Hoy vengo a mi blog en plan "Consultorio sentimental"
Venga, yo soy, por ejemplo, "Madre atribulada" y pregunto a la asesora familiar "Marie Flower"
Querida Marie Flower, tengo un serio problema con mi hijo de 16 años y su twitter. Resulta que en casa, como en todas las casas de los cibersemipobres, hay un par de ordenadores para todos los miembros de la familia. Esto supone que cuando compartimos página es frecuente que, si uno no ha tomado la precaución de salirse de su cuenta, el siguiente en tomar posesión entre en la misma idem y se encuentre con el marrón. Qué hago, qué no hago, esto no es mi territorio, me salgo o no me salgo?
Podría ocurrir, for example, que una señora se metiera en la página de su marido o un marido en la de su señora. No pasa nada; se desconecta uno automáticamente (sin miraaaaaaaar) y aquí no ha pasado nada. Si alguien es curiosillo y quiere chismorrear en la cuenta de su otro... simplemente que se atenga a lo que puede encontrar y que luego no ande por ahí lloriqueando y dando por culo a sus amistades con lo que vio. Es un aviso, sobre todo para mis amigas, que algunas son muy propensas a este tipo de petardeos.
Pero los hijos... ayyyyy, los hijos son otra historia, compañeros. Si por un casual tenéis un niño "distraído" y os encontráis con su cuenta abierta un día sí y otro también... qué haríais, madres y padres de pro??? Pues yo os cuento lo que hice.
Adelanto que yo del "Sinvida" me he encontrado de todo a lo largo de su corta idem: notas arrebatadas de doncellas adolescentes que lo pretendían, otras que lo maltrataban sin reparo, algunas que le exigían amor eterno... Sobre todo, mucha lagarrrrrta que daba bastante repelús a una madre tan atribulada como yo. Pero bueno, esto eran notitas que él se iba olvidando por ahí, recaditos que dejaba encima de la mesa, olvidados en la encimera de la cocina, tirados por el suelo... Prometo, y eso lo juro por el mismo Sinvida, que yo jamás le registré. Ni falta que me hizo, puesto que todo lo iba dejando por ahí a la buena de dios, que es que el tío era y es flojo hasta para eso.
Pero bueno, al grano, lo malo de verdad llegó con el Twitter. Y no es que nos tengamos de amigos ni seguidores, que ni yo quiero saber nada de él ni él de mí, ni mucho menos. Noooo, el tema es mucho peor; es que sin seguirnos no tenemos más remedio que seguirnos porque el muy gilipollas no cierra su twitter ni a punta de pistola. Y cuando yo llego me encuentro de frente y por derecho con toooodas sus descerebradas charlas de adolescente.
Y claro, así yo, sin comerlo ni beberlo ni quererlo he tenido que leer cosas como "uffff, llevo dos días en Marbella sin fumar, estoy que me subo por las paredes" (lo he traducido al castellano porque en versión original era ilegible). Y él jura y perjura que no fuma, claro, como hemos hecho todos. Y yo con cara de póker.
En fin, abrevio, que de verdad, sin buscarlo, sin quererlo, sin comerlo, sin beberlo, y aún voy a más... intentando con todas mis fuerzas escaquearme y enterarme lo menos posible de lo que es su adolescencia, al final me he terminado enterando de todo, sí o sí.
Y ésta es mi consulta. Qué hubiérais hecho vosotros, atribulados padres, en estas circunstancias? Callar como putones y continuar espiando la cuenta del inconsciente, o hablar y arruinar vuestra labor de espionaje para siempre?
Bueno, pues yo hablé. Y hablé a través de su twitter, y twiteé en su cuenta: "Juan, soy tu madre y eres un grandísimo gilipollas. Siento decírtelo delante de todos tus amigos."
Fui cruel? Fui una hijadeputa? Fui una malamadre? Fui lo peor de lo peor???? Pues no lo sé, el caso es que fui trending topic en el twitter del Sinvida. Le retwitteó media España y aquel tuit fue lo más visto en 500 metros a la redonda durante varios días.
Pero claro, yo pensé que ya el nene con esto habría escarmentado, ya que mucha gracia no le había hecho lo de los retuiteos a mansalva.
Pos no. Lo ha vuelto a hacer. Hoy llego a casa, abro mi twitter (que por cierto uso simplemente para retwitear cosas que me gustan y para publicitar ocasionalmente algo de mi blog, con bastante poco éxito, por cierto) ... y qué me encuentro???? Pos otra vez el twitter del niño abierto.
Esta vez ni lo he mirado. No me he querido enterar ni de si sigue fumando o lo ha dejado, ni si se bebe las cervezas doblás, ni si se droga con las últimas idem de diseño... Que no estudia ya lo sé, de eso estoy bien informá. Que está puteao todo el verano en Rabanales Beach también lo sé.
Lo demás ni lo sé ni me interesa. Lo que quiero es que no me deje más el puto twitter abierto para provocarme y hacerme delinquir en contra de mis principios.
Y por eso ipso facto sin mirar ni parriba ni pabajo le he escrito tal que así en su cuenta: "Juan, otra veeeeeeez, por diossss! Soy tu madre. Es que no tienes ataero ni por el pescuezo".
Y creo que se ha enfadado porque ha venido al ordenador B y me ha dicho algo así como: "TÚ ME VAS A DEJAR EN PAZ ALGUNA VEEEEEEEZZZZZZZ".
A lo que yo le he contestado: "Cierra el twitter, gilipollaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssss"
Bueno, qué pensáis???? Diiiiiigo, Marie Flower, qué piensas????
Hola Inma, he descubierto tu blog hace poco y la verdad es que me parto contigo, cuentas las cosas con una ironía muy peculiar, me pareces muy graciosa. Sobre el problema de tu hijo aunque yo no me llamo Mary Flower Power, sólo te puedo decir que en mi opinión hubiera sido mejor decírselo directamente en persona, que se dejaba el twitter abierto y ya está, en lugar de dejarle en ridículo delante de todos sus amigos vía twitter, aunque la opción de callarte y no decirle nada y seguir "espiándole" tampoco estaría mal, por lo menos así podrías conocer los asuntillos que se trae entre manos, por si fuera necesario.
ResponderEliminarSaludos y a seguir escribiendo así de bien.
Hola, chico. Si no fuera por lo bien que escribes pensaría que eres el Sinvida disfrazao pidiendo clemencia, pero no, imposible. No le veo capaz de articular tantas palabras seguidas de forma inteligible.
EliminarLo de quedarme callada y espiarle lo pensé en su momento, pero la verdad es que soy una madre poco de espiar. Yo las cosas que hablan los niños con sus amigos prefiero no saberlas. Llámame impresionable, pusilánime, temerosadedios o como quieras pero no tengo ganas de sofocones innecesarios. Tampoco me gustaría que me escucharan ellos a mí cuando yo hablo con mis amigas, por ejemplo.
Otra cosa es que sospechara algún tipo de problema gordo, que ahí, como cualquier madre, espiaría como la más peor. Pero para leer cómo berrean y se dicen guarradas unos a otros, no gracias.
Lo de decírselo a solas a él ya lo hice un par de veces antes de lo que he contado aquí. Di este paso de dejarlo en ridículo por el twitter precisamente porque no me hizo ni puto caso.
Pero vamos, que a la vista está que por muy en ridículo que lo deje tampoco escarmienta. Ya van dos tuits-escarnio y qué te apuestas a que habrá un tercero? Es que es flojo hasta pa eso; todo lo que te diga es poco.
No, tranquila no soy el "sinvida"... tampoco es que tenga yo mucha vida pero algo todavía me queda.
ResponderEliminarPues yo a ese muchacho por lo que has contado y lo poco que conozco le veo muy desmotivado, no creo que sea vago de por sí. Creo que habría que analizar las razones por las que se comporta de esa forma. En un post anterior contabas que le habían quedado 8 asignaturas para septiembre y que le estabas obligando a estudiar. Me parece correcto, pero ya te digo, creo que habría que buscar las causas, físicas, psicológicas o lo que sea para que tenga ese comportamiento. Quizá habría que buscar el método del premio en lugar del castigo, un premio por ejemplo que si consigue aprobar al menos 6 asignaturas para pasar de curso se vea recompensado con algo que realmente desee con muchas ganas. Bueno, es una sugerencia por si sirve de algo.
Venga, saludos.
Chico, en 16 años ha dado tiempo para todo, te lo puedo asegurar: incentivos, premios, castigos, premios simulados y en diferido, castigos en directo y en diferido, puntos, paga por puntos, premios por puntos... Chaval, no le des más vueltas. Es un flojo y punto, y además lo lleva muy a gala y parece hasta estar orgullosísimo.
ResponderEliminarPor cierto, quiero decir también aquí que mi hija mayor, que estudia Psicopedagía, ha tenido todo sobresaliente alto, nueves y dieces, y una Matrícula de Honor. Que no todo sean quejas.
Como dice el Sinvida: "Mamá, eres una tía con suerte; no te falta de nada: tienes una hija brillante, otro más o menos normal, y luego yo". Vamos, que no sólo lo tiene asumido, sino que está hasta orgulloso él de su peculiaridad.
Al menos puedes tener la seguridad de que no es genético, ya que cada uno es de una manera. A mí en estos casos me preocupa imaginar cómo van a ganarse la vida cuando les falten quienes les mantienen ahora.
ResponderEliminarPara colmo el oso "Balú" de la versión Disney de "El libro de la selva" ya les explicó de pequeñitos que lo que necesitas para vivir "mamá naturaleza te lo da".
http://www.youtube.com/watch?v=Cd2M0V8_x28
O dicho en cristiano: Dios proveerá.
EliminarNo sé, todo esto del futuro es imprevisible. He visto a muchos buenos estudiantes comerse los mocos y morirse de hambre y también he visto a mucho desastre como mi hijo tener suerte con algo, un pelotazo, un braguetazo... y vivir como dios.
Recuerdas esta canción de Sabina?:
El más capullo de mi clase (¡que elemento!)
llegó hasta el Parlamento
y, a sus cuarenta y tantos años,
un escaño
decora con su terno
azul de diputado del gobierno.
Da fe de que ha triunfado
su tripa, que ha engordado
desde el día
que un ujier le llamó su señoría
y cambió a su mujer por una arpía
de pechos operados.
Y sin dejar de ser el mismo bruto
aquel que no sabía
ni dibujar la o con un canuto.
El superclase de mi clase (¡que pardillo!)
se pudre en el banquillo
y, a sus cuarenta y cinco abriles,
matarile,
y a la cola del paro
por no haber pasado por el aro.
Vencido, calvo y tieso
se quedó en los huesos
aquel día
que pilló a su mujer en plena orgía
con el miembro del miembro (¡que ironía!)
más tonto del Congreso.
Y sin dejar de ser el mismo sabio
que, para hacer poesía,
sólo tenía que mover lo labios.
Y yo que no soy más
listo ni tonto que cualquiera,
a mis cuarenta y pocos
tacos,
ya ves tú,
igual
sigo de flaco,
igual de calavera,
igual que antes de loco
por cantar,
por cantar el blues
de lo que pasa en mi escalera.
Pos eso
Hola Inma, interesante tu post, me siento identificado ya que tengo un “niño” que esta entrando a la adolescencia 13 años, y esta ingresando a su etapa “rebelde”. Saludos.
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