jueves, 20 de febrero de 2020

Liberación

Bueno, antes de empezar con el tema de hoy, que va de la liberación de la mujer, quiero copiar aquí una charla que he tenido por guasap con un amigo al respecto de mi anterior post.

Como recordaréis la cosa iba de brecha salarial y yo planteaba mis dudas sobre si las preferencias profesionales según los sexos podrían venir determinadas por la propia naturaleza o por condicionantes educativos. En ese contexto me escribe mi amigo:

- Desde mi imposibilidad de responderte en el blog quiero decirte que en los países en los que están adoptando medidas para corregir esos desequilibrios se observa que no hay modo. Se reservan plazas en enfermería y  educación infantil para hombres, bajando todos los requisitos, y la gente (hombres) no acuden. Y viceversa con las ingenierías para mujeres; ellas (con expedientes brillantes que podrían elegir lo que quisieran) no acuden.

- No sé, igual hay algo diferente en nuestras naturalezas. Que la Virgen de la Perpetua Igualdad me perdone.

- Me temo que sí. Y se ha comprobado con neonatos y animalicos. Pero claro, eso son investigaciones hechas por hombres o por mujeres alienadas.

- Di fachas y terminamos antes. En fin, colgaré tu comentario en el blog.

Bueno, pues hasta aquí nuestras profundas reflexiones sobre el tema.

Y ahora ya voy a lo de hoy: la liberación femenina.

Anda la peña estos días bastante revuelta con esto de que la Ministra de Igualdad, Irene Montero (como sabéis, también pareja del vicepresidente Iglesias) vaya todos los días al trabajo con su hija pequeña en la mochilita. Sobre todo la irritación viene por parte de mujeres que, más que verlo como una reivindicación feminista, lo sienten como un privilegio insultante. Te encuentras a un montón de indignadas en las redes o en los foros de los distintos medios, sobre todo madres (y también algunos padres) que no pueden llevar a sus hijos a sus lugares de trabajo y les parece una tomadura de pelo ver a esta muchacha restregarle a todo el mundo por las narices que ella sí que puede. Muchas de ellas, las que se lo podían permitir económicamente, incluso han tenido que pedirse varios meses sin sueldo después de la baja maternal para poder seguir amamantando a sus hijos un poco más de tiempo, así que entiendo perfectamente que no les haga mucha gracia el espectáculo.

Luego hay otra corriente de indignación que se plantea si esto era en lo que consistía la famosa liberación de la mujer, en poder llevarnos a los niños al trabajo para así extender nuestra faceta maternal a todos los ámbitos de la vida, incluido el laboral.  Algunas malintencionadas incluso apuntan la posibilidad de que de vez en cuando la mochilita podría ser transportada por el padre de la criatura, en virtud del sagrado objetivo de la igualdad que da nombre al Ministerio de su señora.

En fin, yo quiero desde aquí tranquilizar a todas esas mujeres que tienen dudas, comprensibles pero infundadas desde mi punto de vista. No dudéis, mujeres de poca fe.

Sí, amigas, esto es liberación femenina auténtica, aunque a simple vista pueda no parecerlo. Qué mayor liberación que no tener que vivir angustiadas por tener que separarnos de nuestros retoños porque éstos puedan estar pegados a nosotras todas las horas del día? No tendremos que preocuparnos de encontrar una guardería cercana ni sufrir y estresarnos cuando la canguro se pone enferma y nos deja colgadas. Tampoco tener esclavizados a los abuelos cuando los pobres están ya gozando del más que merecido descanso de la jubilación.

Y quien piense erróneamente que los empresarios podrían preferir en un momento dado contratar a trabajadores masculinos libres de cargas familiares que lo mire de esta otra manera, con mucha más perspectiva de género: qué empresario no querría crear en su negocio un ambiente materno-infantil que invitara a sus clientes a sentirse como en casa?? Creo que este argumento por sí mismo es definitivo.

Por otra parte, para aquellas descreídas que tengan dudas sobre la viabilidad de llevar a su prole al puesto de trabajo he visualizado mentalmente una serie de oficios variados y os traigo aquí unas cuantas ideas y ventajas:

1. Madre peona de la construcción. Lo ideal en este caso es llevar al bebé con un casco del mismo color del de la madre, para que haga juego y estén perfectamente conjuntados. Si la trabajadora tiene que subirse a una plataforma para ascender y descender por la obra en construcción podría incluso jugar con el botoncito para columpiar al chiquillo y tenerlo entretenido subiendo y bajando. Por lo demás éste es un tipo de trabajo muy adecuado desde el punto de vista lúdico. Cuando los niños estén un poco más creciditos los pueden poner hasta a hacer las mezclas, ya sabemos que a los críos les encanta embadurnarse y ponerse guarros. En definitiva, una profesión perfecta para llevar a los niños con nosotras.

2. Madre cirujana. Sin problemas. Querida amiga, este trabajo también es ideal para llevar a tu bebé. Recomiendo usar con el chiquillo una mascarilla del mismo color que la de la madre, por una cuestión tanto estética como práctica, puesto que al haber otras madres con sus críos en el quirófano así se evitan confusiones. Los niños criados en este ambiente hospitalario además crecen más fuertes que los demás porque el contacto con todo tipo de virus y bacterias hace que su sistema inmunológico se desarrolle con mayor efectividad. Sería interesante también llevar algún tipo de artilugio que permitiera amamantar al bebé sin tener que soltar el bisturí, el escalpelo o cualquier otro instrumento propio del gremio. Ahí dejo caer la idea para posibles inventores.

3. Madre teleoperadora. Este oficio me parece ideal para desarrollar las capacidades lingüísticas de los infantes. Estar todo el horario laboral escuchando a las madres hará que con toda probabilidad aprendan a hablar mucho antes que los otros niños. Por otro lado podría ser muy agradable para las personas que están al otro lado de la línea oír el alegre gorgojeo de un bebé. Mucho más que esa música horrible que a menudo nos ponen mientras nos van pasando de un teleoperador a otro. Estos niños además dormirán muchísimo porque el soniquete de la voz de sus mamás les hará sentirse como si siguieran calentitos y protegidos en el vientre materno. Como podéis comprobar todo son ventajas.

4. Madre presentadora de televisión. Una profesión perfecta para familiarizar a los chiquillos con el medio audiovisual y con el ambiente periodístico. Son niños que muy pronto entenderán los beneficios de una buena fotogenia y de una dicción perfecta. También serán muy comunicativos porque aprenderán a hablar de todos los temas; y si ya la madre trabaja en un programa de actualidad con muchísimos tertulianos que opinen sobre todas las cuestiones tendrán un plus de información que les puede ser muy útil en su día a día cuando sean mayores. Además se acostumbrarán desde su más tierna infancia a estar en el punto de mira del interés público, a que los observen y les reconozcan por la calle, puede que aprendan a firmar autógrafos antes que a andar. Para amamantarlos con tranquilidad propongo que se aprovechen los intermedios, o bien que se haga durante las entrevistas más cordiales, evitando traspasarle a la criatura la leche materna durante tensas confrontaciones periodísticas con políticos, terroristas y otros personajes de semejante calaña.

En definitiva, amigas, que querer es poder.  Dejad de meteros injustamente con la Ministra Montero y pensad que las mujeres empoderadas nunca debemos dudar de nuestras posibilidades como madres y trabajadoras capaces de simultanear ambas facetas.

Y si tenéis dudas sólo tenéis que repetiros a vosotras mismas el gran lema del empoderamiento:

SÍ SE PUEDE, SÍ SE PUEDE!!!!!

Y ya veréis qué bien.

martes, 18 de febrero de 2020

Brecha salarial

Leo un titular francamente alarmante:

LA BRECHA SALARIAL SE MANTIENE A PESAR DE QUE HAY MÁS MUJERES QUE HOMBRES CON TÍTULO UNIVERSITARIO EN EL MERCADO LABORAL.

Es el tipo de titular que muchas mujeres y no pocos hombres leen y provoca automáticamente una oleada de indignación que hace que se propongan firmemente agarrar una pancarta y ponerse el 8-M a la cabecera de una manifestación pegando gritos que se escuchen hasta en Sebastopol.

Luego estamos otras mujeres y otros pocos hombres que ante este titular pensamos: "espera espera. Antes de agarrar la pancarta lee el resto del artículo, analiza las cifras y ya ves qué haces".

Porque claro, si esto quiere decir que en el mismo puesto y con igual dedicación horaria una mujer cobra menos que un hombre, dame esa pancarta ya.

Quiere decir eso? Ya os lo digo yo. No. La autora del artículo da un montón de datos, sí, pero únicamente referidos al total de salario entre hombres y mujeres. No habla de trabajos concretos ni de las titulaciones universitarias a las que se refiere. Vamos, que a la tía le da igual que la carrera que se haya estudiado sea Biomedicina, Ingeniería Aeroespacial, Enfermería o Educación Infantil.  Y que le importa un pimiento que haya titulaciones con mucha mayor valoración en el mercado laboral y le importa otro pimiento que desgraciadamente en esas carreras más valoradas sea minoritario el número de mujeres respecto al de hombres.

Incluso cuando la autora habla muy ladinamente de "grandes desigualdades salariales en el sector sanitario" tampoco dice si se refiere a que los neurocirujanos ganan más que las neurocirujanas o si quiere decir (mucho me temo que sea esto último) que un neurocirujano hombre gana más que una enfermera o que una administrativa, y le importa otro pimiento más que la realidad sea que existen más neurocirujanos que neurocirujanas y muchas más enfermeras que enfermeros.

Esto, amigos, se llama "desinformación".

Estaremos todos de acuerdo en que no todas las carreras tienen la misma dificultad y que por desgracia en muchas de las más valoradas (véase cualquier ingeniería, con una tasa de paro mínima) la presencia de mujeres en las aulas es muy pequeña. Las carreras científico-tecnológicas tienen menos predicamento entre las mujeres, aun siendo las mejor remuneradas. Esto es así. No sé quién tiene la culpa, si es por razones educativas o por tendencias naturales, pero en todo caso se puede hablar de medidas en el campo de la Educación para paliar o revertir estas diferencias; lo que no se puede es dar esta información sesgadamente para que el lector llegue a la falsa conclusión de que las mujeres están siendo peor pagadas que los hombres en puestos idénticos.

Muchas de las informaciones que recibimos hoy en día tienen este claro sesgo ideológico que va encaminado a crear una corriente de opinión determinada. En este caso reforzar el victimismo femenino dando a entender que se produce una injusticia que realmente no se está produciendo.

Ya he dicho muchas veces que yo particularmente no creo que en la sociedad actual, en este país concreto, las mujeres estemos en desigualdad de condiciones con respecto a los hombres. Pienso que podemos conseguir todo lo que nos propongamos exactamente igual que ellos. El único límite es una misma. Y en todo caso los impedimentos pueden venir más por motivos económicos que por desigualdades de género. Pero bueno, respeto que haya tías que piensen otra cosa. Lo que no estoy dispuesta es a callarme cuando se divulgan este tipo de artículos con titulares escandalosos que son puras falacias.

Sí, hay una brecha salarial, y la hay porque aún hay muchas mujeres que tienen trabajos peor remunerados que los de los hombres, y en muchos casos además trabajamos a tiempo parcial en una proporción bastante mayor que la de ellos. Y porque muchas por razones familiares tocan demasiado pronto su techo de cristal y deciden cortar sus carreras en un determinado momento (la maternidad generalmente) en lugar de seguir compitiendo con sus compañeros varones por llegar a puestos directivos. Pero la realidad es que un conserje cobra igual que una conserje, y un cirujano que una cirujana, y una maestra que un maestro, y un ministro que una ministra. Si queremos revertir la brecha tendremos que ser nosotras las que empecemos a optar a esos empleos mejor pagados, no ponernos a lloriquear porque en la suma general de salarios salimos perdiendo.

He dicho.

miércoles, 12 de febrero de 2020

Catastrofismo climático

Como todos mis habituales sabéis soy una apasionada convencida del ecologismo hasta puntos que incluso podrían considerarse enfermizos (ver mi post sobre ecoansiedad). Por eso supongo que a más de uno y más de dos les extrañará que diga que estoy.... hasta el coññññño del PUTO CATASTROFISMO CLIMÁTICO DE LOS COJONES!!!!!

Señores, no necesito a la zumbada Thunberg metiendo miedo al personal con lo que ocurrirá con el clima dentro de cien años para tener conciencia ecológica y para creer que nuestro medio ambiente hay que protegerlo y cuidarlo. Pero no por nuestros hijos ni por nuestros nietos ni por nuestros tataratataranietos, sino por nosotros mismos, joder! Por no comer ni respirar mierda, por no inflarnos de plasticuchi cuando nos zampamos una lubina, por no pillar un cáncer del copón respirando gases contaminantes todo el puto día, o por no exponernos a un ictus o a un infarto por comer putas porquerías llenas de grasas trans de ésas que te da un pelotazo en menos que canta el gallo.

Cuando se producen inundaciones en zonas costeras y se ponen a diario a machacarnos con el rollo del cambio climático y con que el nivel del agua sube cada X años nosécuantos centímetros.... de verdad es ése el problema? De verdad en esas imágenes del mar comiéndose literalmente las playas no ha tenido nada que ver la invasión humana de las costas?? Los miles y miles de kilómetros de edificios construídos a pie de playa, las decenas de puertos y de diques que le han ido comiendo terreno al mar?? Creíamos que el dios Neptuno no nos pasaría factura tarde o temprano viniendo a recuperar el espacio robado por la cara?  En serio el problema está en los 2 grados más o menos que suben o bajan las temperaturas?

Hacen falta anuncios de cambios climáticos apocalípticos para entender que necesitamos desarrollar energías sostenibles y limpias?? No es bastante saber que los recursos del planeta son limitados y que no van a durar toda la vida?? O que hay energías que contaminan tanto que convierten el aire en irrespirable, y otras que suponen tantos riesgos para la vida humana que hay que buscar sí o sí alternativas con las que no nos estemos jugando el pellejo cada vez que enchufamos el secador del pelo o el calefactor??

O sobre la necesidad de reciclar y recuperar residuos, por ejemplo. No vengas a contarme lo que puede pasar el siglo que viene; cuéntame mejor lo que está pasando ya, que seguro que me lo voy a tomar mucho más en serio. Y además propón soluciones realistas. No me digas que no me compre ropa; mejor dame soluciones para compartirla, comprarla de segunda mano y vender o regalar a mi vez la que ya no use, invierte en crear aplicaciones de economía circular y sostenible, en desarrollar tejidos reciclados y reciclables. Mejor convencer que vencer a base de crear pánico.

Basta ya de catastrofismos y de acojonamientos en diferido!! A mí el cambio climático me la refanfinfla porque tengo razones de mucho más peso y bastante más urgentes para preocuparme aquí y ahora por la calidad del aire que respiro o de los alimentos que como.

Pasando de asustaviejas, qué coño!!!!!!