miércoles, 22 de julio de 2015

Terapia de familia

- Mamaaaaaaaaaá, que éste me está pegandooooooooo! Y yo no le he hecho naaaaaaaaaaaaaa! Correeeeeeeee!

- Mamáaaaaaaaaá, es mentiraaaaaaaa! Ha sido él, que me ha quitado el mandooooooooooo!

- Mamaaaaaaaaaaá, por Diossss, haz algo, que se van a mataaaaaaaaaaaaar!

- Guauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!

- Manolo, cállateeeeeeeeeee!

Hossssstia, ya estamos! Tengo que intervenir.

- Muy bien, todo el mundo aquí yaaaaaaaa!

- Mamaaaaaaá, mírame la espalda, me ha dejao to la mano señalá!

- Mamaaaaaaá, qué mentirosooooooooo! Pero si casi no le he tocaooooo!

- Bueno yaaaaaaaaaaa!

- Guauuuuu!

- Manolo, cállateeeeeeeeeee!

Un segundo de silencio.

- Ya está bien, vamos a hablar. Esto no puede seguir así. O aquí nos ponemos de acuerdo y conseguimos convivir como personas civilizadas o vamos a terminar saliendo en los periódicos.

Mi hija interviene.

- A ver si es verdad, porque esto es insoportable.

- Lo primero es un trato respetuoso de todos con todos. No quiero violencia verbal, y mucho menos física. Vamos a hablar normal como las personas normales. Vale?

- Vale, pero que yo no...

- Nada de peros. Vale?

Asentimiento general.

- Guauuuuuuuu!

- Cállate, Manolo!

- Muy bien. Como veo que hay un montón de quejas por todas las partes creo que deberíamos coger un papel y hacer cada uno un listado de las cosas que nos molestan de los otros para ponerlas en común e intentar modificar los comportamientos que dificulten la convivencia. Qué os parece?

- Mamá, déjate de papeles. Todo lo que sea escribir a estos dos semianalfabetos les viene largo. Mejor vamos a hablar.

Asentimiento general.

- Guauuuuuuuuuuu!

- Bueno, vale. Vamos a verbalizar nuestras quejas.

- Yo no puedo más. Tienen el baño asqueroso, el bidet lleno de ropa, se meten en mi cuarto y lo llenan de cosas, no lavan sus cacharros, no recogen su ropa...

- Vale, el desorden y la guarrería. Podemos empezar por ahí. Qué tenéis que decir?

- Mamá, es él. Yo tengo mis cosas recogidas, es él el que lo va dejando todo por ahí, y claro, yo lo hago igual porque pa qué voy a recoger yo si....

- Mentirosoooooooooo! Mamá, entra a nuestro cuarto. Yo lo tengo todo recogido y es su parte del armario la que está hecha una porquería. Y yo paso de recoger mi parte porque....

- Mentiraaaaaaaaa! Mamá, yo recojo todo lo mío pero cuando le toca a él pone sus cosas encima de las mías y no puedo...

- Eso es mentiraaaaaaa! Mamá, ven al cuarto y lo verás. Su parte está que no se puede ni mirar, es que da asco y...

- Eso, vamos al cuarto y lo vemos!

Suspiro profundamente.

- Yo no pienso entrar a vuestro cuarto. No quiero que me dé un infarto. Vamos a hablar aquí y punto.

Interviene mi hija con su sentido común habitual.

- Mamá, vamos al cuarto. Si la primera cosa que vamos a resolver no somos capaces de afrontarla apaga y vámonos.

- Es que yo sé que si entro al cuarto me voy a poner fatal y ya no voy a poder hablar ni nada.

- Mamá, vamos al cuarto y lo afrontamos todos juntos. Venga, sé valiente. Tú puedes.

- Ay, madre, no sé si seré capaz. Bueno, venga, vamos y que sea lo que Dios quiera.

- Guauuuuuuuuuuuuu!

- Manolo, cállateeeeeeeeeeee!

Vamos al cuarto. Yo con los ojos cerrados, poco a poco voy abriendo uno. Con mucho miedo.

Abren el armario. Cierro los ojos otra vez espantada. Vuelvo a entreabrir uno y vuelvo a cerrarlo rápido. El armario es indescriptible.

- Lo ves? Yo tengo todo en mis cajones pero él lo echa todo al voleo y ahí hay ropa de cuando iba a preescolar y todo.

- Mamá, es que yo no sé guardar la ropa en los cajones porque si necesitas sacar algo nunca lo encuentras.

- Pues todo el mundo guarda su ropa en los cajones y no le pasa nada. Se saca con cuidado lo que hace falta sin desordenar lo demás.

- Yo no quiero cajones. No me gustan los cajones.

- Vale, tú te quedas con los cajones de éste y él que guarde su ropa en los estantes. Y la ropa que te esté chica me la apartas para que la dé. No quiero ropa en el bidet ni encima de la mesa ni por el suelo ni tirada en la cama. Todo recogido y en su sitio. Venga, asunto resuelto. Salgamos de aquí, que todavía tenemos un montón de temas que tratar.

Salimos del cuarto y volvemos al salón. Por fin consigo respirar de nuevo.

Nos sentamos. Pero mentalmente echo cuentas y falta uno.

- Dónde está tu hermano?

- Ése pasa de todo, fijo que se ha metido en el ordenador.

Yo le doy un voto de confianza:

- Qué va, hombre. Seguro que se ha quedado en el cuarto, organizando y eso. Le habrá entrado un ataque de pundonor.

- Sí, sí sí, pundonor. Mamá, eres una ingenua. Ése está en el ordenador pasando de nosotros como de la mierda, te lo digo yo.

- Bueno, eso se averigua rápido. Ve a por él, a ver qué está haciendo.

Se levanta y va a buscar a su hermano.

Vuelve.

- Qué? Estaba en su cuarto, no?

- No.

- Se ha metido en el ordenador?

- No.

- Entonces?

- Está cagando.

Silencio.

- Guauuuuu!

- Manolo, cállateeeeeeeeee!

2 comentarios: