miércoles, 16 de mayo de 2018

María de la O

Alguna vez os habéis parado a pensar en el sentido de los nombres? Habéis tenido un momento de lucidez en algún momento al escuchar un nombre y os habéis planteado su razón de ser?

Yo sí. De vez en cuando caigo en la cuenta de alguna etimología que me llama la atención, tanto en sustantivos comunes como en nombres propios. Ayer sin ir más lejos me pasó con una palabra: imperdible. Imperdible significa no perdible. Quien le puso el nombre a ese artilugio tuvo que pensar que su cualidad más determinante era ésa, su carácter de ser difícil de perder. Igual podría haberse llamado sujetacosas o sujetatelas; sujetador no, porque ya estaba pillado.  Pero no, le puso "imperdible". A saber sus razones. Por cierto, que es una falacia porque anda que no he perdido yo imperdibles en la vida.

Pues hoy estaba yo repasando el catálogo de la biblioteca cuando de repente me encuentro con una tía que se llama María de la O. Alto ahí! He sufrido un shock momentáneo. Qué clase de nombre es ése? María de la O? Cómo es posible que exista ese nombre y a quién coño se le ocurrió?

A ver, no es que no lo hubiera escuchado nunca antes. De hecho hay una canción que se llama así, no sé si la conoceréis:

María de la OOOOOOOOOO, qué desgrasiaíta gitana tú eres teniéndolo toooooooooo
Te quieres reiiiiiiiiiir y hasta los ojitos los tienes moraos de tanto sufriiiiiiiiiiiiiir

(Inciso: Que también habría que preguntarse eso de los ojitos moraos, porque los ojitos no se ponen precisamente moraos de sufrir; los ojitos se ponen moraos si te dan un puñetazo. Se refiere ese sufrimiento a la llamada violencia de género? Ah, vete tú a saber.)

Pero no es ése ahora el tema que nos ocupa. El tema es el nombre. Mira que habré escuchado yo veces esa copla pero oye, nunca me había planteado la cuestión onomástica.

En qué estaría pensando el que le puso la primera vez a una niña María de la O? Estaría beodo? Sería tartamudo y cuando llegó al registro lo que quería decir era María de la Oscuridad, pongamos por caso (nombres peores se han visto) pero se quedó en la O y de ahí ya no fue capaz de pasar?

El caso es que tuvo que haber una primera María de la O, a la que incomprensiblemente siguieron muchísimas más. Porque vale, pongamos que un tío borracho perdido o tartalilla fue al registro y le puso a su hija María de la O y el de la ventanilla en lugar de discutirle el nombre prefirió no meterse en líos y apuntarlo tal cual. Pero cómo se explica que luego un montón de gente más le pusiera a sus hijas el mismo nombre?

Y por qué ese trato de favor con la O? Habiendo veintitantas letras en el alfabeto por qué sólo se usa la O para llamar a la gente? Por qué no María de la U? O María de la P? O María de la W? O María de la Ñ, una letra tan nuestra, tan genuinamente española? Qué tiene la O que no tenga la Ñ, eh?

De entre todas las cosas cuya explicación se me escapa, ésta, aun pareciendo a simple vista una tontería, es de las de más enjundia. porque dice mucho sobre la arbitrariedad de la vida y sus circunstancias.

En fin, estoy segura de que llegará algún listillo que dirá: es que hay una virgen por ahí que se llama la Virgen de la O. Y qué, listillo? Estamos en las mismas. Por qué una Virgen de la O y no una Virgen de la I?

Bueno, fueraparte listillos y otros especímenes por el estilo, que éste es mi tema del día. Si a alguien se le ocurre alguna solución a este enigma ya sabe dónde encontrarme.

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