jueves, 30 de noviembre de 2017

Samanta y sus chiflados

Me pongo a ver un programa de Samanta Villar sobre la belleza. Bueno, ése es el título que lleva el capítulo pero además de alguna que otra reflexión sobre la cirugía estética y los cánones de belleza y cosas así, la tía saca a una cantidad impresionante de pirados que ponen los pelos como escarpias.

Hay una tía que lleva tatuado el 90% de su cuerpo porque quiere figurar en el libro Guinness como la persona más tatuada del mundo. Lleva tatuados hasta los globos oculares. Sí, de rosita. En el programa sale la loca esta tatuándose la vagina, que es de las pocas zonas del cuerpo que no se había tocado. Para más inri la tía, al mismo tiempo que se va haciendo nuevos tatus, se está borrando los de la cara porque dice que está aburrida de ellos y tiene ganas de verse el rostro al natural, como era antes de empezar a masacrárselo.

Pero con todo lo rara y repugnante que resulta la tía esta, no es ni mucho menos lo peor. Bastante más espeluznante es una pareja que despierta repulsión y fascinación a partes iguales. Resulta que al tío le pone inflarla a a ella comer y ponerla cada vez más gorda. No un poco gordita y curvilínea, no; obesa de obesidad mórbida. La tía pesa 140  kilos pero cree que aún le faltan unos cuantos más para estar a su gusto, no se sabe si el de ella o el de él.

Por lo visto (yo de esto no tenía ni idea) hay tías que se graban en youtube comiendo como cerdas todo el día para que la gente vea cómo engordan. Comen en pelotas para que su público vea las lorzas bien, las carnes desparramándose, capas de carne fofa superponiéndose unas a otras. Algunas tienen bastantes seguidores. Sin comentarios.

La pareja esta muestra a las cámaras una sesión supuestamente erótica de lo que es su relación. Primero van al supermercado y compran juntos, como un ritual, alimentos hipercalóricos de todo tipo: carnes rojas, hidratos, dulces, batidos... La gracia consiste en meterle a ella del tirón en el cuerpo unas 6.000 calorías, una bomba que podría matar a una vaca. Primero la muchacha come "normal", en la cama, él metiéndole con una mano bocados de todas las cosas que han comprado y con la otra mano tocándole la barriga para comprobar cómo se va hinchando poco a poco, porque por lo visto esto le excita y le pone como una moto. Luego él coge una especie de sonda y se la mete por la boca y la sigue cebando a base de batidos hipercalóricos. Y ella se los traga obedientemente. Juro que no me estoy inventando nada.

El espectáculo, como dije, es al mismo tiempo repulsivo e hipnótico. Mi hija se tapaba los ojos con asco pero de vez en cuando abría un par de dedos para mirar porque realmente resultaba difícil tanto verlo como dejar de verlo. Yo no podía apartar la vista a pesar de sentir una repugnancia absoluta. Cuando habían terminado con lo que ellos llamaban "la sesión" se tumbaban muy juntitos y él le tocaba compulsivamente la barriga inflada. Es de suponer que eso es lo que ellos entienden por tener sexo porque esa muchacha no estaba para que le metieran en el cuerpo más nada.

Digo que el espectáculo resultaba a la vez asqueroso y fascinante porque la autodestrucción siempre lo es. Esa chica sabía que lo que estaba haciendo la podía matar, bien a largo plazo, bien de un infarto súbito. Por no hablar de la cantidad de enfermedades crónicas que puede padecer. Pero le daba exactamente iguaaaaaaal! No me quedó muy claro si todo eso lo hacía por ella misma o por satisfacerlo a él. En cualquier caso hay que estar muy mal de la cabeza.

En cuanto al tipo si ella explotara en alguna sesión de éstas no creo que la llorara más de dos días, hasta que encontrara a otra subnormal dispuesta a ponerse como una vacaburra para gustarle. Ni siquiera haría falta que explotase. Si algún día ella decidiera parar de hacer esto no me cabe la menor duda de que dejaría de sentir el menor interés por ella y se buscaría ipso facto una sustituta. Es difícil valorar quién está peor, si ella o él. Aunque la principal perjudicada sí está mucho más claro.

En fin, viendo todo esto, una no puede sino llegar a la conclusión de que esta sociedad ya ha llegado al límite de lo decadente. La gente necesita cada vez experiencias más bestias porque las normales aburren.

Como ya he dicho en mi post anterior creo que la única salida a todo esto es la autodestrucción de la especie, la extinción por propia imbecilidad. Esa muchacha puede morir de una explosión calórica pero lo cierto es que todos los demás podemos morir igualmente en un mundo en el que la gente vota masivamente a locos con un poder infinito, que pueden destruirlo todo de un plumazo con solo apretar un botón.

Quizás fuera lo mejor. Al menos no nos iríamos suicidando lenta y dolorosamente. Un solo click y... a tomar por culo. Todos flotando en el espacio junto con los cachitos de butifarra, hamburguesas y pasteles que duermen en el estómago hinchado de esa pobre imbécil a la que su novio ceba para que se le levante la polla.

Así está el mundo. Es la crónica de una muerte anunciada.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Tengo un "hater"!

Pues sí, me ha salido un auténtico hater en el blog, y quiero gritarlo al mundo.

Estaba francamente deprimida porque en cuatro años que llevo por aquí no me ha salido ni una sola vez un hater.

Ha habido algún que otro amago, alguno que lo ha intentado, que mostraba cierta vocación... pero nada que cuajara.

He tenido que escribir un post en el que insinuaba levemente la posibilidad de un futuro voto por Ciudadanos para que haya aparecido por fin ese ansiado hater.

Como ya le he contestado a él creo que un blog en el que nunca entra nadie deseando cánceres, leucemias, accidentes cerebrovasculares, alopecias, halitosis y desgracias por el estilo es un blog sin nivel ni altura intelectual. Era mi asignatura pendiente, pero por fin lo he conseguido. Está visto que cuando una se propone algo de verdad y pone todo su empeño y su ilusión, el éxito está asegurado.

Mi hater opina que Rivera es un tío muy de derechas muy de derechas y que por eso si se muere entre "extertores" (sic.), mejor que mejor, que le den por culo y por la boca mierda. No me negaréis que el nivel es altísimo y su pureza ideológica impecable. Vale que no es como otros que te encuentras en el twitter deseando además violaciones grupales y cosas así, pero se le acerca mucho. Os copio el fragmento:

Del mierda de rivera ya ni te voy a decir nada, que empiezo con mucha fuerza pero acabo agotado de explicarte evidencias, así que por mi parte, si mañana muere entre extertores, mejor que mejor, que le den por el culo y por la boca mierda. creo que es un hijoputa, mentiroso y miserable hasta el dolor y que es la marca blanca de la derecha, su delfin guapete, con clon incluido por si muriese :).


No os parece encantador? Ni en mis mejores sueños lo podría haber pedido más entregado a su tarea de odiador.

Pero es que además de mi alegría por tener mi propio hater, el tío ha contribuido un montón a aclararme las ideas. Porque la verdad es que yo estaba dudando muchísimo en lo de votar a Rivera, estaba entre Ciudadanos y voto en blanco, pero cuando lo he leído lo he visto claro: tengo que votarlo sí o sí.

Entre el argumentario sociata y podemita que se repite por doquier como un mantra: Rivera es la derecha de la derecha, la derecha del PP, la derecha de Franco, la derecha de Lepen, la derecha de Fuerza Nueva; es franquista, falangista, superfascista y blaspiñarista. Rivera es lo peor de lo peor, lo más facha que ha parío madre desde tiempos inmemoriales. Yo, sinceramente, con esta carta de presentación no tengo más remedio que votarlo. La tentación vive arriba.

Y luego gente superinteligente, impecable argumentalmente y bien formada e informada deseando por ahí violaciones grupales a Arrimadas y muertes "extentóreas" al facha Rivera... a ver quién se resiste a eso.   Es que coño..... me lo están poniendo a huevo!

Recuerdo cuando voté a Iglesias porque estaban todo el día dando la matraca tanto el PP como el PSOE y sus medios afines con Venezuela, con el populismo malo malísimo, con que iban a nacionalizar hasta Inditex.... Uffffff, es que me vi impelida! No puedo negar que prácticamente fui a votarlos a punta de pistola.

Ahora Iglesias es un pobre diablo que ya no da miedo a nadie porque en todas las encuestas va cuesta abajo y sin frenos, con toda la razón, por cierto. El nuevo enemigo número uno es Ciudadanos con Rivera a la cabeza. Le dan todos, por la derecha, por la izquierda, por arriba y por abajo. Y ya la guinda del pastel me la ha puesto el amigo Vencejo, mi flamante hater, al desearle los susodichos "extertores".

Pues nada, ya está mi voto en la urna prácticamente. Mucho tienen que cambiar las tornas para que cambie de opinión.

Lo más conmovedor de mi hater es que le desea todo lo malo a Rivera por ser tan fascista, pero siendo yo casi igual de facha el tío me tiene cariñito y me desea toda la felicidad del mundo:

En cualquier caso, vaya un abrazo para ti, inma, que se pase pronto la gilipollez que te tiene atrapada y que la vida te vaya mu bien ;)

Oleeeeeeee! No me digáis que no es un verdadero encanto. Ni me ha deseado un horrible cáncer de huesos ni una metástasis en el hígado ni siquiera que me salga una espinilla en la punta de la nariz. No me ha deseado nadaaaaaaaa! Sólo que sea muy feliz y que se me pase la gilipollez pronto. No es para comérselo?

Aunque tengo que confesar que yo ya me había hecho la pirámide. Por si acaso.

martes, 28 de noviembre de 2017

Hablar por hablar

Yo hablo muy poco. Puedo pasarme horas y horas sin hablar y hasta días y días. De todas las minusvalías que se pueden tener en este mundo la que sin duda mejor llevaría sería la mudez, no me costaría ningún trabajo. Secretamente siempre le pido al destino que si me tiene que pasar algo malo, que sea eso.

Precisamente por ello no me explico de qué coño habla tanto la gente. A mi alrededor la gente habla constantemente, sin parar. Algunos parecen hasta estar angustiados si no encuentran a alguien con quien hablar. En el tren, mientras algunos buscamos afanosamente el silencio, hay otros que no descansan hasta que no encuentran a algún conocido en un vagón para pegar la hebra. Hossstia, se recorren todo el tren buscando a gente!!!!!!! En alguna otra ocasión ya he comentado el profundo estupor que me causa esto.

Aparte de que no me explico de qué hablan, es que creo que tienen que tener agotadas todas las conversaciones. Si tú te ves todos los días con la misma gente durante años y años... de qué coño puedes hablar? Y luego la otra gran pregunta: para qué? O sea, para qué tienen que hablar tanto? Qué satisfacción obtienen?

En fin, es algo que escapa por completo a mi entendimiento.

Mi compañera de trabajo, la que está en mi mismo Servicio, es todo lo contrario a mí, mi antítesis exacta. A ella le encanta hablar, es dicharachera a más no poder. Como también le gustan mucho los libros yo siempre he pensado que en lugar de currar en una biblioteca, donde el silencio es prácticamente de obligado cumplimiento, debería haber trabajado en una librería, donde habría podido comentar con los clientes todo el rato las últimas novedades, críticas literarias, etc. Pero en fin, los designios del señor son inescrutables y la vida no la ha llevado por ahí.

La pobre conmigo tiene poco entretenimiento. Probablemente le habría gustado tener una compañera algo menos silenciosa que yo, por no decir directamente menos rancia. Pero bueno, tampoco puede quejarse del todo porque tiene otras compensaciones. Al ser ella propensa al parloteo nuestra biblioteca es lugar frecuente de visitas de otras compañeras también aficionadas como ella al intercambio de impresiones.

A mí personalmente me da igual porque así ella se desahoga de tanto silencio y a mí, mientras no me intenten meter en la conversación, no me molesta. Incluso algunas veces he llegado a intervenir si la charla versa sobre algún asunto de mi interés, pero vamos, generalmente no tengo ninguna curiosidad, la verdad. Yo sigo a lo mío y ellas a lo suyo. Como además estoy un poco teniente (un poco bastante, vamos) no tengo que esforzarme nada para no escuchar ni palabra.

Pero una cosa que sí que me pone de los nervios es el susurreo. No es el caso de mi compi porque ella habla en un tono más o menos normal, bajito porque está en la biblio, pero normal. Sin embargo algunas de sus visitantes hablan en murmullos como viejas de confesonario; no es ya que no se las oiga, porque ya digo que a mí no me interesa nada de su conversación; es que bisbisean todo el tiempo. Ya sabéis, ese horripilante sonido de Beatas Reunidas Geyper: bsbsbsbsbsbsbsbsbsbs...

Cielossssss!  Algunas de ellas prácticamente sólo mueven los labios sin emitir casi sonido alguno, sólo ese murmullo incomprensible, lo cual tiene un efecto hipnótico en mí. Las veo articular los labios muy rápido y me quedo embobada, con la mandíbula colgante, mirándolas. Y pienso que mi compañera tiene dotes auditivas de murciélago porque no entiendo cómo se puede enterar de nada. Vale que yo estoy pelín sorda pero coññño, es que es imposible!

Ayer vino una que estuvo más de media hora así: bsbsbsbsbsbsbsbsbsbsbsbs. Hosssstia! Me tenía fascinada, perpleja total. Y mi compi daba muestras de estar oyéndola perfectamente, incluso le contestaba de vez en cuando. Y la otra dale que te pego en el mismo tono susurrante. Media horaaaaaaaa!! Cuando por fin se fue era como cuando se va una mosca, igual.

En fin, es esa clase de cosas que me intrigan muchísimo de la gente.

Habrá quien diga: claro, tú para qué vas a hablar si ya bastante hablas aquí en tu blog. Y lleva razón. Lo que pasa es que hablar sin hacer ruído ninguno es como no hablar, es más como pensar. En realidad yo estoy todo el tiempo hablando, pero conmigo misma, porque antes de escribir estas cosas me las he dicho a mí miles de veces en forma de pensamientos. Yo le doy vueltas a estos fenómenos en mi cabeza y luego llega un momento en el que siento la necesidad de comunicarlos pero en lugar de hacerlo hablando, como soy básicamente silenciosa, pues los escribo. Y así creo que soy una persona mucho menos molesta porque si escribo la gente no tiene por qué leerme si no quiere pero si te están hablando no tienes más remedio que escuchar, a no ser que estés como una tapia, como yo más o menos, o bien que hagas como los nenes chicos y te tapes los oídos y digas: cartucho que no te escucho.

Por eso yo, si puede ser, prefiero seguir escribiendo, y quien quiera que me lea y quien no que no me lea. Y además si alguien quiere contestarme que lo haga pero si no tiene nada que decir pues puede callar tranquilamente. No como cuando la gente habla que casi siempre espera que le respondan y si no lo haces y pasas te tachan en seguida de maleducada o de autista o de algo así.

En fin, que no sé qué chiste le ve la gente a eso de hablar, de verdad. No os parece un verdadero coñazo?

lunes, 27 de noviembre de 2017

El sueño de una noche de otoño

Esta noche me la he pasado entera catalogando tesis doctorales. Como churros. Una, otra, otra, otra... y así hasta 20 o por ahí.

Tooooooooda la noche. Os lo podéis creer? Bueno, pues ésta es mi interesantísima y apasionante vida onírica. No tengo bastante con el cerro de tesis que tengo en mi mesa de trabajo que por las noches me dedico a seguir catalogando.

En un momento dado me he despertado sobresaltada porque he caído en la cuenta de que había un dato que me había saltado en todas las tesis, lo que significaba que tenía que volver al principio e ir una por una añadiendo el dato olvidado. Esto en términos laborales bibliotecarios es sinónimo de tremenda putada y en términos oníricos de pesadilla.

Era tal mi desazón que luego ya no sabía qué hacer. Me levanté a mear y al volver a acostarme apareció la gran duda. Volverme a dormir rápido normalmente es sencillo si retomo el sueño donde lo dejé. Es lo que suelo hacer cuando me despierto para ir al baño, siempre y cuando el sueño no sea especialmente desagradable. Pero claro, en este caso os podéis imaginar el dilema. Volver a empezar  tesis por tesis para incorporar el dichoso dato de los cojones? Seguir catalogando en sueños para levantarme al cabo de dos horas y seguir catalogando tesis en el curro? Dónde está ese maravilloso sueño reparador del que habla todo el mundo?

Tooooootaaaaaá! Que al final decidí que no, ni pensarlo, prefería quedarme despierta ya toda la noche a seguir catalogando tesis tontamente porque me estaba pegando un gran curro que luego no iba a repercutirme en nada positivo.

Para pasar el rato, ya asumido que iba a ser imposible recuperar el sueño, me dediqué a despotricar y a escribir mentalmente este post. Pero... Ooooooh milagrooooo!!!! Cuando iba por el segundo párrafo más o menos me he quedado frita otra vez. Y esta vez sé que he soñado un sueño normal. No me acuerdo de qué iba pero éste sí ha sido profundo y reparador. De hecho me ha despertado la alarma del móvil y estaba yo tan agustísimo, donde quiera que estuviese, con maldita la gana de levantarme.

Y nada, aquí estoy contando mis entretenidas noches. Ya que ni voy a cobrar más ni nadie me va a agradecer mi ingente productividad laboral, por lo menos que la gente se entere. El colmo de catalogar tesis en sueños es que nadie en el mundo sepa que lo has estado haciendo. Porque cansar, cansa igual que si las hubiera catalogado en el mundo real. Y el disgusto cuando tienes que volver atrás porque has olvidado alguna etiqueta es el mismo. Y no estoy dispuesta a pasar este trance sola.

Así que ya lo sabéis, que no sólo me hincho de currar por el día sino que luego sigo por la noche. Probablemente soy la persona más trabajadora de toda España, sin lugar a dudas merezco más que nadie la Medalla al Mérito en el Trabajo.

Lo dejo caer por si esto lo lee alguna vez alguien que tenga algún tipo de influencia. Y si no, pues por lo menos me he desahogado. Hala!

viernes, 24 de noviembre de 2017

El cupo de los cojones

Esto del cupo vasco me tiene completamente atónita. Al amparo de una supuesta deuda histórica, la Constitución recogió en su día este particular privilegio impositivo de vascos y navarros que hasta el día de hoy no sólo nadie ha osado poner en tela de juicio sino que descaradamente ha aumentado desproporcionadamente  a lo largo de los años en función de intereses políticos de unos y de otros.

Ahora le toca al PP necesitar el apoyo nacionalista vasco para aprobar los presupuestos del 2018 y nada, ellos ponen la mano y nosotros la pasta. Corramos un tupido velo sobre el hecho indiscutible de que si unos ponen menos al arca común a otros por cojones les va a tocar poner más. A quiénes? Pues a todos los demás. A ti y a mí, en resumidas cuentas, que como todo el mundo sabe, somos ricos.

En realidad lo del cupo de los cojones no deja de ser la madre del cordero, aunque nadie se atreva a decirlo y mucho menos a discutirlo. Todo el rollo catalán viene justamente de ahí, de que ellos pedían otro cupo similar y les dijeron que nanay de la China, que vale que los vascos tengan semejante chollazo pero que si nos podemos a pedir lo mismo los demás esto se va al carajo.

Y así mientras nosotros nos tiramos los unos sobre los otros en esta merienda de negros que es la financiación autonómica, nuestros amigos norteños están tan ricamente disponiendo de sus recursos casi al completo y dando una pequeña limosnilla al Estado, en plan "Anda, toma y deja de pedir que eres mu pesao". Mola, eh?

Y cualquiera se pone a discutirlo porque encima lo que nos faltaba, otro procés pero a la vascongada. Mejor poner el culito y callar. Tanto los partidos de izquierdas como de derechas, todos callados como putas ante una desigualdad territorial flagrante que beneficia obviamente a unos en detrimento de todos los demás.

El único que se ha atrevido a decir que el emperador va en pelotas ha sido Ciudadanos.  Ahí, condos cojones! Probablemente porque no tienen ninguna representación política en Euskadi ni aspiran a tenerla. Obviamente si se discute un privilegio como éste no te va a votar ni un puto vasco jamás en la vida. Por eso hay que tener muchos huevos para renunciar a un determinado territorio por decir una verdad como un templo, y ahí me quito el sombrero ante ellos.

Menuda panda de hipócritas todos los demás! Había que escuchar a ese PP despotricando cuando era el gobierno socialista el que pagaba religiosamente a cambio del apoyo vasco. Los socialistas eran poco menos que etarras o amigos de los etarras. Y ahora ahí están los amigos peperos, cínicos como sólo ellos saben ser, aprobando un cupo para los próximos años que prácticamente es, como muy bien ha señalado el propio Rivera, un CUPONAZO como la copa un pino para vascos y navarros. Les ha tocado la lotería, y todo ello con la connivencia del Parlamento en pleno, que no sé cómo no se les cae la cara al suelo de vergüenza, sobre todo a los que se autocalifican de izquierdas. Una polla izquierdas!

Sí, hijos, sí, vosotros no dejéis de chuparles el culo a los vascos. El gobierno para que le ayude a aprobar los presupuestos, y todos los demás corifeos para que los agradecidos ciudadanos vascuences les sigan votando con entusiasmo y fidelidad perruna.

A que al final termino votando a Ciudadanos? A Dios pongo por testigo de que no coincido prácticamente en casi nada con ellos, pero son cosas como ésta, valientes y casi suicidas, las que hacen que muchas veces me lo plantee. Unos tíos a los que no se les caen los anillos por decir que acabarían de un soplo con las diputaciones, con el Senado y con el cupo vasco merecen todo mi respeto y mi admiración. Y ya puestos, hasta mi voto.

lunes, 20 de noviembre de 2017

Efectos ópticos

- Eso que llevas es una falda o una camiseta larga?

- Es una falda, obviamente.

- Qué pasa? Que no la había más corta? Poco más y se te ven los pensamientos.

- Lo dudo mucho. A ver, tú qué ves por debajo de la falda?

- Pues tus piernas.

- No, no ves mis piernas. Es imposible que las veas. Lo que ves son unas mallas térmicas tupidas que te impiden ver mis piernas.

- Pos es verdad, tú.

- Otra cosa es que te haga ilusión creer que ves mis piernas.

Vuelvo sobre el tema del post anterior.

Mi forma de vestir suele ser objeto habitual de controversias, comentarios, opiniones y análisis variados. En general la gente opina que voy algo fresca y descocada, tanto si voy de verdad como si no. Por eso con frecuencia mantengo diálogos como el que inicia este post.

La realidad es que yo soy la tía más tapada del mundo en invierno.  Cuando salgo por las mañanas de casa es completamente imposible ver un solo trozo de carne mío.  Lo más próximo a mi opacidad matinal es el burka. Sin embargo mucha gente piensa que voy medio en pelotas. Ocurre con frecuencia cuando me pongo falda encima de las mallas. Puro efecto óptico, el efecto falda.

Me pasa también cuando voy en la bici, ya lo he contado más veces. Si voy con mallas a pelo no pasa nada pero si me planto una falda encima de las mallas automáticamente los tíos que se cruzan conmigo agachan la cabeza, que cualquier día alguno se pega una hostia con el coche por mirar, encima para no ver ni un pijo. Una muerte muy tonta, ciertamente.

Cuando veo a alguno contorsionarse para mirar siempre pienso:

- Pero qué haces, desgraciao? Si no se ve naaaaaaaa!

Oye, que no voy a negar que tengo tendencia al descoque, eso es así. Es verdad que en verano llevo lo mínimo de ropa, que es lo que se debe de llevar cuando se vive en una ciudad en la que la tónica general estival son los 40 grados. No es culpa mía que la gente se tape tanto. Yo tengo calor y en consecuencia llevo poca tela. Pero cuando voy recatadamente vestida no me da la gana que me digan que voy medio en pelotas.

En cuanto empieza el frío esta que suscribe desaparece literalmente bajo la ropa. Bien es verdad que llevo varias capas, con objeto de irme quitando y poniendo en función de la temperatura exterior. Y así, si por ejemplo pasamos de 4 grados por la mañana a 24 por la tarde (como hoy, sin ir más lejos)  llevo suficiente ropa encima como para estar agustito en cada momento. Que voy  por la mañana en la bici con un frío que pela? Pos tapá como una mora de la morería. Que luego me tomo una cervecita a las 2 de la tarde al sol? Pos me quito de aquí y me quito de allá y ni paso frío ni paso calor.

Tal vez por eso mucha gente me dice:

- Tú no vas mu fresquita pa las fechas que son?

Pos mira, no. Porque aunque sea 20 de diciembre, estamos a las 2 de la tarde a 24 grados y yo voy perfecta para esa temperatura. Y si llevo manga corta es porque a 24 grados pega la manga corta. O si estoy en la biblio, con el suelo radiante a tope y todo el mundo pegando resoplidos de asfixia, pos yo me quedo con mi camiseta de tirantes y estoy ideal de la muerte. La que quizás vaya como el culo eres tú, con ese jersey de lana de cuello alto que vas a criar chinches. No es culpa mía que no sepas vestirte para vivir en un sitio en el que la temperatura puede oscilar entre el frío de un congelador y el calor de un horno.

Por eso desde aquí, mi lugar favorito de expansión pública, concluyo dejando bien claros varios puntos:

1. Efectivamente cuando hace calor me descoco. Y el que no quiera pasar calor debería hacer lo mismo.

2. No, no son mis piernas lo que ves bajo mis faldas en invierno. Lo que ves son mallas o leotardos tupidos tupidísimos. No te hagas ilusiones.

3. En verano, cuando sí que ves mis piernas, tampoco vas a ver mucho más porque siempre llevo un pantaloncito debajo de las faldas.

4. Cuando yo quiero enseñar, enseño sin tapujos ni disimulos. Y soy de la firme opinión de que lo que se hayan de comer los gusanos mejor que lo vean mis hermanos. Pero cuando no estoy enseñando nada no estoy enseñando nada. Aunque tú puedas pensar que me lo estás viendo todo. Igual el problema es tu mente calenturienta. A que no lo habías pensado?

viernes, 10 de noviembre de 2017

Opinar, ese peligroso deporte de riesgo

Estoy con mis amigas y una vez más sale a relucir el tema de mi blog y de los problemas que me ocasiona con alguna gente. Un tema recurrente que ya he tratado aquí unas cuantas veces pero sobre el que periódicamente tengo que volver sí o sí porque aún hay gente que se lo toma regulín.

Hace tiempo abrí un post sobre una novela, "El libro de la señorita Buncle", la historia de una dama, habitante de un pequeño pueblo, que escribía un libro en el que retrataba más o menos disimuladamente a sus vecinos y aunque lo hacía bajo pseudónimo y nadie sabía a ciencia cierta quién era la autora, se daba cuenta del lío que había organizado y de la animadversión que había generado a su alrededor. En su momento me sentí totalmente identificada con la señorita Buncle y ése era el "late motiv" de aquel post. Por si alguien no lo leyó y quiere hacerlo ahora paso el enlace:

http://arfondoalaizquierda.blogspot.com.es/2016/04/el-libro-de-la-senorita-buncle-by-d-e.html

Prácticamente todos los escritores, tanto los famosos como los amateurs, tienen ese tipo de problemas. Lo contaba perfectamente también Elvira Lindo en aquella carta abierta que dedicó en El País Semanal a una amiga que había dejado de hablarle después de verse claramente reflejada en un personaje de una de sus novelas. En fin, gajes del oficio.

En mi caso no escribo ficción, sólo artículos de opinión. Para más inri lo hago en mi propio blog, en el que diserto y despotrico de todo lo humano y divino: política, asuntos domésticos, cuestiones estéticas, morales, religiosas, etc. Está claro que entrar en él es totalmente voluntario y que nadie pone una pistola en el pecho a nadie.

Evidentemente yo hago esto porque siento esa necesidad de opinar sobre todo y de escribirlo. A ver, qué le vamos a hacer si tengo alma de tertuliana... aunque haya terminado siendo bibliotecaria. Algún desahogo tenía que tener, y este blog es ese desahogo. Incluso muchos de esos tertulianos que van de tele en tele y de radio en radio tienen aparte su propia página para seguir opinando cuando están tranquilamente en su casita, para que os déis cuenta de hasta qué punto engancha esto de opinar y disertar cuando se tiene tendencia al turboverborreo.

En fin, que es algo que no podemos evitar. Y está claro que no se puede contentar a todo el mundo. Estoy convencida de que hay mucha gente que lee este blog que se siente molesta o defraudada conmigo por mis opiniones políticas o literarias o de lo que sea pero es que esas opiniones son las que son, y de eso se trata, de contarlas, argumentarlas y defenderlas apasionadamente. Y si para alguien son insoportablemente molestas e incluso ofensivas la única solución es que no las lea.

Por otra parte, no dejan de ser opiniones personales, no sentencias, vamos que las opiniones son como el culo, que cada cual tiene el suyo, y tampoco hay que tomarse las mías como algo irrefutable o como palabra divina. Ya sé que si escribiera bajo pseudónimo como la señorita Buncle sería una muchacha bastante más popular entre mis conocidos pero es que en los tiempos que corren en los que mucha gente se esconde en el anonimato para soltar auténticas burradas por las redes, yo prefiero  escribir con mi nombre y apellidos, pase lo que pase y me exponga a lo que me exponga. Hoy en día opinar ha llegado a ser un peligrosísimo deporte de riesgo porque hay muchísima gente que incluso querría meter en la cárcel a quien piensa distinto a él. O verle muerto, que haberlos haylos, que hay mucho loco por ahí.

Aunque parezca una tontería, el tema estético es de los que más soliviantan al personal. Salió a relucir en esta reunión de amigas un reciente post mío sobre la poca propensión de mis compañeras de trabajo al maquillaje y por algunos de sus gustos en el vestir y en el peinado, un post que por lo visto fue bastante controvertido, y a mí eso precisamente es lo que me mola; crear polémica es el principal objetivo de este blog, y cuando lo consigo olé mi pipa. Hombre, lo suyo sería que la controversia ocurriera en el mismo blog pero ya he perdido la esperanza de que la gente se registre aquí y los debates le den vidilla a mis posts. Me conformo con saber que fuera de aquí la gente discute sobre lo que escribo. Menos es nada.

Hoy voy a dar la matraca precisamente con el tema de la indumentaria, y si levanto ampollas mejor que mejor. En este aspecto mis gustos son claros y ampliamente conocidos, y mis fobias también.

Ésta es una ciudad muy provinciana en la que la mayoría de la gente se viste de forma terriblemente aburrida, sin gracia, sin arriesgar nada. La inmensa mayoría preferiría morir antes de ponerse algo que llamara mínimamente la atención. La consigna generalizada es "discreción absoluta, que no me miren dos veces por nada del mundo". Penoso, de verdad. Te vas a una gran urbe, Madrid, Barcelona, Bruselas, Londres, cualquier capital europea, y ves a todo tipo de gente con los looks más variados, pero aquí cualquier cosa que te pongas que se salga de lo "normal" es objeto de pasmo o directamente de espanto. Por ejemplo, si te haces un pequeño tatu (yo me lo he hecho recientemente, hablo por tanto con conocimiento de causa) algunos te dicen que estás loca perdida, tal que si te hubieras tatuado el cuerpo entero, globos oculares incluídos. En esta ciudad a poco que te pongas algo diferente te conviertes en una excéntrica, una rarita, una friki o directamente un espantajo.

Vuelvo a repetir que para gustos colores, y que ésta es solo una opinión, la mía, pero tengo que decir que mi experiencia vital me confirma que las personas que se visten con absoluta discreción y que nunca se salen de lo estrictamente correcto son así en su vida: correctas, discretas, convencionales y en general... poco interesantes. Y a la viceversa, la gente que viste de forma original y divertida suele ser igualmente original y divertida y tener muy poco miedo a lo que piensen los demás, que a mi juicio es una de las cualidades más positivas que puede tener una persona. Me provoca también bastante aversión la gente que siempre está pendiente de lo que piensan los otros. No sé cómo se puede vivir así, la verdad. Yo creo que es por eso por lo que la gran mayoría nunca se pone nada que pueda destacar mínimamente. Ya sabéis, la consigna: NO LLAMAR LA ATENCIÓN.

Tengo que darle la razón a mi amiga la cordobifóbica en que ésta es una ciudad pacata y cateta a más no poder. La gente tiene pánico a señalarse. Se gasta un dineral en ropa absolutamente neutra, que no dice nada y sólo provoca indiferencia, ni fu ni fa ni chicha ni limoná. Cero glamour. Lo mismo daría si llevaran un saco patatas, haría el mismo efecto. Yo creo que a muchos incluso no les importaría llevar uniforme porque así no se complicarían la vida y además estarían perfectamente camuflados entre la muchedumbre. La verdad es que ya lo están, aunque no lo sepan. Y encima consideran una excentricidad cosas tan simples como comprar ropa de segunda mano, mucho más si te ha costado dos duros. Un uso, por cierto, muy común en las ciudades europeas más cosmopolitas, donde los mercadillos y tiendas de segunda mano son muy corrientes y están siempre llenos de gente, pero que en un sitio tan cutre como éste nunca triunfará.

En definitiva, en cuestión de moda una ciudad soporíferamente aburrida, gris, sosa, "esaboría", en la que cosas como llevar los calcetines o las uñas de distintos colores son sinónimo de extravagancia. No te digo ya si te pones el pelo morado o verde. Muérete de pena.

Yo tengo perfectamente asumida mi condición de rarita, incluso la llevo "con orgullo y satisfacción", y por eso precisamente, desde mi posición de friki confesa me puedo permitir criticar la pacatería generalizada. Y si alguien se siente aludido y/o molesto lo tiene fácil, siempre se puede pasar al lado oscuro. Si quiere hasta le puedo prestar alguna cosilla de ésas raritas de dos euros que me compro, que yo soy muy de compartir.

Y por supuesto... bienvenidos al club.