Después de leer mi último post sobre los 300 inmigrantes muertos en Lampedusa me escribe una amiga un email en el que me dice tal que así: "Como de costumbre escribes sin informarte, lee un poco antes de ponerte a escribir".
?????????????????... Pienso yo, claro, un poco confusa y pillada por sorpresa.
Luego se explica y me "informa" ella de que lo de los pescadores es algo inevitable. No pueden recoger a los inmigrantes que se están ahogando porque con ellos en sus embarcaciones no los dejarian atracar en ningún puerto y se tendrían que quedar en alta mar y el pescado se les pudriría. Es normal y comprensible que no los recojan. Sí, lo prometo, palabrita, eso me dice. Y me manda unos cuantos enlaces para certificarlo. Conste que lo cuento aquí porque ella intenta responderme en el blog y no lo consigue así que me manda los comentarios a mí en privado; por lo tanto doy por sentado que no le importa que yo transcriba sus opiniones y que si pudiera lo haría ella misma.
En fin, le contesto yo a esta muchacha poco más o menos lo siguiente: Pues no, mira, no me parece normal. No es normal de ninguna de las maneras que nadie deje morir a nadie ni por una multa ni porque te dejen o no te dejen atracar en el puerto ni porque el pescado se te pueda pudrir. Es instintivo, como la propia supervivencia. Si estás viendo ahogarse a una persona (no ya digamos a decenas) simplemente no te planteas qué te puede pasar después, no creo que ninguna persona normal se ponga a pensar en eso. O sí, no sé, en mi cabeza no cabe. Es una vergüenza. Lo dijo el Papa, lo dijo la alcaldesa de Lampedusa, lo dijo el fiscal anticorrupción de Italia, lo dice espantado el mundo entero y ahora lo digo también yo.
Pero una vez superado el momento inicial de desconcierto y aclarados los términos de mi post, la verdad es que lo que me dice esta amiga sobre que me informe me hace pensar. Oye,igual hablo más de la cuenta sobre cosas de las que no sé nada. Igual escribo muy alegremente sin tener datos suficientes, no sé. Su comentario consigue que me autocuestione. Y dedico un buen rato a meditar sobre este asunto. He aquí el resultado de mis profundas meditaciones:
Conozco a muchas personas de izquierdas, a unas pocas menos de derechas y a unas cuantas por desgracia indiferentes con respecto a todo lo que pase a su alrededor. Digo por desgracia porque prefiero mil veces a gente que se pringue, por muy contraria que sea a mi cuerda, que a esa gente a la que todo le da igual o que nunca se forma una opinión sobre nada. O lo que es peor, que no le interesa nada de lo que pasa, salvo lo que le concierne directamente. En fin, a lo que voy, que conozco gente de todo pelaje.
Los de izquierdas suelen informarse leyendo "El País", escuchando "La Ser" y viendo "La Sexta". Los de derechas tienen un espectro de nutrición informativa mucho más amplio: Intereconomía, 13 TV, la nueva TVE; en prensa El Mundo, La Razón, ABC, La Gaceta, Libertad Digital; en radio Onda Cero, la Cope, etc.
Es muy raro, muy muy rarito encontrarte a uno de izquierdas que escuche la Cope o que vea Intereconomía o a uno de derechas que se aventure a poner "El Intermedio" o a escuchar La Ser. No hablemos ya de leer El País. Todos te dicen lo mismo: no pueden soportarlo, algunos incluso se ponen enfermos físicamente.
Me precio de ser la única persona de mi entorno que, a pesar de reivindicar sin complejos mi ideología de izquierdas, no tengo el menor reparo en tragarme todo e informarme en todas partes, por pestilentes y vomitivas que me resulten algunas de ellas, que a Dios pongo por testigo, muchas bien que me lo resultan.
Los fines de semana leo El País; el resto de la semana mi periódico de cabecera es El Mundo digital, en cuyos foros famoseo al más alto nivel y me peleo con fachas de toda procedencia y pelaje. Tengo 24 seguidores incluso, que se dice pronto, lo cual es algo casi heróico en un periódico en el que lo más bonito que te dicen si defiendes que el derecho a decidir es algo que podría estudiarse es "fanática separatista de mierda, vete a tomar por culo".
Luego pasamos a la radio. En mi casa se escucha La Ser; a mí me aburre muchísimo, por lo mismo que me aburre El País. No concibo informarme donde todos piensan más o menos como yo, eso de darnos todos la razón como a los tontos me parece deprimente. A pesar de que, por lo visto, es lo que más le reconforta a todo el mundo, a juzgar por lo poco que se mueve la peña por los territorios del enemigo.
En fin, a mí lo que me va es la vidilla y el chusneo. Por ese motivo mi radio de cabecera es Onda Cero, y cada mañana escucho con verdadero fervor, como la fósfora más fósfora, "Herrera en la Onda", programa en el que además participo con bastante frecuencia como oyente cibernauta. Si alguno oye a Beatriz Ramos Puente, de los Ramos Puente de toda la vida, decir "Inma nos escribe que..." esa Inma casi siempre soy yo. Llevo contabilizadas mis intervenciones en ese programa y son más de 100. A veces pienso que una de dos, o no les escribe ni Dios o es que mis emails les parecen la mar de interesantes, a pesar de estar superdesinformada. Quizás un día de éstos les pida que me paguen algo por mis inestimables colaboraciones.
Curiosamente nadie de izquierdas que conozco escucha ese programa porque no puede soportar el facherismo obvio y confeso de Carlos Herrera y su troupe, que efectivamente, a ratos es un verdadero purgante y para escucharlos hay que tener el estómago de un tiburón blanco, que le cabe todo. En cambio este programa es el favorito de la persona que me llamó "desinformada", persona que pertenece al club de los que antes de sintonizar La Ser se harían el harakiri o se tirarían por un puente a las aguas más procelosas y turbulentas. Sí, no digas que no, que sabes que lo harías.
Y de la tele qué os voy a contar. En cuanto que en mi casa me dejan sola una noche, sin testigos, lo primero que hago es meterme subrepticia y clandestinamente en Intereconomía y 13-TV. Pervertida me llaman los que saben de este vicio secreto. Qué passssa? Otros se meten a ver porno o la teletienda, que pervertidos los hay de todas las especies, gustos y colores. Pues bien, mi perversión es Intereconomía y la 13, a mucha honra.
Y los sábados por la noche mi programa de cabecera es "La Sexta Noche", que sí, que es en La Sexta, peeeeeeeero... por qué lo veo? Pues lo veo porque no me pierdo ni muerta a mi Paquito Marhuenda, el auténtico gurú del facherismo patrio. Sí, Marhuenda, el famoso director de La Razón, el mismo que cuando todos los demás periódicos abrieron con Bárcenas entrando en prisión, él abrió el suyo con una foto en portada de Felipe y Letizia llevando a las niñas al cole.
Sí, Marhuenda, el mismo que viste y calza. En mi casa cuando Marhuenda aparece en pantalla unos dicen que se van a la cama, otros que se van a mear y otros que se van a fumar. Sin embargo todos respetan mi devoción por Paquito y se retiran discretamente para dejarme disfrutar a gusto de su sapiencia, su peculiar estilo torero, y por qué no decirlo, de su hipnótica carita de lechuza beoda.
En fin, a lo que voy. Yo, yoooooooo, que me lo trago todo, que me lo como todo, que me meto en antros pestilentes en los que nadie con un mínimo de escrúpulos jamás se metería; que, en mi afán de informarme, sobreinformarme y requeteinformarme, he tenido que escuchar cosas que a un oído algo menos endurecido y curtido que el mío le habrían hecho ensordecer de puro espanto.
Yooooooooo, la colaboradora secreta de Carlos Herrera, la que atesora 24 fieles seguidores en los foros de El Mundo, la que ha estado a punto de destrozar su paz hogareña por esa rara afición hacia el indescriptible Paco Marhuenda... Yo... desinformada!!!!! Desinformada yooooooooo????????
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