Queridos amigos, como cada verano aquí van mis recomendaciones literarias del año.
Ya sabéis que todos estos libros pueden encontrarse en nuestra Biblioteca Universitaria.
1. Solo humo, by Juan José Millás. El día que cumple 18 años Carlos recibe la noticia de que su padre, que lo abandonó en su infancia, ha muerto y que ha heredado su casa. Allí descubre que su padre era un apasionado lector y aunque Carlos nunca ha sido aficionado a los libros comienza a leer un volumen de cuentos de los hermanos Grimm. De repente ha entrado en un mundo desconocido, una parte de él se ha introducido en esos cuentos mientras que la otra parte sigue tumbada en la cama. Poco a poco empieza a confundir la vida real con esa otra vida paralela que transcurre dentro del libro. La novela es muy del estilo de Millás, ese tipo de historias en las que se mezclan constantemente realidad y fantasía, con un toque kafkiano que es una locura total. Es cortita y se lee con gusto, aunque personalmente prefiero otro tipo de literatura algo más pegada a lo terrenal.
2. A corazón abierto, by Elvira Lindo. Este es un relato autobiográfico, un verdadero desnudo integral, no solo de la propia Lindo sino de toda su familia, muy especialmente de sus padres, y muy concretamente de su padre. Sí, aquel abuelete tan simpático que ella retrataba en sus artículos de la serie "Tinto de verano" resulta que ni era tan simpático ni tan entrañable ni tan encantador. Parece que tenía un lado oscuro bastante potente, y aquí su hija lo pone de manifiesto sin paliativos. Hay que ser muy valiente o pasar mucho de todo para hacer algo así, porque para empezar su propia familia, sus hermanos, sus tíos, no han debido de tomarse bien este ejercicio de nudismo emocional que los incluye a todos. A mí por contar anécdotas mucho más inofensivas en mi blog hay hasta quien ha dejado de hablarme. En fin, ignoro el motivo por el que Lindo, tras la muerte del señor, decide relatar con tanta crudeza su realidad familiar, pero os aseguro que es una historia digna de ser leída. La novela culmina con un cuento sobre un momento de la infancia de su padre que para la autora explicaría buena parte de su extravagante personalidad. El cuento sí es una especie de homenaje, sentido, intenso y conmovedor, hacia la figura paterna. Yo diría que es como una catarsis reconciliatoria. Ah, un dato importante, tanto la ilustración de portada como las interiores son obra del hijo de Elvira, Miguel Sánchez Lindo, supongo que basadas en fotografías familiares. Me han encantado, porque aportan un plus visual muy chulo a la historia.
3. Bajo el magnolio, by Marina Mayoral. Seguimos por territorio peninsular pero ahora nos vamos a Galicia. Una escritora que narró hace años en una novela la historia de Laura acude ahora al Pazo donde vive Paco para conocer su versión de los hechos. Mayoral retoma a los personajes de su novela "Un árbol, un adiós" para mostrarnos que de una misma historia siempre puede haber distintos puntos de vista. Como no he leído ese otro libro me temo que ahora tengo esa cuenta pendiente. En modo monólogo interior, a veces dirigiéndose a la difunta Laura y a veces a la narradora, Paco nos va contando su vida, justificando sus decisiones, defendiendo a capa y espada sus razones. Y pone al lector ante un dilema vital: con qué te quedas, con la vida real o con la soñada? Con tu pareja real, con la que has compartido la vida, o con aquella otra que pudo haber sido y no fue? O como diría el gran Sabina: solo calan los besos que no has dado, los labios del pecado? Yo ahí lo dejo. Y ahí está la novela, para quien quiera leerla.
4. Púa, by Lorenzo Silva. Va tocando un thriller: suspense, acción, emoción. Aprovecho la ocasión para recomendar a los amantes del género la serie de novelas de los guardias civiles Bevilacqua y Chamorro, de Lorenzo Silva. Esta novela no tiene nada que ver con la serie, salvo el talento narrativo del autor. Aquí hay mucha guerra sucia, mucho barro y mucha cloaca. El protagonista es Púa, un personaje que participó en la guerra sucia contra el terrorismo y que un buen día recibe un mensaje de su compañero de fatigas, Mazo, que le pide un favor personal. Púa no puede negarse porque le debe la vida a su amigo, y a partir de ese momento se van intercalando capítulos que narran las acciones del protagonista para cumplir los deseos de su colega, y otros episodios en los que va relatando cómo llegó a convertirse en parte de esas cloacas de las que todos hemos oído hablar y tan poco sabemos. Silva es un maestro del suspense, sabe cómo mantener al lector atado a sus historias, pero además es un tipo que aprovecha su indudable talento novelístico para hacer unas reflexiones personales muy interesantes. Además, y esto puede que algunos no lo sepáis, es autor de obras de literatura infantil-juvenil bastante cotizadas. Y escribe conjuntamente a tres manos con su hija y con su señora esposa. Vamos, este tío es un máquina, le cabe todo y tiene para todos los gustos, así que hago una recomendación general de toda su obra. Tengo el convencimiento de que pasará a la historia de la literatura patria sin lugar a dudas. Premios tiene ya para dar, vender y regalar.
5. El lunes nos querrán, by Najat El Hachmi. Premio Nadal 2021. No sé hasta qué punto este libro contiene elementos autobiográficos de la adolescencia y primera juventud de Najat pero apuesto a que se le parece bastante. La cosa va de una chica de procedencia marroquí (una "mora", como se define ella misma), que vive en una localidad de Barcelona (Najat se crió en Vic) y que tiene que enfrentarse cada día a una cultura, la de sus padres, con la que no se identifica lo más mínimo, frente a otra, "la nuestra", en la que se considera un bicho raro. Es un libro duro, con episodios bastante impactantes. Tengo que decir que después de leerlo me quedo bastante preocupada por la "tolerancia" con la que nuestra sociedad está aceptando modelos culturales regresivos con los que igual no tendríamos que ser tan comprensivos. La lucha de estas chicas simplemente por poder salir a la calle sin velo en la cabeza, con los labios pintados o con unos vaqueros da mucho que pensar. Luego están esas otras esclavitudes que impone la otra cultura, la "nuestra": la obsesión por el cuerpo, el abandono de los hijos por seguir una carrera profesional, las distintas formas de expresar la sexualidad... En fin, da mucho que pensar, pero sobre todo es una lectura que nos ayuda a entender a esas mujeres que, viniendo de culturas muy machistas, violentas y ultraconservadoras, han conseguido salir adelante y pelear por su puesto en una sociedad que casi nunca se lo pone fácil. Al final, como dice la protagonista, "lo único que queríamos era ser amadas. Tal como éramos, sin más. Sin tener que recortarnos ni adaptarnos ni someternos". Muy recomendable, y además como está editado en la colección Booket lo puedes llevar en el bolsillo del pantalón.
6. La ciudad, by Lara Moreno. Nos situamos en Madrid, en un edificio del barrio de La Latina. Tres mujeres: Oliva, Damaris y Horía. Oliva tiene una relación completamente tóxica con Max en la que la violencia va adueñándose poco a poco de sus códigos de pareja. Algo más abajo está Damaris, colombiana. Ella no vive ahí pero cuida de unos gemelos desde prácticamente su nacimiento. Por último tenemos a Horía, inmigrante marroquí, recién llegada al edificio para encargarse de la portería. A través de estas tres historias Lara Moreno nos entrega un retrato inquietante del mundo de las relaciones, tanto de pareja como de vecindad, laborales, familiares, etc. Hay muchísima violencia en las vidas de estas mujeres, a veces contenida, a veces explícita. Tengo que decir que me ha despertado sentimientos encontrados, concretamente la historia de Oliva me ha irritado bastante porque encuentro que hay en ella exceso de victimismo, me cuesta mucho entender los mecanismos que llevan a algunas personas a soportar ciertos niveles de toxicidad en la pareja. De todas formas Lara ha sido un gran descubrimiento porque tiene una narrativa llena de sutileza, con muchísimos matices, que exige en el lector un fuerte grado de intuición. Y también porque convierte la ciudad de Madrid en una protagonista más de la novela.
7. Nadie te encontrará, by Chevy Stevens. Toca cambio de tercio total. Nos vamos a Canadá, concretamente a Vancouver. Ya el año pasado recomendé otra novela sobre una chica secuestrada, "La habitación", no sé si os acordaréis. Pues aquí tenemos la misma temática, pero muy distinto planteamiento. Nuestra protagonista ha vivido un año secuestrada por un tipo y la novela consiste en el relato que le hace a su terapeuta de la experiencia, que naturalmente la ha dejado tocadísima. Es la típica historia con mucha intriga, giros y vocación cinematográfica, pero la cuestión es que engancha, tiene partes muy interesantes. Sobre todo está bastante bien todo lo que pasa durante el secuestro, es muy creíble y dan verdaderas ganas de asesinar al tipo. Luego, ya a partir de que la muchacha es liberada, se entra en otro nivel narrativo más tipo best-seller, con algunos vericuetos un tanto inverosímiles, pero en fin, tiene su punto y lo recomiendo como entretenimiento sin más. No le van a dar el Nobel de Literatura por esto, pero si lo que quieres es pillarte a tope con un libro ésta es una buena opción.
8. Volver a dónde, by Antonio Muñoz Molina. Bueno, pues después de leerme esa especie de memorias de Elvira Lindo que fue "A corazón abierto" ahora me meto de lleno en las de su marido. Al final van a ser casi como de mi familia. Esto no es una novela ni tampoco una autobiografía propiamente dicha, pero sí hay muchos elementos autobiográficos. Es más bien como un diario de la pandemia que Muñoz Molina fue escribiendo durante el confinamiento y en los meses inmediatamente posteriores, cuando entrábamos en la fase 1, en la 2, en la 3... No sé si os acordaréis de esas olas que iban y venían, la 2ª ola, la 3ª, que vieneeeeee... Bueno, pues el autor va intercalando sus reflexiones de aquellos momentos con sus memorias de infancia en un entorno rural, en su Úbeda natal, y nos habla de sus padres, sus tíos, sus abuelos, su amplísima familia. Esos recuerdos que todos guardamos de nuestra niñez y que en el contexto de un encierro como el que vivimos durante la pandemia, cobran nuevo relieve. Quién no ha aprovechado esos meses de aislamiento para rememorar su vida, para plantearse y replantearse esos recuerdos? Pues es lo que hace Antonio, y a la vez que nos relata cómo fue su encierro con Elvira, sus momentos en el balcón de su casa cuidando las plantas y mirando la calle con su copa de vino en la mano, nos hace partícipes de todo su mundo interior, que se entiende mucho mejor si viajamos con él a ese pueblo de Jaén en el que nació y creció. Me estoy dando cuenta de que esto de leer memorias mola bastante porque combina en un mismo pack literatura, historia y salseo. Ah, y nuevamente la ilustración de cubierta es de Miguel Sánchez Lindo, el hijo dibujante de Elvira. Y me ha encantado.
9. Quién quiere ser madre, by Silvia Nanclares. Seguimos con historias autobiográficas. En este caso Silvia llega a los 40, recién enamorada de un tipo bastante más joven y a punto de perder a su padre, un referente vital para ella. Y de repente aparecen unas ganas locas de retar a su reloj biológico y tener ese hijo que nunca antes se había planteado. Comienza una odisea que puede que a algunas os suene de algo. Ponerse al lío con entusiasmo, la frustración consiguiente cada vez que no es no, el ponerse ya en plan a saco y con la libido por los suelos, y luego... ésta es una novela que van a entender fundamentalmente las mujeres, sobre todo las que hayan vivido algo parecido o las que se lo estén planteando en este momento. En todo caso va dirigido especialmente a ellas, pero también a los hombres que comparten esos procesos, que también a más de dos les sonará.
10. Tus pasos en la escalera, by Antonio Muñoz Molina. A este paso me voy a hacer experta en la pareja Lindo-Muñoz Molina. Después de sus memorias de la pandemia me he picado y me han entrado ganas de leer más cosas de Antonio, y así cubro el cupo masculino de mis lecturas. En esta novela el protagonista espera en Lisboa el regreso de su mujer. Se han mudado desde Nueva York a la capital portuguesa y él prepara el apartamento para que todo esté listo cuando ella vuelva. Cecilia, la esposa, es la gran ausente, pero pese a ello su presencia fantasmal es constante. Él solo vive para esperarla, está totalmente entregado a la noble causa de atender todos los deseos de Cecilia. Hasta el punto de que tanta abnegación devota da pelín grima, la verdad. Quien espere acción en esta novela no la va a encontrar. Hay una constante tensión argumental pero realmente no pasa nada. Muchos recuerdos y muchos proyectos para cuando la mujer regrese, pero lo que es el presente prácticamente se reduce a no hacer nada. Es una historia no apta para todos los públicos por esa falta de acción, pero a mí me ha gustado.
11. Los chicos de Hidden Valley Road, by Robert Kolker. Cambio de chip total. Este libro se subtitula "En la mente de una familia americana", y es exactamente eso, la biografía novelada de una familia americana de gente muuuuy perjudicada. El autor no es novelista sino periodista y este es el resultado de su extenso e intenso trabajo de investigación sobre los Galvin. Creo que nunca antes había recomendado este tipo de libros más divulgativos que literarios, pero desde el principio me atrajo mucho el tema y me ha parecido muy interesante para que figure aquí entre mis lecturas favoritas. Os cuento. Don y Mimi se casan allá por los años 40 y tienen la friolera de doce hijos, de los cuales nada menos que la mitad resultan ser esquizofrénicos. La historia es terrorífica. Manías persecutorias, delirios varios, intentos de asesinato, violaciones... Vamos, truculencias para todos los gustos, y lo peor es que todo ello ocurrió en la realidad, no en la calenturienta mente de un escritor chiflado. Entre tanto el autor nos va narrando la historia de la esquizofrenia en el contexto de la Psiquiatría. Confieso que esos capítulos formativos intercalados me los he saltado porque lo que me tenía pilladísima era la historia de los Galvin, a la que no le falta detalle. Si estáis interesados en el tema el relato es apasionante e impresionante. Auténtica literatura de terror. Eso sí, real como la vida misma.
12. Todas las piezas rotas, by John Boyne. Os acordáis de "El niño con el pijama de rayas"? Es un libro que en su día nos impresionó a los que lo leímos y/o vimos la película a la que dio lugar. Bueno, pues esta sería la continuación de esa terrible historia. Qué pasó con los supervivientes? Que fue de la madre y la hermana del niño Bruno, después de que él muriera por error en la cámara de gas? Cómo sigue una viviendo después de algo así? Gretel era la hermana de Bruno y nos lo va contando desde su apartamento de lujo en Londres, ya en la ancianidad. La novela transcurre en cuatro etapas de la vida de Gretel: su huida a París con su madre después de la guerra; su viaje posterior a Australia pretendiendo escapar del pasado; su llegada a Londres, donde se establecerá definitivamente; y el momento actual, recién acabado el confinamiento. Como el propio Boyne afirma, esta historia va sobre la culpa y el duelo. Yo añadiría que también va sobre la redención y el perdón. Pienso que alguna de las historias paralelas se le va un pelín de las manos, pero no cabe duda de que el relato es apasionante y de que Boyne es un excelente narrador. A los que se quedaron enganchados en su día de aquel niño ingenuo que tuvo tan triste final les recomiendo muy especialmente esta lectura.
13. El otro barrio, by Elvira Lindo. Con esta novela la autora debutó en el mundo de la literatura para adultos. Esta es una reedición, puesto que la novela se publicó en 1998, y lleva años siendo lectura obligatoria en institutos de toda España. Es probable que algunos la hayáis leído ya, pero para mí ha sido una grata sorpresa tardía. Después de Manolito Gafotas, la transición a la edad adulta tenía que pasar por la adolescencia forzosamente, y de ahí surge la figura de nuestro protagonista, Ramón Fortuna, un chaval de Vallecas que por pura mala suerte (ojo a la paradoja del nombre) se ve envuelto en una serie de macabros acontecimientos que lo llevan a un centro de menores. Es una novela muy naif, escrita con un estilo aparentemente sencillo, incluso infantil, lo que hace que su lectura sea también sencilla y muy amena. Costumbrismo de barrio periférico, mezcla de comedia y drama urbano, refleja con gran acierto esas incertidumbres juveniles que a todos nos angustiaron en esa etapa de nuestras vidas. La ilustración de cubierta de nuevo corre a cargo de Miguel Sánchez Lindo, el hijo de la autora, que ha sabido captar perfectamente el espíritu de los personajes tan entrañables que describe su madre.
14. Afortunada, by Alice Sebold. Y regresamos al mundo de las experiencias personales. En este caso una especialmente dura. La famosa escritora norteamericana cuenta cómo fue brutalmente violada a los 18 años. El relato de la agresión es estremecedor pero lo que viene después no es mucho mejor. El recorrido judicial, la incomprensión social, la sensación de bicho raro, la necesidad de contar su experiencia... todo eso está en la base de estas confesiones. Teniendo en cuenta que esto ocurrió en Estados Unidos, donde la justicia es relativamente rápida, no quiero ni imaginar lo que hubiera pasado esta chica aquí, donde este tipo de juicios se alargan indefinidamente. Los hechos ocurrieron en los años 80, y la violación de Alice fue lo que podríamos llamar de manual, es decir, indudable. Chica virgen, vestida con ropa holgada, no había bebido ni se había drogado, y fue violentamente golpeada y amenazada de muerte. Y con todo y con eso el proceso fue durísimo y la dejó marcada para siempre. Por suerte las cosas han cambiado mucho y hoy en día la sociedad es bastante más compasiva con las víctimas de violación. Pero de todas formas testimonios como los de Sebold hacen que nos demos cuenta de lo duros que fueron otros tiempos y de lo mucho que hemos avanzado. Aviso de que el relato no es apto para espíritus pusilánimes. O fusilánimes, que diría mi madre.
15. La casa del propósito especial, by John Boyne. Como me gustó bastante la continuación de la historia del niño del pijama de rayas he vuelto a Boyne. En este caso nos remontamos a la Rusia de los zares, donde un adolescente de familia humilde llamado Georgi por casualidades de la vida termina viviendo en el Palacio Imperial junto a la familia del zar Nicolás. Muchos años después Georgi, ya anciano, cuida a su mujer Zoya en un hospital londinense donde ella está agonizando. Poco a poco va recordando la historia de su vida. Cómo tuvieron que huir de Rusia tras la revolución bolchevique y terminaron en Londres, él de bibliotecario en el British Museum, y ella de profesora en la Universidad. Por el camino van pasando los grandes acontecimientos históricos del siglo XX a través de la mirada de estos dos supervivientes. Si obviamos la parte romántica, que para mi gusto se sobrepasa en glucosa, se lee con agrado. Y aunque sea a través de una mirada un tanto edulcorada hace un repaso histórico bastante fiel a los acontecimientos que llevaron al asesinato de la familia Románov y la posterior instauración del régimen soviético. Lo digo porque después de leerlo me he documentado sobre el tema para comprobar hasta qué punto el relato de los hechos se parece a la realidad, y sí, se parece bastante. Creo que puede gustar a los amantes de la novela histórica.
16. Pequeñas desgracias sin importancia, by Miriam Toews. Cruzamos el charco y nos vamos a Canadá. Elfrieda es una pianista de éxito que no tiene otro deseo que morir. Yolandi es su única hermana y su principal deseo es impedir que Elfrieda muera, cosa que tiene difícil porque ya lo ha intentado varias veces y no está dispuesta a desistir. Y en ese tira y afloja en torno al suicidio se desarrolla la relación entre las dos. Es muy difícil convencer a una persona que no le encuentra sentido a la vida para que siga viviendo, intentar insuflarle esas ganas que le faltan. Yolandi lo intenta constantemente pero una y otra vez se estrella contra el muro de la falta de apego a la vida de Elfrieda. Toews plantea temas tan espinosos como la eutanasia por enfermedad mental, algo que no todo el mundo entiende ni acepta pero que con esta lectura adquiere nuevos matices para la reflexión.
17. Noches sin dormir, by Elvira Lindo. Bueno, definitivamente a estas alturas ya casi puede decirse que soy una especialista en el matrimonio Lindo-Muñoz Molina o Muñoz Molina-Lindo, tanto monta monta tanto. Podría escribir la biografía de esta pareja con los ojos cerrados, tal es mi grado de conocimiento sobre ellos. Pero es que ya metida en materia no podía perderme este diario escrito por Elvira durante su último invierno en Nueva York y aderezado con magníficas fotografías tomadas por ella misma. Con esa narrativa tan visual propia de la autora no cuesta nada trasladarse al gélido invierno neoyorkino, a la nieve en sus calles, a las luces de la ciudad, a esos restaurantes tan acogedores que sirven de refugio, a las tiendas y mercadillos, a los personajes con los que Lindo se va cruzando: su peluquero, el chico de las setas, su amigo científico, su camarero favorito... Y cómo no, eternamente presente su Antonio. Yo es que ya no soy capaz de verlos como entes autónomos, sino como una simbiosis, Elviantonio o Antoelvira, tal es el grado de compenetración y enamoramiento perpetuo en el que viven. Da incluso un pelín cringe tanto superamol, la verdad, porque además ella habla de su marido casi como si de un trofeo se tratara, algo muy propio de las mujeres que antes de esposas fueron amantes y no son capaces de olvidar que tuvieron que competir por la posesión de ese hombre. Pero lo importante es que el libro mola y que, las cosas como son, ella transmite muy bien. Ha sido como pasar yo misma el invierno en Nueva York, solo que calentita en mi casa. Ah, y me he sentido muy identificada con el título: noches sin dormir. Qué me vas a contar, Elvi??
18. El grito de la gaviota, by Emmanuelle Laborit. Y seguimos con los testimonios personales, que le he cogido gusto al género. En este caso es la autobiografía de una actriz, y fundamentalmente gira en torno a la sordera que padece la protagonista. La recomiendo porque me ha parecido muy interesante cómo cuenta su extrañeza frente al mundo ante la incapacidad de comunicarse con las personas que oyen. Emmanuelle nace en los años 70, cuando aún no se había admitido como sistema de comunicación en Francia el lenguaje de signos sino que intentaban enseñar a los niños sordos a hablar sí o sí a través de ortofonistas, lo cual los abocaba irremediablemente a un oscuro mundo de soledad. Durante gran parte de su infancia su única forma de llamar la atención era gritar, como las gaviotas. Cuando a los 8 años descubre el lenguaje de signos halla al mismo tiempo la manera de conectarse al mundo y ya todo cambia. Laborit relata su infancia y adolescencia con un lenguaje muy naif, hay que tener en cuenta que ella traduce a palabras su forma habitual de comunicación, que son los signos, y eso se nota mucho en su forma de expresarse. Un pequeño descubrimiento que ha conseguido conmoverme profundamente. Por cierto, se me ha escapado un curso de lenguaje de signos que han hecho en la Facultad, cagoento!! Estaré pendiente para apuntarme al próximo.
19. Proletaria consentida, by Laura Carneros. Otro hallazgo. Esto no sé si lo catalogaría como novela o como colección de relatos breves. La cuestión es que tienen una continuidad temporal y forman una trama argumental más o menos. Lidia es una casi treintañera sin mucho porvenir que ha estudiado periodismo, quiere ser escritora pero no tiene dónde caerse muerta y vive en casa de sus padres, que tampoco es que sean millonarios. Una familia de la desaparecida clase media, ahora clase pobre, con una hija que no se va de casa ni con agua caliente porque no tiene dónde ir. Con breves pinceladas impresionistas de lo que es su vida nos podemos hacer a la idea de lo que están pasando en este momento miles y miles de jóvenes en su misma situación. Frustrados por la falta de perspectivas laborales, sin posibilidad de emanciparse dignamente, manteniendo relaciones sexuales y afectivas basadas en la falta de compromiso y de futuro... tal vez una generación perdida?? El tiempo lo dirá. Interesante su punto de vista. Además tiene un fino sentido del humor, bastante negro y muy ácido.
20. Vengo de ese miedo, by Miguel Ángel Oeste. Otro relato personal. Parece que este es el año de las memorias. Y prometo que esta vez no lo sabía, que empecé a leer el libro pensando que era ficción, pero de ficción nada de nada. Es un testimonio del autor, y además menudo testimonio. Oeste nace en Málaga en el seno de una familia bastante poco normal. En resumidas cuentas, intentando no hacer demasiado spoiler, fue un niño maltratado, tanto por su padre como por su madre, ambos alcohólicos y drogadictos. Es un tío totalmente traumatizado por una infancia llena de terrores y escenas truculentas. Ya os podéis imaginar que no es tampoco un libro apto para todo el mundo. Muchas escenas no es ya que sean desgarradoras, es que son directamente gore. Todo gira en torno a la angustia y el miedo que todavía siente, aun siendo ya un tío cincuentón. Si leéis su historia entenderéis por qué. Aunque repito, abstenerse espíritus sensibles y estómagos delicados.
21. He jugado con lobos, by Gabriel Janer Manila. Pues aunque ya esto suene a cachondeo este es otro relato personal. No narrado directamente por el protagonista pero sí basado en su historia, en una historia real. Gabriel Janer hizo su tesis doctoral en Pedagogía sobre los niños salvajes, concretamente sobre la problemática educativa de esos niños criados a la buena de Dios. Se centró en el caso de Marcos, un niño vendido por su padre y posteriormente abandonado en un valle a los 8 años para cuidar cabras. Marcos vivió hasta los 20 años solo en una cueva teniendo como únicos amigos a los animales del bosque. Una culebra era su mejor amiga, los lobos sus compañeros de juegos, las águilas sus iconos voladores y las cabras sus hijitas. Esa era su familia y él era feliz allí. Se nutría de plantas que veía que comían los animales y de lo que cazaba y pescaba con mecanismos que él mismo ideaba. Un día lo encontraron en su particular paraíso y lo llevaron de vuelta a la "civilización". Descubrió que el hombre es un animal mucho más peligroso que todos los que había conocido en su valle. Y hasta aquí puedo contar.
22. Asesinato en el Richelieu, by Anita Blackmon. Cambio absoluto de tercio. Para los amantes del suspense la editorial Siruela recupera esta antigua joya del misterio. Blackmon escribió solo dos novelas en su vida, ambas protagonizadas por la oronda solterona Adelaide Adams, que nos retrotraen a los años 30 del siglo pasado en una timorata ciudad de provincias americana. La señorita Adams es una mezcla entre la Miss Marple de Agatha Christie y la Jessica Fletcher de "Se ha escrito un crimen". Los fans del género ya sabéis los elementos básicos: mogollón de sospechosos, un montón de secretos que todo el mundo quiere ocultar, tramas rocambolescas que se entremezclan, grandes pasiones, y la cotilla del lugar, que en todo se fija y ningún detalle se le escapa. Francamente después de tantas historias reales dramáticas se agradece este respiro canallesco. Yo, que me he leído absolutamente toda la obra de la gran Agatha, he disfrutado muchísimo con este pequeño hallazgo que oí como recomendación en la radio y ha respondido a todas mis expectativas. Debo decir que, pese a mi dilatada experiencia como sabuesa literaria, no descubrí al culpable.
23. La casa de las miniaturas, by Jessie Burton. Nos vamos a los Países Bajos, a la época de los grandes viajes comerciales a las Indias Orientales. Nella contrae matrimonio concertado con Johannes, un rico mercader mucho mayor que ella, y se traslada a Amsterdam a vivir con él, con su hermana soltera y dos criados. Pronto descubrirá que su vida de casada no tiene nada que ver con lo que había imaginado. Su marido le regala una reproducción en miniatura de su casa, y esa se convierte en su principal distracción. Comienza a encargar muebles para la casita y poco a poco le van llegando sus pedidos junto con unas figuritas que representan a cada miembro de la familia y que le ayudarán a descubrir los secretos que se guardan entre esas paredes. Burton hace un elegante retrato de una ciudad puritana y opresiva en la que la estricta moral protestante ahoga a sus habitantes. Es una historia muy tierna, aunque aviso que tiene un tufillo feminista un tanto anacrónico e irreal, porque no creo yo que en la sociedad holandesa de 1.680 hubiera demasiada conciencia de género, pero bueno, es lo que hay en buena parte de la literatura actual: mujeres decididas y valientes frente a hombres sistemáticamente cobardes y egoístas. Sin duda esta novela será del completo agrado de las muy cafeteras del "empoderamiento" femenino.
24. La librería de la esperanza, by Stephanie Butland. Bueno, pues esta novela es mi última recomendación de este año, y a su vez contiene en su interior otro montón de interesantes recomendaciones literarias. Transcurre en el 2020, año de la pandemia, y va de una librería de segunda mano que sobrevive a duras penas durante el confinamiento, hasta que su dueña tiene la gran idea de usar los libros como terapia, creando una especie de "farmacia literaria". De este modo la gente le escribe contando sus cuitas y sus necesidades y, cual expertas en salud mental, ella y su empleada van diagnosticando males y recetando los libros que creen idóneos para cada situación y para cada persona. A ver, la historia es un tanto rocambolesca y bastante moñas (solo hay que ver el nombre de la protagonista principal, Loveday. Sí, lo sé, dan ganas de vomitar), pero contiene al mismo tiempo un montón de intrahistorias que suenan bastante verosímiles en esa etapa tan extraña que nos tocó vivir. Parejas de ancianos que estaban completamente solos, personal sanitario en estado de shock, amores y separaciones en pleno confinamiento, nacimientos de niños en completa soledad.... Muchas cosas que realmente sucedieron, y las recomendaciones literarias de la tal Loveday (ayyyyyy dioooooos!!!!) y su fiel escudera Kelly tienen su puntito. Al final de la novela viene un índice de todas las obras "recetadas" junto con la situación idónea para su lectura. En fin, es sencillita de leer, y para los bibliófilos la cantidad de obras que son citadas para "curar" las distintas afecciones del alma son muy interesantes. Yo me he apuntado unas cuantas que me gustaría pillar, en realidad casi todas.
Y en fin, con esta historia de libreras desesperadas en tiempos de pandemia doy por finalizado este post.
Como siempre os deseo un muy feliz verano, que difundáis mis recomendaciones entre vuestros amigos y familiares aficionados a la lectura, y que siempre tengáis un buen libro al que recurrir durante esas eternísimas siestas veraniegas, bien en la cama, en la playa, en la piscina o debajo de un chopo. Los libros nunca fallan como compañeros de viaje, ya sabéis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario