No sé si vísteis en su día el programa de Jordi Évole sobre la corrupción urbanística, pero fue bastante espeluznante. Este domingo lo repitieron y pensé que era obligado hacer algún comentario en este blog, tales son la sinvergonzonería y el descaro con los que funciona el soborno en este país.
Uno de los episodios más bochornosos que se trataron fue el de la concejal del municipio sevillano de Camas, Carmen Lobo, a la que intentaron sobornar unos empresarios de la zona con seis millones de euros y 3 pisos convenientemente puestos a nombre de familiares suyos y con operación blanqueo asegurada. La concejal en su día denunció estos hechos y con su propio MP-3 grabó la conversación en la que el empresario en cuestión le adelantaba un sobre con 12.000 euros el día previo al pleno en el que ella supuestamente tenía que votar según las indicaciones del constructor.
Llegado el día, la concejal votó en contra de las obras que se proponían, con el disgusto consiguiente del alcalde y demás miembros de la corporación, que estaban en el ajo y que sí habían aceptado los sobornos, y la policía se apresuró a detener al empresario y a estos personajuchos, a los que tenían intervenidos telefónicamente, porque averiguaron por sus conversaciones que pensaban enviar unos sicarios para escarmentar a Carmen Lobo por su voto negativo.
En fin, vaya por delante mi admiración hacia esta mujer que, con un sueldo bastante modesto de 1.200 euros, rechazó tajantemente la posibilidad de cambiar su vida admitiendo ese dinero y esos pisos a cambio de su voto; me parece una tía supervaliente y de honradez científicamente demostrada. Lo que ya no entiendo es que los delincuentes que fueron juzgados por estos hechos, los mismos que pensaban mandar sicarios para matar o dar una paliza a Lobo, fueran condenados a… no os lo perdáis: un año y dos meses de prisión y una multa de 20.000 euros!!!!
Vosotros creéis que ésa es manera de disuadir a nadie de delinquir? Como la misma Carmen Lobo dijo en el programa, con esa sentencia, ya confirmada por el Supremo, lo que queda claro es que la corrupción sale muy barata. Si a esos tíos no los llegan a pillar se hubieran hecho multimillonarios en un pispás, con sólo levantar la manita en un pleno. Y si los pillan pues una multita de nada y una pena de cárcel que ni siquiera han tenido que cumplir puesto que no eran reincidentes. Eso se llama “irse de rositas”.
Y por supuesto, por ese precio quién es el bonito que no se arriesga. Hay que ser una campeona de la honestidad como la concejala Lobo para resistirse a la tentación, sobre todo vista la irrisoria condena que, en el peor de los casos, te puede tocar. Alguien cree que en este país la corrupción terminará alguna vez con estos tironcillos de orejas que la justicia da a los corruptos?? Lo que no sé es cómo no se les cae la cara al suelo de vergüenza a los que hacen posibles estas aberraciones jurídicas. Y mientras el ministro Gallardón entretenido el hombre en poner a los jueces de tres en tres, no sea que alguno tenga demasiado protagonismo y salte al estrellato. Vaya panda!
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