Bueno, antes de empezar con el tema de hoy, que va de la liberación de la mujer, quiero copiar aquí una charla que he tenido por guasap con un amigo al respecto de mi anterior post.
Como recordaréis la cosa iba de brecha salarial y yo planteaba mis dudas sobre si las preferencias profesionales según los sexos podrían venir determinadas por la propia naturaleza o por condicionantes educativos. En ese contexto me escribe mi amigo:
- Desde mi imposibilidad de responderte en el blog quiero decirte que en los países en los que están adoptando medidas para corregir esos desequilibrios se observa que no hay modo. Se reservan plazas en enfermería y educación infantil para hombres, bajando todos los requisitos, y la gente (hombres) no acuden. Y viceversa con las ingenierías para mujeres; ellas (con expedientes brillantes que podrían elegir lo que quisieran) no acuden.
- No sé, igual hay algo diferente en nuestras naturalezas. Que la Virgen de la Perpetua Igualdad me perdone.
- Me temo que sí. Y se ha comprobado con neonatos y animalicos. Pero claro, eso son investigaciones hechas por hombres o por mujeres alienadas.
- Di fachas y terminamos antes. En fin, colgaré tu comentario en el blog.
Bueno, pues hasta aquí nuestras profundas reflexiones sobre el tema.
Y ahora ya voy a lo de hoy: la liberación femenina.
Anda la peña estos días bastante revuelta con esto de que la Ministra de Igualdad, Irene Montero (como sabéis, también pareja del vicepresidente Iglesias) vaya todos los días al trabajo con su hija pequeña en la mochilita. Sobre todo la irritación viene por parte de mujeres que, más que verlo como una reivindicación feminista, lo sienten como un privilegio insultante. Te encuentras a un montón de indignadas en las redes o en los foros de los distintos medios, sobre todo madres (y también algunos padres) que no pueden llevar a sus hijos a sus lugares de trabajo y les parece una tomadura de pelo ver a esta muchacha restregarle a todo el mundo por las narices que ella sí que puede. Muchas de ellas, las que se lo podían permitir económicamente, incluso han tenido que pedirse varios meses sin sueldo después de la baja maternal para poder seguir amamantando a sus hijos un poco más de tiempo, así que entiendo perfectamente que no les haga mucha gracia el espectáculo.
Luego hay otra corriente de indignación que se plantea si esto era en lo que consistía la famosa liberación de la mujer, en poder llevarnos a los niños al trabajo para así extender nuestra faceta maternal a todos los ámbitos de la vida, incluido el laboral. Algunas malintencionadas incluso apuntan la posibilidad de que de vez en cuando la mochilita podría ser transportada por el padre de la criatura, en virtud del sagrado objetivo de la igualdad que da nombre al Ministerio de su señora.
En fin, yo quiero desde aquí tranquilizar a todas esas mujeres que tienen dudas, comprensibles pero infundadas desde mi punto de vista. No dudéis, mujeres de poca fe.
Sí, amigas, esto es liberación femenina auténtica, aunque a simple vista pueda no parecerlo. Qué mayor liberación que no tener que vivir angustiadas por tener que separarnos de nuestros retoños porque éstos puedan estar pegados a nosotras todas las horas del día? No tendremos que preocuparnos de encontrar una guardería cercana ni sufrir y estresarnos cuando la canguro se pone enferma y nos deja colgadas. Tampoco tener esclavizados a los abuelos cuando los pobres están ya gozando del más que merecido descanso de la jubilación.
Y quien piense erróneamente que los empresarios podrían preferir en un momento dado contratar a trabajadores masculinos libres de cargas familiares que lo mire de esta otra manera, con mucha más perspectiva de género: qué empresario no querría crear en su negocio un ambiente materno-infantil que invitara a sus clientes a sentirse como en casa?? Creo que este argumento por sí mismo es definitivo.
Por otra parte, para aquellas descreídas que tengan dudas sobre la viabilidad de llevar a su prole al puesto de trabajo he visualizado mentalmente una serie de oficios variados y os traigo aquí unas cuantas ideas y ventajas:
1. Madre peona de la construcción. Lo ideal en este caso es llevar al bebé con un casco del mismo color del de la madre, para que haga juego y estén perfectamente conjuntados. Si la trabajadora tiene que subirse a una plataforma para ascender y descender por la obra en construcción podría incluso jugar con el botoncito para columpiar al chiquillo y tenerlo entretenido subiendo y bajando. Por lo demás éste es un tipo de trabajo muy adecuado desde el punto de vista lúdico. Cuando los niños estén un poco más creciditos los pueden poner hasta a hacer las mezclas, ya sabemos que a los críos les encanta embadurnarse y ponerse guarros. En definitiva, una profesión perfecta para llevar a los niños con nosotras.
2. Madre cirujana. Sin problemas. Querida amiga, este trabajo también es ideal para llevar a tu bebé. Recomiendo usar con el chiquillo una mascarilla del mismo color que la de la madre, por una cuestión tanto estética como práctica, puesto que al haber otras madres con sus críos en el quirófano así se evitan confusiones. Los niños criados en este ambiente hospitalario además crecen más fuertes que los demás porque el contacto con todo tipo de virus y bacterias hace que su sistema inmunológico se desarrolle con mayor efectividad. Sería interesante también llevar algún tipo de artilugio que permitiera amamantar al bebé sin tener que soltar el bisturí, el escalpelo o cualquier otro instrumento propio del gremio. Ahí dejo caer la idea para posibles inventores.
3. Madre teleoperadora. Este oficio me parece ideal para desarrollar las capacidades lingüísticas de los infantes. Estar todo el horario laboral escuchando a las madres hará que con toda probabilidad aprendan a hablar mucho antes que los otros niños. Por otro lado podría ser muy agradable para las personas que están al otro lado de la línea oír el alegre gorgojeo de un bebé. Mucho más que esa música horrible que a menudo nos ponen mientras nos van pasando de un teleoperador a otro. Estos niños además dormirán muchísimo porque el soniquete de la voz de sus mamás les hará sentirse como si siguieran calentitos y protegidos en el vientre materno. Como podéis comprobar todo son ventajas.
4. Madre presentadora de televisión. Una profesión perfecta para familiarizar a los chiquillos con el medio audiovisual y con el ambiente periodístico. Son niños que muy pronto entenderán los beneficios de una buena fotogenia y de una dicción perfecta. También serán muy comunicativos porque aprenderán a hablar de todos los temas; y si ya la madre trabaja en un programa de actualidad con muchísimos tertulianos que opinen sobre todas las cuestiones tendrán un plus de información que les puede ser muy útil en su día a día cuando sean mayores. Además se acostumbrarán desde su más tierna infancia a estar en el punto de mira del interés público, a que los observen y les reconozcan por la calle, puede que aprendan a firmar autógrafos antes que a andar. Para amamantarlos con tranquilidad propongo que se aprovechen los intermedios, o bien que se haga durante las entrevistas más cordiales, evitando traspasarle a la criatura la leche materna durante tensas confrontaciones periodísticas con políticos, terroristas y otros personajes de semejante calaña.
En definitiva, amigas, que querer es poder. Dejad de meteros injustamente con la Ministra Montero y pensad que las mujeres empoderadas nunca debemos dudar de nuestras posibilidades como madres y trabajadoras capaces de simultanear ambas facetas.
Y si tenéis dudas sólo tenéis que repetiros a vosotras mismas el gran lema del empoderamiento:
SÍ SE PUEDE, SÍ SE PUEDE!!!!!
Y ya veréis qué bien.
Me apunta mi novio que debería incluir también a la mamá árbitra, que iría corriendo con su bebé colgado mientras le gritan hijodeputa y así se va adaptando a la sociedad desde muy pequeñito. Buena aportación, sin duda.
ResponderEliminarSi se os van a ocurriendo más profesiones para animar a las chicas a ir con sus bebés no dudéis en colaborar. Podéis incluso preguntarle a vuestros niños cuáles son sus profesiones favoritas para ir con vosotras.