lunes, 7 de abril de 2014

Corrupción urbanística a precio de saldo

No sé si vísteis en su día el programa de Jordi Évole sobre la corrupción urbanística, pero fue bastante espeluznante. Este domingo lo repitieron y pensé que era obligado hacer algún comentario en este blog, tales son la sinvergonzonería y el descaro con los que funciona el soborno en este país.

Uno de los episodios más bochornosos que se trataron fue el de la concejal del municipio sevillano de Camas, Carmen Lobo, a la que intentaron sobornar unos empresarios de la zona con seis millones de euros y 3 pisos convenientemente puestos a nombre de familiares suyos y con operación blanqueo asegurada. La concejal en su día denunció estos hechos y con su propio MP-3 grabó la conversación en la que el empresario en cuestión le adelantaba un sobre con 12.000 euros el día previo al pleno en el que ella supuestamente tenía que votar según las indicaciones del constructor.

Llegado el día, la concejal votó en contra de las obras que se proponían, con el disgusto consiguiente del alcalde y demás miembros de la corporación, que estaban en el ajo y que sí habían aceptado los sobornos, y la policía se apresuró a detener al empresario y a estos personajuchos, a los que tenían intervenidos telefónicamente, porque averiguaron por sus conversaciones que pensaban enviar unos sicarios para escarmentar a Carmen Lobo por su voto negativo.

En fin, vaya por delante mi admiración hacia esta mujer que, con un sueldo bastante modesto de 1.200 euros, rechazó tajantemente la posibilidad de cambiar su vida admitiendo ese dinero y esos pisos a cambio de su voto; me parece una tía supervaliente y de honradez científicamente demostrada. Lo que ya no entiendo es que los delincuentes que fueron juzgados por estos hechos, los mismos que pensaban mandar sicarios para matar o dar una paliza a Lobo, fueran condenados a… no os lo perdáis: un año y dos meses de prisión y una multa de 20.000 euros!!!!

Vosotros creéis que ésa es manera de disuadir a nadie de delinquir? Como la misma Carmen Lobo dijo en el programa, con esa sentencia, ya confirmada por el Supremo, lo que queda claro es que la corrupción sale muy barata. Si a esos tíos no los llegan a pillar se hubieran hecho multimillonarios en un pispás, con sólo levantar la manita en un pleno. Y si los pillan pues una multita de nada y una pena de cárcel que ni siquiera han tenido que cumplir puesto que no eran reincidentes. Eso se llama “irse de rositas”.

Y por supuesto, por ese precio quién es el bonito que no se arriesga. Hay que ser una campeona de la honestidad como la concejala Lobo para resistirse a la tentación, sobre todo vista la irrisoria condena que, en el peor de los casos, te puede tocar. Alguien cree que en este país la corrupción terminará alguna vez con estos tironcillos de orejas que la justicia da a los corruptos?? Lo que no sé es cómo no se les cae la cara al suelo de vergüenza a los que hacen posibles estas aberraciones jurídicas. Y mientras el ministro Gallardón entretenido el hombre en poner a los jueces de tres en tres, no sea que alguno tenga demasiado protagonismo y salte al estrellato. Vaya panda!

jueves, 3 de abril de 2014

La reflexión nuestra de cada día: el paro

Lo que ha pasado este mes con el paro en Andalucía es exactamente el reflejo de la clase de empleo que se está creando en España. Los meses anteriores bajó el paro y subieron las cotizaciones vertiginosamente y Andalucía era la campeona mundial en creación de empleo.

Y ahora qué? Pues ahora, una vez terminada la campaña de la aceituna, todos los empleos que se crearon se van a su casita. Si alguien piensa que el problema del paro se soluciona así, que me lo explique.

No es que ya no haya trabajos como los de antes, que entrabas de aprendiz y te quedabas toda la vida. No, cuando nos quejamos de la precariedad de este empleo que se está creando no hablamos de eso. Hablamos de empleo a tiempo parcial por sueldos que no pasan de los 300 o 400 euros al mes.

Sí, se cotiza a la Seguridad Social pero con lo que se cotiza por esos contratos de verdad alguien piensa que saldremos de ésta? Y quién puede independizarse o consumir mínimamente con esos sueldos? Qué proyectos de futuro se pueden hacer si con lo que cobras a duras penas puedes pagar un alquiler, no digamos ya comer y vestirse? Acaso es mucho pedir simplemente un trabajo digno a cambio de un sueldo digno?




martes, 1 de abril de 2014

El comentario del día (Segunda parte)

Como recordaréis, en mi último post me había quedado yo algo indecisa y preocupada por el espinoso dilema de si ponerme falda o pantalón para ir a trabajar estos días de lluvia, debido al inesperado comentario del maquinista de la mañana. Pero si pensaba yo que mis cuitas ferroviarias iban a terminar ahí estaba más que equivocada; aún me quedaba el viaje de vuelta y el maquinista de la tarde.

Me monto en el tren de las 3, como siempre, último vagón. Abro mi libro y me pongo a leer. En esto que me llega por detrás el maquinista de tarde (que tampoco era el que me avisó de que los vigilantes de seguridad me la tenían sentenciada, aunque se le parece porque los dos llevan bigote) y me pregunta lo siguiente: "Esa gorra es del Atlético de Madrid?

(Inciso explicativo: la gorra en cuestión es una gorra roja, pero no es ni de béisbol ni de fútbol ni de tenis ni de ningún tipo de deporte; es una gorra de vestir, normal y corriente. Aclaro que tampoco es un horrible floripondio de ésos que muchas tías se incrustan en la frente cuando van de boda en plan mamarrachas. Vamos, que es una gorra roja normal, monda y lironda y que no había lugar a tan absurda e inquietante pregunta)

Yo, toda patidifusa, perpleja, estupefacta y ojiplática:

- Pues... no.

- Pos fíjate que yo me había pensado que tú eras del Atlético de Madrid.

De dónde coño se ha podido sacar este tío esa idea? Tanta cara de perdedora tengo? (Otro inciso: porque bueno, aunque el Atlético de momento vaya ganando la liga todos sabemos que al final la va a perder sí o sí)

- Bueno... la verdad es que sí que simpatizo con el Atlético pero vamos, que la gorra no es del equipo.

- Ah, bueno.

Y se va para su cabina, pelín cabizbajo. Pero a mitad de camino se lo piensa mejor y regresa.

- Y qué piensas del Real Madrid?

Madre mía del amor hermoso, pero esto qué coñño es? Por la mañana que si la falda de ayer molaba más que el pantalón de hoy, ahora que si soy del Madrid... Alguna cámara oculta por ahí???

- Pues no soy mucho del Madrid.

- Y del Barça?

- Bueno, el Barça me gusta un poco más.

- Vaya, qué decepción!!!!!

Cómoooorrrr, quéeeeee? O sea, que ya no es sólo que los maquinistas del tren tengan sus preferencias sobre mi vestimenta sino que también las tienen sobre mis filias y fobias deportivas!!! Qué será lo siguiente? Preguntarme si voto al PP o al PSOE? Y si les digo que voto a IU o a Vox, los defraudaré también? Me echarán la cruz, me pondrán siete velas negras como la bruja Lola?

Y de la religión para qué vamos a hablar. Cualquier día de éstos me entra algún maquinista y me pregunta si voy a misa los domingos. O si he leído el Corán. O si creo en la reencarnación. O qué pienso de Rouco Varela. Yo qué sé, ya a estas alturas y visto lo visto me lo espero todo.

Ahora mi problema no consiste sólo en plantearme cada mañana si ponerme falda o pantalón, que ya tiene tela, sino también en tener la filiación deportiva, política y religiosa adecuada. Por nada del mundo quisiera yo defraudar a los maquinistas de la RENFE, por diosssss. Que de que esta gente trabaje en unas condiciones óptimas dependen muchas vidas humanas. Y otras cuantas inhumanas.

Supongo que os dais cuenta de la enorrrme responsabilidad que ha caído sobre mí. Cada día me monto en un tren en el que van miles de personas y en gran medida depende de mí que esas personas lleguen sanas y salvas a su destino. Imaginaos por un momento que uno de estos maquinistas curiosillos y "desinquietos" me pregunta por mis gustos televisivos y se pega un tremendo sofocón si le digo que soy fan de "Tu cara me suena". Igual empieza a despotricar durante el trayecto y se ciega de la misma indignación y terminamos todos los pasajeros en la famosa Sebastopol.

En fin, entre unas cosas y otras, entre los vigilantes de seguridad y los maquinistas del tren, ir a trabajar cada día se ha convertido para mí en un deporte de riesgo. Y que luego haya quien diga que la vida no tiene emociones. Y que haya tarados por ahí que se tiran de los puentes para generar adrenalina!!!! A ésos los querría ver yo enfrentándose cada día a este Miura que es mi vida.

Ps. Al final me he puesto falda y he intentado esquivar al maquinista de la mañana para que no me vea. Infructuosamente, porque me ha visto, pero como ha sido de lejos no ha tenido ocasión de hacerme ningún otro comentario, a Dior gracias.

El comentario del día

Hoy me ha ocurrido un percance que, aunque a algunos os pueda parecer una gilipollez,  me ha perturbado grandemente. Os cuento:

Resulta que el conductor del tren de esta mañana me ha interceptado en la estación (debo añadir para mi disgusto que iba acompañado por mi enemigo número uno, el vigilante jurado de turno) y me ha espetado tal que así: “la falda que traías ayer me gusta más que los pantalones de hoy”.

Cielossssss, rayos y centellas!!!! Ya me ha jodido viva. Con ese comentario inoportuno y poco afortunado ha desbaratado de un soplo toda mi precaria estabilidad estético-emocional. Ahora qué coño hago con esta información??? Me la guiso o me la como???

Porque yo tenía pensado esta semana ponerme falda varios días, como suelo hacer siempre que llueve, por aquello que se dice de que a mal tiempo, buenas piernas… Y precisamente mañana pensaba ponerme otra vez mi mini negra ideal y divina que te mueres para compensar el previsible chaparrón que por lo visto va a caer. Y bien, qué hago ahora??? That’s the question.

Si mañana me pongo falda, tal como tenía decidido, se pensará tal vez el maquinista que me la he puesto por lo que me ha dicho él? Es un riesgo evidente que puedo correr. Y lo que es aún peor: se creerá con derecho a hacerme comentarios a diario sobre mi vestimenta, peinado y complementos? Tendré que soportar cada mañana su implacable veredicto?

En resumidas cuentas, aquí estoy dándole vueltas a tan complejo dilema. Porque no me gustaría cambiar mis planes de un día para otro ni tampoco mi costumbre ancestral de ponerme especialmente mona cuando hace mal tiempo, peeeeero no me gustaría en absoluto que este maquinista se pudiera imaginar que su opinión me influye lo más mínimo, aunque a la vista está que me ha trastornado tremendamente hasta el punto de tenerme en un sinvivir de indecisión.

En fin, vosotros qué haríais? Os pondríais falda tranquilamente haciendo caso omiso del inquietante comentario? No os volveríais a poner falda nunca más? Os pondríais falda sólo cuando este maquinista estuviera de vacaciones?

Dios mío, no pasa un solo día sin que tenga que tomar alguna decisión de trascendencia vital. Estoy verdaderamente saturada ante tanta tribulación.

lunes, 31 de marzo de 2014

A tomar por culo todos los nacionalismos, esa epidemia infame que nos invade

Leo el artículo de Javier Cercas titulado ”El francotirador y Manolo el del Bombo”* y siento cuán necesarias son sus aclaraciones. En este país basta con que se haga una crítica contra el nacionalismo catalán para que automáticamente el bando nacionalista español te intente abducir y llevarte a su redil. No está de más aclarar que si uno abomina del primero no abomina menos del segundo y de la torpeza con la que está afrontando todo este asunto del creciente sentimiento independentista en Cataluña.

Yo misma he sido testigo de cómo algún famoso locutor de radio de reconocido sentimiento nacionalista español ha intentado en su programa arrimar el ascua de Cercas a su sardina aprovechando los artículos críticos del escritor contra el nacionalismo catalán, dando muestras con ello de no haber entendido nada de nada de su discurso claramente antinacionalista.

Por eso la aclaración de Cercas era justa y necesaria, porque además su postura es compartida por muchas personas, entre las que me encuentro. Yo tampoco entiendo muy bien que la única respuesta del nacionalismo español a lo que está sucediendo en Cataluña sea simplemente decirles una y otra vez que su referéndum es ilegal y que no se les va a consentir hacerlo.  Resulta patético este intento de hacerles desistir atendiendo a la legalidad, sobre todo teniendo en cuenta que desde la funesta sentencia del Constitucional sobre el Estatut los catalanes se pasan a este Tribunal por el forro de los calzones, además con toda la razón.

Un estatuto de autonomía que ya había pasado por todos los filtros, incluidos el del Parlamento español y el del refrendo de los propios catalanes, no podía ser considerado inconstitucional sin que esto tuviera graves consecuencias. Y claro, de aquellos polvos vienen estos lodos, sin que entre las preclaras mentes de nuestro actual gobierno nadie parezca darse cuenta de la evidente relación entre ese ominoso recurso, la posterior sentencia y el creciente sentimiento independentista en Cataluña. Por no hablar de aquella vergonzante campaña auspiciada por el PP para boicotear los productos catalanes con la pueril pretensión de castigar de esa forma el voto soberano pero díscolo del pueblo catalán.

Por eso, Javier, muchas gracias por expresar con claridad meridiana que si a los que nos sentimos antinacionalistas de corazón no nos gustan los unos todavía menos nos gustan los otros y que para sus miserables guerrillas no cuenten con nosotros. Y que si tienen un problema de tensión sexual no resuelta, que se junten, se follen mutuamente los unos a los otros y a los demás nos dejen en paz de una puta vez. He dicho.

* http://elpais.com/elpais/2014/03/28/eps/1396022491_151998.html


lunes, 24 de marzo de 2014

Adolfo Suárez: anatomía de un instante

Estos días estoy alucinando en colores al ver la cantidad de alabanzas y excelencias que son cantadas con entusiasmo creciente acerca de nuestro recién fallecido expresidente de gobierno Adolfo Suárez. Lo que es la memoria histórica, madre mía!!

Y no es que yo por aquellos tiempos estuviera muy informada; la transición me pilló aún muy joven y la verdad es que no me enteraba de casi nada, pero con el tiempo he intentado solventar esa ignorancia y he leído todo lo que he pillado sobre aquellos tiempos convulsos de nuestra historia. Y lo que he leído no tiene absolutamente nada que ver con lo que leo ahora, con esta especie de histeria colectiva beatificadora que parece haber invadido a todo el mundo.

Suárez fue probablemente el político más vilipendiado de nuestra historia reciente. A su lado las críticas brutales del TDT Party contra Zapatero fueron auténticos piropos. Pero es que es más, si su figura política hubiera aparecido ahora le pondrían exactamente igual de verde, porque pertenecía a ese tipo de político, tan mal visto hoy en día, que no tuvo más oficio que la política. Mal estudiante y con un nivel cultural bastante raspadito, le costó Dios y ayuda terminar la carrera de Derecho, y en cuanto la acabó entró en el Movimiento y empezó a labrarse una carrera política. Por bastante menos que eso a Susana Díaz o a Zapatero, por ejemplo, les cayeron chuzos de punta desde la prensa facha. Hoy, cuando leo en La Razón esas loas al presidente muerto y me acuerdo de las barbaridades que han soltado Marhuenda y su troupe justo por ese motivo de algunos políticos de la izquierda española, la mandíbula se me descuelga de puro pasmo.

Suárez, como buen negociador y buscador nato de consensos, también negoció con ETA. Hasta en cinco ocasiones (y esto está perfectamente documentado) se reunieron sus enviados con representantes de la organización terrorista. Y esto en unos tiempos en los que raro era el día en el que si no había un muerto es que había cinco. Os podéis hacer una idea de lo que dirían el TDT Party o el mismo Marhuenda hoy sobre él? Me retumban los tímpanos sólo de pensar en las voces indignadísimas que levantarían.

A Suárez, efectivamente, el PSOE le zahirió con una oposición a lo bestia que le hizo muchísimo daño político, pero quien verdaderamente lo machacó y lo achicharró fueron sus propios correligionarios. Desde la derecha le vinieron los peores dardos, los más envenenados. Los militares y la guardia civil nunca le perdonaron la legalización por sorpresa del PCE ni lo que ellos entendían como mano blanda con ETA. Y hasta la Iglesia Católica le echó la cruz por la Ley del Divorcio de 1981. Y qué decir de la soledad de Suárez en el Parlamento, cuando toda su bancada se salía del hemiciclo para no tener que votar con él? Todos los suyos le abandonaron, y muchos ni siquiera le dirigían la palabra. Les faltaba nada más que escupirle, si es que algunos no lo hicieron.

Y ahora de repente van entre todos y lo beatifican. Si ese pobre hombre levantara la cabeza se volvería a morir ipso facto de un síncope al ver toda esta fiebre suarecista, esta suárezmanía súbita… O igual mandaba a todos a tomar por culo, después de soltar un inmenso lapo dedicado a todos sus entusiastas neofans. Yo es lo que haría en su lugar.

En fin, para los que tengáis interés en saber más cosas sobre Suárez, la transición y todo lo que pasó en aquellos peligrosos años recomiendo el libro de Javier Cercas “Anatomía de un instante”, que debería ser de lectura obligatoria en todos los institutos de España. Por supuesto hay muchos otros biógrafos y estudiosos de la transición pero Cercas nos cuenta la historia de una forma muy amena, casi novelada, aunque todo lo que relata son hechos perfectamente documentados e históricamente certificados.

Si no lo habéis leído todavía ahora es un buen momento. Y lo váis a flipar, igual que lo estoy flipando yo.

jueves, 20 de marzo de 2014

Esto es la guerra!!!! (Segunda parte)

Pues sí, como era de prever, ha habido segunda parte del episodio guerrillero contra esa mafia del crimen organizado que son los vigilantes de seguridad. Ya sabía yo que la cosa no terminaba ahí y que esta gente, una vez lanzado el primer misil, no iba a parar.

Esta vez los hechos ocurrieron en la estación de Rabanales. La que suscribe estas letras, tras el último altercado, había sido obediente como una niña buena y había dejado de pedalear en la estación de Córdoba (bueno, excepto un pequeño residuo de rebeldía que me impulsaba de vez en cuando a aposentar mi culo en el sillín un par de segundillos y burlar a los vigilantes avanzando en la bici un par de metros, pero vamos, la tónica general era la obediencia y la asquerosa sumisión a la autoridad). Sin embargo no creía yo que la prohibición de montar en bici se extendiera a nuestro pequeño apeadero de Rabanales. Para no extenderme demasiado, procedo a relatar los hechos:

Me subo tranquilamente en mi tren, último vagón, y se sube otro esbirro del poder justo detrás de mí. Yo, que estaba desprevenida e ignoraba qué absurda norma podía haber infringido esta vez lo miro interrogante. El tipo, muy sonriente, me espeta tal que así:

- No sabes que no se puede montar en bici en el andén? No será que no te lo hemos dicho veces.

Yo toda patidifusa no daba crédito.

- Comorrrrrrrrr? Pero bueno, es que aquí tampoco se puede? Hasta este Campus perdido de la mano de Dios llegan los tentáculos del poder?

- Pues sí, esto es una estación también.

Yo ya harta de coles y dispuesta a enfrentarme al tipejo:

- De verdad no tenéis otra cosa mejor que hacer? No hay nada más que vigilar? No hay ningún delito que perseguir que no sea el de montar en bici en el andén?

- Oye, yo me limito a hacer mi trabajo.

Yo ya toda disparatada, con la vena “niña del exorcista” a punto de estallar:

- Esto es un trabajo? Y que paguen a la gente por hacer esto! Por perseguir a la gente honrada y pacífica que no molesta ni perjudica a nadie!! Pues vaya trabajo.

- Oye, no te pases que…

Pero yo ya había entrado en barrena:

- Claro que cada cual trabaja donde puede o donde le dejan o donde se merece.

Y aquí el tío, que se pone sucesivamente azul, verde y amarillo:

- Es la última vez que te aviso. La próxima te voy a tener que pedir la documentación y ponerte una denuncia.

Rayos y centellas!!!! Cucha tú el tío. Sólo es un proyecto de ley y ya va por ahí amenazando al personal con pedir documentaciones y poner denuncias.

Yo ya estaba completamente entregada y levanté altaneramente la cabeza. Tenía la palabra “mamarracho” en la punta de la lengua pero con un esfuerzo sobrehumano me contuve, y respondí con mucha tranquilidad lo mismo que le dije al otro vigilante:

- Tú haz lo que tengas que hacer, que yo haré lo mismo.

Y me di media vuelta dándole la espalda con resolución y desparpajo.

El tipo se quedó con dos palmos de narices pero hizo algo que no me esperaba: se quedó en el vagón, de pie justo detrás de mí y sin quitarme ojo (lo sé porque yo lo veía por el rabillo del mío). Probablemente esperaba a ver si yo cometía alguna otra infracción por la que poder ponerme la ansiada denuncia, así que me puse supertiesa, dispuesta a no cometer el menor error, cogí mi libro, y aunque estaba totalmente sulfurada, con la adrenalina a tope, hice como que estaba leyendo y que pasaba olímpicamente del vil esbirro.

Está claro que esto ya es una guerra oficialmente declarada. Soy yo contra todos ellos, pero no pienso rendirme, por lo menos en la estación de Rabanales. En la otra he sucumbido por lo de las cámaras de seguridad pero en el Campus me niego. En cuanto los pierda de vista pienso montarme en mi bici sí o sí.

Y la próxima vez que uno de ellos se me acerque, aunque sea para preguntarme la hora,  dejaŕe salir de mi boca ese “Mamarracho” que en esta ocasión he reprimido. Palabrita.

(Probablemente continuará)