Me cuenta mi novio que su señora y su suegra se pasan horas y horas tomando el sol. Siempre le pregunto horrorizada si es que no saben lo malísimo que es el sol tomado así a lo bestia y él me dice que sí pero que a ellas les gusta. Además mientras las muchachas se tuestan alegremente él está a su bola y nadie le incordia, así que sospecho que está encantado con esta afición que a mí me parece aberrante.
Lo de la suegra tiene un pase porque es todo un personaje; a sus 87 años las posibilidades ya de morir precozmente son escasas. Además la Doña, que es como yo la llamo cariñosamente, tiene todas las pintas de terminar cargándose a todos. Para que os hagáis una idea del personaje se trata de una señora que a su edad se va a la feria a la 1 de la madrugada y se recoge a las 5. Algún día le dedicaré un post entero porque de todas las viejas de las que tengo conocimiento es la más heavy, una verdadera artista de la pista. Tiene un secreto de belleza, embadurnarse la cara de aceite de oliva virgen, y está la tía hecha un pincel, que ya quisiera yo llegar a sus años con ese cutis y esa energía vital. Por si acaso lo del aceite de oliva lo llevo practicando también hace años y desde que vi los efectos milagrosos que tiene en ella me echo el triple.
Pero lo del sol de verdad que no consigo entenderlo. Yo no me creo a la gente que dice que le gusta tomar el sol. Cómo coño le puede gustar a nadie tomar el sol por encima de los 35 grados? Eso es una tortura china, joder! Lo que realmente le gusta a la gente es estar negra negrísima, pero es que eso lo entiendo menos todavía. No me cabe en la cabeza que haya tías que se ven guapas como un conguito. Os acordáis de la boda de Lolita, cuando el famoso "Si me queréis irse" de Lola Flores? Que estaba la tía hecha un carboncillo. Entre que Lolita guapa lo que se dice guapa no ha sido nunca la muchacha y lo renegrío estaba pa matarla. Cosita más fea de novia, lavirrrrgen!
Que yo no digo que un poquito de color no quede mono, oye. Yo por ejemplo mantengo un discreto tonillo dorado prácticamente todo el año sólo de pasear con la bici parriba y pabajo. El moreno Rabanales, que lo llamo yo. Además en invierno me gusta mucho sentarme al solecito en mi terraza y así poquito a poco se va pegando un saludable colorcito. Pero luego cuando llega el verano no aguanto al sol más de una hora, y eso remojándome todo el rato y echándome protección pantalla total hasta en las pestañas. Y de verdad, palabrita, que sólo con eso se coge un morenito bastante apañao.
Pero de ahí a pasarse horas y horas tumbado al sol achicharrándose va un largo trecho. Y ya aparte del tema estético, que ya digo que no me explico cómo se ve nadie bonito así, está la salud. Con la cantidad de información que hay ahora, la de cosas que sabemos sobre los perjuicios del sol, sobre el cáncer de piel... cómo es capaz la gente de seguir haciéndolo con esa inconsciencia?
Oye, que al final puede que sea yo la que se muera de un cáncer de piel, porque a fin de cuentas dicen que la piel tiene memoria y la mía tiene que tener un montón de recuerdos de quemaduras de tercer grado de cuando era pequeña y me pasaba el verano dentro del agua, que entonces no había cremas protectoras totales ni pijadas de esas y no había año en que no me quemara y me pelara de arriba abajo. Vamos, que libre de padecer la enfermedad no estoy. Pero bueno, al menos todo lo que me pueda proteger ahora que soy grande y tengo uso de razón eso que me quito.
Cuando veo en la tele las espeluznantes imágenes de las playas atestadas de gente (ya sabéis el horror que me provocan los desplazamientos masivos y las aglomeraciones costeras), con todo el mundo tumbado a la bartola para ponerse como tizones me quedo flipada de la capacidad de torturarse y machacarse que tiene la peña. Y de ponerse fea a cosa hecha.
En fin, es una de las muchas cosas que jamás conseguiré comprender. Cada día me doy más cuenta de lo poco que tengo que ver con la mayoría de la humanidad y de lo alejada que estoy de las aberraciones éticas y estéticas que proliferan a mi alrededor.
Ya sé que me parezco a Javier Marías, todo el día gruñendo y despotricando, pero coññño, es que el mundo está muuuuuuuy loco. Y NO LO ENTIENDOOOOOOOO!
No existe bajo la faz de la tierra ningún animal en su sano juicio que por motivos no naturales se ponga a tomar el sol en pleno verano con temperaturas como las que estamos padeciendo. Es una prueba palmaria del grado de estupidez de la especie humana. Yo tengo la piel tan blanca como Jeremy Irons, que ya es decir, pues no tomo el sol desde que era un renacuajo. Tampoco hago deporte, solo ando los fines de semana y no en verano, y como no uso pantalones cortos pues imagínate como tengo las piernas. Sin duda, lo mío ya es exagerado. Por el contrario, como bien dices, es un placer tomar el sol en una terraza en invierto, eso sí, acompañado de una cerveza helada o un buen vino blanco muy frío (me gustan más los blancos que los tintos, al menos yo aprecio muchas más diferencias de matices y sabor). Y siempre me han gustado esas mujeres de película con la piel muy blanca y delgadas, de una extraña y fascinante delicadeza. Y mejor dejamos de lado el tema del sudor y el sol. Un saludo y felices vacaciones. Por cierto, dale recuerdos a tu suegra de mi parte.
ResponderEliminarJajajajaja, Martínez, no es mi suegra. La Doña es la suegra de mi novio.
EliminarA mi suegra habría que darle recuerdos de mi parte en todo caso, de los años que hace que no la veo. Con muy poca pena por mi parte, todo hay que decirlo.
Efectivamente, Martínez, comparto tu opinión sobre la estupidez humana.
Perdona, he tenido que cerrar porque nos han cortado la conexión súbitamente. Te decía que comparto contigo tu reflexión, yo también pienso que la gente hace muchas tonterías que no consigo entender. Por eso cada día soy más misántropa y me gusta más la soledad.
EliminarAh, y el hecho de no llevar pantalones cortos es un detalle de buen gusto por tu parte que alabo con entusiasmo. Los hombres que usan pantalón corto tienen el mismo gusto deplorable que las tías que se ponen renegrías para estar supuestamente guapas.
En estos tiempos decadentes el buen gusto es algo tan escaso que me provoca gran satisfacción hallar en mi blog a alguien que hace gala de tenerlo y además de apreciarlo.
Ah, y mi modelo de mujer también es delgada, elegante y de piel clara. Concretamente mi modelo de belleza es Audrey Hepburn, una tía que antes de mostrarse renegría como un conguito se habría pegado un tiro en la sien.
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