lunes, 10 de julio de 2017

Aleluyaaaaaaa! Por fiiiiiiiin, alabado sea el Señor!!!!!!

Como sabéis los que me leéis habitualmente, llevo años abriendo posts sobre la llamada - mal llamada desde mi punto de vista - "violencia de género", gritando a los cuatro vientos que eso es un cajón de sastre en el que se meten cosas que no tienen ninguna relación entre sí ni responden a las mismas causas ni tienen muchas de ellas nada que ver con el machismo ni con  el género, y lamentándome de la miopía de las autoridades responsables de este asunto por no ser capaces de ver algo tan obvio.

Pues bien, por fin hoy me encuentro un artículo en El País en el que se hacen eco de las últimas investigaciones en la materia, y mira tú por dónde, después de muuuuuucho pensar, de muuuuucho estudiar y de muuuuuucho gastarse pasta en pagar a expertos superlistos y supersesudos, han llegado a esa misma conclusión. Ya era hora, hosssstia! De verdad, para ese viaje de mierda se necesitaban tantas alforjas?

He aquí el enlace de dicho artículo, por si alguien quiere leerlo en su totalidad, y algunas de las conclusiones a las que llega:

 https://politica.elpais.com/politica/2017/07/08/actualidad/1499533272_517542.html

Aunque los resultados del estudio se conocerán a final de año, ya hay una primera conclusión: “No hay un patrón único, la violencia de género no se puede tratar como un fenómeno homogéneo, porque es heterogéneo y multicausal”, coinciden los expertos. “Decir que todo es machismo es quedarse en la superficie, hay que averiguar qué detona esa agresividad mortal”, señalan los coordinadores del proyecto, el comandante de la Guardia Civil y doctor en psicología José Luis González y el policía y psicólogo Juan José López-Ossorio, de la Unidad Central de Familia y Mujer (UFAM), ambos con media vida analizando la violencia en la pareja.



Hombreeeeeeeeeee! Media vida analizando la violencia en la pareja (mira, un término mucho más afortunado en mi opinión que el de violencia machista o de género) y ahora se han dado cuenta de que esto no es un asunto homogéneo  y que cada caso es de su padre y de su madre. Ole ahí esos chicos listos!

Frente a la idea generalizada —e impartida en universidades— de que la violencia de género implica una escalada (tensiones, agresiones verbales, físicas, falsa luna de miel y manipulación emocional...), existe un dato novedoso y desconcertante: en el 45% de los casos los hombres que asesinaron a sus parejas no tenía ningún antecedente violento conocido, entrarían dentro de un amplio grupo que podría calificarse como agresores "ocasionales" y, por tanto, impredecibles.

Oleeeeeeeeeeeee! También se han dado cuenta de que hay cosas impredecibles, reacciones súbitas inesperadas, y de que muchas veces no es que la tía no haya denunciado nunca previamente, sino que no había nada que denunciar porque NUNCA antes se había producido violencia!!!!!!

Y como muestra de estas conclusiones y de la necesidad de analizar cada suceso en particular, tratan en el artículo tres casos completamente distintos entre sí que responden a causas diferentes y a sujetos que no tienen nada que ver unos con otros.

Veamos:

PRIMERO

Típico caso de tío que se cuelga de una tía hasta la médula, un encanto de hombre, considerado una bellísima persona por toda la comunidad, y que un buen día, sin antecedentes previos de violencia, sin haberla maltratado jamás, durante una discusión subida de tono se le cruzan los cables, le da un mal golpe y se la carga. No hablamos de un maltratador, no la ha maltratado nunca. Solo la ha asesinado de sopetón.

Él “de bueno era tonto, le debía dinero todo el pueblo”, dicen. “Estaba muy enamorado, se enfrentó a su padre por ella”. “Hasta se hizo amigo de la expareja de ella”. “Y llevaba a sus niños al colegio”. “Estaba en una peña, nunca se metió con nadie”... Palabras de familiares y conocidos.
Así que él, sin antecedentes violentos, no confesó el crimen hasta 25 días después. Su versión, ya en prisión, es que aquella mañana habían discutido porque ella —que solo ingresaba la pensión que le pasaba su ex por los tres niños— quería que se fueran de viaje. Él quería quedarse para las fiestas del pueblo. Entonces ella le “amenazó” con denunciarle por violencia...
Algunas conclusiones del informe elaborado por la psicóloga Maria Luisa Alcázar, experta en Análisis de Conducta en la unidad técnica de Policía Judicial de la Guardia Civil, señalan en lo que se refiere a él: “Violencia situacional, falta de habilidades para gestionar conflictos (siempre huía), incapacidad para decir “no”, elevada necesidad de aceptación social (contradicción con valores socialmente aceptados), sensación de acorralamiento, dificultad para la expresión emocional...”. Y en el caso de ella: “Falta de apoyos familiares, hijos a su cargo, embarazo, dependencia económica, adicciones, antecedentes de violencia, situación de inmigración...”
SEGUNDO

También típico caso de tío que nunca ha maltratado a su mujer pero que está encabronado tras un divorcio injusto en el que ha perdido prácticamente todo y ha salido perjudicado con respecto a ella, y que día a día se va encabronando cada vez más a cuenta de lo mal parado que ha salido. Si para más inri quien lo dejó fue ella, además para salir con otro tío, y se ha quedado con la casa, los niños, el coche y todo lo demás, apaga y vámonos. Esto está cantado que algún día sale por algún lado. Habéis visto "Un dia de furia" de Joel Schumacher? Pues eso.
Las conversaciones con personas de su entorno revelan que las discusiones comenzaron cuando él le pilló un mensaje de un tercero. Ella pidió el divorcio y comenzó una nueva relación “con el de los mensajes” a la par que despegaba su carrera política. Él aceptó la situación de muy mala gana, crisis de ansiedad incluidas y amenazas de suicidio mediante. Él se quedó en la aldea, en el domicilio familiar, con las monsergas de su madre. Ella se quedó el coche que tanto le costó comprarse. Él le pasaba la pensión a los hijos, los recogía y devolvía los fines de semana, y se quejaba de que siempre iban igual vestidos. No tenía ningún rasgo de violencia previo.
El informe de la capitán y doctora en Psicología Maria José Garrido, señala como posibles factores de riesgo “la importancia de la personalidad: de corte introvertido, el neuroticismo (rumiaciones, tendencia a la preocupación), aislamiento...”, apunta. “Una persona que no ventila sus problemas acaba convirtiéndose en una bomba de relojería”. Mató al novio de su exmujer, y al padre y al hermano de ella al tratar de detenerle.
TERCERO
Otro caso típico que no tiene nada que ver con los anteriores: relación tumultuosa, se cascan mutuamente, se insultan, se pelean, se reconcilian, beben y tienen broncas monumentales y luego se comen los mocos.  Quién no conoce unos ejemplares de éstos? Al final en una de las peleas se le va la mano y la mata.

El agresor acumulaba 14 delitos por quebrantamiento de órdenes de alejamiento, en ocasiones “con el beneplácito de la víctima”, según informes policiales. Ella le visitó hasta 17 veces en la cárcel, incluso con el hijo de ambos, y le escribía cartas de amor. Él divorciado de otra pareja por violencia de género.
“Era ella la que le perseguía”, dicen vecinos del pueblo, “les pierde el alcohol”. La hija mayor la describe como “buena, con un pronto malo, depresiva por los impagos, pero ilusionada con otra relación”. De él: “Malo, obsesionado con mi madre, cocainómano, manipulador y agresivo”. Los hermanos de ella dicen que “era irresponsable e impulsiva” pero niegan estar al tanto de su relación. Los amigos le describen a él como “un maltratador de libro”. “Trabajador pero bebedor”; “con pocos amigos”; “encantador pero muy irritable”.
Conclusión: tres casos de violencia de pareja, ninguno de los cuales obedece a una causa común ni a unas circunstancias similares ni mucho menos a un patrón psicológico ni social del agresor ni de la víctima. Y a lo mejor ninguno de los tres tíos era ni machista. Uno era un pobre desgraciao que siempre había sido una buena persona, el otro un divorciado puteado y el tercero un cocainómano pasao de vueltas.


La etiqueta global de “violencia de género” incluye todos los “homicidios de pareja” y se ha demostrado útil para llevar esa macabra contabilidad, pero inútil para atajarla, porque el número apenas varía año a año: 60.

Vaya, también se han dado cuenta de esto. Lo de buscarle un nombre y meterlo todo en el mismo saco ha servido para hacer estadísticas y llevar bien la cuenta pero no para determinar más nada, y mucho menos para hacer un diagnóstico fiable y buscar soluciones. Solo para eso, para contar.

Al final del reportaje hacen una especie de resumen del estado de la investigaciones. Os lo copio:




En estos momentos hay 300 “revisores”, la mayoría estudiantes de postgrado tutelados por catedráticos y psicólogos de la Policía Nacional y Guardia Civil, que comienzan realizando un concienzudo análisis de toda la documentación existente sobre el homicidio en cuestión (policial, judicial, asistencial...) y concluyen en la cárcel entrevistando al asesino, previo paso por los entornos de víctima y agresor.
“En la mayoría de los casos no hay escalada de violencia, lo que les convierte en difícilmente detectables con los parámetros que utilizamos para valorar el riesgo homicida actualmente, eso es lo que queremos mejorar”, explica José Luis González, coordinador de un operativo.
“Las explicaciones de cómo y por qué ocurrió el homicidio nos sitúan ante un fenómeno poliédrico”, comenta Juan José López-Ossorio, la pata policial en esta macroinvestigación. “Es probable que lleguemos a una clasificación de tipologías de agresores basada en esas diferentes explicaciones del crimen: desde uno con una demencia senil, hasta el que no tiene rastro de violencia”, coincide. “Desgraciadamente, hay que asumir que una persona normal puede hacer cosas que no son normales”, agrega.

Oleeeeeeeeeeeee! Trabajito les ha costado, hossssstia!!!!! Resulta que es hora de asumir que estos señores no son todos unos cerdos hijosdeputa, malas personas, maltratadores de mierda, sino que muchos de ellos son personas absolutamente normales que en un momento dado reaccionan violentamente ante una situación de presión o de desesperación o de algo que les supera. Personas normales, como tú y como yo, que las personas normales también en un momento dado podemos matar si nos tocan mucho las pelotas o nosotros creemos que nos están tocando mucho las pelotas.

En fin, 300 revisores, nosecuantos millones de euros gastados en revisores, estudios, y gilipolleces por el estilo. Y todo para llegar a conclusiones a las que se podían haber llegado simple y llanamente con una mijilla de capacidad de observación y de análisis y otra mijilla de sentido común. 
Yo no soy más lista ni más observadora que nadie, pero sí tengo una ventaja con respecto a toda esta gente: no me van los dogmatismos ni me trago todas las bacalás que intentan colarme. Solo hay que cuestionarse los dogmas para ver que no todo responde a lo que nos dicen como si fuera palabra de Dios.

Y el dogma del machismo como causa de todos los asesinatos de mujeres nos ha llevado a este estado de cosas absurdo. Machistas hay a montones y los ha habido toda la vida de Dios, la generación de mis padres y de mis abuelos todos los tíos eran machistas, la sociedad entera era machista, pero ninguno de mis parientes ni amigos de mis padres pegaba a su mujer ni mucho menos la asesinó. Por fin nuestros amados próceres se percatan de que la cosa es un poco más complicada y que las ecuaciones simples del tipo Machista = Maltratador = Asesino no sirven para nada.

El machismo es un problema, claro. Y hay que erradicarlo de la sociedad, por supuesto. Pero no es la causa de todos los males ni está detrás de todo lo que nos pasa a las mujeres. Hay vida más allá del machismo, hay cosas que pasan al margen del machismo. Bien está que se hayan dado cuenta por fin.

Yo después de este artículo empiezo a recuperar la fe. Juro que ya creía que para ser dirigente político el único requisito imprescindible era ser absolutamente imbécil.

2 comentarios:

  1. Mi estimada, estoy de acuerdo completamente en lo inadecuado de la nomenclatura actual. Creo que sería más apropiado llamarle violencia doméstica que de género o machista, porque quien la ejerce en lo único que demuestra ser un maestro es en la falta de autocontrol.
    Pero también quisiera amonestar tu falta de rigor, porque el artículo en que te basas, aunque contiene la frase “Decir que todo es machismo es quedarse en la superficie, hay que averiguar qué detona esa agresividad mortal” no abunda en lo que tú y yo coincidimos, sino en que esa violencia es imprevisible. No puede preverse, y no porque no sea machista ni de género.
    De hecho tanto el título como tantos otros pasajes me lo confirman. Estoy de acuerdo contigo, pero yo, no el artículo

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    1. Bueno, es tu interpretación. Yo sí veo en ese artículo que se pone bastante en cuestión que esto sea una cuestión de machismo. Ese "averiguar qué detona esa agresividad mortal" buscando fuera o aparte del machismo es bastante significativo, aunque supongo que la autora no puede ser más clara porque salirse de la oficialidad en estos temas es bastante difícil y arriesgado. Pero reconocer que es un fenómeno variado que tiene distintas causas y circunstancias ya es un paso.

      Por cierto, he leído este finde que le han llegado a la defensora del lector de El País bastantes protestas por el título del artículo. La gente se ha tomado bastante mal lo de la generalización de "Por qué los hombres matan a las mujeres?" Personalmente me pareció una licencia poética y no le di mayor importancia; es evidente que no todos los hombres son asesinos ni que todas las mujeres son asesinadas. En algunas cosas la gente se la coge con papel de fumar.

      A mí me parece mucho más sangrante que se dé por sentado que el machismo es inherente a todo lo que es violencia masculina hacia las mujeres. Como si fuéramos entes aparte que solo pudiéramos ser atacadas por una causa, la machista. Es una visión tan simplista de la realidad que me asombra que tan pocas personas sean capaces de verlo.

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