Ana Mato, la flamante nueva ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad habla de "violencia en el entorno familiar" para referirse a un crimen de ésos que se vienen llamando "violencia de género" o "violencia machista". Ni que decir tiene que, como ya he manifestado en varias ocasiones en este blog y en otros muchos foros, estoy totalmente de acuerdo con este cambio. Para mí "violencia doméstica" sería el término adecuado para hacer referencia a cualquier tipo de maltrato que se pueda producir en el seno de la familia, sin distinción de víctimas ni verdugos.
Sin embargo, lo que me ha hecho más gracia es el comentario de Mato ante las críticas recibidas por este cambio de denominación. Literalmente ha dicho: "lo importante no es el término". Y me ha hecho tanta gracia porque lo dice una señora que pertenece a un partido que ha llevado al Constitucional una ley justamente por un término. Concretamente, por el vocablo "matrimonio", que no les gusta a ellos cuando se refiere a dos señores o dos señoras que se casan.
Curioso y significativo que los términos tengan tan poca importancia en unos casos y tantísima en otros. Que hablamos del Constitucional, señores, no de cualquier tribunalillo.
Con todo, y pese a esta paradoja pepera, doy mi más sincera bienvenida al cambio terminológico en relación a este tema porque yo sí que creo que la terminología es importante y refleja puntos de vista y políticas muy diferentes. Y a mí la política de género del gobierno anterior me ha parecido siempre obsesiva, totalmente errónea e improductiva. Si este gobierno empieza a tratar estos asuntos de un modo más racional y menos demagógico, chapó. Ahí me tendrán siempre a favor.
Pero a ver si les da otro volunto y cambian también el chip con lo del dichoso matrimonio. Porque también su problema con esta denominación denota un claro conflicto ideológico y un montón de reservas con respecto a la homosexualidad.
Graciosillos estos fachas, que no?
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