lunes, 5 de diciembre de 2016

La copa y la guindilla

A ver cómo cuento yo esto que me ha pasado hoy.

Resulta que estoy con la regla. Ya conté hace tiempo que como tengo unas hemorragias muy abundantes he dejado de usar tampones (parcialmente) y me he pasado a la copa menstrual, mucho más práctica para mi problema.

La copa menstrual, de la que ya hablé largo y tendido un día aquí, es un artilugio de silicona que tiene la forma de un embudo y que se introduce en la vagina para recoger los fluidos de la menstruación, que son arrojados al váter y, una vez lavado el instrumento, se vuelve a colocar para que siga ejerciendo sus funciones recolectoras.

Pues bien, la copa se saca y se mete introduciendo los dedos en la vagina; no es como los tampones, que en su mayor parte se introducen con un cómodo aplicador.  Es la única desventaja que tiene. Que no pasa nada normalmente, pero claro, hay situaciones en las que... en fin.

La cuestión es que llego hoy a casa con un hambre atroz y saco mis espaguettis-fetuccini del frigo y me pongo a prepararme una salsita rica pa este cuerpo serrano: tomatito, mozzarella, queso azul, alcaparras, orégano y una mijita guindilla. Bueno, bastante guindilla. En concreto un jalapeño entero cortado en rodajas y tres guindillas naturales convenientemente trituradas... a dedo.

Gloria bendita. Esa salsa es gloria bendita, lo juro. Si te gusta el piquecito es que te mueres de gusto. Y yo además la hago en varias tandas. Mezclo los ingredientes en un bol y me los voy calentando poquito a poco añadiéndolos a la pasta, para que vaya cogiendo cuerpo la salsita. Bocatto di cardinale, palabrita.

Total, que termino de comer, y en esto que noto que la copa está a punto de rebosar. La copa menstrual, se entiende. Y acudo rauda al baño para proceder al vaciado, limpieza y reposición del artefacto en cuestión.

Aaaaaaaaaaaaaaaaaaarrrrrrrgggggggggggggggg!!!!!!!!!

En fin, no voy a entrar en detalles. Creo que, si exceptuamos al amigo Román, cuya perspicacia no es precisamente equiparable a la de Sherlock Holmes, cualquiera que lea esto puede hacerse una idea bastante aproximada de lo que pudo ocurrir.

Sólo una pequeña sugerencia para las chicas que me leen. Y como me ha pillado el día poético lo diré en verso:

Amiga, atiende el consejo:
Si has tocado una guindilla...
Esta advertencia te dejo:
NO TE TOQUES LA PIPILLAAA!!!!!

5 comentarios:

  1. Lo tuyo es alucinante. Es admirable como cuentas las cosas, tu naturalidad, la gracia y libertad. Te admiro y te aprecio una barbaridad. Pero qué bien me caes.

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    1. Martínez, si no fuera porque conozco tu espíritu sobrio juraría que estás en ese momento de las cogorzas en el que le invade a uno el amor universal. Dime la verdad, nos hemos pasado con el anisete?

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  3. La eterna manía que tenéis algunos mortales de huir de todo lo que huela a cariño y afecto. Yo, desde mi más tierna infancia, siempre he promovido lo contrario. Y que sea la última vez que vuelves a reprobarme por decirte lo mucho que te valoro o lo bien que escribes. Insisto, que no se vuelva a repetir tal recriminación al respecto.

    Al igual que cuando escribes sobre cine se nota que tienes menos sensibilidad que la pata de un armario, en comparación con la de una cabra, cuando toque decir lo contrario así lo haré. Ya está bien de amputar mi sensibilidad. Con la tuya destrozada es suficiente en este erial. Por cierto, el anisete está horrible, pero sabiendo ya de tus años y de tus gustos coquinarios no me extraña que te guste por Navidad. Besicos y yo sí suelo beber más de la cuenta, pero jamás cuando entro en este lugar depravado y hostil.

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    1. Ayyyy papitoooooo mi amoooooool, cómo puedes tú desssssir que yo no soy cariñositaaaaaaa?????

      Jajajajaja, Martínez, no te me rebotes, que tú sabes que yo soy altamente susceptible al halago, tanto si es gratuíto como costeao, y que cada vez que me dices cositas lindas mis pestañas aletean cual mariposillas.

      Venga, te prometo que ya voy a ser buena y pestañearé ostentosamente cuando me halagues. Y para dar más énfasis a mi propósito de enmienda te lo diré cantando al itálico modo:

      No lo volveré a hasssssssssser másssssssssss no lo volveré a haseeeeeeeeeer máaaaaaaaaaaaaassssss!!!!!

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