Ya, ya sé que da mucha pereza. A mí me da la misma que a vosotros, pero no hay más remedio. Esta semana se ha aprobado la ominosa Ley de Libertad Sexual, más conocida popularmente como ley del "sí es sí" y no hay más tutía que hacer el comentario oportuno. O yo no sería yo.
Ya en su día hice un análisis bastante profundo de cómo veía yo la cosa, pero siempre mantuve la secreta esperanza de que prevaleciera el sentido común y nunca llegara a aprobarse. Pobre ilusa! Hoy ya es un hecho y, aunque sea la última vez, que no lo será, tengo que decir lo que pienso al respecto.
Una vez más, como ya sucedió con la vergonzante "Ley de Violencia de Género" se vuelve a invertir la carga de la prueba. Y la igualdad de sexos ante la ley que la Constitución recoge explícitamente en su articulado se la saltan a la torera como si la Carta Magna fuera una ristra de papeles para limpiarse el culo con ellos. Una vez más es el varón el que tiene que demostrar con pruebas en la mano que es inocente, que no ha cometido el delito del que se le acusa. Adiós derechos fundamentales, adiós presunción de inocencia. Adiós para siempre, adiós.
En esta ley, al igual que en la Viogen, se da por supuesto que las mujeres somos seres de luz que jamás mentimos. Se descarta por completo. Hermana, yo sí te creo. Si aquí miente alguien siempre va a ser el que tenga un colgajo entre las piernas.
Como madre de dos hijos varones todo esto me produce un espanto atroz. Por muchos motivos, pero sobre todo por la indefensión en la que quedan mis hijos y todos los hijos varones de todo el mundo con esta ley. Simplemente rezando para que nunca se dé el caso de que vayan a dar con una cabrona que, por alguna razón, decida joderles la vida.
Como por ejemplo el caso de hace unos días en La Malagueta. Esa chica que denunció a una supuesta "manada", que luego se descubrió que había sido una trola porque lo que pretendía era obtener los papeles de la nacionalidad. Que por cierto, en la nueva ley ésta es una de las "ventajas" que se obtienen si resulta que eres víctima de agresión sexual. No me quiero ni imaginar la de "agresiones fantasmas" que pueden salir de debajo de las piedras con un caramelito como ése. Por suerte, en este caso, una amiga de la falsa víctima tenía pruebas de un chat en el que quedaban claras las intenciones de la señorita, por lo cual los denunciados han sido puestos en libertad. Pero si no llega a aparecer esa amiga ni esa prueba de "inocencia"... alguien tiene la menor duda de que esos chicos hubieran terminado condenados, sin más prueba incriminatoria que la palabra de ella?
O los de la Arandina. Que la chica había tenido relaciones con varios idiotas del club y había estado vacilando con las amigas de que se los había frungido a todos. Y cuando la madre se enteró no se le ocurrió nada mejor que inventarse una violación grupal. Menos mal que otra vez algunas de sus amigas con un poco de conciencia moral, llevaron a la policía los audios en los que el angelito se jactaba de su hazaña con los futbolistas. Más de 40 años pedía la fiscalía para cada uno de ellos. 40 años de tu vida... porque a una niñata no le da la gana de decirle a su madre que le va el sexo grupal.
Y esto pasaba ya antes del "sólo sí es sí". Simplemente por la presión social del "hermana, yo sí te creo". A partir de ahora, con una ley que da todas las alas posibles para cometer toda clase de tropelías... agárrate los machos.
Yo, que en mi juventud he sido bastante destroyer y me he bebido hasta el agua de los floreros, confieso que he tenido algunas experiencias del tipo "hossssstiaaaaaas, nooooooooo!". Pero quién no? Esto, que yo sepa, le ha pasado a todo el mundo como mínimo alguna vez. Son esas experiencias poco memorables en las que a horas intempestivas, hras de "after", de esas noches que cuando sales del antro el sol te golpea directamente en los ojos y matarías por unas gafas de idem, y resulta que has terminado enrollándote con alguien con quien jamás te habrías enrollado de haber estado medianamente sobria, y al día siguiente, cuando te enteras porque alguien te lo cuenta, porque tú ni te acuerdas, entonces te quieres morir. "Hosssstiaaaaa, nooooooo!!!! Con el Paquito Pérez?? Me muerooooooooo!!".
Esto nos ha pasado tanto a tíos como a tías. Puede que más a tías, porque los tíos a fin de cuentas son bastante menos selectivos a la hora de meter la churra. Pero cuando nos pasaba esto lo que nos pegábamos era unos machaques totales a nosotras mismas. O sea, salvo que algún tío te hubiera drogado a propósito con el fin de hacer contigo lo que quisiera (que a mí nunca me ha pasado ni conozco tampoco a nadie), si eras tú la que te habías puesto tan ciega que ni te enterabas de lo que hacías, ni se te ocurría echarle las culpas al tío, que probablemente iba igual de perjudicado que tú. Lo que hacías era arrepentirte profundamente, hacer acto de contrición dándote 80 cabezazos contra la pared por haberte pasado de copas, y luego el típico propósito de enmienda, jurar y perjurar que no ibas a volver a probar el alcohol en la vida y, como penitencia, encerrarte en tu casa dos semanas a rezar para no encontrarte nunca jamás en ninguna parte con Paquito Pérez, o al menos para que estuviera tan borracho que no se acordara de nada.
Ésa era la actitud normal "illo tempore", cuando las tías nos responsabilizábamos de lo que hacíamos, tanto para bien como para mal. Desde luego, lo que jamás se nos hubiese ocurrido es considerar a Paquito Pérez un violador y salir corriendo a la comisaría a poner una denuncia contra él porque tú te habías pillado una curda de campeonato y no sabías ni dónde estabas ni con quién te estabas enrollando. El arrepentimiento y la mala hostia era contigo misma, por imbécil y por no controlar lo que bebías. De haber sido de otra manera hoy en día casi todos los tíos que conozco habrían pasado por la cárcel, porque absolutamente todos alguna vez han follado con una tía borracha, poco más o menos igual de borracha que ellos mismos.
Hoy en día, por lo visto, las tías no somos responsables de nada. Si te pillas una cogorza y te enrollas con un tío que realmente no te gusta y al día siguiente te arrepientes es tan sencillo como decir que te ha violado y punto. Tú te quedas tan a gusto, porque no has tenido culpa de nada, y al tío que le den. Superguay.
A mis hijos, naturalmente, les tengo dicho que ni se acerquen a menos de dos kilómetros a ninguna tía que se haya tomado media copa. Por supuesto, no me harán ni puto caso. Al ritmo que bebe hoy en día la gente en los botellones, que entre dos se zampan una botella de whisky o de ron en menos que canta el gallo, anda que se van a acordar ellos por los huevos de las recomendaciones de su anciana madre. Pero de verdad que una de mis pesadillas más recurrentes es que cualquier día puedan dar con una de esas tías que digan "hosssstiaaaaaaa noooooooooo", y que no tenga nada mejor que hacer que autoperdonarse la cagada echándole la mierda a ellos.
Como la de la Arandina, que además, para más inri, era menor. Por cierto, tú cómo puedes estar seguro de que una tía no es menor? Porque yo a los 16 años parecía que tenía 26, iba pintada como una puerta y con unas pintas que no me hubiera echado menos de 20 ni mi propia abuela. Y de hecho me gustaban los tíos mayores que yo, porque con niñatos de mi edad que se comían los mocos pasaba de ir ni a la puerta de la calle. A mí en el instituto, a los 14, sólo me gustaban los repetidores de cursos superiores, todos ellos mayores de 18. Hoy serían considerados pederastas.
Es que, de verdad, como yo he sido tan pendón y tan destroyer, y he hecho tantas locuras en mi vida, que de verdad mis padres, pobrecillos, tenían el cielo ganado conmigo, era lo peor de lo peor... Por eso mismo yo sé perfectamente cómo funciona la noche y cuál es la relación directamente proporcional entre alcohol y sexo. Y que muchos síes nocturnos hubieran sido noes como la copa un pino a plena luz del día. Y me da terror la deriva que todo esto está tomando. Cómo cada vez es más sencillo arruinarle la vida a un pobre incauto con las hormonas desatás simple y llanamente por no asumir una sus propios errores.
En fin, poco más puedo decir. Yo os recomendaría que a vuestros hijos varones los aleccionárais bien sobre este asunto. Nada de follar con copas de por medio y sin haber firmado un acuerdo de conformidad previo.
Igual que a las tías nuestras madres nos llevan aleccionando toda la vida. Que si no bebas, que hay mucho aprovechao. Que no sueltes la copa, no te vayan a echar algo. Que si no vuelvas sola, vuelve siempre con alguien, o coges un taxi y yo lo pago aquí. Que si no te montes en el coche de nadie. Que si tal que si cual. Y a pesar de todas las advertencias luego hemos hecho lo que nos ha dado la gana, nos hemos montado en todos los coches habidos y por haber y hemos trasegado chupitos a puntapala. Los jóvenes son así, no entienden de peligros. Los viejos son un coñazo y siempre están cagados por todo.
Lo que pasa es que hoy en día, con leyes como ésta que cargan contra el varón sistemáticamente dando absoluta credibilidad a la palabra de la mujer siempre por encima de la de ellos, hay que advertir casi más a los hijos que a las hijas. Que ya digo, que tampoco harán ni puto caso. Pero qué miedo, tú!
Algún día se estudiará en las facultades de Derecho cómo hemos podido llegar a esta situación en la que la palabra de un hombre no vale una mierda frente a la de una mujer. Y esto auspiciado por un Ministerio autodenominado de "igualdad".
Y creo que se estudiará con mucha vergüenza. Al menos eso espero.
Al final esto era la igualdad? Me parto y me troncho.