domingo, 20 de noviembre de 2016

Carta blanca... a mi hermano

Hay una sección en El País Semanal que se llama "Carta blanca". Ya la he mencionado alguna vez en el blog por una carta muy bonita de la escritora Marta Sanz a una vieja amiga que se había distanciado de ella por haberla incluído como personaje en una de sus novelas.

Esta sección ha hecho que últimamente me plantee si hay alguna carta de ese tipo que a mí me gustaría escribir a alguien, una carta en la que decir cosas que nunca se dijeron pero que quedan pendientes.

Y naturalmente no tardé en encontrar a la persona a la que yo escribiría esa carta blanca: mi hermano. Va por tanto para él.

Querido Antonio:

Cuánto tiempo sin vernos y cuántas cosas que decirte. He hablado mucho contigo desde que te fuiste, pero siempre por dentro, con esa voz interior que nunca llega a nadie y que sirve básicamente de mero desahogo.

Al principio te hablaba enfadada, estaba muy cabreada contigo por habernos dejado de esa manera. No entendía que escapar fuera algo tan importante como para olvidarte de lo que dejabas atrás y del daño tan grande que hacías. No te perdonaba lo que le hiciste a mamá, que ya nunca más volvió a ser la misma y que te siguió al poco tiempo. Pero tampoco lo que nos hiciste a nosotras, que aunque éramos jóvenes y pudimos levantar cabeza y llenar nuestras vidas con otras cosas, nos quedamos bastante tocadillas por algo que nos afectó profundamente en una etapa en la que no estábamos preparadas para algo así. Éramos demasiado jóvenes para enfrentarnos a la muerte, y mucho menos a la muerte de nuestro hermano, y mucho menos a ese tipo de muerte.

Pero ya una vez pasado todo eso y olvidado el rencor que durante mucho tiempo sentí hacia ti, hoy quiero decirte otras cosas. Hoy quiero hablarte desde el presente y restregarte por las narices, sí, con toda la mala leche, lo que te has perdido por tener tanta prisa, por no saber esperar. Ya, ya sé que entonces no eras capaz de pensar en el futuro porque ese futuro solo era para ti un inmenso agujero negro. Pero ese futuro está ya aquí. Y ayyyyyy... te lo has perdido, hermano!

Recuerdo cuando me contaste que te gustaban los chicos. Creo que fui la primera de la familia a la que se lo dijiste. Fue una noche de verano paseando por el barrio, o tal vez es una ensoñación y ya se ha quedado para siempre así ese momento. Sé que me impactó porque no me lo esperaba; no me habías parecido nunca amanerado y había un montón de amigas siempre saliendo y entrando de tu habitación. Pensaba que con algunas de ellas tenías algo, nunca se me ocurrió que podías ser el típico amigo gay maravilloso al que todas adoran.

Al poco tiempo empezamos a recorrer los antros de ambiente de la ciudad. Años 80, cutrerismo máximo. Yo te animé a conocer a gente como tú, y además te acompañé en esas incursiones para que no te sintieras solo y extraño en ese mundo. Recuerdo la sordidez de aquellos lugares escondidos en los que había que llamar a un timbre para entrar y donde todo el mundo buscaba sexo y nada más, y si alguien buscaba otra cosa lo disimulaba bastante bien. Recuerdo el Amadeus, el Etcétera, el Interrogación... y a nosotros dos en la barra tomando copas y mirando y dejándonos ver.  De vez en cuando te dabas una vuelta por ahí y desaparecías y yo te esperaba allí, charlando con otra gente o simplemente mirando, al final me hice amiga de todos los camareros. Volvías al cabo del rato o quedábamos en alguna otra parte, y a veces venías de la mano con alguien que yo veía claro que no te gustaba pero que al menos te hacía sentir como que podías llevar una vida normal, tener una pareja... esas cosas que entonces parecían tan imposibles.

Era tan triste y tan sórdido todo! Y qué poco te gustaba! No creas que no recuerdo también aquella época en la que yo rompí con mi novio y empezamos a salir juntos por la noche, yo en plan destroyer, living la vida loca; y aquel día en el que me confesaste cómo envidiabas la naturalidad con la que yo ligaba, conocía a un chaval, bailaba con él, me morreaba delante de todo el mundo y luego nos íbamos, y a nadie le extrañaba, y unos iban y otros venían. Y tú querías eso para ti, y no los guetos ocultos en los que la gente se miraba y luego se encerraba en cuartos oscuros para hacer lo que yo tan tranquilamente podía hacer a plena luz.

Qué pena, hermano, lo que te has perdido! Te lo he dicho mil veces en silencio, pero hoy te lo quiero decir aquí públicamente porque quiero que todo el mundo sepa cómo lo siento. Porque hoy, hermano, tendrías todo eso que tú querías.

Podrías pasear de la mano con tus novios, podrías besarte en plena calle, podrías ir a programas de televisión y declararte públicamente, podrías ir al First date a tener una cita con el chico de tus sueños, podrías incluso casarte por todo lo alto, y yo podría hasta tener sobrinitos hechos por ti. O adoptados, da lo mismo. Los querríamos igual y serían igual de tuyos y de nuestros. Todo eso podría ser si no te hubiera dado la prisa esa que te dio y no te hubieras largado de esa manera. Claro que entonces quién nos lo iba a decir!

Sabes lo que me entra ahora por el cuerpo cada vez que veo a una pareja gay besándose en la calle o en un concierto? O en la biblioteca! Todo el mundo ha salido del armario!!!!!!! Cantantes, actores, funcionarios, abogados, jueces, pintores, albañiles, fontaneros, diplomáticos, políticos, incluso políticos del PP, te lo jurooooooooo!!!!! Salen en las revistas, presentan a sus novios, sus bodas llenan portadas,  tienen hijos y los sacan en el Hola, se divorcian y se vuelven a casar... igual que todos los demás!!!!!!! Y te lo has perdidoooooooo!!!

Estás en alguna parte y puedes verlo? No, no lo creo. Me haría mucha ilusión pero no lo creo. Simplemente te fuiste cansado y desengañado, y ya no te enteraste de que el mundo podía ser también un lugar cálido y amable para ti. También mamá se fue sin saberlo, la pobre. Cómo le habría gustado verte feliz, viviendo como una persona normal.

Hasta yo misma durante años oculté a la gente tu condición de homosexual. Me parecía como una traición sacarte del armario después de muerto. Era como estar ensuciando tu memoria. Para qué decirle a la gente algo que no necesitaba saber? Y me callaba, y sufría en silencio cuando en alguna reunión alguien decía despectivamente "Cucha el mariconazo ese, qué asqueroso"! O muchas veces no me callaba; saltaba y me comía vivo al espantajo que lo dijera, y me enfrentaba, pero nunca decía que tú, mi hermano, eras uno de esos "asquerosos maricones". No quería manchar tu memoria, ya ves, también era una cobarde.

Como si no me sintiera orgullosa de ti como me siento. Porque fuiste de los primeros en intentarlo, aunque no te saliera bien. Y ahora te reivindico con nombre y apellidos, porque quiero que todo el mundo lo sepa, porque no me da vergüenza y a ti hoy tampoco te la daría. Porque hoy pasearías con orgullo tu condición, sin miedo y sin tapujos. Porque aunque tú te rindieras yo no me he rendido, y sigo aquí dando por culo y guerreando por las cosas en las que creo. Y una de esas cosas es que tú tenías todo el derecho del mundo a ser como yo, a vivir como yo, a tener las mismas cosas que tenía yo. Y mira por dónde al final lo hemos conseguido.

Pero para ti hemos llegado tarde porque todo esto tú... te lo has perdido. Qué pena!

5 comentarios:

  1. Dejo abrazo y el Highwayman ;)

    https://www.youtube.com/watch?v=aFkcAH-m9W0

    Bonita :)

    ResponderEliminar
  2. Me gusta pensar que todo, por muy duro, triste y difícil que nos parezca pasa por algo, aunque no tengamos la sensibilidad suficiente como para entenderlo.

    Una historia muy bonita y triste es la que aquí nos has contado. Gracias por compatirla, imagino que no ha debido de ser nada fácil. Me ha hecho pensar sobre la de imbéciles que hay por el mundo y que yo también he sido en ciertos momentos a lo largo de mi vida cuando me metía con alguien de manera gratuita. Realidades como esta hacen reflexionar sobre que hay que respetar a todos porque todos tenemos sentimientos y es lo que nos hace tan grandes.

    No es por morbo y quedaría feo decir que es 'por curiosidad', aunque tampoco es la palabra que mejor expresa el interés de conocer ese detalle con tal de enfocar mejor esa gran historia, pero ¿pero qué le pasó a tu hermano para que se fuera tan pronto?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Román, es cierto ese rumor que circula de que en el colegio te llamaban "Román el Perspicaz"?

      Jajajajaja, es una broma, espero que no te la tomes a mal.

      Estoy segura de que si lees otra vez mi post y dedicas un momento a reflexionar tú mismo sabrás responder a esa pregunta.

      Eliminar
  3. Precisamente me decían (y me siguen dicendo) todo lo contrario, que no me doy cuenta de cosas que para los demás son evidentes.

    Pero creo que en ocasiones no percatarse de algo se debe a que que en el fondo no quieres asumir una realidad. Algo parecido me habría sucedido con esta entrada, imaginar cualquier otra causa es como si suavizase un poco la historia.

    ResponderEliminar