domingo, 8 de mayo de 2022

Voy a sacarme una espina, lo mío no es la cocina

Los que me conocéis bien sabéis que soy una persona totalmente negada para la cocina. Es sobradamente conocido que sólo sé cocinar pasta y sopas de sobre. Mis hijos nunca podrán decir aquello de "ayyyy, nada como el cocido de mi madre"!

De hecho mucha gente se pregunta cómo es posible que una tía como yo haya conseguido llegar a los 56 años sin haber aprendido ni a freír un huevo, sobre todo teniendo en cuenta que tengo hijos y que todos ellos han conseguido sobrevivir a la infancia y la adolescencia.

Muy fácil. De joven, mientras viví con mi madre, cocinaba ella, que por cierto tampoco le echaba mucho afán la pobre. Lo que pasa es que la olla a presión fue una gran ayuda para ella. Yo ni eso, porque no me gustan las presiones y siempre me ha dado mucho miedo el ruido de las ollas a presión, y la posibilidad de que exploten. Vamos, que antes metería en mi cocina a un estrangulador convicto y confeso que una olla a presión.

Luego, cuando me independicé y me fui a vivir con mi novio, tuve la buena suerte de que a él le gustaba el tema de la cocina.  Decidí que sería el padre ideal de mis hijos. No seáis mal pensados, no fue sólo por eso. Coincidió que me enamoré de él, y mira por dónde, sabía cocinar. Esto fue mi salvación y la de nuestros hijos.

Tampoco él tenía mucho tiempo para estas cosas, pero tuvimos otra salvación en los comedores escolares. Siempre buscamos guarderías y colegios que contaran con este servicio, que para nosotros era primordial e imprescindible. 

Muchas veces los niños venían del cole quejándose de la calidad del servicio, pero yo siempre les decía: "hay que acostumbrar al paladar a todo desde pequeños, y tenéis que comer de todo. Y además lo que no mata alimenta. No me salgáis melindres, que es lo peor que hay". Total, que los chiquillos comprendieron pronto que era o comer eso o no comer nada, y el instinto de supervivencia hizo el resto.

Con el tiempo nos separamos. Pero la cosa se resolvió porque él se echó una novia que era una grandísima cocinera. No os podéis ni imaginar. Delicatessen total, de hecho, había tenido negocios culinarios. 

Él nos seguía suministrando el sustento con las cosas que ella preparaba para nosotros. Ahí hubo un pequeño problema porque yo sabía que a ella no le caía yo especialmente bien. Y reconozco que hubo un tiempo en el que pensé que igual podía intentar envenenarme. A ver, que una sabe cómo están algunas cabezas por ahí. Que me paso la vida en Twitter rodeada de haters. Que sé que medio mundo sueña con matar al otro medio. Y que soy desconfiada de por mí misma, vamos.

No desconfiaba de las comidas que eran para todos. Sabía perfectamente que no iba a envenenar a toda la familia. Y menos a su propio novio. Pero luego había una cosa que me mosqueaba un montón. Que era cuando llegaba con un pequeño táper y me decía: "Esto lo ha hecho X especialmente para ti".

Hostiaaaaaaa! Ese "especialmente para ti" me torturaba muchísimo. Porque yo abría ese táper y... la pinta era en plan manzana de Blancanieves. Imposible no salivar. Uffff, era duro decidir. Porque era evidente que estaba rico, y el olorcito siempre era irresistible, pero... y si pretendía envenenarme? Esas cositas "especiales" para mí, cuando yo sé que me odias a muerte... 

En fin, lo resolví rápido también echando mano del refranero que siempre había usado con mis hijos. "Lo que no mata alimenta", y  además... qué coño, de algo hay que morir.  Aparte, que era comerme eso o tener que cocinar. La decisión estaba clara. Morir envenenada o encender los fogones. Diáfano.

Y aquí sigo, vivita y coleando. Tuve suerte y no fui envenenada. Mis hijos han conseguido llegar a adultos y son todos ellos guapos y tipositos. Yo diría que están bastante bien alimentados, a pesar de las quejas que tuve que soportar durante su infancia. Es verdad que nunca podrán decir que como el arroz de su madre nada, pero sí podrán decir que como la boloñesa de su padre no hay nada y que como... como todo lo de X no hay nada. X resultó ser una buena persona que nos ha mantenido vivos y sanos durante muchísimos años, independientemente de la opinión que tuviera sobre mí. Desde aquí se lo agradezco, además de confesar públicamente mis absurdos temores sobre un posible envenenamiento. 

En fin, ahora sobrevivo de los tápers que me traigo del curro. En realidad llevo años así. Mis hijos se han independizado algunos y otros no. De cualquier manera el tema de su alimentación sigue en manos de su padre.  A esta alturas ya debería ser cosa de ellos, pero han tenido la suerte, la misma que tuve yo, de dar con un padre muy protector que se desvive por ellos y por que estén bien alimentados. Nunca podré dar más gracias a la vida por haber tenido tanta suerte.

A menudo hablo del tema de los roles de género y de cómo en mi familia siempre han sido transgredidos  totalmente. Y este post es el ejemplo. Una tía que es un puto desastre total para las cosas de la casa (ya otro día hablaré de mi negación absoluta para la limpieza) y un tío que nos ha estado alimentando a todos desde que mi madre dejó de hacerlo. 

A Dios pongo por testigo de que... si no nos hemos muerto todos de hambre ha sido por ti. Desde aquí mil gracias.

Ps. Por cierto, mi madre siempre justificó mi desinterés por lo doméstico con aquello de "la niña es un cerebrito, es una intelectual, sólo vive para sus libros".

Ps2. Consejo: nunca le digáis eso a vuestros niños. Les estáis dando la coartada perfecta.

5 comentarios:

  1. Que me gusta leerte, es como si estuviese viendo una película, mejor un corto....que bien te lo pasas escribiendo "xq eres un cerebrito/intelectual" y que bien nos lo haces pasar a quien te leemos..... Te doy toda la razón de que cocinar en un rollo, además o te gusta o no te gusta....y quien lo hacemos lo hacemos xq no hemos tenido tanta suerte de encontrar quien nos lo hiciera, (bueno mi pareja no lo hace mal, pero cuando quiere..).
    Que me encantan tus post.😄👏

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    1. Muchas gracias por el piropeo. Me encanta que la gente se lo pase bien leyendo mis posts porque yo también me lo paso muy bien escribiéndolos.

      La verdad es que creo que he tenido mucha suerte encontrando siempre a personas que han cocinado para mí. También es cierto que yo le he echado bastante morro, las cosas como son. Igual no todo el mundo es capaz de echarle tanto. Pero como básicamente soy una tía muy práctica siempre me he buscado la vida para
      comer, y además comer muy bien, sin dar palo al agua. Lo cual no deja de ser un arte.

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  2. Creo que el dicho era "lo que no mata, engorda"

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    1. Bueno, deben existir varias versiones.

      En mi pueblo es "lo que no mata alimenta"

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  3. Pero tu lo has 'suavizado' un poco por el contexto de que hablas de la alimentación de tus hijos, jajajaja

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