Escucho en la radio (Onda Cero, radio poco sospechosa de sectarismo progreta) a la madre de una niña transexual de 6 años que va a un colegio concertado malagueño en el que no están dispuestos a cumplir con los protocolos establecidos por la Junta de Andalucía (por cierto, protocolos similares a los de casi todos los países europeos) con respecto al trato a estos niños.
La verdad es que desconocía casi todo sobre el tema de los niños transexuales, no tengo ningún caso cercano. Por suerte son casos muy minoritarios. Junto con la madre de la niña, Isabel Gemio entrevista a un endocrino especializado en estos asuntos. Ambos hablan de forma muy esclarecedora sobre un tema que por distintos motivos conocen muy bien.
El endocrino comenta que lo que es la identidad sexual de las personas suele coincidir en la mayoría de los casos con los genitales, pero que se da un porcentaje, como digo bastante pequeño, de personas en las que no se corresponde una cosa con la otra. El doctor no habla de personas encerradas en un cuerpo equivocado, como se había tratado siempre este tema, sino de niños o niñas con los genitales equivocados. Es decir, prevalece la identidad sexual sobre la genitalidad. El problema no es de ellos sino de sus genitales, que son los que están mal. Es una diferencia importante
La madre de la niña con genitales de niño cuenta la historia de su hija. Desde muy pequeña, uno o dos años, la chiquilla daba signos de una identidad sexual muy clara que no se correspondía con su pequeño pene. Además, por lo visto, estos niños tienen muy exacerbada su sexualidad. Vamos, que aunque las niñas "normales" pueden usar pantalones o jugar al fútbol, ellas no quieren ni oír hablar de prendas ni aficiones tradicionalmente masculinas. Son auténticas "princesitas". Todo lo quieren rosa, sólo se ponen faldas, vestidos, bolsitos y bailarinas y no se reconocen cuando se dirigen a ellas con el género masculino.
La mujer comenta lo difícil que fue para ella asimilar todo esto, siendo como era una persona muy religiosa y de ideología conservadora. Al principio procuraba no darle mayor importancia y lo consideraba una especie de capricho infantil que ya se le pasaría. Hasta que a los 5 años entró en el baño y se encontró a la cría con unas tijeras dispuesta a cortarse el pito porque esa cosa no era de niñas. Ahí fue donde se dio cuenta del problema y empezó a comprender que no se trataba de ninguna tontería. La señora esta se puso a estudiar, a investigar y a informarse y así supo que su hija no era un caso único y que había bastantes más por el mundo.
También contactó con el endocrinólogo que fue entrevistado con ella. Y supo que en muchos países este tipo de conflictos estaban ya resueltos mediante un sencillo protocolo que intenta respetar sobre todo la identidad del crío. Porque claro, tú en tu casa puedes tratar a tu hija como niña y referirte a ella en femenino siempre, pero cuando esa chiquilla sale a la calle y va al colegio y le dicen "Manolito" y tiene que entrar al baño de chicos todo su mundo se hunde. Y hablo de niños con cuatro o cinco años, niños que sufren muchísimo y que lo pasan fatal en la escuela.
Luego llamaron otras madres de niños en situación similar; en el caso de los varones es igual. Están hipersexualizados también, son muy machotes muy machotes. Nada de muñecas ni de colores rosas ni de vestiditos; desde que son unos mocosos sólo usan pantalones, balones y cosas de chico y todo lo que suene a niña les produce urticaria y rechazo inmediato.
En fin, el asunto es que la Junta ha establecido, como dije antes, un protocolo escolar para estos niños que coincide básicamente con el establecido en el resto de Europa y del mundo civilizado. En la escuela se respetará el sentir del niño, se le dejará que se vista conforme al sexo con el que se identifica, se le nombrará como desee ser nombrado y entrará en los servicios correspondientes a ese sexo. Así de simple y así de sencillo es paliar el sufrimiento de estos críos y conseguir que se sientan fuera de casa igual de niñas o de niños que se sienten dentro. También se desdramatiza el asunto y se consigue que no se sientan bichos raros o enfermos.
Pues bien, en Andalucía hay varios casos de niños con este problema y hasta ahora no había habido ningún conflicto. Bien es verdad que todos esos niños acudían a escuelas públicas en las que se ha respetado sin dudarlo el protocolo establecido. Hasta que llegamos a la niña de Málaga y a su colegio concertado.
Hablo de un colegio en el que se niegan a hablarle a la niña en femenino o a dejarla que use el uniforme escolar para niñas. Y lo más heavy es que cien familias de ese colegio han firmado un escrito en el que avalan la decisión del centro negándose a aceptar que la niña sea tratada como tal. Lo consideran un capricho infantil que podría perjudicar muy seriamente la disciplina del colegio y, por tanto, de sus hijos.
La verdad es que no puedo concebir qué clase de gente es capaz de firmar un escrito como ése. Qué clase de gente considera un perjuicio para sus hijos que una niña acuda al servicio de niñas o sea llamada Carmencita y no Ramón si eso es lo que ella siente que es. No entiendo a esos padres, no puedo respetar sus razones. Qué más les da a ellos cómo se llame a esa niña o con qué uniforme asista al cole? En qué perjudica eso a sus hijos?
Pero bueno, sin entender a estos padres ni respetar mínimamente su postura intolerante hacia lo diferente, menos aún entiendo que los padres de la niña no la hayan sacado inmediatamente de ese antro de mierda. Que son conservadores y muy religiosos y les gusta mucho ese colegio? Y qué? Tu hija está sufriendo ahí, está rodeada de niños cuyos padres no la quieren, que la rechazan y hacen que sus hijos la rechacen también.
Puede que se hayan tomado esto como una cruzada personal, que quieran conseguir a toda costa que en ese colegio, como en todos los demás, se respete el reglamento establecido por la Junta. Pero hablamos del dolor de su propia hija, están sacrificando en su intento a lo que más quieren en el mundo.
Sacad a esa chiquilla de ese sitio asqueroso ya, joderrrrr! No es justo para ella estar ahí ni un día más, es una tortura. Sería muy sencillo llevarla a cualquier otro cole en el que desde el primer día la llamaran Carmencita o Mariloli o Pilarín, como ella quiere, y respetaran sus vestidos de princesa y sus carpetas rosas. Y luego demandáis al colegio concertado y le pedís daños y perjuicios por lo que ha sufrido vuestra hija en él, y les sacáis hasta las higadillas. Pero lo primero es poner a esa niña a salvo de semejantes becerros, pordiosssssss.
En fin, tan indignada estoy con los padres que firmaron ese siniestro manifiesto tachando de capricho infantil el problema de esa cría como con los propios padres de la criatura, que la mantienen en ese repugnante lugar en el que su hija sólo encontrará dolor, rechazo y muy probablemente burlas.
Y si algo tengo claro en este mundo es que si alguno de mis hijos hoy, mañana o pasado se quiere llamar Maricarmen y ponerse lacitos rosas o si mi hija se quiere llamar Curro y dejarse barba y bigote, me cago en la puta madre de todo el que se lo pretenda impedir, y mi guerra será a muerte contra todos los que pretendan hacerle el más mínimo daño con sus hechos, con sus palabras o con sus gestos. Sí, qué pasa, yo también POR MIS HIJOS MAAAAA-TOOOOO.
Ps. Aprovecho para decirles a los padres que firmaron ese manifiesto contra la chiquilla cerdos mamarrrrrrrrachos hijos de puta cabrones de mierda. Ojalá les salieran a vuestros hijos tetas como carretas y a vuestras hijas cojones como melones. Uffffffffff, qué biennnnn!
domingo, 27 de octubre de 2013
sábado, 26 de octubre de 2013
La doctrina Parot y el sindiós del TDT Party.
Como sin duda ya sabéis anda todo el mundo revuelto ante la noticia de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (en adelante TEDH) ha tumbado la doctrina Parot al rechazar el recurso de España contra la condena impuesta a la etarra Inés del Río en aplicación de esta norma.
Por si alguien no lo sabe, la doctrina Parot, que consiste en descontar los beneficios penitenciarios de cada una de las penas y no del máximo de cumplimiento efectivo, es decir, 30 años establecidos por el Código Pena in illo tempore, fue avalada por el Tribunal Supremo en 2006 para alargar al máximo el tiempo legal de estancia en prisión de estos presos.
Pues bien, la sentencia del TEDH establece que la doctrina Parot, con la que se ha alargado la permanencia en prisión de decenas de etarras y demás bazofia carcelaria, no se puede aplicar por hechos cometidos antes de 1995, puesto que lo contrario supondría una aplicación retroactiva de la Ley, y por tanto, vulneraría los derechos fundamentales de los presos.
La sentencia además abre la puerta a la posibilidad de que otros presos con graves delitos se acojan a ella, y en consecuencia, sean liberados próximamente.
Como no podía ser menos esta decisión ha sentado como un tiro a las asociaciones de víctimas, que consideran, con toda la razón, una injusticia que a los asesinos múltiples les salga igual de barato un muerto que 40. Y naturalmente ante este estímulo pavloviano nuestra querida TDT patria no ha dejado la ocasión de montar el penúltimo cirio, una vez superadas, olvidadas y al parecer resueltas las controversias gibraltareñas del mes de agosto, que tanta vidilla dieron.
Por supuesto los de la TDT han convertido al TEDH en una panda de filibusteros insensibles que no entienden el dolor de nuestras víctimas ni la trascendencia del problema terrorista en España. Naturalmente todo esto ha sido obra del funesto gobierno de Zapatero, que en sus negociaciones políticas con ETA prometió la anulación de la doctrina Parot y a estos fines colocó en las filas del tribunal de Estrasburgo a uno de sus secuaces para convencer a todos los pobres ingenuos magistrados que componen el TEDH de la maldad de esta doctrina.
En fin, queridos fachas, querida coaudiencia del TDT Party, queridos niños, que diría el Gran Wyoming: El TEDH, por mucho que os cueste entenderlo, no está compuesto por una panda de hombres malos y/o casi subnormales que se dejan embaucar por el primer juez puesto a dedo por los fanáticos socialistas, amigos de los terroristas, con el único fin de fastidiar a los españoles de bien, y muy concretamente a las víctimas del terrorismo etarra.
Esta visión queda muy bonita y superchachi para cuentos infantiles, pero la realidad triste y cierta para adultos es que el Supremo y el Constitucional avalaron en su día una doctrina totalmente ilegal, inconstitucional y fuera de derecho. Las condenas retroactivas están prohibidas en la Constitución y en el Convenio de Derechos Humanos. Lástima que este asunto afecte precisamente a terroristas y a abominables personajes de igual o peor calaña que dan casi el mismo miedo o aún más.
La sentencia de Estrasburgo no es más que el resultado de la chapuza que fue en su día la doctrina Parot. Si por intentar mantener a toda costa durante más tiempo a los etarras en la cárcel se saltaron la legalidad y se sacaron de la manga una estrategia tramposa, de aquellos polvos vienen ahora estos lodos.
Si Inés del Río cuando cometió sus delitos fue juzgada con un código penal y condenada a X años con los beneficios que le correspondieran según ese código... eso es lo que hay. Protestar ahora porque no se cambiaron las leyes a tiempo es absurdo.
Si aceptamos que nos regimos por la Ley, tanto para lo que nos gusta como para lo que no, tenemos que aceptar que esta señora ahora salga en libertad. Igual que hace unos años el mismo Tribunal, el mismito TEDH que ahora es tan insensible y tan ajeno a nuestros problemas, sentenció que Batasuna era ilegal y entonces nos pareció a todos menos a los asesinos un tribunal estupendo.
De todas formas la asesina Inés del Río debía estar según la legislación con la que fue juzgada hace ya cinco años en la calle así que todos los que se ha tirado de más bienvenidos sean.
Queridos niños, las sentencias no siempre son a nuestro gusto. Pero del mismo modo que exigimos que se acaten cuando nos molan y nos parecen la hostia de buenas, cuando nos caen como una patada en los huevos-ovarios tenemos también que acatarlas.
Nos regimos por las leyes para lo bueno y para lo malo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza.... Espera, esto no iba aquí, no?
Joder, cuando me sale la vena casamentera me pierdo.
Por si alguien no lo sabe, la doctrina Parot, que consiste en descontar los beneficios penitenciarios de cada una de las penas y no del máximo de cumplimiento efectivo, es decir, 30 años establecidos por el Código Pena in illo tempore, fue avalada por el Tribunal Supremo en 2006 para alargar al máximo el tiempo legal de estancia en prisión de estos presos.
Pues bien, la sentencia del TEDH establece que la doctrina Parot, con la que se ha alargado la permanencia en prisión de decenas de etarras y demás bazofia carcelaria, no se puede aplicar por hechos cometidos antes de 1995, puesto que lo contrario supondría una aplicación retroactiva de la Ley, y por tanto, vulneraría los derechos fundamentales de los presos.
La sentencia además abre la puerta a la posibilidad de que otros presos con graves delitos se acojan a ella, y en consecuencia, sean liberados próximamente.
Como no podía ser menos esta decisión ha sentado como un tiro a las asociaciones de víctimas, que consideran, con toda la razón, una injusticia que a los asesinos múltiples les salga igual de barato un muerto que 40. Y naturalmente ante este estímulo pavloviano nuestra querida TDT patria no ha dejado la ocasión de montar el penúltimo cirio, una vez superadas, olvidadas y al parecer resueltas las controversias gibraltareñas del mes de agosto, que tanta vidilla dieron.
Por supuesto los de la TDT han convertido al TEDH en una panda de filibusteros insensibles que no entienden el dolor de nuestras víctimas ni la trascendencia del problema terrorista en España. Naturalmente todo esto ha sido obra del funesto gobierno de Zapatero, que en sus negociaciones políticas con ETA prometió la anulación de la doctrina Parot y a estos fines colocó en las filas del tribunal de Estrasburgo a uno de sus secuaces para convencer a todos los pobres ingenuos magistrados que componen el TEDH de la maldad de esta doctrina.
En fin, queridos fachas, querida coaudiencia del TDT Party, queridos niños, que diría el Gran Wyoming: El TEDH, por mucho que os cueste entenderlo, no está compuesto por una panda de hombres malos y/o casi subnormales que se dejan embaucar por el primer juez puesto a dedo por los fanáticos socialistas, amigos de los terroristas, con el único fin de fastidiar a los españoles de bien, y muy concretamente a las víctimas del terrorismo etarra.
Esta visión queda muy bonita y superchachi para cuentos infantiles, pero la realidad triste y cierta para adultos es que el Supremo y el Constitucional avalaron en su día una doctrina totalmente ilegal, inconstitucional y fuera de derecho. Las condenas retroactivas están prohibidas en la Constitución y en el Convenio de Derechos Humanos. Lástima que este asunto afecte precisamente a terroristas y a abominables personajes de igual o peor calaña que dan casi el mismo miedo o aún más.
La sentencia de Estrasburgo no es más que el resultado de la chapuza que fue en su día la doctrina Parot. Si por intentar mantener a toda costa durante más tiempo a los etarras en la cárcel se saltaron la legalidad y se sacaron de la manga una estrategia tramposa, de aquellos polvos vienen ahora estos lodos.
Si Inés del Río cuando cometió sus delitos fue juzgada con un código penal y condenada a X años con los beneficios que le correspondieran según ese código... eso es lo que hay. Protestar ahora porque no se cambiaron las leyes a tiempo es absurdo.
Si aceptamos que nos regimos por la Ley, tanto para lo que nos gusta como para lo que no, tenemos que aceptar que esta señora ahora salga en libertad. Igual que hace unos años el mismo Tribunal, el mismito TEDH que ahora es tan insensible y tan ajeno a nuestros problemas, sentenció que Batasuna era ilegal y entonces nos pareció a todos menos a los asesinos un tribunal estupendo.
De todas formas la asesina Inés del Río debía estar según la legislación con la que fue juzgada hace ya cinco años en la calle así que todos los que se ha tirado de más bienvenidos sean.
Queridos niños, las sentencias no siempre son a nuestro gusto. Pero del mismo modo que exigimos que se acaten cuando nos molan y nos parecen la hostia de buenas, cuando nos caen como una patada en los huevos-ovarios tenemos también que acatarlas.
Nos regimos por las leyes para lo bueno y para lo malo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza.... Espera, esto no iba aquí, no?
Joder, cuando me sale la vena casamentera me pierdo.
martes, 15 de octubre de 2013
Si bebes... no conduzcas, ni andes, ni te muevas.
No sé si os habréis enterado de que el Consejo de Ministros ha aprobado ya el proyecto de reforma de la ley de Tráfico y Seguridad Vial, que incluye pruebas de drogas y alcohol a los peatones que infrinjan normas de circulación y no sólo a aquellos que sean víctimas o copartícipes de un siniestro, como sucedía hasta ahora.
Bastará que se cometa una infracción para que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado puedan someter a los peatones a los test de detección de drogas, mediante la prueba de saliva, y de alcohol, según aseguró el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.
Quiere esto decir que si cruzas caminando por un paso de peatones, si el muñequito está en rojo, aunque no venga ningún coche ni provoques accidente ninguno, y pasa por allí un agente de tráfico te puede perfectamente exigir que te sometas a un test de alcoholemia y, si sale positivo, plantarte una multa de hasta 1.000 euros por todo el morro.
Que te bajas del autobús, donde te has montado porque has bebido y no quieres conducir, y cruzas por detrás, después de mirar cuidadosamente para asegurarte de que no viene ningún coche, en lugar de hacerlo por el paso de cebra que está 30 metros más allá? Infracción, otros 1.000 eurazos.
Que te has tomado unas cervezas con los compis al salir del trabajo y tu verticalidad está en entredicho? Ni se te ocurra cruzar al otro lado de la cera, mantente por el que vas y asegúrate muy bien de que no te acecha ningún agente mirando hacia todas partes antes de atravesar la calzada si no lo haces por un paso de cebra o un semáforo.
Desde luego para los amantes de la cerveza, del vino o de los destilados la cosa se está poniendo verdaderamente fea. Hasta ahora la solución era no llevarse el coche cuando uno sabía que iba a tomar unas copas, o ir con un amigo abstemio, esa rara especie solicitadísima hoy en día por cuya compañía todos nos damos tortas. Pero a partir de esta nueva reforma no servirá de nada no llevar coche o llevar amigo sobrio porque el agente al acecho sacará su test y os hará soplar a los dos, y tu amigo se librará pero tú pagarás.
Esto puede ser trágico para los amigos abstemios, un bien tan preciado últimamente y que con tanto mimo cuidamos, pero que con la nueva Ley perderá todo su encanto y utilidad. La gente volverá a pasar de ellos como de la mierda porque sólo despertarán animadversión y recelos, al estar libres por completo de las sanciones casi seguras a las que todos los demás estaremos expuestos. Terminaremos odiando a los abstemios, sin duda, tanto como ahora los queremos.
Por otra parte será la perdición también de los negocios de hostelería. Si hasta ahora la ruina había llegado tan solo a los bares y restaurantes de carretera, ya se extenderá a los locales de la ciudad que estén situados en zonas a las que para acceder no haya más remedio que cruzar alguna calzada, es decir, todos.
Eso sí, con medidas como éstas puede que el déficit se convierta en poco más de un año en claro superávit. A costa de multas a ciudadanos que osen tomarse un par de cervezas y cruzar a continuación la calzada dos metros más allá del paso de peatones, pronto este país se pondrá a la cabeza del mundo en recaudación por vía punitiva.
Curioso que haya tomado estas medidas el gobierno de un partido que cuando estaba en la oposición se quejaba de la insoportable injerencia del anterior ejecutivo en las vidas privadas de los ciudadanos. Esto no es injerencia, no; esto es directamente un atraco a mano armada. Armada con el talonario de multas.
Qué hacer, pues? Tan solo se me ocurren tres opciones: o no beber nada de alcohol y pasarnos todos al lado oscuro de la abstinencia; o beber solos en casa, a oscuras y en secreto, cuando nadie nos pueda ver, y sobre todo multar; o, llegado el caso, salir corriendo cuando el agente nos pida que soplemos, y confiar en que la falta de matrícula identificativa nos salve.
Eso hasta que se den cuenta y nos obliguen también a matricularnos.
Bastará que se cometa una infracción para que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado puedan someter a los peatones a los test de detección de drogas, mediante la prueba de saliva, y de alcohol, según aseguró el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.
Quiere esto decir que si cruzas caminando por un paso de peatones, si el muñequito está en rojo, aunque no venga ningún coche ni provoques accidente ninguno, y pasa por allí un agente de tráfico te puede perfectamente exigir que te sometas a un test de alcoholemia y, si sale positivo, plantarte una multa de hasta 1.000 euros por todo el morro.
Que te bajas del autobús, donde te has montado porque has bebido y no quieres conducir, y cruzas por detrás, después de mirar cuidadosamente para asegurarte de que no viene ningún coche, en lugar de hacerlo por el paso de cebra que está 30 metros más allá? Infracción, otros 1.000 eurazos.
Que te has tomado unas cervezas con los compis al salir del trabajo y tu verticalidad está en entredicho? Ni se te ocurra cruzar al otro lado de la cera, mantente por el que vas y asegúrate muy bien de que no te acecha ningún agente mirando hacia todas partes antes de atravesar la calzada si no lo haces por un paso de cebra o un semáforo.
Desde luego para los amantes de la cerveza, del vino o de los destilados la cosa se está poniendo verdaderamente fea. Hasta ahora la solución era no llevarse el coche cuando uno sabía que iba a tomar unas copas, o ir con un amigo abstemio, esa rara especie solicitadísima hoy en día por cuya compañía todos nos damos tortas. Pero a partir de esta nueva reforma no servirá de nada no llevar coche o llevar amigo sobrio porque el agente al acecho sacará su test y os hará soplar a los dos, y tu amigo se librará pero tú pagarás.
Esto puede ser trágico para los amigos abstemios, un bien tan preciado últimamente y que con tanto mimo cuidamos, pero que con la nueva Ley perderá todo su encanto y utilidad. La gente volverá a pasar de ellos como de la mierda porque sólo despertarán animadversión y recelos, al estar libres por completo de las sanciones casi seguras a las que todos los demás estaremos expuestos. Terminaremos odiando a los abstemios, sin duda, tanto como ahora los queremos.
Por otra parte será la perdición también de los negocios de hostelería. Si hasta ahora la ruina había llegado tan solo a los bares y restaurantes de carretera, ya se extenderá a los locales de la ciudad que estén situados en zonas a las que para acceder no haya más remedio que cruzar alguna calzada, es decir, todos.
Eso sí, con medidas como éstas puede que el déficit se convierta en poco más de un año en claro superávit. A costa de multas a ciudadanos que osen tomarse un par de cervezas y cruzar a continuación la calzada dos metros más allá del paso de peatones, pronto este país se pondrá a la cabeza del mundo en recaudación por vía punitiva.
Curioso que haya tomado estas medidas el gobierno de un partido que cuando estaba en la oposición se quejaba de la insoportable injerencia del anterior ejecutivo en las vidas privadas de los ciudadanos. Esto no es injerencia, no; esto es directamente un atraco a mano armada. Armada con el talonario de multas.
Qué hacer, pues? Tan solo se me ocurren tres opciones: o no beber nada de alcohol y pasarnos todos al lado oscuro de la abstinencia; o beber solos en casa, a oscuras y en secreto, cuando nadie nos pueda ver, y sobre todo multar; o, llegado el caso, salir corriendo cuando el agente nos pida que soplemos, y confiar en que la falta de matrícula identificativa nos salve.
Eso hasta que se den cuenta y nos obliguen también a matricularnos.
lunes, 14 de octubre de 2013
La "desinformada" (II parte). Y ahora además pija, progre alternativa y glamourosa. Toma ya!!!
Bueno, pues parece que mi amiga la que me llamó desinformada está pelín enfadada porque dice que falto a la verdad, así que para ser lo más exacta posible le he pedido permiso para copipegar sus mensajes y me lo ha dado. En fin, aquí van, por riguroso orden de llegada.
MENSAJE 1.
En esta ocasión como en tantas otras no te enteras de nada.. te lo tenía que decir...
MENSAJE 2
En todos los países.. la ley del mar recoger y auxiliar SIEMPRE... las leyes de todas las costas (de todas) es que solo se atraca con permisos y en situación legal... acceden por "diplomacia" o más bien por dinero.. mucho dinero, otra mafia más pero entre estados... Es decir, quédatelos tu que según tus leyes los puedes largar cuando quieras, matar o lo que te de la gana (Libia, Mauritania, etc..) y yo te pago un pastón para quitarme el problema (España, Portugal, Italia, etc.. SIEMPRE.. con todos los gobiernos)
Mientras el barco que realiza la ayuda se muere de pena y de hambre en alta mar (perdiendo su trabajo de días..) esperado a que fijen la transacción.. monetaria, eso no lo dudes
En 2009. Italia y Malta
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/04/19/internacional/1240141662.html
En 2007 en España. Se negocia con Libia pero de entrar a España nada de nada.
http://www.cadenaser.com/espana/articulo/inmigrantes-corisco-desembarcan-libia/csrcsrpor/20071015csrcsrnac_2/Tes
2007, a 450 millas de puerto español pero prefieren pagar a otro pais para largarle el marrón... El problema para el barco que auxilia
http://blogs.periodistadigital.com/emigrantes.php/2007/02/05/mauritania_impide_atracar_a_un_barco_neg
En 2006.. otro barco español
http://www.eldiariomontanes.es/prensa/20060721/nacional/contraorden-impide-pesquero-rescato_20060721.html
Y maś, y más y más...
MENSAJE 3
Faltas a la verdad.. se te está pegando de "la ser" y de "El país" y eso que los sigues poco..
MENSAJE 4
Cuando dices que no recogen a los inmigrantes porque se les pudre el pescado faltas a la verdad.. o al menos le das la vuelta según te interesa.. si que digo que pierden el trabajo de días, pero ya te explico que el problema es que pierden la vida ellos y los inmigrantes.. la mayoría de las personas que recogen están tan mal que en muchas ocasiones mueren... otras necesitan atención sanitaria urgente.. además de comida, agua, mantas, etc..
Los barcos ofrecen la ayuda que pueden, los multen o no, la multa después se puede no pagar, o recurrir.. en fin no es ese el problema.
Ya te he intentado explicar, los motivos reales.. y me parece fatal que trates de asesinos a los pescadores... que es lo que haces..
Hay foros de gente del mar, y en algunos hay hilos abiertos sobre el tema.. la mayoría aconsejan 1. obligatoria la ayuda (ley del mar, escrita o no). 2. Avisar a las autoridades, echar los botes y bajar a dar la ayuda que se pueda y esperar a que llegue salvamento, pero siempre evitar subir al barco... casi todos hablan de la imposibilidad de atracar y otros de motines a bordo, etc...
En fin, que hablas de ellos muy a la ligera, los llamas asesinos, etc... pero que todo eso desde la terracita al solecito de tu casa es muy fácil. Sal alguna vez de tu condición de pija-progre-alternativa y glamurosa para ponerte en el lugar de los otros...
FIN
Y ahora mi comentario final:
Pues sí, seré una pija progre alternativa y glamourosa, no te digo yo que no. Puede que todos los que consideramos una barbaridad y una vergüenza lo que pasó en Lampedusa seamos unos pijos progres alternativos. Pero ver ahogarse a tu alrededor a un montón de personas y no acudir en su ayuda me parece, por muchas justificaciones que me quieras dar y por muchos foros de pescadores que visites, una absoluta, rotunda y monumental aberración de la naturaleza humana. Sin paliativos. Y menos mal que hubo barcos de pesca que afortunadamente hicieron caso omiso a todas las recomendaciones; gracias a ellos se salvó la poca gente que salió con vida de la tragedia.
Firmado: Pijaprogrealternativaglamourosasuperdesinformadaamuchahonra.
MENSAJE 1.
En esta ocasión como en tantas otras no te enteras de nada.. te lo tenía que decir...
MENSAJE 2
En todos los países.. la ley del mar recoger y auxiliar SIEMPRE... las leyes de todas las costas (de todas) es que solo se atraca con permisos y en situación legal... acceden por "diplomacia" o más bien por dinero.. mucho dinero, otra mafia más pero entre estados... Es decir, quédatelos tu que según tus leyes los puedes largar cuando quieras, matar o lo que te de la gana (Libia, Mauritania, etc..) y yo te pago un pastón para quitarme el problema (España, Portugal, Italia, etc.. SIEMPRE.. con todos los gobiernos)
Mientras el barco que realiza la ayuda se muere de pena y de hambre en alta mar (perdiendo su trabajo de días..) esperado a que fijen la transacción.. monetaria, eso no lo dudes
En 2009. Italia y Malta
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/04/19/internacional/1240141662.html
En 2007 en España. Se negocia con Libia pero de entrar a España nada de nada.
http://www.cadenaser.com/espana/articulo/inmigrantes-corisco-desembarcan-libia/csrcsrpor/20071015csrcsrnac_2/Tes
2007, a 450 millas de puerto español pero prefieren pagar a otro pais para largarle el marrón... El problema para el barco que auxilia
http://blogs.periodistadigital.com/emigrantes.php/2007/02/05/mauritania_impide_atracar_a_un_barco_neg
En 2006.. otro barco español
http://www.eldiariomontanes.es/prensa/20060721/nacional/contraorden-impide-pesquero-rescato_20060721.html
Y maś, y más y más...
MENSAJE 3
Faltas a la verdad.. se te está pegando de "la ser" y de "El país" y eso que los sigues poco..
MENSAJE 4
Cuando dices que no recogen a los inmigrantes porque se les pudre el pescado faltas a la verdad.. o al menos le das la vuelta según te interesa.. si que digo que pierden el trabajo de días, pero ya te explico que el problema es que pierden la vida ellos y los inmigrantes.. la mayoría de las personas que recogen están tan mal que en muchas ocasiones mueren... otras necesitan atención sanitaria urgente.. además de comida, agua, mantas, etc..
Los barcos ofrecen la ayuda que pueden, los multen o no, la multa después se puede no pagar, o recurrir.. en fin no es ese el problema.
Ya te he intentado explicar, los motivos reales.. y me parece fatal que trates de asesinos a los pescadores... que es lo que haces..
Hay foros de gente del mar, y en algunos hay hilos abiertos sobre el tema.. la mayoría aconsejan 1. obligatoria la ayuda (ley del mar, escrita o no). 2. Avisar a las autoridades, echar los botes y bajar a dar la ayuda que se pueda y esperar a que llegue salvamento, pero siempre evitar subir al barco... casi todos hablan de la imposibilidad de atracar y otros de motines a bordo, etc...
En fin, que hablas de ellos muy a la ligera, los llamas asesinos, etc... pero que todo eso desde la terracita al solecito de tu casa es muy fácil. Sal alguna vez de tu condición de pija-progre-alternativa y glamurosa para ponerte en el lugar de los otros...
FIN
Y ahora mi comentario final:
Pues sí, seré una pija progre alternativa y glamourosa, no te digo yo que no. Puede que todos los que consideramos una barbaridad y una vergüenza lo que pasó en Lampedusa seamos unos pijos progres alternativos. Pero ver ahogarse a tu alrededor a un montón de personas y no acudir en su ayuda me parece, por muchas justificaciones que me quieras dar y por muchos foros de pescadores que visites, una absoluta, rotunda y monumental aberración de la naturaleza humana. Sin paliativos. Y menos mal que hubo barcos de pesca que afortunadamente hicieron caso omiso a todas las recomendaciones; gracias a ellos se salvó la poca gente que salió con vida de la tragedia.
Firmado: Pijaprogrealternativaglamourosasuperdesinformadaamuchahonra.
domingo, 13 de octubre de 2013
La "desinformada" (Post con una mijilla de retranca)
Después de leer mi último post sobre los 300 inmigrantes muertos en Lampedusa me escribe una amiga un email en el que me dice tal que así: "Como de costumbre escribes sin informarte, lee un poco antes de ponerte a escribir".
?????????????????... Pienso yo, claro, un poco confusa y pillada por sorpresa.
Luego se explica y me "informa" ella de que lo de los pescadores es algo inevitable. No pueden recoger a los inmigrantes que se están ahogando porque con ellos en sus embarcaciones no los dejarian atracar en ningún puerto y se tendrían que quedar en alta mar y el pescado se les pudriría. Es normal y comprensible que no los recojan. Sí, lo prometo, palabrita, eso me dice. Y me manda unos cuantos enlaces para certificarlo. Conste que lo cuento aquí porque ella intenta responderme en el blog y no lo consigue así que me manda los comentarios a mí en privado; por lo tanto doy por sentado que no le importa que yo transcriba sus opiniones y que si pudiera lo haría ella misma.
En fin, le contesto yo a esta muchacha poco más o menos lo siguiente: Pues no, mira, no me parece normal. No es normal de ninguna de las maneras que nadie deje morir a nadie ni por una multa ni porque te dejen o no te dejen atracar en el puerto ni porque el pescado se te pueda pudrir. Es instintivo, como la propia supervivencia. Si estás viendo ahogarse a una persona (no ya digamos a decenas) simplemente no te planteas qué te puede pasar después, no creo que ninguna persona normal se ponga a pensar en eso. O sí, no sé, en mi cabeza no cabe. Es una vergüenza. Lo dijo el Papa, lo dijo la alcaldesa de Lampedusa, lo dijo el fiscal anticorrupción de Italia, lo dice espantado el mundo entero y ahora lo digo también yo.
Pero una vez superado el momento inicial de desconcierto y aclarados los términos de mi post, la verdad es que lo que me dice esta amiga sobre que me informe me hace pensar. Oye,igual hablo más de la cuenta sobre cosas de las que no sé nada. Igual escribo muy alegremente sin tener datos suficientes, no sé. Su comentario consigue que me autocuestione. Y dedico un buen rato a meditar sobre este asunto. He aquí el resultado de mis profundas meditaciones:
Conozco a muchas personas de izquierdas, a unas pocas menos de derechas y a unas cuantas por desgracia indiferentes con respecto a todo lo que pase a su alrededor. Digo por desgracia porque prefiero mil veces a gente que se pringue, por muy contraria que sea a mi cuerda, que a esa gente a la que todo le da igual o que nunca se forma una opinión sobre nada. O lo que es peor, que no le interesa nada de lo que pasa, salvo lo que le concierne directamente. En fin, a lo que voy, que conozco gente de todo pelaje.
Los de izquierdas suelen informarse leyendo "El País", escuchando "La Ser" y viendo "La Sexta". Los de derechas tienen un espectro de nutrición informativa mucho más amplio: Intereconomía, 13 TV, la nueva TVE; en prensa El Mundo, La Razón, ABC, La Gaceta, Libertad Digital; en radio Onda Cero, la Cope, etc.
Es muy raro, muy muy rarito encontrarte a uno de izquierdas que escuche la Cope o que vea Intereconomía o a uno de derechas que se aventure a poner "El Intermedio" o a escuchar La Ser. No hablemos ya de leer El País. Todos te dicen lo mismo: no pueden soportarlo, algunos incluso se ponen enfermos físicamente.
Me precio de ser la única persona de mi entorno que, a pesar de reivindicar sin complejos mi ideología de izquierdas, no tengo el menor reparo en tragarme todo e informarme en todas partes, por pestilentes y vomitivas que me resulten algunas de ellas, que a Dios pongo por testigo, muchas bien que me lo resultan.
Los fines de semana leo El País; el resto de la semana mi periódico de cabecera es El Mundo digital, en cuyos foros famoseo al más alto nivel y me peleo con fachas de toda procedencia y pelaje. Tengo 24 seguidores incluso, que se dice pronto, lo cual es algo casi heróico en un periódico en el que lo más bonito que te dicen si defiendes que el derecho a decidir es algo que podría estudiarse es "fanática separatista de mierda, vete a tomar por culo".
Luego pasamos a la radio. En mi casa se escucha La Ser; a mí me aburre muchísimo, por lo mismo que me aburre El País. No concibo informarme donde todos piensan más o menos como yo, eso de darnos todos la razón como a los tontos me parece deprimente. A pesar de que, por lo visto, es lo que más le reconforta a todo el mundo, a juzgar por lo poco que se mueve la peña por los territorios del enemigo.
En fin, a mí lo que me va es la vidilla y el chusneo. Por ese motivo mi radio de cabecera es Onda Cero, y cada mañana escucho con verdadero fervor, como la fósfora más fósfora, "Herrera en la Onda", programa en el que además participo con bastante frecuencia como oyente cibernauta. Si alguno oye a Beatriz Ramos Puente, de los Ramos Puente de toda la vida, decir "Inma nos escribe que..." esa Inma casi siempre soy yo. Llevo contabilizadas mis intervenciones en ese programa y son más de 100. A veces pienso que una de dos, o no les escribe ni Dios o es que mis emails les parecen la mar de interesantes, a pesar de estar superdesinformada. Quizás un día de éstos les pida que me paguen algo por mis inestimables colaboraciones.
Curiosamente nadie de izquierdas que conozco escucha ese programa porque no puede soportar el facherismo obvio y confeso de Carlos Herrera y su troupe, que efectivamente, a ratos es un verdadero purgante y para escucharlos hay que tener el estómago de un tiburón blanco, que le cabe todo. En cambio este programa es el favorito de la persona que me llamó "desinformada", persona que pertenece al club de los que antes de sintonizar La Ser se harían el harakiri o se tirarían por un puente a las aguas más procelosas y turbulentas. Sí, no digas que no, que sabes que lo harías.
Y de la tele qué os voy a contar. En cuanto que en mi casa me dejan sola una noche, sin testigos, lo primero que hago es meterme subrepticia y clandestinamente en Intereconomía y 13-TV. Pervertida me llaman los que saben de este vicio secreto. Qué passssa? Otros se meten a ver porno o la teletienda, que pervertidos los hay de todas las especies, gustos y colores. Pues bien, mi perversión es Intereconomía y la 13, a mucha honra.
Y los sábados por la noche mi programa de cabecera es "La Sexta Noche", que sí, que es en La Sexta, peeeeeeeero... por qué lo veo? Pues lo veo porque no me pierdo ni muerta a mi Paquito Marhuenda, el auténtico gurú del facherismo patrio. Sí, Marhuenda, el famoso director de La Razón, el mismo que cuando todos los demás periódicos abrieron con Bárcenas entrando en prisión, él abrió el suyo con una foto en portada de Felipe y Letizia llevando a las niñas al cole.
Sí, Marhuenda, el mismo que viste y calza. En mi casa cuando Marhuenda aparece en pantalla unos dicen que se van a la cama, otros que se van a mear y otros que se van a fumar. Sin embargo todos respetan mi devoción por Paquito y se retiran discretamente para dejarme disfrutar a gusto de su sapiencia, su peculiar estilo torero, y por qué no decirlo, de su hipnótica carita de lechuza beoda.
En fin, a lo que voy. Yo, yoooooooo, que me lo trago todo, que me lo como todo, que me meto en antros pestilentes en los que nadie con un mínimo de escrúpulos jamás se metería; que, en mi afán de informarme, sobreinformarme y requeteinformarme, he tenido que escuchar cosas que a un oído algo menos endurecido y curtido que el mío le habrían hecho ensordecer de puro espanto.
Yooooooooo, la colaboradora secreta de Carlos Herrera, la que atesora 24 fieles seguidores en los foros de El Mundo, la que ha estado a punto de destrozar su paz hogareña por esa rara afición hacia el indescriptible Paco Marhuenda... Yo... desinformada!!!!! Desinformada yooooooooo????????
?????????????????... Pienso yo, claro, un poco confusa y pillada por sorpresa.
Luego se explica y me "informa" ella de que lo de los pescadores es algo inevitable. No pueden recoger a los inmigrantes que se están ahogando porque con ellos en sus embarcaciones no los dejarian atracar en ningún puerto y se tendrían que quedar en alta mar y el pescado se les pudriría. Es normal y comprensible que no los recojan. Sí, lo prometo, palabrita, eso me dice. Y me manda unos cuantos enlaces para certificarlo. Conste que lo cuento aquí porque ella intenta responderme en el blog y no lo consigue así que me manda los comentarios a mí en privado; por lo tanto doy por sentado que no le importa que yo transcriba sus opiniones y que si pudiera lo haría ella misma.
En fin, le contesto yo a esta muchacha poco más o menos lo siguiente: Pues no, mira, no me parece normal. No es normal de ninguna de las maneras que nadie deje morir a nadie ni por una multa ni porque te dejen o no te dejen atracar en el puerto ni porque el pescado se te pueda pudrir. Es instintivo, como la propia supervivencia. Si estás viendo ahogarse a una persona (no ya digamos a decenas) simplemente no te planteas qué te puede pasar después, no creo que ninguna persona normal se ponga a pensar en eso. O sí, no sé, en mi cabeza no cabe. Es una vergüenza. Lo dijo el Papa, lo dijo la alcaldesa de Lampedusa, lo dijo el fiscal anticorrupción de Italia, lo dice espantado el mundo entero y ahora lo digo también yo.
Pero una vez superado el momento inicial de desconcierto y aclarados los términos de mi post, la verdad es que lo que me dice esta amiga sobre que me informe me hace pensar. Oye,igual hablo más de la cuenta sobre cosas de las que no sé nada. Igual escribo muy alegremente sin tener datos suficientes, no sé. Su comentario consigue que me autocuestione. Y dedico un buen rato a meditar sobre este asunto. He aquí el resultado de mis profundas meditaciones:
Conozco a muchas personas de izquierdas, a unas pocas menos de derechas y a unas cuantas por desgracia indiferentes con respecto a todo lo que pase a su alrededor. Digo por desgracia porque prefiero mil veces a gente que se pringue, por muy contraria que sea a mi cuerda, que a esa gente a la que todo le da igual o que nunca se forma una opinión sobre nada. O lo que es peor, que no le interesa nada de lo que pasa, salvo lo que le concierne directamente. En fin, a lo que voy, que conozco gente de todo pelaje.
Los de izquierdas suelen informarse leyendo "El País", escuchando "La Ser" y viendo "La Sexta". Los de derechas tienen un espectro de nutrición informativa mucho más amplio: Intereconomía, 13 TV, la nueva TVE; en prensa El Mundo, La Razón, ABC, La Gaceta, Libertad Digital; en radio Onda Cero, la Cope, etc.
Es muy raro, muy muy rarito encontrarte a uno de izquierdas que escuche la Cope o que vea Intereconomía o a uno de derechas que se aventure a poner "El Intermedio" o a escuchar La Ser. No hablemos ya de leer El País. Todos te dicen lo mismo: no pueden soportarlo, algunos incluso se ponen enfermos físicamente.
Me precio de ser la única persona de mi entorno que, a pesar de reivindicar sin complejos mi ideología de izquierdas, no tengo el menor reparo en tragarme todo e informarme en todas partes, por pestilentes y vomitivas que me resulten algunas de ellas, que a Dios pongo por testigo, muchas bien que me lo resultan.
Los fines de semana leo El País; el resto de la semana mi periódico de cabecera es El Mundo digital, en cuyos foros famoseo al más alto nivel y me peleo con fachas de toda procedencia y pelaje. Tengo 24 seguidores incluso, que se dice pronto, lo cual es algo casi heróico en un periódico en el que lo más bonito que te dicen si defiendes que el derecho a decidir es algo que podría estudiarse es "fanática separatista de mierda, vete a tomar por culo".
Luego pasamos a la radio. En mi casa se escucha La Ser; a mí me aburre muchísimo, por lo mismo que me aburre El País. No concibo informarme donde todos piensan más o menos como yo, eso de darnos todos la razón como a los tontos me parece deprimente. A pesar de que, por lo visto, es lo que más le reconforta a todo el mundo, a juzgar por lo poco que se mueve la peña por los territorios del enemigo.
En fin, a mí lo que me va es la vidilla y el chusneo. Por ese motivo mi radio de cabecera es Onda Cero, y cada mañana escucho con verdadero fervor, como la fósfora más fósfora, "Herrera en la Onda", programa en el que además participo con bastante frecuencia como oyente cibernauta. Si alguno oye a Beatriz Ramos Puente, de los Ramos Puente de toda la vida, decir "Inma nos escribe que..." esa Inma casi siempre soy yo. Llevo contabilizadas mis intervenciones en ese programa y son más de 100. A veces pienso que una de dos, o no les escribe ni Dios o es que mis emails les parecen la mar de interesantes, a pesar de estar superdesinformada. Quizás un día de éstos les pida que me paguen algo por mis inestimables colaboraciones.
Curiosamente nadie de izquierdas que conozco escucha ese programa porque no puede soportar el facherismo obvio y confeso de Carlos Herrera y su troupe, que efectivamente, a ratos es un verdadero purgante y para escucharlos hay que tener el estómago de un tiburón blanco, que le cabe todo. En cambio este programa es el favorito de la persona que me llamó "desinformada", persona que pertenece al club de los que antes de sintonizar La Ser se harían el harakiri o se tirarían por un puente a las aguas más procelosas y turbulentas. Sí, no digas que no, que sabes que lo harías.
Y de la tele qué os voy a contar. En cuanto que en mi casa me dejan sola una noche, sin testigos, lo primero que hago es meterme subrepticia y clandestinamente en Intereconomía y 13-TV. Pervertida me llaman los que saben de este vicio secreto. Qué passssa? Otros se meten a ver porno o la teletienda, que pervertidos los hay de todas las especies, gustos y colores. Pues bien, mi perversión es Intereconomía y la 13, a mucha honra.
Y los sábados por la noche mi programa de cabecera es "La Sexta Noche", que sí, que es en La Sexta, peeeeeeeero... por qué lo veo? Pues lo veo porque no me pierdo ni muerta a mi Paquito Marhuenda, el auténtico gurú del facherismo patrio. Sí, Marhuenda, el famoso director de La Razón, el mismo que cuando todos los demás periódicos abrieron con Bárcenas entrando en prisión, él abrió el suyo con una foto en portada de Felipe y Letizia llevando a las niñas al cole.
Sí, Marhuenda, el mismo que viste y calza. En mi casa cuando Marhuenda aparece en pantalla unos dicen que se van a la cama, otros que se van a mear y otros que se van a fumar. Sin embargo todos respetan mi devoción por Paquito y se retiran discretamente para dejarme disfrutar a gusto de su sapiencia, su peculiar estilo torero, y por qué no decirlo, de su hipnótica carita de lechuza beoda.
En fin, a lo que voy. Yo, yoooooooo, que me lo trago todo, que me lo como todo, que me meto en antros pestilentes en los que nadie con un mínimo de escrúpulos jamás se metería; que, en mi afán de informarme, sobreinformarme y requeteinformarme, he tenido que escuchar cosas que a un oído algo menos endurecido y curtido que el mío le habrían hecho ensordecer de puro espanto.
Yooooooooo, la colaboradora secreta de Carlos Herrera, la que atesora 24 fieles seguidores en los foros de El Mundo, la que ha estado a punto de destrozar su paz hogareña por esa rara afición hacia el indescriptible Paco Marhuenda... Yo... desinformada!!!!! Desinformada yooooooooo????????
jueves, 10 de octubre de 2013
La vergüenza de Lampedusa
Casi 300 muertos en Lampedusa. Inmigrantes que huían de la miseria en sus países de origen y pretendían acceder a la "Tierra prometida" de Europa. El Papa Francisco (sí, ese Papa que nos gusta mucho más a los ateos que a los de su propia cuerda) califica el hecho de "Vergüenza". Una palabra exacta, adecuada, justa. Simplemente es eso, una vergüenza.
Es una vergüenza que la riqueza del planeta esté concentrada en unos cuantos países del Norte, mientras que la pobreza más ominosa se cierne sobre la inmensa mayoría del Sur. Pero mucha más vergüenza es lo que pasó la semana pasada en las orillas de la isla italiana.
Sangran las noticias que nos llegan de personas ahogándose en el agua pidiendo socorro desesperadamente mientras varios pesqueros que navegaban por el lugar se daban media vuelta y los dejaban morir a sus espaldas.
O los servicios de rescate que tardaron casi una hora en llegar, cuando ya prácticamente todos los que corrían peligro de ahogarse habían sido tragados por las aguas del Mediterráneo.
Y digo que es vergüenza porque ni siquiera se puede explicar este comportamiento atendiendo a la funesta ley Berlusconi que amenazaba a cualquiera que auxiliara a un inmigrante ilegal con ingentes multas e incluso con penas de cárcel. Esto no exonera a nadie de su culpa. Qué clase de mamarracho se pone a pensar en una posible multa mientras decenas de personas están muriendo delante de sus narices. Estamos enfermos o qué?
En España aún no hemos llegado a esos niveles en nuestro trato a los inmigrantes, aunque buen camino llevamos. Si no hemos llegado es porque competir con un campeón mundial como Berlusconi en nivel de abyección es muy difícil, pero ya digo que nuestras autoridades hacen lo que pueden.
Como ejemplo de leyes vergonzantes tenemos ésa que expulsa a los inmigrantes sin papeles de nuestro sistema público de salud, algo que les parece estupendo a muchos votantes del partido en el poder, y lo que es aún más sangrante, incluso a bastantes votantes de otros partidos, para oprobio de todos sus demás compatriotas.
Para los gobiernos las personas no existen, sólo existen los números. En eso poco se diferencian nuestros dirigentes del delincuente Berlusconi. Ellos hacen sus cuentas: hay X inmigrantes y nos podemos ahorrar Y si no los atendemos en nuestros hospitales o si los dejamos morir en las orillas de nuestras costas. Pues está claro lo que hay que hacer.
Pero los que no somos el gobierno sabemos que no son números, que son personas, como tú y como yo. No eran números los que murieron esta semana en las costas de Lampedusa. Tenían caras y nombres. Ni son números los que acuden a nuestra sanidad para salvar su vida.
En qué cabeza cabe que un médico o un enfermero que han estado asistiendo a un inmigrante con cara, nombre y apellido, un paciente, que le han estado administrando diálisis por sus problemas renales, o quimioterapia para curarle un cáncer, en qué cabeza cabe que un buen día, porque a un político desalmado se le ponga en la punta de la polla, manden a esa persona a morir a la calle negándole la medicación que le está dando la vida. Qué clase de persona es capaz de negarle la diálisis a un enfermo de riñón porque no tiene papeles?
Tal vez el mismo tipo de persona que es capaz de no auxiliar a un inmigrante que se está ahogando a veinte metros porque tiene miedo de una multa.
No sé vosotros pero yo definitivamente me apunto al club "Cuanto más conozco a las personas, más me gustan los animales".
Es una vergüenza que la riqueza del planeta esté concentrada en unos cuantos países del Norte, mientras que la pobreza más ominosa se cierne sobre la inmensa mayoría del Sur. Pero mucha más vergüenza es lo que pasó la semana pasada en las orillas de la isla italiana.
Sangran las noticias que nos llegan de personas ahogándose en el agua pidiendo socorro desesperadamente mientras varios pesqueros que navegaban por el lugar se daban media vuelta y los dejaban morir a sus espaldas.
O los servicios de rescate que tardaron casi una hora en llegar, cuando ya prácticamente todos los que corrían peligro de ahogarse habían sido tragados por las aguas del Mediterráneo.
Y digo que es vergüenza porque ni siquiera se puede explicar este comportamiento atendiendo a la funesta ley Berlusconi que amenazaba a cualquiera que auxiliara a un inmigrante ilegal con ingentes multas e incluso con penas de cárcel. Esto no exonera a nadie de su culpa. Qué clase de mamarracho se pone a pensar en una posible multa mientras decenas de personas están muriendo delante de sus narices. Estamos enfermos o qué?
En España aún no hemos llegado a esos niveles en nuestro trato a los inmigrantes, aunque buen camino llevamos. Si no hemos llegado es porque competir con un campeón mundial como Berlusconi en nivel de abyección es muy difícil, pero ya digo que nuestras autoridades hacen lo que pueden.
Como ejemplo de leyes vergonzantes tenemos ésa que expulsa a los inmigrantes sin papeles de nuestro sistema público de salud, algo que les parece estupendo a muchos votantes del partido en el poder, y lo que es aún más sangrante, incluso a bastantes votantes de otros partidos, para oprobio de todos sus demás compatriotas.
Para los gobiernos las personas no existen, sólo existen los números. En eso poco se diferencian nuestros dirigentes del delincuente Berlusconi. Ellos hacen sus cuentas: hay X inmigrantes y nos podemos ahorrar Y si no los atendemos en nuestros hospitales o si los dejamos morir en las orillas de nuestras costas. Pues está claro lo que hay que hacer.
Pero los que no somos el gobierno sabemos que no son números, que son personas, como tú y como yo. No eran números los que murieron esta semana en las costas de Lampedusa. Tenían caras y nombres. Ni son números los que acuden a nuestra sanidad para salvar su vida.
En qué cabeza cabe que un médico o un enfermero que han estado asistiendo a un inmigrante con cara, nombre y apellido, un paciente, que le han estado administrando diálisis por sus problemas renales, o quimioterapia para curarle un cáncer, en qué cabeza cabe que un buen día, porque a un político desalmado se le ponga en la punta de la polla, manden a esa persona a morir a la calle negándole la medicación que le está dando la vida. Qué clase de persona es capaz de negarle la diálisis a un enfermo de riñón porque no tiene papeles?
Tal vez el mismo tipo de persona que es capaz de no auxiliar a un inmigrante que se está ahogando a veinte metros porque tiene miedo de una multa.
No sé vosotros pero yo definitivamente me apunto al club "Cuanto más conozco a las personas, más me gustan los animales".
miércoles, 9 de octubre de 2013
Fascitis plantar: Historia de una breve carrera deportiva
Algunos ya lo sabéis, para otros será novedoso; en fin, para unos y para otros ahí va la historia tal y como ocurrió, con todo lujo de detalles.
Érase que se era que estaba yo un buen día, un sábado de septiembre, paseando al Manolo (mi perro) y me encontré de sopetón con una carrera, sólo de mujeres. Qué guay, vamos a verla.
En fin, el caso es que yo, que siempre había sido del nutrido club de los "Correr es de cobardes", tuve de pronto una visión de mí misma con deportivas, leggins y camiseta sintiendo el viento en mi cara mientras mis pies volaban sobre el asfalto, y allí mismo, en ese instante preciso, tomé la decisión: yo también voy a correr. Y dicho y hecho, todo el que me conoce sabe que, como dice la copla, mi palabra es la ley.
El primer día le birlé las zapatillas a mi hija porque yo no tenía, pero al siguiente moví los hilos domésticos adecuados y conseguí mis propias zapatillas. Yo, la reina del tacón, la cuña y la plataforma, en zapatillas de deporte!!! Pues sí, ver es creer.
El resto de la equipación la tenía en casa; sólo tuve que adquirir un pequeño bolsito riñonera para llevar mis llaves, mi móvil y mi inevitable paquete de klínex de alérgica crónica. Lista para machacar el suelo bajo mis pies. Pobre ilusa!
Ni corta ni perezosa al día siguiente, sin más dilación, perfectamente equipada, salí a correr. Mi primera intención había sido hacerlo con mi Manolo porque el día de la carrera vi a algunas atletas que corrían con sus perros y me pareció una bonita actividad para compartir con tu mascota. Claro que esos otros canes tenían una envergadura importante; el pobre Manolo (os recuerdo, un mix entre chihuahua y salchicha, en definitiva, una menudencia canina), cuando habíamos recorrido cien metros, empezó a arrastrar la lengua, a lloriquear y a ponerse a dos patas para que lo cogiera en brazos. Total, que lo cogí, la lengua toda fuera, sin resuello, y lo llevé de esta guisa a casa, donde lo dejé bebiendo agua de su cuenco como un poseso, mientras yo me volvía a la calle para seguir en solitario con mi carrera deportiva recién inaugurada.
En la esquina me encontré a un vecino mío que también corre haciendo sus ejercicios de calentamiento y pensé para mis adentros: "Menuda gilipollez, tanta pose y tanto pego, si esto es supersencillo. No hay más que poner un pie delante y otro detrás y ya estás corriendo. Lo que le gusta a la gente gilipollear". Sí, éstos fueron mis pensamientos, lo confieso. Menudo castigo me esperaba por chulilla y por imbécil.
Yo nada, a lo mío; ni calentamientos ni pollas, que una no es de Bilbao pero como si lo fuera. Eso sí, me iba parando a ratitos, tampoco estoy tan loca. Y de todas formas es que me asfixiaba, no tenía más remedio que ir parándome. Hacía series como de 300 metros, 200 corriendo y 100 andando y resoplando. Así tres o cuatro, vamos, una vuelta y media a las pistas deportivas del Fontanar, para que os hagáis una idea.
Pero a todos los efectos como si hubiera hecho la maratón de Nueva York, llegué a casa sudando como un pollo pero toda satisfecha conmigo misma, y me pegué una ducha fría que me hizo sentirme una auténtica atleta olímpica. Estaba feliz, pletórica; por fin había encontrado mi lugar en el mundo. En el mundo del deporte, se entiende.
Repetí la secuencia dos o tres días más, ya completamente en soledad porque había comprendido que el Manolo no era buena compañía para esto. Yo supercontenta, aunque en mi casa los degenerados de mis hijos se cachondearan de mí. "Mamá, cuántas vueltas has dado hoy? Uyssss, pero si has corrido 15 minutos, campeona, juasssssss".
En fin, a palabras necias oídos sordos; yo seguía a lo mío, dispuesta a demostrar al mundo mis dotes y mi capacidad de entrega y sacrificio deportivos. Me sentía una Rafa Nadal amateur, una sufridora nata. Descubrí que sudar y meterse bajo el agua después era un goce casi orgásmico y por primera vez en mi vida entendí el enganche de los miles de personas que por el mundo corren como si les persiguiera el mismísimo diablo. Yo ya formaba parte del club, era una de ellos. Poquito a poco pero con paso firme pensaba ir aumentando cada día mi dosis de asfalto hasta convertirme en una auténtica corredora de pro.
A los pocos días decidí que iba a aumentar a 3 vueltas y que iba a intentar ir andando lo menos posible. Por descontado en la esquina de mi calle volví a encontrar a mi vecino haciendo sus ejercicios de calentamiento y, cómo no, volví a pensar: "Cuánta gilipollez, déjate de chorradas y ponte a correr, coñññññño. Mírame a mí, que corro sin tanta tontería y tanto pego". Ese día di las 3 vueltas y mi satisfacción iba en aumento.
Al siguiente era festivo y decidí correr por duplicado, mañana y tarde. Dicho y hecho, hice doblete, aunque cuando volví a casa después del turno de tarde iba un poco tocaílla. Agujetas, pensé. Ja, otra vez pobre ilusa!
Cuando me levanté al día siguiente y apoyé los pies en el suelo vi las estrellas de todas las galaxias del firmamento juntas. Ayssssssssss, qué agujetas, volví a pensar en mi ignorancia. Pero como pude conseguí ponerme en marcha y cumplir con mis deberes laborales, familiares y deportivos.
Al llegar la tarde, como siempre, saqué a mi perro de paseo y luego me puse mi equipación para correr, pero cuando intenté dar la primera zancada me di cuenta de que era imposible. Lo atribuí a las temidas agujetas y decidí parar un poco el ritmo; durante unos días me limitaría a andar rápido y pegar una carrerilla de vez en cuando.
Sí sí sí. Ni carrerilla ni andar ni pollas en vinagre. Ese fin de semana prácticamente no podía moverme, las agujetas me estaban matando. Conseguí arrastrarme dos días más hasta el trabajo; la bici era mi salvación porque cuando me montaba en ella el dolor desaparecía automáticamente y volvía a sentirme persona de nuevo. Al bajarme me temblaban las canillas de puro terror: dios míiiiiio, otra vez a andar. Me moría sólo de pensar en dar un solo paso.
Al tercer día sucumbí y me quedé en casa. No tuve más remedio que darme cuenta de que aquel dolor ya sobrepasaba lo que eran unas agujetas normales y corrientes de las de toda la vida de Dios.
Y ahora viene lo mejor, lo que de verdad creo que me define como persona y como tarada auténticamente vocacional.
Procedí a identificar con todo cuidado aquel dolor y decidí que provenía del talón. Inmediatamente me fui al Google y tecleé: "dolor talón". Tropecientas entradas. Vale, estudiémoslas concienzudamente. Me fui metiendo una por una, y tras visitar las cinco primeras por fin llegué a mi conclusión y a mi diagnóstico clínico: "Fascitis plantar". Paradojas de la vida, una rojilla de toda la vida al final termina padeciendo una enfermedad con nombre facha. "Fascismo plantar, mamá?" Me dijo mi propia hija con bastante cachondeo.
La fascitis plantar es una lesión en el talón muy frecuente entre deportistas y sobre todo entre atletas. Naturalmente me sentí identificada de inmediato, como atleta en ciernes que era. Sin más dilación informé a algunos amigos por guasap: "Tengo fascitis plantar". Y eso qué es, preguntaron todos. Menudo nombrecito, comentaron otros. Les puse al corriente en pocas palabras: es una lesión frecuente entre deportistas y se cura con reposo absoluto, hielo y antiinflamatorios.
Zafarrancho de combate en mi casa. Sacamos el arsenal químico para estas ocasiones: Voltarén en crema y en pastillas, Ibuprofeno y bolsas de hielo. Ah, y unas muletas que conservamos desde que alguien nos las prestó para el último tullido, uno de mis hijos, creo.
Con todos estos preparativos, una vez hecho el diagnóstico y comenzado el tratamiento, me informo por Internet de que el médico adecuado para esta dolencia es el podólogo. Yo nunca he ido al podólogo, pensaba que era el médico de los callos, pero llamo a mi seguro (por razones de salud que ya conocéis tengo seguro médico privado) y pido cita para el susodicho. El jueves por la tarde, guay.
No es podólogo; es podóloga.
- Hola, buenas tardes.
- Buenas tardes. Usted me dirá.
- Pues nada, que tengo fascitis plantar y me duele muchísimo. No puedo dar un paso, estoy paralizada por completo.
La podóloga me pide que me descalce, coge mi pie como si fuera el zapatito de Cenicienta y lo mira con interés.
- Uysss, pie cavo. La fascitis es muy típica en personas con el pie cavo. Y si encima hacen deporte sin calentamiento previo es fatal. (Glups)
Y dicho esto me da una lección magistral sobre las causas de la fascitis plantar, el modo de prevenirla, sus síntomas y el tratamiento. Todo lo que yo ya sabía: reposo, hielo y antiinflamatorios. Me receta una pomada, me dice que con ella me sentiré mucho mejor y que en menos de quince días se me habrá pasado. Si no, tendré que ir al traumatólogo y lo mismo hay que hacer infiltraciones de corticoides. Pero vamos, que seguro que no, que se me pasa antes. Muy bien, gracias, hasta luego, adiós.
Mi pomada, mi hielo, mis pastillas, mi reposo... los días que me he cogido en el trabajo, que se acaban, y yo sigo dando muletazos al más puro estilo House, drogándome como una yonki y sin ser capaz de dar un paso sin gritar. Si me doy de baja me tocan la nómina y entre las congelaciones salariales y la subida del puto IPC estoy más tiesa que una estaca; nada, tengo que ir a trabajar sí o sí, aunque sea minusválida perdida. El rato que vaya montada en la bici genial; el resto, a apretar los dientes, a hacer de tripas corazón y a arrastrarme por esa biblioteca mastodóntica en la que para llegar de un lado a otro hay que atravesar distancias semejantes a las dimensiones de Groenlandia.
Madre mía, qué lejos está todo y qué poquita cuenta nos damos cuando podemos andar con normalidad. Cómo es posible que yo considerara un agradable paseíto el que va desde el aparcamiento de bicis, la zona de ticaje y mi puesto de trabajo. Cómo esos cientos de miles de kilómetros me pudieron parecer un día unos pocos metros ideales para hacer algo de ejercicio matutino. Cómo conseguía llegar tan fresca y tan lozana hasta mi mesa cuando ahora es casi como atravesar el desierto del Gobi ida y vuelta con una tormenta de arena y vientos en contra de 300 kilómetros por hora.
Y lo que es peor, cómo conseguir caminar con mi habitual estilazo, glamour y movimiento sexi, sin que se note la puuuuuta cojera, mientras los lagrimones se me caen como puños del puuuuuto dolor y me estoy cagando en el jodido cabrón hijodeperra que diseñó esa puuuuuuta biblioteca.
No puedo esperar los 15 días que me ha dado de plazo la podóloga. Ni de coña. Aparte de que su autoridad profesional me resulta más que discutible, sobre todo porque mi dolor no remite e incluso diría que cada día va a más, o al menos, yo así lo siento.
Oiga, me da cita para el traumatólogo? El lunes por la tarde? Vale, gracias.
- Hola, buenas tardes.
- Buenas tardes, siéntese. Cómo se llama, yo Eduardo. Usted dirá.
- Pues verá, Eduardo, tengo fascitis plantar y estuve la semana pasada en la podóloga, que me mandó una pomada específica y me dijo que iría mejorando, pero cada vez estoy peor y he decidido pedir una segunda opinión.
- Muy bien, veamos ese pie.
Coge mi pie con tremenda delicadeza de traumatólogo conocedor de las miserias y dolores humanos y empieza a pulsar teclitas. Duele aquí? No, ahí no. Aquí? No, tampoco. Aquí? No, es por aquí. Aquí? No, un poco más arriba. Aquí? Un poquito más. Y a la izquierda. Ahí ahí ahiiiiiiiiiiií. Aaaaaaaarrrrrggggg!
(Es sólo un traumatólogo tocando un pie. Deja de sobarte, coññño! Compórtate!!! Pero por qué no me leerán nada más que salidos???)
En fin, que Eduardo tira mi diagnóstico por tierra: "Esto no es fascitis, esto es tendinitis. A ti lo que te duele es el tendón de Aquiles. La tendinitis es una lesión muy frecuente sobre todo si se hace deporte sin el suficiente calentamiento" (Glups)
Diossssssss, San Google me ha fallado una vez más. Llevo una semana pregonando mi fascitis plantar a diestra y siniestra, incluso recabando información de mis compañeros de trabajo que también han sufrido la dolorosa experiencia, entrando en foros sobre fascitis plantar, dando mi opinión, sentando cátedra en función de mi propio dolor y de su evolución hacia la cronificación, y... todo lo que tengo es una vulgar tendinitis de mierrrrda????
En fin, termino porque me deprimo aún más. Sigo padeciendo horrores: mi vida deportiva ha terminado y no sé si alguna vez seré capaz de reanudarla. Recorrer los 1000 metros desde mi bici a mi mesa de trabajo y viceversa es una tortura similar a que me arrancaran las uñas de los pies con unas tenazas de los chinos. Para colmo la dirección, carente por completo de un mínimo de sensibilidad, ha cerrado la puerta de proveedores, que me ahorraba 350 pasos contabilizados hasta llegar a la bici.
Mi mundo se ha hundido. Sólo pensar en bajar con la bici a cuestas las escaleras del tren tengo que apretar los dientes y pedir fuerzas a todo el santoral, en el que encima ni creo. Mantener la dignidad de mi antológico andar sexi y glamouroso me cuesta Dios y ayuda. A veces el sudor chorrea por mi cuello mientras bajo cada escalón haciendo malabarismos para no dar ese paso fatal que... ayyyyyyyy... me mata.
Y como no he tenido bastante con el Google, ayer volví a teclear: "cuánto dura dolor tendinitis aquiles?" Y desde que leí las respuestas ahora encima no puedo dormir.
Pues sí. Cegata, medio sorda, ahora tullida, y encima... insomne. Quién da más.
Y por si fuera poco, otro castigo del señor: hoy he vuelto a ver a mi vecino haciendo ejercicios de calentamiento.
Esto no es vida.
Postdata. A fecha 21-10-2013 apostillo: He ido a hacerme una ecografía del talón y el radiólogo me ha vuelto a cambiar el diagnóstico; no tengo tendinitis, ahora tengo una cosa que se llama bursitis. Creo que he batido todos los récords: he corrido 500 metros y ya llevo tres lesiones. No quiero ni pensar si llego a correr una maratón.
(Probablemente continuará con nuevos diagnósticos)
Érase que se era que estaba yo un buen día, un sábado de septiembre, paseando al Manolo (mi perro) y me encontré de sopetón con una carrera, sólo de mujeres. Qué guay, vamos a verla.
En fin, el caso es que yo, que siempre había sido del nutrido club de los "Correr es de cobardes", tuve de pronto una visión de mí misma con deportivas, leggins y camiseta sintiendo el viento en mi cara mientras mis pies volaban sobre el asfalto, y allí mismo, en ese instante preciso, tomé la decisión: yo también voy a correr. Y dicho y hecho, todo el que me conoce sabe que, como dice la copla, mi palabra es la ley.
El primer día le birlé las zapatillas a mi hija porque yo no tenía, pero al siguiente moví los hilos domésticos adecuados y conseguí mis propias zapatillas. Yo, la reina del tacón, la cuña y la plataforma, en zapatillas de deporte!!! Pues sí, ver es creer.
El resto de la equipación la tenía en casa; sólo tuve que adquirir un pequeño bolsito riñonera para llevar mis llaves, mi móvil y mi inevitable paquete de klínex de alérgica crónica. Lista para machacar el suelo bajo mis pies. Pobre ilusa!
Ni corta ni perezosa al día siguiente, sin más dilación, perfectamente equipada, salí a correr. Mi primera intención había sido hacerlo con mi Manolo porque el día de la carrera vi a algunas atletas que corrían con sus perros y me pareció una bonita actividad para compartir con tu mascota. Claro que esos otros canes tenían una envergadura importante; el pobre Manolo (os recuerdo, un mix entre chihuahua y salchicha, en definitiva, una menudencia canina), cuando habíamos recorrido cien metros, empezó a arrastrar la lengua, a lloriquear y a ponerse a dos patas para que lo cogiera en brazos. Total, que lo cogí, la lengua toda fuera, sin resuello, y lo llevé de esta guisa a casa, donde lo dejé bebiendo agua de su cuenco como un poseso, mientras yo me volvía a la calle para seguir en solitario con mi carrera deportiva recién inaugurada.
En la esquina me encontré a un vecino mío que también corre haciendo sus ejercicios de calentamiento y pensé para mis adentros: "Menuda gilipollez, tanta pose y tanto pego, si esto es supersencillo. No hay más que poner un pie delante y otro detrás y ya estás corriendo. Lo que le gusta a la gente gilipollear". Sí, éstos fueron mis pensamientos, lo confieso. Menudo castigo me esperaba por chulilla y por imbécil.
Yo nada, a lo mío; ni calentamientos ni pollas, que una no es de Bilbao pero como si lo fuera. Eso sí, me iba parando a ratitos, tampoco estoy tan loca. Y de todas formas es que me asfixiaba, no tenía más remedio que ir parándome. Hacía series como de 300 metros, 200 corriendo y 100 andando y resoplando. Así tres o cuatro, vamos, una vuelta y media a las pistas deportivas del Fontanar, para que os hagáis una idea.
Pero a todos los efectos como si hubiera hecho la maratón de Nueva York, llegué a casa sudando como un pollo pero toda satisfecha conmigo misma, y me pegué una ducha fría que me hizo sentirme una auténtica atleta olímpica. Estaba feliz, pletórica; por fin había encontrado mi lugar en el mundo. En el mundo del deporte, se entiende.
Repetí la secuencia dos o tres días más, ya completamente en soledad porque había comprendido que el Manolo no era buena compañía para esto. Yo supercontenta, aunque en mi casa los degenerados de mis hijos se cachondearan de mí. "Mamá, cuántas vueltas has dado hoy? Uyssss, pero si has corrido 15 minutos, campeona, juasssssss".
En fin, a palabras necias oídos sordos; yo seguía a lo mío, dispuesta a demostrar al mundo mis dotes y mi capacidad de entrega y sacrificio deportivos. Me sentía una Rafa Nadal amateur, una sufridora nata. Descubrí que sudar y meterse bajo el agua después era un goce casi orgásmico y por primera vez en mi vida entendí el enganche de los miles de personas que por el mundo corren como si les persiguiera el mismísimo diablo. Yo ya formaba parte del club, era una de ellos. Poquito a poco pero con paso firme pensaba ir aumentando cada día mi dosis de asfalto hasta convertirme en una auténtica corredora de pro.
A los pocos días decidí que iba a aumentar a 3 vueltas y que iba a intentar ir andando lo menos posible. Por descontado en la esquina de mi calle volví a encontrar a mi vecino haciendo sus ejercicios de calentamiento y, cómo no, volví a pensar: "Cuánta gilipollez, déjate de chorradas y ponte a correr, coñññññño. Mírame a mí, que corro sin tanta tontería y tanto pego". Ese día di las 3 vueltas y mi satisfacción iba en aumento.
Al siguiente era festivo y decidí correr por duplicado, mañana y tarde. Dicho y hecho, hice doblete, aunque cuando volví a casa después del turno de tarde iba un poco tocaílla. Agujetas, pensé. Ja, otra vez pobre ilusa!
Cuando me levanté al día siguiente y apoyé los pies en el suelo vi las estrellas de todas las galaxias del firmamento juntas. Ayssssssssss, qué agujetas, volví a pensar en mi ignorancia. Pero como pude conseguí ponerme en marcha y cumplir con mis deberes laborales, familiares y deportivos.
Al llegar la tarde, como siempre, saqué a mi perro de paseo y luego me puse mi equipación para correr, pero cuando intenté dar la primera zancada me di cuenta de que era imposible. Lo atribuí a las temidas agujetas y decidí parar un poco el ritmo; durante unos días me limitaría a andar rápido y pegar una carrerilla de vez en cuando.
Sí sí sí. Ni carrerilla ni andar ni pollas en vinagre. Ese fin de semana prácticamente no podía moverme, las agujetas me estaban matando. Conseguí arrastrarme dos días más hasta el trabajo; la bici era mi salvación porque cuando me montaba en ella el dolor desaparecía automáticamente y volvía a sentirme persona de nuevo. Al bajarme me temblaban las canillas de puro terror: dios míiiiiio, otra vez a andar. Me moría sólo de pensar en dar un solo paso.
Al tercer día sucumbí y me quedé en casa. No tuve más remedio que darme cuenta de que aquel dolor ya sobrepasaba lo que eran unas agujetas normales y corrientes de las de toda la vida de Dios.
Y ahora viene lo mejor, lo que de verdad creo que me define como persona y como tarada auténticamente vocacional.
Procedí a identificar con todo cuidado aquel dolor y decidí que provenía del talón. Inmediatamente me fui al Google y tecleé: "dolor talón". Tropecientas entradas. Vale, estudiémoslas concienzudamente. Me fui metiendo una por una, y tras visitar las cinco primeras por fin llegué a mi conclusión y a mi diagnóstico clínico: "Fascitis plantar". Paradojas de la vida, una rojilla de toda la vida al final termina padeciendo una enfermedad con nombre facha. "Fascismo plantar, mamá?" Me dijo mi propia hija con bastante cachondeo.
La fascitis plantar es una lesión en el talón muy frecuente entre deportistas y sobre todo entre atletas. Naturalmente me sentí identificada de inmediato, como atleta en ciernes que era. Sin más dilación informé a algunos amigos por guasap: "Tengo fascitis plantar". Y eso qué es, preguntaron todos. Menudo nombrecito, comentaron otros. Les puse al corriente en pocas palabras: es una lesión frecuente entre deportistas y se cura con reposo absoluto, hielo y antiinflamatorios.
Zafarrancho de combate en mi casa. Sacamos el arsenal químico para estas ocasiones: Voltarén en crema y en pastillas, Ibuprofeno y bolsas de hielo. Ah, y unas muletas que conservamos desde que alguien nos las prestó para el último tullido, uno de mis hijos, creo.
Con todos estos preparativos, una vez hecho el diagnóstico y comenzado el tratamiento, me informo por Internet de que el médico adecuado para esta dolencia es el podólogo. Yo nunca he ido al podólogo, pensaba que era el médico de los callos, pero llamo a mi seguro (por razones de salud que ya conocéis tengo seguro médico privado) y pido cita para el susodicho. El jueves por la tarde, guay.
No es podólogo; es podóloga.
- Hola, buenas tardes.
- Buenas tardes. Usted me dirá.
- Pues nada, que tengo fascitis plantar y me duele muchísimo. No puedo dar un paso, estoy paralizada por completo.
La podóloga me pide que me descalce, coge mi pie como si fuera el zapatito de Cenicienta y lo mira con interés.
- Uysss, pie cavo. La fascitis es muy típica en personas con el pie cavo. Y si encima hacen deporte sin calentamiento previo es fatal. (Glups)
Y dicho esto me da una lección magistral sobre las causas de la fascitis plantar, el modo de prevenirla, sus síntomas y el tratamiento. Todo lo que yo ya sabía: reposo, hielo y antiinflamatorios. Me receta una pomada, me dice que con ella me sentiré mucho mejor y que en menos de quince días se me habrá pasado. Si no, tendré que ir al traumatólogo y lo mismo hay que hacer infiltraciones de corticoides. Pero vamos, que seguro que no, que se me pasa antes. Muy bien, gracias, hasta luego, adiós.
Mi pomada, mi hielo, mis pastillas, mi reposo... los días que me he cogido en el trabajo, que se acaban, y yo sigo dando muletazos al más puro estilo House, drogándome como una yonki y sin ser capaz de dar un paso sin gritar. Si me doy de baja me tocan la nómina y entre las congelaciones salariales y la subida del puto IPC estoy más tiesa que una estaca; nada, tengo que ir a trabajar sí o sí, aunque sea minusválida perdida. El rato que vaya montada en la bici genial; el resto, a apretar los dientes, a hacer de tripas corazón y a arrastrarme por esa biblioteca mastodóntica en la que para llegar de un lado a otro hay que atravesar distancias semejantes a las dimensiones de Groenlandia.
Madre mía, qué lejos está todo y qué poquita cuenta nos damos cuando podemos andar con normalidad. Cómo es posible que yo considerara un agradable paseíto el que va desde el aparcamiento de bicis, la zona de ticaje y mi puesto de trabajo. Cómo esos cientos de miles de kilómetros me pudieron parecer un día unos pocos metros ideales para hacer algo de ejercicio matutino. Cómo conseguía llegar tan fresca y tan lozana hasta mi mesa cuando ahora es casi como atravesar el desierto del Gobi ida y vuelta con una tormenta de arena y vientos en contra de 300 kilómetros por hora.
Y lo que es peor, cómo conseguir caminar con mi habitual estilazo, glamour y movimiento sexi, sin que se note la puuuuuta cojera, mientras los lagrimones se me caen como puños del puuuuuto dolor y me estoy cagando en el jodido cabrón hijodeperra que diseñó esa puuuuuuta biblioteca.
No puedo esperar los 15 días que me ha dado de plazo la podóloga. Ni de coña. Aparte de que su autoridad profesional me resulta más que discutible, sobre todo porque mi dolor no remite e incluso diría que cada día va a más, o al menos, yo así lo siento.
Oiga, me da cita para el traumatólogo? El lunes por la tarde? Vale, gracias.
- Hola, buenas tardes.
- Buenas tardes, siéntese. Cómo se llama, yo Eduardo. Usted dirá.
- Pues verá, Eduardo, tengo fascitis plantar y estuve la semana pasada en la podóloga, que me mandó una pomada específica y me dijo que iría mejorando, pero cada vez estoy peor y he decidido pedir una segunda opinión.
- Muy bien, veamos ese pie.
Coge mi pie con tremenda delicadeza de traumatólogo conocedor de las miserias y dolores humanos y empieza a pulsar teclitas. Duele aquí? No, ahí no. Aquí? No, tampoco. Aquí? No, es por aquí. Aquí? No, un poco más arriba. Aquí? Un poquito más. Y a la izquierda. Ahí ahí ahiiiiiiiiiiií. Aaaaaaaarrrrrggggg!
(Es sólo un traumatólogo tocando un pie. Deja de sobarte, coññño! Compórtate!!! Pero por qué no me leerán nada más que salidos???)
En fin, que Eduardo tira mi diagnóstico por tierra: "Esto no es fascitis, esto es tendinitis. A ti lo que te duele es el tendón de Aquiles. La tendinitis es una lesión muy frecuente sobre todo si se hace deporte sin el suficiente calentamiento" (Glups)
Diossssssss, San Google me ha fallado una vez más. Llevo una semana pregonando mi fascitis plantar a diestra y siniestra, incluso recabando información de mis compañeros de trabajo que también han sufrido la dolorosa experiencia, entrando en foros sobre fascitis plantar, dando mi opinión, sentando cátedra en función de mi propio dolor y de su evolución hacia la cronificación, y... todo lo que tengo es una vulgar tendinitis de mierrrrda????
En fin, termino porque me deprimo aún más. Sigo padeciendo horrores: mi vida deportiva ha terminado y no sé si alguna vez seré capaz de reanudarla. Recorrer los 1000 metros desde mi bici a mi mesa de trabajo y viceversa es una tortura similar a que me arrancaran las uñas de los pies con unas tenazas de los chinos. Para colmo la dirección, carente por completo de un mínimo de sensibilidad, ha cerrado la puerta de proveedores, que me ahorraba 350 pasos contabilizados hasta llegar a la bici.
Mi mundo se ha hundido. Sólo pensar en bajar con la bici a cuestas las escaleras del tren tengo que apretar los dientes y pedir fuerzas a todo el santoral, en el que encima ni creo. Mantener la dignidad de mi antológico andar sexi y glamouroso me cuesta Dios y ayuda. A veces el sudor chorrea por mi cuello mientras bajo cada escalón haciendo malabarismos para no dar ese paso fatal que... ayyyyyyyy... me mata.
Y como no he tenido bastante con el Google, ayer volví a teclear: "cuánto dura dolor tendinitis aquiles?" Y desde que leí las respuestas ahora encima no puedo dormir.
Pues sí. Cegata, medio sorda, ahora tullida, y encima... insomne. Quién da más.
Y por si fuera poco, otro castigo del señor: hoy he vuelto a ver a mi vecino haciendo ejercicios de calentamiento.
Esto no es vida.
Postdata. A fecha 21-10-2013 apostillo: He ido a hacerme una ecografía del talón y el radiólogo me ha vuelto a cambiar el diagnóstico; no tengo tendinitis, ahora tengo una cosa que se llama bursitis. Creo que he batido todos los récords: he corrido 500 metros y ya llevo tres lesiones. No quiero ni pensar si llego a correr una maratón.
(Probablemente continuará con nuevos diagnósticos)
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