Ya he escrito otras veces en el blog sobre Javier Marías y su condición de Cascarrabias Mayor del Reino, condición que él mismo asume y reconoce sin el menor pudor. Sospecho que hasta le gusta y que lo lleva con orgullo, dado el sumo desprecio que le inspira la sociedad en la que vive, que es casi el mismo que me inspira a mí.
Últimamente Marías se pasa la vida en las listas de Trending Topic, bien por sus artículos de prensa, bien por entrevistas a su persona, el caso es que todo el mundo opina sobre él y sus fobias y filias, y parece ser un tema apasionante a juzgar por los berrinches que se pillan algunos.
Yo ya he dicho en otras ocasiones que hay cosas que comparto con él y otras que no. De hecho algunas de sus fobias son filias mías (por ejemplo, odia a los dueños de perros y a los ciclistas, ambas cosas que yo soy), sin embargo siempre me gusta leerlo porque incluso en esas cosas lleva buena parte de razón, y de cualquier forma es un tío que escribe bien y que cuando despotrica es fino y lacerante y a mí esa manera de hacer crítica social me mola.
Aparte de esas cosas en las que disentimos, hay muchas otras en las que estoy completamente de acuerdo con él, como en su aversión a desenterrar muertos, García Lorca incluído; en sus quejas sobre la sobreprotección a la juventud, la pérdida de la más elemental cortesía en las relaciones sociales, el desprestigio de la excelencia, o el uso y abuso de argumentos espurios para defender según qué cosas. O en el progresivo entontecimiento de la sociedad. Joder, que vivimos en un mundo en el que hay gente que muere por hacerse un selfie haciendo el gilipollas en la punta de un barranco, en mitad de un huracán o conduciendo a 250 por hora para conseguir un montón de Megustas en las redes! Puede haber una sociedad más decadente, más enferma y más estúpida? Por eso me indigno casi tanto como él y voy entendiendo cada vez más su misantropía e incluso asumiéndola como propia.
Últimamente las mayores críticas se le hacen por rancio y por machista. Yo no lo veo ni una cosa ni la otra; lo que sí es cierto es que es muy beligerante con esa parte del feminismo militante que ve una afrenta a la mujer en todo o casi todo (por ejemplo las secuaces y discípulas de la Barbijaputa colaboradora de Eldiario.es). Marías ha defendido bastantes veces causas varias sobre la igualdad de la mujer, tales como la equiparación salarial, la equiparación de derechos a todos los niveles o nuestro derecho a vestirnos y actuar como nos dé la gana sin por eso tener que soportar agresiones masculinas ni comentarios soeces ni acoso de ningún tipo. Ahora bien, la universalización del sentimiento de ofensa que practica un amplio sector del feminismo actual o la práctica de ese concepto abyecto conocido como "sororidad" le parecen lo mismo de aberrantes que me parecen a mí.
Ya he contado en otros posts que últimamente me meto con frecuencia en el blog de la tal Barbijaputa, una tía a la que considero una auténtica enferma mental por su obsesión con todo lo que a ella le huele a machismo, que es prácticamente cualquier cosa que se diga o se haga o se deje de decir o hacer que se salga mínimamente de su patológica ortodoxia ultrafeminista. Normalmente entro, leo su último truño y la obsequio con algún que otro comentario contrario a sus tesis enfermizas. Por supuesto mis mensajes están a la cola de todos porque es colgarlos y bombardearme a negativos todo el nutrido club de fans y adeptos de la secta japutera esta. Pero es que si de siempre me ha indignado el machismo imperante, tanto o más me indigna que se haga uso sistemático de él para argumentar contra situaciones o actitudes que entran dentro de lo más natural. Exactamente lo mismo que le pasa a Marías y que por tanto denuncia semana sí y semana también en sus artículos.
Javier se queja de que con lo que costó en su día al movimiento feminista que las mujeres nos vistiéramos como nos diera la gana, la corriente actual es a taparnos al máximo para parecer lo mínimo posible mujeres, por lo que compara a buena parte del feminismo actual con las monjas de los años 50. A fin de cuentas, aunque por distintos motivos y usando diferentes argumentos, el fin es el mismo: incorporar el más rancio puritanismo a las costumbres, la vestimenta y la apariencia física. Igualmente abomina de esa corriente según la cual todo lo que hicieron las mujeres en el pasado estuvo minusvalorado, lo que implica que hay que reivindicar la excelencia de tías que en la realidad no pasaron de ser artistas mediocres. A este respecto su artículo sobre el "redescubrimiento" de Gloria Fuertes como poetisa excelsa es un buen ejemplo de lapidación masiva en las redes. Yo, que no he leído a esta escritora y por tanto no puedo opinar sobre ella literariamente, no vi nada en su artículo que fuera ni mucho menos para liarle la que le liaron; él no decía que fuera mala, sencillamente la usó como ejemplo de escritora supuestamente infravalorada en su día por su sexo y ahora reivindicada por ese feminismo sorofílico y alegaba que otras escritoras de su generación habían sido reconocidas sin problemas, lo que a su juicio demostraba que ser mujer, si realmente eres buena en tu oficio, no es obstáculo para triunfar. Y ponía el ejemplo de grandes escritoras, pintoras, diseñadoras, etc.
En fin, se puede estar o no de acuerdo con él, pero lo cierto es que sus tesis las argumenta bastante bien; en todo caso mucho mejor que sus enemigos, e infinitamente mejor que casi todos los subnormales que a diario se pasean por las redes bufando y pontificando sobre lo divino y lo humano en 135 caracteres.
También yo monto en cólera cuando veo que las redes "se incendian" cuando una modelo como Miranda Kerr dice que a ella le gusta arreglarse y ponerse sexi cuando está en casa para gustarle a su marido. Las redes siempre ardiendo por cualquier chominada. Y me cabreo porque no entiendo que eso sea considerado una actitud machista, que una tía busque estar lo más atractiva posible para su pareja. Si su pareja fuera una mujer me parecería igualmente plausible. Y si es un tío el que lo dijera le haría la ola. No comprendo, por tanto, que la gente se indigne y arremeta contra esta mujer etiquetándola de machista por decir algo que debería ser casi de manual de buenas costumbres en la pareja. Entonces cuando la Niña Pastori cantaba aquello de "Échame una mano prima que viene mi novio a veme, que estoy tan nerviosa que no sé qué vestío ponerme" estaba haciendo apología del machismo por querer ponerse guapa para su novio? Y como esta gilipollez miles de desbarres tooooodos los días.
Bueno, que sé que a él le importa un pimiento y que no navega por Internet y que es muy poco probable que alguna vez lea este post. Y además posiblemente si me leyera pensaría lo peor de lo peor de mí, de mi forma de escribir y de mi vocabulario vulgar, ordinario y alejado de los buenos usos y costumbres que tanto echa de menos en estos tiempos. Sin embargo quiero una vez más mostrar mi admiración por alguien a quien considero no solo uno de los mejores escritores vivos en español sino una de las mentes más preclaras y lúcidas de este país. Y contraponer esa lucidez al borreguismo, memez y zafiedad de esas masas amorfas que te encuentras en la red dispuestas a arremeter contra todo lo que a ellas les parece que atenta contra alguna de las nuevas religiones que han venido a sustituir a las antiguas, llámese ultrafeminismo, ultranacionalismo o ultraanimalismo.
Marías es mucho Marías y le da como setecientasmil vueltas a todos ellos. Aquí una forofa incondicional, mi querido y admirado Gran Pitufo Gruñón.
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