Le he puesto a este post el título del inolvidable tema del gran Gainsbourg porque es justamente la música que me vino a la cabeza ayer cuando en medio de la cena vi toda horrorizada las bochornosas imágenes del encuentro entre los líderes del PSOE y Podemos ante las puertas del Congreso. Fue verlos a los dos caminando y mirándose azorados acercándose desde la lejanía, posando sonrientes y encantados ante el aluvión de fotógrafos y cámaras que ovejunamente los enfocaban con sus objetivos, y automáticamente oír en mi interior los acordes de la famosa canción que en su día cantaron, o más bien jadearon a dúo Gainsbourg y Birkin.
Y del bochorno y la vergüenza pasaba a la incredulidad y a la indignación, y de ahí otra vez al incontenible rubor y así todo el tiempo de un lado al otro en un bucle sin fin del que no conseguía salir de ninguna de las maneras.
No tuvimos bastante con tener que tragarnos durante la interminable campaña electoral a Iglesias, Sánchez, Rajoy y Rivera mostrándonos ante las cámaras lo sencillos y humanos que son, jugando a baloncesto o tocando la guitarra con Pablo Motos, escalando montañas con Jesús Calleja, charlando amigablemente con el hipermegacampechano Bertín Osborne en su inefable sofá, cocinando, bailando como Iceta en el Intermedio, dando simpáticas collejas a sus hijos como Rajoy en un programa radiofónico deportivo… en fin, intentando ganar en una absurda competición por ser el más cercano, el más divertido, el más amable, el mejor candidato a vecino de al lado. No, no bastaba con eso. Ahora ha llegado el momento del AMOR.
Iglesias y Sánchez, tras semanas mareando la perdiz imposible de un pacto que nunca llegará, anuncian durante la Semana Santa a bombo y platillo un encuentro. No, un encuentro no, EL ENCUENTRO. Y todas las cámaras allí, como la panda de gilipollas que son al obedecer a la panda de gilipollas que las envían a cubrir estas patochadas, para recoger el GRAN MOMENTO.
Y qué hacen los dos mamarrachos estos? Pues aparecer los dos juntitos hombro con hombro, charlando amigablemente, por una esquina de la calle y saludar a los fotógrafos como si estuvieran desfilando por la alfombra roja de los Goya o por la pasarela Cibeles o posando para el Hola como hacen los monarcas europeos cuando se dejan fotografiar en sus “espontáneos” momentos de intimidad familiar. Qué asssssssssco, lavirrrrgen!!!!!!
Y por si esto aún no fuera poco, luego nos enteramos de que las dos lumbreras, Pedro y Pablo, Pablo y Pedro, tanto monta monta tanto, han estado charlando cordialísimamente sobre series de televisión, sobre cine, sobre baloncesto, sobre música, sobre la familia y sobre las vacaciones de Semana Santa. Pero es que NOS HEMOS VUELTO TODOS GILIPOLLAAAAAAAAAAAAASSSS?
Cómo podemos consentir que nos tomen el pelo de esta manera?? Que nos cuelen estas impresentables y horterísimas campañas de marketing y quedarnos tan tranquilos mientras que no hacen absolutamente nada de lo que están obligados a hacer, que es dejarse de chorradas y ponerse de acuerdo en asuntos básicos que es urgente arreglar?? Todavía hay alguien en este país dispuesto a seguir votando a estos mastuerzos que nos toman por imbéciles, por espectadores absortos y encantados con sus bochornosos paseíllos de cartón-piedra??
SOMOS UNOS GILIPOLLAAAAAAAAAS!
Y si estos tíos el año que viene siguen ahí encabezando sus respectivas formaciones es porque nos los merecemos, porque un pueblo con dignidad y con amor propio se encargaría de que estos políticos impresentables se fueran a sus casas para siempre y no volvieran nunca más.
Tu vas, tu vas et tu viens
Entre mes reins
Tu vas et tu viens
Entre mes reins
Aaaaah, ahhhhhh, ahhhhhh, ahhhhhh
Aaaaaaaaah, Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!
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