martes, 18 de julio de 2017

Todo sobre mi pelo

Hace tiempo escribí un post titulado "Me gusta mi pelo", y lo encabecé así porque era la primera vez en mi vida (cerca de los 51) que me permitía decir semejante cosa. En aquel post contaba la historia interminable de los odios y desencuentros que he mantenido durante toda mi vida con mi pelo.

Siempre he abominado de mi cabellera, la he odiado con fervor casi religioso, la he maltratado con saña, la he achicharrado a base de moldeadores y permanentes, la he guarreado con polvos de talco  y potingajos de todo tipo para contener la grasa...  Finalmente hace poco una amiga me dijo la frase mágica:

"Te vayas tú a creer que la Preysler tiene mucho mejor pelo que tú. Lo que pasa es que ella se lo cuida mientras que tú te lo machacas"

Y a partir de ese momento vi la luz. Me di cuenta de que, efectivamente, mi pelo no tenía nada que envidiar al de la filipina de oro y que sólo era cuestión de lavarlo todos los días para mantenerlo limpio, cepillarlo y darle lustre, y oye, lucía brillante y hasta bonito. Como dije entonces, no es que sea para un anuncio de Loreal pero da el pego.

Hoy voy un poco más allá. No es ya sólo que me guste mi pelo, amigos míos, es que lo prefiero mil veces al de la mayoría de las tías que conozco. Hasta ese punto llega mi entusiasmo recién nacido. Hay que ver que haya tenido que llegar yo a esta provecta edad para estar tan requetecontenta con mi melena, manda huevos.

Resulta que todas mis amigas y conocidas andan todo el día tintándose el pelo porque la que más y la que menos a estas alturas tiene canas a porrillos. Yo no, ni una. Bueno, miento, alguna veo de vez en cuando por ahí pero son tan pocas y están tan desperdigadas que ni se notan.

Además está el color. Lo que yo siempre había descrito despreciativamente como "color rata" o "mierda gato" ahora ya no me parece tan ratuno. Aunque mis amigas afirman rotundamente que soy rubia yo no estoy muy de acuerdo, pero ahora en verano, con el sol y el cloro, mi cabellera tiende a aclararse y adquiere una tonalidad similar a la que se consigue con las mechas brasileñas, más oscuro en la raiz y más claro hacia las puntas. Una degradación de color que yo luzco de forma natural sin tener que chamuscarme con productos capilares asquerosos de ésos que las tías se echan a destajo.

Y eso no es todo, amigos. Hablando el otro día con unas compañeras en el trabajo comenté que en estas fechas con tanto calor tengo por costumbre sacar de paseo a mi perrilla por las tardes recién duchada, con el pelo mojado. Así por lo menos salgo fresquita, aunque a los cinco minutos con la canícula el pelo esté completamente seco y yo asfixiá. Comentario unánime: uyyyyys, qué coñazo lavarse el pelo todos los días, y tener que pasarse el secador o la plancha!

Vamos, que aparte de tener que tintárselo todos los meses para taparse las canas, encima no pueden salir a la calle con el pelo mojado porque para tenerlo medio presentable necesitan una hora de arreglo!!!!!

Y yo toda la vida quejándome de pelo! Y resulta que soy la única que puedo permitirme salir a la calle con el pelo mojado tal cual salgo de la ducha. Porque no necesito ni secador ni plancha ni gomina ni laca ni nada, con solo pasarle el peine para desenredarlo queda perfectamente apañado él solito. Ole ahí esa melena guapaaaaaaa!

Ayyyyyyy qué pena que hagamos estos grandes descubrimientos tan tarde! Con lo que yo he sufrido  y padecido y maldecido a cuenta de mi triste melena, con lo que la he puteado, con las barbaridades a las que la he sometido... y ahora aquí estoy, escribiéndole una oda de amor y rindiéndole un sentido homenaje.

Vivir para ver. A la vejez viruelas.


2 comentarios:

  1. Esto del pelo me recuerda el chiste de la mujer que denuncia por acoso sexual a un compañero de trabajo, y cuando el juez le pregunta que en qué se manifestaba el acoso ella afirma que cada vez que se cruzaba con el acosador en el pasillo este le decía: "Qué bien te huele el pelo".
    El juez no entiende muy bien y le dice: "Pero eso no tiene connotaciones sexuales..."
    Y ella responde: "Es que mi compañero es enano..."
    Lamento el chiste tan malo, sexista, machista, incoherente y nosécuántas cosas más.
    Perdón por mi español...

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    1. Jajajajajaja! Me temo que has tocado seriamente nosecuantasmiles de sensibilidades: mujeres hipersensibles, enanos, calvos, jueces... puede que hayas tocado hasta la sensibilidad de Donald Trump. Y eso ya, amigo, son palabras mayores.

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