Pues sí, amigas y amigos, yo también tuve ayer mi particular Día de la Mujer. Lo pasé, como no podía ser menos, peleándome por el Twitter con mis "amigas" radfem, ésas que tanto cariño me tienen y tan buenos deseos me muestran siempre.
A decir verdad me he pasado toooooda la semana dedicada a esta edificante actividad bélico-tuitera. He estado la mar de entretenida y debo confesar que he disfrutado bastante en las sangrientas reyertas en las que me he embarcado.
Todo empezó con la aprobación en el Consejo de Ministros del Anteproyecto de Ley de Libertad Sexual (también conocida como Ley del Sí es Sí, además de otro montón de nombres, y más ahora con esta moda que han extendido las rad de referirse a todo en plural para amplificar al máximo (las libertades sexuales, las violencias machistas... en fin, las cosas de ellas).
No es que haya trascendido mucho de la Ley, puesto que con las prisas por presentarla antes de la fecha mágica del 8-M, por lo visto lo que se aprobó no era más que una sarta de proclamas fem que ningún ministro había tenido huevos de tragarse y que después se está volviendo a redactar a marchas forzadas para darle forma de documento legislativo medianamente serio y sujeto a derecho.
En realidad todo lo que ha trascendido ha sido a base de filtraciones procedentes a todas luces del propio Gobierno (se rumorea que la mano de la maquiavélica y taimada Calvo podría andar detrás, pero vete a saber). La cuestión es que han salido a la luz pública varios aspectos que sugieren que estamos ante una chapuza legislativa, además de completamente inútil, más regresiva que otra cosa.
Básicamente por dos cosas:
1ª. El famoso "Sí es Sí" no soluciona en absoluto el problema de las sentencias a la carta, dependiendo del juez que las redacte. En caso de que haya dos versiones distintas de un delito sexual es imposible demostrar ese "Sí es Sí", con lo cual la decisión final sigue quedando en manos del juez, que tendrá que evaluar la verosimilitud de las declaraciones de los implicados y decidir quién dice la verdad. Vamos, que salvo que haya un documento escrito en el que el consentimiento quede explícitamente demostrado, seguimos en las mismas.
2ª. La nueva Ley equipararía los delitos de abuso y agresión, reduciéndolos todos a este último tipo. Tal equiparación, lejos de clarificar nada ni de suponer un cambio progresista, es profundamente injusta y regresiva. De hecho fue el propio PSOE el que hace años introdujo una reforma en el Código Penal para hacer esta distinción, partiendo con toda lógica, de que hay distintos grados de gravedad en los delitos sexuales. Ahora nuestras amigas lumbrerillas, en lugar de clarificar al máximo las diferencias entre uno y otro para evitar interpretaciones subjetivas por parte de los jueces, lo que hacen es meterlo todo en el mismo saco, de forma que a partir de la aprobación del engendro la misma calificación legal tendría que te toquen el culo en el bus y que te pillen cuatro tíos en un descampado, te pongan una navaja en el pescuezo y te violen por todos los orificios.
Vamos, que en lugar de poner límites precisos entre ambos delitos (por ejemplo, dejar claro que tener sexo con una persona inconsciente por consumo de alcohol o drogas no es abuso sino agresión, una modificación que desde mi punto de vista sería acertadísima), lo que hacen es quitarse de un plumazo el abuso y meterlo todo por igual en el ámbito de la agresión. Sí, amigos, recordáis aquella antigua costumbre adolescente masculina de ir bajando la manita en los bailes lentos para catar algo de culillo en las fiestas de los 70 y los 80? Sí, hombre, aquella práctica que tan gloriosos momentos nos dejó en forma de contundentes hostias y/o plantones en mitad de la pista. Pues hoy en día, con esta innovadora ley, eso sería tan agresión como coger a la muchacha, arrastrarla de los pelos hasta el baño y forzarla hasta reventarla.
Al menos ésa es la intención de la legisladora, salvo que alguna mano con un poco de sentido común lo remedie antes de que llegue la aprobación.
En fin, que por estas y otras razones similares llevo yo varios días dedicada a batallar contra las hordas de entusiastas podemitas forofas del "Sí es Sí", del "Hermana yo sí te creo" y de otros inventos panfletarios por el estilo, que están muy bien para ponerlos en pancartas en las manifas pero no para legislar con un mínimo de rigor.
Y en esto estaba cuando de repente me encuentro con el cantante José Manuel Soto de Trending Topic en Twitter. Como sé que este señor es simpatizante, si no militante del partido Vox, y que esta circunstancia da muchos puntos para convertirse en Tendencia en esta red social, no se me pasó ni por un momento por la cabeza lo típico cuando aparece de sopetón un nombre, o sea, que se trate de una defunción.
(Breve inciso: para quien no sea usuario, en Twitter cuando te encuentras un nombre en los TT con frecuencia es sinónimo de palmatoria).
En efecto, mi intuición no me engaña. Soto es Tendencia no por su fallecimiento súbito sino por unas declaraciones. Concretamente por éstas:
"Si un "no" fuera siempre un "no" muchos no hubiéramos venido al mundo"
Tachán tacháaaaaaan!! Bueeeeeeno..... pa qué queremos más?
Que si Soto es un machista del heteropatriarcado que justifica las violaciones. Que si Soto reconoce ser fruto de una violación de su padre a su madre..... En fin, os podéis imaginar, todo por el estilo. Un desbarre tras otro de los que hacen época.
Y claro, yo que entiendo perfectamente la frase de Soto, no me puedo creer que se haya podido liar semejante pollo por algo que es una realidad incuestionable. Y es que somos muchos los que efectivamente jamás habríamos venido al mundo si nuestros padres se hubieran conformado con el primer NO de nuestras madres.
Salvo unos pocos suertudos que conseguían un SÍ en primera instancia de la chica de sus desvelos, la inmensa mayoría de los varones de la época se tenían que currar muy mucho el anhelado SÍ y tragarse entre medias infinidad de Noes de distinta calaña. Nuestros progenitores gastaron muchas energías, imaginación, horas de sueño, y sobre todo dinero en intentar encandilar muchachas, a base de flores, regalitos varios, invitaciones a merendolas, a comidas, a cubatas o a lo que quiera que ella fuera aficionada.
Pero Noes a todo de tooooodo. No a bailar contigo. Luego No a salir contigo. Luego No a vernos a solas. Luego No a darme la mano. Luego No a un casto beso en los labios. Luego No a la lengua. Luego No a tocarme la teta....... Y en fin, así se pasaban años y años avanzando lentamente, a paso tortuguil, hasta ir conquistando poco a poco al principio centímetros de espacio corporal y después centímetros de piel de la amada.
Y van los muy mastuerzos y mastuerzas, y dicen que este señor con esa frase lo que está es defendiendo la violación como medio reproductivo. O aún más, confesándose a sí mismo fruto de una agresión sexual matrimonial.
Pero alguien con un mínimo de buena fe puede creer que ese hombre ha querido decir ni lejanamente algo así? Claro que sabemos que eran otros tiempos, que las cosas han cambiado y que los códigos sociales y amorosos actuales no son los mismos que los de entonces. Y que hoy en día las cosas son mucho más claras y ni las tías tienen necesidad de hacerse valer a base de Noes ni los tíos de insistir e insistir hasta morir cuando son rechazados. No creo que eso se le escape a nadie. Pero vamos, que reconocer que eso hasta hace muy poco no era así es reconocer un hecho tan real como constatable.
Ufffffff, ya sé, todo esto da mucha pereza, pero qué queréis? Me puede. Comprobar que la gente es capaz de lapidar en espacio público a alguien por cosas como ésta me sigue dejando a estas alturas patidifusa. Que haya cientos, miles de gilipollas, capaces de retorcer unas palabras completamente inocuas con el fin de agredir a una persona me provoca estupor e indignación. Y yo, que no simpatizo ni mucho ni poco con este señor ni soy especial aficionada a su música, me veo saltando en su defensa cual loba, enfrentándome con uñas y dientes a cara de perro a sus detractores.
Y lo difícil que es a veces no soltar un sencillo: GILIPOLLAAAAAAS!!!!!! No por nada, si no porque estos idiotas son de piel muy fina, se pican rápido, se cabrean, montan en cólera, te delatan y te cierran la cuenta en menos que canta un gallo. Así que encima tiene una que ser fina y segura, y hacer gala de ingenio y cautela máxima para terminar diciéndoles capullos sin que parezca que se lo estás diciendo.
Pues bueno, ya veréis cómo con todo y con eso cualquier día me mandan la cuenta al carajo.
Con lo coñazo que es abrirse otra!!!!
Enhorabuena,!! No se puede explicar mejor y más claro. ME ENCANTA TU Clarividencia. Ojalá muchas mujeres pensarán como tú
ResponderEliminarGracias por tu entusiasmo, pero si no hubiera locas del coño de éstas con qué me divertiría yo?
EliminarCalla calla, que yo me lo paso pipa. Mi espíritu pendenciero goza enormemente batallando en estas lides.