Sigo navegando por Twitter, que es una fuente constante de inspiración. Ahora la cosa va de los mineros que están excavando la montaña para encontrar el cuerpo del niño Julen que se cayó a un pozo. Efectivamente todo el mundo coincide en que esos mineros son auténticos héroes que van a jugarse el pellejo para sacar de ahí a ese chiquillo, incluso con la vana esperanza de sacarlo vivo, cosa prácticamente imposible pero que inexplicablemente todo el mundo espera como casi segura. En fin, otro día hablaré de esas histerias colectivas que llevan a las masas a creer en milagros mediante un permanente taladro mental de los medios de comunicación.
Bueno, el caso es que de repente empieza a surgir gente que habla de la hipocresía de la sociedad, que ahora alaba a esos mineros, que son los mismos que hace poco eran vilipendiados y tratados como terroristas (eso decían los tuits) por defender sus derechos y sus puestos de trabajo.
Esto me da que pensar en la increíble facilidad que tenemos en este país para convertir a la gente en héroes y en villanos, a menudo a las mismas personas o colectivos. Cómo elevamos a los altares a alguien y luego si se tercia le echamos toda la mierda posible encima, y viceversa.
Paralelamente a lo de los mineros hay otro Trending Topic sobre Juan José Cortés, el padre de la niña Mariluz que fue asesinada por un pederasta. Este hombre en la último convención del PP desde el estrado habló de Julen y tuvo una intervención cuanto menos discutible, yo diría que de bastante mal gusto. Hizo un uso político del asunto y eso no se puede negar. Además ha cobrado un protagonismo en este caso que no todo el mundo entiende, dirigiendo rezos colectivos, erigiéndose en portavoz improvisado de los padres, etc. En fin, lo están linchando en las redes.
Otro caso de héroe convertido en villano. Este señor en su día fue considerado un paradigma de padre modélico por la entereza y la paz espiritual que desprendía a pesar del trago tan amargo por el que tuvo que pasar. Posteriormente su lucha por el endurecimiento de las penas para asesinos y pederastas le supuso muchas simpatías por parte de la gente que lo consideraba una especie de Padre Coraje que vivía por y para hacer justicia, junto con otros padres como los de Marta del Castillo y más recientemente el de Diana Quer. Por contra la gente contraria al endurecimiento de penas, vamos, la progresía en general, empezó a hablar de él como de un individuo enloquecido por el dolor que buscaba venganza. Su posterior ingreso en el PP y el hecho de ir en sus listas en una candidatura directamente lo convirtió para muchos en un vividor, un indeseable y un sinvergüenza. Y ya esto último del niño Julen ha hecho de él probablemente uno de los personajes más odiados del país, y creo no exagerar. Se dicen de él auténticas barbaridades.
Otro caso, los taxistas. Recordáis cuando el 11-M o cuando el atentado de Barcelona todo eran alabanzas a los taxistas porque habían llevado a cientos de personas a sus casas sin cobrarles en aquellos momentos de caos total y de estupor colectivo? Bueno, pues son exactamente los mismos taxistas que de repente han empezado a bloquear ciudades, ponerse violentos con los conductores de VTC, y tocar cojones y pipillas al personal con sus declaraciones cargadas de agresividad y con sus malos modos.
Y todo esto me ha hecho reflexionar. Es posible que todos alberguemos a un héroe y a un villano, que pueden convivir perfectamente en nuestro interior, sin que ello implique la menor contradicción. Que el mismo tío que un buen día se juega la vida tirándose al mar para salvar a un niño unos años después puede matar a su mujer porque lo ha abandonado. Que la misma señora que cuida durante años a sus padres enfermos y que sacrifica su vida por ellos puede destrozar la vida de otra mujer injuriándola y difundiendo maledicencias sobre ella sólo porque le cae mal o porque siente una envidia insoportable hacia ella.
No, no es hipocresía, como lo llaman los tuiteros que escriben sobre los mineros. Es que la vida es así. Es muy probable que la maldad y la bondad absoluta no existan, que todos en un momento dado seamos capaces de lo mejor pero también de lo peor. Pero también es cierto que esta propensión tan autóctona, tan nuestra, a exagerarlo todo, a ensalzar hasta el hastío a unos y a lapidar sin piedad a otros, contribuya en gran medida a que seamos un país un tanto caricaturesco. Incluso un poco esquizoide.
No os parece?
viernes, 25 de enero de 2019
jueves, 24 de enero de 2019
Sensatez?
He tenido una conversación en Twitter con un tipo y me ha parecido lo suficientemente interesante como para trasladarla aquí.
Todo empieza con un tuit del juez Francisco Serrano (líder de Vox) acerca del caso de Marta del Castillo (ya sabéis, la chica que fue asesinada y cuyo cuerpo no ha aparecido porque el asesino nunca ha dicho donde está y además ha toreado a la policía y a la justicia por activa y por pasiva).
A este tuit contesta un tipo que se llama Eduardo, y al tal Eduardo le contesto yo. El diálogo es entre él y yo. Ahí va:
Juez: 10 años sin Marta y muchas personas a las que tiene que obligárseles a hablar para esclarecer esta atrocidad. El Estado tiene los mecanismos, debe usarlos ya! El sábado estaré acompañando a @kastillo62 en la manifestación en Sevilla a las 12
Eduardo: Con todo el respeto Señoría, explique que mecanismos son esos, porque yo no los veo
Yo: No existe una droga que se usa para eso?
E.: Sí, la que se toman algunos pensando que se pueden sacar las cosas a hostias en un Estado de Derecho.
Yo: A mí lo que me parece una barbaridad es el sufrimiento de esa familia cuando existe un método inocuo para conocer la verdad sin hacer ningún daño al delincuente.
E.: Estamos en un País civilizado, solo proponerlo repugna. Que la familia sufre como es lógico pero nada puede justificar el empleo de esos métodos.
Yo: Un país nunca se puede llamar civilizado cuando antepone los intereses de los asesinos a los de sus víctimas. Eso es una civilización a extinguir por imbécil
E.: No son garantías caprichosas o para los delincuentes son para los ciudadanos, todos las gozamos.
Yo: Venga ya! Si secuestraran a tu hijo y supieras que con una simple inyección inofensiva la policía podría saber dónde está el crío anda que te lo ibas a pensar mucho. A mí eso es lo que me da miedo de verdad, la hipocresía de la gente buenista. Si te tocara a ti ya veriamos
E.: Inma, esos argumentos son demasiado infantiles, seguro que los tienes mejores, dejar en manos de las Víctimas la Justicia? Eso es venganza.
Yo: A ver si te gusta más este. Un país civilizado legisla con sentido de la justicia y con sentido común. Y eso implica no beneficiar sistemáticamente a los malos en perjuicio de los buenos. No me extraña que esta sea una especie a extinguir por su propia gilipollez.
E.: Inma, no es un País, hay una cosa que se llama Tratado de Derechos Humanos, la ONU y esas cosas, no se puede, salvo que quieras ser Arabia Saudí.
Yo: Mejor me lo pones. Una especie que protege a los malos y putea a los buenos y llama a eso Derechos Humanos es una especie tarada y según las leyes evolutivas tiene que desaparecer sí o sí. Y cuanto antes mejor para el mundo
E.: Hasta aquí Inma, sin sensatez no se puede dialogar.
Yo: Tienes toda la razón. Lo que pasa es que aquí a quien le falta la sensatez no es precisamente a mí. Agur defensor de los derechos humanos siempre que no te toque a ti
En este punto se acaba la conversación. Obviamente hay poco más que decir. Ya cada cual que se ponga del lado que considere oportuno. Pero si he traído este diálogo aquí es porque me gustaría que alguien me lo aclarara.
Prometo que no soy partidaria de la tortura y que creo firmemente en que las personas, por muy graves que sean los delitos que hayan cometido, tienen derecho a unos condiciones de vida dignas en las cárceles. No creo en la pena de muerte ni en tratar a los presos como a bestias al estilo Guantánamo. Yo diría que soy una persona bastante civilizada, no me muevo por la venganza ni creo que sea bueno legislar con esa motivación, no creo en el ojo por ojo ni nada de eso.
Pero me gustaría saber en nombre de qué derecho humano una familia tiene que sufrir toda la vida sin saber dónde está el cuerpo de un ser querido asesinado si con una sencilla inyección de una droga, que no tiene consecuencias para la salud, esa tortura (porque eso sí es una tortura) podría terminar. De verdad hemos entendido el concepto "Derechos humanos"?
Todo empieza con un tuit del juez Francisco Serrano (líder de Vox) acerca del caso de Marta del Castillo (ya sabéis, la chica que fue asesinada y cuyo cuerpo no ha aparecido porque el asesino nunca ha dicho donde está y además ha toreado a la policía y a la justicia por activa y por pasiva).
A este tuit contesta un tipo que se llama Eduardo, y al tal Eduardo le contesto yo. El diálogo es entre él y yo. Ahí va:
Juez: 10 años sin Marta y muchas personas a las que tiene que obligárseles a hablar para esclarecer esta atrocidad. El Estado tiene los mecanismos, debe usarlos ya! El sábado estaré acompañando a @kastillo62 en la manifestación en Sevilla a las 12
Eduardo: Con todo el respeto Señoría, explique que mecanismos son esos, porque yo no los veo
Yo: No existe una droga que se usa para eso?
E.: Sí, la que se toman algunos pensando que se pueden sacar las cosas a hostias en un Estado de Derecho.
Yo: A mí lo que me parece una barbaridad es el sufrimiento de esa familia cuando existe un método inocuo para conocer la verdad sin hacer ningún daño al delincuente.
E.: Estamos en un País civilizado, solo proponerlo repugna. Que la familia sufre como es lógico pero nada puede justificar el empleo de esos métodos.
Yo: Un país nunca se puede llamar civilizado cuando antepone los intereses de los asesinos a los de sus víctimas. Eso es una civilización a extinguir por imbécil
E.: No son garantías caprichosas o para los delincuentes son para los ciudadanos, todos las gozamos.
Yo: Venga ya! Si secuestraran a tu hijo y supieras que con una simple inyección inofensiva la policía podría saber dónde está el crío anda que te lo ibas a pensar mucho. A mí eso es lo que me da miedo de verdad, la hipocresía de la gente buenista. Si te tocara a ti ya veriamos
E.: Inma, esos argumentos son demasiado infantiles, seguro que los tienes mejores, dejar en manos de las Víctimas la Justicia? Eso es venganza.
Yo: A ver si te gusta más este. Un país civilizado legisla con sentido de la justicia y con sentido común. Y eso implica no beneficiar sistemáticamente a los malos en perjuicio de los buenos. No me extraña que esta sea una especie a extinguir por su propia gilipollez.
E.: Inma, no es un País, hay una cosa que se llama Tratado de Derechos Humanos, la ONU y esas cosas, no se puede, salvo que quieras ser Arabia Saudí.
Yo: Mejor me lo pones. Una especie que protege a los malos y putea a los buenos y llama a eso Derechos Humanos es una especie tarada y según las leyes evolutivas tiene que desaparecer sí o sí. Y cuanto antes mejor para el mundo
E.: Hasta aquí Inma, sin sensatez no se puede dialogar.
Yo: Tienes toda la razón. Lo que pasa es que aquí a quien le falta la sensatez no es precisamente a mí. Agur defensor de los derechos humanos siempre que no te toque a ti
En este punto se acaba la conversación. Obviamente hay poco más que decir. Ya cada cual que se ponga del lado que considere oportuno. Pero si he traído este diálogo aquí es porque me gustaría que alguien me lo aclarara.
Prometo que no soy partidaria de la tortura y que creo firmemente en que las personas, por muy graves que sean los delitos que hayan cometido, tienen derecho a unos condiciones de vida dignas en las cárceles. No creo en la pena de muerte ni en tratar a los presos como a bestias al estilo Guantánamo. Yo diría que soy una persona bastante civilizada, no me muevo por la venganza ni creo que sea bueno legislar con esa motivación, no creo en el ojo por ojo ni nada de eso.
Pero me gustaría saber en nombre de qué derecho humano una familia tiene que sufrir toda la vida sin saber dónde está el cuerpo de un ser querido asesinado si con una sencilla inyección de una droga, que no tiene consecuencias para la salud, esa tortura (porque eso sí es una tortura) podría terminar. De verdad hemos entendido el concepto "Derechos humanos"?
miércoles, 9 de enero de 2019
Igualdad?
El Supremo acaba de sentar jurisprudencia sobre la violencia de género dictaminando que cualquier agresión a una mujer por parte de una pareja o expareja será considerada violencia de género, independientemente de las circunstancias en las que se haya podido producir, de si hay o no lesiones o de cualquier otra variante.
Esta sentencia viene dada por el recurso de un caso en el que una pareja se había agredido mutuamente. En un bar durante una discusión ella le da un puñetazo, él a continuación la abofetea y ella le da a él una patada. Ninguno de ellos presenta lesiones ni denuncia al otro, la fiscalía actúa de oficio y en primera instancia el Tribunal determina la misma pena para el uno y para la otra.
Pues bien, el Supremo anula esa sentencia y condena a ella a 3 meses de reclusión y orden de alejamiento por violencia doméstica y a él a 6 meses y orden de alejamiento por violencia de género. Por qué? Pues porque afirma el Tribunal que aplicando la actual legislación sobre violencia de género no hay más posibilidad que determinar que cualquier agresión en la pareja sea considerada como tal. Hay varios votos particulares que discrepan, pero la sentencia final es ésa.
Es decir, que en las mismas circunstancias, con o sin lesiones, sea cual sea la situación que haya dado lugar a la agresión, si una mujer golpea a un hombre será condenada a la mitad de pena que a la viceversa.
Soy mujer, tengo hija, sobrinas y amigas, y entiendo perfectamente que se tomen medidas para atajar la violencia contra las mujeres, pero también tengo hijos varones y me niego a que en una situación de violencia contra mis hijos ellos no tengan ni siquiera derecho a la defensa propia porque a la hora de juzgarlos siempre saldrán perjudicados con respecto a su agresora. Y me niego a que la ley pueda avalar semejante injusticia.
De verdad el feminismo quería esto? La igualdad era esto?
Porque si esto era la igualdad, conmigo que no cuenten.
Esta sentencia viene dada por el recurso de un caso en el que una pareja se había agredido mutuamente. En un bar durante una discusión ella le da un puñetazo, él a continuación la abofetea y ella le da a él una patada. Ninguno de ellos presenta lesiones ni denuncia al otro, la fiscalía actúa de oficio y en primera instancia el Tribunal determina la misma pena para el uno y para la otra.
Pues bien, el Supremo anula esa sentencia y condena a ella a 3 meses de reclusión y orden de alejamiento por violencia doméstica y a él a 6 meses y orden de alejamiento por violencia de género. Por qué? Pues porque afirma el Tribunal que aplicando la actual legislación sobre violencia de género no hay más posibilidad que determinar que cualquier agresión en la pareja sea considerada como tal. Hay varios votos particulares que discrepan, pero la sentencia final es ésa.
Es decir, que en las mismas circunstancias, con o sin lesiones, sea cual sea la situación que haya dado lugar a la agresión, si una mujer golpea a un hombre será condenada a la mitad de pena que a la viceversa.
Soy mujer, tengo hija, sobrinas y amigas, y entiendo perfectamente que se tomen medidas para atajar la violencia contra las mujeres, pero también tengo hijos varones y me niego a que en una situación de violencia contra mis hijos ellos no tengan ni siquiera derecho a la defensa propia porque a la hora de juzgarlos siempre saldrán perjudicados con respecto a su agresora. Y me niego a que la ley pueda avalar semejante injusticia.
De verdad el feminismo quería esto? La igualdad era esto?
Porque si esto era la igualdad, conmigo que no cuenten.
miércoles, 2 de enero de 2019
Vox y unas cuantas perogrulladas
Alucino con el escándalo y la hiperventilación que ha provocado en amplios sectores los resultados de las recientes elecciones andaluzas que han hecho entrar de sopetón y con una fuerza inusitada a Vox en el Parlamento Autonómico.
Es verdad que esa irrupción tan fuerte nos ha podido sorprender a todos, pero a poco que te paras a analizarlo te das cuenta de que lo que ha ocurrido no es demasiado distinto de lo que ocurrió con Podemos cuando de súbito entró en el Parlamento Europeo con 5 diputados.
Lo que más ayudó en aquel momento a aquella repentina irrupción fue esa prensa demonizadora que cuanto más intentaba convertir al nuevo partido en un monstruo más contribuía a ensalzarlo a ojos del indignado que estaba hasta los cojones de políticos y de política. Que es poco más o menos lo que ha pasado ahora con los voxeros.
Es mucha la gente que está un poco hasta los huevos de que tanto los políticos como sus medios afines les intenten contar una película que no tiene nada que ver con la que ellos están viviendo y que les hablen de cosas que les importan un pimiento. Cuando eres joven y estás en el paro o tienes un trabajo de mierda a tiempo parcial y te ves obligado a seguir viviendo con tus padres o a compartir piso con otros cinco pringaos como tú, cuando ni puedes plantearte un proyecto de vida solo o en pareja porque es insostenible... ver a políticos y tertulianos hablar durante horas y horas de la exhumación de un señor que murió hace 40 años, o de si al barrio de Cañero, la calle Cruz-Conde o la Avenida de Vallellano hay que cambiarles el nombre, o de si el lenguaje inclusivo (ciudadanos y ciudadanas) es muy importante para luchar contra la desigualdad... pues qué quieres? La gente cada día está más desconectada de todo ese discurso absurdo que ni le va ni le viene.
Por otra parte desde la izquierda, tanto la vieja como la nueva, se lanzan constantemente proclamas falaces que repiten como mantras y que empiezan a tocar un poco las pelotas de muchos ciudadanos. Pero en éstas aparece Vox con un discurso que pone en evidencia una serie de perogrulladas acerca de esos mensajes. Perogrulladas como éstas:
1. Decir que ante un mismo delito se debe de juzgar igual a una persona que a otra independientemente de su sexo no es ser un machista; más bien al revés es creer verdaderamente en la igualdad entre hombres y mujeres. Decir que si un hombre gay asesina a su marido su crimen debe de ser valorado y juzgado exactamente igual que si un hombre hetero asesina a su mujer no es un comentario machista, es igualitario y feminista a más no poder.
2. Decir que en un país con los índices de paro y de pobreza del nuestro la inmigración hay que regularla no es ser un xenófobo ni un racista. Es tener un mínimo de sentido común.
3. Decir que te importa una mierda si exhuman o no a Franco no significa que seas un peligroso fascista. Significa sencillamente que tienes otras preocupaciones que te interesan bastante más.
4. Decir que el sistema autonómico está mal gestionado, que ha terminado convirtiéndose en un montón de pequeños reinecitos que sólo miran por sus propios intereses pasando por alto el interés común, que la forma de financiación es una mierda con la que no está de acuerdo ninguna Autonomía, que ha dado lugar a unas desigualdades territoriales brutales (que se lo cuenten a los extremeños y sus infraestructuras ferroviarias) o decir que algunas competencias fundamentales como la educación deberían centralizarse para garantizar la igualdad de oportunidades de todos los niños, no es tampoco ser un peligroso franquista que añora los tiempos de la Una, grande y libre. Significa que crees en la igualdad, en que la unión hace la fuerza y en que el que divide vencerá.
5. Decir que la Prisión Permanente Revisable es un buen sistema para mantener bajo control a ciertos delincuentes cuya capacidad de reinserción está puesta en entredicho por sesudos informes penitenciarios de psicólogos y psiquiatras no significa que seas un degenerado partidario de la pena de muerte o de la cárcel como mecanismo de venganza. Significa sencillamente que reconoces una realidad, la de que hay personas que no pueden reinsertarse jamás y que por tanto son un peligro para la sociedad y que ésta tiene todo el derecho a protegerse de esos individuos.
6. Decir que el sistema electoral es injusto porque da un poder desproporcionado a partidos nacionalistas con una cantidad muy pequeña de votos, pero muy concentrados, y que debería arbitrarse otro sistema por el que la política nacional no estuviera sujeta a los caprichos y chantajes de esos partidos que sólo miran por el beneficio propio y nada por el interés general tampoco es ser un peligroso fascista. También es puro sentido común.
7. Decir que la presunción de inocencia es un derecho sagrado y criticar con dureza los juicios paralelos en casos especialmente mediáticos, y pedir que se respeten las decisiones judiciales tanto cuando nos gustan como cuando no, tampoco significa que estés de parte de asesinos, violadores o pederastas. Significa que crees de verdad en la independencia del poder judicial y en que los jueces tienen el derecho y la obligación de hacer su trabajo sin presiones externas ni sociales ni políticas ni mediáticas.
Creo que si saliéramos a la calle y preguntáramos a la gente su opinión sobre estas cosas habría una aplastante mayoría que estaría de acuerdo con muchas de ellas, si no con todas. Y sin embargo tienen que escuchar constantemente esos mantras insultantes que pretenden que todo el que afirma esas "perogrulladas" es un machista, un fascista o un degenerado ultranacionalista español.
Por eso, aunque a mí, como a todo el mundo, me sorprendió muchísimo el éxito de Vox en Andalucía, cada vez me extraña menos. Es más, tengo la sensación de que el fenómeno va a ir in crescendo en próximas convocatorias electorales. Probablemente el hecho de que ellos digan abiertamente todas estas cosas con las que buena parte de los votantes de otros partidos están de acuerdo les esté granjeando muchas simpatías.
A pesar de su patriotismo exacerbado, de su ideario religioso bastante rancio, de su declarada apuesta por un modelo de familia tradicional ya superado por la realidad sociológica... a pesar de todo eso mucha gente se siente identificada con buena parte de sus propuestas. Y cada vez habrá más, porque todos los cabreados e indignados de la vida que están hasta las pelotas de que les suelten a diario chorradas probablemente verán en ellos por lo menos a una gente que habla sin complejos y que dice las mismas cosas que ellos piensan pero que casi nunca se atreven a decir.
Personalmente nunca votaría a Vox, aunque tengo que reconocer que me caen mucho mejor que el PP, que piensa sobre casi todo exactamente lo mismo pero que intenta disimularlo todo lo que puede y encima es una fábrica de corruptos de campeonato. Ideológicamente estoy muy alejada de esta gente pero me revienta que intenten meterme miedo por su presencia en las instituciones, como en su día me reventaba el miedo que intentaban meterme con Podemos.
Y además me encanta que haya 5 partidos importantes a nivel nacional a los que votar. Que la gente tenga opciones entre las que elegir, con sus matices y sus peculiaridades. Fueraparte las minoritarias como Pacma o Equo o Falange, que también me encanta que estén ahí, el hecho de que haya nada menos que un pentapartidismo potente, con unas expectativas de voto muy similares, me pone.
Que cada cual vote a quien le venga en gana, pero que el panorama se amplíe al máximo para que todo el que quiera, realmente pueda votar. Y el que no quiera, pues que no vote. Libertad libertad sin ira libertad. Luego ya ellos verán cómo se ponen de acuerdo, que es su obligación.
Y del mismo modo que en su día di la bienvenida a Podemos (y hasta les voté, en qué estaría yo pensando) ahora se la doy a Vox. Y a los que los voten, que lo hagan abiertamente y sin vergüenza. Aquí lecciones de democracia de unos y de otros pocas, que ya nos vamos conociendo todos. A estas alturas de la película, venga ya!
Ah, y a los voxifóbicos... paciencia. Pos no os queda na que pasar!
Es verdad que esa irrupción tan fuerte nos ha podido sorprender a todos, pero a poco que te paras a analizarlo te das cuenta de que lo que ha ocurrido no es demasiado distinto de lo que ocurrió con Podemos cuando de súbito entró en el Parlamento Europeo con 5 diputados.
Lo que más ayudó en aquel momento a aquella repentina irrupción fue esa prensa demonizadora que cuanto más intentaba convertir al nuevo partido en un monstruo más contribuía a ensalzarlo a ojos del indignado que estaba hasta los cojones de políticos y de política. Que es poco más o menos lo que ha pasado ahora con los voxeros.
Es mucha la gente que está un poco hasta los huevos de que tanto los políticos como sus medios afines les intenten contar una película que no tiene nada que ver con la que ellos están viviendo y que les hablen de cosas que les importan un pimiento. Cuando eres joven y estás en el paro o tienes un trabajo de mierda a tiempo parcial y te ves obligado a seguir viviendo con tus padres o a compartir piso con otros cinco pringaos como tú, cuando ni puedes plantearte un proyecto de vida solo o en pareja porque es insostenible... ver a políticos y tertulianos hablar durante horas y horas de la exhumación de un señor que murió hace 40 años, o de si al barrio de Cañero, la calle Cruz-Conde o la Avenida de Vallellano hay que cambiarles el nombre, o de si el lenguaje inclusivo (ciudadanos y ciudadanas) es muy importante para luchar contra la desigualdad... pues qué quieres? La gente cada día está más desconectada de todo ese discurso absurdo que ni le va ni le viene.
Por otra parte desde la izquierda, tanto la vieja como la nueva, se lanzan constantemente proclamas falaces que repiten como mantras y que empiezan a tocar un poco las pelotas de muchos ciudadanos. Pero en éstas aparece Vox con un discurso que pone en evidencia una serie de perogrulladas acerca de esos mensajes. Perogrulladas como éstas:
1. Decir que ante un mismo delito se debe de juzgar igual a una persona que a otra independientemente de su sexo no es ser un machista; más bien al revés es creer verdaderamente en la igualdad entre hombres y mujeres. Decir que si un hombre gay asesina a su marido su crimen debe de ser valorado y juzgado exactamente igual que si un hombre hetero asesina a su mujer no es un comentario machista, es igualitario y feminista a más no poder.
2. Decir que en un país con los índices de paro y de pobreza del nuestro la inmigración hay que regularla no es ser un xenófobo ni un racista. Es tener un mínimo de sentido común.
3. Decir que te importa una mierda si exhuman o no a Franco no significa que seas un peligroso fascista. Significa sencillamente que tienes otras preocupaciones que te interesan bastante más.
4. Decir que el sistema autonómico está mal gestionado, que ha terminado convirtiéndose en un montón de pequeños reinecitos que sólo miran por sus propios intereses pasando por alto el interés común, que la forma de financiación es una mierda con la que no está de acuerdo ninguna Autonomía, que ha dado lugar a unas desigualdades territoriales brutales (que se lo cuenten a los extremeños y sus infraestructuras ferroviarias) o decir que algunas competencias fundamentales como la educación deberían centralizarse para garantizar la igualdad de oportunidades de todos los niños, no es tampoco ser un peligroso franquista que añora los tiempos de la Una, grande y libre. Significa que crees en la igualdad, en que la unión hace la fuerza y en que el que divide vencerá.
5. Decir que la Prisión Permanente Revisable es un buen sistema para mantener bajo control a ciertos delincuentes cuya capacidad de reinserción está puesta en entredicho por sesudos informes penitenciarios de psicólogos y psiquiatras no significa que seas un degenerado partidario de la pena de muerte o de la cárcel como mecanismo de venganza. Significa sencillamente que reconoces una realidad, la de que hay personas que no pueden reinsertarse jamás y que por tanto son un peligro para la sociedad y que ésta tiene todo el derecho a protegerse de esos individuos.
6. Decir que el sistema electoral es injusto porque da un poder desproporcionado a partidos nacionalistas con una cantidad muy pequeña de votos, pero muy concentrados, y que debería arbitrarse otro sistema por el que la política nacional no estuviera sujeta a los caprichos y chantajes de esos partidos que sólo miran por el beneficio propio y nada por el interés general tampoco es ser un peligroso fascista. También es puro sentido común.
7. Decir que la presunción de inocencia es un derecho sagrado y criticar con dureza los juicios paralelos en casos especialmente mediáticos, y pedir que se respeten las decisiones judiciales tanto cuando nos gustan como cuando no, tampoco significa que estés de parte de asesinos, violadores o pederastas. Significa que crees de verdad en la independencia del poder judicial y en que los jueces tienen el derecho y la obligación de hacer su trabajo sin presiones externas ni sociales ni políticas ni mediáticas.
Creo que si saliéramos a la calle y preguntáramos a la gente su opinión sobre estas cosas habría una aplastante mayoría que estaría de acuerdo con muchas de ellas, si no con todas. Y sin embargo tienen que escuchar constantemente esos mantras insultantes que pretenden que todo el que afirma esas "perogrulladas" es un machista, un fascista o un degenerado ultranacionalista español.
Por eso, aunque a mí, como a todo el mundo, me sorprendió muchísimo el éxito de Vox en Andalucía, cada vez me extraña menos. Es más, tengo la sensación de que el fenómeno va a ir in crescendo en próximas convocatorias electorales. Probablemente el hecho de que ellos digan abiertamente todas estas cosas con las que buena parte de los votantes de otros partidos están de acuerdo les esté granjeando muchas simpatías.
A pesar de su patriotismo exacerbado, de su ideario religioso bastante rancio, de su declarada apuesta por un modelo de familia tradicional ya superado por la realidad sociológica... a pesar de todo eso mucha gente se siente identificada con buena parte de sus propuestas. Y cada vez habrá más, porque todos los cabreados e indignados de la vida que están hasta las pelotas de que les suelten a diario chorradas probablemente verán en ellos por lo menos a una gente que habla sin complejos y que dice las mismas cosas que ellos piensan pero que casi nunca se atreven a decir.
Personalmente nunca votaría a Vox, aunque tengo que reconocer que me caen mucho mejor que el PP, que piensa sobre casi todo exactamente lo mismo pero que intenta disimularlo todo lo que puede y encima es una fábrica de corruptos de campeonato. Ideológicamente estoy muy alejada de esta gente pero me revienta que intenten meterme miedo por su presencia en las instituciones, como en su día me reventaba el miedo que intentaban meterme con Podemos.
Y además me encanta que haya 5 partidos importantes a nivel nacional a los que votar. Que la gente tenga opciones entre las que elegir, con sus matices y sus peculiaridades. Fueraparte las minoritarias como Pacma o Equo o Falange, que también me encanta que estén ahí, el hecho de que haya nada menos que un pentapartidismo potente, con unas expectativas de voto muy similares, me pone.
Que cada cual vote a quien le venga en gana, pero que el panorama se amplíe al máximo para que todo el que quiera, realmente pueda votar. Y el que no quiera, pues que no vote. Libertad libertad sin ira libertad. Luego ya ellos verán cómo se ponen de acuerdo, que es su obligación.
Y del mismo modo que en su día di la bienvenida a Podemos (y hasta les voté, en qué estaría yo pensando) ahora se la doy a Vox. Y a los que los voten, que lo hagan abiertamente y sin vergüenza. Aquí lecciones de democracia de unos y de otros pocas, que ya nos vamos conociendo todos. A estas alturas de la película, venga ya!
Ah, y a los voxifóbicos... paciencia. Pos no os queda na que pasar!
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