Anatomía del facha

De un tiempo a esta parte casi todos los fachas que conozco me vienen preguntando qué entiendo yo exactamente por facha y cómo los distingo con tanta claridad. A raiz de tanto interrogatorio, he decidido elaborar el retrato robot del facha patrio, atendiendo a las características que a lo largo de mi dilatada vida foril he podido ir observando en el colectivo. Si queréis añadir alguna por supuesto estoy abierta a sugerencias y aportaciones.

Un rasgo fundamental del facha es que piensa que todo aquél que vota a otro partido, fundamentalmente el socialista, es sospechoso cuando no directamente delincuente. Somos sospechosos de prebenderos (el carro de la prebenda es uno de sus mantras favoritos), estómagos agradecidos, etc. Si ya se enteran de que eres funcionario o personal de la administración apaga y vámonos. Está claro que votas al PSOE porque les estás agradecido porque te han dado algo: un trabajo, el subsidio de desempleo, una subvención... En este último apartado entrarían los artistas, los de la ceja, como les llaman los fachas. No es que los artistas tengan ideología de izquierdas por convicción propia ni nada, eso no existe en la izquierda, es impensable; ellos son de izquierdas porque les dan subvenciones. El hecho de que los años en los que gobernó la derecha recibieran las mismas subvenciones y no se volvieran de derechas no es significativo para ellos. Tampoco lo es el que muchos de ellos sean votantes confesos de IU, formación que pocas prebendas y subvenciones puede dar por razones obvias. Es igual, todos son prebenderos y punto. Por supuesto si se enteran de que eres militante de un sindicato la sospecha se convierte automáticamente en delito (el sindicato te ha buscado el trabajo que tienes). Ya ni hablemos de ser militante socialista, eso es ya de cárcel sin paliativos.

Otra característica, que enlaza con la introducción de este artículo, es que los fachas nunca se identifican a sí mismos como tales.  Tienen muchos problemas para definirse como fachas, siempre andan preguntando que eso qué es y cosas así. No tienen, en cambio, problema ninguno en identificar a un progre, giliprogre o progreta y no entienden que esa misma facilidad de identificación y señalización del progre es lo que los define a ellos como fachas.

Tampoco ven muy claras las diferencias entre política de izquierdas y de derechas. Cualquier persona de izquierdas sabe distinguir sin dificultad lo que es una política económica de izquierdas  de otra de derechas, o las políticas sociales de uno u otro lado. Ojo, no quiero decir con esto que no haya partidos de izquierdas que lleven a cabo políticas de derechas y viceversa. Sin ir más lejos, lo estamos padeciendo ahora mismo, desde que la política económica española viene dictada directamente desde Europa por la derecha neoliberal que ahora mismo domina la Unión. Bueno, pues ellos nunca saben lo que es hacer política de izquierdas o de derechas; eso son chorradas, sólo hay gente que hace las cosas bien (Aznar, Sarcozy, Merkel...) y gente que las hace como el culo (prototipo Zapatero).

El meapilismo es otro rasgo destacado. A ver, no todos los fachas son católicos practicantes; es cierto que algunos pasan de la religión. Pero es común a casi todos que cada vez que se propone o se toma alguna medida que ataque directamente a los privilegios seculares de la iglesia católica se lo tomen como un  ataque personal y un signo de degradación de las costumbres. Por ejemplo, se debate si quitar el crucifijo en las escuelas y montan en cólera todos al unísono, tanto si son de misa diaria como si llevan años sin pisar un templo; es un ataque frontal a nuestras tradiciones y costumbres de siglos. Además automáticamente te tachan de amigo del islam y están convencidos de que en lugar de los crucifijos lo que quieres colgar en las paredes son carteles de invitación a la yihad.

(Continuará)