viernes, 16 de octubre de 2015

La putada de ser tío

Según un estudio reciente aparecido en la revista Nature cuando el macho de la especie humana se enfrenta al dilema de la reproducción o la supervivencia, generalmente opta por la reproducción. Y la supervivencia directamente se la suda.

Esto significa, en román paladino, que si un señor cualquiera (pongamos tú mismo, querido lector) está tomando unas copas con unos amigos y deciden pedir unos cuantos chuletones de buey poco hechos, pero de repente aparece una posible presa con la que intuitivamente se sospecha que podría haber intercambio de fluídos... ese señor, tú mismo tal vez, optaría muy probablemente por pasar del chuletón con ánimo claramente lúdico-follatorio.

No es que esto descubra gran cosa que muchos, y sobre todo muchas, no supiéramos de antes. De hecho en el mundo animal este comportamiento se repite de forma sistemática, y no solo entre los mandriles.

Ser tío tiene que ser un auténtico coñazo. De todos los seres en los que podría reencarnarme en mi próxima vida lo último que querría es que fuera en tío. Eso de no poder comerte tranquilamente una buena pizza sin correr el riesgo de que se te aparezca una leve posibilidad de follar y te joda la comida tiene que ser una putada.

O, por ejemplo, que te estés pegando una buena mariscada y en lugar de estar saboreando una rica langosta estés todo el rato pendiente de las tetas de la tía que tienes enfrente. Qué rollo, macho!

Este estudio viene a confirmar lo que yo ya sospechaba de hacía tiempo: los tíos no son buenos gourmets porque casi nunca están en lo que están al cien por cien. La única manera de conseguir que un tío coma en condiciones sin estar todo el rato planteándose que mejor podría estar follando es que esté completamente solo en una isla desierta y no haya ningún ser humano a la vista. Y ni aún así, porque podría haber animales y fijo que se le pasaría por la cabeza echarse un ratillo de zoofilia. O a unas malas hacerse una pajilla.

Por eso creo yo que para vivir en un país del tercer mundo es mucho mejor ser hombre que mujer, porque ellos en un momento dado se pueden consolar del hambre follando. Pero si eres tía no tienes solución, no te queda otra que pasarlo fatal.

En fin, si ya de por sí me parecía que nacer tío es una cabronada porque tienen que estar todo el día padeciendo esa esclavitud permanente respecto a la cosa colgante que llevan, ya este estudio convierte la condición masculina en una auténtica pesadilla. De verdad, tíos, no sé cómo podéis soportarlo. Vaya vida de mierda.

Y luego para que dejes de comerte la langosta y tampoco folles.

3 comentarios:

  1. Empezaste bien en el primer párrafo contraponiendo reproducción y supervivencia, pero al final has terminado con las pajillas, y eso no es reproducción.
    Te aseguro que se puede disfrutar de una buena fabada con todas sus consecuencias porque lo de la reproducción funciona en modo automático. Incluso podría uno estar reproduciéndose y al mismo tiempo estar disfrutando plenamente de un trozo de pizza o de un dónut (con lo alegórico que es este último).
    Aunque, bien pensado, el tema de las pajillas en la isla desierta se podría considerar también una cuestión de supervivencia: hecho el refugio, encendido el fuego, encontrada el agua potable y el sustento básico una pajilla podría ser la guinda que le hicera a uno pensar: ¡joder, tampoco es tan malo estar solo en una isla desierta!

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    1. Sobre eso de estar solo en una isla desierta y pasárselo pipa te recomiendo una peli que vi hace poco muy ilustrativa. Es muuuuuuy buena: "Castaway in the moon". Te paso el enlace de mi crítica:

      http://malostiemposparalalrica.blogspot.com.es/2015/09/castaway-on-moon-by-hey-jun-lee.html

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  2. Gracias. Conociendo un poco tus gustos cinematográficos ya estoy deseando verla

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