mierdas de la cadena pero que sintió un espanto absoluto hacia todo esto; gente que no entendió el uso político que se le dio a esta historia, ni la banalización de la violencia contra la mujer, ni la elevación de un personaje tan siniestro como Rociito a ídolo nacional del feminismo. Por cierto, hace poco el Ministerio de Igualdad le dio un premio a ella y a la docupfffffff. Irene Montero siempre haciendo amigos.
Pues bien, toda esa gente creó la marea azul. Y la marea azul fue creciendo y creciendo. Miles y miles de personas que antes veían Telecirco, Sálvame, el Deluxe y todos esos programas abyectos, de repente decidieron cambiar de canal. Boicot a Mierdaset. Y resulta que la marea azul consiguió copar las redes, y consiguió también lo que parecía imposible, que la gente dejara de ver masivamente la cadena. Puede que los que no estéis al tanto de estas cosas no lo sepáis, pero Telecirco ha sido siempre líder de audiencia desde que empezaron las televisiones privadas. Pues bien, en los últimos 10 meses Atresmierda les ha comido la tostá. Años y años de liderar el ranking de audiencias, y llega Rociito y en diez meses se carga la cadena. Ole su coño de nuevo.
Ahora están que no levantan cabeza. No paran de cambiar programas, probar nuevos formatos, echar mano de los que siempre le habían funcionado, cambiar horarios, jugar con caras nuevas... nada les funciona. La audiencia los ha mandado a tomar por culo. Y ya sabéis cómo va este negocio, detrás de la audiencia van los anunciantes, que son los que dan de comer a toda esta bazofia. Igual tiene algo que ver el hecho de que hayan convertido lo de Rociito en casus belli. Si estás a favor de ella bien y si estás en contra eres machista, cómplice de violencia vicaria, fascista y probable votante de Vox. Las personas de bien tienen que estar a favor de Rociito y de su venganza contra AD y de paso contra toda la familia de su madre, con la que no se habla. Con lo cual han conseguido insultar al 60% de su audiencia. Y qué hace la gente cuando se siente insultada? Pues irse a otra parte. Si tu frutero te insulta, tú qué haces? Pues irte al frutero de enfrente. Que es justo lo que han hecho, pirarse, y encima organizar campañas para boicotear a Mierdaset.
La marea azul ha conseguido todo eso. Y la cadena anda como pollo sin cabeza. Pero como en una especie de locura incomprensible, han emprendido una huida hacia adelante demencial. Jorge Javier Vázquez y Carlota Corredera, los presentadores estrella, llaman a la marea azul "charquita". En lugar de intentar congraciarse con el público perdido le insultan cada vez más. Resultado? Huida en masa. Jamás pensé que una empresa pudiera suicidarse de esa forma. Es algo alucinante, en serio. De psiquiatra. Esto sólo lo había visto yo antes en política, cuando los partidos perdedores insultan a la gente que ha dejado de votarles. Y claro, es el paso previo a que no te vote ni tu abuela.
Y luego otra cosa la mar de divertida. La cadena se ha vuelto bipolar totalmente. Las productoras se pelean entre ellas para alimentar aún más el morbo. Hay programas para la marea fucsia y programas para la marea azul. En unos se raja de toda la familia y en otros los ofendidos contraatacan. Han terminado contratando en la productora de Ana Rosa Quintana a la hija de Rociito y AD, la que los otros llaman "pegamadres"; también a su tía Gloria, la hija de Ortega Cano, a la mujer de éste, a la nueva novia de AD, que para más inri, es reportera de la cadena... Vamos, que tienen a todos los protagonistas del culebrón en nómina. En Sálvame los ponen a parir y ellos contestan en programas de la otra productora. Dedican horas y horas y horas y horas de programación a esta historia. Prácticamente es lo único que les da algo de audiencia.
Y sin embargo, la estrategia no les está dando resultado. Ellos pensaban que así tendrían a las dos mareas enganchadas, pero la realidad es que este doble juego macabro lo que ha conseguido es encabronarlas, irritar a todo el mundo, y el apagón que en un principio fue el lema de los azules se ha extendido a muchos fucsias, cabreados porque se haya contratado a fuerzas del enemigo. De resultas ésos también se han dado el piro y se han ido a Antena 3, a la Sexta o a las plataformas digitales. Igual algunos hasta han empezado a leer y en mi negociado hemos ganado algo de clientela. Bienvenidos sean.
En fin, creo que la historia está más o menos contada. Puede que me haya enrollado demasiado, pero es que todo es muy tortuoso y muy difícil de explicar. Es un poco demoníaco. En toda esta historia hay una cantidad de maldad increíble. Y personas que lo están pasando muy mal. Mucha gente que me encuentro en Twitter dice sufrir ansiedad cuando pone la cadena y ve todo ese mal rollo, ese odio latente que explota a la mínima. Es alucinante hasta el punto que han conseguido cabrear a la peña, pero también hacerla sentir físicamente enferma. Es como lo de Rusia con Ucrania pero a la española, o sea, en plan guerra civil. Todo así como muy caníbal, como somos nosotros.
Yo en ningún momento me he adherido a ninguna marea, pero obviamente simpatizo con el lado azul. No soporto a Rociito, su historia me pareció desde el minuto 0 un rollo patatero. Una tía que mira fijamente a la cámara y dice cosas como "el ser" y "el padre impío" no puede ser normal. Y por supuesto el odio y la venganza contra su ex, llevándose por delante a su propia hija, me parece de las cosas más vomitivas que he visto jamás en la televisión. Y he visto unas cuantas. No fui capaz nada más que de ver el episodio piloto, luego, cuando vi de qué iba el paño, chapé. Y lo de cargarse la presunción de inocencia de la gente por la cara, lo de los juicios paralelos en prime time, es auténticamente asqueroso. De hecho ya ha habido sentencia de un juzgado de lo laboral a favor de AD por despido improcedente. La sentencia analiza lo ocurrido durante la emisión de la documierda y pone a parir a la cadena y sus procedimientos, todo desde el punto de vista estrictamente laboral pero también critica muy duramente lo de la justicia mediática y el daño social y moral que se le ha hecho a ese hombre y a toda su familia.
A mí la historia me parece superapasionante. La sigo a diario, bien por las redes o bien por la crónica rosa de Jiménez Losantos, que me parto el culo con él, sobre todo cuando achaca todo esto a una conspiración universal contra Isabel Díaz Ayuso. Es genial, tiene una paranoia alucinante, para él todo lo que pasa en el mundo es contra Ayuso.
También veo algunos de los programas, aunque ninguno de la Fábrica de la Tele, la productora de la docubirria. Veo aquéllos en los que participan activamente los agraviados (los veo grabados y voy directa al grano, me salto toda la morralla. Así me siento mejor porque los anunciantes se comen una mierda conmigo), y también sigo el canal de Youtube de AD, aunque él nunca me ha caído bien ni me cae ahora mucho mejor. Pero sólo por lo que le han hecho a su hija y a su familia en general no tengo más remedio que empatizar. No con el AD que fue, que era tan abyecto y ruín como lo es ahora Rociito, sino con la persona humillada y herida que ha surgido tras el aquelarre y la lapidación pública.
Espero y deseo fervientemente que Telecirco muera definitivamente en unos meses. La prueba de fuego será Supervivientes, su programa estrella. Hasta ahora no levantan cabeza ni con los realities ni con los programas de salseo, que eran sus dos puntos fuertes. Siguen cuesta abajo y sin frenos. La anterior edición de Supervivientes fue bastante vista (hasta yo la vi excepcionalmente) porque participaba la mujer de AD, y se emitió al mismo tiempo que la docucaca. Olga Moreno, la susodicha mujer, que ahora es ex mujer, ganó por goleada aquella edición. Gente que jamás había votado en un reality llamó para votarla. Yo no llegué a hacerlo pero confieso que tuve ganas. Al final me contuve y no crucé esa línea roja. Pero fue como un grito colectivo de la audiencia contra Rociito y su televenganza. La noche que ganó Olga Moreno salté de alegría como sólo recuerdo haber saltado cuando alguna vez ha ganado en las elecciones el partido que yo había votado, cosa que pocas veces ha sucedido, la verdad. Soy votante habitual de perdedores y moribundos, por eso en lo político me llevo pocas alegrías siempre. En las próximas me estoy pensando votar a Ciudadanos, no os digo más.
En fin, que ganó Olga y los fucsias dijeron que había sido tongo. No fueron capaces de aceptar que la gente hiciera ganadora a Olga Moreno. No quisieron asumir que lo que Rociito había provocado era un tsunami a favor del enemigo. Prefirieron pensar que la productora había hecho trampas. La gente siempre se ciega con sus obsesiones. Yo creo a Mierdaset capaz de todo, también de eso, pero era bastante evidente que ellos mismos estaban atónitos y cabreados con la reacción favorable de la audiencia hacia Olga. No daban crédito. Por más que intentaban denigrarla constantemente en todos los programas de la cadena, sólo conseguían poner a la peña más a su favor. Fue como una rebelión mediática en toda regla. La propia audiencia en contra del programa. El fenómeno es un poco parecido a lo que pasa cuando algunos medios se meten con Vox, que sólo consiguen convencer a más gente cabreada para que los voten.
Lo que consiguieron al final es que muchos fucsias se bajaran también del barco. Los azules ya se habían bajado tiempo atrás y sólo veían Supervivientes por Olga. Ahora intentan con todas sus fuerzas enganchar para la próxima edición a alguien de la familia, a algún Mohedano o a algún Ortega, pero todos los han mandado a freír monas. Saben que sin ellos y los contenidos que crean están muertos. Y yo, ya digo, espero y deseo que éste sea el final de la cadena que ha creado más sangre y más porquería en la historia de la televisión. Aunque ésta parezca una batalla menor contra la abyección moral, para mí es importante porque todo lo que sea limpiar un poco el panorama mediático es una victoria. Y hay que recordar que esta basura la veían millones de personas. Y ahora son bastantes menos.
Si Rociito y su espíritu de venganza consiguen que por fin caiga ese imperio mediático ideado por el repugnante y corrupto Berlusconi habrá que darle las gracias. Algo bueno habrá salido de toda esta historia.
Y con esto y un bizcocho ya he soltado todo el tocho.
Entiendes ahora, querido compañero, por qué no podía ponerme a contarte todo este rollo en el curro?
Ps. Por cierto, ahora se está grabando una segunda parte de la docutrola. Se llamará "En el nombre de Rocío", pero visto lo visto bien podría llamarse "Rocío, seguir viva para seguir rajando". Esta vez irá a saco contra Ortega Cano y contra los hermanos de su madre. Ésta ya ha cogido carrerilla y se ve que no piensa parar hasta que no se cargue a toda la familia.
Ps2. Por cierto, que la va a ver su tía la de Burgos.