martes, 26 de mayo de 2015

Análisis comparativo

Como recordaréis, hace unos días abrí un post sobre una entrevista de trabajo a la que había asistido mi hija para un contrato basura, que por cierto, al final ha conseguido. Más contenta que unas pascuas está ella con su curro nuevo.

En fin, posteriormente se desarrolló en esa entrada una interesante conversación con algunos visitantes pero como la cosa se ha alargado demasiado y quería hacer algunas reflexiones he preferido abrir otro post en el que pretendo hacer una especie de análisis comparativo que puede ilustrar bastante al personal sobre lo que aquí está pasando.

El curro que ha conseguido mi hija es de cuatro meses, cinco horas al día, 250 euros al mes; vamos, mileurista cuatrimestral. Pues bien, hace 26 años, justamente cuando yo estaba embarazada de la criatura en cuestión, la misma institución que ahora la ha contratado a ella me concedió a mí una beca de biblioteca, un año, cinco horas diarias, 60.000 pesetas al mes.

Como soy un poco torpe para las matemáticas os invito a vosotros mismos a que hagáis el cambio a euros, aunque me parece que la cifra sobrepasa un poquito los 250 euros que ahora le van a pagar a ella por las mismas horas de trabajo. Es decir, en cuestión salarial nos hemos remontado a 30 años atrás, señores!!!!!! Mi hija está ganando actualmente incluso menos de lo que yo ganaba con esa beca.

Creo que con eso está dicho casi todo, pero aún voy a dar otro dato más. Justo por aquellas fechas mis padres vendieron su piso por dos millones de pesetas y se compraron otro mucho más nuevo y en un barrio bastante mejor por cuatro millones. También un año antes o uno después se construyó el edificio donde yo ahora vivo; mi piso fue vendido a sus antiguos propietarios por seis millones, cochera incluída. 15 años después lo compré yo por 40 millones.

Conocéis de algún piso hoy en día medianamente presentable que se pueda comprar por 4 millones o por 6? Es bastante improbable, pero sin embargo mucha gente está ganando exactamente lo mismo que ganaba yo entonces.

Podría poner muchos más ejemplos pero para qué; creo que con éste queda bastante ilustrado lo que está pasando.

Y vuelvo a repetir lo mismo que dije en mi post anterior: estos cerdos hijosdeputa vienen diciéndonos que nos estamos recuperando, que se está creando un montón de empleo y que esto va de puta madre.

Eso sí, después del batacazo que se han pegado en las últimas elecciones todavía se preguntan cómo es que la gente no ha sabido apreciar todo lo que están haciendo.

Va a ser que somos muy torrrrrrrpes.

Cabroneeeeeees!

miércoles, 20 de mayo de 2015

Entrevista de trabajo

Me llama mi hija toda nerviosita para contarme que ya ha terminado una entrevista de trabajo que tenía hoy. Es para trabajar en la secretaría de un centro, tareas administrativas, cuatro meses, cinco horas al día, 250 euros.

-         Ay mamá, mamá, me lo darán? Nos han seleccionado a 4 de treintaytantos que lo habiamos pedido. Ojalá me lo den, me vendría genial.

Una tía licenciada en Psicopedagogía con unas notarráncanas de la hostia, Premio Extraordinario Fin de Carrera, con un Master en Psicología también con notas espectaculares… nerviosa perdida por unas prácticas de administrativa de 4 meses a 250 euros!

Y luego dicen los cerdos estos que nos estamos recuperando y que estamos saliendo de la crisis y que se está creando mogollón de empleo.

Mecagoensuputamadreyentosunación.

Ps. Como dice un mensaje que me mandaron por guasap hace poco: “Cómo le explico yo a mi hija que el modelo a seguir no es la choni que se forra en la tele sino el ingeniero que atiende en el MacDonald?”

lunes, 18 de mayo de 2015

Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar

Estos días ha muerto la madre de una amiga muy querida. Ha sido algo inesperado; aunque la mujer era mayor tenía mucha vitalidad y ella era la que cuidaba de su marido, que sí está bastante enfermo, y todo el mundo suponía que moriría antes. Sin embargo ha sido ella la que se ha ido; una muerte súbita, de ésas que a todos nos gustaría para nosotros porque no te enteras de nada, pero que a la familia y amigos los deja bastante mal porque les pilla de sopetón y sin preparar.

En fin, ya digo que aunque la madre de mi amiga era mayor (bueno, hoy en día eso es muy relativo; tenía 78 años pero teniendo en cuenta que mucha gente llega tranquilamente a los 90, casi que a esa edad la muerte parece un poco precoz), lo inesperado del deceso ha hecho que la familia se haya quedado bastante hecha polvo.

Lo cierto es que estas cosas que suceden así de golpe y sin previo aviso dan mucho que pensar porque nos recuerdan algo terrible: que ya el mismo hecho de existir es un peligro máximo y que todos, absolutamente todos, tengamos la edad que tengamos, estamos expuestos a morir cada día desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. Un accidente de tráfico, un atropello, un infarto fulminante, un derrame cerebral, una maceta en la cabeza, una catástrofe natural... Por no hablar de las muertes anunciadas: el diagnóstico inesperado de una enfermedad degenerativa o mortal de necesidad o incluso terminal. Y no sólo nuestro, sino lo que es peor, de nuestros seres queridos.

Pero claro, aunque todos lo sepamos y el concepto esté ahí y no se le escape a nadie, tenemos la obligación de obviarlo y hacer como si no lo supiéramos, porque... cómo coño podríamos vivir si tuviéramos eso presente todo el tiempo. Sería una pesadilla, una mierda, una paranoia total. Así que hacemos como un pacto con nosotros mismos y simulamos que no sabemos que esto es así, y hasta tal punto lo simulamos que conseguimos olvidarlo, así que cuando sucede algo como esto, nos seguimos sorprendiendo como si desconociéramos que era perfectamente posible y que esa contingencia en todo momento ha estado ahí.

Mi amiga me cuenta que había estado haciendo planes para esta feria y para este verano y que ahora todo se ha ido al carajo. Tiene por delante, aparte de la pena y el luto, un montón de problemas que resolver y además tiene que ocuparse de su padre enfermo. Así es la vida, de repente de un día para otro te pega un vuelco radical y te tienes que joder, no queda otra.

La cuestión es que todo esto me ha llevado a plantearme una cuestión: hasta qué punto debemos hacer planes si sabemos que en cuestión de segundos todo se puede ir al carajo y ya nada va a importar?

Durante años yo he sido de la opinión de que planificar, lo justo. Como mucho para cinco minutos, tipo "cuando acabe con esto voy a ir a mear". Y ya mucho me parecía, porque nadie sabe si vas a poder acabar con lo que estás haciendo. Esta filosofía vital era fruto de una serie de palos, demasiado seguidos, que la vida me había ido dando. La experiencia me decía que no hiciera ningún proyecto porque fijo que se me jodía en un momento u otro. No vivas más que el momento, no te plantees nada más, huye del futuro, que no es más que una entelequia. En definitiva, carpe diem y que le den por culo a todo lo demás.

Pues bien...me retracto de lo dicho y me permito cambiar de opinión radicalmente. Por supuesto, el carpe diem está ahí y sigue en pie. Pero no es incompatible con lo demás; yo diría incluso que lo potencia. Haz planes, proyecta cosas, ilusiónate con todo lo que puedas. Que luego se va al carajo? Pues se va y punto. Pero... y lo bien que te lo pasas planeando? Y el gusto que da soñar despierto con un futuro maravilloso en el que siempre hay más dinero, más amor, más felicidad, más salud y más de todo? En qué coño estaba yo pensando cuando no me permitía soñar con nada ni ilusionarme con nada ni hacer el menor plan para el día siguiente?

En fin, rectificar es de sabios (de sabia, en este caso), y quiero dejar constancia bloggera de este cambio de opinión.

Mi querida amiga, esto es directamente para ti. Sé que ahora mismo no es el momento y que el tiempo tiene que pasar y curar esa pupa viva que tienes, pero espero, deseo, quiero que de aquí a poco sigas haciendo proyectos, contándome tus planes e incluso haciéndome partícipe de algunos de ellos.

Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo camino, camino sobre la mar.

Ps. Te quiero mucho.

domingo, 17 de mayo de 2015

BBC (Bodas, Bautizos y Comuniones)

Reconozco que tengo bastante aversión por los rituales sociales comúnmente conocidos como BBC (Bodas, Bautizos y Comuniones) y que por lo general hago lo posible por escaquearme para no tener que asistir a ninguno de ellos. En particular el tema de las comuniones, esas minibodas que muchas veces son una competición de boato y tonterismo, me pone especialmente de los nervios, pero vamos, que con los demás eventos simpatizo casi igual de poco. Eso hace que esté poco entrenada en este tipo de rollos y que me haya pasado lo que paso a relatar.

Resulta que me invita la hija de una prima a su boda. Aunque normalmente ni me lo pienso y digo que no desde el principio esta vez la cosa es un poco distinta y decido hacer una excepción. Aparte de que le tengo mucho cariño a la chiquilla, la verdad es que somos una familia no demasiado grande y últimamente no nos vemos más que en situaciones trágicas y luctuosas, en hospitales, tanatorios y cementerios, y en el último evento nos prometimos los unos a los otros un encuentro algo más lúdico, así que cuando recibí la invitación pensé que era una buena ocasión para resarcirnos de tanto drama y pasar un buen rato todos juntos sin tener que sorbernos los mocos todo el tiempo. Total, que dije que sí. Y ahí empezaron mis tribulaciones.

El tema vestuario lo resolví rápidamente tirando de fondo de armario. No del mío, que en cuestión de festejos es más bien escasito, sino del de mi hija, que a base de darse de hostias con la gente en las rebajas se ha hecho con una buena colección de modelazos low cost para ocasiones especiales. Así que después de probarme unos cuantos, echarme algunas fotillos y hacer una sencilla encuesta entre mis allegados, resolví fácilmente cuál ponerme. Asunto finiquitado. Pero ahora llegamos a lo verdaderamente espinoso: el regalo.

De entrada a mí lo de regalar dinero me da no sé qué. No me ha gustado nunca, me parece antiestético, superfeo; es el regalo más frío e impersonal que existe, parece una transacción comercial. Qué queréis, soy una romántica, una especie en extinción. Aún recuerdo cuando, allá por el pleistoceno, se casaban los amigos y nos juntábamos unos cuantos para regalarles la tele o alguna cosa que pudieran necesitar. En fin, eran otros tiempos. De todas formas, aunque al principio me resistía y estuve pensando en otro tipo de regalo algo más elaborado, al final me rendí porque todo el mundo me decía lo mismo: no le des más vueltas, todos los novios lo que quieren es pasta. Bueno, vale, sucumbo a los usos y costumbres de estos tiempos decadentes. Pero ahora viene la gran pregunta: cuánto?

En principio mi economía actual podría definirse básicamente como "de subsistencia". Tengo un buen sueldo, sí, pero por avatares y circunstancias que no vienen al caso (y aunque vinieran tampoco las voy a contar) la cuestión es que estoy a dos velas, y con un mes de mayo por delante y tres hijos que comen como limas, beben como esponjas, se visten y destrozan la ropa, y encima dos de ellos se gradúan el mes que viene (o al menos van a hacer como que se gradúan). Cágate, lorito: feria de mayo, trajes de graduación, fiestas de graduación, esa manita tendida todo el día: "mamá, necesito que me compres... mamá, me das para...?" Una pesadilla que sólo os podéis imaginar los que estáis en las mismas y sepáis lo que es ese horror.

Total, a lo que voy, que me enrollo más que una persiana. Que decido que 100 euros es mi tope, que era poco más o menos lo que pensaba gastarme en un regalo y que eso es lo que les voy a dar. No obstante, dada mi falta de experiencia en estos asuntos, como de costumbre vuelvo a hacer una encuesta a mi alrededor.

Le pregunto primero a una amiga que sé que es asidua a eventos sociales. Cuánto se paga en estas cosas? Me contesta:

- Pues yo tengo una boda también la semana que viene, y como somos tres les daré 400.

- 400????? Pero tía, qué pasada, yo eso no puedo ni loca.

- Pues alucina. Hace dos semanas fui a otra y les dimos 600.

- Comooooooorrrr? 600 hace dos semanas y ahora 400????? Pero bueno, de dónde sacas la pasta, cómo puedes permitirte ese nivelazo?

Se lo  pregunto porque además me consta que su economía no es tampoco muy boyante, vamos, que no es precisamente millonaria.

- Pues tirando de ahorros, tía.

Hosssstia, tirar de ahorros para asistir a eventos sociales. Qué fuerrrrrte!

Yo los pocos ahorros que tengo, que son una ridiculez, los guardo para alguna necesidad importante, para algún imprevisto que no pueda solventar de otra manera, pero para una bodaaaaaaaa???? Me quedo a cuadros, ojiplática, pelipúntica y carnegallinácea, todo a la vez.

Como esta respuesta no me vale en absoluto, sigo preguntando por ahí. Otra amiga me cuenta que estuvo en una boda el mes pasado.

- Yo les di más porque les debía un favor y aproveché, pero vamos, lo normal es 150 euros por persona.

Jodeeeer. Por persona!!!!! Pero entonces una familia más o menos normal, de cuatro o cinco personas, con un sueldecito normal, si va a un evento de éstos tiene que dejarse la mitad del sueldo del mes!!! Sinceramente no tenía ni idea de que la cosa había llegado a ese punto de locura; me parece un disparate, algo completamente demencial. Habrá hasta quien se quede sin comer, lavirrrgen! Menos mal que no se me ha ocurrido ir acompañada, que al principio lo dudé. A Dios gracias no se apuntó nadie más; si no ahora mismo me vería en la tesitura de tener que excusarme para no ir. Es que no podría pagar eso ni loca.

Se supone que estamos en crisis, que hay un montón de gente sin trabajo o con sueldos miserables, pasándolas canutas. De dónde saca la peña pasta para estas cosas? Porque yo al menos tengo trabajo, y no es un mal trabajo; está bien pagado y es fijo. Que sí, que en mi casa somos un montón, pero vamos, que supuestamente soy una "persona afortunada" que no ha sufrido muy duramente los efectos de la crisis. Por eso me quedo aún más pasmada de este nivel, al parecer generalizado.

En fin, hablo de esto con mi hija y le cuento desolada lo que me han dicho mis amigas. Se queda, al igual que yo, bastante escandalizada. Como sabe que además mi economía no pasa por su mejor momento, se da perfecta cuenta de lo agobiada que estoy. Pero si tenía alguna duda me la aclara de momento:

- Mamá, tú nunca has entrado en estas dinámicas, siempre has pasado un huevo y no vas a empezar a comerte la cabeza ahora por ese pego. Les das los cien euros que tenías pensado y punto. Y si el cubierto es más caro y con eso no lo pagas, pues mala suerte. No creo que la prima se lo tome a mal porque ella sabe perfectamente que no todo el mundo tiene las mismas posibilidades.

Posí, hija, qué razón llevas. Y qué guapa y qué lista eres, coño. Tal que si te hubiera parido yo; sangre de mi sangre, carne de mi carne y neuronas de mis neuronas.

Sabéis qué? Que si de algo me ha servido todo esto es para darme cuenta de la pedazo de hija que tengo, de la cabeza tan bien amueblada que tiene y de los buenos consejos que da. Creo que aunque sea un desastre para otras cosas, esto lo he hecho muuuuuy bien. Qué coñññño!

Posdata de una madre más ancha que larga:

Por cierto, ha sido Premio Extraordinario Fin de Carrera este año. Ahí queda eso.

martes, 12 de mayo de 2015

El sueño de una noche de primavera

Pues sí, queridos amigos, hoy he vuelto a tener uno de esos sueños inquietantes que a veces me asaltan y que siento la necesidad imperiosa de relataros, para compartir mi angustia y mi desazón. El sueño de hoy era de naturaleza intermitente, puesto que constaba de dos partes claramente diferenciadas que iban turnándose en mi subconsciente de forma totalmente caprichosa.

Por un lado venía el Consejero de Educación de la Generalitat de Cataluña a hacerme una consulta. Por qué a mí? Ah, pues no sé. El caso es que, como sabéis, el  Tribunal Supremo ha ratificado la sentencia del Superior de Cataluña según la cual se determina como obligatorio que haya un 25% de clases en castellano en las aulas de la Comunidad. Pues bien, al Consejero no le salían las cuentas y no sabía cómo distribuir las clases, así que vino a preguntarme a mí.

Claro, yo inmediatamente pienso que lo que me parece mejor y más justo es que sean los padres los que decidan cuál es la lengua que prefieren que sus hijos tengan como predominante, aunque por supuesto también aprendan la otra, por lo que propongo que haya dos opciones: una del 75% de clases en castellano y otra de 75% de clases en catalán. El consejero me dice que vale, pero que sea yo la que establezca los horarios. Y así me he pasado toda la noche sudando la gota gorda intentando cuadrar las clases en castellano y en catalán de cada grupo, y esto sin tener que aumentar la plantilla, que es la primera condición que me puso el Consejero.

Supongo que por el agobio tan grande que tenía elucubrando sobre este difícil asunto, mi mente se evadía de vez en cuando con otro problema, que es la otra parte de mi sueño. Como no podía ser menos Telecinco tenía que estar de por medio. Resulta que Belén Esteban y Raquel Bollo se habían peleado y no querían verse las caras ni muertas. Como las dos presentan el mismo programa me llaman los directivos de Telecinco para resolver el problema. Teniendo en cuanta que los pasillos de la cadena son superlargos pero no hay salidas traseras, es decir, que a la ida o a la vuelta inevitablemente te tropiezas con los que salen o entran, la cuestión estaba en diseñar unos horarios que impidieran el indeseado encuentro entre las dos divas. Se trataba de impedir que se cruzaran ni en la peluquería ni en maquillaje ni en los servicios ni en el aparcamiento ni en ninguna parte, pero que pudieran acudir a trabajar diariamente las dos para comentar la actualidad palpitante del Sálvame.

En fin, que toda la noche me la he pasado organizando horarios, a ratos de las clases en catalán y castellano, y de repente el consejero desaparecía y me veía intentando conciliar los horarios de Telecinco para que Belén Esteban no se tropezara en los pasillos con la Bollo. Os podéis imaginar la nochecita. Claro, ahora estoy hecha polvo y no doy pie con bola, porque ya mi dosis de pensar, organizar y tomar decisiones complejas de este día la tengo más que agotada.

El sueño ha terminado con un señor que venía y me invitaba a ser la pregonera de la Bienal de Zaragoza, que ignoro qué cosa pueda ser, pero el hombre estaba superinteresado en que el pregón lo leyera yo, no me preguntéis por qué.

Bueno, ya os dejo, no sin antes informaros a los interesados en mis aventuras ferroviarias, que sé que sois muchos, de que los dos desaprensivos del tren que habían invadido el último vagón, después de dos semanas desaparecidos en las que llegué a pensar que todo había sido un mal sueño, han vuelto esta mañana. Después de la nochecita que me he pasado. No hay derecho.