martes, 13 de junio de 2017

Los erráticos

Ya he hablado otras veces en el blog de esos peatones con los que me encuentro muchos días que caminan al estilo "pato mareao",  presentando un comportamiento tan errático en su caminar que consiguen descolocarme por completo y ponerme de los nervios.

Son realmente dignos de estudio. Son esa clase de personas que parecen llevar una dirección clara y tú ya vas a adelantarles tan feliz por el lado contrario, y de repente, sin motivo ni razón aparente cambian su trayectoria y tiran justamente para donde tú estás intentando adelantar.


A base de tropezarme con sujetos de éstos  me estoy convirtiendo en una auténtica experta en "caminantes erráticos". Los observo con curiosidad de entomóloga. Me tienen francamente fascinada con ese andar sin sentido ni razón. Se parecen a mis perras, que salen a la calle como elefantes en una cacharrería, dando tumbos pacá y pallá, se me enredan en las piernas, tropiezan entre ellas... en fin, un sindiós, pero claro en la especie canina esto puede ser explicable, pero en la humana ya es mucho más preocupante.

Hoy me ha vuelto a pasar lo de encontrarme  con el errabundo de turno, no podía ser menos un Martes 13.  El típico errático que lo ves desde lejos y ya empiezas a pensar: "Ahí está, mi pato mareao de la mañana, que no te falte de na, Inma. Gloria bendita pa mi niña. Míralo, ahora pallá ahora pacá, a saber qué habrá en esa cabecita si es que hay algo".

Y mientras voy pensando estas y otras lindezas sobre el personaje en cuestión voy calibrando también mis posibilidades de adelantamiento. Después de tantos años concentrándome y estudiando el fenómeno tengo bastantes trucos para acertar en la toma de decisiones. Me pasa como a los porteros de fútbol, que ya le ves las intenciones al enemigo a la legua, pero claro, de vez en cuando también se falla. Total, que hoy tras un largo rato de observación decido adelantarlo por la derecha, pero justo justo en el último momento cuando lo voy a pasar, como no podía ser menos el tipo hace un cambio de trayectoria súbito y se tira justo para el sitio por donde yo iba a pasar. Freno en seco y grito en mi interior:

- Pero qué haceeeeeeeeees? Dónde vaaaaaaaas, desgraciaoooooooo?????? Burrooooo, animaaaaaal, pos no ves que te estoy adelantandoooooooo?

Esto, como ya digo, es un grito interno. Externamente solo se me nota que quiero asesinarlo en la mirada fulminante que le dirijo.

Encima hay algunos que te ponen a parir. El de hoy no, éste era de los buenos, pero hay otros que te espetan totalmente indignados y vociferantes:

- Esoooooooo, por la acera atropellando peatones!!!!!!  Mierda de bicis, que no puede uno ni ir tranquilo andando por la calleeeee!

A lo que yo contesto mentalmente:

- Andando por la calle, cabróoooooon?????? Pero si parece que estás borracho!!! A eso le llamas tú andar, so fantoche??????

En fin, y así de entretenidos transcurren buena parte de mis trayectos matinales camino de la estación.

Ah, y si alguien está pensando en insinuarme que lo que tengo que hacer es ir por la carretera, le contesto desde ya que ni loca, que los conductores de coches sí que no se piensan si adelantar por la derecha o por la izquierda. Ellos sencillamente pasan a un centímetro o por encima de ti y les importa un pimiento si te rozan, si te tiran, si te matan o lo que sea.  Por eso no hay día que no nos levantemos con otro ciclista muerto bajo las ruedas de un loco del volante. No, gracias, yo por lo menos no voy matando por ahí peña, todo lo más elaboro tesis sobre el andar errabundo de la gente y con eso me conformo.

7 comentarios:

  1. Cómo definirías tu carácter? Elevas la voz y gritas cuando discutes? Eres de fácil convivencia? Sueles ser mandona? Te metes en lo que hace el otro? Escuchas o sueles hablar más?

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    1. Martínez, parece mentira que me hagas esas preguntas que ponen en duda maliciosamente mi condición de persona amable y encantadora.

      Yo tengo un carácter estupendo, roza la perfección, diría yo. Solo elevo la voz cuando es estrictamente necesario (lástima que lo sea con tanta frecuencia), también mando cuando no hay más remedio, y solo me meto en la vida de los demás cuando ellos interfieren peligrosamente en la mía. Y además hablo muy poco, no lo necesito porque ya digo todo lo que tengo que decir por escrito. Ya te digo, un carácter excepcional.

      Yo el único problema que tengo es que estoy convencida de que el 95% de la población mundial sobra. La inmensa mayoría de la gente es impresentable, maleducada, mema, ordinaria, soez y perfectamente prescindible. Por lo demás me llevo genial con todo el mundo.

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    2. jajajajajaja, a mi no me cabe la menor duda de que en persona eres de lo más encantadora.

      ("Yo el único problema que tengo es que estoy convencida de que el 95% de la población mundial sobra.")

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    3. Pues sí. Soy encantadora, incluso con el 95% de toda esa gente que sobra, lo cual tiene mucho mérito.

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  2. Personalidad no te falta, más bien diría que la tienes a raudales. Criterio sin duda. Carácter también, pero no sabía si tenías genio o no. No soporto el genio, por la sencilla razón que yo ya lo atesoro en demasía y no me gusto en tal estado, aún cuando solo me sale en contadísimas ocasiones. No me gusta nada la gente que opina de los demás o que va por ahí diciéndole lo que tiene o no tiene que hacer, salvo aspectos puntuales de estricta convivencia. Yo también hablo poco, cada vez menos y la mayoría de las cosas que escucho me parecen totalmente prescindibles. Ahora bien, lo de que sobran muchos pues posiblemente lleves razón y no solo a niveles de interés, también ecológicos especialmente. Yo soy totalmente prescindible en este mundo en el que habito. Incluso diría que con mi ausencia probablemente sería un mundo mejor. Obviamente tú no, pues me apasiona siempre lo que escribes, a veces las barbaridades que sueltas, tus cosas locas y cuerdas, y en general esa tremenda personalidad que derrochas. Cuídate mucho y supongo que estos días sí estarás poniendo el aire acondicionado pues el panorama climático es para morir. A mí, de tanto ducharme me han salido hongos. Tal cual.

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    1. Martínez, puedes estar tranquilo; estos días estoy muy fresquita y tengo el aire acondicionado a to pastilla. Eso sí, luego en los llamamientos solidarios siempre apago la luz durante una hora en protesta por el cambio climático.

      Cuando digo que el 95% de la población mundial sobra tú quedas excluído. Tengo demasiados pocos lectores como para poder permitirme que desaparezcan. Perteneces a esa élite privilegiada del 5% a la que yo salvaría.

      Y a tus hongos también.

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  3. En otra vida intentaré ligar contigo. Seguro que me lo paso genial.

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