domingo, 21 de agosto de 2011

Y seguimos con las jornadas juveniles de los cojones.

Por lo visto ahora hay quien flipa en technicolor con las enorrrrmes multitudes que se han juntado en los Madriles para ensalzar a Su santité le Papé.

A ver, señores, reflexionemos un minuto. Si todos los imanes del mundo en todas las mezquitas de la tierra hicieran una convocatoria masiva para celebrar... no sé, el advenimiento del profeta, cuántas personas creéis que acudirían raudas y veloces al evento? Un millón? 15 millones? 28? Y? Convierte eso al Islam en una religión maravillosa digna de todo elogio? Según toda esta peña de alucinados parece que sí.

Pues eso exactamente es lo que han hecho en todo el mundo miles de sacerdotes en miles de iglesias. Si además lo pintas como un campamento de verano low cost,  empetao de juventud divino tesoro y con el premio gordo de ver en vivo y en directo al líder de tu grupo favorito, pos apaga y vámonos. Es justo eso, una invitación a hacer turismo religioso a muy bajo coste. Y bueno, no es ningún secreto que en el mundo hay millones de católicos; reunir a un millón en todo el globo para este evento no parece algo tan milagroso, flipante ni alucinante. Salvo que se tengan muchas ganas previas de flipar.

De todas formas a mí me parece genial que toda esta gente se reúna en algún lugar para celebrar que todos participan de unas mismas ideas, objetivos y creencias y para divertirse. Lo que molesta de verdad es que los dirigentes de todo este emporio sean incapaces de ensalzar lo suyo sin atacar lo de los demás.

Se supone que es gente generosa, educada y con valores muy elevados. Podrían empezar por sentir algo de respeto por los que no pensamos como ellos pero tampoco vamos por ahí asesinando gente. Que algunos habemus.

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