Queridos míos, esto es un no parar. No doy abasto para tanto despropósito. Como diría mi admirada Maica Vasco, el manicomio no defrauda.
Si os acordáis, lo dejé el último día en lo de la "reformulación" del delito de malversación de caudales públicos y las posibles consecuencias que podría conllevar respecto a sentencias firmes de casos de corrupción emblemáticos. Pues bien, al día siguiente me entero de la última propuesta que va a presentar ERC para solventar el problema. A saber, que para que no haya lugar a dudas y no puedan beneficiarse del cambio otros políticos condenados por malversación, sólo se cambie en el Código Penal este delito cuando el caudal público malversado se destine concretamente a... "delitos de sedición".
Pues sí, como os lo cuento. Palabrita del niño Jesús. Lo siento, pero mi sisilisco ya no soporta más tocamientos.
Así que el único caso en el que la malversación sería cosilla menor está claro: el único caso de sedición que ha habido desde tiempos inmemoriales, uséase, la declaración de independencia del Procès. Peeeeero además, como el delito de sedición sería derogado y pasaría a ser "Desorden público agravado" pues... blanco y en botella. Sólo falta decir los nombres y apellidos de los condenados a los que se aplicaría esta exención. Pero cucha, que nadie piense que se está legislando "ad hominem", que nadie caiga en el burdo error de pensar que se legisla para beneficiar a Fulanito, a Perenganito o a Zutanito. Que sois mu mal pensaos, coño!
En fin, que no me he recuperado todavía de la impresión, cuando vuelvo a entrar en shock al escuchar la noticia de que están empezando a reducirse penas de agresores sexuales tras la entrada en vigor de la famosa ley del "sí es sí". Madre mía, tengo el sisilisco ya hecho una coliflor.
Por lo visto ya desde las más altas instancias habían advertido al Ministerio de que, tal y como estaba formulada esta ley, podría haber este tipo de problemas. El mismísimo CGPJ, ese sitio donde sólo hay machirulos dispuestos a putear mujeres y a convertir el país en el paraíso de los violadores, había escrito un informe en el que se señalaban los defectos de fondo del proyecto, entre los cuales estaba la posible revisión a la baja de cientos de casos de agresiones en los que, aplicando la nueva ley, se podía beneficiar al condenado.
Al parecer, por lo que he entendido escuchando a unos y a otros, al no diferenciar entre abuso sexual y agresión, sino ser ya todo agresión, la horquilla de las condenas se ha tenido que ampliar, con lo cual la pena se puede quedar en hasta 5 años menos. Naturalmente decenas de abogados se han puesto manos a la obra y han presentado sus recursos, y en solo unos días ya se ha sabido de varios casos de sentencias firmes en las que los jueces han reducido las penas, aplicando la nueva legislación.
Como ya digo, esto había sido advertido previamente por bastantes instancias, pero el Ministerio había hecho caso omiso de estos avisos y había tachado a los agoreros de machistas furibundos, asegurando que ningún caso sería revisado, ni mucho menos ninguna sentencia reducida. Que todo ese ruido era para asustar a las mujeres y desprestigiar al Gobierno.
Leo un tuit de Juan Soto Ivars que suscribo plenamente: "La ley sí es sí no es el problema, dicen, es que los jueces son muy machistas. Pero cuando les avisaron de que pasaría esto los machistas eran los que avisaban. El nivel de soberbia, torpeza y ego de estas señoras es impresionante". Retuiteo ipso facto.
Pues sí, amigos, machistas eran los que avisaron de las consecuencias y machistas son los jueces (y juezas, que por cierto son mayoría) que al aplicar la nueva ley están concediendo y muy probablemente van a conceder esas reducciones.
Y digo yo... pongamos que es verdad. Pongamos que haya una especie de conspiración judicial fascista heteropatriarcal para dejar en la calle a todos los violadores del país y para aterrorizarnos a las mujeres... no sería en ese caso la obligación del Ministerio de Igualdad legislar de una forma tan diáfana, tan exacta, tan clarísima, que ningún juez machista hijoputa pudiera de ninguna de las maneras, pero de ninguna ninguna ninguna, beneficiar a un agresor sexual fundamentando su decisión en esa ley?
Bueno, pues no. Que dicen ellas que la ley está de puta madre, que no hay error ninguno y que aquí lo que hay es una justicia machista heteropatriarcal de siete mil pares de cojones. Y punto pelota. Y aunque ya están empezando a salir por todas partes abogados que dicen que van a recurrir para favorecer a sus representados (incluido el de La Manada, que fue a fin de cuentas el caso que dio lugar a todo este despropósito) ellas siguen erre que erre con que aquí no se cambia ni un punto ni una coma.
Entre esto y lo de la malversación exclusiva por sedición nos va a quedar un Código Penal superchuli, que diría nuestra ínclita Ministra de Trabajo Yolanda Díaz. Pero superchuli de la muerrrrte. Anda que no!